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CURSO ESPECIALIZADO:

RESPONSABILIDAD POR LA
FUNCIÓN PÚBLICA
GESTIÓN 2021
UNIDAD 6 :
PRINCIPIOS Y VALORES ÉTICO MORALES
EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y
COMPETENCIAS INTERPERSONALES
APLICABLES AL SERVICIO PÚBLICO
TEMA 1 : VALOR ÉTICO Y MORAL
1. EL VALOR DE LO ÉTICO Y LO MORAL
1.1. ÉTICA Y MORAL

Ética : Valora los términos Acciones humanas


del bien y el mal desde fundamentadas en la
una óptica subjetiva razón y el saber
práctico

Normas establecidas en Relacionada al


sociedad que afectan el contexto social y
comportamiento de los tradiciones
que la componen
1.2. VALOR PÚBLICO

Es el valor final de la Administración Pública dirigida a los


destinatarios (Administrados), se efectiviza mediante la cadena de
valor.
1.3. MORAL PÚBLICA
Cumplimiento y compromiso del servicio público en búsqueda del bien
común y el fortalecimiento de la institucionalidad
1.4. SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE PRINCIPIOS ÉTICO MORALES Y
VALORES
SIMILITUDES DIVERGENCIAS

• Tienen como finalidad • Los principios ético morales son de


establecer la armonía en carácter universal a diferencia de los
sociedad valores que se desarrollan de forma
• En su aplicación ambos están individualizada
íntimamente ligados • El principio es un axioma que plasma una
determinada valoración de justicia de una
sociedad, sobre la que se construyen las
instituciones del Derecho
TEMA 2 :
PRINCIPIOS ÉTICO MORALES
CONSTITUCIONALES APLICADOS A
LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
2. PRINCIPIOS ÉTICO MORALES APLICADOS A LA ADMINISTRACIÓN
PÚBLICA

2.1. AMA QHILLA, AMA LLULLA, AMA SUWA


No seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón, este principio
ético moral constitucional, tiene cabida en el manejo de la
Administración pública, en razón al correcto actuar de los
servidores públicos
Sentencia Constitucional Plurinacional N° 0015/2012 de 16 de
marzo: "...resume de manera extraordinaria la moral que toda
persona, natural o jurídica debe practicar en todas sus
actividades. En ese sentido, se hace énfasis en el principio
del ama qhilla, que establece una conducta de vida diligente que
debe observar todo individuo, con mayor razón un servidor
público…”
2.2. SUMA QAMAÑA

El “vivir bien” como principio ético moral, establece una excelencia


de vida tanto en el plano material como espiritual. Involucra un
valor no solo normativo sino axiomático.
Tiene como objetivo en relación a la Administración Pública y
servidores públicos, que rijan su accionar en búsqueda de una
sociedad justa, transparente, equitativa, pronta, oportuna y sin
dilaciones respetando los derechos fundamentales y las normas
constitucionales consagradas en la Ley Fundamental
TEMA 3 : EL MODELO ACCOUNTABILITY
3. El MODELO ACCOUNTABILITY
3.1. RESPONDABILIDAD EN SUSTITUCIÓN DE RESPONSABILIDAD
Proveniente del término anglosajón accountability que de
acuerdo al diccionario Merriam-Western significa “la obligación
o voluntad de aceptar responsabilidades en base a un
compromiso moral y ético”. Buscó su traducción en el término
“responsabilidad”, sin embargo la misma al carecer de un
sentido ético moral, se acuñó el nuevo denominativo
“Respondabilidad” entendida como la obligación ética en los
funcionarios públicos en su actuación diaria, a presentar
siempre una actitud congruente basada en valores como la
honestidad, transparencia, responsabilidad, tolerancia,
integridad etc.
Acción de
evaluación de
RESPONSABILIDAD RENDICIÓN DE CUENTAS
gestión en
parámetros
normativos

Transmisión de
RESPONDABILIDAD RENDICIÓN DE CUENTAS
resultados
tangibles (impacto
social) de una
gestión de gobierno
a la sociedad
3.2. COMPONENTES DE LA RESPONDABILIDAD
PARTICIPACIÓN RESPONSABILIDAD CÓDIGOS DE
SOCIAL INFORMATIVA ÉTICA

Implementación de Generación y Adopción de


una democracia socialización de hábitos de
legítima, donde los datos e excelencia en el
ciudadanos puedan información con desempeño de
asumir la la finalidad de responsabilidade
responsabilidad de garantizar la s por parte de los
medir a la transparencia de servidores
Administración la Administración públicos,
pública con Pública haciéndolo desde
integridad y el marco de los
sabiduría valores éticos
3.3. DIMENSIÓN ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD EN EL
SERVICIO PÚBLICO
Acto de conciencia
El trabajo del Debe voluntaria, que va
servidor público desarrollar mucho más allá de
está orientado al valores la esfera personal
interés público y determinados para alcanzar la
bien común. en base a un ética colectiva y
constructo crear la ética o
ético. moral pública.
TEMA 4 :
HABILIDADES
INTERPERSONALES EN LA
FUNCIÓN PÚBLICA
4. HABILIDADES INTERPERSONALES EN LA FUNCIÓN
PÚBLICA
TRABAJO EN EQUIPO

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN

CONFIABILIDAD

GESTIÓN DE TIEMPO

CAPACIDAD DE ANÁLISIS

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Javier Antezana Llave – Jefe de Unidad
Celular: 67104096
RESPONSABILIDAD POR LA FUNCIÓN PÚBLICA
Transcripción.
UNIDAD 6:
PRINCIPIOS Y VALORES ÉTICO MORALES EN LA ADMINISTRACIÓN
PÚBLICA Y COMPETENCIAS INTERPERSONALES APLICABLES AL SERVICIO
PÚBLICO
Bienvenidos a la unidad número 6 en esta oportunidad vamos a desarrollar los principios y
valores ético morales y las competencias interpersonales aplicables a la gestión pública, en
ese contexto desarrollaremos como primer punto el valor de lo ético y lo moral, luego los
principios ético morales, el modelo accountability y las habilidades interpersonales en el
ejercicio de la función pública.

Respecto al primer punto debemos señalar que la ética se basa fundamentalmente en el


instinto de supervivencia de la especie, la ética tiende al bienestar del conjunto humano,
en pero va cambiando a la realidad social, es la transformación social la que se ha dado
con una mayor profundidad en occidente y así mismo ha generado sociedades bastantes
diferenciadas conocemos muy bien que el desarrollo de la ética ha sido abordado por los
filósofos griegos es muy conocido Aristóteles en su ética que establece conceptos como la
felicidad, la virtud, el placer la amistad, sin embargo este concepto de ética ha ido
mutando con el transcurso del tiempo en la actualidad la ética moderna ya adopta otros
conceptos como la libertad, la responsabilidad, el deber, la justicia, la dignidad todo esto
como consecuencia de la acelerada división del trabajo y que reclama una mayor
responsabilidad personal y una mayor consciencia del deber y la justicia. La ética implica
analizar la conducta humana desde diversos ámbitos, desde el ámbito psicológico, el
ámbito antropológico y por qué no en ámbito sociológico ya la ética como concepto más
evolucionado implica una reflexión del ser humano sobre sus propios actos de ser un acto
primario basado en el instinto la ética hoy en día ya ética ya es un fruto de un análisis que
implica dimensionar las consecuencias de nuestra conducta las consecuencias de nuestros
actos.

Dicho esto pasemos a examinar la moral, la moral es un conjunto de valores y reglas


definidas por determinados grupos o en determinada cultura, la moral define como debe
comportarse la persona en el medio social es lo que también se conoce como costumbre,
la mora puede diferir puede variar entre diferentes culturas en el contexto social o
también en el contexto temporal esto implica que la moral puede cambiar con el
transcurso del tiempo, todos los actos que realizamos los seres humanos tienen un sentido
moral, es decir, que son realizados según se lo aprenda en una determinada cultura, el
valor público se refiere al valor creado por el Estado mediante las leyes a través de los
servicios mediante la implementación de regulaciones y otro tipo de acciones en una
democracia el valor es definido en última instancia por la sociedad y esto se manifiesta en
las preferencias ciudadanas que van a rescatar todo ese conjunto de valores que van a
venir implementados desde las diferentes instituciones que conforman una sociedad, la
cadena de valor no se genera dentro de la organización sino al contrario se genera fuera
de la organización es en el contacto con los destinatarios que se va manifestando la
cadena de valor, uno de los objetivos de la gestión pública por resultados es habilitar las
organizaciones públicas para que logren a través de la gestión pública el proceso de
creación de valor público, en ese contexto tenemos que la moral pública ya abordada por
otro filosofo descrito por Kant se refiere a una noción de moral fundamentalmente en la
democracia y el análisis de la buena voluntad esta se caracteriza por la consciencia del
deber que conduce al principio de toda conducta moral este punto también es
denominado por Kant como el imperativo categórico con una especie de ley de la voluntad
que persigue el mandato de la razón del deber ser de tal manera que el cumplimiento
jurídico se convierte en un valor moral por actuar conforme a las leyes a los preceptos
establecidos en una determinada sociedad Rodríguez Arana Muñoz en su texto ética en la
administración pública se refiere a la necesidad que tiene la administración pública con sus
agentes de mantener un comportamiento en orden a la finalidad del servicio la existencia
de valores éticos y morales en el servidor público es lo que le va distinguir de otros
ciudadanos y los va hacer responsable de la defensa de aquellos a quienes de debe servir,
nuestra Constitución recoge o establece diversos principios ético morales que se van a
aplicar a la administración pública en ese contexto tenemos que por ejemplo el vivir bien
que reivindica a formas y principios organizativos de la vida social que permite restituir la
unidad y armonía de la vida como unidad de sociedad y naturaleza lo primordial del sitio
territorio y racionalidades colectivas. La administración pública se rige en el principio ético
moral no seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón este principio ético moral de rango
constitucional tiene aplicabilidad, tiene cabida en la administración pública en razón al
correcto actuar de los servidores públicos, el vivir bien como principio ético moral
establece una excelencia de vida tanto en el plano material como en el plano espiritual,
ello implica que se involucra un valor no solo normativo sino también un valor de carecer
axiomático tiene como objetivo en relación a la administración pública y los servidores
públicos regir el accionar en búsqueda de una sociedad justa transparente equitativa
pronta oportuna y sin dilaciones respetando los derechos fundamentales y las normas
constitucionales consagradas en la ley fundamental.

Respecto al modelo accountability señalaremos que surge un concepto que es el concepto


de responsabilidad en sustitución del clásico concepto respondabilidad a este respecto
debemos señalar que este término respondabilidad proviene del término anglosajón
accountability de acuerdo al diccionario Merriam, Western significa la obligación o
voluntad de aceptar las responsabilidades, este término fue acuñado por el profesor en
administración pública de la universidad de Buenos Aires Oscar Oszlak que hace énfasis en
lo que señala como un distintivo entre estos conceptos respondabilidad y responsabilidad
y dice que no es otra cosa que el caso de la respondabilidad se alude a la obligación de
entregar cuentas que por ley o por usos recae sobre una persona a la cual se le asignaron o
le entregaron recurso para el cumplimiento de una determinada función, mientras que en
el caso de la responsabilidad esta obligación de entregar cuentas de rendir las cuentas
tiene un carácter fundamentalmente voluntario, este término como ha sido definido hasta
ahora está fundamentado en la presentación de cuentas por parte de los sujetos de la
administración sea pública o privada demandando la presencia de tres criterios esenciales
que son los siguientes; la presencia de la voluntad de responder sobre los objetivos
organizacionales y los recursos asignados antes de asumir la administración, luego la
participación de los distintos grupos de interés durante las fases de planificación y control
y la comunicación ovni direccional tanto dentro como fuera de la organización a este
respecto la respondabilidad en las organizaciones está encargada de transmitir los
resultados a la sociedad en general, en cuanto a la obligación moral legal y ética de cómo
los destinatarios de un mandato como ser gobernantes gerentes o cualquier otro cargo
público utilizan el dinero u otros recursos que les fueron entregados por la sociedad para
emplearlos en beneficio de esta desde una perspectiva general este análisis nos permite
comprender que la respondabilidad ocupa un lugar indispensable en las diferentes
organizaciones sean públicas o privadas y de esta manera su principal objetivo viene a ser
la gestión de los resultados para mejorar la eficiencia buscando optimizar la comunicación
con la mejor selección de los medios eficaces donde se pueda proponer un mejor manejo.

¿Cuáles son los componentes de la respondabilidad?

Tenemos los siguientes componentes, tenemos la participación social que no es otra cosa
que la participación ciudadana constituyendo un factor importante para el Estado, el
promover el ejercicio pleno de estas libertades democráticas y los derechos humanos
consagrados en el marco normativo, la gestión pública debiera ser transparente en su
servicio a los ciudadanos que son en definitiva los destinatarios del accionar de la función
pública, sobre la participación ciudadana como un factor para el desarrollo humano
sostenible se enfrenta a diversas reivindicaciones en pro de derechos de diferentes
colectivos a partir de nuevas identidades que aglutinan estos colectivos como ser el
género, la edad, la migración entre otros, las demandas de derechos de diferentes grupos
que van a ejercer presión al Estado para la incorporación de sus identidades o demandas
particulares dentro de las políticas públicas ratifican que el ciudadano ya no es el receptor
pasivo de los derechos establecidos en su favor en el marco jurídico, sino más bien ya el
ciudadano a través de estos grupos de presión se identifica y trata de ser participe en la
elaboración de las diversas políticas públicas.

Por otra parte también tenemos la responsabilidad de informar que vienen a ser un
modelo que requiere fundamentalmente trasparencia y esta a su vez requiere dos
componentes que vienen a ser la voluntad, la verdadera voluntad política de mostrar la
transparencia y la exigencia ciudadana de querer conocer el accionar de la administración
pública, para ello el acceso a la información resulta esencial y adecuado para una
adecuada fiscalización, la relevancia implica que no se pueda poner meramente en una
cuestión de transparencia informativa sino basada en una racionalidad de funcionamiento
del sistema democrático sin información resulta imposible de conocer la realidad de las
cosas y menos si no hay esta información menos se podría participar en los asuntos
públicos la participación no fuese real, no fuese efectiva, no existía una verdadera
aplicación de la transparencia en la administración pública.

