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Tres te quiero y una carta de amor

Vall.

Nunca sé realmente como comenzar las cartas porque parece un camino más
sencillo terminarlas, es ese personaje maquiavélico en mi cabeza que me obliga a
escribir letra por letra por miedo a arruinar la gramática, la sintaxis o que se yo…los
sentimientos. Los estoicos hablan del progresismo y cómo es importante para los
seres humanos la comunicación pues es que sin ella no hay camino visible en el
paraje boscoso, es gracias al lenguaje que yo puedo decirte, “me gustas, me encantas,
me das paz” y tú poder sonreír o sentir un mar de calma y decir, “te quiero”.

Esta carta es para contarte de lo feliz que me hace poder estar en una parte de tu
vida, que, aunque sinceramente poco tenemos de conocernos, siento que tengo tres
vidas enteras de verte y de apreciar en cámara lenta tus gestos, tu sonrisa, la forma
en la que me miras o registrar con detalle los momentos en los que tu cuerpo decide
comunicarse conmigo para hacerme sentir parte de tu comodidad. El otro día
hablábamos de nosotros y del destino de todo esto, pareciera que nos escondemos
de los títulos nobiliarios para simplemente ser y coexistir en la misma línea
temporal, nos da miedo y no es por menos pero cada vez que tengo la oportunidad
de verte tengo ese sentimiento que me provoca desear que todo cada vez sea un piso
más seguro para todos, sin prisas ni presiones, pero con el amor que hemos
acumulado a través del tiempo, siento tu cariño, tu abrazo sincero, la alegría de
verte, tu beso profundo, la calma del abrazo y la mirada que me atraviesa el cuerpo
para llenarme de escalofríos, porque eres leña y fuego para este corazón scout que
come huevito con tierra, porque eres un campo minado que reparte besos dulces
cada que me pierdo en las trincheras y tu cuerpo es un peral dulce con flor suave y la
premura del desconcierto, te quiero.
Jaime Sabines escribió:
“Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mí mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio”.
Te quiero y quiero verte y acompañarte en el camino, en las aceras y bajo las farolas,
me gustas, me llenas, me provocas, me calmas, me abrazas, me complementas.
Escribo esto de esta manera porque recordé que fuiste la primera persona a la que le
hablé cuando llegó mi impresora y encontré de manera sutil y poética también
escribirte una carta legible. Doy gracias por terminar el año tendido a tus brazos,
eres muy especial para mí, te deseo todo el amor que quepa en tu corazón para toda
tu vida, te quiero.

Siempre tuyo, Vic.


Viejito.

Quiero comenzar esta carta diciéndote lo especial que eres para mi desde el
momento que supe que tendría un hermano, que ahora que lo pienso me siento muy
afortunado de que seas tú la persona que me acompaña en la vida, que te quiero, que
te amo y por ti daría mi vida si fuera necesario, que tu compañía es un regalo, así
como verte crecer conmigo y ser tu compañero en la vida.
Mi vida no sería lo mismo sin las risas, los enojos o las discusiones, sin tus abrazos,
consejos o reclamos, eres joven y la vida te premia con lo que todos a tu edad alguna
vez conocimos y es nuestro deber poder orientarte sin saber realmente las palabras
adecuadas para hacerlo, quiero que sepas que siempre estaré para apoyarte en cada
uno de tus proyectos y ayudarte cuando lo necesites, eres mi motor, la persona por la
que yo deseo ser cada vez mejor persona.
Ojalá que la vida me dé la oportunidad de seguir viéndote crecer porque no tienes
idea de lo orgulloso que me siento de poder estar aquí. Te quiero con toda mi vida.

-Vic

Mamá:
“El amor no tiene cura,
pero es la única cura
para todos los males”.
-Leonard Cohen.

Papá:
“Donde no hay amor,
pon amor y lo encontrarás
de vuelta”.
-Friedrich Nietzsche.

Lalito:
“Yo estoy en ti y tú estás en mí,
mutuo amor divino”.
-William Blake.

Vall:
“El amor está compuesto
por un alma
habitando dos cuerpos”.
-Aristóteles.

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