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El Leñador y la Serpiente.

Los días pasaron y los polluelos


salieron de sus cascarones alegres.
Cada año, al terminar la estación
lluviosa, un leñador se internaba en la
selva por varias semanas. Permanecía
allí hasta recolectar la madera
suficiente con la cual sostener a su
familia con su venta.

En su última noche en la selva, el


leñador no pudo encontrar el camino a
Una tarde, mientras descansaba su tienda. Nunca antes se había
después de un duro día de trabajo, vio perdido. Ya estaba muy cansado
sobre un árbol a una serpiente tratando cuando vio una mujer caminando muy
de comerse unos huevitos que de prisa. Era joven y muy hermosa. Él
reposaban sobre un nido. El nido corrió hasta alcanzarla. Para no
estaba muy bajo, lo que los hacía un asustarla, le explicó que se había
blanco fácil para los depredadores. perdido. Su presencia lo había
tranquilizado un poco. Ella le propuso
La madre pájaro revoloteaba sobre la que pasara la noche en su casa y él la
serpiente sin poder ahuyentarla. siguió.
Enseguida, el leñador tomó su hacha y
mató a la serpiente. Su corazón
siempre estaba dispuesto para las
buenas causas.

1
Era la casa de la mujer una vieja Orú Orú tenía muchos días sin comer.
iglesia. Al entrar, pudo notar que Por eso dijo:
estaba sucia y un poco deteriorada.
Sacudió con su camisa el suelo -Está bien, tengo que salir para
polvoriento y se fue a dormir. Por el conseguir mi alimento. Si antes del
enorme cansancio que sentía no le dio amanecer alguien no toca la campana
tiempo a agradecer a la hermosa mujer en lo alto de la torre de la iglesia te
aquel gesto tan amable. mataré- dijo esto y se fue, pues estaba
segura que por aquella parte de la
selva no transitaba nadie.

Ya tenía algunos minutos dormido


cuando unos gritos lo despertaron. Los
gritos los daba la mujer, que para su
sorpresa se transformaba, ante sus El leñador sabía que Orú Orú lo había
ojos, en una serpiente gigante. dejado encerrado en la vieja iglesia y
también sabía que nadie tocaría la
campana.
Las horas pasaron y su angustia fue
creciendo. Por entre los altos y rotos
vitrales vio aparecer los primeros rayos
de sol; ¡Ya estaba amaneciendo!
Con los rayos de sol, la promesa de
aquel espíritu no se hizo esperar. Orú
Orú derribó la puerta de entrada de un
-Soy Orú Orú; el espíritu de la solo golpe. Su cuerpo escamoso se
serpiente que mataste y esta noche me arrastraba hasta el leñador, que
vengaré matándote a ti.- dijo la que temblaba de miedo en un rincón. Su
hasta hace unos segundos había sido enorme boca se abrió de una forma
una hermosa mujer. repulsiva, monstruosa, lista para
tragarse al leñador.
Sobre exaltado buscó su hacha, pero
no estaba. De seguro Orú Orú la había
tomado mientras dormía.
-Perdóname.- dijo el leñador
temblando del susto- No sabía que se
trataba de ti. Dame una oportunidad de
vivir. Te lo suplico.
2
Ya se había acercado Orú Orú lo
suficiente para devorar al leñador,
cuando la campana sonó de forma
clara en sus oídos.

-Milagro- pensó el leñador cerrando


sus ojos. Al abrirlos sólo él se
encontraba en la vieja iglesia; además
todas las puertas, estaban ahora
abiertas.
Antes de irse, fue en busca de su
salvador en lo alto de la torre. Le debía
la vida y no quería irse sin darle las
gracias. Subió hasta lo más alto del
campanario, pero no encontró a nadie.
Ya iba a marcharse, cuando vio en el
piso con el cuello roto y muerta a la
mamá pájaro, a cuyos hijos una vez
salvó de Orú Orú…La tomó entre sus
manos y con un beso le dio las gracias.

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