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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA

CARRERA DE CIENCIAS MÉDICAS

PROYECTO DE
GINECOLOGÍA (ABP) -
PRÁCTICA
TEMA: VIRUS DE PAPILOMA HUMANO Y
SU ÍNTIMA RELACIÓN ETIOLÓGICA CON
EL CÁNCER DE CUELLO UTERINO
TUTOR:
MD. SANABRIA VERA CHARLES JOHNSON, ESP.

ELABORADO POR:
APOLO LOMAS ANDREA
CARRION PRADO DAYANA
COBOS MACAS JONATHAN
FERNANDEZ CABRERA NICOLE
FREIRE TINOCO JOSELYN

DÉCIMO "B"

MACHALA - EL ORO - ECUADOR


VIRUS DE PAPILOMA HUMANO Y SU ÍNTIMA RELACIÓN ETIOLÓGICA CON
EL CÁNCER DE CUELLO UTERINO
HUMAN PAPILLOMAVIRUS AND ITS INTIMATE ETIOLOGICAL RELATIONSHIP
WITH CANCER OF THE CERVIX
aapolo7@utmachala.edu.e;dcarrion5@utmachala.edu.ec;jcobos3@utmachala.edu.ec;
sfernande3@utmachala.edu.ec; jfreire2@utmachala.edu.ec
Universidad Técnica de Machala, Carrera de Ciencias Médicas

Resumen
El cáncer de cuello uterino constituye un importante problema de la salud pública, no solo a nivel
mundial sino también en el país, donde se ha visto su incidencia, con una tendencia creciente en
los últimos años posicionándose en el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres después
del cáncer de mama (VPH), cuya causa necesaria es generada por infección persistente del virus
del papiloma humano. Los genotipos más frecuentemente implicados han sido de forma clásica
el 16 y el 18. La importancia de esta revisión bibliográfica se basa en conocer que este tipo de
cáncer se cada vez se vuelve más frecuente. La tasa de supervivencia para las pacientes con los
cánceres avanzados es de tan solo el 18% por ello es importante realizar un diagnóstico temprano
realizando una correcta historia clínica, examen físico y exámenes complementarios. El
tratamiento dependerá de la edad de la paciente, tipo de lesión, si es que la paciente se encuentra
en gestación, si desea mantener la fertilidad, el estado actual de inmunidad y si se encuentra en
estado posmenopáusico. Afirmando de esta forma que la modalidad de tratamiento debe ser
individual.

Abstract
Cervical cancer is a major public health problem, not only worldwide but also in the country,
where its incidence has increased in recent years, becoming the fourth most frequent type of
cancer in women after breast cancer, the necessary cause of which is generated by persistent
infection with the human papillomavirus (HPV). The importance of this literature review is based
on the knowledge that this type of cancer is becoming more and more frequent. The survival rate
for patients with advanced cancers is only 18%, which is why it is important to make an early
diagnosis by taking a correct clinical history, physical examination and complementary tests.
Treatment will depend on the patient's age, type of lesion, whether the patient is pregnant,
whether she wishes to maintain fertility, the current state of immunity and whether she is post-
menopausal. This affirming that the treatment modality should be individual.
Keywords: Cervical cancer, Human Papillomavirus, Staging, quality of life, mortality, HPV 16,
HPV 18.
INTRODUCCIÓN
El cáncer de cuello de útero (CCU), cáncer de cérvix o cáncer cervical, es un problema de
salud pública a nivel mundial puesto que es una de las amenazas más graves para la vida luego
del cáncer de mama y una de las principales causas de muerte en la mujer; se origina en las
células que revisten el cuello del útero, el que se encuentra en la parte inferior, zona conocida
como zona de transformación, consiste en la presencia de células malignas (cancerosas) en los
tejidos que forman parte del cuello uterino. (Vargas, 2020)
Neeria afirma que el cáncer de cuello uterino es un resultado poco común a largo plazo de la
infección persistente del tracto genital inferior por uno de los 15 tipos de VPH de alto riesgo
(VPHar), que se denomina la causa "necesaria" del cáncer de cuello uterino (Neerja, Daisuke ,
Daya, Rengaswamy, 2021).
El virus del papiloma humano (VPH) es un virus ADN bicatenario, habiéndose identificado
más de 200 genotipos. Su infección es considerada la infección de transmisión sexual (ITS) más
prevalente en hombres y mujeres en todo el mundo; alrededor del 90% de los adultos están
infectados por algún genotipo del VPH. (Elena Sendagorta-Cudósa, 2019)
La historia del descubrimiento del HPV y su relación con el CaCu (virus del papiloma
humano) se remonta desde el principio de los años 80's cuyo pionero fué el investigador Harold
Zur Hausen quién recibió un premio nobel, pero no fué hasta el año 1983 que se relaciona la
infección por VPH como causa del Cáncer de cuello uterino. Para analizar la hipótesis del Zur
Hausen inició una gran búsqueda de HPV en cualquier tipo de lesiones cervicales y a finales de
1970 que al aislar el virus de las muestras clínicas no todo eran idénticos, por lo tanto se procedió
a clasificarlos en 1, 2, 3,4 y así sucesivamente según se iban descubriendo nuevos subtipos. El
1980 se identificó y aisló el genoma VPH 6 seguido del VPH 11, en 1983 VPH 16 y un año
después el VPH 18 por lo que más adelante se demostró que el 60% a 70% de las mujeres con
CaCu presentaba estos 2 subtipos. (Ochoa-Carrillo, 2015)
De acuerdo con los datos y cifras recolectados por la OMS el cáncer de cuello uterino es el
cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo, con una incidencia estimada
de 604 000 nuevos casos y 342 000 muertes en 2020. En torno al 90% de los nuevos casos y
muertes en el ámbito mundial en 2020 tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos. Se
estima que casi el 50% de lesiones precancerosas del cuello uterino son ocasionadas por el virus
del papiloma humano (tipos 16 y 18) siendo estas de gran malignidad. (Organización Mundial
de la Salud, 2022)
Las tasas de supervivencia tienen una relación muy estrecha con factores como la raza, el
origen étnico y la edad. Para las mujeres blancas, la tasa de supervivencia a 5 años es del 71%.
Para las mujeres negras, la tasa de supervivencia es del 58%. Para las mujeres blancas menores
de 50 años, la tasa de supervivencia a 5 años es del 78%. Para las mujeres negras de 50 años o
más, la tasa de supervivencia a 5 años es de 39%. Estos valores dependen del estadio del cáncer
de cuello uterino ya que cuando este es detectado en un estadio temprano aumenta la
supervivencia a 92%. Por otro lado, cuando se encuentra en un estadio diseminado hacia los
tejidos o ganglios linfáticos regionales la tasa de supervivencia es del 18%. Junta Editorial de
Cáncer. Net, 2022)
Según la revista de metrociencia en el Ecuador, la enfermedad sigue siendo un importante
problema de salud para las mujeres de mediana edad, que constituyen una parte importante de la
economía del país, y cada vez está más lejos de los objetivos de la OMS. Por otro lado, los países
que han popularizado la citología cervical, como Costa Rica, han conseguido reducir la tasa de
mortalidad de 10,5/100 000 en 1974 a 4,4/100 000 en 2015. El estudio reveló que la tasa de
incidencia estandarizada por edad en Quito es de 17,5, la segunda más alta después del cáncer
de tiroides y de mama, y que Quito es una de las ciudades con mayor incidencia de cáncer de
cuello uterino del mundo. Lamentablemente, la tasa de supervivencia de las mujeres
diagnosticadas con cáncer de cuello uterino en Ecuador, con un 52%, es inferior a la de países
vecinos como Chile y Colombia. (Daniel Alejandro Aguilar Bucheli, 2022)
Estos millones de casos de contagio y muertes de mujeres, son diariamente documentadas,
según varias organizaciones de salud, como lo es la OMS. Lo trágico de este evento es que la
mayoría de estos contagios y muertes pudieron haber sido prevenidos. Ofreciendo veracidad de
esta información, datos publicados por los organismos de la salud para el Control y Prevención
de Enfermedades Infecciosas menciona que las campañas de prevención primaria dirigida para
niñas y adolescentes tienen una pobre y decepcionante cifra de acogimiento.
Debido a esta devastadora realidad, su importancia clínica recae en la prevención temprana y
el diagnóstico oportuno del cáncer de cuello uterino para así mejorar y proteger la calidad de
vida sexual de las mujeres tanto sanas como ya diagnosticadas con la patología cancerosa. Es así
como la relación entre el HPV y el cáncer del cuello uterino es presentada, como un factor de
alto riesgo de mortalidad para la vida de miles de pacientes, que debe ser evitado a toda costa.
Proceso que se centra en disminuir factores de riesgo como lo es el utilizar preservativo, posponer
el inicio de la vida sexual, limitar el número de pareja sexuales, la inmunización contra el HPV
en niñas y dar a conocer estrategias de tamizaje a los grupos de riesgo (citología y Test de VPH
como método adicional de screening, además de un protocolo de manejo.(Bravo Polanco et al.,
2020)
Como ya es de conocimiento propio, luego de toda la bibliografía investigada, el HPV se
considera un agente de importancia patológica, puesto que sus contagios de variantes determinan
un papel fundamental en la vida sexual de los pacientes, además de ser una infeccion de alta
prevalencia en el mundo con marcada preocupación en el sistema sanitario, el HPV se considera
agente causal para carcinoma de cérvix, lo cual hace que en las mujeres infectadas con este virus
lleven un estilo de vida pendiente de las evoluciones del mismo, afectando gran parte de sus
hábitos cotidianos, tanto sexuales como psicológicos. (Coronado Martín, 2022)
Una variedad de publicaciones investigativas de análisis integral en pacientes con dicho
padecimiento, han establecido que durante los últimos años el impacto negativo social y
emocional sobre la calidad de vida que implica la infección por VPH ha sido de gran impacto,
sobre todo por las lesiones que se asocian a dicha afección.
Es necesario mencionar que hasta hace pocos años el cribado para conocer el impacto del
HPV y sus patologías asociadas sobre la calidad de vida en la paciente es casi nulo, por ello las
actividade científicas ubicaron una falencia en dichos estudios, logrando así crear una escala para
valorar la cotidianidad de la vida en paciente infectada. Este cuestionario denominado HPV-
QoL, se compone de cuatro dominios importantes que abarca: el bienestar general tanto
psicológico como social; la salud en relación a la infección de la paciente; contagiosidad en ella
y la sexualidad en relación posterior a la infección. Se considera que dicho test tiene gran utilidad
ya que posee estabilidad, confiabilidad, rapidez y permite valorar pacientes indiferentemente de
su edad y nivel educativo. (Santos et al., 2022, 26)