La respondabilidad tiene una dimensión ética, esta dimensión implica la voluntad del
administrador o del gerente para entregar esas cuentas tanto del cumplimiento de los
objetivos como de los recursos que sean asignados para su cumplimiento, la ética es
considerada como una herramienta por diversos autores cuyo objetivo es ayudar a
dilucidar el manejo y el funcionamiento de la administración pública, existen tres procesos
que en su devenir dan sustancia o identidad a las acciones desde un punto de vista ético
estos tres procesos son los siguientes; lo que se piensa y lo que se dice que es lo que
genera la honestidad, lo que se dice y lo que se hace que da origen a lo auténtico y lo que
se piensa y lo que se hace que genera la coherencia enseguida pasaremos a explicar las
habilidades interpersonales en la función pública, las habilidades interpersonales también
conocidas con el denominativo anglosajón como software skills o cuya traducción vendría
a ser las habilidades blandas a diferencia de las habilidades técnicas o habilidades duras
que suelen ser específicas pueden estimularse en el campo de trabajo una de las
características es que se trata de habilidades transversales, esto significa que son
fácilmente transferibles entre distintas instituciones y entre distintas posiciones, el
desarrollo de estas habilidades que no son técnicas permiten en este caso a la
administración pública a generar un mejor ambiente de trabajo donde los servidores
públicos puedan ser capaces de realizar sus actividades conforme los objetivos
establecidos por las instituciones, cabe resaltar que estas habilidades se encuentran
ligadas con los principios y valores personales que tendrán efectos en el buen desarrollo
del servicio público, estas habilidades son el trabajo en equipo, trabajar en la
administración pública significa ante todo saber cómo realizar un trabajo en equipo
independientemente de la posición jerárquica que se ocupe l armonía de un equipo no
debe darse por supuesto, al armonía se puede cultivar con diversas actividades de
formación de equipos y formación experimencial, luego tenemos las habilidades de
comunicación que implican por ejemplo desde la forma de enviar un correo electrónico o
gestionar una rápida reunión con el equipo en este aspecto resulta fundamental
comunicarse de manera clara eficiente y oportuna, luego tenemos la confiabilidad como la
capacidad de trabajar independientemente y sin necesidad de una supervisión la
honestidad la integridad la puntualidad y todo lo que nos lleva a confiar en nuestros
compañeros de trabajo resultan esenciales para mantener una buena productividad, otro
elemento que tenemos es la gestión del tiempo el poder administrar el tiempo disponible
y asignar las prioridades adecuadas sea convertido hoy en día en una competencia
interpersonal sumamente importante tanto es así que se han creado diversas técnicas que
nos permiten sacar el mayor provecho del tiempo como la denominada técnica pomodoro
que nos ayuda a gestionar nuestro tiempo de una forma mucho más eficiente, luego
tenemos la capacidad de análisis que con la finalidad de resolver los diversos problemas
que se van a presentando en la gestión pública resulta crucial entender en profundidad y
hacer un análisis en una primera fase de ese análisis conocer la naturaleza las facetas, las
implicaciones el servidor público debe ser capaz de pensar lógicamente descomponiendo
el problema en secciones e identificando las relaciones de causa y efecto con la finalidad
de lograr buenos resultados y evitar sobretodo transgredir el marco normativo jurídico,
finalmente tenemos la resolución de conflictos indudablemente muchos problemas van a
generar conflictos y en estrecha relación con la competencia interpersonal de capacidad
de análisis, la resolución de los problemas constituye una capacidad que nos va permitir
estudiar y encontrar soluciones a los diversos problemas que puedan presentarse cada vez
que nos enfrentamos a un obstáculo que no se pueda superar simplemente por instinto,
sino a través de un comportamiento habitual por ello la resolución de conflictos responde
a un carácter proactivo y fundamentalmente a un criterio de eficiencia dentro la
administración pública.
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO
FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES Y ADMINISTRATIVAS
ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN

EL CÓDIGO DE ÉTICA EN LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA EN


LATINOAMERICA

EXAMEN DE SUFICIENCIA DE COMPETENCIA PROFESIONAL


ARTÍCULO DE REVISIÓN

PRESENTADO POR:

YOHISY KAREN MAMANI JULLIRI

PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE:

LICENCIADA EN ADMINISTRACIÓN

PUNO – PERÚ

2020
EL CÓDIGO DE ÉTICA DE LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA EN
LATINOAMERICA

THE CODE OF ETHICS FOR PUBLIC ADMINISTRATION IN LATIN


AMERICA

YOHISY KAREN MAMANI JULLIRI

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

YOHIKA.95@GMAIL.COM

RESUMEN

Este artículo tiene como objetivo realizar una investigación sobre el estado actual del
manejo de la ética en la administración pública en Latinoamérica, analizando sus
principales conceptualizaciones, tendencia, investigaciones e investigadores
destacados. La ética es un análisis sistemático y crítico de la moralidad, de los factores
morales que guían la conducta humana en una determinada práctica o sociedad. La
revisión se sustenta en una investigación exhaustiva en publicaciones de revistas sobre
administración pública, normas ISO, libros y revistas más destacas como el google
académico, Scielo, Redalyc y otras fuentes. Finalmente, la temática de trabajo de
investigación ha sido poco explorada en el campo de investigación del sector público, y
puede ser abordada multidimensionalmente desde factores tanto organizacionales.

PALABRAS CLAVES

Administración pública, anticorrupción, código de ética y conducta.

ABSTRACT

This article aims to carry out an investigation on the current state of the management of
ethics in public administration in Latin America, analyzing its main conceptualizations,
trends, research and outstanding researchers. The review is based on an exhaustive
investigation in publications of journals on public administration, ISO standards, books
and leading magazines. Finally, the subject of research work has been little explored in
the field of public sector research, and it can be approached multidimensionally from
both organizational factors.

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KEYWORDS

Public administration, anti-corruption, code of ethics and conduct.

INTRODUCCION

En este artículo se muestra el estado de la cuestión de la ética en la administración


publica en Latinoamérica, para definir este tema tocaremos, primero la definición de
antecedente en el proceso de gestión de la ética en la administración publica en
Latinoamérica, luego hablaremos sobre la situación actual de la administración pública
según la investigación y para finalizar terminaremos discutiendo sobre la ética en la
administración pública: según los códigos de conducta.

Empezaremos por definir y clarificar el concepto, luego realizaremos un breve repaso a


su evolución histórica, y concluiremos con algunas indicaciones sobre el camino que, a
nuestro juicio, debería seguir el desarrollo de estos mecanismos. en las conclusiones
destacaremos las lecciones aprendidas que nos quedan para el futuro y que deberemos
resolver si queremos construir unas instituciones y en definitiva, un mundo más justo.

METODOS

Para hacer realidad el presente artículo se utilizaron motores de búsqueda como por
ejemplo scielo, renati sunedu, google académico, Alicia concytec, redalyc.org , así
mismo se definieron palabras claves para hacer más rápida la búsqueda como código
de ética, ética en la administración pública, administración pública, código de ética en la
administración pública, es así como se obtuvo los siguientes resultados 1250
documentos, para clasificar la información se utilizaron tres filtros i)los trabajos
publicados en los últimos 5 años ii) trabajos que sean de preferencia artículos científicos
y artículos de revisión iii) obtener información de revistas que obtengan temas de gestión
pública, administración pública y ética.

DESARROLLO Y DISCUCION

A) SITUACIÓN ACTUAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN


LATINOAMERICA CON RESPECTO AL CÓDIGO DE ÉTICA.

La ética en administración pública tiene una existencia de hace décadas esta para
formar la conducta de los hombres que están destinados a gobernar. A pesar que

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muchas veces no se ha tomado en cuenta el valor y los principios de ética, en
Latinoamérica representa un tema amplio de discusión ya que se pone muy en tela de
juicio el uso de la ética y sus principios en la administración pública. Por tal razón
recurrimos a fuentes como ministerio de economía y finanzas quienes en el año 2016
realizó la evaluación del plan sectorial anticorrupción del sector economía y finanzas
correspondientemente al II semestre 2016, donde se trazaron tres objetivos la primera
la articulación y coordinación interinstitucional para la lucha contra la corrupción, la
segunda la prevención eficaz de la corrupción y la tercera que es la contribución a la
investigación y sanción oportuna de los casos de corrupción.(ministerio de economia y
finanzas, 2016) esto con la esperanza fallida de replantear un plan anticorrupción en la
gestión pública. Sin embargo el Decreto Supremo que aprueba el Plan Nacional de
Integridad y Lucha contra la Corrupción 2018-2021 nos indica que, la Comisión de Alto
Nivel Anticorrupción (CAN), creada por Ley N° 29976 tiene como objeto articular
esfuerzos, coordinar acciones y proponer políticas de corto, mediano y largo plazo
dirigidas a prevenir y combatir la corrupción en el país; y está conformada por los
titulares de las principales entidades públicas, del sector privado y sociedad civil
vinculados a la lucha contra la corrupción y el fomento de la integridad.(Ejecutivo &
Bases, 2018) .finalmente en el año 2018 se aprobó la directiva para la formulación y
atención de denuncias por presuntos actos de corrupción en el ministerio de economía
y finanzas donde el objetivo principal es de establecer el procedimiento para la
adecuada formulación y atención de denuncias por presuntos actos de corrupción en el
ministerio de economía y finanzas MEF, así mismo se establece medios para la
presentación de denuncias como por ejemplo presencial , por medio de correo
electrónico, a través del portal web, vía telefónica o por medio de documento
físico.(ministerio de economia y finanzas (MEF), n.d.)

B) LA ADMINISTRACION PUBLICA Y EL DESARROLLO ETICO EN


LATINOAMERICA.

Una utopía latinoamericana para nuestro tiempo, capaz de convocar y movilizar el


consenso de un amplio espectro de fuerzas de centro-izquierda y de centro-derecha
renovados, incluiría seguramente las grandes transformaciones de Superar
definitivamente el populismo político mediante la consolidación y avance de la
democracia y de estado de derecho lo cual implica ser un gobierno ético, moral. Para
romper la cadena de supersticiones que las masas tienden a comprobar siempre al

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termino de un gobierno. Lo cual nos lleva a una pregunta sencilla ¿la ética en la
administración pública es una moda o una necesidad?

Para aclarar esta pregunta citaremos a Manuel Martinés que en su publicación (La ética,
nuevo objetivo de la gestión) nos indica que se han dado diversas respuestas. Hay
quien, como Adela CORTINA(ORTS, 2015), considera que la Ética está siempre de
actualidad porque es una necesidad vital de los seres humanos, aunque periódicamente
pueda desaparecer como objeto de atención, como el Guadiana; en el mismo sentido,
dice Fernando SAVATER(Savater, 2000), que "allí donde aparecen seres humanos en
acción siempre se hace presente también la reflexión ética». Otros como Vicente
VERDÚ consideran que –la sociedad está persiguiendo un ajuste de mayor alcance
donde la GAPP n.510. Septiembre / Diciembre 1997 revalorización de la ética animaría
los sentidos del pensamiento, la acción y la convivencia'. (Bargueño, 1997)

Por su lado, según (Navarro, 2011)Freddy Mariñez Navarro en su publicación


(Reflexiones sobre las éticas en la gestión pública) nos indica que la acción pública
entonces, enmarcada en una ética basada en la interacción democrática entre actores
públicos y no públicos, toma importancia en la administración pública, y en
consecuencia, en el análisis e implementación de la política pública, y por supuesto en
la tarea del Estado. Esta afirmación es central en el debate sobre la legitimidad
democrática y la gestión pública de esta manera pues, cuando se plantea el desafío de
una reforma política de la Administración Pública en el marco de la ética pública,
podríamos asumir, por un lado, como un espacio nuevo de regeneración democrática
que se plantee, promueva, apoye y sustente los derechos humanos y, por el otro, por el
hecho de que los ciudadanos identifiquen conscientemente aquello que desean o
necesitan.

Sin embargo para OSCAR DIEGO BAUTISTA (BAUTISTA, 2018) en su publicación de


la Revista IAPEM nos señala que En la disciplina ética existe una lógica del bien y del
mal, de lo que es honesto, conveniente y debido, en contraposición a lo deshonesto,
inconveniente e indebido. Aunque el bien es conveniente, no todos aspiran a él, ni
mucho menos lo pueden alcanzar, pues ello supone tener valor, fortaleza y voluntad.
Las virtudes éticas hacen del individuo alguien más humano. Muestran caminos para
hacernos mejores, por lo que es posible decir que existe una estrecha relación entre
humanismo y ética. El estudio de la ética pública invita a ir más allá, hacia una reflexión
profunda, adentrándose en un universo fascinante. En suma, mediante la ética, el
individuo puede lograr un nuevo estilo de vida, forjarse un nuevo carácter, lograr el
dominio de sí mismo y así alcanzar el mayor bien del ser humano, que es la felicidad.

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BERNABE ALDEGUER CERDA (Cerdá, 2013) En definitiva, siendo la gestión de la
crisis un reto estructural dados los actores de urgencia y debido a la complejidad de su
faz poliédrica, resulta preciso asumir la emergencia de la ética en el sentido en que esta
se expresa informando procesos de fortalecimiento normativo, axiológico e institucional
a largo plazo. De ahí que no sólo baste con sanciones, que sin duda alguna permiten la
efectividad de los códigos sobre Ética Pública y garantizan su plena vigencia mediante
la punición.

Juan felix, (Félix, Pinto, & Ganga, 2012) La mayor complejidad para acercar la ética y la
gestión pública es el desconocimiento epistemológico de la naturaleza no científica de
los constructos que intentan hacer una reflexión seria de los quehaceres que les ocupan.
En el trabajo se indagan las posibles ideologizaciones que se alojan tanto en una y otra
disciplina, para proponer, a guisa de apuesta, que si se asume la inmersión de ambas
en el discurso capitalista se las flexiona a favor del primero.

(Moreno & Minor, 2017)los límites de la Responsabilidad Social, la Ética Profesional y


el rol del administrador. La práctica de la Responsabilidad Social y la Ética Profesional
superan la figura del administrador público-empresario, una combinación resultante del
emparenta miento de la empresa y el gobierno ocurrido en los últimos 30 años. Más
aún, esa figura es una fetichización de la actividad del administrador cuya fórmula
lapidaria es ver al individuo como un cliente, privilegiando los resultados por encima de
los procesos.

C) LA ÉTICA EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA: LOS CÓDIGOS DE


CONDUCTA.

Es alta la importancia y la presencia de la ética en la Administración pública ya que esta


proporciona una serie de valores y principios de conducta que guían el comportamiento
de los empleados públicos. El logro de comportamientos éticos en los servidores
públicos repercutirá de forma positiva en la consecución de una Administración más
eficaz y eficiente, con la consiguiente mejora de su imagen para los ciudadanos.

