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Introducción

El Caso Paulina va a servirle entonces, por una parte, para señalar que, en
algunos casos en verdad difíciles, es necesario que la persona tenga derecho a
escoger la mejor solución; y por otra, para introducir la idea de que en un Estado
laico debe respetas las elecciones individuales. Al hacer resto, Salazar introduce
el argumento de los dilemas a los que la ley debe enfrentarse cuando trata casos
particulares, teniendo que dejar de lado, hasta cierto punto, la generalidad de la
ley.

En un interesante libro realizado en 1996 por el Instituto de Investigaciones


Sociales de la UNAM, que buscaba hacer un recuento de los principales valores
de los mexicanos en los años ochenta, recorriendo los principales temas públicos
de interés, uno de los puntos obligados fue la relación entre el Estado y la Iglesia.
Al respecto, Yolanda Meyenberg, escribió:

Desde el siglo XlX en nuestro país se ha cultivado la tradición de un Estado laico.


Su asociación con la etapa de la reforma y con su ideólogo Benito Juárez dio a
esta concepción una legitimidad que superó las contradicciones de la revolución y
le permitió permanecer en el nuevo pacto constitutivo que resultó de ella. Pese a
los años transcurridos y los cambios acaecidos en nuestro país, la concepción de
un poder estatal separado del poder eclesiástico es algo que poco se ha
modificado. Esto puede verse en el marcado desacuerdo (76%) que se muestra
ante la eventualidad de que los sacerdotes hablen de política durante los servicios
religiosos.

De esta manera, se puede afirmar que en los primeros años del nuevo siglo la
reflexión sobre el Estado de derecho se acompañaba de una profunda
preocupación acerca de la laicidad del Estado mexicano. Por ejemplo, Adriana
Ortiz – Ortega afirmaba que el Caso Paulina había ofrecido a los grupos feministas
y a los sectores de la sociedad, la ocasión de defender la visión laica en vigor en
el país desde el siglo XlX, ubicándola en esta ocasión en un nuevo contexto
político.
En el año 2000, pocos días después de que Vicente Fox ganara las elecciones
presidenciales, cambiando por primera vez en más de 70 años el color del partido
que apoyara al presidente, se modificaron en sentido restrictivo, en el estado de
Guanajuato, las leyes sobre el aborto.

Las elecciones presidenciales del mes de julio llevaron al candidato del Partido
Acción Nacional (PAN), Vicente Fox, a la presidencia y con ello se dio la
“alternancia de partidos a nivel presidencia”. En este sentido, el 3 de agosto de
2000, en el estado de Guanajuato fue votada la modificación a partir de la cual el
único caso de aborto que no sería penalizado sería cuando la mujer ha sufrido un
accidente. Guanajuato se convertía, a partir de este momento, en el único estado
del país en donde el aborto, ante un embarazo producto de una violación no sería
ya posible, eliminando del Código Pena una causal existente desde 1921.
Desarrollo

Durante los años treinta el escaso debate se relaciona con la dimensión legal del
aborto, ya sea para demandar una mayor penalización de su práctica, ya para
pedir su liberalización. En 1936, la doctora Ofelia Domínguez Navarro autora de la
ponencia “El aborto por causas económicas y sociales”, expone la necesidad de
derogar los artículos que ubican al aborto como un delito. Dicha ponencia fue
presentada por la médica cirujana Matilde Rodríguez Cabo ante la Convención de
Unificación Penal, en el Distrito Federal. En ella se utilizó el argumento de que la
penalización no tiene como consecuencia la erradicación del aborto, pero sí
produce una gran cantidad de muertes maternas, sobre todo en los grupos más
desfavorecidos económicamente y señala que el Estado tiene la obligación de
hacerse cargo de las mujeres de escasos recursos.

La protección de la vida prenatal, implica otro tipo de medidas que debe adoptar el
Estado, a través de la protección de la mujer, entre ellas: asegurar un adecuado
control médico para las mujeres embarazadas; asegurar la provisión gratuita y
suficiente de ácido fólico y otros suplementos alimenticios durante el embarazo y
los primeros años de vida y reducir al mínimo las tasas de morbimortalidad
materna.

En septiembre de 2011 la SCJN discutió dos acciones de inconstitucionalidad en


contra de las reformas de las reformas que protegen de forma absoluta al producto
de la concepción, tanto en San Luis como en Baja California.

La mayoría de los miembros de la Corte, siete de once, se pronunciaron por


inconstitucionalidad de estas reformas ya que la protección absoluta del producto
de la concepción pone en riesgo los derechos reproductivos de las mujeres. Los
ministros reconocieron que la protección tiene que ser prenatal es importante, pero
que dicha protección tiene que ser compatible con los derechos de las mujeres,
incluso la ministra Luna Ramos, quien votó a favor de constitucionalidad, señalo
que la protección a la vida desde concepción no puede tratarse de un absoluto.

Se trata de una niña que había sufrido una violación, denunciada a tiempo y forma
ante el ministerio público; que esa violación haya causado un embarazo y que la
joven y su familia hayan solicitado un aborto permitido por la ley; ya que los
hechos sufrieran un largo proceso de tematización pública, llegando a ser un
acontecimiento y un caso público, son factores que ejercieron gran influencia en el
tipo de debate que se desarrollo en torno al aborto durante los meses cercanos y
posteriores a la elección presidencial del año 2000 en México.

Asimismo, el hecho de que el debate tuviera como sustento la historia de un joven


de carne y hueso cuyas declaraciones públicas y las de su familia se integraron en
el flujo de las contribuciones públicas, contribuyó a dar fuerza al caso y a orientar
los argumentos hacia un lugar específico.

El Caso Paulina hace visible los vacíos en las leyes del aborto.

Este caso mostró con gran claridad las lagunas presentes en las leyes sobre el
aborto en el país en general y en el estado de Baja California en particular.

Como se expuso en el apartado anterior, en varias ocasiones en las que había


surgido de manera pública el debate sobre el aborto, los actores argumentaban la
liberalización, la homologación o la despenalización de leyes o bien una
penalización más severa. Empero, en esta ocasión, ya que la ley en efecto existía
y posibilitaba el aborto, el eje fue que existía y posibilitaba el aborto, el eje fue
ocupado por el debate acerca de los múltiples vacíos que existían acerca de los
procedimientos a seguir al interior de las instituciones y en los códigos penales,
así como sobre la manera para resolver las demandas de abortos despenalizados,
rápida, eficazmente y en estricto apego a las legislaciones.

Este hecho provocó que la discusión acerca de la legalidad de una ley, en efecto,
estuviera presente en el espacio público como lo había estado desde décadas
anteriores, pero en esta ocasión, en el sentido opuesto al que siempre era
debatido por algunos actores: lo que estaba en juego era el respecto a las
disposiciones de la ley que lo autorizo y la necesidad de aclarar los
procedimientos para llevarlo a cabo y no su despenalización.

En 1976, distintos grupos de mujeres, denominados por Gisela Espinosa como


una de las vertientes del movimiento “el feminismo histórico”, conformaron la
Coalición de Mujeres Feministas con las demandas de maternidad voluntaria,
lucha contra la violencia sexual y libre opción sexual. La idea de maternidad
voluntaria sería clave para los proyectos sobre aborto elaborados en los siguientes
años. Retomada de las feministas italianas, integraba cuatro aspectos: educación
sexual realmente efectiva, fácil acceso a los anticonceptivos, baratos y seguros; el
aborto como excepción y la no esterilización de las mujeres sin su consentimiento.

Es decir, el problema del aborto no era considerado de manera aislada.

En 1979 se formó en Frente Nacional por la Liberación y los Derechos de las


Mujeres (FNALIDEM), el cual unió esfuerzos de grupos feministas, de sindicatos
(STUNAM,SITUAM,SPAUNAM), grupos de lesbianas y partidos de izquierda
(PRT, PCM).