Objetivo general
● Analizar la información actual acerca de la infección por HPV y su relación con Ca CU
a través de una investigación en repositorios actualizados, con la finalidad de conocer la relación
entre dichas entidades y su repercusión en el estado de vida de las pacientes.

Materiales y métodos
Tipo de estudio
Estudio descriptivo, retrospectivo, transversal que se basa en la adquisición de información
documental y sistemática recopilada a partir de artículos de investigación científica en todo el
mundo.
Bases de datos
Se consultaron las siguientes bases de datos electrónicas, como lo fueron Google Académico,
Pubmed, Scielo, Dialnet, Science Direct (Elsevier), ResearchGate & Scopus. La búsqueda se
limitó a los documentos publicados desde el 2017 hasta la fecha actual (2022), seleccionando
así, archivos de los últimos 5 años, que describen la relación entre el Virus del Papiloma Humano
y El Cáncer De Cuello Uterino.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los autores (Vargas, 2020), (Neerja, Daisuke, Daya, Rengaswamy, 2021) y (Elena
Sendagorta-Cudósa, 2019) concuerdan de que el Cáncer de cuello uterino es una de las
principales causas de muerte en la mujer hasta la actualidad; se origina en las células que revisten
el cuello del útero y consiste en la presencia de células malignas (cancerosas) que se encuentran
en la zona de transformación. El autor Toro menciona en su investigaciòn que la zona de
transformaciòn corresponde a la región entre el epitelio escamoso del exocérvix y el epitelio
columnar del endocérvix, y dado que esta zona se encuentra más expuesta durante la pubertad y
el primer embarazo por la característica anatómica conocida como ectropión, hay una mayor
susceptibilidad a la infección durante esta etapa, la cual disminuye después de la menopausia por
los cambios hormonales. El cáncer de cuello uterino guarda una estrecha relación causal con el
virus del Papiloma Humano, se trata de un virus ADN bicatenario que posee alrededor de 200
subtipos, sin embargo los de alto riesgo son el VPH 16 y VPH 18.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 2022) este tipo de cáncer es el cuarto
tipo más frecuente en las mujeres de todo el mundo, con una incidencia estimada de 604 000
nuevos casos y 342 000 muertes en 2020.
La autora Sara L. reafirma que la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino están
causados por la infección por el virus del papiloma humano (VPH); las cepas del VPH se
clasifican en de bajo o alto riesgo en función de su oncogenicidad. Las cepas de VPH de bajo
riesgo son asintomáticas o causan verrugas genitales, mientras que las cepas de alto riesgo son
cancerígenas. Más del 99% de las lesiones precancerosas (displasia cervical) y de los cánceres
de cuello uterino están causados por la infección con cepas de VPH de alto riesgo. Se han
identificado más de 200 cepas de VPH, de las cuales aproximadamente 40 infectan la región
anogenital. El tipo 16 causa el 50% de los carcinomas de células escamosas y el 55-60% de todos
los cánceres cervicales, y el tipo 18 causa aproximadamente el 20% de los adenocarcinomas
cervicales. Otros tipos de VPH cancerígenos son los tipos 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59
y 68, que causan el 25% de los cánceres de cuello de útero.
La infección por determinados tipos de VPH también puede causar cánceres anales, vulvares,
vaginales, de pene y parafaríngeos. Prácticamente todas las neoplasias y cánceres cervicales son
atribuibles a genotipos de VPH de alto riesgo, y aproximadamente el 70% de todos los casos de
cáncer de cuello uterino son atribuibles a los tipos 16 y 18. Se conocen las etapas del cáncer de
cuello uterino, que incluyen la infección por el VPH, la persistencia del VPH, la progresión hacia
la displasia y la invasión. (Sara L. Dr. Bedell, 2020)
La fisiopatologìa ha sido estudiada desde decadas y segun la investigaciòn del autor Toro
Montoya asegura que el ciclo de vida del VPH comienza con la infecciòn a la capa basal del
epitelio, por numerosas microabrasiones que la alteran. Para garantizar su persistencia, el VPH
necesita infectar células basales con características de células madre que tengan la capacidad de
proliferación, como ocurre en los epitelios de transición en la unión exo-endocervical. Las cepas
de alto riesgo de este virus alteran el ciclo celular normal y promueven la división celular
continua. Se hace énfasis en que las etapas tempranas de la infección, el virus suprime la
inflamación aguda y evade al sistema inmune con el fin de establecer su persistencia. Luego, en
las etapas tardías de la infección, las células transformadas por el VPH inician un proceso de
inflamación crónica que promueve la progresión de las lesiones precursoras del cáncer. (Ana
Isabel Toro-Montoya1, 2021)
Se ha estudiado también que la infección por VPH que progresa a cáncer incluye varios
procesos como la integración del genoma viral, la división celular incontrolada y la participación
de cambios celulares y epigenéticos. Luego de la infección inicial por un virus de alto riesgo,
como por ejemplo el VPH16, su genoma se conserva en forma de episoma, lo cual tiene como
manifestación las lesiones intraepiteliales de bajo grado iniciales. (Ana Isabel Toro-Montoya1,
2021)
Por otro lado (Balasubramaniam, S. D., Balakrishnan, V., Oon, C. E. y Kaur, G.2019)
plantean ciertos eventos moleculares que son clave para el desarrollo del cáncer cérvico uterino,
uno de ellos son los cambios patológicos en el cuello uterino. Cambios premalignos o displasia
de las células escamosas en el epitelio cervical se conocen colectivamente como neoplasia
intraepitelial cervical (NIC). La NIC puede progresar a carcinoma in situ y carcinoma invasivo
si no se trata en una etapa temprana o si el VPH es capaz de desactivar las funciones celulares
del huésped. Además, existe una fuerte evidencia de que ciertas proteínas virales en el VPH son
responsables de los cambios displásicos en las células infectadas y estos también causan la
transformación de lesiones precancerosas a cancerosas.
Otro evento importante son las alteraciones del genoma en estadio canceroso es decir, a
medida que la enfermedad progresa a carcinoma invasivo, surge una diferencia significativa en
la expresión génica, y el número de genes desregulados aumenta con condiciones preneoplásicas
progresivas. La incapacidad de inhibir la proliferación celular es el elemento crucial en el
desarrollo del cáncer. (Balasubramaniam, 2019)
El Manual de Principiantes Para Colposcopia y Tratamiento de Sellors afirma que los
carcinomas in situs (CIS) les antecede una larga cadena en etapas de lesiones precancerosas
caracterizadas microscópicamente por atipia celular con varios grados de displasia o neoplasia
intraepitelial cevical (NIC).
El autor hace mención a la atipia epitelial cervical intermedia entre el epitelio normal y del
cáncer invasivo como displasia, misma que se clasificó en 3 niveles, como pronunciada,
moderada y leve cuya estadificación obviamente está basada según la afectación de la capa
epitelial de las propias células atípicas. De acuerdo a su relación tan estrecha entre la progresión
de la patología y su histología, se denomina y clasifica con el término de neoplasia intraepitelial
cervical (NIC) misma que se divide en grados 1 que corresponde a displasia leve, grado 2 como
displasia moderada y grado 3 que hace referencia a la displasia grave. Esta clasificacion hace
poco mencionada actualmente se le añade, de acuerdo a las alteraciones producidas por el VPH,
otros parametros como lo es la atipia coilocitica acompañada de cavitaciones perinucleares en el
citoplasma, obteniendo una clasificación más completa basada en 2 grados; NIC de bajo grado
sumándose tanto las lesiones del NIC1 ya antes mencionado y atipia coilocitica y las lesiones
NIC2 y NIC3 consideradas de alto grado y precursoras de CIS. Por otro lado, la clasificación de
Bethesda nos permite usar la denominación, lesión intraepitelial escamosa (LIE), la cual usa
parámetros evaluativos de planos condilomatoso y la NIC con la presentación de 2 etapas; en