DISCUSION

Según Verónica Fernández Sobejano en su trabajo de investigación considera que el


código de conducta es uno de los instrumentos más importantes para implantar valores
éticos y principios de conducta. Podemos decir que los códigos de conducta, si bien no

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son la panacea para acabar con las malas prácticas y mejorar la eficiencia en la
administración pública, constituyen un instrumento importante que permite sentar las
bases de los valores éticos considerados deseables y contribuye a inculcar dichos
valores en los empleados públicos.

En las administraciones públicas españolas, existe cada vez más preocupación por la
ética pública y su regulación; aunque aún es pronto para conocer los resultados a largo
plazo de los proyectos que se están llevando a cabo mediante la aprobación de códigos
de conducta, es innegable que se están poniendo en práctica estrategias que ayudan a
conseguir una administración pública más ética y en la que los ciudadanos puedan
confiar.(Sobejano, 2014)

Según (Cerdá, 2013) el escenario del nivel de gobierno local y en un contexto de crisis,
(Gallegos, 2014) sugiere algunas consideraciones que podrían guiar las decisiones
adoptadas por los líderes políticos en el marco de la presente circunstancia financiera y
socioeconómica, entre las que se encontraría la ética respecto al modo de emprender
los procesos presupuestarios de ajuste, bajo parámetros de participación, transparencia
y honestidad sobre las intenciones y los resultados esperados

Los códigos éticos pueden ser un buen instrumento para la mejora ética de la
organización, pero ni son los únicos, ni son suficientes. Los códigos son sólo uno de los
pilares fundamentales. Para ser realmente efectivos deben ir acompañados de procesos
de formación, de auditorías éticas y de comisiones éticas que refuercen y potencien los
valores y compromisos recogidos en el código. (Sobejano, 2014)

La corrupción varía en origen, incidencia e importancia entre diferentes gobiernos


locales. La corrupción es facilitada por el contexto laboral, social y económico. Tiene
una multitud de causas. Está profundamente arraigada, es cancerosa, contaminante e
imposible de erradicar porque los controles tienden a ser formalistas, superficiales,
temporales y aún contra productivos. (Moreno & Minor, 2017)

La corrupción varía en origen, incidencia e importancia entre diferentes gobiernos


locales. La corrupción es facilitada por el contexto laboral, social y económico. Tiene
una multitud de causas. Está profundamente arraigada, es cancerosa, contaminante e
imposible de erradicar porque los controles tienden a ser formalistas, superficiales,
temporales y aún contra productivos. (SAENZ, 2004)

Según Oscar Diego Bautista La combinación ética-política es esencial porque, si bien la


política delibera sobre lo que es mejor o nocivo para el estado, la ética modera los
deseos de los hombres preocupándose por el bien general. La ética no puede ser dejada

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de lado por los gobernantes pues da sabiduría a sus mentes, entendimiento, prudencia,
ecuanimidad, autoridad, probidad y capacidad de juicio en la toma de decisiones. La
ética hace que los hombres se inclinen hacía la virtud o incluso les hace ser virtuosos.
(Bautista, 2015)

CONCLUSIONES

El código de ética debe regular los comportamientos pre convencionales, afirmar las
exigencias e identidades convencionales y desarrollar una capacidad pos convencional
en la vida de las organizaciones. Y para ello creemos que es importante tener presente
estos rasgos esenciales al hablar de ética y administración pública.

Los códigos éticos pueden ser un buen instrumento para la mejora ética de la
organización, pero ni son los únicos, ni son suficientes. Los códigos son sólo uno de los
pilares fundamentales. Para ser realmente efectivos deben ir acompañados de procesos
de formación, de auditorías éticas y de comisiones éticas que refuercen y potencien los
valores y compromisos recogidos en el código.

Finalizando los códigos éticos es importante, a nuestro juicio, que los códigos vayan
más allá de las cuestiones procedimentales y propongan valores y compromisos con
contenido coherentes con la realidad de la organización. Unos valores y compromisos
que estén a la altura de la ética cívica de las sociedades avanzadas.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

• Bargueño, M. M. (1997). La ética, nuevo objetivo de la gestión pública. 1997.


• Bautista, oscar diego. (2015). nesesidad de la etica publica.
• BAUTISTA, O. D. (2018). La reconstrucción de la Administración Pública The
reconstruction of the.
• Cerdá, B. A. ÉTICA PÚBLICA Y GOBIERNO LOCAL EN UN CONTEXTO DE
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9
Pensamiento & Gestión
ISSN: 1657-6276
dparamo@uninorte.edu.co
Universidad del Norte
Colombia

Cuevas Moreno, Ricardo; Rodriguez Minor, Rébeca


Responsabilidad social y ética profesional en la gestión de la administración pública y
empresarial
Pensamiento & Gestión, núm. 42, enero-junio, 2017, pp. 1-25
Universidad del Norte
Barranquilla, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64652584002

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Responsabilidad social y ética profesional
en la gestión de la administración
pública y empresarial
Social responsibility and professional ethics
in public and corporative management

Ricardo Cuevas Moreno


rcuevasfr@yahoo.fr
Dr. en Ciencias de la Administración (IAE, Corse, Francia, 2003), Pro-
fesor investigador por la UAT-FCAT (MEX) y Candidato al Postdocto-
rado (ESG, GIREF) de la Université du Québec à Montreal financiado
por el CONACYT (México, 2010).

Rébeca Rodriguez Minor


rebeca.rodriguez@anahuac.mx
Profesora e investigadora de la Escuela de Negocios, Universidad Aná-
huac (Campus Cancún, México). Doctora en Estudios Latinoamerica-
nos por la UNAM, México, con Maestría en Relaciones Internaciona-
les, por la Universiteit Van Amsterdam (Países Bajos), es miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (SNI), México.

pensamiento y gestión, N° 42
ISSN 1657-6276
http://dx.doi.org/10.14482/pege.41.9704
Resumen

El presente artículo sustenta la pertinencia del ejercicio consecuente de la


ética profesional y la responsabilidad social por parte de los líderes de las
empresas y el gobierno. Esto a través de la crítica a la concepción del admi-
nistrador-empresario, nacida del emparentamiento entre empresa y gobier-
no. Se trata de una investigación con un enfoque meramente cualitativo,
que fusiona el análisis de la ética en su concepto más filosófico y general,
pasando por su derivación en la justicia capitalista y el neoliberalismo, para
finalmente concluir con los conceptos de ética profesional y responsabilidad
social, entendidos desde la perspectiva compartida entre la gestión admi-
nistrativa pública y la empresarial. En los resultados, se plantea la intrín-
seca responsabilidad empresa-gobierno sobre las consecuencias geopolíticas
multilaterales del sistema neoliberal, llevando la argumentación hacia la
discusión sobre el papel del empresario y el gobernante, como gestores
de la vida misma. Al final, la investigación ofrece a los dirigentes de las
organizaciones públicas y privadas, paradigmas para reflexionar acerca de su
quehacer como tomadores de decisiones eficaces y moralmente válidas.

Palabras clave: Ética profesional, responsabilidad social, gestión administrativa


y empresarial, justicia capitalista, neoliberalismo.
Classificación JEL: M14, M16.

Abstract

This article supports the relevance of the sequential practice of professional


ethics and social responsibility by the main leaders of enterprises and go-
vernments. This is achieved by means of the criticism of the conception of
public server - enterprise owner that emerged from the linkage between the En-
terprise and the Government. This research has a purely qualitative focus,
accomplishing the fusion of the ethics analysis in its most philosophical
and general perception, passing through its derivation in the capitalist jus-
tice and neoliberalism, to finally conclude in the perception of professional
ethics and social responsibility, from a mutual perspective of governmental
and business management. In the results, the intrinsic responsibility enter-
prise – government, on the geo-political consequences of the neoliberal sys-
tem is established, taking the argumentation to the discussion of the main
roll of entrepreneur and governor, as managers of life itself. At the end, the
research offers paradigms for managers of both public and private sector, in

Fecha de recepción: 13 de mayo de 2016


Fecha de aceptación: 28 de noviembre de 2016
Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

order to raise awareness and promote reflection of their roles as efficient and
morally valid decision makers.

Keywords: professional ethics, social responsibility, governmental management,


business management, capitalist justice, neoliberalism.
JEL Classification: M14, M16.

1. INTRODUCCIÓN

El fin del siglo XX marcó el retorno forzoso del cuestionamiento ético


en las empresas (Mercier, 1999). Varios factores se combinaron para este
renovado interés por la moral y la ética, pues se dice que la globaliza-
ción y el neoliberalismo contribuyen directamente a ciertas desviaciones
a nivel del comportamiento corporativo (Nahavandi, 2000; Demmers,
J., Fernández Jilberto, A. E. y Hongenboom, B, 2004; Transparency Inter-
national, 2004; Rodríguez, 2013) y de los líderes gubernamentales que
repercuten directamente en aspectos sociales cada vez más costosos como
el deterioro del medio ambiente y de la calidad de vida de la población.
(Carroll y Buchholtz, 2008; Velásquez, 2012). Estos hechos acrecientan
la demanda por una moralización de las actividades económicas, políticas
y sociales tanto de las organizaciones, como de los partidos políticos, los
sindicatos y aún de los estados nacionales.

Así, los últimos treinta años dan testimonio de un auge creciente en la


difusión, la implementación y la evaluación del desarrollo sustentable, la
adopción de la responsabilidad social (RS) de las empresas y del mundo
capitalista. La ética de los negocios (Business ethics) y la ética profesional
tienden a ser incluidos dentro de la responsabilidad social. Así, hablamos
de la responsabilidad social para referirnos al comportamiento moral de
los dirigentes así como de su toma de decisiones en las dimensiones eco-
nómica, social y medioambiental.

Desde el punto de vista práctico, la responsabilidad social adquiere re-


levancia por las implicaciones sociales y políticas que las prácticas de la
Gran Empresa y el Estado generan sobre el organismo social. Sin embar-
go, sería pertinente interrogarse ¿Qué es la ética profesional del adminis-

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Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

trador y del servidor público? ¿Por qué es indispensable que estos prac-
tiquen consecuentemente la responsabilidad social que su cargo confiere?

Una realidad empírica hace perentorio dar respuesta a estas cuestiones.


Nos referimos al incremento del número de pobres en el mundo, la pro-
fundización de los casos de corrupción en las empresas y en los gobiernos,
y las externalidades asumidas por la naturaleza y la comunidad. Cier-
tamente, por un lado, están los efectos crecientes de las acciones de la
empresa y el Estado sobre la sociedad. Por otro lado, los grandes proble-
mas en la agenda nacional de países principalmente periféricos como el
hambre, la inseguridad y la corrupción que impregna al organismo social.

Este artículo tiene por objetivo central, argumentar las razones que ha-
cen pertinente el ejercicio consecuente de la responsabilidad social y la
ética profesional por parte de los líderes de las empresas y los gobiernos.
Esto desde una perspectiva crítica que somete al análisis las concepciones
normalmente aceptadas, tal como Blowfield y Frynas (2005), Banerjee
(2003, 2008), Cuevas (2011) lo establecen. Se divide en dos partes: en la
primera, exponemos el marco referencial en el que se desarrolla el queha-
cer de los líderes de las organizaciones. Ética pura, justicia capitalista y
neoliberalismo son las palabras claves en esa parte: en la segunda, se plan-
tea el fundamento teórico, se analiza el “ejercicio” de la ética profesional
y de la responsabilidad social empresarial, entendidos desde el emparen-
tamiento empresa-gobierno en la adopción de tendencias capitalistas que
justifican el dominio unipolar y avaro de las grandes potencias y emporios
corporativos, por encima del bienestar social. Finalmente, se exponen las
razones que hacen necesario e indispensable el ejercicio consecuente de
la responsabilidad social y la ética profesional por parte de los líderes
públicos y privados, entendiéndolos como gestores de la vida misma y
realizando una crítica al pensamiento convencional sobre el tema.

Las conclusiones exponen las virtudes y limitaciones de este trabajo que


se espera sirvan a los líderes de las organizaciones en la formulación y
aplicación de una estrategia consciente para el desarrollo organizacional
y nacional.

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

2. METODOLOGÍA

Inicialmente, se trata de una investigación de tipo documental, con un


enfoque cualitativo, ya que se basa en la recopilación de datos que sus-
tentan su argumento en la validez y confiabilidad de las fuentes biblio-
gráficas utilizadas como informantes clave. De igual forma, el presente
estudio es de tipo descriptivo, ya que se identifican y detallan ciertos ras-
gos y/o características específicas de algunos conceptos clave –como ética
y moral– (Bernal, 2010), indispensables para la comprensión ulterior del
análisis. Luego de la descripción de conceptos, la investigación deriva en
un ejercicio correlacional, ya que, además de definir la correspondencia
intrínseca y derivativa entre la ética pura, la justicia capitalista y el neo-
liberalismo, se elabora un análisis comparado de varias teorías. Para su
culminación, la investigación se torna de tipo explicativa al esclarecer
los conceptos de ética profesional y responsabilidad social, entendidos
desde la perspectiva compartida entre la gestión administrativa y la em-
presarial. Es aquí donde los autores analizan las causas y los efectos de la
relación entre las distintas variables, objeto de estudio (Bernal, 2010).

El argumento se fundamentó en la experiencia previa, el dominio del


tema, la recolección de datos auténtica, actualizada, diversa y confiable
de los autores. No existió manipulación de las variables. Se trató de una
observación externa sobre el acontecer en su forma natural, por lo que se
define como una investigación basada en teoría fundamentada de diseño
emergente; lo que quiere decir que la teoría provino de los datos en sí, sin
ser forzada en categorías. (Hernández, Fernández y Baptista, 2010)

Para el alcance del objetivo central, se realizó el análisis inicial de la ética


desde su concepción más pura y filosófica, que permitiera comprender su
importancia en el acontecer diario del ser humano, para después enfatizar
sobre los diversos tipos de justicia que existen dentro del universo de la
ética, específicamente sobre la justicia capitalista, entendiéndola como la
base fundamental que justifica los grandes vicios del sistema neoliberal
que impera hoy. Tras comprender la inequitativa relación dominante-
subordinado que el neoliberalismo ha impulsado a escala global, se dis-
tinguieron las graves consecuencias económicas y sociales que esto ha
propiciado, principalmente reflejado en la tensión evidente de las relacio-
nes sociales/laborales que los individuos afrontan día con día.

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Para finalizar, se propuso el argumento sobre la imperiosa necesidad de cam-


bio, emanada en la responsabilidad social y la ética profesional que recaen
directamente en el administrador público, el empresario y en el propio in-
dividuo. El argumento final se fundamentó en el análisis comparado de las
teorías de diversos autores, que permitieron culminar el estudio con estrate-
gias propias de renovación social que abrieron la pauta a la reflexión abierta
e inductiva sobre la responsabilidad conjunta de cada individuo en sociedad.

