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UNIVERSIDAD CIENTÍFICA DEL SUR

FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS Y BIOLÓGICAS

CARRERA DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA

Tema:
Displasia de Cadera

Curso:
Diagnóstico por Imágenes

Lima – Perú
2022 - I

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I. Revisión bibliográfica

A. Definición

La displasia de cadera se considera una enfermedad poligénica hereditaria de la cadera, que se

caracteriza por una subluxación de la articulación coxofemoral (laxitud de la cadera) con cambios

degenerativos posteriores que se manifiestan a través de dolor y cojera en los miembros posteriores.

(Santos et al., 2018)

Usualmente se presenta de forma bilateral. Siendo uno de los problemas ortopédicos más comunes que

se presentan en caninos y la causa más importante que se pueda presentar cambios degenerativos como

la osteoartrosis (OA) (Sánchez et al., 2015).

B. Etiología

Esta enfermedad posee una etiología multifactorial, es decir, puede ser producida por diferentes

causas, una de ellas es la herencia autosómica con sospecha por la mutación en el gen CX3CR1 y por

genes asociados (ASPN, BMS1, COL1A1, CX3Cr1, DKK, FRZB, GDF5, etc). (Harsanyi et al., 2020)

Por otro lado, otra de las causas es la predisposición racial afectando principalmente a razas grandes,

ya que tienen un rápido crecimiento como los perros de raza labrador, terranova, pastor alemán,

rottweilers, san bernardo y mastines, con una prevalencia mayor a 50 % en algunas razas; sin embargo

razas como los bulldogs, pugs y algunos terrier también están predispuestos.(Santana et al.,2021, et

al.,King et al., 2017).

Así mismo está influenciada por factores ambientales, como el tamaño corporal, la tasa de

crecimiento, la nutrición, el ejercicio, el peso y el estado reproductivo (Santana et al.,2021).

C. Signos clínicos

La presentación de signos varía de acuerdo a la edad; ya que en perros entre 12 y 14 meses,

normalmente pueden caminar y correr libremente sin presentar un dolor significativo a pesar de la

apariencia radiográfica de la articulación; sin embargo en perros con una edad avanzada muestran una

presentación clínica diferente, debido a que ya poseen la enfermedad degenerativa crónica,

manifestándose con crepitación, dolor y cojera.(Sánchez et al., 2015)

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Además suele presentarse debilidad muscular, por lo cual se puede observar una marcha atípica,

tambaleante, con pasos más cortos para aligerar el peso de la extremidad afectada, lomo arqueado,

inestabilidad de la articulación coxo-femoral durante el movimiento y prominencia trocantérica.

(Martinez, 2016)

D. Grados de displasia

Según la FCI se puede clasificar a la displasia de cadera en 5 grados, representados por las letras A, B,

C, D y E , las cuales están ordenadas de menor a mayor gravedad según los hallazgos radiológicos

observados. Es así que la A: representa una cadera normal; B: casi normal; C: displasia leve; D:

displasia media y E: displasia grave.

Esta clasificación está definida según el tamaño del “ángulo de Norberg”(Figura 1) que presenta las

caderas, el grado de subluxación, la forma y profundidad de acetábulo y los signos de remodelación

articular o artrosis.(Martinez, 2016). Para esto se traza una línea desde el centro de una cabeza del

fémur hasta el centro de la otra cabeza, luego, se traza otra línea que pasa por el llamado borde

acetabular dorsal, formando así ángulo.

Figura 1: Vista radiográfica del ángulo de Norberg

● Grado A: Sin signos de displasia de cadera

Aquí la cabeza del fémur y el acetábulo son congruentes, el borde craneolateral aparece nítido

y ligeramente redondeado, el espacio articular es claro y uniforme, el ángulo de Norberg es

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igual o mayor a 105 °. Además el borde craneolateral rodea ligeramente la cabeza femoral en

la dirección caudal lateral.

● Grado B:Casi normal

En este grado se observa la cabeza del fémur y el acetábulo son ligeramentes incongruentes,

el ángulo de Norberg es de aproximadamente 105 °, el centro de la cabeza femoral se

encuentra medial al borde acetabular dorsal con congruencia de la cabeza femoral y el

acetábulo.