En 1979 el FNALIDEM junto con la coalición de Mujeres Feministas propuso


proyecto de ley a la Cámara de Diputados, el cual retomaba muchas de las
conclusiones del documento realizado por el GIEA.

También retomaba, reformulando, la iniciativa de ley realizada por la coalición en


1976. El nuevo documento mantuvo el nombre de “Proyecto de Ley de Maternidad
Voluntaria”. El PCM presentó la propuesta al Congreso en noviembre, pero no fue
discutida, lo cual impactó fuertemente en los grupos feministas, desmovilizando
muchas de sus acciones y fracturando relaciones con los partidos políticos de
izquierda.

El argumento central del proyecto era que un Estado laico las consideraciones
morales no deberían guiar las leyes, sobre todo cuando estas tienen como
consecuencia la muerte de mujeres, entre ellas las más pobres del país. El
proyecto retomaba del GIEA los argumentos acerca del aborto, colocándolo
claramente como un problema de salud pública y de justicia social.
La lectura que da Gisela Espinosa del revés que vivió esta iniciativa de ley es la
siguiente:

El tema del partido de Estado ante la oposición beligerante y la fuerza política de


la alta jerarquía eclesiástica: la condición minoritaria de la Coalición de Izquierda
Parlamentaria dentro de la Cámara de Diputados y sus propias deudas sobre la
pertinencia de enarbolar este proyecto; la imposibilidad de FNALIDEM para
intervenir directamente en los asuntos parlamentarios, impidieron que, un proyecto
con tanto consenso dentro de movimiento y con tanto trabajo detrás, pudiera
siquiera someterse a debate en el espacio legislativo.

Al interior de la Iglesia, la línea conservadora había ganado poder y reaccionó con


fuerza al intento de modificación. En 1979 el papa Juan Pablo ll realizó una visita a
México en donde precisó la posición de la Iglesia con respecto al aborto, práctica
definida desde el Vaticano como un debilitamiento de los valores sostenidos por la
sociedad y un atentado contra la vida desde el momento de la concepción.

Po otro lado, la Iglesia ante la tesis de la comunicación si alguien procede a un


aborto.

Género, Sexualidad y Embarazo

La mayoría de la gente bebe sin inhibición y una leve euforia. Pero el peligro
aparece cuando ingieren dosis mayores; en tal caso, la droga puede interferir en
los vínculos afectivos y con la respuesta sexual, puede llevar a descuidar las
prácticas preventivas, beber más de la cuenta abre la posibilidad de tener
prácticas sexuales violentas, a actuar como nunca a la pareja o de convertirse en
víctima de agresión sexual.

De ahí que el alcohol está asociado al maltrato de la pareja y a la violación, al


riesgo de embarazos no deseados, y a la adquisición de infecciones de
transmisión sexual. Otra situación ocurre con el uso de la cannabis o marihuana.
El efecto afrodisiaco de esta planta es controversial, pero cuando se combina con
otras sustancias, en especial con el alcohol, puede tener efectos nocivos en la
salud física y mental, en la respuesta sexual, además de interferir con el abandono
de prácticas sexuales preventivas (sexo seguro, uso de condón). Por su parte, los
alucinógenos, ya sean naturales o sintéticos (el peyote, los hongos, LSD, éxtasis y
similares), tienen efectos de mayor intensidad; se puede llegar a cometer
conductas auto destructivas y de alto riesgo “durante el viaje”, en especial cuando
se combinan con otras sustancias.

El riesgo de caer en la dependencia es alto en los casos de la cocaína, el cristal, la


piedra o ice, los cuales lejos de tener efectos afrodisiacos más bien pueden
generar disfunción eréctil e incapacidad para alcanzar el orgasmo.

La decisión de cuándo tener la primera experiencia sexual es personal y un


derecho humano. Hay personas que desde el principio desfrutan ampliamente de
las relaciones sexuales, y también quienes necesitan más conocimiento del otro,
por lo que prefieren esperar hasta que la relación sea más estrecha; cada quien es
responsable de respetar el ritmo y los procesos propios y ajenos. Es importante,
todo se vale menos la imposición y la violencia: pueden tomarse días, semanas,
meses o años antes de pasar a los contactos genitales, lo importante es que
nunca sea una imposición, sino una decisión libre, responsable e informada.

Efectos del aborto en la salud mental.

Los factores relacionados con estos efectos son: retraso en la solicitud del aborto,
presencia de depresión y problemas psiquiátricos preexistentes, así como mujeres
con una percepción conflictiva hacia el aborto. Los factores relacionados con estos
efectos son: retraso en la solicitud del aborto, aborto forzado ante un embarazo
deseado, presencia de depresión y problemas psiquiátricos preexistentes, así
como mujeres con una percepción conflictiva hacia el aborto.

La situación de ilegalidad también puede afectar negativamente.

Pero el peor impacto en la salud mental ocurre en el caso de la adopción. Un


estudio encontró que 95% de las mujeres que dieron en adopción a un hijo no
deseado presentan sufrimiento y sentimientos de perdido, una tercera parte hasta
15 años después de haberlo hecho, pues se trata de una experiencia comparable
con la pérdida de un hijo por fallecimiento.
El aborto disminuye la delincuencia.

El estudio concluye que la legalización del aborto da cuenta de 50% de la reciente


reducción de los delitos (sobre todo homicidio, robo y violencia) y que la evidencia
es consistente: se reducen las tasas con un intervalo de 20 años. “Aunque ese
descenso es un fenómeno muy positivo – señalan los autores -, el vínculo entre el
aborto y el crimen no debe ser interpretado como respaldo al aborto ni como un
llamado a la interpretación del Estado en decisiones que solo competen a las
mujeres.

Es necesario considerar que las opciones de vida de quienes nacen únicamente


porque sus madres no pudieron abortar son relativamente opacadas frente a los
bebés de sí fueron deseados, y cuya posibilidad de ser delincuentes es baja”.

Señales de peligro.

Muchas personas ignoran que en México el aborto es legal bajo algunas


circunstancias. Las causales bajo las cuales la interrupción voluntaria del
embarazo se considera un delito varían de un estado a otro, pero en todos ellos el
aborto no está penalizado cuando el embarazo es resultado en una violación. Las
regulaciones son muy heterogéneas y en general restrictivas, excepto en la ciudad
de México, donde el aborto está permitido en las primeras 12 semanas de
gestación y por decisión libre de la mujer.

En cuanto a las otras causales legales, el aborto imprudencia está despenalizados


en 30 entidades, por peligro de muerte de la madre en 25, por malformaciones de
producto en 14, en 13 por graves daños a la salud de la mujer, en 11 por
inseminación forzada, en uno por causas económicas (cuando se tengan al menos
tres hijos), y en uno por voluntad de la mujer en las primeras 12 semanas de
gestación.

Las entidades en donde la legislación es más restrictiva son Guanajuato y


Querétaro, y existen únicamente ocho entidades federativas que tienen más de
cuatro causales.
La causal de peligro de muerte debiera interpretarse como subsumida en la de
grave daño a la salud, que se incluirá en Campeche, Chihuahua, Distrito Federal e
Hidalgo, porque la interpretación que ofrece mayor protección a los derechos
reproductivos de las mujeres.

En cuanto a las sanciones que se imponen, éstas pueden ir desde el trabajo


comunitario, mutas, tratamiento médico o psicológico, hasta la privación de la
libertad.
Exposición y desarrollo de un problema específico en la adjudicación de derechos
fundamentales en México.

El Aborto

El Caso Paulina

Un elocuente ejemplo encontramos en las declaraciones del panista Santiago


Creel en plena campaña electoral como candidato de la Alianza por el cambio
(PAN – PVCM) a la jefatura del Distrito Federal, en mayo de 2000. Utilizando el
titulo “Aclara Creel que no apoya la interrupción del embarazo”

Algunos miembros del partido tuvieron que aceptar que en ciertos casos puede
existir el aborto, sobre todo para no a parecer públicamente como contraviniendo
una ley vigente en ese momento.