lesiones de bajo grado (LIE) en donde se ubica el NIC1 y lesiones de alto grado (H-LIE) donde
se toma en cuenta NIC2 y NIC3. (Sellors, John. Sankaranarayanan, 2017)
La Dr Nelly Chavarro aclara que en cuanto a los cambios anatomopatológicos microscópicos
observados mediante citología y que sirven como parámetros de estadificación son; la hipertrofia
nuclear y alteración de tamaño y forma, un aumento de la intensidad tintorial, un reparto anómalo
de cromatina y alteraciones en los núcleos ya sea de células superficiales o células basales y
parabasales y por último pero no menos importante, se toma en cuenta es el tamaño del núcleo
respecto de la cantidad de citoplasma. El autor menciona que tanto la hipertrofia nuclear, los
cambios de tamaño y forma, la hipercromasia al igual que la cromatina en forma de grumos, son
factores usuales en todas displasias.
Sin embargo la presencia de núcleos anormales en células superficiales como intermedias es
característico de las neoplasias de bajo grado mientras en neoplasias intraepiteliales de alto grado
se manifiestan con núcleos anormales en células parabasales y basales además de mayores
relaciones del núcleo con respecto al citoplasma. (Nelly et al., 2019)
Sellors menciona que la única forma de establecer un diagnóstico final del NIC es una biopsia
cervical con muestra de escisión o sacabocados en donde se toma en cuenta si es que presenta
neoplasia intraepitelial cervical y el grado en la que se encuentre basado en la diferenciación ,
maduración y estratificación tanto de células como del núcleo. Su clasificación depende del
espesor epitelial de las células maduras, su diferenciación, dilatación del núcleo, mayor relación
núcleo/ citoplasma, elevada intensidad tintorial, alteración de formas, tamaño y del núcleo
(anisocariosis) y la presencia de figuras mitóticas en células. Determina el autor que la presencia
de una correcta maduración, con mínimas variaciones del núcleo, muy pocas figuras mitóticas,
ubicación de células indiferenciadas en el tercio inferior de las capas epiteliales y la observación
de cambios en el espesor del epitelio debido del VPH de lo clasifica como NIC1, por otro lado
el NIC2 se diferencia del NIC1 por anomalías nucleares más marcadas en toda la mitad o los dos
tercios inferiores del epitelio además de figuras mitóticas en la mitad inferior del epitelio,
mientras que el NIC3 se caracteriza porque puede ausentarse por completo o existir solo en el
cuarto superficial del epitelio la diferenciación y estratificación con numerosas figuras mitóticas
de formas anormales y con las alteraciones nucleares presentes en el espesor del epitelio.
(Sellors, John. Sankaranarayanan, 2017)
De acuerdo a Moreno, casi la mayoría de todos los carcinomas del cérvix uterino, sin importar
su tipología histológica, se originan en la zona de transformación, que corresponde a la región
entre el epitelio escamoso del exocérvix y el epitelio columnar del endocérvix, de donde se suele
extender al exocervix, endocervix o ambos. Macroscópicamente, los carcinomas pueden resultar
en el crecimiento anormal del cérvix, usualmente cubierto por un epitelio sano. En algunas
situaciones, este agrandamiento puede llegar a producir un cuello uterino en tonel, los cuales
pueden llegar a medir más de 4 centímetros. El autor de la Guía Práctica Clínica en Cáncer
Ginecológico y Mamario, menciona que el patrón de crecimiento , tipo celular y grado de
diferenciación de los tumores pueden variar y que los carcinomas se pueden infiltrar en forma
de cordones antepuestos entre sí o en forma de nidos, separados por estroma desmoplásico con
grados variables de infiltrado inflamatorio (Moreno, 2020).
Según la Organización Mundial de la Salud existen 2 tipos principales por su alta frecuencia;
el Carcinoma de Células Escamosas y el Adenocarcinoma sin embargo también se toma en
cuenta la presencia de otros tipos de carcinomas menos frecuentes como lo son los
adenoescamosos, adenoides quisticos y metastásicos. Se menciona que en su gran parte, los
escamosos se presentan como redes infiltrantes de bandas de células neoplásicas separados por
estroma y unos patrones alterados de crecimiento, tipos de células y diferenciación del cual sus
células malignizadas pueden dividirse en queratinizada y no queratinizada, así mismo, estos
pueden estar o bien diferenciados o mal diferenciados. Estos carcinomas se caracterizan por
presentar un estroma con infiltración por linfocitos y células plasmáticas. Como se mencionó
anteriormente, la subdivisión del carcinoma escamoso, El queratinizante se caracteriza por unas
espirales celulares epidermoides con nidos centrales de queratina con núcleos grandes e
hipercromáticos y de cromatina gruesa, además de presentar puentes intercelulares visibles,
gránulos queratohialinos y queratinización citoplasmática y presenta pocas figuras mitóticas.
Por otro lado, los no queratinizante se presentan con nidos irregulares y dentados de células
poligonales inflamadas que irrumpen en el estroma cervical, el polimorfismo celular y nuclear
es más resaltable y con figuras mitóticas múltiples. Existen otros tipos poco comunes, como por
ejemplo el condilomatoso, escamocelular papilar linfoepitelioide y escamo-transicionales de
poca relevancia debido a su poca frecuencia. (Nelly et al., 2019)
Sellor describe que el adenocarcinoma es de origen del epitelio glandular del conducto del
cuello uterino y su presentación más común es el adenocarcinoma de células endocervicales
donde su glandulas son de diversas formas y tamaños con yemas y ramificaciones, bien
diferenciados de organización glandular compleja con la posibilidad de presencia de papilas en
la superficie. Otras formas son el adenocarcinoma intestinal, de células en anillos de sello,
maligno, velloglandular, endometrioide y seroso papilar. (Sellors, John. Sankaranarayanan,
2017).
Según la Revista Anual de Radiología Méxicana, el carcinoma adenoescamoso presenta
tumores con patrones de crecimiento glandular y escamoso como su nombre lo indica. Las
células tumorales muestran una capacidad de proliferación agresiva en el cervicouterino como
en el de células escamosas y en ciertas ocasiones se da una invasión en los capilares. Mientras
que el carcinoma de tumores neuroendocrinos tienen un gran parecido a los que se presentan en
pulmón y tubo digestivo con células pequeñas no diferenciadas, agresivos con metástasis a
distancia, se clasifican en tumores carcinoides típicos y atípicos. (Nelly et al., 2019)
Hombres y mujeres corren el riesgo de una infección por VPH mediante transmisión sexual,
tomando en cuenta que a más de la relación sexual, el contacto piel con piel en áreas genitales
también representa un alto riesgo.
Varios autores coinciden que señala que mantener una vida promiscua sexualmente activa
desde una temprana edad, previas ITS, fumar cigarrillo, inmunodepresión asociada a trasplantes
o VIH (Solano-Mora et al., 2020), antecedentes de partos previos y el uso prolongado de
anticonceptivos elevan el riesgo de infecciones por VPH (Sanchez Gaitan, 2019), además de un
nivel socioeconómico bajo (Bedell et al., 2020).
La falta de detección temprana por tamizaje precario y relaciones sexuales entre hombres
también involucran un alto riesgo en la adquisición de VPH. (Solano-Mora et al., 2020)
Para que las infecciones por VPH evolucionan a cáncer dependerá del tipo de virus, siendo
los VPH 16 y VPH-18 más asociados en el 70 % de los casos de cáncer de cuello uterino y las
lesiones intraepiteliales de alto grado son consideradas lesiones precancerosas (Toro-Montoya
& Tapia-Vela, 2021). El tipo VPH-16 es responsable del 50% del carcinoma de células
escamosas y del hasta 60% de cánceres, mientras que el tipo VPH-18 se ve implicado en el 20%
de adenocarcinomas del cuello uterino, pero con mayor poder oncogénico (Zamora-Julca et al.,
2019). Otras cepas como los tipos 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 68, combinados causan el
25% de los carcinomas cervicales (Bedell et al., 2020).
En múltiples estudios se ha relacionado al VPH 16 en el 60% de las mujeres mayores a los 30
años de edad con cáncer cervical. (Toro-Montoya & Tapia-Vela, 2021)