● Grado C: displasia leve

Aquí se observa la cabeza del fémur y el acetábulo inconsistentes, el ángulo de Norberg es de

aproximadamente 100 ° y el borde cráneo lateral está aplanado. También puede haber

irregularidades o signos menores de osteoartritis cambios en el margen acetabular craneal,

caudal, dorsal o de la cabeza y el cuello del fémur.

● Grado D: displasia Media

Aquí se logra observar una evidente Incongruencia entre la cabeza femoral y el acetábulo con

subluxación y el ángulo de Norberg es superior a 90 °. Además se aprecia un aplanamiento del

borde cráneo lateral y signos de posible osteoartritis.

● Grado E: displasia grave

En este grado se observa un marcado cambio en la cabeza del fémur y acetábulo, viéndose

totalmente incongruentes,como una dislocación o subluxación ,el ángulo de Norberg es

inferior a 90 °. Además se ve un evidente aplanamiento del margen acetabular craneal y

deformación de la cabeza femoral (en forma de hongo o aplanado) y la presencia de otros

signos de osteoartritis.

II. Fisiopatología

Todos los caninos nacen con un desarrollo normal de la cadera, donde la cabeza femoral se coloca

perfectamente dentro del acetábulo para que se produzca una osificación normal; sin embargo en los

caninos con displasia de cadera el desarrollo comienza a aparecer alrededor de la semana 3 en las

regiones de la cabeza femoral y la cavidad pélvica.

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Como se sabe el ligamento redondo es responsable de mantener la cabeza femoral en su lugar durante

el primer mes de desarrollo normal, pero en caninos con displasia de cadera, el ligamento redondo es

demasiado corto, por lo que la cabeza femoral no se adhiere correctamente y la luxación se produce

después de los 2 meses de edad . Esta luxación de la cabeza femoral posteriormente aumenta, lo que

provoca un retraso en la osificación, debido a que la cabeza femoral ya no puede encajar en el

acetábulo . Además el cartílago articular se desgasta al estar en contacto con el acetábulo , esto a la

larga provoca que la articulación de la cadera se vuelva inestable debido a que el acetábulo y la cabeza

femoral se separan y se forma hueso nuevo en el acetábulo para compensar la pérdida de cartílago, lo

que causa una mayor luxación y a medida que la cadera se vuelve displásica, el perro experimenta

malestar y dolor . (Peterson, 2017)

III. Métodos y Técnicas de diagnóstico

a. Diagnóstico:

Para el diagnóstico de la enfermedad se hace a partir de un examen ortopédico, anamnesis, inspección.

En la anamnesis el propietario debe comentar si su mascota ha presentando dolor, a veces el

propietario no lo puede notar, pero el canino no se va dejar tocar la zona de la cadera incluso puede

responder agresivamente, no podrá rascarse con las extremidades posteriores o tendrá dificultades al

subir las escaleras o a un sitio elevado. Para la inspección el paciente está en marcha y observar si

presenta cojera, en fases avanzadas de la enfermedad es probable que el canino diera pasos más cortos

de lo normal junto con pequeños saltos de una forma de aligerar el peso que está soportando la

extremidad afectada. Aparte se puede observar que la musculatura de la zona pélvica se encuentra

atrofiada. (Merizalde, 2017).

En el examen ortopédico se hace por medio de pruebas semicuantitativas para animales jóvenes

identifican diagnosticando la laxitud articular por medio del test de ortolani, en cachorros de 6-8 meses

se realiza la prueba de Bardem. (González, 2018). Además existen otros métodos diagnósticos como el

método de Pennhip.

b. Métodos diagnósticos:

Todos los estudios radiográficos son realizados bajo anestesia para que se permita el manejo

adecuado del animal.