Los datos utilizados para el estudio se basaron en la bibliografía más tra-


dicional y la crítica más actualizada, combinando líneas de investigación
alternas, como lo son la ética profesional y la responsabilidad social em-
presarial por un lado y el contexto de la política económica internacional
más actual, por el otro. La investigación se llevó a cabo en un periodo de
5 meses, durante el año 2015-2016.

3. FUNDAMENTO TEÓRICO

3.1 De la ética pura a la justicia capitalista y el neoliberalismo

Comúnmente, utilizamos al concepto de la ética para definir al comporta-


miento humano en su totalidad, sin antes hacer una reflexión seria sobre
los componentes clave de este concepto. Como lo afirma Boff (2004), la
razón y la pasión son determinantes en la ética de un individuo, toda vez
que la razón sienta sus bases tanto en el afecto (valores y pasión) como en
el espíritu (contemplación y conciencia).

Así, se vuelve indispensable equilibrar las fuerzas de la pasión y de la razón


para evitar caer en excesos de un lado o del otro (Durkheim, 1902/1903;
Jonas, 2000). La razón pura, sin indicios de pasión tiende a caer en la
tiranía y la rigidez, mientras que la pasión sin razón, tiende a convertirse
en hedonismo e impulsividad, sin disciplina ni rigor.

El equilibrio ético entonces, se logra cuando el individuo es capaz de


combinar equilibradamente la razón con la pasión; pues la primera ayuda
a clarificar, ordenar y disciplinar a la segunda. Cuando la razón y la pa-
sión encuentran la justa media, es posible para el individuo alcanzar un
autodesarrollo ordenado, que lo lleva más allá del comportamiento ético,
hacia la virtud. (Rodríguez, 2014, p. 43).

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

De igual forma, se requiere hacer una distinción clara entre lo que es la


ética y lo que es la moral; pues son conceptos que fácilmente confundimos.
Como lo explica Ricoeur (2002), la ética son aquellos principios y valores
basados en concepciones sobre la vida y el ser humano que orientan a
las sociedades en general, mientras que la moral consta de aquellas cos-
tumbres, hábitos y acciones culturales que hemos aprendido en nuestro
entorno a lo largo de nuestra vida y que rigen nuestro actuar cotidiano.

Al ser diversas las religiones, culturas y hábitos sociales, la moral será


distinta en cada nicho social. Así, la moral forma el carácter y la ética, el
perfil de las personas. (Boff, 2004) El individuo puede y debe distinguir,
entre los hábitos positivos y negativos aprendidos en su entorno social, a
través de los años, basándose en su perfil ético. Sin embargo, en muchos
casos, la moral se utiliza para justificar acciones que no necesariamente
son éticas. El mundo de los negocios que el sistema capitalista imperante
promueve, es un claro ejemplo de ello.

3.2 Justicia capitalista y equidad

La ética capitalista se basa en la premisa de lograr la mayor acumulación en


el menor tiempo posible, reduciendo costos e inversión, mientras la moral
capitalista defiende el argumento de que las premisas éticas del sistema,
entonces, justifican bajos salarios y empleos precarios, evasión fiscal y has-
ta la explotación de recursos naturales, por la acumulación de la riqueza
(Marx, 1867/1965).

Uno de los principios básicos de la ética es el utilitarismo, al cual pode-


mos definir, según palabras de Velásquez (2012), como aquella perspecti-
va en la que las acciones y políticas se deben evaluar con base en los bene-
ficios y costos que impondrán en la sociedad (Bentham, 1834/2004; Mill,
1889/2008). De acuerdo a un análisis costo-beneficio, las decisiones se
definen con base en aquellas acciones que producirán el mayor beneficio
posible y el menor costo probable. Habrá afectados, pero serán los menos.

Lamentablemente, el capitalismo ha basado su moralidad en la tergiver-


sación de este concepto, pues la “utilidad”, es decir, los beneficios netos
de la producción –en este caso empresarial–, justifican todos los daños

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Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

alternos ocasionados a la sociedad, aun cuando estos daños puedan ser


mucho mayores que los beneficios obtenidos por la empresa.

De igual forma, el sistema económico imperante justifica su perfil “éti-


co” en la justicia1, que se fundamenta en el bienestar del individuo, por
encima del bienestar común. Su premisa fundamental argumenta: Todo
dentro de una sociedad debe asignarse de acuerdo a la contribución que
cada uno aporta (Velásquez, 2012). En este sentido, la acumulación per-
sonal, aun siendo excesiva, es no solo bien vista sino plaudible, pues es el
resultado del esfuerzo del propio individuo a pesar de que existan sectores
sociales desprovistos de tales ventajas o beneficios. El nivel de éxito se
mide por la competencia excluyente entre individuos, entre empresas y
entre mercados, donde la ambición por el poder económico, la acumula-
ción excesiva y la subordinación de unos bajo la dominación de otros, son
la base del modelo capitalista.

Las acciones empresariales, aún carentes de ética, son plenamente avaladas


por el sistema capitalista y eso le da el poder al individuo para excusar cual-
quier actividad por más excluyente e inequitativa que sea, pues al final de
cuentas, lo único que importa es la acumulación y el bienestar empresarial.
Como bien menciona Ignacio Ramonet (2003), las empresas hoy única-
mente obedecen a dos términos claves: rentabilidad y productividad. Em-
pleos precarios, salarios bajos, condiciones laborales indignas, recortes de
personal masivos son prácticas cotidianas a nivel global (Rodríguez, 2014).

1
Para una mayor profundización sobre estos conceptos, véase Velásquez (2012). La
ética se basa en diversas corrientes sobre la justicia. Así, tenemos la justicia retributiva,
la compensatoria y la distributiva. Esta última (entendida como aquella justicia donde
todo debe ser distribuido de manera equitativa), cuenta con corrientes específicas de
pensamiento enmarcadas en diversas perspectivas sobre cómo deben distribuirse equi-
tativamente los recursos y las obligaciones. Entre estas corrientes, tenemos la justicia
igualitaria (todo se distribuye en partes iguales), la justicia socialista (las cargas se distri-
buyen de acuerdo a las habilidades) o por supuesto, la justicia capitalista

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

Fuente: Elaboración propia basada en Boff, 2004.

Figura 1. Crisis actual de la ética.

Como puede observarse en la figura 1, la competencia fomenta la tensión


en las relaciones sociales, ante la lógica dominante de la economía y el
mercado, consideración esta última basada en exclusiones y oposiciones,
ambición por el poder, autodestrucción, crisis de valores, humanismo y
perspectiva, así como en la relación co-dependiente entre el dominante y
el dominado.

3.3 El neoliberalismo y sus consecuencias económicas y sociales

Desde los años ochenta, cuando el neoliberalismo se instauró predomi-


nantemente a escala mundial, apoyado por la escalada masiva de tratados
de libre comercio pactados en los años noventa, las empresas multinacio-
nales (EMN) encontraron en los países periféricos la solución a su nece-

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Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

sidad de expansión insaciable. Este tipo de países ofrecen mano de obra


barata, materias primas de primera mano, evasión fiscal, restricciones am-
bientales mínimas, exigencia laxa en condiciones laborales, entre otros,
siendo entonces mercados muy atractivos para la inversión. (Daniels,
2013) El resultado de tales prácticas, los podemos resumir en:

Obreros con salarios ínfimos, sin valor agregado ni especialización algu-


na, que les permita mejorar su calidad de vida y su condición laboral y
profesional.

Los países periféricos, al volverse rentistas de las EMN, mantienen su con-


dición perenne de subdesarrollo y dependencia, dejando de lado políticas
internas enfocadas a la industrialización, la capacitación laboral, la inves-
tigación y el desarrollo.

La relación entre los países industrializados (representados por las EMN) y


los países periféricos se mantiene en un esquema jerárquico: dominante-
subordinado.

Como resultado de lo anterior, la desigualdad económica continúa en


aumento tanto en la sociedad como entre países.

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

Fuente: Credit Suisse Research Institute, Global Wealth Report, 2015.

Figura 2. Desigualdad económica representada


en la pirámide de riqueza mundial, 2015

Como se represesnta en la figura 2, quienes poseen la mayor riqueza mun-


dial (más del 45%), son por mucho los menos en cantidad (34 millones
de personas), mientras la población periférica, subordinada a la clase do-
minante, apenas posee el 3% de la riqueza mundial, repartida entre can-
tidades masivas de gente (3 mil millones de personas), lo que demuestra
la inequidad alarmante y la ineficiencia del sistema imperante.

Gran parte de los vicios del neoliberalismo se reflejan en la relación de


dependencia que predomina entre los países industrializados y los peri-
féricos (subdesarrollados), encontrando por supuesto el mismo esquema
dentro de sus mismas sociedades.

pensamiento & gestión, 42. Universidad del Norte, 1-25, 2017 11


Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

Según un análisis de Ramonet (2003), de las doscientas primeras econo-


mías del mundo a principios de siglo XX, más de cien eran empresas, no
países. Representando más de un cuarto de la actividad económica mun-
dial, estas doscientas empresas solo empleaban en esos años a 20 millones
de personas (menos del 0,75% de la mano de obra mundial). Asimismo,
Pikkety (2014), muestra el nivel de inequidad que ha alcanzado la dis-
tribución de la riqueza planetaria en los últimos años. Las cifras son alar-
mantes, pues según sus cálculos el 0,1% que corresponde a la población
más rica del planeta (solo 4.5 millones de personas, de un total de 4.5
mil millones de adultos en edad productiva) posee una fortuna promedio
de 10 millones de euros, que representa 200 veces más que la acumula-
ción de cualquier adulto promedio (60.000 euros anuales). De manera
agregada, ese 0,1% poblacional posee el 20% de la riqueza global total.
Asimismo, tan solo 1% de la población mundial (45 millones), posee
50% de la riqueza global, pues sus fortunas ascienden a 3 millones de eu-
ros promedio por persona. El otro 30% de la riqueza global, se repartiría
entre los 4 mil 450 millones de adultos restantes.

El sistema neoliberal no es más que el capitalismo en su expresión más


exacerbada. Se trata de un modelo económico basado en el libre comercio,
la apertura económica, la privatización de las empresas y la desregulación
por medio de la oferta y la demanda en su máxima catadura, donde las
naciones, tanto industrializadas como periféricas, han decidido apostar
su crecimiento interno aunque no por ello su desarrollo (Scholte, 2005).

En este sentido, la globalización ha sido un fenómeno por demás empáti-


co con el neoliberalismo, facilitando la trasfronterización de los servicios,
productos, capitales, individuos y mercados (Held y McGrew, 2003), con
canales de distribución y logística avanzados, servicios de telecomunica-
ciones y transportes eficientes, cadenas productivas fusionadas (Castells,
2001), que se apoyan en tratados de libre comercio masivos, firmados en-
tre países y regiones, enfocados básicamente en impulsar la rentabilidad
y productividad de las empresas. (Rodríguez, 2013).

Aun cuando el neoliberalismo impulsa la satisfacción de las necesidades


materiales, la libertad de elección y el desarrollo de la productividad para
unos, estas situaciones suceden al mismo tiempo que se agravan los índi-

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

ces mundiales de pobreza, desempleo, explotación laboral, calentamiento


global, inseguridad alimentaria y desigualdad económica (Nahavandi,
2000). Los problemas planetarios se han visto agudizados con la simbio-
sis globalización y neoliberalismo.

Como sugeríamos en la sección de ética, el descontrol en el manejo des-


proporcionado de las finanzas internacionales, demuestran que el neoli-
beralismo busca la maximización utilitaria para ciertos sectores y esferas
sociales, desmotivando la equitativa distribución de los recursos (Stiglitz,
2002; Rodríguez, 2013). La perspectiva capitalista entonces, prioriza la
economía, por encima de cualquier otro elemento. El medio ambiente,
la cultura, la política y por supuesto el ser humano están sujetos a las ne-
cesidades económicas. O mejor, a las necesidades de acumulación de las
empresas (Scholte, 2005).

3.4 El “ejercicio” de la responsabilidad social y la ética profesional

El surgimiento de la ética de los negocios y la responsabilidad social ha-


cia 1986 marcó el retorno al cuestionamiento ético. Pero más que una
reflexión, se trataron de establecer los límites al apetito voraz de la ganan-
cia, la destrucción del medio ambiente y el comportamiento inmoral de
los dirigentes (Guffens, 2003; Mercier, 1999). Durante la primera década
del siglo XX, se descubrió el potencial regulador de la responsabilidad
social (Lapointe, Champion y Gendron, 2003) y, por consecuencia, el de
la ética profesional.

La “ola ética” para los negocios hacia 1985 alcanzó un punto álgido con
la definición de responsabilidad social de las organizaciones.2 A partir

2
La principal característica de la responsabilidad social se traduce por la voluntad
de la organización, por un lado, de integrar las consideraciones sociales y del cuidado
del medio ambiente en la toma de decisiones, y por otro lado, de rendir cuentas de los
impactos de sus decisiones y las actividades sobre la sociedad y el medioambiente. Esto
implica un comportamiento a la vez transparente y moral que contribuye al desarrollo
sustentable, toma en cuenta a los grupos de interés, respeta las leyes en vigor y está en
coherencia con las normas internacionales de comportamiento. Ese comportamiento está
integrado al conjunto de la organización y puesto en obras en sus relaciones. (ISO/DIS
26000, 2010, p. 8)

pensamiento & gestión, 42. Universidad del Norte, 1-25, 2017 13


Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

de entonces, se hizo extensiva la responsabilidad social para todo tipo


de organización, integrando las dimensiones económicas, sociales y del
cuidado al medio ambiente, con el comportamiento a la vez transparente
y moral que respeta las leyes. Es de notar que la frase “la responsabilidad
social de las organizaciones” es una abstracción. Son los trabajadores, em-
pleados y dirigentes quienes toman decisiones que debieran ser morales y
eficaces (Orsoni, 1989; Carroll, 1991; Hill y Jones, 2000).

