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Un viaje al pasado

Un día de verano un estudiante universitario llamado Caín, de 23 años, decide viajar en sus vacaciones a un lugar
deshabitado, ya que en su ciudad había mucho ruido, por eso pensó en ir a una cabaña en el bosque para relajarse.

Cuando llego a la cabaña decidió salir a dar un paseo por el Bosque, pero cuando estaba a mitad de su caminata se
encontró con un perro, a él le encantaban los animales, así que decidió acariciarlo, pero apenas lo tocó perdió la
conciencia

Al despertar se sorprendió porque ya él no estaba en el bosque, sino en otro lugar, no a unos pocos metros de él había
una casita, pero en cuanto decidió pararse se asustó y se dio cuenta de que ya no era una persona, tenía pelos por todas
partes, era más bajo que antes, tenía cuatro patas y una cola. Él, asustado, decide ir a esa casita a investigar. Al llegar en
la puerta se percató que había un espejo, así que pensó en ir a verse para saber en qué se transformó, pero apenas se vio,
retrocedió impactado, se había convertido en un perro, Caín quería creer que todo era producción de su imaginación o
simplemente un sueño, pero le era difícil, ya que él estaba lúcido. Pero aún así no dejaba de pensar en aquel perro que
había visto antes de caer inconsciente. No le dio muchas vueltas al tema, creían imposible el hecho de haberse convertido
en un animal, así que decidió dar vueltas alrededor de la casa. Era una hogar de ya unos años, pero estaba bien cuidado,
era bonito.

Luego de dar la vuelta, se recostó en la entrada. Al rato, de la casa salió un hombre, parecía de unos 70 años. A Caín
le resultaba algo familiar. El hombre lo saludó pero lo raro era que no lo llamó por su nombre, sino por otro “Canis”, un
nombre de perro, parecía que era su mascota.

-Que sueño tan raro- imaginó Caín.

Pero decidió seguir la corriente. El señor se sentó al lado de Caín mientras leía una carta. Al parecer el señor se llamaba
Roberto, Caín se dio cuenta ya que la carta decía “para Roberto”.

Luego de un tiempo, Caín empezó a dudar de si era un sueño o no, ya había pasado un tiempo y él no despertaba. Más
de un rato su humor cambió, ya que Roberto le propuso salir a caminar y mientras daban el paseo él le contaba su historia
de cuando era joven, sobre su fallecida amada, sobre sus hijos, los cuales no sabía mucho y las aventuras que tuvo por
distintos lugares, las cuales escuchó atento. Roberto resultó ser una persona interesante.

Al volver a casa ya había anochecido, así que Caín decidió ir a dormir, creyendo que ya la mañana siguiente
despertaría.

Ya de mañana al despertar, Caín empezó a creer que no era un sueño, no estaba seguro de dónde estaba o qué pasaba,
pero aún así no quería ponerle fin a ese sueño interminable, a él le gustaba mucho el ambiente y la tranquilidad de ese
campo, y también le encanta pasar tiempo con el abuelito, ya que además de ser su única compañía, le gustaba hacer
actividades con él.

Las semanas pasaron y luego los meses, Caín le había tomado mucho cariño a Roberto. Ya no le importaba si era un
sueño o la realidad, él se sentía feliz con su dueño.

Como siempre salieron a caminar, mientras Roberto contaba historias, pero de regreso pasó lo que caen no se
imaginaba, de la nada salió un lobo que al parecer planeaba atacar a Roberto, pero lo que Caín decidió ponerse al frente y
tratar de ahuyentarlo, no quería que le pasara algo a su amigo Roberto, aunque Caín sabía que no tenía la misma
capacidad que la de ese lobo, pero aún así quería evitar un accidente, tenía miedo de perder a su amigo. Pero apenas
empezó a ladrarle, el lobo se calmó, y al instante se transformó en aquel perro que había visto antes de haber llegado a ese
campo, y haberse convertido en perro también, no entendía la situación. El otro perro se presentó, se llamaba conciencia,
un espíritu del bien, que su objetivo era ayudar a Caín a cambiar sus malos hábitos por virtudes, la razón por la cual lo
había mandado a su vida pasada, ya que de esa forma con Roberto podría aprender a ser respetuoso, a tenerle cariño a sus
seres queridos, y no solo preocuparse por sí mismo. Caín estaba sorprendido, no imaginaba haber viajado en el tiempo
hasta su vida pasada, así que fue a agradecerle a conciencia, y en ese instante se desmayó.

Finalmente al despertar ya estaba en la cabaña y además no era un perro. Fue una experiencia única, Caín ahora sabía
que su antiguo comportamiento estaba mal, así que estaba dispuesto a cambiarlo, todo fue gracias a un viaje al pasado.

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