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En primer lugar, debemos realizar un estudio de viabilidad del suelo, para ello se propone el muestreo de
campo (in situ), el cual debe contemplar la distribución espacial de las muestras en función de las
características topográficas como: planimetría, forma (regular e irregular), pendientes y profundidad; ya
que el tamaño de este es determinante en los costos económicos del número de muestras. Con fines
académicos, se propone una malla de muestreo de 10m x 30m (cuadrícula), con el objetivo de conocer las
distintas variaciones de Nitrógeno que puedan existir en cada uno de los horizontes del perfil.
Estas muestras, no deben solo contemplar el perfil horizontal si no también el perfil vertical del suelo, por
lo que se propone que las muestras se realicen de manera estratigráfica a una profundidad de 20-40 y 70
- 100 centímetros. Las profundades responden a dos factores importantes, el primero se corresponde con
la actividad microbiológica que tiene mayor población en profundidades de 20 a 40 centímetros (Atlas, R.
y Bartha, R. 2002) y en segundo lugar con la percolación y concentración de nitrógeno por lixiviados, que
según el caso práctico se encuentra a 70 centímetros de profundidad.
Al realizarse las muestras en campo debe tomarse la ubicación de estas dentro de la parcela, esto se puede
realizar por medio de coordenadas geográficas; disponer de las coordenadas permitirá elaborar un mapa
del perfil horizontal y vertical de las distintas concentraciones de nitrógeno en los horizontes del suelo
(Figura 1). Al momento de realizar las muestras es importante tomar en cuenta otros datos como:
humedad, porosidad, materia orgánica, microorganismos y bacterias, pH y temperatura; esta información
será de gran utilidad para determinar la técnica adecuada para el tratamiento del suelo.
Figura 1. Ejemplo de sitios de muestreo e interpolación IDW de nitrógeno en el suelo, perfil horizontal
superficial.
Las altas concentraciones de Nitrógeno en suelo ocurren principalmente por actividades antrópicas,
siendo las principales las prácticas agrícolas, entre otras se pueden mencionar la deposición por
actividades industriales y naturales. La actividad agrícola y de pastoreo durante los últimos años se ha
visto fuertemente influenciada por el uso descontrolado de productos agroquímicos a base de Nitrógeno
(amonios y nitratos). El uso de este tipo de agroquímicos tiene como objetivo la mejora en la producción
de biomasa y en la tasa de crecimiento de las plantas (Foth, H.D. 1986).
Sin embargo, el consumo de productos nitrogenados de manera descontrolada, causa serios daños al
medio ambiente y al suelo. Naturalmente el ciclo de nitrógeno es un proceso lento y especializado, que
transfiere el abundante nitrógeno de la atmósfera a la litósfera (rizosfera), por medio de procesos
naturales como la fijación por microorganismos (bacterias y cianobacterias), deposiciones directas (rayos
y desechos animales y vegetales) y aportes por actividades de tipo antrópico (agricultura, industria y
desechos urbanos). Una vez, que el nitrógeno alcanza el suelo este se transforma en otras moléculas por
medio de procesos de amonificación (NH4+ y NH3-) y nitrificación (NO3 y NO2); dejando como resultado
moléculas que pueden ser aprovechadas y asimiladas por las plantas y otros microorganismos (Navarro,
G. 2003).
Durante el proceso antes mencionado ocurren pérdidas naturalmente a escala muy pequeña como la
desnitrificación y la lixiviación al subsuelo o cuerpos de agua por desplazamiento horizontal y vertical
principalmente de NO3. Otra forma importante de pérdida de nitrógeno del suelo es por medio de las
plantas, las cuales se benefician del mismo al momento de realizar sus procesos fisiológicos (crecimiento,
desarrollo y producción). Esta afirmación ha sido durante los últimos años una de las principales causas
de degradación del suelo, debido a un exceso descontrolado de fertilizantes nitrogenados, lo que a su vez
ha causado una dependencia de estos aun mayor con el fin de garantizar las tasas de producción.
El uso de fertilizantes de manera descontrolada altera el ciclo natural del nitrógeno en el suelo, causando
una gran cantidad de impactos negativos al medio ambiente, dentro de estos se pueden mencionar
inicialmente la pérdida de microorganismos capaces de fijar y transformar el nitrógeno por procesos de
amonificación debido a la alta cantidad de estos. Por otro lado, se puede mencionar la lixiviación, que
ocurre debido a las cantidades abundantes de nitrógeno en el suelo y al poco aprovechamiento natural
de las plantas. Otra problemática ocurre al momento de la aplicación de los fertilizantes, dando lugar a la
pérdida por volatilización, que afecta la calidad del aire y que puede repercutir indirectamente en cuerpos
de agua, provocando aumentos en las poblaciones de algas que eliminarán por completo el oxígeno
disuelto (anoxia) a causa de la eutrofización.