En efecto, esa concepción del servidor público emparentada con la del


administrador de la gran empresa fue el resultado de un complejo proceso
que Argyriades (2003 y 2006) ubicó hacia los años ochenta y que crista-
lizó durante las dos décadas siguientes. Nos referimos a la emergencia y
aplicación del modelo de desarrollo capitalista neoliberal y su reflejo en
la administración pública conocido como Nueva Administración Pública
(New Public Management) (Osborne y Gaebler, 1992; Argyriades, 2006,
p.161). Esto creó una renovada ideología para la sociedad con el primado
del mercado y una nueva ideología administrativa o del capital cuya forma
acabada es la llamada Responsabilidad Social (Cuevas, 2011). Sobre los
vestigios de la debacle del capitalismo de Estado, del llamado socialismo
real, se irguió, todopoderoso, el capitalismo unipolar con Estados Unidos
a la cabeza y su gran emporio neoliberal, reforzado por la globalización.
A este proceso correspondió el auge de las ciencias de la administración
(Hardt y Negri, 2000). “Con el triunfo del neoliberalismo, de repente
barrió al mundo una ola de administrativisimo” (Argyriades, 2005, p. 7).

La historia ya la sabemos. A la hegemonía unipolar siguieron las crisis


globales financieras como la de Tailandia, México, Argentina, Rusia y
Brasil (Stiglitz, 2002). Así, el modelo neoliberal, basándose en la expan-
sión de la demanda global que contiene la inversión productiva nacional
y el gasto público, provoca la reducción del mercado interno, el incre-
mento del desempleo y el salario precario. Su resultado es, entre otros,
la pauperización de gran parte de la población y la concentración de la
riqueza en pocas manos. Este hecho, actualiza, según nosotros, la ley ge-
neral de la acumulación capitalista a escala mundial (Marx, 1867/1965, p.
1157); en suma, el sacrificio de las mayorías en aras del cumplimiento de
los intereses transnacionales y de las deudas externas con la banca inter-
nacional. En palabras de Stiglitz (2010) se trata del Triunfo de la avaricia.

14 pensamiento & gestión, 42. Universidad del Norte, 1-25, 2017


Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

La vorágine de la globalización y/o el neoliberalismo y/o el capitalismo


unipolar con la especulación financiera alcanzaría su punto de inflexión
con el derrumbe de la aseguradora American International Group, Inc y el
banco de inversión Lehman Brothers en otoño del 2008 (Jalife-Rahme,
2014), dejando en el escarnio la frase “demasiado grandes para quebrar”. El
sucesivo rescate de los grandes bancos realizado por George W. Bush y
Barack Obama puso al descubierto el verdadero carácter de clase del esta-
do burgués que no escatima recursos para salvar a la burguesía financiera
globalizada, privatizando las ganancias y generalizando las pérdidas (Stiglitz,
2010); en lugar de rescatar a los obreros, empleados o jubilados que lo
perdieron todo.

La gran recesión del 2008-2011 puso en evidencia la crisis de la globaliza-


ción y la emergencia de una geopolítica multipolar. No obstante, se trata
de una nueva etapa del capitalismo que Jalife-Rahme (2014) llama desg-
lobalización. En tanto que el capitalismo sigue vehiculando la ideología
del mercado, el estado nacional y la ideología del capital para la empresa
(responsabilidad social, ética de los negocios y ética profesional). En efec-
to, Argyriades (2006) establece que los partidarios del neoliberalismo
quisieron convertir al Estado a la usanza del sector privado. La adminis-
tración racional, eficaz y metódica son palabras clave en este emparenta-
miento para adecuar las estructuras institucionales a las necesidades de
la acumulación del capital. En este contexto, el administrador (público
y privado) adquiere ex nihilo las cualidades del empresario: pragmático,
principalmente orientado a los resultados, pero también creativo y alerta
con el público (cliente). Este perfil se opone al burócrata de antaño estereo-
tipado, malicioso y convencional.

En este sentido, la responsabilidad social del líder llevaría a efecto el


equilibrio de la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad,
metiendo los dedos en la rueda de la historia con pasión sincera y respon-
sabilidad personal (Weber, 1919/2001). El líder socialmente responsable
tomaría en cuenta las dimensiones económicas, sociales y del respeto al
medio ambiente en su toma de decisiones (Argyriades, 2003). Esto im-
plicaría, por un lado, el ejercicio de los valores y principios que sustentan
la sociedad de mercado y que la responsabilidad social retomara la gestión

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de las organizaciones. Y por el otro lado, el ejercicio de las cualidades se-


ñaladas más arriba con el emparentamiento del Estado y la Gran Empre-
sa. En suma, el líder realizaría las mejores prácticas para la mejor gobernanza.

4. DISCUSIÓN: EL ADMINISTRADOR-
EMPRESARIO VS. EL GESTOR DE LA VIDA

Nosotros pensamos que el perfil del administrador (público o privado) es


la imagen idealizada –dígase– fetichizada, resultado del emparentamiento
entre la administración pública y la administración de la empresa, cuya
construcción es analizada por Argyriades (2003, 2005, 2006). En esa fe-
tichización de las relaciones sociales, el individuo (ciudadano, empleado
o trabajador) es visto como un cliente. En esa lógica, el uso eficiente de
recursos privilegia los resultados por encima de los procesos.

Ese proceso, contradictorio por naturaleza, es analizado bajo una pers-


pectiva marginal dentro de la responsabilidad social que es la crítica
(Blowfield y Frynas, 2005; Banerjee, 2003-2008; Cuevas, 2011b; Cuevas
y Rodríguez, 2016; Shamir, 2008). Bajo ese enfoque se trata de discernir
los alcances y límites de la RSE. Por ejemplo, Blowfield y Frynas (2005)
establecen que los enfoques dominantes de la RSE difícilmente pueden
responder a las reclamaciones de lucha contra la pobreza y la marginación
en el “Sur”.

Ciertamente, Cuevas (2013) establece de acuerdo con Vogel (2008) que


es en los países en desarrollo que las contradicciones y los límites de la
RS se manifiestan en extremo. La explotación de las mineras canadienses
en México, como la Minera San Xavier, filial de Gold Corp. que destruye
el cerro y la comunidad de San Pedro (S.L.P.) es amparada por el gobierno
mexicano y premiada como empresa socialmente responsable por el Cen-
tro Mexicano para la Filantropía A.C. (Cemefi, 2015). Esa situación, que
se reproduce en América Latina y África, tiene como consecuencia el auge
de los nuevos movimientos comunitarios contra las mineras, mostrando
lo que Banerjee (2008) establece claramente que la responsabilidad social
de las empresas, incluyendo los discursos conexos (desarrollo sustentable
–DS– y empresa ciudadana), a pesar su retórica emancipatoria, son una
ideología que sirve para legitimar los intereses de la gran empresa. Entre

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

estos, la relación con los grupos de interés externos resulta fundamental.


Así la RS, DS y empresa ciudadana son “movimientos ideológicos” cuyo
fin es legitimar y consolidar el poder de las grandes empresas a nivel
mundial. Se trata pues de un nuevo colonialismo que a través de la RS
sobrepujará la explotación del Norte sobre el Sur. Sin embargo, Banerjee
(2008) evita derivar todas las consecuencias que la pendiente del estudio
de la ideología tiene sobre la responsabilidad social de las empresas, pese
a señalar con fuerza las implicaciones colonialistas y la reproducción de
las inigualadas relaciones “Norte-Sur”, a través de la responsabilidad so-
cial de las empresas.

Al mismo tiempo, retomando la noción de ideología en el sentido de


Marx y Engels (1982) Cuevas (2003-2011-2011b) en sus investigaciones
explica cómo se construye esa forma de ideología del capital o adminis-
trativa, qué es la responsabilidad social y qué función juega al interior de
la empresa y al exterior en el espacio público. Para este autor, la responsa-
bilidad social de las empresas contiene un discurso ideológico-doctrinario
y una caja de herramientas cuya finalidad es el incremento de la ganancia.
Así, la responsabilidad social de las empresas es un subproducto del de-
sarrollo del capitalismo, la informática y la globalización (Cuevas, 2009-
2011). Coincidiendo con Banerjee (2008) ese autor encuentra que la
ideología de la responsabilidad social sigue la secuencia lógica autoridad-
disciplina-legitimación-control, salvo que en el corazón de este proceso
se encuentra la relación de producción social trabajo-capital, en el sentido
de Marx (1968). Así, tal que Marx lo establece, la responsabilidad social
de las empresas es subsumida por el capital como cualquier otra conquis-
ta de la ciencia y la tecnología de la humanidad, y es puesta al servicio de
la producción de ganancia (Cuevas, 2011).

En concordancia con esa perspectiva crítica, el surgimiento de la respon-


sabilidad social es el resultado de la transformación del capitalismo en su
fase neoliberal. Shamir (2008) estudia ese proceso a través de la integra-
ción de la moral a la economía y al mercado. El resultado general es que
el predominio del mercado hará de este, mediador de la vida social en
general y de la política en particular. Es en esa coyuntura que la respon-
sabilidad social toma lugar pues, una vez moralizados la economía y el
mercado, el valor moral de la responsabilidad se instaura naturalmente.

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Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

Shamir (2008) establece que la responsabilidad en el contexto del predo-


minio neoliberal llama fundamentalmente al individuo. De ahí, la nece-
sidad de hablar de la moral del servidor público y del hombre de Estado.

Las repercusiones son importantes. Al realizarse la mediatización de la


política por el mercado y apelar a la responsabilidad del individuo den-
tro del contexto neoliberal, el ejercicio del administrador y el gobernan-
te tiene como referente empírico la eficacia que nace de la racionalidad
capitalista. Mientras que la moral pierde, por así decir, “sus atributos
trascendentales”, la moral es “traída” del exterior al mundo económico y
de esta manera será posible comprender en los distintos casos concretos,
cómo la moral interviene en lo económico. Así, la moral será reducida a
la visión de la racionalidad económica, respondiendo los casos en cómo
y cuándo (consecuencialismo) el individuo actuará responsablemente en
relación a la eficacia. De esta forma, se realiza el empobrecimiento de la
moral, consumando el proceso de subsunción de la ética, la doctrina del
desarrollo sustentable y la teoría de los grupos de interés para la produc-
ción de ganancia capitalista (Cuevas, 2011-2011b).

Más aún que el empobrecimiento de la moral que Shamir (2008) observa


con certeza, nosotros pensamos que se trata del empobrecimiento del ad-
ministrador como ser moral, pues la toma de decisiones tendrá más como
fundamento la ley de ganancia que preside la empresa y no al menos, la
integridad que el 3BL (triple bottom line)3 postula para la gestión social-
mente responsable. En este sentido, solamente por omisión o ignorancia
se puede creer que la Responsabilidad social o la Ética profesional formen
en realidad parte de la Ética aplicada; viéndolo desde la perspectiva de
que estas sean regidas por la Ética como la ciencia de la moral.

La puesta en evidencia de esta asimilación perniciosa de lo privado sobre


lo público, podría llevarnos a la afirmación de que la Ética y la Moral son
innecesarias o simplemente posicionarnos en el relativismo moral. Al con-

3
John Elkington (1997) acuña la triada “gente, planeta y ganancia” (social, envi-
ronmental and economical), refiriéndose a los tres elementos centrales que una empresa
debe considerar en la implementación de la sustentabilidad, para devenir en la verdadera
responsabilidad social.

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

trario, estas dos, ética y moral, son necesarias e indispensables en la ges-


tión de las organizaciones. Marx (1867/1965), Rondelet (1859), Novak
(1987), Hirischman (1997) y Sen (1999) establecen con fuerza la relación
entre la Economía y la Ética. Para el pensamiento de Marx (1867/1965)
dicha relación sería orgánica debido a que la praxis del hombre en sus
distintas formas creativas, reproduce el organismo social en todas sus di-
mensiones. Más aún, subyacente a esa concepción se encuentra el hombre,
su vida y su destino bajo el dominio del capital (Dussel, 1996/2014).

Argyriades (2005) recurre al pensamiento de Aristóteles para subrayar


que el juicio ético y la responsabilidad son productos del hábito y la
socialización. De hecho, la conducta ética es aquella que se manifiesta
en el ejercicio de la elección (p. 17). En el mismo sentido, Durkheim
(1902/1903) establece el papel de la sociabilización4 para comprender
que el comportamiento moral es ante todo “un hecho social” producto de
la educación. Estos autores comprenden perfectamente que la ética y el
comportamiento moral son importantes porque de su ejercicio depende
la existencia de la sociedad. Así, Durkheim (1902/1903) es enfático al es-
tablecer que “…el fin por excelencia de la conducta moral, es la sociedad
política o la patria, pero la patria concebida como una encarnación parcial
de la idea de humanidad”. (p. 68)

No obstante, en la sociedad capitalista, donde se postula el primado del


individuo y su satisfacción sobre la comunidad, existe la tendencia a
asignar un precio al ejercicio de los valores morales.5 Esa tasación de la
responsabilidad o la honestidad por intercambio de un favor financiero,
administrativo o político es en sí la corrupción. Su uso atenta contra la
reproducción de la sociedad pues uno de sus resultados es la injusticia.
Smith (1759/1999, pp. 141-142) dice que el principal sostén de la cons-
trucción de la sociedad es la justicia; sin su presencia el edificio social se
derrumbaría.

4
«[...] nosotros somos seres morales en la medida que somos seres sociales» Durkhe-
im (1902/1903, p. 55).
5
Marx (1965) establece que cosas que no son productos del trabajo pueden asumir
la forma precio. Así la honestidad o el amor puede asumirlo. Este autor llama a esa des-
viación de la forma precio, forma irracional.

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Ricardo Cuevas Moreno, Rébeca Rodriguez Minor

En consecuencia, es imposible simplemente recurrir a la conciencia mo-


ral del individuo para la realización de la responsabilidad. Argyriades
(2005) recomienda la creación de una estructura institucional, que inclu-
ya disposiciones legales y medidas de política pública que favorezcan una
conducta ética. En las democracias liberales esa matriz institucional existe.
(North, 1993-1994-2003). No obstante, su cumplimiento nuevamente
se ha impedido por el conflicto de intereses y la corrupción que estos con-
llevan. Luego entonces, se requiere una doble renovación moral: 1) la del
hombre de Estado para cumplir y hacer cumplir la ley y el substrato mo-
ral sobre el que esta reposa; y 2) la del ciudadano, con el acrecentamiento
de su conciencia ecológica, social y política.

5. CONCLUSIONES

En el presente artículo sustentamos la pertinencia del ejercicio conse-


cuente de la ética profesional y la responsabilidad social por parte de los
líderes de las empresas y el gobierno. Dicha necesidad urgente proviene
de los efectos nefastos del neoliberalismo, como el creciente estado de
miseria de la población, la corrupción, y las externalidades del espectro
de la empresa y el Estado sobre el organismo social.