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Test de Ortolani

Consiste en la manipulación física del paciente colocándolo en decúbito lateral, con el fémur

perpendicular a la pelvis y paralelo a la mesa, con una mano sobre la articulación coxofemoral

se coge la rodilla con la otra mano se empuja el fémur contra el acetábulo manteniendo la

presión, como si quisiera luxar el fémur dorsalmente, si hay laxitud articular, la cabeza del

fémur estará ligeramente subluxada apoyada en el borde acetabular dorsal, seguido de eso, se

realiza una abducción lenta del fémur, sin dejar de empujar hasta notar un chasquido, si se

presenta este sonido significa positivo para Ortoloni indicando que hay una laxitud excesiva

de la articulación, es un signo negativo si no hay el chasquido. (Restrepo, et al., 2018)

Prueba de Barden

Es una prueba para pacientes jóvenes menores de 8 semanas, el paciente está en decúbito

lateral, el veterinario se coloca detrás del cachorro colocando el dedo pulgar sobre el trocánter

mayor y el resto de la mano sirve para estabilizar la pelvis, con la otra mano se sostiene la

parte superior del fémur que está paralelo a la mesa y en esta posición se aplicará una presión

lateral hacia arriba, si el trocánter mayor se mueve lateralmente es que hay laxitud en la

articulación coxofemoral, si el movimiento es mayor de 5-6 mm siendo un signo positivo en

este método. (Kyriazis, 2016)

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Metodo diagnostico PENNHIP

Se aplica a cachorros a partir de los 4 meses de edad, el procedimiento consiste en tres

radiografías de la cadera en posiciones concretas: la primera es radiografia de distracción,

utilizando un distractor, la segunda es radiografia de compresión y la que sigue es con la

cadera extendida, las dos primeras radiografías son importantes por usar medidas precisas y

fiables de la laxitud articular y su congruencia de las articulaciones. La vista de distracción,

mientras más floja se vea la articulación mayor es la posibilidad que la cadera desarrolle la

enfermedad, en la radiografía de compresión es utilizada para determinar el ajuste de las

cabezas femorales al acetábulo, esto se verá reflejada en la imagen una bola puesta en una

cavidad mal ajustada. La radiografía de extensión de la cadera, es la radiografía convencional.

Esta evaluación va permitir el descarte de la reproducción de portadores de la enfermedad y en

la participación de concursos. (Sánchez, et al, 2015)

Figura 3. Rx Vista de distracción Figura 4. Rx Vista de compresión

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Figura 5. Vista de distracción Figura 6. Vista de compresión

Figura 7. Vista de cadera extendida

c. Diagnostico radiografico

La evaluación radiográfica se ha utilizado como método de diagnóstico para la displasia de

cadera, es una herramienta de gran utilidad, es rápida y sencilla. Además comprueba la forma

y profundidad del acetábulo, en la forma y la posición de la cabeza femoral, y en los posibles

cambios osteoartríticos secundarios. La más utilizada es la imagen radiográfica ventrodorsal

en extensión de cadera, para su evaluación es el ángulo de Norberg. (Bustillo, 2018)

Radiografía ventrodorsal en extensión de cadera

Es la técnica más utilizada para caninos de 12 o 18 semanas de edad, en evaluar las caderas

caninas, se requiere de anestesia, y se coloca al animal en decúbito dorsal, extendiendo las

extremidades traseras caudalmente y rotando ligeramente los fémures. Para una correcta

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valoración requiere que la pelvis debe estar simétrica, los fémures paralelos y completamente

extendidos y las rótulas centradas sobre la tróclea femoral (Figura 8). (Butler, et al., 2017)

Figura 8. A. Rx Extensión de cadera correctamente colocada debe incluir una pelvis simetrica,
fémures paralelos y completamente extendidos y rótulas centradas dentro de la tróclea femoral. B. Rx
Errores comunes en el posicionamiento incluyen fallas para extender completamente y rotar
internamente los fémures.