Otro impacto importante de mencionar es cuando las concentraciones de nitrógeno en el suelo exceden
los porcentajes tolerables naturalmente, el suelo resulta ser tóxico para las plantas y animales, lo cual
puede introducir esta problemática dentro de la cadena trófica por el consumo de estas plantas por
animales o humanos. Un último problema que se puede mencionar es la salinización del suelo debido a
las altas concentraciones nitrógeno, el pH del suelo puede verse afectado, volviendo el mismo un medio
más acido en el que no puede ser posible la reproducción vegetal (Benimelli, M. y otros 2019).
Proponga la técnica que considere más apropiada para el tratamiento.
Para llevar a cabo el tratamiento del suelo, se proponen principalmente dos vías. Estos tratamientos se
proponen luego de realizado el estudio de viabilidad. Las técnicas de recuperación propuestas son la
biodegradación y la fitoenmienda, se considera que si estas técnicas se realizan en conjunto pueden
mejorar la salud del suelo e impactar de menor manera en otros medios y que, además, el costo
económico es más accesible en comparación con otros tratamientos, a pesar del tiempo que esta pueda
tomar.
La biodegradación ha tomado durante los últimos años más auge debido a que es un proceso que puede
beneficiar de manera natural la fijación de carbono en el suelo y su transformación a otras moléculas, sin
embargo, este proceso no es sencillo y requiere de procesos especializados para su implementación. En
primer lugar, es importante considerar que para llevar a cabo este tratamiento es necesario disponer de
las condiciones correctas de temperatura, humedad y aeración en suelo (Acuña et al., 2011). Pero no solo
las condiciones climáticas determinan la efectividad de este tratamiento, sino también las dosis
adecuadas de microorganismos en el medio, lo cual, hoy en día todavía está en procesos de
experimentación. Sin embargo, se propone que estos microorganismos sean tomados de suelos vecinos
en condiciones adecuadas y que sean depositados como abono en el suelo contaminado, en
profundidades donde estos microorganismos sean capaces de reproducirse.
Algo importante de considerar, cuando se lleva a cabo este tipo de tratamientos, es la eliminación total
de la vegetación por su toxicidad debido al exceso de nitrógeno, por lo que debe tenerse en cuenta la
quema de estos por medio de procesos de incineración controlados o bien utilizar los mismos como parte
de procesos de compostaje. Otra consideración a tomar en cuenta es que se deben realizar monitoreos
de los resultados, ya que un descontrol de los microorganismos puede dar como resultado moléculas más
tóxicas y provocar lixiviación de componentes más dañinos, una recomendación para evitar la lixiviación
es aportando calcio al suelo, ya que las bacterias degradadoras son en gran parte aerobias y no proliferan
en medios ácidos, pero al mismo también pueden dar lugar a nuevas reacciones por lo que sería
importante evaluar los resultados de estas soluciones cada cierto tiempo.
Analice la posibilidad de continuar la explotación agrícola de estos suelos. Proponga alternativas para
su utilización.
El mapa propuesto en las técnicas de monitoreo es el insumo base para la planificación agrícola, ya que
podemos identificar las áreas con mayores y menores concentraciones de nitrógeno, de esta manera se
podría estratificar la parcela, estableciendo periodos de recuperación con los tratamientos antes
mencionados. El parcelamiento por medio de las concentraciones de nitrógeno, permitiría priorizar
lugares dentro del medio que podrían ser aprovechados más rápidamente, mientras que los medios con
mayores niveles de nitrógeno estarían sujetos a procesos más tardados.
Referencias bibliográficas
Acuña A.J., Tonín N.L., Wick L, Pucci G.N., Pucci O.H (2011). Electrobioremediation of an unsaturated soil
contaminated with hydrocarbon after land farming treatment. Port Elect Acta. 2010;28(4):253-263.
Doi:10.4152/pea.201004253
Atlas R. y Bartha R., (2002). Ecol Microbial Microbiol Amb. 4 ed. Editorial Pearson Educación SA. EEUU;
2002:329-380.
Foth, H.D. (1986). Fundamentos de la ciencia del suelo. Compañía Editorial Continental. D.F., México.
Navarro B. S., y Navarro G., (2003). Química Agrícola: el suelo y los elementos químicos esenciales para
la vida vegetal. Ed. Mundi Prensa. Madrid, España.
Benimeli, M., Plasencia, A., Corbella R.D., Guevara D.A., Sanzano, A, Sosa F.A. y Fernández J., (2019). El
nitrógeno en el suelo. Cátedra de Edafología. Facultad de Agronomía y Zootecnia Universidad Nacional
de Tucumán. Argentina.