En la conclusión del sacerdote jesuita

Enrique Maza se puede leer: “El problema con esta discusión es que todo el
mundo tomó partido a favor o en contra del aborto y desde ahí juzgo y donde era
el cumplimiento de la ley y el respeto a la decisión de una persona.

Se puede considerar que en el mundo occidental el siglo XVll es el parteaguas en


la aprehensión del fenómeno. Producto de los descubrimientos científicos y los
conocimientos médicos del siglo XVlll, así como de la conformación de los Estados
nacionales, la práctica del aborto, la percepción de los sujetos y las instancias
involucradas son, a partir de este siglo, mirados con otros lentes.

México no es la excepción, si bien el proceso es más tardío se tiene al siglo XlX


como momento limitar.

En efecto, el desarrollo del debate sobre el aborto ha contribuido a diseñar los


contornos de dos personajes centrales: por un lado, la mujer y, por el otro, el
embrión y/o feto. Consecuencia directa del descubrimiento de nuevas tecnologías
ligadas al embarazo (los ultrasonidos) y las investigaciones sobre lo embriones
(que han dado más visibilidad al interior del vientre de las mujeres), las mujeres y
el embrión aparecen en el debate cada vez más nítidamente separados. Según
Barbara Duden la historia del feto es la historia de una visualización:

“Durante milenios el niño no existía sino hasta el momento en que la mujer


manifestaba haber percibido el primer movimiento”.

Esta situación cambiará cada vez más debido a la introducción de métodos de


detección ligados a la percepción visual y ya no tanto al tacto.

Una vez que las categorías se han ido separando, la cuestión central ha sido
saber si ambas “entidades” mujer y embrión cuentan con los mismos derechos.

Si la respuesta es negativa, el tipo de argumentaciones irían en el sentido de exigir


al Estado, a través de sus leyes, asegurar buena y seguras condiciones a sus
ciudadanos en la práctica de un aborto, en cuyo caso la obligación del Estado
seria la de desarrollar leyes y políticas públicas capaces de proteger la vida, la
salud y la seguridad de las mujeres y no de dictarle a los individuos qué camino
tomar.

En esta línea de pensamiento y argumentación, el Estado permitiría que las dos


realidades existieran, por un lado, respetando a las mujeres que consideran que el
embrión es un ser humano, quienes entonces tal vez continuarán con el
embarazo, pero también permitiendo a aquellas ‒ que por diversos motivos no
quieren continuar con el embarazo ‒ tener un aborto en buenas condiciones
materiales y sanitarias.
Esta línea argumentativa se afirma que la decisión de tener un aborto es privada y
que el Estado no puede dictar a los individuos la manera de actuar en este
terreno, sobre todo un Estado democrático.

El debate gira en torno a algo tan fundamental como la significación y la


importancia de la vida humana.

Respuesta sobre la cual existe un desacuerdo profundo.

Es por ello que cuando entra este tema en la esfera pública es capaz de poner en
duda al sistema democrático. El aborto ofrece por lo tanto la oportunidad de
analizar cómo reaccionan las instituciones democráticas cuando se ven
confrontadas en un tema así de complejo y nos informa sobre el funcionamiento
de las sociedades democráticas.

Bajo esta misma preocupación acerca del papel del Estado, este es presentado
como el garante del derecho, dejando la decisión a la mujer en el espacio privado
en algunas ocasiones también se piensa en la pareja.

En este sentido, el Estado a través de sus leyes e instituciones se lleven a cabo


bajo una total libertad y que los abortos puedan hacerse en buenas condiciones
sanitarias y económicas, sin introducirse en decisiones de tipo moral.

Por una parte, se trata de una posición argumentada, imparcial y fundada en


consideraciones objetivas; por la otra, puede verse entrampada en algunas
dificultades lógicas y convencer a quienes adoptan posturas dogmáticas. Sin
embargo, creo que es la mejor posición que podemos adoptar en una sociedad
que pretende ser laica y democrática, pues como afirma Lady Mary Warnock en
relación con otros temas, muchas veces las mejores posiciones con respecto a
temas de vida y muerte son aquellas que, aunque no reflejan la manera de pensar
de todas las personas, tampoco ofenden los sentimientos de muchas de ellas.

Un argumento que ha cobrado relevancia en las últimas décadas es el de la


calidad de vida.
Eduardo Barraza afirma que para pensar hoy en día cuáles serían los estados de
necesidad ante los cuales se podría permitir un aborto, debe incluirse el punto de
vista de la mujer, así como una concepción más amplia de vida, incluyendo la idea
de la calidad de vida, que va más allá de la supervivencia.

La homologación, por último, busca que los 32 códigos penales en México


contengan las mismas causales, tomando en cuenta la entidad más liberal.

El Comité Nacional Provida surgió en abril de 1978, con más de 50 organizaciones


cívicas y religiosas, como respuesta, entre otros factores, a las manifestaciones
públicas de los grupos feministas y los partidos de izquierda Provida tuvo un papel
muy activo a partir de este momento al igual que otras organizaciones
conservadoras no religiosas per sí muy cercanas a la jerarquía católica.

Dichos grupos funcionaron en ciertas ocasiones de manera concertada, con


ataques muy fuertes a los grupos feministas y a los partidos de izquierda que
intentaron la discusión de las iniciativas de ley en la Cámara de Diputados. No
llegaron a ejecutar las conocidas como “operaciones comando”, pero sí tuvieron
participaciones sumamente agresivas. Por ejemplo, orquestaron una campaña
visual en contra de PCM y de sus aliados con fotografías que introducían frases
como “estos son los asesinos”, refiriéndose a los diputados, a las mujeres
feministas a los médicos que las apoyaban.

El PAN también rechazó enérgicamente la discusión sobre el tema y ante las


estrategias de modificar la ley sostuvo, al interior del recinto legislativo, la idea de
que el ser humano, por su dignidad, debe gozar de protección legal desde el
momento de su concepción hasta su muerte.

Desde el gobierno y dada la presión sobre el futuro de las políticas acerca del
control sobre la natalidad a nivel internacional, el Estado estuvo menos atento a
las presiones de la Iglesia católica.

Ya en 1983, bajo la presidencia de Miguel de la Madrid, el procurador general de


la república Sergio García Ramírez propuso varias modificaciones al Código Penal
de la Ciudad de México, uno de los pocos que no había tenido cambios desde
193, buscando hacerlo más cercano a otros códigos que se habían venido
reformado de manera “discreta” desde finales de los setenta en varios estados del
país. García Ramírez propuso ampliar los supuestos bajo los cuales el aborto no
era penalizado, incluyendo el eugenésico o pietista y ante un grave daño a la
salud de la mujer.

En esos años, el gobierno, a través de García Ramírez, entre otros políticos,


utilizaba diversos argumentos para defender los cambios legales.

Por ejemplo, la relación costo ‒ beneficio del aborto clandestino, presentándolo


como una práctica muy onerosa para las instituciones públicas de salud; la
necesidad de reducir las tasas de natalidad y desarrollar diversas políticas de
planificación familiar.

Si bien el aborto no entraba dentro de la planificación familiar, afirmaban, sí se


debía tomar en cuenta y discutir su práctica clandestina. García Ramírez, en
particular, señalaba la necesidad de modificar las leyes para que el sistema
judicial ganara credibilidad ya que el aborto no era realmente perseguido ni
penalizado.

Por otro lado, quedaba claro que la anticoncepción había aumentado pero que el
Estado debía resolver el enorme problema de la injusticia social En efecto, amplias
capas de la población, en muchas ocasiones las más desfavorecidas no tenían (ni
tienen) acceso a los diversos métodos anticonceptivos, situación que impactaba
también en el problema del aborto, porque eran (y son) justamente las poblaciones
más pobres las que padecían con mayor dramatismo los abortos clandestinos.
Todavía hoy, en pleno siglo XXl, siguen siendo los grupos de la población más
marginados y exclusivos los que menos acceso tienen a ella por diversos motivos.

