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LEYENDA CHINCHANA EL CAMINO SIN FIN

Había caminado bastante sin que asomara su vivienda. Le


Luego de regar su chacrita, Don
pareció extraña la situación, por lo que se detuvo. Miró a
Pedro Saravia volvía a su casa,
su alrededor: El amplio camino, las grandes plantas de
soñoliento y cansado. No
guayaquiles, de pacaes, de china bobas y chánguanos.
sabía con exactitud la El
Todo le pareció normal.
sueño lo venció, quedándose
Don Pedro continuó su marcha, ahora con más rapidez.
dormido. Fue despertado por
Caminó y caminó por buen tiempo, sintiendo que el camino
el canto de los pájaros que
avanzaba con ·él. No tenía cuando llegar a su casa.
anidaban en unos guayaquiles, esto
al clarear el día. ¿Me habré equivocado de rumbo? Creo que estoy perdido.
Abrió los ojos, quedando asombrado …. i No estaba Volvió a detenerse y a mirar el polvoriento camino. No
sentado a la orilla del camino! ..... iSe hallaba en medio cabía duda, estaba en la ruta correcta, pero …. ¿Por qué
de una inmensa parra, muy cerca de su casa! no avanzaba?, al menos así lo sentía .... ¿Por qué se le
Recorrió el parral abandonado. Por fin encontró una hacía tan larga la ruta? En otra oportunidad ya hubiera
salida, saliendo sin mayor dificultad. Allí estaba la vía llegado hace rato a su casita.
principal; al fondo distinguió su casa. Se dirigió hacia Esta vez sintió temor. A lo mejor dijo me quieren asustar.
ella rápidamente; iba desesperado. Estuvo meditando por buen tiempo sobre qué hacer. No,
dijo, ya no avanzo. De repente. El demonio me quiere
Pedro Saravia no supo precisar si estuvo en verdad llevar.
transitando por el camino principal o estuvo todo el Aquí me quedo a esperar el nuevo día.
tiempo tratando de salir de aquella parra, a la cual no Don Pedro se acomodó en un lugarcito y se recostó a
se explica hora, pero calculaba pasaba ya la media descansar, esperando la claridad de un nuevo amanecer.
noche.
Caminó buen rato dándole la impresión de que no
avanzaba.

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