Está en la página 1de 1

Me siento desolado, sin fuerza. Me encuentro bloqueado por la mezcla de sentimientos.

No sé
cómo seguir. Me encuentro ante un momento de mucha presión. Se está juntando todo lo que
siento referente al amor, con el descubrimiento de mi yo interior. Soy feliz porque por fin me
siento en un lugar donde se que puedo ser yo mismo y donde, aunque siempre alguien no
estará a gusto estoy conociendo gente a la que estoy haciendo feliz y me alegra mucho el día.
Pero aun así sigo cagándola, por el hecho de seguir buscando ser aceptado, por esa manía
imparable de hablar por el temor de quedarme solo, el poder de la envidia hacia sentir que
algo no lo viviré, corro hacia ello buscándolo sin sinceramente esperar a que llegue como tiene
que ser. Me encuentro en un momento de mi día a día en el que no se que hacer, así que
escribo este texto buscando en esta hoja de papel mi refugio expresando lo que llevo dentro.
Por una parte, estoy dudando en mi certeza amorosa, porque lo único que hago es hablar de
fantasías y desear lo que pueda pasar sin ir con paciencia observando lo que tengo e ir poco a
poco como cuando conseguí tu amistad, de la forma que jamás imaginaría. Empezaste como
consejera amorosa a una atracción física que mezclada con la confusión del desconocimiento
de mi persona se creó la falsa idea de un enamoramiento. A tu lado iba pasando los días sin
darme cuenta poco a poco disfrutando de cada momento, y eso nos hizo volvernos buenos
amigos, pero la cagué, fallé contando las cosas a quien no debía. Iba contándolo porque quería
desahogar también lo que más feliz me hacía y me sigue haciendo, estar a tu lado…pero esa
confianza de contar todo inintencionadamente salió contar cosas que no debían haber salido y
esas palabras se malinterpretaron y se convirtieron en unos rumores que al llegar a ti nos hizo
separarnos. El que te marchases de mi lado hizo que me diese cuenta que no me había
enamorado de nadie mas que de ti, y esta vez podía decir que era bastante real. Me pasé ese
mes y medio separados sin poder durmiendo analizando y pensando como había sido capaz de
alejar a la única persona que me había abierto sus puertas. Después de semana santa intenté
coger fuerzas para disculparme esta vez sinceramente pero el temor y las inseguridades
empezaron a crecer en mi hasta que ese viernes te escribí para pedirte hablar, tu accediste a
escucharme y me perdonaste dándome creo la oportunidad de seguir llevándonos bien. Ahora
me siento más confuso que nunca, porque ya no estamos separados por un enfado, sino por
miedos los cuales brotan en cada uno de nosotros. Tus miedos aun no sé, pero sé que los míos
se basan en las inseguridades, en las dudas de lo que podría haber sido y el temor de volverte
a perder. Me paso el día pensando en ti, y consigues que cada pensamiento tuyo que pasa por
mi cabeza me saqué una sonrisa, excepto cuando empieza a caer la noche que vienen los
recuerdos y veo el daño que te hice y siento que no estoy preparado para estar contigo. Me
gustaría poder estar contigo y decirte que lo siento, que jamás quise hacerte daño, que eras el
motivo de mis sonrisas y que hacerte feliz era mi única aspiración pero que al perderte me vine
muy abajo. Al tocar fondo me di cuenta que tenía que aprender a bucear y nadar para volver a
estar contigo, pero me siento como si cada paso que doy alguien me pusiese una mochila con
más piedras para dificultarme el camino. Así que seguiré peleando por ti sin dudarlo para
poder si es posible estar contigo. Quiero que sepas que lo que siento no es unas ganas de estar
contigo para parecerme a nadie, no quiero salir contigo ni tu amistad para fardar, no quiero
tenerte solo como un trofeo conseguido. Sino que seas como esta hoja en la que me he
desahogado, quiero que seas el lápiz con el que podamos construir nuestra propia historia.
Ojalá poder decir lo mucho que te quiero, y que deseo poder tener el valor de decírtelo como
te mereces. De verdad lo siento por todo, te amo.

Toni Conejo Pascual

También podría gustarte