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Universidad católica Luis amigó

Facultad de educación y humanidades

Didáctica de la lectura y la escritura

Desarrollo taller 2

Estudiante: Karen Dayana Cardona Sepúlveda

Docente: Claudia Lucia Fernández Franco

Medellín, Colombia

2023
Importancia de la lectura en la primera infancia: estrategias de enseñanza y
formación para los agentes y educadores.

La lectura durante la primera infancia es un tema crucial para la educación y la


formación de los agentes y educadores de la primera infancia. La formación académica de
los agentes de la primera infancia debe ser más pertinente, teniendo en cuenta sus
características, las funciones que desempeñan y los temas que pueden interesarles, para
mejorar sus interacciones con los niños. Cuando se trata de enseñar a leer y escribir a niños
con discapacidades cognitivas durante la primera infancia, son esenciales estrategias de
enseñanza flexibles e innovadoras, integradas desde la formación del currículo, que
reconozcan las inteligencias múltiples o estilos de aprendizaje. Además, es fundamental
que los profesores de pedagogía infantil conozcan y comprendan los compromisos
pedagógicos de la educación infantil. Para promover eficazmente la competencia lectora en
la primera infancia, se requiere una metodología adecuada que permita el desarrollo de la
competencia comunicativa oral en un grupo de niños pequeños. Esto incluye el lenguaje
oral informal y formal, la competencia comunicativa oral y los géneros discursivos
primarios. El proceso de construcción de las habilidades de escritura en los niños pequeños
también es importante, y el texto de Daniel Cassany, "Construir la escritura", es un recurso
valioso para comprender este proceso. Hace hincapié en la necesidad de enseñar a escribir
como una práctica social, destacando la importancia de considerar el contexto de la
escritura del niño y los distintos géneros y propósitos que existen para la escritura
(Cassany, 1999).

Crear un entorno que estimule el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura


durante la primera infancia es crucial para sentar las bases del aprendizaje permanente. Los
educadores deben ser creativos en sus métodos de enseñanza, haciendo uso de cuentos,
juegos y actividades interactivas para implicar a los niños en el proceso de aprendizaje
(Domínguez González, 2021). Proporcionando un entorno rico y estimulante, los niños
pueden desarrollar un amor por la lectura y la escritura que les acompañará el resto de sus
vidas. Tras realizar investigaciones, se ha descubierto que la lectura y la escritura son
habilidades cruciales para que los niños pequeños las desarrollen en sus primeros años. Es
imperativo que los educadores apliquen estrategias pedagógicas innovadoras para enseñar
eficazmente estas habilidades. La capacidad de leer y escribir abre un mundo de
oportunidades a los niños, permitiéndoles comunicarse eficazmente, expresarse de forma
creativa y relacionarse con el mundo que les rodea (Ríos, 2021).

Los estudios han demostrado que los niños que están expuestos a la lectura y la
escritura a una edad temprana desarrollan habilidades cognitivas y lingüísticas más fuertes,
lo que en última instancia conduce a un mejor rendimiento académico en el futuro. Nunca
se insistirá lo suficiente en la importancia de estas habilidades, ya que son fundamentales
para el éxito en todos los ámbitos de la vida. Por tanto, es crucial que los educadores
adopten métodos creativos y atractivos para enseñar a leer y escribir a los niños pequeños.
Esto puede incluir actividades interactivas como la narración de cuentos, sesiones de
lectura guiada y talleres de escritura. Haciendo que el aprendizaje sea divertido y
emocionante, es más probable que los niños desarrollen amor por la lectura y la escritura, y
estarán más motivados para seguir practicando estas habilidades a medida que crecen.

La propuesta conceptual de lectura y escritura para preescolar presentada se basa en