El VPH-16 es capaz de mantenerse vivo en superficies inanimadas, por lo tanto también existe
el riesgo de contagio con el contacto de superficies contaminadas. (Zamora-Julca et al., 2019)
La revista Médica de la Paz y el Ministerio de Salud Pública de Perú afirman que el virus del
papiloma humano es una causa necesaria, pero no suficiente para desarrollar cáncer de cuello
uterino. De acuerdo a (In & Carcinoma, 2016), solo una reducida cantidad de mujeres infectadas
por VPH desarrollan por sí solo CACU, indicando la existencia de otros factores se ven
involucrados en el avance de la infección al cáncer. Nuestro autor menciona como factores
implicados a la multiparidad, uso prolongado de ACO, cigarrillo, inmunosupresión, la presencia
de otras ITS y factores sexuales (ya mencionados anteriormente. Por otro lado (Llongueras,
2017), afirma que se requiere cofactores tanto ambientales como congénitos, de entre los más
mencionados están las deficiencias inmunes adquiridas (VIH, tratamiento inmunosupresores en
receptores de transplantes o congénitas (como respuestas inmunológicas anormales, tipos LHA,
poliformismos en P53).
También se toman en cuenta los factores hormonales endógenos (hormonas esteroideas) o
exógenas (uso prolongado de ACO aunque su riesgo llega a desaparecer tras 5 años de no
consumo) y otras infecciones de transmisión sexual; el tabaco ; tal vez algunos componentes de
la dieta y la multiparidad. (Ra et al., 2017) & (MINSA, 2017)
(Llongueras, 2017), explica que mediante estudios citológicos y de test de HPV con la
intencionalidad de evaluar la epidemiología del CACU, se encontró VPH en el 99.7% de los
casos de cáncer de cérvix. El resultado final de una infección por VPH, está determinado, entre
otros cofactores, por la carga viral, respuesta inmune del hospedador y la persistencia a lo largo
de un periodo de uno o más de los tipos de VPHs.
(Valdivia L. et al., 2010), redacta en su estudio que se han identificado hasta el momento de
la realización de su investigación, más de 100 tipos de VPH según sus secuencias de ADN. 12
tipos de HPV virales están estrechamente relacionados con neoplasias malignas como lo son los
tipos HPV-16,18,31,33,35,39,45,51,52,56,58 Y 59, especificando que los de mayor prevalencia
de alto riesgo son el 16 y 18,
La existencia de más de 115 genotipos de VPH, según sus secuencias de ADN. Únicamente
los tipos de VPH -16, -18, -31, -33, -35, -39, -45, -51, -52, -56, -58 y -59 , se los denomina como
carcinogénico de tipo 1; existen otros tipos de genotipos, clasificado como probablemente
carcinogénico, como lo es el VPH-68. También se toman en cuenta a los genotipos VPH-26, 30,
34, 53, 66, 67, 69, 70, 73, 82, 97 ,denominados como posiblemente carcinogénicos grupo 2B. El
autor menciona que a nivel mundial, los genotipos más frecuentes asociados a tumores malignos
de cuello uterino son: VPH-16, 18, 45. (Flores-Miramontes et al., 2015)
Por otro lado, el Dr Raul Arevalo detalla que hasta la fecha de la realización de su
investigación, se han determinado y clonado más de 120 genotipos diferentes de VPH y añade
que, 8 tipos de VPH causan más del 90% de todos los cánceres, en donde los genotipos 16, 18,
45 están asociados a adenocarcinomas cervicales, resaltando que el genotipo 16 tiene un riesgo
de cáncer mayor que los demás. (Ra et al., 2017)
Mientras que (Araldi et al., 2018), describe que cerca de 280 tipos de papillomavirus fueron
mencionados en vertebrados y más de 200 tipos, infectan al humano.Todos los tipos de HPVs
pueden inducir lesiones proliferativas benignas y 40 de ellas infectan la región ano genital. Sin
embargo, 15 tipos virales están estrechamente relacionados con neoplasias malignas como lo son
los tipos HPV-16,18,31,33,35,39,45,51,52,56,58 , 59, 68, 73 y 82 designados como de alto
riesgo; además que a 12 genotipos se los clasifica como de bajo riesgo, 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54,
61, 70, 72, 81 y CP6108 y por último, 3 tipos de HPVs se catalogaron como de riesgo intermedio
o probable alto riesgo, que son el 26, 53, 66.
Es por esta razón que, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) clasificó
en total, los tipos de HPVs de alto riesgo 16, 18, 31, 33, 45 y los HPVs de bajo riesgo 6 y 11, los
cuales comprenden los tipos de virus de mayor prevalencia , en donde se aclara que esto suele
cambiar de acuerdo al área geográfica, los tipos de HPVs 16, 18, 31 y 33 son responsables de un
75% de todos los carcinomas de células escamosos y el 94% de todos los adenocarcinomas, se
asociacia a carcinomas de la vulva, vagina, cérvix, ano y pene mientras que los genotipos 6 y 11
produce lesiones del ano o de genitales como pueden ser las verrugas o condilomas o presentar
enfermedades subclínicas transitorias , de resolución espontánea.
En la investigación realizada varios autores afirman a través de la práctica clínica que el
cáncer de cuello uterino no presenta síntomas en sus estadios iniciales. (Cynae A. Johnson, 2019)
menciona que cuando el cáncer progresa los síntomas más comunes en el momento de la
presentación son el sangrado vaginal irregular o abundante, sobre todo después del coito.
Algunas mujeres pueden presentar un flujo vaginal que puede ser acuoso, mucoide o purulenta
y maloliente. En el caso de la enfermedad avanzada, las pacientes pueden presentar dolor pélvico
o lumbar que puede irradiarse a lo largo de la parte posterior de las extremidades inferiores.
Cambios en el intestino y/o la vejiga como quejas relacionadas con la presión, o la evacuación
de orina o heces, pueden sugerir la existencia de una enfermedad avanzada.
En el caso de los síntomas cervicales, las hipótesis se relacionaban a menudo con otras
posibles causas de sangrado vaginal, como la anticoncepción hormonal, un posible aborto
espontáneo o embarazo, productos de la concepción retenidos después del aborto, posibles
infecciones de transmisión sexual (ITS) y violencia sexual. El autor (Moodley, y otros, 2021)
añade que además es importante estudiar la etiologìa porque queremos comprobar si este flujo
vaginal está causado por una infección de transmisión sexual, o es una candidiasis que no se
transmite sexualmente, puede ser cualquier tipo de infección.
La American Cancer Society corrobora que los síntomas del cáncer cervicouterino temprano
y pre cánceres generalmente no tienen síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan hasta
que el cáncer se hace más grande y crece en el tejido cercano. Cuando esto sucede, los síntomas
más comunes son sangrado vaginal anormal, como sangrado después de las relaciones sexuales
vaginales, sangrado después de la menopausia, sangrado y manchado entre períodos, o tener
períodos (menstruales) que son más largos o más pesados de lo habitual. También puede ocurrir
sangrado después de las duchas vaginales. Una secreción inusual de la vagina, la secreción puede
contener algo de sangre y puede ocurrir entre sus períodos o después de la menopausia. Dolor
durante las relaciones sexuales, dolor en la región pélvica.
Ademàs menciona que los signos y síntomas observados con la enfermedad más avanzada
pueden incluir hinchazón de las piernas, problemas para orinar o defecar y sangre en la orina.
(American Cancer Society, 2022)
La detección temprana mejora en gran medida las posibilidades de un tratamiento exitoso de
los pre-cánceres y el cáncer. Estar al tanto de cualquier signo y síntoma de cáncer de cuello
uterino también puede ayudar a evitar el diagnóstico. Como datos obtenidos en la investigación
se ha podido evidenciar que existen muchas pruebas utilizadas para diagnosticar el cáncer de
cuello uterino. Sin embargo no todas las pruebas se utilizan para toda paciente este apartado en
especial se detallarà màs adelante, para llegar al posible diagnóstico del CaCu es esencial una
correcta anamnesis en la historia clínica.
Para el autor Gonzalez M. La anamnesis es el primer paso para cualquier paciente, el
interrogatorio bien dirigido puede, con frecuencia, ser la clave de un diagnóstico exacto. A la
paciente se le deberà preguntas sus antecedentes familiares, ya que el factor hereditario se
