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Boletín Conexión Serena (Fecha 21/10/2022)

Un Miembro Comparte

Gratitud por prestar el servicio de la escritura.

"Cuando te escribo, admito lo que he callado"

Tiempo atrás, me gustaba aislarme en silencio para que nada ni nadie interrumpiera los
interminables diálogos que sostenía con mi ser querido adicto y ausente. Lo confrontaba,
humillaba y descalificaba al tiempo que le decía cómo su vida hacía desgraciada la mía. Él se
defendía, me argumentaba y culpabilizaba por el rumbo que había elegido y terminábamos en
una discusión devastadora que me dejaba un terrible dolor de cabeza y un sentimiento de
autocompasión regado por todo mi ser. Lo más insólito es que cuando lo tenía en frente, todo
lo planeado se esfumaba y mi mente quedaba totalmente bloqueada, muda y paralizada.

La madrina sugirió que escribiera cartas en lugar de pelearme con mi alocada mente, siempre y
cuando tuviera cerca una papelera con el título: CARTAS QUE NUNCA ENTREGARÉ.

Fue así como empecé la tarea y los dolores de cabeza, la ansiedad y los "enganches mentales"
desaparecieron.

Al principio las cartas tenían un sabor amargo, sabor a decepción, pérdida de ilusiones y
expectativas no satisfechas. Otras veces contenían los guiones que diseñé con estándares
demasiado elevados para su condición adictiva. En esas cartas plasmé innumerables pérdidas
que hirieron mi alma cuando la realidad fue más fuerte que el pensamiento mágico.

Hoy, con más aceptación que al inicio, las cartas han evolucionado al ritmo de mi proceso de
recuperación. Ya son menos dramáticas y cada vez me dan más calma, más serenidad. Son más
reveladoras de lo que soy y lo que no quiero proyectar en otros.

En mi cuaderno escribo sobre la esperanza que tengo por su limpieza cuando ya la adicción
deje de ser placentera y lo conduzca a las reuniones de recuperación. He entendido que su
adicción es un asunto entre su Poder Superior y él

Escribir lo que pienso, siento, hago y digo, ha permitido que no siga acumulando tragedias en
mi interior y me ha liberado de fuerzas negativas que me conducirían a una inevitable
destrucción donde volvería a perder la alegría de vivir.

¡De la mente a una libreta!

SOLO POR HOY


Escribiré y plasmaré en mi cuaderno lo que pienso, siento, hago y digo, como una forma de
liberarme de las heridas del alma y de fortalecer la esperanza y la alegría de vivir.

"Leer la literatura es una de las herramientas que yo puedo usar para trabajar en el programa
de Nar-Anon. Siempre está disponible cuando no puedo llegar a una reunión o no puedo
encontrar a un padrino o a un amigo de Nar-Anon para hablar. Solo necesito ir a mis libros y
encontrar la ayuda a que el Programa me ofrece" CEFE p. 202

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