Regresando a los años ochenta ‒ en los hechos, en el plano legal, a lo largo de


los años setenta y ochenta ‒ muchos códigos penales estatales fueron
introduciendo transformaciones en los artículos relativos a la práctica del aborto,
de manera “discreta” y sin grandes debates al interior o al exterior de los recintos
legislativos, ni a partir de demandas ciudadanas. Es decir, se dieron a partir de las
dinámicas internas de sistema político y jurídico, ante las necesidades y las
lógicas de los propios sistemas.

En 1989 un hecho provocó la indagación de diversos sectores de la sociedad


mexicana, lo que provocó la reemergencia del debate sobre el aborto en el país.

En la ciudad de México tres clínicas ‒ en donde se practicaban abortos de manera


clandestina ‒ fueron cerradas con un fuerte despliegue de violencia por parte de la
policía. Las personas involucradas fueron detenidas “torturadas” por la policía
capitalina.

La descripción que se hizo en los días siguiente sobre el hecho resaltaba la


violación de los derechos humanos de personas presentes en estas clínicas.

Es decir, no se condenaba el delito, sino la violencia con la que habían sido


tratadas las personas.

Por otro lado, a partir de la noticia y de su descripción se introducía el argumento a


favor de la despenalización del aborto como única medida para reducir la
clandestinidad y sus consecuencias sociales, físicas, psicológicas, además de
ayudar a impedir la repetición de confrontaciones con la policía como la ocurrida
en las tres clínicas.

De esta forma, la argumentación sobre el aborto clandestino se insertaba en una


temática más general, la de los derechos humanos, además de que tenía una
situación específica a partir de la cual ilustrar y hacer visible el problema.

Se recordará cómo, según lo estableció en la recomendación, la joven, su mamá y


su hermano mayor afirmaban haber sido invitados ‒ por las mujeres provida y por
el director del hospital ‒ a dar a su hijo en adopción y a acudir a Tijuana a un
centro en donde podrían albergar a la joven hasta el momento del nacimiento del
niño.

Varios grupos conservadores, así como miembros de la Iglesia católica,


declararon en forma pública que ellos apoyarían a la joven si deseaba dar a su hijo
en adopción, al mismo tiempo que sostenían el planteamiento del gran valor que
ella y su familia mostraban al aceptar el embarazo.

También llamaban a la sociedad y al gobierno de ese estado del norte del país a
apoyar a casos como este.

Algunos medios escritos, sobre todo la prensa nacional, criticaron fuertemente las
declaraciones acerca de la adopción procedentes de grupos cercanos a la Iglesia
católica, y de esta misma. En ese marco.

En Chiapas, en diciembre de 1990, se dio otro acontecimiento que inicio con la


transformación acerca de las modificaciones al Código Penal del estado. El 18 de
diciembre se hizo pública la transformación del artículo 136 del Código Penal del
estado, ampliando las situaciones bajo las cuales las mujeres no serían
penalizadas al tener un aborto: cuando la pareja lo solicitara con fines de
planificación familiar; a petición de una madre soltera y por razones económicas.

El entonces gobernador del estado, Patrocinio González, declaró en ese momento


que los cambios buscaban que las parejas, en toda libertad de conciencia,
tuvieran la posibilidad de elegir si querían o no un aborto. También añadía que las
modificaciones se habían dado después de un largo proceso de consulta a la
población.

Los cambios de diciembre provocaron múltiples reacciones de parte de los actores


involucrados tradicionalmente en el tema. Algunos grupos feministas de Chiapas
tomaron la iniciativa de crear una organización capaz de contrarrestar la oposición
realizada. Así surgió el Frente de Chiapas por la Maternidad Voluntaria.

En el Distrito Federal (espejo y amplificador en muchas ocasiones de lo que


sucede en los estados) los grupos feministas estaban insertos en otro tipo de
búsquedas políticas y el apoyo a sus homólogas chiapanecas se dio hasta los
primeros días de 1991.

La acción concertada de ambos frentes fue muy importante a largo plazo, pero no
pudo revertir la fuerza de la reacción conservadora, cuyas manifestaciones en
diciembre de 1990 fueron un factor determinante en la anulación de las
modificaciones legales. Las organizaciones conservadoras desarrollan estrategias
muy vistosas y agresivas visualmente para atacar a los grupos en pro de la
despenalización que se había dado en Chiapas. Por ejemplo, afuera de las
iglesias colgaron fotografías de fetos destruidos con frases como “¡Di sí a la vida!”
o “¡Asesinos!” . La Iglesia, por su parte utilizó las homilías dominicales, en ese
estado y en el resto del país, para criticar al gobernador y a su modificación legal.

De esta forma, se presentaban como los actores legítimos para abordar temas
como la sexualidad, la reproducción al interior de las parejas, la familia o el
momento en el cual inicia la vida.

Las manifestaciones de los grupos a favor de las transformaciones impactaron


poco en el proceso de Chiapas; sin embargo, marcaron un importante giro en las
acciones desarrolladas a partir de los años noventa. El 8 de enero de 1991 surgió
el Frente Nacional por la Maternidad Voluntaria y la Despenalización del Aborto, el
cual representó una alianza importante para los grupos que luchaban por la
despenalización del aborto en Chiapas, en el Distrito Federal y en otras partes del
país.

La Iglesia católica, que desde 1992 a partir de la modificación al articulo 130


constitucional se ha otorgado más libertad para actuar y emitir opiniones de
manera pública, criticó fuertemente los encuentros institucionales de El Cairo y de
Beijing, desde México, desde el Vaticano y a través de sus delegaciones
presentes en los encuentros.

En 1999 inició la Campaña por el Acceso a la Justicia de las Mujeres, cuyo


objetivo era lograr modificaciones legales en cinco temáticas: el derecho de las
víctimas, la violencia doméstica, los derechos de niños y jóvenes, el derecho a la
no discriminación, el aborto voluntario en tanto derecho a la salud.

Un ejemplo de este también lo vemos en esta nota informativa “el obispo de


Querétaro De Gasperin se sumaba a la condena del aborto, asegurando que la
Iglesia no cambiará de doctrina que es el derecho fundamental de la vida y esta
‘no se decide por mayoría’.
En este caso mostró con gran claridad las lagunas presentes en las leyes sobre el
aborto en el país en general y en el estado de Baja California en particular.

En varias ocasiones en las que había surgido de manera pública el debate sobre
el aborto, los actores argumentaban la liberalización, la homologación o la
despenalización de las leyes o bien una penalización más severa. Ya que la ley en
efecto existía y posibilitaba el aborto, el eje fue ocupado por el debate acerca de
los múltiples vacíos que existían acerca de los procedimientos a seguir al interior
de las instituciones y en los códigos penales, así como sobre la manera para
resolver las demandas de abortos despenalizados, rápida, eficazmente y en
estricto apego a las legislaciones.

Este hecho provocó que la discusión acerca de la legalidad de una ley, en efecto,
estuviera presente en el espacio público como lo había estado desde décadas
anteriores, pero en esta ocasión, en el sentido opuesto al que siempre era
debatido por algunos actores: lo que estaba en juego era el respeto a las
disposiciones de la ley que lo autorizan y la necesidad de aclarar los
procedimientos para llevarlo a cabo y no su despenalización.

La critica se sustentó en la existencia de la llamada “píldora del día siguiente”, ya


que afirmaba que el personal del ministerio público debería haber recomendado a
la joven que tomara la anticoncepción de emergencia (AE) en cuanto hizo la
denuncia de la violación.

Cabe señalar con respecto a este punto que ello no era del todo posible puesto
que en el momento en el que esta joven se presentó ante el ministerio público, el
uso de la píldora del día siguiente “(anticoncepción de emergencia AE)”, no estaba
por completo reglamentada.