encuentra entre las primeras causas de CaCu, historia menstrual, haciendo constar en ella la edad
de la menarquia, a demàs de las características de la menstruaciòn duraciòn, periodos o intervalos
libres entre un sangrado y otro. Para el diagnóstico del cáncer cervicouterino es indispensable
conocer la edad de la paciente y número de parejas sexuales. (Ginecología, 2020)
(Josephine R,y otros, 2022) concuerda y añade que la historia clínica incluye preguntas sobre
infecciones de transmisión sexual previas, número de parejas de toda la vida, antecedentes de
infección por el VPH, antecedentes del virus de la inmunodeficiencia humana, tabaquismo y si
se han vacunado contra el VPH. Se debe preguntar a las mujeres sobre su ciclo menstrual,
sangrado anormal, flujo vaginal persistente, inflamación y lesiones cervicales conocidas. El
examen físico debe incluir una evaluación completa de los genitales externos e internos. En las
mujeres con cáncer de cuello uterino, el examen puede revelar compresión cervical, lesiones,
erosiones, hemorragia al examen y fijación de los anexos. (Fowler, Maani, & Jack., 2022)
La revista de (Conquer Cancer, 2022) menciona la importancia de realizar el examen físico
mediante el examen pélvico bimanual y examen con espéculo estéril. En este examen
ginecológico, el médico comprobará cualquier cambio inusual en el cuello uterino, el útero, la
vagina, los ovarios y otros órganos cercanos de la paciente. Para empezar, el médico buscará
cualquier cambio en la vulva fuera del cuerpo y luego, utilizando un instrumento llamado
espéculo para mantener las paredes vaginales abiertas, el médico mirará dentro de la vagina para
visualizar el cuello uterino. A menudo se realiza al mismo tiempo una prueba de Papanicolaou.
Algunos de los órganos cercanos no son visibles durante este examen, por lo que el médico
introducirá dos dedos de una mano en el interior de la vagina mientras la otra mano presiona
suavemente la parte inferior del abdomen para palpar el útero y los ovarios. Este examen suele
durar unos minutos y se realiza en una sala de exploración de la consulta del médico.
Según (Cecelia H Boardman, 2022) en pacientes con cáncer de cuello uterino en etapa
temprana, los hallazgos del examen físico pueden ser relativamente normales. A medida que la
enfermedad progresa, el cuello uterino puede volverse anormal en apariencia, con erosión
macroscópica, úlcera o masa. Estas anomalías pueden extenderse a la vagina. El examen rectal
puede revelar una masa externa o sangre macroscópica por erosión tumoral. Los hallazgos del
examen pélvico bimanual a menudo revelan metástasis pélvicas o parametriales.
Si la enfermedad afecta al hígado, se puede desarrollar hepatomegalia. La metástasis
pulmonar generalmente es difícil de detectar en el examen físico a menos que se manifieste
derrame pleural u obstrucción bronquial. El edema de la pierna sugiere obstrucción linfática o
vascular causada por un tumor.
l cáncer de cuello uterino como ya se conoce es una patología precedida de la infección por
el VPH, es por ello que para un buen abordaje médico patológico es necesario el apoyo de
métodos diagnósticos complementarios que permitan un correcto resultado; para ello se han
identificado una gama de paraclínicos capaces de brindar beneficios tanto para el paciente como
para el médico tratante, cabe recalcar que uno de los principales procedimientos será el tamizaje
en pacientes sexualmente activas, que permanecen en exposición y su detección es la piedra
angular en el tratamiento y la calidad de vida.
El tamizaje de identificación temprana de lesiones en pacientes en edad reproductiva es de
gran utilidad, debido a que con este cribado se puede detectar procesos pre malignos capaces
llevar a situaciones desfavorables, lo cual tiene importancia ya que se puede iniciar un proceso
de tratamiento y seguimiento óptimo, entre las pruebas pertenecientes al tamizaje se tiene al test
de VPH, la citología cervical y la citología cervical en conjunto a la prueba de VPH, estas pruebas
tienen la finalidad realizar su detección para mejorar la calidad de vida y evitar que la paciente
llegue a etapas más críticas y el manejo de la misma se complique.
El test de detección para VPH, según (Sanchez Gaitan, 2019, 5), es una prueba de máxima
utilidad que permite detectar el ADN viral del agente presente en la paciente infectada, siendo
también usado como prueba de seguimiento para el Ca CU, sin embargo, para (Sociedad
Española de Oncología Médica (SEOM), 2020) a pesar que el test de VPH tiene una alta
sensibilidad y especificidad, hay variedades del mismo, funcionando como detección del ADN
viral, detección del ARN de genes específicos del VPH aunque demuestra una mayor relación
con falsos positivos ó detección de ciertos marcadores celulares que tienen tropismo por ciertas
proteínas específicas, claro que esta Sociedad define que para una mayor certeza en el tamizaje
debe realizarse en combinación de la citología cervical. En cambio para (Toro & Tapia, 2021,
477) a pesar de que existe una alta sensibilidad en el test de VPH, es importante mencionar que
puede dar positivo aun con solo haber ciertas partículas del virus, mas no la existencia de una
manifestación real, por lo cual refuta parte de su mención del primera autor y concuerda con el
segundo autor mencionado anteriormente, mencionando que si es de gran utilidad el test de VPH
siempre y cuando se haga sinergia con el examen cérvico uterino y así evitar falsos positivos.
Existe una correlación actual e importante entre lo antes mencionado con lo que según
(National Cancer Institute, 2022) hace mención, y es que el la prueba del VPH es útil en cuanto
a la clasificación de la cepa involucrada en la infección de la paciente, más no cuenta con
suficiente capacidad de diferenciar a aquellas pacientes que presenten lesiones escamosas
intraepiteliales que necesitan valoración dicional de las que no, es por ello que también es
aprobado por dichos autores el uso sinérgico del test más la citología cervical.
La citología de cuello uterino, según (Sanchez Gaitan, 2019, 5) es una prueba en la cual se
toma una muestra citología exfoliativa del cérvix, presenta una baja sensibilidad y una alta
especificidad de gran utilidad para disminuir la mortalidad por cáncer de cuello uterino en un
80%, y se considera no apta para mujeres en los extremos de la vida, ya que por su edad no
califican para estar dentro del grupo de riesgo, tendiendo por lo general a salir resultados
negativos, no obstante, para (Zheng & Ding, 2018, 5221)considera que el VPH de alto riesgo
califica como una condición necesaria para contraer carcinoma cervical, es por ello, que en la
actualidad, la detección del VPH por medio del test, se coloca como el principal método de
detección en relación a la citología, destacando la Hybrid Capture 2 (HC2) que es la más
adaptada para la determinación de dichas infecciones virales. Por otro lado, (Solano et al., 2020,
395) informan acerca de que algunos años atrás la citología ha sido considerada como el pilar
fundamental con más exactitud para la detección del cáncer cervicouterino, sin embargo, es
necesario que este cribado sea realizado junto con otros métodos para obtener mejores resultados,
como es el caso de la prueba del VPH, claro que al hablar de su uso constante anualmente y en
varias mujeres, la citología de cuello uterino en relación al test de VPH, y sus resultados limitados
por este último, considera que su costo está injustificado, prevaleciendo el uso de la citología ya
que está al alcance de la población y en la mayoría de centros medios estatales es gratuita.
Para lograr una clasificación correcta de los resultados del examen citológico es importante
que se evalúe su nomenclatura según su sistema, ya que todos los resultados anormales necesitan
una posterior evaluación y seguimiento cada 6 meses. Estas nomenclaturas se clasifican en OMS,
Sistema NIC y Sistema de Bethesda, valorando parámetros como normales, alteraciones
celulares, alteraciones glandulares y carcinoma invasivo.
Tabla 1. Resultados del examen citológico.