La perspectiva crítica de la presente investigación conduce a compren-


der los límites de la Responsabilidad Social, la Ética Profesional y el rol
del administrador. La práctica de la Responsabilidad Social y la Ética
Profesional superan la figura del administrador público-empresario, una
combinación resultante del emparentamiento de la empresa y el gobierno
ocurrido en los últimos 30 años. Más aún, esa figura es una fetichización
de la actividad del administrador cuya fórmula lapidaria es ver al indi-
viduo como un cliente, privilegiando los resultados por encima de los
procesos. El principio de responsabilidad (Jonas, 2000) debe prevalecer
en las organizaciones públicas y privadas porque el líder de empresa o
gobierno realiza la gestión de la vida del hombre.

Ese proceso empobrece de facto la ética, la moral y al individuo que traba-


ja como administrador (público o privado). Desde ese momento ya no son
los valores morales, el respeto del hombre o el cuidado al medio ambiente
los que guían las decisiones morales y eficaces, sino la eficiencia y la ley

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Responsabilidad social y ética profesional en la gestión
de la administración pública y empresarial

de la ganancia las que determinan la moral. En ello radica la pertinencia


del ejercicio consecuente de la responsabilidad social y la ética profesio-
nal por parte de los líderes de las empresas y los gobiernos. Y es de esta
forma como la Responsabilidad Social y la Ética Profesional muestran sus
límites y su rol de ideología del capital de la época del neoliberalismo y
la globalización.

Como pudo apreciarse a lo largo de este estudio, al parecer la justicia capi-


talista tiene grandes dificultades para instaurarse en el conjunto de la vida
social. La gobernanza global, enferma de excesos capitalistas, requiere de
un cambio profundo y de fondo, pues sabemos que no es un sistema sos-
tenible a largo plazo. La consecución de las mismas prácticas neoliberales,
conducirán a la autodestrucción del ser humano.

En este sentido, de nuestro análisis se concluye que, para un ejercicio más


responsable y equitativo del sistema económico global, sería necesario
impulsar las perspectivas distributivas más apegadas hacia la justicia igua-
litaria, entendida como aquella donde todo debe ser repartido en partes
iguales (Velásquez, 2012). En otras palabras, la igualdad aplica tanto a
nivel político como económico, por lo que el acceso a servicios esenciales
de vida, como la educación, la salud o el trabajo, no estarían condiciona-
dos por la clase social o régimen estatal a los que se pertenece.

Si la justicia capitalista ha de prevalecer por encima de la justicia igualitaria,


entonces en la práctica deben subyacer aquellos valores morales que permi-
tan al líder empresarial y/o gubernamental combinar bienestar social con
éxito empresarial y no éxito empresarial a costa del bienestar social.

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RESPONDABILIDAD: UNA OBLIGACIÓN ÉTICAEN LA GESTIÓN PÚBLICA

RECIBIDO: Marzo 2013ACEPTADO: Julio 2013

Nava Petit, Diamela


Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela
nava-diamela@hotmail.com

Hernández, Orlando
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela
oeho22@hotmail.com

RESUMEN

El presente artículo tuvo como propósito realizar un contraste teórico que distingue la
respondabilidad como una obligación ética en la gestión pública, tomando en cuenta las
teorías que existen al respecto y que se muestran en los contenidos de Ferrer (2004),
Seijo y Añez (2008), Elegido (1996), Caridad y Pelekais (2011), Coutin (2005), Cortina
Depósito Legal: 200902ZU3060 / ISSN: 1856-9706 Volumen 5 - Número 1 – Mayo / Octubre 2013

(1998) entre otros, desarrollándose bajo un enfoque interpretativo de tipo descriptivo y


diseño no experimental a través del análisis de documentos. De esta manera, el estudio
se realiza desde la perspectiva del análisis de la respondabilidad como obligación moral,
legal, y ética, de los funcionarios públicos y su interacción con los diferentes grupos de
interés, en el ejercicio de las actividades de administración pública. En este sentido el
contexto referencial lo constituyen los impactos que la actividad y operaciones de las
organizaciones puedan establecer bajo un ámbito de transparencia en la gestión de sus
procesos, teniendo como conducta la ética, y su capacidad de discernir valores y
actuaciones de los individuos pertenecientes a una organización. En consecuencia, la
actuación de los funcionarios públicos se encuentra regida por un conjunto de normas
claramente establecidas en la plataforma ética de la comunidad; enlazando de esta
manera la ética con los procesos de gestión pública. En virtud de las reflexiones
planteadas, la importancia de este estudio es destacar la relevancia que tiene la
respondabilidad como obligación ética en el ejercicio de la gestión pública, indicando
cómo se deben poner en práctica los valores éticos en el ejercicio del trabajo de los
funcionarios públicos.

Palabras claves: Respondabilidad, Obligación ética, Gestión pública, Ciudadanía,


Organismos públicos.

AN ETHICAL RESPONSIBILITY IN PUBLIC ADMINISTRATION

ABSTRACT

This article was aimed to conduct a theoretical contrast distinguishes' Accountability as an


ethical obligation in governance taking into account existing theories about and shown in
the contents of Ferrer (2004), Seijo and Añez (2008), Elegido (1996), Caridadand Pelekais
(2011), Coutin (2005) y Cortina (1998) among others, developed under an interpretive
approach descriptive and non-experimental design through the analysis of documents.
Thus, the study is conducted from the perspective of the analysis of accountability as a

10
moral obligation, legal, and ethical public officials and their interaction with different
stakeholders in the exercise of public administration activities. In this sense it is referential
context impacts the business and operations of organizations to establish under a level of
transparency in the management of processes, having as ethical behavior, and their ability
to discern the values and actions of individuals belonging an organization. Consequently,
the performance of public officials is governed by a set of clearly defined standards for the
ethical platform of the community thereby linking ethical governance processes. Under the
reflections raised, the importance of this study is to highlight the relevance of
accountability and ethical obligation in the exercise of public administration, indicating how
you should implement ethical values in the exercise of civil work public.

Keywords: Responsibility, Ethical obligation, Governance, Citizenship, Public bodies.

INTRODUCCIÓN

En la sociedad contemporánea, se constituyen sistemas sociales cooperativos con el


propósito de trabajar continuamente, para alcanzar así un objetivo común. Al respecto, en
el componente humano de estos sistemas sociales de las empresas reside gran parte de
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sus limitaciones, en cuanto al crecimiento y expansión. No obstante, la humanidad se ha


enfrentado a distintas y aceleradas transformaciones sociales, económicas, culturales,
entre otros. Por tanto, algunos paradigmas se han formado en las búsquedas de
respuestas de las diversas exigencias planteadas por el mundo globalizado.

En este contexto, la preocupación por la ética no queda en el plano de lo declarativo,


de la sola reflexión y enunciación de las misiones, es decir, pasar a la práctica no es solo
cuestión de redacción de códigos basados en buenas conductas, con el propósito de
implantar formas equitativas a la retribución, respetando los talentos, al promover
acciones educativas, tener comunicaciones abiertas, y relaciones sinceras con los
miembros de la organización.

Por su parte, en los últimos años la ética ha ocupado los primeros lugares en los
temas de la reflexión, a la vez que de manera permanente, se exige en las organizaciones
humanas la necesaria recuperación en cuanto a los principios y valores éticos como
referentes de su actuación. Sin embargo, la ética, como un acto de conciencia voluntaria
del hombre, derivado de su formación moral, social, religiosa, entre otras, trasciende la
esfera en lo personal para alcanzar la ética colectiva y se crea así lo que se denomina la
ética o moral pública.

En este orden de ideas, según Ferrer (2004), la ética pública es como la ética en sí
misma, una ciencia práctica, que incluye principios generales y valores sobre la moralidad
de los actos humanos realizados por el gestor público. En virtud de ello, la ética se
considera práctica porque se ocupa fundamentalmente de la conducta humana, basada
en normas y criterios necesarios para saber actuar con bien ante los demás.

Por lo tanto, el análisis del presente estudio es promover la respondabilidad como


obligación ética en los funcionarios públicos, principalmente en su actuación diaria, deben
presentar siempre una actitud congruente basada en unos valores como la honestidad,

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responsabilidad, respeto, tolerancia, integridad, entre otros. En síntesis, el objetivo es
establecer conexiones que muestran la complejidad de lo existente frente a lo cual no se
pierde la capacidad de actuar, brindando seguridad que repercute en el comportamiento
de manera satisfactoria garantizando ese talento humano en la organización.

RESPONDABILIDAD: UNA BASE FUNDAMENTAL PARA ALCANZAR LOS


OBJETIVOS EN LAS ORGANIZACIÓN

La importancia que tiene hoy en día la respondabilidad en las organizaciones se ha


constituido en un tema de discusión y análisis frecuente para distintos actores vinculados
a diferentes movimientos de activistas, así como por parte del sector empresarial.

En este orden de ideas, según Ferrer (2004), cada vez son más las organizaciones
que desean experimentar una tendencia hacia un modelo de acuerdo al código de buen
gobierno en la empresa sostenible, creando transparencia en la gestión en cuanto a sus
procesos, valor económico, medio ambiental, a corto y largo plazo, puesto que son más
conscientes de que en la economía actual de mercado, la legitimidad para poder operar
ha de venir concebida por todos aquellos agentes o grupos de interés, por lo cual la
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empresa se relaciona en su quehacer diario.

Al respecto, la respondabilidad en las organizaciones se encarga de transmitir


resultados a la sociedad en general, en cuanto a la obligación, moral, legal, y ética, de
cómo los gobernantes, los gerentes, o cualquier cargo público, utiliza el dinero y otros
recursos que le fueron entregados por el pueblo para emplearlos en beneficio para la
sociedad.

Desde la perspectiva general, este análisis permite comprender que la


respondabilidad ocupa un lugar indispensable en las organizaciones, de esta manera el
principal objetivo de la respondabilidad es gestionar los resultados para mejorar la
eficiencia, buscando optimizar la comunicación con la mejor selección de medios eficaces
donde se propone entonces manejar el término Respondabilidad informativa al momento
de divulgar la rendición de cuentas a la sociedad.

Asimismo, la rendición de cuentas, según Coutin (2005), asume la información


integrada por un conjunto de datos ordenados de manera significativa que explica la
manera de cómo suceden los hechos, fenómenos, y la forma en que se gestionan los
procesos comunicacionales, creando participación colaborativa más consciente, y
transparente en pocas palabras; un insumo para la interacción dialógica.

En virtud de ello, la respondabilidad no debe verse solamente desde el plano personal


sino también desde el punto de vista colaborativo, de allí que hoy en día se viene
hablando de la respondabilidad en las empresas como un valor de complemento a todos
los niveles, y donde cada miembro de la organización es responsable de sus actividades y
comportamientos.

Visto de esta forma, según Morales, Núñez, y Delfín (2006), las organizaciones
asumen diversas exigencias por parte de los ciudadanos en un contexto cada vez más

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complejo, donde se quiere la mejor administración de los capitales intangibles tomando en
consideración la participación de la gente, construyendo a su vez una sinergia entre
Estado y Ciudadanía, aportando el desarrollo de todo un colectivo para mejorar la
comunicación, ofreciendo información necesaria, transparente, y oportuna.

En síntesis, algunas organizaciones requieren buscar resultados óptimos en su


gestión, que los mensajes cuando se transmitan al difundir información, se realicen de
manera coherente, evitando desvíos o barreras, disminuyendo evaluaciones subjetivas
entre los miembros de la organización. Para ello, la ética debe constituirse en un pilar
fundamental de los actos constantes de las organizaciones, de tal manera que las
actividades de respondabilidad sean sustentadas en todo momento por actos éticos por
parte de todos los miembros de la organización.

RESPONSABILIDAD: UN COMPORTAMIENTO ÉTICO DEL SERVIDOR


PÚBLICOAL MOMENTO DE RENDIR CUENTAS

En este sentido, Ferrer (2004) asume que la responsabilidad ética en el ámbito


público, se encarga de unir dos premisas muy importantes como la vida misma y el
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principio de libertad, es decir, el individuo es el responsable de sus actos en el medio que


lo rodea. Por tanto, los actos son producto del conocimiento que determina la voluntad,
dando origen a los logros primeramente individuales y colectivos, tomando en
consideración al hombre como un elemento social que enriquece sus valores y principios.

Sin embargo, y de acuerdo a los postulados del autor anterior, se dice responsable a
la persona que es capaz de justificar el comportamiento de sus actos, de dar razón en
cuanto a sus acciones. En pocas palabras, la responsabilidad es una consecuencia de la
libertad. Sin embargo, la actividad empresarial es un producto en la libre creatividad de los
hombres con visión de negocios, que al transcurrir el tiempo se ha convertido en una
pieza fundamental de la humanidad, como fuente de aprendizaje, de conocimiento de
vida, por el cual se desenvuelve el quehacer diario, del ser humano, por lo tanto en
defensa de esa libertad, se encuentra presente la responsabilidad ética.

A modo de reflexión, la ética de la responsabilidad en el ámbito público mueve a los


ciudadanos a contribuir al bien común para cumplir con sus deberes, al obligar a los
políticos a rendir cuentas de sus acciones en el hecho público, creando actitudes éticas
de solidaridad compasiva para los ciudadanos. De esta manera, la responsabilidad ética
es fundamental para el buen desempeño de los funcionarios públicos, para que los
mismos puedan obtener mejores resultados en la definición de objetivos, así como en la
prestación de servicio, llevando a cabo prácticas honestas, transparentes, confiables, para
poder satisfacer las demandas o necesidades de las personas que integran en el Estado.

No obstante, según Seijo y Áñez (2008),plantean que la responsabilidad parte del ser
humano, como ente único responsable de la existencia, en lamoral, principios y valores
éticos que implica tomar en cuenta las consecuencias que puedan afectar el entorno, a
través de una responsabilidad basada en principios, congruentes y transcendentes, es
decir; siendo la empresa un actor moral debe asumir una responsabilidad comprometida,

13
pues de esas consecuencias depende sus ventajas competitivas y la existencia o
supervivencia de la organización en el contexto social donde se desenvuelven.

Como aporte a lo anteriormente planteado, todo servidor público debe crear un


entorno ético que permita establecer un ambiente armónico en la vida pública, basada en
la lealtad, responsabilidad, compromiso, humildad, generando mayor conciencia moral en
la participación de la sociedad civil. No obstante, el mismo debe manejar los procesos con
claridad, dejándose llevar por su libertad interior sin trampas, es decir, responsablemente
para producir en el ámbito público con probidad.

Dentro de este marco de ideas, en el ámbito empresarial se propicia este entorno en


el mismo momento de la concepción del negocio, con la finalidad de involucrar bienes o
servicios como beneficio de un sector, adquiriendo un compromiso directo con la
organización, de tal manera de regirse por una serie valores éticos, que formarán parte en
la toma de decisiones, producto de la puesta en práctica, y el aprendizaje diario
empresarial.