La presencia del caso en el espacio público mexicano detonó la aparición de


argumentos generales sobre el aborto, que provenían sea de posturas “pro
elección”, sea de posturas “pro vida”, los cuales, aun si existían anteriormente,
cobraron un nuevo papel o nuevas significaciones debido al contexto de
emergencia; este también contribuyó a darle más pertinencia a algunos
argumentos y quitársela a otros.

Según los miembros de los CAM, los beneficiarios son mujeres pobres que
pueden tomar una decisión con calma; en caso la mujer tiene la seguridad de que
se hará en las mejores condiciones.

En los años noventa Jorge Serrano Limón y Victoria Saracho, miembros de


Provida y de los CAM, respectivamente.

Señalaban que las mujeres pobres buscaban practicarse un aborto debido a su


situación económica; sin embargo, afirmaban, la respuesta se encuentra en el
Estado, el cual debería desarrollar centros para acogerlas y apoyarlas. Dichas
organizaciones; en especial el llamado Instituto Rehabilitación para la Mujer que
tuvo un Aborto (IRMA), pueden encargarse de estos trámites de adopción. Sobre
la adopción argumentan utilizando un lenguaje de políticas públicas y señalan que
el Estado tiene la obligación de desarrollar que el Estado tiene la obligación de
desarrollar que el Estado tiene la obligación de desarrollar políticas de adopción
seguras y eficaces.

Varios grupos conservadores, así como miembros de la Iglesia católica,


declararon en forma pública que ellos apoyarían a la joven si deseaba dar a su hijo
en adopción, al mismo tiempo que sostenían el planteamiento del gran valor que
ella y su familia mostraban al aceptar el embarazo.

También llamaban a la sociedad y al gobierno de ese estado del norte del país a
apoyar a casos como este.

El Código Penal del Distrito Federal cambió por primera vez después de 1931 y
era en ese momento uno de los que contenían más causas de exclusión de pena
en todo el país: aborto accidental, ante una violación, para preservar la salud de a
mujer, por malformaciones graves del feto y por inseminación artificial no
consentida.

En casos contemplados en las fracciones l,ll y lll, las diferentes posibilidades de


aborto despenalizado los médicos tendrán la obligación de proporcionar a la mujer
embarazada información objetiva, veraz, suficiente y oportuna sobre los
procedimientos, riesgos, consecuencias y efectos; así como de los apoyos y
alternativas existentes, para la mujer embarazada pueda tomar la decisión de
manera libre, informada y responsable.

Para esto inmediatamente después de acceder a sus curules, los legisladores del
PAN y del PVEM, recientemente electos decidieron utilizar el recurso de la
impugnación para tratar de anular las transformaciones.

Enviaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) una demanda de


“Acción de inconstitucionalidad” para que analizara si las modificaciones de la ley
iban en contra de la Constitución, como ellos afirmaban. Una vez aceptada, la
SCJN tardó más de un año para establecer un veredicto y hacerlo público, hecho
que sucedió en 2002, estableciendo la constitucionalidad de las reformas. A partir
de las transformaciones, la numeración de los artículos cambió y ahora se
encuentran entre el 144 y el 148 dentro del capítulo cinco de Código de
Procedimientos Penales fue asimismo aprobada y fue más claro el procedimiento
que una mujer debe seguir en caso de querer un aborto ante un embarazo
producto de una violación.

Se establecieron asimismo reglamentaciones en otros sistemas relacionados con


la temática. La Procuraduría General de Justicia del DF., así como la Secretaria de
Salud capitalina, hicieron públicos documentos para especificar cuáles deberían
ser los procedimientos y las obligaciones de los funcionarios públicos y del
personal médico involucrado en la práctica de aborto despenalizado, con el fin de
hacer más eficaz la relación entre las leyes y los mecanismos para llevarla
efectivamente a la práctica. Por ejemplo, la Secretaria de Salud del D.F elaboró el
Manual de Procedimientos para Interrupción Legal del Embarazo en las Unidades
Médicas, el cual debía ser seguido de manera obligatoria por el personal.

También, a partir de ese momento, las ONG y otras instituciones públicas se han
dado a la tarea de informar a la población sobre estos cambios, particularmente
atentas a los casos de violación, realizando folletos, informativos muy precisos
sobre los pasos a seguir y a qué oficinas y dependencias acudir.
Después del año 2000 se han dado transformaciones en los códigos penales de
otras entidades federativas: Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas,
Chihuahua, Durango, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos,
San Luis Potosí, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, Veracruz, Yucatán y
Zacatecas; y en siete de ellos (Baja California Sur, Chihuahua, Estado de México,
Oaxaca, Quintana Roo y Zacatecas) también se han incorporado cambios en los
respectivos códigos de procedimientos penales.

Género, Sexualidad y Embarazo

No todo lo que sentimos se puede expresar con palabras, hay que cuidarlos
gestos, la expresión corporal, el lenguaje y las expresiones no verbales, el tono y
el volumen de la voz, el porte, los silencios y la elección cautelosa de las palabras.
La historia personas y los medios de comunicación pueden influir en lo que cada
uno esté dispuesto a dar y espere recibir de la pareja. La música y la industria
cultural alientan a los hombres a demostrar potencia sexual y a tener muchas
parejas, presentar actitudes irrespetuosas y figuras masculinas violentas, y al
mismo tiempo promueven la ignorancia, la pasividad y la manipulación en las
figuras femeninas.

El alcohol es acompañante de múltiples experiencias sexuales, pero hay que


saber que suele estar presente también en actos de violencia física y psicológica,
dentro y fuera del noviazgo o del matrimonio. El alcohol es una de las sustancias
más peligrosas cuyo consumo está autorizado.

La importancia de las drogas es nunca consumir sustancias destructivas, así como


evitar o sostener un consumo moderado de alcohol, con el fin de impedir que
interfiera con el respeto a uno mismo o a los demás, tener control sobre los
hábitos de consumo y evitar caer en la adicción.

Hay que estar lúcido para poder vivir bien la experiencia erótica, hay que buscar
siempre empatía hacia los sentimientos del otro, intentar comprender su situación,
aunque sepamos que el acercamiento es siempre incompleto y que nadie pue
entender ni comprender completamente a otra persona, sólo hasta cierto punto y
en cierta manera. La comunicación en pareja es un reto misterioso porque los
sentimientos ajenos son inaccesibles e inexplicables.

Al tener relaciones sexuales el vínculo de pareja puede cambiar, es muy diferente


a la situación en que sólo se compartían caricias y besos. Con el tacto sexual se
involucran las emociones de una manera más intensa, se pueden acelerar
experiencias de enamoramiento o profundizar los sentimientos amorosos,
acrecentar el deseo y la necesidad del otro, o experimentar celos, abandono y
dolor ante la distancia de la persona amada.

La relación entre las personas puede incluir múltiples fantasías porque el deseo
encubre una pregunta misteriosa ¿quién eres? Como la persona deseada está
cargada de nuestras fantasías, al moldear su cuerpo llegamos a tocar nuestras
imágenes más internas: aumentar la tensión muscular, la respiración, la presión
arterial y el ritmo cardiaco; aparece enrojecimiento en la piel, contracciones
rítmicas del útero, de la vagina y del pene anuncian el orgasmo, una sensación
que las mujeres pueden experimentar en repetidas ocasiones.

Tal como describe Octavio Paz: “El orgasmo es una sensación indecible, el paso
de una extrema tensión al completo abandono y de la concentración fija al olvido
de si; la afirmación del yo y su disolución, la subida y la caída, el allá y el aquí, el
tiempo y el no tiempo”.

Lo contactos sexuales y las posiciones del cuerpo pueden ser tan variadas como
las fantasías de quienes los realizan; la elección de una pareja responde a
diversos estilos y orientaciones sexuales: la heterosexual, la homosexual y la
bisexual.