Fuente: Tomado de: Revista Médica Sinergia, Tamizaje y tratamiento de las lesiones precancerosas
para la prevención del cáncer cervicouterino. 2019 (Sanchez Gaitan, 2019, 5)

En relación a los métodos principales diagnósticos mencionados con anterioridad, es


necesario mencionar una técnica importante en la que en ambos casos, que favorece de manera
significativa para llegar al resultado de detección, siendo así la colposcopia, de la cual se conoce
mediante algunos autores, que es habitualmente es un procedimiento de inspección visual, la
cual a través del mismo puede hacer la deteccion de cancer de cuello uterino, este procedimiento
se lleva a cabo a través del uso de un colposcopio, mismo que es capaz de aumentar hasta 30
veces la visualización del cuello. El médico encargado dejará su revisión en dos zonas
específicas, la primera que es la unión escamocolumnar y la segunda que es la zona de
transformación. Al momento de la realización de la colposcopia es útil practicar las pruebas de
marcación de células cancerosas con el ácido acético y yodo de Lugol, dando como resultado
luego de 90 segundos aproximadamente, en el caso de la solución acética un color blanquecino
debido a la deshidratación de las células metaplásicas.
Mientras que en la prueba de yodo de Lugol, este marcará las celulas del epitelio normal de
color marron debido a su contacto con el glucogeno, dando como resultado en las celulas
precancerosas o cancerosas poco o casi nula la marcacion, ya que en estas celulas hay casi nada
de glucogeno por su baja division celular, siendo estas celulas no marcadas la zona precisa para
hacer la toma de la muestra o biopsia para ser evaluada histologicamente. (Bedell et al., 2020,
28)
Luego de varios métodos diagnósticos ya hablados, la biopsia pasa a jugar un rol importante
no solo como métodos diagnóstico definitivo, si no también netamente complementario e
indispensable, ya que con los mecanismo antes mencionados, la finalidad de los mismos es llegar
a la toma de muestra para confirmar el crecimiento anormal de células involucradas
precancerosas o cancerosas, es así que algunos autores investigativos destacan que una
colposcopia anormal, más una prueba de detección para VPH positiva con alto riesgo, es
indicativo para proceder con análisis histológico, ya que es la única forma de llegar al diagnóstico
concluyente. (Toro & Tapia, 2021, 477)
El uso de las biopsias es de gran utilidad hoy en día, sabiendo destacar que existe varios tipos
de las mismas, y que no solo sirven de diagnóstico, sino también de tratamiento, puesto que en
algunos casos son capaces de extirpar el tejido anormal por completo, al momento de realizar la
biopsia, por ende no se necesitaría otro mecanismo terapéutico. La evaluación histopatológica
de la misma permite estimar los resultados tanto de citología como de la colposcopia, de hecho
la toma de muestra debe ser guiada con la colposcopia, para que no haya errores en el proceso.
(Zamora et al., 2019).
Una vez que se ha detectado la infección por métodos de tamizaje, y con ello la positividad
para células precancerígenas o cancerígenas, se debe hacer posterior a ello el seguimiento de la
evolución del mismo, que en caso de ser desfavorable este debutará como cáncer, realizándose
así la estadificación del mismo a través de la nomenclatura más actualizada para dicha patología,
misma que pertenece a la Federation Internationale de Gynecologie et d'Obstetrique, FIGO. Para
lograr una correcta estadificación del Ca de cuello uterino, la FIGO evalúa en el tumor: tamaño,
localización, extensión local y distancia de las metástasis. Se debe realizar un correcto estadiaje
a través de múltiples disciplinas, debido que la clasificación exacta de la categoría será la misma
que brindará las pautas para el tratamiento más adecuado, es por ello que se requiere mucha
cautela al hacerlo. (Bhatla et al., 2021, 28).
Figura 1. Categorías de estadios de la FIGO