La ventaja que tiene esta radiografía, es la capacidad de evaluar la articulación en la búsqueda

de signos de osteoartritis en la articulación coxofemoral, el poder evidenciar la presencia de

formación de osteofitos periarticulares femorales, esclerosis subcondral del acetábulo

craneodorsal, osteofitos a lo largo del margen acetabular y remodelación de articular para

detectarlos se debe buscar en las radiografías signos de aplanamiento del acetábulo,

subluxación de la articulación coxofemoral, remodelación de la cabeza femoral, cambios en el

borde acetabular y signos de osteoartrosis en la articulación (Figura 9). (Butler, et al., 2017)

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Figura 9. A. Moderada osteoartritis de la articulación CF - formación de osteofitos periarticulares y la
esclerosis subcondral del acetábulo craneodorsal. B. Casos más graves - engrosamiento del cuello
femoral. C. Casos extremos - remodelación articular y osteofitosis periarticular.

Ángulo de Norberg

Es un método para evaluar la laxitud o subluxación de la articulación coxofemoral, se mide

sobre la radiografía el ángulo que se forma entre la línea imaginaria que une el centro de las

dos cabezas femorales y la que une el centro de la cabeza femoral y el borde dorsal del

acetábulo. Se considera caderas normales si el ángulo es mayor de 105°, en animales adultos

se observaron cambios degenerativos secundarios en el acetábulo, tanto en la cabeza como en

el cuello del fémur. En el caso de animales menores de los cinco meses tiene poco valor en el

diagnóstico porque el cartílago sale radiolúcido del borde acetabular dorsal ya que aún no se

ha osificado. (Kyriazis, 2016)

Figura 10. Ángulo de Norberg

IV. Conclusiones

● La displasia de cadera posee factor genético predisponente dado por un gen

autosómico de manera hereditaria, además presenta una predisposición mayor en razas

grandes (labrador, terranova, pastor alemán, san bernardo, entre otras).

● Los signos clínicos se pueden observar mejor en perros gerontes manifestándose con

dolor asociado con lesiones en las articulaciones, cojera y debilidad muscular.

● La displasia de cadera, según la FCI se presenta en 5 grados (A, B, C, D, y E), siendo

el grado E, una displasia grave y un grado A una cadera normal.

● El ángulo de norberg, es un método para evaluar la laxitud o subluxación de la

articulación CF, esto ayudará con la clasificación de grados de la enfermedad.

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● La radiografía se ha utilizado como estándar de oro durante mucho tiempo para

evaluar el estado de la articulación de la cadera, las radiografías ventrodorsales se

toman a la edad de 12 o 18 meses para evaluar el grado del ángulo de Norberg.

V. Casos Clinicos

Caso 1

En este caso tenemos a 2 perros que se presentan a la clínica con dificultades para poder

caminar. El primer perro, llamado Moro, es un labrador macho de 6 años, pesa 30 kilogramos

y se presentó a consulta por dificultad para pararse y desplazarse además de una claudicación

del miembro posterior derecho. El propietario comentó que corre con las patas de atrás juntas

(“salto de conejo”). En la inspección general se observó que estaba en buen estado corporal,

pero con hipotrofia muscular en miembros posteriores. En la evaluación de la marcha se

observó una leve claudicación del miembro posterior derecho. También se realizó la prueba de

Ortolani la cual dio un resultado positivo para el miembro derecho, compatible con laxitud

articular. Se efectuó una radiografía donde se observó subluxación de la cabeza femoral

derecha. Se discutieron con el propietario las opciones terapéuticas y se decidió comenzar con

sesiones de fisioterapia.

Figura 11.Radiografía de la cadera, la flecha indica la articulación subluxada.

El segundo perro, llamado Floyd, es un cruce de Terranova y Golden, de 6 meses de edad y

peso de 39 kilogramos. El motivo de consulta fue que la dueña noto que desde que lo habían

adoptado a los 4 meses realizaba poca actividad física, no saltaba al sillón o al baúl del auto, y

que, luego de jugar o correr un tiempo, se quedaba sentado en el suelo. En la evaluación

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inicial y cuadro clínico: el paciente concurrió a consulta con una radiografía previa, en la que

no se observó subluxación sino sólo signos de laxitud articular. Se recomienda comenzar con

un suplemento dietario formulado para las articulaciones de los perros que contiene

clorhidrato de glucosamina, sulfato de condroitina de sodio y ascorbato de manganeso para

ayudar a la producción de la matriz de cartílago y proteger el cartílago. También se recomendó

realizar ejercicios como caminatas tranquilas para mantener el buen estado de la musculatura y

realizar 2 meses de fisioterapia para fortalecer los músculos y disminuir el dolor.