Hoy las jóvenes corren un riesgo de embarazo durante más años por dos razones:
la edad de la primera menstruación (también llamada menarca) está bajando, hay
chicas que a los nueve o diez años ya tienen capacidad de reproducirse; y
además en algunos grupos de estratos medios la edad de inicio de relaciones
sexuales se ha adelantado; en las zonas rurales y urbano ‒ marginadas siempre
han ocurrido a edad temprana.
El embarazo en mujeres menores de 16 años, existen algunos riesgos: es
frecuente el parto prematuro, el aborto involuntario y, en los casos más graves,
puede ser causa de muerte de la madre o del recién nacido. Entre las mujeres
indígenas el riesgo de muerte materna (por embarazo, parto o aborto) es tres
veces mayor que en el resto, principalmente por la edad temprana en que se
embarazan y por la falta de acceso a servicios de salud cálida. En muchas
ocasiones los embarazos de estas niñas se relacionan con abuso sexual,
violaciones, incesto y también con raptos y matrimonios arreglados.

La mayoría de las muertes maternas juveniles son por hemorragias e infecciones


graves tras el parto, por hipertensión gestacional (preeclampsia y edampsia) y por
recurrir a abortos peligrosos. Después de los 16 años de edad los riesgos médicos
son menores, pero hay otros de orden psicológico y socioeconómico.

Los estudios clínicos han encontrado que cuando las mujeres se embarazan muy
jóvenes, acuden menos a consulta prenatal y recurren a mayores intentos
inseguros de abortar, aunque este último recurso ha disminuido de manera
inversamente proporcional al aumento del uso de métodos anticonceptivos.
Asimismo, las condiciones actuales, impiden que antes de los 20 años una
persona cuente con condiciones psicológicas o económicas para ser madre o
padre.

Uno puede preguntarse: ¿por qué habiendo anticonceptivos ocurren tantos


embarazos, no deseados? Existen múltiples barreras culturales y
socioeconómicos que lo explican.

Algunos jóvenes de las áreas rurales y urbano marginales no saben dónde pueden
conseguir los anticonceptivos o no pueden pagarlos, otras tienen novios o maridos
que se los prohíben, y hay quienes viven demasiado lejos de las clínicas o centros
de salud.

Las regulaciones religiosas que vinculan el pecado al uso de anticonceptivos


evitan su utilización entre mujeres y parejas que no tienen acceso a la información
científica y que cuentan con menor escolaridad. Tener una vida sexual en el
noviazgo por varios años y sin tener hijos es un lujo de quienes pertenecen a
clases medias y altas.

En ocasiones la autoestima y la identidad de género participan en los encuentros


sexuales: muchas veces las mujeres se inhiben para traer un condón o proponer
su uso porque temen parecer muy experimentados o muy controladoras; por el
lado de los hombres, a veces temen que el condón pueda interferir en la excitación
o con la erección, actos que están fuertemente cargados de símbolos de virilidad
además de descalificar a las muchachas que exigen y saben utilizar el condón, en
vez de valorarlo como un acto preventivo.

El condón, por ejemplo, tiene que utilizarse (uno nuevo) en cada penetración. En
otras ocasiones interfiere el costo de los métodos, la inminencia del deseo o las
barreras culturales de género. Hay también quienes recurren a los métodos menos
afectivos, como el ritmo y el retiro, cuya tasa de falla es altísima. Hay que saber
que no existe ningún método 100% seguro, así que cualquiera pueda caer en el
margen de error.

En las últimas décadas se registrarán un método sorprendente en el uso del


condón entre jóvenes, que se atribuye a la educación sexual en las escuelas, a los
servicios de salud reproductiva y a las campañas de prevención del VIH/sida. Los
hombres mayores no usan condón, son las nuevas generaciones quienes recurren
a él y muestran una actitud más preventiva. Se trata de quienes supieron de la
existencia del VIH/sida desde la niñez, vieron o escucharon comerciales sobre el
uso del condón a los cuatro o cinco años y después recibieron en la escuela
primaria y secundaria; son quienes nacieron al principio de la década de 1980.

Actualmente, más de 70% de jóvenes mexicanos ha recurrido alguna vez al


condón; le principal problema es que no usan tan consistentemente como se
requiere: en cada penetración.

Con el aumento del uso de anticonceptivos, el embarazo adolescente descendió.


En las últimas tres décadas del siglo pasado el porcentaje de madres menores de
20 años se redujo a la mitad; sin embargo, la tendencia muestra un estancamiento
y hasta un ligero repunta en 2008: del total de partos anuales, 15.2 % corresponde
a madres menores de 20 años, en comparación con el registrado para 1991, que
fue de 12.7 %.

Las tres opciones frente al embarazo no deseado son:

1. Continuar el embarazo, criar y educar al hijo hasta que sea autónomo.


2. Continuar con el embarazo y dar al hijo en adopción.
3. Recurrir a un aborto para interrumpir el embarazo.

En México la respuesta más frecuente de las mujeres y de las parejas frente a un


embarazo no deseado es continuarlo y quedarse con la criatura, la segunda es
recurrir al aborto, y las menos deciden dar al bebé en adopción.

En cunado a las madres de hijos no deseados, existe evidencia de que en muchos


casos el embarazo es resultado de un conjunto de problemas que incluyen en el
fracaso escolar y la mala relación con los padres. Además, se acompaña de
trastornos que son muy trascendentes en la vida de los padres, como la necesidad
de trabajar o de aumentar los ingresos, cambio de domicilio, renuncia o viajes y
actividades recreativas, y ciudadanos especiales antes, durante y después del
parto. En ocasiones, se abandona a la mujer embarazada y hay casos de papás
que mantienen poco o nulo contacto posterior con el hijo.

Aunque hay que señalar que también hay papás jóvenes que acompañan a la
madre durante e embarazo, el parto y durante los primeros años de desarrollo del
hijo, y hasta por toda la vida.

Se ha encontrado que cunado el embarazo no es deseado hay un mayor descuido


de la salud y más complicaciones perinatales.

Píldora de anticoncepción de emergencia (PAE) o píldora del día


siguiente:

La píldora de anticoncepción de emergencia se utiliza cuando una


mujer ha tenido relaciones sexuales sin protección, pero no desea quedar
embarazada; por ejemplo, cuando:
 El condón se rompió o se salió, y el compañero eyaculó dentro de la vagina.
 La mujer se olvidó de tomar las pastillas anticonceptivas.
 La mujer comenzó a tomar sus pastillas anticonceptivas más tarde de
cunado le tocaba empezar.
 La pareja se equivocó al usar el ritmo, al calcular los días “peligrosos” o con
riesgo de embarazo.
 El DIU se salió del sitio.
 Por ignorancia, alguno necesitaba convencerse de la falta de riesgo.
 Ante un caso de violación o cuando se forzó a tener relaciones sexuales.

Sin embargo, a efectividad de medicamento en las primeras 24 horas después del


corto es más alta que en el promedio de las 72 horas o después de tres días.

La dosis varía según la fórmula y la marca de la píldora que se utilice.

La regla puede llegar unos días antes o después de lo normal. El sangrado puede
ser mayor o menor, y más irregular de lo normal.

Lo que nos distingue a los seres humanos de otros seres vivos es la capacidad de
conciencia. La conciencia se desarrolla en nuestra corteza cerebral, que es la
parte pensante de nuestro cerebro, y es la que nos diferencia biológicamente del
resto de los animales y de las plantas.

Desde el punto de vista biológico, la vida humana no comienza en un momento


dado, sino que se transmite; toda la vida preexistente. Para que un óvulo
fecundado se convierta en ser humano debe atravesar un largo proceso; es decir,
hacerse un embrión y más tarde convertirse en feto, y una vez superada esta
etapa, tiene que desarrollar un sistema nervioso suficientemente fuerte hasta que
pueda sentir y pensar.

