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El hecho de contar con una propuesta holística, deviene en que “se ocupa de cómo los adultos pueden
ayudar a los niños a gozar de sus libros, ofreciéndoles un contexto y una organización de actividades
compartidas que estimulen a los niños a leer ávida y reflexivamente” (Chambers, 2007)
El autor, al darle un peso mayor a la conversación a través del recurso de la “Charla Literaria”, abre un
panorama amplio no únicamente hacia el fortalecimiento de la promoción lectora, sino hacia un abanico de
aprendizajes transversales como lo son los socioemocionales, los contenidos implícitos en las diversas áreas
del conocimiento y contribuye, de forma definitiva, a la creación de sentido de identidad y pertenencia que
propicia ambientes de convivencia y empatía sanos, ya que emergen de la escucha y respeto hacia la palabra
del otro, de los encuentros y desencuentros a partir del diálogo y de ese profundo sentido de empatía que nos
nace al identificarnos y comprender al otro a partir de los relatos personales, puntos de vista e ideas que se
comparten entre pares al charlar, teniendo el texto como pretexto: en suma, apunta a generar un sentido
humano profundo de las relaciones e interacciones dentro y fuera del aula.
Como bien señala Chambers: “Hablar bien sobre los libros es una actividad en sí muy valiosa, pero
también es el mejor entrenamiento que existe para hablar bien sobre otras cosas. De modo que al ayudar a los
niños a hablar de sus lecturas, los ayudamos a expresarse sobre el resto de sus vidas” (Chambers, 2007)
Referencias
Lerner, D. (mayo de 1995). Es posible leer en la escuela. [Ponencia]. 2do. Congreso Nacional de Lectura “Lectura -
Escuela – Biblioteca”, que tuvo lugar en el marco de la 8a. Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Colombia.