Fuente: Tomado de European Society of Gynaecological Oncology, Guia clinica de


cancer de cervix, 2018. (European Society of Gynecological Oncology, n.d.)

En base a la literatura investigada se ha determinado que las enfermedades del cuello uterino
son una de las condiciones patológicas más comunes del sistema reproductor femenino y no
tienden a disminuir. Cualquier enfermedad ginecológica puede combinarse con la patología del
cuello uterino Por eso, a pesar de los modernos avances en el diagnóstico, la patología del cuello
uterino sigue siendo el problema más importante en obstetricia y ginecología. La patología del
cuello uterino es una de las enfermedades más comunes en el mundo y requiere mucha atención.
Esto se debe al hecho de que dejan su huella en la actividad reproductiva de las mujeres. Pero el
problema principal es diferente: todas las enfermedades de fondo en algún momento pueden
conducir a la malignidad de las formaciones. Mientras tanto, el cáncer de cuello uterino ocupa
el tercer lugar en términos de frecuencia de aparición entre las enfermedades del sistema
reproductivo Hay varios tipos de patologías del cuello uterino, entre los que hay tres grupos
principales: enfermedades de fondo, precancerosas y cancerosas. Las primeras incluyen la
erosión cervical, la ectopia, los pólipos y la leucoplasia.
El grupo de enfermedades precancerosas está representado principalmente por diferentes tipos
de displasia cervical. (Navruzova, y otros, 2022)
La autora (Cecelia H Boardman, 2022) añade a su investigaciòn que además de las
condiciones enumeradas en el diagnóstico diferencial, otros trastornos a considerar en una mujer
con posible cáncer de cuello uterino incluyen cervicitis/infección, particularmente
granulomatosa (que es poco frecuente), Melanoma primario y enfermedad de Paget y/o Cáncer
de vagina.