Para los científicos dedicados a la filogenética, se necesita un cierto grado de


desarrollo del producto para que éste pueda considerarse “humano”. El cigoto no
lo es, pero sí lo es el embrión ya cerebrado. Otros no pueden establecer líneas
claramente distintas en la continuación del desarrollo embrionario, pero concluyen
que el embrión es un ser desde las 20 semanas.
La despenalización del aborto en Canadá, la Asociación Médica Canadiense
identificó la vida cerebral fetal como el inicio de la vida de una persona. La
capacidad de la corteza cerebral de conectar los circuitos de las células nerviosas
comienza a producirse entre las 24 y las 26 semanas de embarazo.

Por precaución se prefiere marcar la frontera para los abortos legales un poco
antes, es decir, a las 20 semanas. De acuerdo con estudios neurológicos, no es
posible que un embrión pueda sentir dolor durante los primeros tres meses de
gestación, pues no posee el desarrollo sensorial para tener actividad neurológica.
Con base en esos estudios y argumentaciones, y ante la necesidad de respetar
los derechos humanos de las mujeres, en la mayoría de los países en los que el
aborto está legalizado se permite la interrupción del embarazo antes de los tres
meses, y de esta manera se asegura el respeto a la decisión de la mujer sin
causar dolor al eproducto ni afectar ningún derecho, al no haber todavía un nuevo
ser humano.

Según Juan Pablo ll, el sedeo o apetito sexual desordenado está presente en el
hombre y en la mujer desde el pecado original, un perpetuo estado de
insatisfacción al cual es preciso oponer la continencia.

En cada ser humano hay un potencial creador al hacer el amor, de ahí la


prohibición de cualquier acto que impida la procreación, y el rechazo a la
anticoncepción, al uso de condones para prevenir la transmisión sexual del
VIH/sida, a las prácticas homosexuales, a la educación sexual y a la
despenalización del aborto, aspectos que han denominado la agenda de la
jerarquía de la Iglesia católica.

Un líder del movimiento católicas por el Derecho a Decidir, la maestra María


Consuelo Mejía, expresa la manera en que la ética de la reproducción, la
sexualidad y la posición de las mujeres han sido las principales áreas de
controversia en el Vaticano.

En los primeros siglos de la cristiandad (hacia el año 600), la condena al aborto


partía del hecho de que practicarlo ocultaba la evidencia de fornicación y adulterio,
o porque demostraba la intención de separar la genitalidad de la procreación.
Múltiples registros de las condenas al aborto se basan en que los clérigos, aunque
no creían que el feto era una vida humana, si pensaban que quienes abortaban
eran culpables de elegir pecaminosamente el sexo para el placer y no para la
procreación.

También había condenas hacia las mujeres por intentar ejercer control sobre su
cuerpo y su fertilidad.

Tomás de Aquino (1127 – 1174) creía en la “hominización tardía” del producto de


la concepción, es decir, en el ingreso tardío del alma al cuerpo: “En las primeras
etapas del aborto no es homicidio, pues la hominización ocurre 40 días después
de la concepción en los varones y 80 días después en las mujeres”.

San Agustín (354 – 430), por su parte, estaba seguro de que dicho fenómeno se
presentaba si no hasta un tiempo después de la concepción, y sostenía en
consecuencia: “ Según la ley, el acto del aborto no se considera homicidio porque
aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que carece de
sensación, ya que dicho fenómeno no se presentaba sino sostenía en
consecuencia: “ Según la ley, el acto del aborto no se considera homicidio porque
aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que carece de
sensación, ya que todavía no se ha formado la carne y no está dotada de
sentidos”.

Uno de los principales argumentos de esta teoría era que la santidad del alma, la
forma sustancial, solamente puede estar presente en un cuerpo capaz de recibirla,
un cuerpo que se ha desarrollado más allá de los niveles, iniciales del embarazo:
en su mayoría, los teólogos de esa época compartían estas opiniones.

Fue hasta 1869 cuando se reemplazaron estas teorías por las de “hominización
inmediata”, cuando Pío lX publica la declaración Apostólica Sedis en la cual se
castiga con pena de excomunión, al considerarlo homicidio, es la posición que
sostiene los cuales jerarcas de la Iglesia.
El mayor problema con esas posiciones es que están en conflicto con hechos
biológicos reconocidos universalmente: mientras que la Iglesia institucional afirma
que existe una persona humana completa y única desde el momento de la
concepción, la genética y la biológica nos dicen que un determinado porcentaje de
esas “personas” alcanza una edad gestacional de hasta diez días antes de
dividirse, por ejemplo, para crear gemelos idénticos, con lo cual reconocemos que
antes no hay personas, sino en todo caso “medias personas”.

Más recientemente, en la Declaración sobre el aborto promulga en 1974 por la


Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe ‒ en Oficio de la Inquisición ‒ la
jerarquía admite que no sabe exactamente cuándo un embrión se convierte en ser
humano, ya que “ni la ciencia ni la medicina han podido determinar este hecho”, se
afirma que es una cuestión teológica sobre la cual no hay acuerdo con la Iglesia.

La propaganda ha hecho creer que la prohibición y las enseñanzas contra el


aborto son una declaración de infalibilidad papal y que la excomunión se aplica sin
atenuantes y de manera automática, cuando en realidad ocurre lo contrario: en el
código de Derecho Canónico revisado por el Concilio Vaticano ll se establecen
atenuantes que exculpan de la pena de excomunión a la mayoría de las mujeres
que abortan “cuando no le es gravemente imputable por dolo o culpa; si aún no
había cumplido 16 años, si ignoraba sin culpa que estaba infringiendo una ley o
precepto, si obró por violencia, o si actuó por miedo grave, aunque lo fuera sólo
relativamente, o por necesidad, o para evitar un grave perjuicio si el delito es
intrínsecamente malo o redunda en daño de las almas”.

Efectos del aborto en la salud mental.

El efecto depresivo post aborto se presenta en 20% de los casos; pero es menor
que el efecto post aborto, el cual se presenta en 70 % de ellos. Algunos estudios
muestran que en ambas situaciones la experiencia se asimila seis meses
después.
Otro estudio encontró que los embarazos no planificados aumentan cuatro veces
el riesgo de padecer depresión posparto y tienen consecuencias a largo plazo en
la salud de la madre.

Desde 1989, tanto la America Psychological Associatión como la American


Psychiatic Association concluyeron que el aborto legal no crea daño psicológico y
que algunos efectos emocionales del aborto son relativamente benignos:
representa una experiencia de maduración para algunas mujeres, la mayoría
tendrá hijos más tarde, y quienes acceden a un aborto suelen tener mayor
autoestima que as que se niegan a terminar un embarazo no deseado.

Se estudió a quienes se realizaron por primer aves un aborto en el primer trimestre


del embarazo en comparación con quienes tuvieron su primer hijo durante 1995 y
2007. Se encontró que la tasa de contacto psiquiátrico no variaba al comparar
nueve meses antes y 12 meses después del aborto y, sin embargo, aumentaba en
las mujeres que dieron luz un hijo. Sólo en algunos casos hay efectos psicológicos
severos después del aborto.

El aborto disminuye la delincuencia.

Un conocido estudio encontró que el aborto legal resulta en una menor tasa de
delincuencia a mediano plazo. Tal es la ecuación demostrada por John Donohue y
Stephen Levitt, profesor de la Universidad de Yale, Stanford y Harvard, el primero,
y del Massachausetts Intitute of Technology y de Chicago, el segundo.

Los dos economistas habían enfocado sus estudios al impacto de las políticas
públicas en el empleo, la violencia y la delincuencia; sin embargo, al no encontrar
una explicación satisfactoria sobre el persistente decremento del crimen en cinco
entidades de Estados Unidos y ante la casi nula correlación con factores
generalmente asociados (número de policías), tasa de desempleo, la tasa de
pobreza o estrategias especificas para mejorar el trabajo policiaco), se dieron a la
tarea de profundizar en el análisis de otros indicadores.

Cuál no sería su sorpresa al descubrir que la única variable explicativa era el


acceso a servicios de aborto legal. El estudio “El impacto de la legalización del
aborto en la delincuencia” fue publicado en mayo de 2001 por el Quarterly Journal
of Econocs, y ofrece evidencia de que la legalización del aborto contribuye
significativamente a la reducción de la delincuencia.