DIMENSIÒN ÈTICA DE LA RESPONDABILIDAD EN EL SERVICIO PÚBLICO


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Las organizaciones son un grupo humano cualquiera capaz de generar riquezas para
responder a las necesidades sociales y económicas al evaluar su productividad.
Asimismo, en la medida que se desenvuelva como una organización legitimada en el
marco de unos principios éticos por parte de todos sus integrantes, incluyendo los clientes
y proveedores, podrá adquirir un status de credibilidad y confianza por parte del entorno y
la sociedad en general.

A su vez, para lograr un objetivo esencial, es necesario que el funcionario público se


haga responsable de promover una memoria innovadora, que fomente la integración
armónica y dinámica, como lo refieren los planteamientos de Cortina (1998), cuando
plantea que se debe orientar un proyecto de nuevos desafíos, tomando en cuenta las
metas alcanzables que van a orientar la definición de la tarea de todos, para promover
una memoria innovadora como integración dinámica, y armónica, desde un punto de vista
institucional y personal.

A modo de reflexión, el trabajar en el servicio público implica la consecución del


interés general así como del bien común para generar valores determinados en cuyo
ámbito el liderazgo ético constituye un pilar importante para la promoción de los valores
que marcan el ejercicio del trabajo de los funcionarios públicos.

Visto de esta forma, según Caridad y Pelekais (2011), el término respondabilidad se


enfoca principalmente en la acción responsable de rendir cuentas en cuanto a las
gestiones individuales o colectivas de forma transparente a todas las partes involucradas
en el proceso y de manera regulada a los agentes externos de las organizaciones como
son: clientes, proveedores, entre otros.

Esta actividad se involucra a partir de la implantación de códigos de ética, procesos a


la auditoría interna, sistemas de información, manejo de recursos, vienen a jugar un papel

14
importante en las organizaciones eficientes y eficaces al momento de determinar el
verdadero éxito de las mismas, en un mercado altamente competitivo como el de hoy en
día.

Como reflexión a lo anteriormente mencionado, la respondabilidad se traduce en la


principal manifestación por parte de la participación ciudadana para cuestionar en su raíz
los resultados que muestran las organizaciones de sus actividades de gerencia y
administración. Por tanto, es una responsabilidad que debe ser compartida entre todos los
que forman parte de la sociedad, garantizando los valores de justicia, equidad, humildad,
que hacen posible el acceso al bien como valor de solidaridad, practicado por todos los
ciudadanos en el marco de un orden político de libertades plenas.

Por su parte, la ética ha ocupado los primeros lugares en los temas de la reflexión, a
la vez que de manera permanente, se exige de las organizaciones humanas la necesaria
recuperación de los valores éticos como referentes de su actuación. Asimismo, la ética,
como un acto de conciencia voluntaria del hombre, derivado de su formación moral,
social, religiosa y política, que va mucho más allá dela esfera personal para alcanzar la
ética colectiva y se crea la ética o moral pública.
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De acuerdo a lo establecido por Bautista (2008), la ética se convierte en una disciplina


que explora sistemáticamente las condiciones para favorecer una vida congruente. No
obstante, identificando esas condiciones, pero considerando siempre la forma en que los
individuos emplean términos como ética y moralidad, en su mayoría se tiene en mente
como al hablar de actuar éticamente se traduce en actuar con inteligencia o tomar en
cuenta los intereses de los demás. De este modo, la ética organizacional ocasionada por
las conductas personales origina una atmosfera cultural para la reafirmación de creencias
y conductas por parte de los seres humanos.

Cabe destacar que es allí precisamente donde se encuentra la ética, en esa


capacidad de discernir valores y actuaciones de los individuos pertenecientes a una
sociedad u organización. En consecuencia, dicho actuar se encuentra regido por un
conjunto de normas claramente establecidas en la plataforma ética de la comunidad; es
así como se enlaza la dimensión ética con las características del Estado.

Con base en lo expuesto anteriormente, se puede afirmar que la ética en el servicio


público surge en el campo plural de las personas, comunidades y los pueblos, pueden
tomarse decisiones libres sobre asuntos, problemas y proyectos comunes, que atañen a
sujetos diferentes, individuales o colectivos. De esta manera, la dimensión ética del
servicio público obliga a asumir responsabilidad social en cuanto al ejercicio del poder
público, teniendo por eje el respeto y cumplimiento de la Constitución y las leyes.

Se indica que la relación entre ética y ley, mostrando que la ética es más amplia que
la ley, entre ellas median acuerdos y consensos. Sin embargo, la ley misma es producto
de la deliberación y el acuerdo en el seno de una sociedad plural. Según lo manifestado
por Calderón (2010), en el cruce entre ética, ley y política, se encuentran referentes de
aceptación general porque constituyen elementos de orientación para los actores o

15
sujetos políticos, dando por entendido de quienes ejercen autoridad o poder institucional,
al comprender el deber moral de cumplir las funciones para las cuales han sido elegidos.

Bajo esta óptica, la rendición de cuentas bajo el enfoque de la dimensión ética en el


servicio público es un tema que se debate cada vez más tras la preocupación existente en
cuanto a la disminución de la confianza de los ciudadanos con respecto a la legitimidad de
sus actuaciones. Según los planteamientos deSeijo (2010), la dimensión ética del servicio
público debe plantearse como un agente activo que estimula a los ciudadanos a participar
responsablemente en la vida pública, contribuyendo en la búsqueda del bien común; esta
situación obliga a los políticos a rendir cuentas de su actuación y crea exigencias éticas
de solidaridad entre los ciudadanos.

En síntesis, es importante que todo país ejecute una práctica intensa y extensa de una
ética sustantiva que asegure el cumplimiento de los fines del estado social, orientado a
garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, la equidad y la calidad de vida.
Por tanto, es preciso expresar en proyectos del Estado, aspectos importantes de la
política pública que se correspondan con criterios éticos, tales como legalidad
democrática, cultura social, seguridad ciudadana y democracia participativa, entre otros.
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GESTIÓN ÉTICA DEL SERVICIO PÚBLICO: UN CONTEXTO COMPUESTO POR


REGLAS Y TOMA DE DECISIONES

Sin embargo, las cuestiones éticas en la gestión pública no es una simple discusión
sobre los criterios para la elección de estrategias de comportamiento por parte de las
personas que ejercen funciones decisorias, sino que trata de resolver el nivel en el cual se
ubica el problema, es una visión que define los valores en juego, los mandatos sociales a
considerar en la situación. Con base en lo expuesto, en la gestión pública, según Ferrer
(2004), se observa la necesidad de integrar valores de convivencia democrática.

Asimismo, la ética en la gestión se convierte en una propuesta orientadora para la


consecución del bien común. Bajo esta óptica, esta preocupación es decisoria y se dirige,
tanto hacia la labor orientadora centrada en el respeto y la práctica de los principios éticos
en las actuaciones públicas, como también hacia la identificación de las prácticas
perversas, que conducen a la percepción negativa, generalizada por parte de los
ciudadanos, donde se opacan las conductas responsables.

Como aporte, la gestión ética en el ámbito público se desempeña en un contexto


compuesto por reglas, toma de decisiones, bajo un ámbito para orientar situaciones
concretas, algunos rasgos valorativos definen los niveles de responsabilidad, conciencia e
identidad de las instituciones públicas. Dentro de este marco de ideas, la gestión ética en
el ámbito público, destaca el papel que debe ejercer la sociedad civil como agente motor
de transformación congruente por la construcción de las comunidades de futuro.

Ahora bien, según Elegido (1996) la ética es una disciplina por la cual se explora
sistemáticamente las condiciones que favorecen una vida congruente. En este sentido,
considerando siempre la forma, en que los individuos emplean términos como ética y
moralidad en su mayoría se tiene en mente como al hablar de actuar éticamente se

16
traduce en actuar con inteligencia; y/o tomar en cuenta los intereses de los demás. Bajo
tal concepción, se tiene la tendencia en la importancia de saber que cada persona tenga
un plan global de vida donde integre sus diversas orientaciones y compromisos.

No obstante, la construcción de eticidad tiene como papel fundamental un


comportamiento basado en la coherencia ética de las acciones y relaciones con los
diversos agentes morales en las organizaciones; contribuyendo a la construcción de una
ciudadanía social de futuro que internalice la necesidad por la preservación de la vida en
el plano biopsicosocial; es decir, una búsqueda para establecer un equilibrio entre lo
económico, social, cultural y ambiental, donde se puedan construir condiciones de un
espacio vital, al permitir una convivencia en las futuras generaciones.

Por ello, según Seijo y Áñez (2008), la gestión ética en el servicio público se ha
transformado en una de las demandas sociales más arraigadas y en uno de los lugares
comunes de los discursos políticos. Sin embargo, quienes protagonizan la política desde
del Estado, son aquellos que precisamente tienen el sentido común para indicar como los
verdaderos y exclusivos responsables de la ausencia de esa clara virtud cívica están en
muchas oportunidades en el ámbito público.
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Atendiendo a estas consideraciones, según Ochoa y Montes (2004), las


administraciones públicas deberán fomentar modelos de conducta que integren valores
éticos como: lealtad, responsabilidad, compromiso, moral, conciencia ética, entre otros, al
servicio público para guiar la actuación profesional de los empleados públicos. En
síntesis, la ética pública permite la enseñanza de un conjunto de conocimientos
convirtiéndose en un ámbito para el funcionario.

Bajo esta óptica, el estudio en cuanto a la gestión ética en el ámbito público implica
plantearse como un agente activo para estimular a los empleados públicos a participar
desde un punto de vista social y responsable en la vida pública con la finalidad de buscar
un bien común, obligando a los políticos a rendir cuentas de su actuación, mediante una
conciencia ética, solidaridad, lealtad, respeto, para reforzar la confianza de los
organismos públicos.

EL CÓDIGO DE ÉTICA DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS: UNA HERRAMIENTA


IMPORTANTE EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

De este modo, las políticas gubernamentales de los Estados contemplan en sus líneas
de acción la profesionalización del servicio público, por lo que para ello es indispensable
fomentar a los servidores la adopción de hábitos de excelencia en el desempeño de sus
responsabilidades, haciéndolo desde el marco de los valores éticos.

Asimismo, según Ferrer (2004), las políticas buscan fomentar un cambio de actitud
para considerar al ciudadano como un cliente que merece un servicio eficiente y de
calidad, que responda cabalmente con los planteamientos de la sociedad y de las
acciones que puedan ser sometidas en cualquier momento a fiscalizaciones por parte de
los ciudadanos, quienes serán los garantes de la gestión del servidor público.

17
En ese mismo orden de ideas, y como aporte, se requiere entonces que los
funcionarios de la administración pública promuevan permanentemente los valores éticos
que les exige el ejercicio de la gestión. Además, es importante que los servidores públicos
cumplan con sus obligaciones en el ejercicio de sus funciones, basadas en los valores
éticos que deben conducirse.

Es así como el código de ética se propone como un documento de observancia


obligatoria para todos los servidores públicos que conforman la Administración Pública,
con el propósito de establecer un conjunto de valores éticos sobre los que se construya
un Gobierno Eficiente y con una sólida cultura de servicio, promoviendo la transparencia
en sus actividades.

En referencia a lo anterior, es importante destacar que el código de ética no pretende


suplantar leyes o reglamentos existentes, sino fortalecerlos, definiendo los valores éticos
que deben guiar la actuación de los servidores públicos en el cumplimiento de sus
obligaciones, al corresponder a su cargo o comisión, estableciendo una norma específica
de buena conducta, reflejando el compromiso, el desempeño de su cargo, día con día,
garantizando el respeto en las leyes, y honrar la confianza donde los ciudadanos han
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depositado en ellos.

De este modo, los códigos de ética constituyen el conjunto de normas referenciales


que por razones elementales deben orientar la conducción de los funcionarios públicos en
la construcción de su gestión. Asimismo, la importancia en cuanto a la rendición de
cuentas es tener un marco transparente, lleno de valores éticos que respalden las
acciones de índole administrativo y conductual de las personas al ejercer cargos públicos.

En consideración a lo anterior, según los planteamientos de Seijo y Áñez (2008), el


código de ética hace referencia a un conjunto de normas que establecen la conducta
moral y ética de las personas adscritas en las organizaciones de la cual forman parte. Por
ello, muchas veces los códigos de ética son considerados un instrumento cuyo fin tiene
como base fundamental corregir las incongruencias de ciertas conductas inmorales que
puedan generar desconfianza y una pérdida de credibilidad.

Sobre este particular, los códigos éticos constituyen un aporte muy importante en la
cultura de respondabilidad de los funcionarios públicos, la Respondabilidad significa que
las autoridades o gobernantes pueden trabajar con honestidad, seriedad y dedicación,
tienen derecho a un justo reconocimiento; donde los méritos tienen el derecho a ser
pesados en la balanza de la opinión, como las culpas.

Por tanto, las características de actuación, según Ferrer (2004), infieren una
obligación que asume una persona al manejar los fondos o bienes públicos y cumple con
responder a otros sobre la manera cómo ha llevado sus tareas. No obstante, aceptar la
obligación de ser responsable moralmente se convierte en la guía de la conciencia en
gran medida, reflejando las creencias y compromisos sociales, culturales, religiosos,
fraternales, cívicos o ideológicos.

18
PARTICIPACIÓN CIUDADANA: FACTOR FUNDAMENTAL PARA EL LOGRO DEL
DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE EN LA GESTIÓN PÚBLICA

Dentro de este marco de ideas, la participación ciudadana es un factor importante


para el Estado al promover el ejercicio pleno de las libertades democráticas y los
derechos humanos consagrados en la constitución y en las leyes. Por tanto, según
Bautista (2008) la gestión pública debe ser transparente en su servicio a los ciudadanos
que son quienes justifican su existencia.

Con base en lo anterior, la misma constituye un concepto muy amplio y diverso porque
se enfoca en una nueva forma de incluir opiniones o perspectivas, invocado a las
agrupaciones sociales de la sociedad con el fin de solucionar problemas. Sin embargo,
participar es tomar parte de una organización que reúne a más de un sola persona. Según
Zazueta (2003), la participación ciudadana se refiere en compartir opiniones, y se toman
acuerdos de manera conjunta, es decir, es la acción de participar o intervenir en un
asunto público ya sea político, económico, y social.

Por tanto, según los planteamientos de Fernández, Belloso y Delgado (2008), una
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política nacional de información es vista como el conjunto de estrategias que propicien el


reposicionamiento de este sector, constituye una tarea muy compleja que requiere de la
participación de todos los sectores de la vida socioeconómica; para que la misma sea
valiosa para el Estado, es preciso partir del contexto político concreto del país
considerando el desarrollo socioeconómico y los aspectos históricos culturales.