Tratamiento no quirúrgico
Además de su función curativa, la radioterapia también se puede utilizar como terapia
adyuvante para pacientes operados para prevenir la recurrencia locorregional, aunque se
desaconseja el papel de la “modalidad dual”, y como terapia paliativa para aliviar los síntomas
angustiantes en pacientes con enfermedad incurable avanzada.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM, 2020) manifiesta que las NIC1 no
requieren tratamiento excepto si se encuentra persistente durante dos años o tiene imposibilidad
de seguimiento, siendo recomendable la opción quirúrgica. El tratamiento de las NIC 2-3
requiere de igual manera un tratamiento quirúrgico, siendo la más frecuente resección con asa
diatérmica o conización.
Carcinoma in situ
Aunque se prefiere la cirugía para la enfermedad en estadios tempranos, en casos con
contraindicaciones para la cirugía o la anestesia, la radioterapia proporciona igualmente buenos
resultados en términos de control local y supervivencia. La decisión de tratamiento debe tomarse
sobre la base de factores clínicos, anatómicos y sociales. Los pacientes con enfermedad
microinvasiva han sido tratados sólo con radioterapia intracavitaria (ICRT) con buenos
resultados si la cirugía está contraindicada debido a problemas médicos. Los pacientes
seleccionados con enfermedad en estadio IB1 muy pequeña (menos de 1 cm) también pueden
ser tratados con ICRT solo, particularmente si existen contraindicaciones relativas a la
radioterapia de haz externo (EBRT). Una dosis de 60–65 Gy equivalente generalmente se
prescribe para el punto A. Una combinación de EBRT e ICRT también es una opción para estos
pacientes. Bhatla et al., 2021)
El Instituto Nacional de Cáncer (National Cancer Institute, 2022) indica radioterapia en las
pacientes inoperables y recomienda que se utilice una inserción intracavitaria simple con tándem
y ovoides de 5000 mg horas (dosis de 80 Gy en la superficie vaginal).
Tratamiento quirúrgico
Lesiones Precancerosas
Según Efraín A. de la Revista de la Gaceta Mexicana de Oncología, la conducta de terapia
para la patología cervical dependerá de la edad de la paciente, tipo de lesión, si es que la paciente
se encuentra en gestación, si desea mantener la fertilidad, el estado actual de inmunidad y si se
encuentra en estado posmenopáusico. Afirmando de esta forma que la modalidad de tratamiento
debe ser individual, considerando dentro del esquema electivo, a los procedimientos ablativos y
de escisión. (Medina-Villasenor et al., 2016).
El Dr. Esteban Gaitan indica que el manejo puede ser expectante o de acción directa de
acuerdo el grado de displasia en el que se encuentre la paciente o si se encuentra en gestación.
Las NIC1 se las denomina como pacientes con gran posibilidad de regresión espontánea, por lo
que se les aconseja un manejo expectante. Se puede continuar con el tamizaje normal si es que
2 citologías cada 6 meses estan sin alteraciones o presentan un test de HPV negativo, sin embargo
se recomienda la realización de colposcopia cada 6 meses o extirpación diagnóstica en caso que
la mujer presente un antecedente de una lesión escamosa intraepitelial de alto grado o una PAP
con resultados inespecíficos. Por otro lado, las NIC II y III deben atenderse inmediatamente
mediante el uso de crioterapia, terapia con láser, Leep o Cono Biopsia. (Gaitan, 2019)
La Guía de Práctica Clínica para la Prevención y Manejo del Cáncer de Cuello Uterino del
Perú explica a detalle que tanto la crioterapia como la LEEP son mucho más adecuados debido
a que necesitan de menos inversión financiera, útil en entornos con pocos recursos y por que
presentan tasas altas de curación y mínimas de complicaciones. El autor declara que la crioterapia
elimina áreas precancerosas del cuello uterino mediante congelación con un tanque de CO2
comprimido o N20 de la misma forma, solo de requiere 15 minutos y no se requiere anestesia
por lo bien tolerada sin embargo nos aclara que si la lesión es sospechosa de cáncer in situ, no
es una buena alternativa y recomienda LEEP u otra forma quirúrgica. En cuanto a la Escisión
Electroquirúrgica con Asa de la Zona de Transformación (LEEP) se refiere a la eliminación de
áreas anormales del cérvix con un asa de alambre delgado, misma que corta y coagula con la
posterior utilización de un electrodo de bola para una coagulación completa. (MINSA, 2017)
Existen otras opciones mencionadas por el autor del artículo de tamizaje y tratamiento de las
lesiones precancerosas, como lo son el Láser de Dióxido de Carbono que utiliza un rayo láser
para destruir o ablandar el tejido de la zona de transformación con muy buenos resultados de
resolución y por último se encuentra La Conización, procedimiento en forma extensa de una
biopsia de cérvix que puede utilizarse como método diagnóstico y tratamiento , el cual extrae
una cuña de tejido con forma de cono del cuello.
Carcinoma In Situ
La organización mundial de la salud y la FIGO indican que el manejo del cáncer cervical es
principalmente quirúrgico. Mencionan que la cirugía es adecuada para estados tempranos, donde
la conización, la simple histerectomía o histerectomía radical podrían ser seleccionada de
acuerdo a los estados de la patología.
Las organizaciones detallan que en el estadio IA1 el tratamiento está completo con la
conización cervical a menos que exista invasión del espacio linfovascular o la presencia de
células tumorales en el margen quirúrgico. En el caso de mujeres quienes han completado el
embarazo y no planean tener hijos en el futuro además de mujeres adultas mayores está
recomendado la histerectomía mientras que la IA2 está recomendado linfadenectomía pélvica
más una histerectomía radical en caso de un pequeño riesgo de metástasis a nódulos linfático o
en casos de caso riesgo se recomienda histerectomía simple o traquelectomia combinado con
linfadenectomía pélvica. Si es que la paciente desea mantener su fertilidad se recomienda
conización cervical con linfadenectomía pélvica.
En cuanto al estadio IB1 se recomienda histerectomía radical con el mantenimiento del nervio
pélvico sin embargo en mujeres jóvenes con deseo de mantener su fertilidad se recomienda una
traquelectomía radical, así mismo, en el Estadio IB2 y IIA1 se puede seleccionar cirugía o
radioterapia dependiendo de los factores de riesgo de la paciente y los recursos del centro de
salud, si la elección es quirúrgica , se recomienda una histerectomía radical con la preservación
de los ovarios más linfadenectomía pélvica. Los estadios IB3 y IIA2 se recomiendan
quimiorradiación pero también está la opción quirúrgica de histerectomía radical seguida de
radioterapia. El estadio IVA o recurrente se recomienda exenteración pélvica pero tiene un pobre
pronóstico. (Bhatla et al., 2021)
Prevención primaria
El Ministerio de Atención Pública y Asistencia Social de Guatemala señala que además de la
utilización de preservativos y prácticas sexuales seguras y no fumar, la forma con mayor eficacia
para evitar el cáncer de cuello uterino es a través de una vacuna, especialmente antes del inicio
una vida sexual y a corta edad. En este campo, la educación sobre los factores de riesgo
involucrados es de suma importancia y necesaria en todos los niveles del Sistema Nacional de
Salud.
Prevención secundaria
Prueba de tamizaje de Papanicolaou en mujeres con factores de riesgo, de 25-54 años de edad,
además del grupo de mujeres que nunca antes se han realizado esta prueba o en los dos últimos
años. (Ministerio De Salud Pública Y Asistencia Social de Guatemala., 2008)
Seguimiento y derivación
Se ha mencionado en algunas literaturas que no existen estudios específicos o de alta calidad
que permitan realizar un seguimiento óptimo posterior al tratamiento efectuado en la paciente,
partiendo desde la probabilidad es que él existan recidivas durante los primeros 2 años, para lo
cual es importante que se haga un seguimiento rutinario cada 3 meses durante los años
vulnerables a la recesividad y cada 6 meses posterior a estos. Es importante mencionar que para
el seguimiento se debe utilizar evaluación clínica en busca de signos alarmantes. (National
Cancer Institute, 2022)
Respecto a la derivación de Ca CU se menciona que, debe realizarse cuando no es indicativo
utilizar el tratamiento ablativo o si es considerado el caso como una sospecha para Ca, siendo así
es necesario buscar el nivel condicionado dentro de los equipos de salud, y proceder a su
derivación para que se realicen las técnicas complementarias, mismas que a su vez si se detectan
anormalidades, deberán hacer derivación a centros oncológicos especializados de mayor nivel
para confirmar o descartar dichas sospechas. (Organización Mundial de la Salud (OMS), 2022)

CONCLUSIÓN
Después de una ardua investigación y comparación de artículos en relación con la
etiopatogenia del cáncer de cuello uterino concluimos que no todas las mujeres con infección de
VPH desarrollan cáncer de cérvix debido a que usualmente necesitan la coexistencia de otros
factores de riesgo como la multiparidad, uso prolongado de ACO, cigarrillo, inmunosupresión,
sin embargo, todas las mujeres que fueron diagnosticadas con CACU tienen como factor
etiológico principal, mismo que siempre se encuentra presente, aproximadamente en un 99.7%,
el Virus del Papiloma Humano. También se toma en cuenta al genotipo del VPH, clasificados
como de alto riesgo de desarrollo de cáncer cervical a los HPVs
16,18,31,33,35,39,45,51,52,56,58 , 59, 68, 73 y 82 y de bajo riesgo a los HPVs 6, 11, 40, 42, 43,
44, 54, 61, 70, 72, 81 y CP6108 y como de riesgo intermedio a los HPVs 26, 53, 66.
Hombres y mujeres corren el riesgo de una infección por VPH mediante transmisión sexual
y una vida promiscua, además fumar cigarrillo eleva el riesgo junto a una inmunodepresión o
antecedentes de partos previos y el uso prolongado de anticonceptivos. Para el desarrollo de
cáncer uterino, las cepas de VPH 16 y VPH 18 son las más involucradas.
Finalmente para concluir las ideas en cuanto a las técnicas complementarias, por análisis de
lo mencionado en cuanto de los autores bibliográficos citados, se define que tanto el test de HPV
como la citología cervical, son de apoyo fundamental para la detección precoz del Ca CU, sin
embargo, posterior a estos dos cribados, todos los autores afirman que la biopsia, es el estudio
histopatológico que define la existencia o no de células cancerígenas, para posteriormente
estadificar e iniciar el tratamiento.
En las mujeres inoperables, la mejor opción terapéutica es la radioterapia en sus estadios
iniciales y el tratamiento quirúrgico depende del grado de displasia o carcinoma in situ que se
encuentre la paciente, si desea mantener su fertilidad, edad y si se encuentra en estado de
gestación. Algunas opciones de un gran abanico sobresalen sobre otras como lo son la
crioterapia, LEEP y Cono Biopsia en caso de displasias y en cuanto al carcinoma invasivos se
toma en cuenta a la conización, la simple histerectomía o histerectomía radical misma que
dependiendo del deseo de la paciente se puede modificar o cambiar a terapias no quirúrgicas.

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