Aquí las conclusiones: en los cinco estados donde se inició desde 1969 la
liberalización del aborto (Nueva York, Washington, Alaska, Hawái y California), la
reducción de la delincuencia comenzó más tempranamente que en el resto.

Entre las relaciones es importantes hay que señalar que la edad pico para la
actividad criminal se ubica entre los 18 y los 24 años, que es el tiempo relativo en
que empezó a declinar la delincuencia, y que se presentaron tasas
desproporcionalmente altas de aborto entre madres pobre y con baja escolaridad,
cuyos hijos califican con probabilidad estadística para convertirse en delincuentes,
así que el estudio también enfatiza que el riesgo de criminalidad sigue siendo una
de las consecuencias de la ine – quidad social.

Los investigadores afirman: “nosotros solamente encontrarnos que los niños no


deseados son más propensos a cometer delitos que los que fueron deseados”, y
ante discusiones sobre posibles intereses ideológicos o clasistas se defienden”,
sin embargo, no consideramos que abortar sea un buen método para prevenir el
delito.

Señales de peligro.

Si se ha tenido un aborto espontáneo o la mujer se ha sometido a una interrupción


quirúrgica (ya sea legal o ilegal) para interrumpir un embarazo, en dos días
subsecuentes se debe cuidar que no se presenten las siguientes señales de
peligro:

 Fiebre.
 Escalofrío.
 Dolores musculares.
 Cansancio, debilidad o letargo.
 Dolor abdominal o pélvico.
 Cólicos o dolor de espalda.
 Sensibilidad (a la presión) en el abdomen.
 Hemorragia prolongada o abundante (en algunos casos puede llevar un
estado de choque, cuyos signos son: pulso acelerado, piel sudorosa y
húmeda, desmayo y mareo).
 Flujo vaginal fétido.
 Demora (de seis semanas o más) en la reanudación de los periodos
menstruales.

Si se presenta cualquiera de estos signos, se debe acudir al médico


inmediatamente.

En México la regulación del aborto como delito corresponde al ámbito estatal; sin
embargo, el Código Penal Federal también lo contempla cuando se ha cometido
en el extranjero por parte de agentes diplomáticos, personal oficial de las
legaciones de la República y cónsules mexicanos; en las embajadas y legaciones
extranjeras, o en los buques y aeronaves nacionales. En estas situaciones, la
sanción va de seis meses a cinco años de prisión, y hay que también sancionar
para terceras personas.

Elena Poniatowska y Rosario Taracena.

El libro de Poniatowska escribe acerca de la joven, Las mil y una… (la herida de
Paulina) es una narración en el estilo periodístico de crónica, muy utilizado por
esta escritora. Ella misma recabó la información durante el mes de abril de 2000
durante una corta estancia en Mexicali; publicada inicialmente en el período La
Jornada en abril de 2000 por medio de varias entregas, comenzó en forma de
libro.

De acuerdo con Tanius Karam, quien ha dedicado varios análisis sociosemióticos


a la obra de Poniatowska, esta autora siempre ha intentado democratizar las
representaciones acerca de las mujeres, describir cómo han desarrollado su
poder, o la forma en que “lo femenino” se construye, y también sus luchas para
convertirse en sujetos sociales.
El libro sobre esta joven se inscribe en estas inquietudes. Para Karam, la obra Las
mil y una… (la herida de Paulina) es un empleo de “esta vocación de retratista y
cronista de cómo las mujeres son agredidas (…) ultrajadas en su dignidad. Karam
también indica que Poniatowska siempre elabora sus documentos a partir del
diálogo y de la intertextualidad.

El libro es un largo reportaje sobre los hechos vividos por la joven y su familia
desde la noche del 31 de 1999, hasta el nacimiento del niño. La portada presenta
al lector una hecha en el hospital, tras el parto. El segundo plano, el doctor lleva
en sus brazos al niño que acaba de nacer; al frente, vemos a la abogada de la
joven, abrazando a la madre de esta. La actitud de la abogada es la de alguien
que está dando su apoyo moral a otra persona, la de alguien que goza de la
confianza de la víctima.

En un relato cuyo objetivo es mostrar la intromisión de los grupos cercanos a la


Iglesia católica y de la Iglesia misma, en la vida privada de la joven y en su
decisión; el libro expone también la falta que cometieron las autoridades, así como
la fragilidad del sistema judicial mexicano. Poniatowska introduce datos sobre la
vida privada de la familia y sobre el recorrido de las ONG que se ocuparon del
caso. Expone también ejemplos dramáticos de otras jóvenes que de igual forma
fueron víctimas de violación, así como entrevistas con los distintos expertos en el
tema del aborto, con importantes políticos y con el ombudsman del estado de Baja
California.

El libro tiene dos ejes argumentativos: por una parte, la defensa del derecho que
tienen las personas a decidir, incluso sin son católicas, teniendo la posibilidad de
hacer uso e la “libertad de conciencia”; por otra parte, el tema de la migración,
característica de la joven mencionada poco en los textos periodísticos. El libro, por
medio del texto y las fotos de Mariana Yampolsky, sitúa el reto de los hechos al
interior de una reflexión acerca de la vida cotidiana y difícil de los migrantes, en las
regiones fronterizas de México con Estados Unidos. Así, al colocar a la joven y a
su familia en el contexto de la migración, se les presenta como integrantes de las
minorías del país, que deben afrontar distintos tipos de discriminación y que viven
el penoso hecho de ser migrantes. Con ello, se hace presente una serie de
imágenes relacionadas con los migrantes a Estados Unidos, su situación de
exclusión social y económica, etc.

Podemos observar que entre las diversas categorías con las que había sido
presentada la joven, la de la migrante no había ocupado la relevancia que
Poniatowska le concede.

Poniatowska tiene cercanía con algunas feministas que participaron en el caso. De


hecho, señala que fue a petición de ellas que decidió escribir el libro. De acuerdo
con la autora, el Caso Paulina tuvo como consecuencia hacer resurgir la temática
del aborto en México y cambiar la manera tradicional de considerar ese problema,
al permitir que las posturas conservadoras y liberales se manifestaran pública y
ampliamente. En efecto, le Caso Paulina puso bajo la luz pública la situación de
aborto, pero se trató de manera acotada, de aquellos abortos cuando el embarazo
era producto de una violación.

Conclusión

Existen leyes que respaldan las regulaciones que existen en nuestro país
incluyendo; países como Argentina, Canadá, Colombia, Cuba, Uruguay, los países
de la antigua órbita soviética, Asia Oriental y Europa.

Con la excepción de Malta, Polonia, Reino Unido.

En este ámbito de la vida social e incluso económica, se puede observar como


existen formas de poder atender un aborto e incluso llegar hasta a la adopción. Lo
poco factible seria llegar a tomar medidas para que no afecten a nuestro entorno
como terceras personas, el objetivo al que se tenia que llegar y tomar como tema
serio es cuidar la vida humana, la manera en que se puede observar la vida de un
feto e incluso como es que se puede desarrollar en la preñez.

De esta manera, México como país obtuvo una ley aprobada aceptando que el
aborto es legal y gratuito en algunos casos y que las mujeres merecen un trato
adecuado, aunque algunas veces no sea así.

De ser así, cada papel de las autoridades tiene su valor como ciudadanos, las
clases sociales determinan la manera en que nos desarrollamos, pretender seguir
con el cuidado de la vida es el punto a seguir; es el objetivo de los ciudadanos y
cuidar cada paso que damos con el fin de obtener un resultado. Que pueda
resolver controversias e incluso las decisiones que tomamos como personas.
Fuentes citadas

El Aborto en el México del Siglo XXl – Alicia Márquez Murrieta

El Aborto y la maternidad voluntaria – Gabriel Rodríguez Ramírez

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