la idea principal de que la institución preescolar debe crear un ambiente propicio hacia la
lectura y la escritura, en el cual el niño tenga la oportunidad de estar en contacto
permanente con todo tipo de material escrito que tenga sentido para él, que sea funcional y
donde se valore de manera constante la lengua escrita como medio para comunicarse con
las personas que están lejos, como una manera de evitar que se olviden las cosas y como
una fuente de información. En contraste, algunos autores han enfatizado en la importancia
de la mediación del docente para el logro de los objetivos propuestos, al actuar como un ser
dinámicamente lector y escritor y al ser un mediador entre el estudiante y los problemas
cognitivos que repercuten en la enseñanza de la lectoescritura. Cuando el docente no tiene
esta visión sociocultural del aprendizaje de la lengua escrita y sólo lo toma como un
aprendizaje de habilidades de decodificación o destrezas de desciframiento del texto, se dan
una serie de problemas que afectan el adecuado proceso de aprendizaje. Por lo tanto, es
fundamental que el docente tenga una visión sociocultural del aprendizaje de la lengua
escrita y actúe como un mediador entre el estudiante y los problemas cognitivos que
repercuten en la enseñanza de la lectoescritura. Está también destaca que la lectura y la
escritura son procesos complejos necesarios para acceder a los saberes organizados que
forman parte de una sociedad y una cultura, en otras palabras, leer y escribir son
básicamente actividades con las que se construye y amplía el conocimiento del mundo ya
que “la lectura y la escritura son procesos interpretativos a través de los cuales se construye
significado”. En contraste, algunos autores han enfatizado en que el lenguaje escrito lleva a
la reflexión sobre la manera de percibir, producir y analizar el pensamiento de forma
organizada y sistemática, teniendo en cuenta las capacidades intelectuales de registrar,
planificar, corregir y construir elementos de comunicación. Por lo tanto, la escritura y la
lectura obligan al sujeto a evaluar y revisar permanentemente sus propios dominios
cognitivos y pone en crisis sus ideas.

La institución preescolar debe crear un ambiente propicio hacia la lectura y la


escritura, en el cual el niño tenga la oportunidad de estar en contacto permanente con todo
tipo de material escrito que tenga sentido para él, que sea funcional y donde se valorice de
manera constante la lengua escrita como medio para comunicarse con las personas que
están lejos, como una manera de evitar que se olviden las cosas y como una fuente de
información. Es revalorizar la función social de la lectura y la escritura en el desarrollo del
niño (Álvarez Vélez, 2004).

La lectura y la escritura son procesos complejos necesarios para acceder a los


saberes organizados que forman parte de una sociedad y una cultura. Leer y escribir son
básicamente actividades con las que se construye y amplía el conocimiento del mundo ya
que “la lectura y la escritura son procesos interpretativos a través de los cuales se construye
significado”. Construir significado quiere decir, el encuentro entre dos mundos disímiles
para formar nuevos mundos posibles; significa consensuar, acordar, interpretar y simbolizar
la realidad en la cual están inmersos los sujetos partícipes de la cultura y la sociedad. Por lo
tanto, el objetivo básico que se busca con la enseñanza del proceso de la lectoescritura en el
nivel preescolar, es favorecer y propiciar nuevos y más efectivos canales de comunicación
entre los niños y su entorno social y cultural (Álvarez Vélez, 2004).

Es un objetivo primordial incluir e introducir al niño desde la más tierna edad en su


cultura, con las particularidades de su lengua materna, en lo que refiere a la parte fonética y
gramatical. Busca a la vez dar unas herramientas de por vida que favorecen maneras
particulares de estructurar el mundo y el pensamiento. La comunicación es algo funcional y
específico donde se dan unos intercambios entre el Yo y el Nosotros de acuerdo con unos
parámetros dados por el medio y las condiciones establecidas en éste. Teniendo presente
que todo acto pedagógico se encuentra inmerso en contextos definidos por el medio social y
la cultural en la cual se desenvuelve el estudiante y de acuerdo con las relaciones que éste
establezca con ese entorno (Álvarez Vélez, 2004).

El lenguaje escrito lleva a la reflexión sobre la manera de percibir, producir y


analizar el pensamiento de forma organizada y sistemática, teniendo en cuenta las
capacidades intelectuales de registrar, planificar, corregir y construir elementos de
comunicación. Por lo tanto, la escritura y la lectura obligan al sujeto a evaluar y revisar
permanentemente sus propios dominios cognitivos y pone en crisis sus ideas. El
aprendizaje del lenguaje escrito debe ser el eje transversal del proceso educativo al
trabajarse de forma integrada en todas las áreas de enseñanza. Al aprender a leer y escribir,
el niño puede comprender lo que los otros escriben y a su vez expresar por escrito sus ideas
de forma coherente y lógica y recrear así su realidad (Álvarez Vélez, 2004).