Figura 12Radiografía de Floyd, presenta laxitud articular en caderas.


El enfoque del tratamiento conservador de fisioterapia en ambos casos clínicos, fue pensado

en brindar principalmente: analgesia, efectos antiinflamatorios y recuperación de la masa

muscular. En una primera instancia se realizaron dos sesiones por semana; durante las

primeras 5 sesiones los agentes utilizados en el protocolo fueron:

-TENS: media, frecuencia 25 Hz, ancho de pulso de 210 µs, por 30 minutos. Aplicado un par

de electrodos en paravertebral de la columna torácica y otro par en columna lumbar para

reducir dolor postural.

-Fototerapia: frecuencia 5KHz, ancho de pulso 5 µs, modulado, por 40 minutos. Protocolo de

dolor crónico. Sobre la articulación de la cadera.

-Magnetoterapia: frecuencia 70 Hz modulado, 200 Gauss, por 30 minutos. Sobre la cadera.

-LASER: 20 joules, 15 puntos de 13,3 segundos para patología crónica, a lo largo de toda la

columna haciendo foco sobre la cadera.

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-Tanto al inicio de la sesión como al final se realizó un breve masaje con la técnica “stroking”

seguido de leve presión circular para relajar posibles contracturas.

Se evidenciaron grandes mejoras (disminución de la claudicación en Moro y mayor actividad

en Floyd) por lo que se disminuyó la frecuencia de sesiones a una sesión por semana.

Caso 2

Un Cocker Spaniel macho de 5 meses (14,3 kg) ingresó por cojera crónica bilateral de

miembros pélvicos. El propietario informó que el perro mostraba un movimiento de salto de

conejo, renuente a caminar y con dificultad para levantarse después de descansar. En el

examen clínico, el perro se mostró reacio a caminar. Se obtuvieron signos significativos de

incomodidad con la manipulación de la cadera y la extensión de ambas caderas causó dolor.

Se observó una disminución bilateral del volumen muscular de las extremidades posteriores.

La prueba de Barden se realizó bajo sedación: la traslación lateral se estimó visualmente en

más de 10 mm. El rango de movimiento de las caderas se evaluó con la ayuda de un

goniómetro de plástico y midió 50° en flexión y 160° en extensión bilateralmente. Se tomó

una radiografía ventrodorsal de cadera en extensión (Figura 13). Esta radiografía corroboró

aún más la severa laxitud articular de ambas caderas, evidenciada por el desplazamiento lateral

de las cabezas femorales, un acetábulo poco profundo, la presencia de un osteofito

circunferencial sutil en la cabeza femoral y la ausencia de otros signos de osteoartritis.

Figura 13

Un programa informático comercialmente disponible (Osirix v.2.7.5 32 bits; Pixmeo SARL,

Bernex, Suiza) fue usado para determinar el ángulo de Norberg y medir la lateralización de los

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centros de las cabezas femorales con respecto a los rebordes acetabulares dorsolaterales.El

ángulo de Norberg fue de 38° para la cadera izquierda y 46° para la derecha (valor normal >

105°). La lateralización del centro de la cabeza femoral fue de 10 mm bilateralmente. Para

corregir esto, se realizó una operación para el alargamiento del cuello femoral y el aumento

DAR.

Figura 14 Radiografías de fémur, cráneo-caudal: inmediatamente después de la operación (A),

a las 2 semanas (B),a las 3 semanas (C),a las 4 semanas (D),a las 5 semanas (Y), 6 semanas

(F),y a las 8 semanas después de cirugía.

Figura 15 (A) Radiografía postoperatoria de escisión de cabeza y cuello femoral.

(B)Seguimiento radiográfico a los 2 años. Obsérvese la progresión de la remodelación ósea

del fémur izquierdo y la conformación del borde acetabular dorsal. Sin signos radiográficos de

progresión de la artrosis. Se retiró la aguja de Kirschner con rosca distal.

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