Asimismo, la relación entre estado y sociedades ha convertido en un desafío para los


gobiernos al tratar de articular sus acciones con la sociedad, para fortalecer sus vínculos,
con el fin de ampliar el modelo de gestión. Sin embargo, el concepto tradicional de
ciudadanía reconoce libremente los derechos individuales en la misma donde se ha
fundamentado la afirmación en que todos los individuos son libres e iguales por
nacimiento, relacionando el estatus legal por el cual establece los derechos del individuo.

Al respecto, la participación ciudadana como factor para el desarrollo humano


sostenible se enfrenta a reivindicaciones en pro de los derechos colectivos a partir de
nuevas identidades como: el género, la edad, la migración, entre otros. Según los
planteamientos de Zazueta (2003), las demandas de derechos de diferentes grupos que
presionan al Estado para la incorporación de sus identidades o demandas particulares en
las políticas públicas, ratifican que el ciudadano ya no es el receptor pasivo de los
derechos que goza la protección de la ley, donde se identifica con la intervención del
estado.

En este mismo orden de ideas y de acuerdo a los planteamientos teóricos de Arroyo


(1999), la responsabilidad de la participación ciudadana apunta hacia un cambio que
imponen las demandas por parte de la sociedad, tanto en lo que concierne al desarrollo
de una representación social capaz de controlarla gestión pública, que conlleva hacia la
búsqueda de espacios sociales, para que los individuos logren producir actividades, de
acuerdo a sus necesidades.

19
De esta manera, la participación ciudadana tiene el propósito de fomentar en todos los
niveles del poder público una estrategia diferente que le permita incidir en unos valores
éticos que entre los cuales se destacan:

- Eficiencia

- Transparencia

- Interdependencia voluntaria

- Solidaridad social

- Complementariedad

- Pluralidad

- No discriminación
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- Corresponsabilidad

- Libertad

- Respeto

- Moral

- Conciencia ética

- Autonomía

- Comunicación plena

- Integridad

- Confianza

Por tanto, todos los valores mencionados anteriormente tienen como propósito la
sustitución de una democracia representativa que conlleva hacia una democracia
participativa, lo que incide en el impacto del desarrollo endógeno al convertirse en un
componente esencial de un modelo alternativo de gestión social más justa y democrática,
por lo cual se asocia estrechamente con la modernización del estado.

En síntesis, la ciudadanía y demás sectores de la sociedad civil, cumplen el objetivo


de participar en los procesos de rendición de cuentas, verificar la transparencia en la
gestión del gobierno y activar el control social como estímulo a una mejor gestión pública.
No obstante, la información debe ser oportuna para que aporte criterios efectivos a los
diversos mecanismos de participación ciudadana para el logro del desarrollo humano
sostenible.

20
REFLEXIONES FINALES

La respondabilidad se refiere a las acciones para informar los funcionarios públicos


sobre cómo gastaron los fondos o manejaron los bienes, al momento de lograr los
objetivos previstos, y si estos fueron cumplidos con eficiencia y eficacia ante la sociedad.
De este modo, la conducta en la vida pública se analiza de una forma más rigurosa,
tomando en cuenta las reglas que el público exige, verificando y fiscalizando si existen
debilidades durante el procedimiento de rendición de cuentas bajo las normas de las
actitudes éticas.

Adicionalmente, el Estado o en su caso los funcionarios que de él dependen, pueden


ser responsabilizados administrativa, civil, política, penal, contable, fiscal y
profesionalmente (aunque algunas de ellas solo puedan alcanzar a los funcionarios)
cuando los actos que de ellos emanan afecten derechos de los ciudadanos. Es por ello
que la respondabilidad se hace bajo la premisa de una actuación de estricta obligación
ética.

Sin embargo, mediante su acción los funcionarios públicos socavan las instituciones,
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afectando gravemente el clima moral y ético, interviniendo negativamente en la acción de


las personas, se convierten en agentes de perturbación en el desarrollo de la gestión
pública, ya que le producen desconfianza, falta de transparencia, pérdida del incentivo al
trabajo honesto y el respeto a las reglas del juego, con lo cual se pierde toda aprobación
por parte de los ciudadanos que ejercen la contraloría social.

Ante esta situación, quien ejerza funciones en el ámbito público debe tener conciencia
ética para asumir y defender los valores debido a la condición de los ciudadanos y al
mismo tiempo ante las empresas, el funcionario debe ser cuidadoso, coherente entre lo
que dice y hace, es decir, el funcionario debe modelar en forma precisa en el ámbito
público velando para que se cumplan las políticas, normas, que a su vez satisfagan las
necesidades de la comunidad; de esta manera, generar credibilidad y confianza, en su
alrededor para poder fortalecer el proyecto de vida de la organización.

No obstante, también se debe poner en práctica el término Respondabilidad, y saber


cuáles son los principios que lo rigen en los términos de la rendición de cuentas,
sobretodo en el sector público. De esta manera, la Respondabilidad debe convertirse en
la principal característica del comportamiento de los funcionarios o servidores públicos, es
decir, debe asumirse como una obligación ética en el ejercicio de la vida pública.

Asimismo, promover una cultura responsable en la gestión pública, constituye una de


las principales acciones tendientes a fortalecer los valores éticos de los funcionarios
públicos, minimizando con ello las acciones cuestionables de dichos funcionarios en el
ejercicio de su administración. Bajo esta óptica, la sociedad, la comunidad, o la
ciudadanía en general, pueden realizar las labores de contraloría a estos funcionarios que
ejercen cargos o funciones públicas.

Visto de esta forma, se distingue entonces que los funcionarios públicos deben ser
personas de comprobado comportamiento ético y moral, de reconocida trayectoria basada

21
en los principios y valores que las sociedades promueven y que sus acciones permitan
garantizar la transparencia de su gestión como servidores públicos y que la participación
ciudadana en su rol protagónico ejerza la contraloría que se debe realizar a la gestión de
estos funcionarios públicos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Arroyo, D. (1999). La descentralización y la participación ciudadana en la gestión local.


España. Editorial Paidós.

Bautista, O. (2008).La ética en los servidores públicos. España. Editorial Montecorbo.

Calderón, G.(2010). Responsabilidad de los funcionarios públicos. Documento en línea.


Disponible en:http://www.auditoriapublica.com/hemeroteca/Pag%2071-
90%20%20n%C2%BA%2054.pdf. Consulta: 10/06/2012.

Caridad, M. y Pelekais, C. (2011). Participación ciudadana empoderada por la


Respondabilidad bajo el enfoque de la Recursividad. Revista Coeptum, Vol. 3, Núm. 1.
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Depósito Legal: 200902ZU3060 / ISSN: 1856-9706 Volumen 5 - Número 1 – Mayo / Octubre 2013

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Polis, Revista de la Universidad Bolivariana
ISSN: 0717-6554
antonio.elizalde@gmail.com
Universidad de Los Lagos
Chile

Perea Sandoval, Carlos


Vivir Bien: ¿Paradigma no capitalista? Ivonne Farah H. / Luciano Vasapollo (Coordinadores)
Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, vol. 12, núm. 34, 2013
Universidad de Los Lagos
Santiago, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=30528135030

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Vivir Bien: ¿Paradigma no capitalista?
Ivonne Farah H. / Luciano Vasapollo (Coordinadores)
Universidad Mayor de San Andrés (CIDES-UMSA) y Departamento de
Economía de la Universidad de Roma La Sapienza, 2011, 437 págs.

Carlos Perea Sandoval


Universidad Santo Tomás, Bucaramanga, Colombia. Email: intiibis@gmail.com

La humanidad se encuentra en una constante búsqueda por construir una ética que permita hacer
realidad el re-ligarse con el futuro, lo cual implica generar una convivencia recíproca con la naturaleza y las
demás formas de vida, en el camino de la ética del bien común. La construcción de este modelo ético se
constituye en una prioridad ya que desde el mismo es posible determinar caminos de acción, que a partir de
una postura social y de apoyo mutuo, se concrete en alternativas para enfrentar el modelo del individualismo
y la competencia.

En el marco de esta tarea de humanidad surge el diseño del Vivir Bien, que desde el accionar humano
propende por establecer los horizontes y condiciones de posibilidad de un nuevo paradigma de
ocurrencia de la vida social y natural.

Esta apuesta por consolidar la ética del Vivir Bien, tanto en los aspectos conceptuales, como
valorativos y prácticos, es expresada en los contenidos del libro Vivir Bien: ¿Paradigma no capitalista?, en el
cual un grupo de investigadores sociales, desde diferentes posturas disciplinares y políticas asumen el reto de
plantear principios para la generación de una nueva convivencia que se constituya en una alternativa viable al
modelo del capital imperante.

Presentar a la humanidad una propuesta de tal envergadura, ha implicado que se establezca un cerebro
social en el cual se incluye las experiencias de vida de diversos sectores de la población, especialmente de los
indígenas de Bolivia y Ecuador, articuladas con las experiencias de gobernabilidad y políticas públicas, como
el aporte de un grupo de intelectuales que comprometidos por la causa de una nueva humanidad, han
abordado la reflexión del Vivir Bien, desde el campo económico, social, político y multicultural.

La obra reseñada es el resultado de la convocatoria conjunta entre el Postgrado en Ciencias del


Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés (CIDES - UMSA) y el Departamento de Economía de la
Universidad de Roma La Sapienza, en el marco de un Convenio de Colaboración académica entre ambas
Universidades.

Es una obra de humanidad en humanidad, que tiene como fin contribuir a la reflexión académica y
política sobre la noción del Vivir Bien y sus posibilidades para constituirse en el soporte ético que ilumine un
nuevo paradigma de producción y reproducción de la realidad social.

El prólogo de la obra es realizado por Evo Morales, presidente de Bolivia, que desde su experiencia
como indígena Aymara, gobernador y ejecutor de políticas públicas da un testimonio del significado que tiene
para los habitantes de su país el Vivir Bien, y la necesidad de que la humanidad conozca los fundamentos de
esta propuesta.

Evo enfatiza como “El Vivir Bien es una forma de vida, de relacionamiento con la naturaleza, de
complementariedad entre los pueblos, es parte de la filosofía y la práctica de los Pueblos Indígenas.
Asimismo, no sólo desnuda las causas estructurales de las crisis (alimenticia, climática, económica,
energética) que vive nuestro planeta, sino que plantea una profunda crítica al sistema que está devorando a
seres humanos y a la naturaleza: el sistema capitalista mundial.
Continúa el mandatario denunciando que “mientras los Pueblos Indígenas proponen para el mundo el
Vivir Bien, el capitalismo se basa en el Vivir Mejor. Las diferencias son claras: El vivir mejor significa vivir
a costa del otro, explotando al otro, saqueando los recursos naturales, violando a la Madre Tierra, privatizando
los servicios básicos; en cambio el Vivir Bien es vivir en solidaridad, en igualdad, en armonía, en
complementariedad, en reciprocidad. En términos científicos, desde el marxismo, desde el leninismo dice:
socialismo-capitalismo; y nosotros sencillamente decimos: el vivir bien y el vivir mejor.

En este marco, planteado por Evo Morales, toma sentido el cuerpo de la obra, cuya compilación y
organización la realizan Ivonne Farah H. y Luciano Vasapollo. Los contenidos de la obra son presentados en
cinco bloques, que aunque en ellos se aborden cuestiones particulares, sin embargo constituyen una totalidad,
que permite al lector tener una visión holística del Vivir Bien.

Un primer tema abordado hace referencia al sentido semántico y filosófico del Vivir Bien. La lectura
de este bloque promueve la comprensión del concepto a partir de campos semánticos propios generados desde
una manera cultural, que ligados a una concepción de vida, permiten establecer diferencias y distancias con
otras acepciones construidas a partir de campos semánticos ligados a las lógicas occidentales y al modo de
producción capitalista. En los contendidos tratados en esta primera parte, sentires, vivencias mágicas,
espiritualidades y cosmogonías toman fuerza desde lo propio de nuestras culturas, para darle significado al
Vivir Bien.

Una vez presentada la concepción del Vivir Bien, desde nuestra manera cultural, en una segunda parte
se aborda los horizontes que emergen desde él. En especial se profundiza en el horizonte ético, entendido
como el camino hacia una ética del bien común. Los autores proponen principios y postulados de esta nueva
ética, lo cual implica, entre otros, la utilización sostenible y responsable de los recursos naturales, el privilegio
del valor de uso sobre el valor de cambio, la ampliación de la democracia, la multiculturalidad, la cooperación
solidaria, la socialización y gestión colectiva de la riqueza social.

El emerger de este nuevo horizonte ético implica la necesidad de eliminar los patrones de desarrollo
existentes en el modelo capitalista y consolidar nuevos patrones que se correspondan con el Vivir Bien. Los
autores en este bloque hacen un llamado a imaginar otros mundos en los que la calidad de vida, la cuestión
ambiental y la recreación de lo humano en lo humano, se constituyan en accionares que garanticen repensar
una nueva visión de desarrollo, que se contraponga a la que, desde las visiones del capital, se impusieron en
nuestro territorio.

Diseñar y ejecutar estos nuevos patrones de desarrollo, implica la consolidación e instalación de la


conciencia del Vivir Bien en las diversas organizaciones humanas. Este proceso de concientización exige un
compromiso de los actores e instituciones sociales los cuales deben modificar sus prácticas y concepciones.
Los autores abordan en este bloque problemáticas propias de los procesos de construcción de nuevos
conocimientos, especialmente lo relacionado con el papel de las Universidades en la formación de
profesionales que den respuesta a las exigencias del vivir bien, desde la óptica socioambiental, política,
económica y cultural.

El último bloque del libro nos acerca a una experiencia real del Vivir Bien, que se está llevando en
Bolivia. Esta experiencia permite abordar reflexiva y críticamente los procesos de colonización y la necesidad
de impulsar la descolonización, ubicar la importancia del vivir bien desde la geopolítica e impulsar el
desarrollo endógeno sustentable y articular las políticas públicas al Vivir Bien.

La importancia de la obra reseñada radica en que a partir del sentido expresado en sus contenidos es
posible llevar una reflexión crítica de las prácticas, concepciones y comportamientos del modelo del capital e
identificar los elementos de des-humanización presentes en el mismo. Pero de igual manera, la obra pone a
sus lectores en contacto con principios y procedimientos de una ética de humanidad en humanidad, a partir de
la cual se hace un llamado para reconfigurar nuevos accionares que, apartados del modelo del capital, se
constituyan en alternativas de construcción y consolidación de un mundo mejor.

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