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posible el matrimonio entre personas del mismo sexo. Esta medida, a la que se
opusieron los diputados de Unió Democrática de Catalunya y todo el Grupo Popular
(con la única excepción —que parece justo recordar— de la diputada Celia Villalobos),
contó con el respaldo del 56% de los españoles y con el rechazo de tan solo el 21%,
según un sondeo de Metroscopia llevado a cabo entonces. Un reducido 11% se mostró
disconforme con el uso del término matrimonio, pese a estar de acuerdo con la medida
de fondo.
La clara naturalidad con que nuestra sociedad está viviendo la plena aceptación social
y legal de las parejas homosexuales encuentra quizá su más significativa expresión en
el hecho de que incluso entre quienes se definen como católicos practicantes (y que
representan algo menos del 20% de nuestra población adulta) solo un 19% rechaza de
plano la legalización de las parejas del mismo sexo —porcentaje este inferior incluso
en seis puntos al de quienes aceptan que sean legales y se denominen matrimonio—, y
un 55% no tiene más reserva al respecto que el uso de dicho término.
Ante el proyecto del Ejecutivo, miles de personas del Frente Nacional por la
Familia se echaron a la calle y marcharon desde el Auditorio hasta el
monumento al Ángel de la Independencia.
Y lo hicieron por segunda vez este mes, después de la marcha sin precedentes
del 10 de septiembre.
"La familia, como Dios la formó, es un hombre con una mujer e hijos",
explicaba a las agencias una mujer que participó en la manifestación y que no
quiso que su nombre se hiciera público.
"No es natural"
Otros, además de a un origen divino del matrimonio, hacían referencia a la
"naturalidad" y la "complementariedad" del mismo.
Y es que, el pasado 14 de septiembre, las organizaciones que defienden que el
matrimonio sólo puede ser entre hombre y mujer, presentaron una iniciativa
que defiende ese modelo de "matrimonio natural".
"La familia se determina como natural porque la familia se define por su origen,
no por su condición", recalca la iniciativa.
A lo que añade: "Y todos tenemos nuestro origen en una familia natural, pues
todos procedemos de una relación natural y complementaria entre un hombre y
una mujer".
Por su parte, la propuesta de Peña Nieto busca también garantizar que
cualquier persona pueda solicitar la expedición de una nueva acta de
nacimiento que reconozca su identidad de género, sin tener que someterse
para ello a un procedimiento médico de reasignación de sexo.
FUENTE DE LA IMAGEN,AFP
Pie de foto,
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"La familia se determina como natural porque la familia se define por su origen, no por
su condición", dicen los que se oponen al matrimoniio igualitario.
Lo importante es la "idoneidad de los adoptantes" y el "interés superior del
niño", según el máximo órgano de justicia del país.
Aunque quienes se oponen a la propuesta de Peña Nieto insisten en que ésta
puede poner en riesgo la integridad de los menores.
Oficialmente la iglesia católica aseguró que no organiza las marchas. Pero la
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la máxima autoridad de esta
congregación, dijo que respaldaba las protestas.
Además, a raíz de la propuesta de Peña Nieto, la Arquidiócesis Primada de
México— encabezada por el cardenal Norberto Rivera— ha publicado una
serie de textos en los que argumenta por qué el catolicismo no aprueba el
matrimonio gay así como la homosexualidad.
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El 31 de julio el editorial del semanario católico Desde la Fe decía, por ejemplo,
que ser homosexual es "una desviación" que necesita "que se le ayude a
corregirla, no que se propicie caer en ella".
"La Iglesia no odia a los homosexuales, los ama y sufre si ellos sufren", decía
otro texto similar del 17 de julio.
"Por eso se opone al matrimonio igualitario, porque quienes participan en
este tipo de unión tienen una altísima probabilidad de sufrir (…)".
"La familia humanidad"
Pero el sábado también hubo marchas a favor de que se reforme el artículo 4
de la Constitución mexicana y que se legalice así a nivel nacional el matrimonio
igualitario, algo que ya es de ley en algunos estados de la república, así como
en Argentina, Brasil, Uruguay y más recientemente en Colombia.
En ambas manifestaciones se reunieron unas 20 mil personas, informó la
Secretaria de Seguridad Pública capitalina.