Para ser lector, el niño debe recurrir cotidianamente a los textos para conocer
nuevos aspectos de la realidad, para entretenerse, para encontrar datos o instrucciones que
le permitan resolver problemas (Reyes, 2005). Debe participar frecuentemente en
situaciones típicas de intercambio entre lectores, como leer para otros en forma cada vez
más comunicativa, contar o explicar a otros lo que ha leído, confrontar sus opiniones de un
texto con otros lectores. Debe participar como lector en una gama suficientemente amplia
de situaciones de lectura, para adquirir y poner en práctica los conocimientos sobre
lenguaje escrito. También debe participar de momentos de lectura espontánea, donde el
niño desarrollé sus propias posibilidades y genere estrategias para resolver los problemas
que se le presenten. Además, debe elaborar interpretaciones propias del texto que está
leyendo y confrontarlas con las ideas de sus compañeros y profesor (Álvarez Vélez, 2004).

Para actuar como escritor, el niño debe participar en la escritura de variados y


múltiples textos, dirigidos a destinatarios diversos y en función de propósitos significativos
para ellos. Debe conocer los propósitos que se esperan cumplir a través de la producción de
cada texto y las situaciones comunicativas que estas conllevan. Debe emplear la escritura
como herramienta de organización y profundización del conocimiento. Además, debe
participar en actividades de escritura que trascienden el aula, como campañas instructivas,
artículos para revistas o el periódico escolar y correspondencia interescolar (Álvarez Vélez,
2004).

La mediación del docente para el logro de los objetivos propuestos es fundamental


en la medida que es el promotor de la práctica social del proceso lectoescritor, al actuar
como un ser dinámicamente lector y escritor y al ser un mediador entre el estudiante y los
problemas cognitivos que repercuten en la enseñanza de la lectoescritura. Cuando el
docente no tiene esta visión sociocultural del aprendizaje de la lengua escrita y sólo lo toma
como un aprendizaje de habilidades de decodificación o destrezas de desciframiento del
texto, se dan una serie de problemas que afectan el adecuado proceso de aprendizaje. Es
fundamental resaltar el valor de las hipótesis que hace el niño sobre el lenguaje escrito ya
que son la base para la conformación de las estructuras cognitivas y de aprendizaje.
Teniendo en cuenta todo lo antes enunciado se puede concluir que la enseñanza de la
lectura y la escritura debe realizarse en la edad preescolar, al llevar al niño a comprender
que las palabras tienen una representación gráfica y que la escritura de estas le va permitir
la perduración de sus ideas en el tiempo y en el espacio, el niño debe percibir la lectura y la
escritura como algo necesario para comunicar aspectos de la vida diaria tanto a nivel
personal como escolar (Álvarez Vélez, 2004).

Esta propuesta destaca y prioriza que el objetivo básico que se busca con la
enseñanza del proceso de la lectoescritura en el nivel preescolar, es favorecer y propiciar
nuevos y más efectivos canales de comunicación entre los niños y su entorno social y
cultural. En contraste, algunos autores han enfatizado en que el aprendizaje del lenguaje
escrito debe ser el eje transversal del proceso educativo al trabajarse de forma integrada en
todas las áreas de enseñanza. Al aprender a leer y escribir, el niño puede comprender lo que
los otros escriben y a su vez expresar por escrito sus ideas de forma coherente y lógica y
recrear así su realidad. En consecuencia, el niño debe recurrir cotidianamente a los textos
para conocer nuevos aspectos de la realidad, para entretenerse, para encontrar datos o
instrucciones que le permitan resolver problemas. Debe participar frecuentemente en
situaciones típicas de intercambio entre lectores, como leer para otros en forma cada vez
más comunicativa, contar o explicar a otros lo que ha leído, confrontar sus opiniones de un
texto con otros lectores. En contraste, algunos autores han enfatizado en que para actuar
como escritor, el niño debe participar en la escritura de variados y múltiples textos,
dirigidos a destinatarios diversos y en función de propósitos significativos para ellos. Debe
conocer los propósitos que se esperan cumplir a través de la producción de cada texto y las
situaciones comunicativas que estas conllevan. Además, debe emplear la escritura como
herramienta de organización y profundización del conocimiento.

En conclusión, la propuesta conceptual de lectura y escritura para preescolar


presentada se basa en la idea principal de que la institución preescolar debe crear un
ambiente propicio hacia la lectura y la escritura, en el cual el niño tenga la oportunidad de
estar en contacto permanente con todo tipo de material escrito que tenga sentido para él.
Además, se busca revalorizar la función social de la lectura y la escritura en el desarrollo
del niño. Para lograr estos objetivos, es fundamental que el docente tenga una visión
sociocultural del aprendizaje de la lengua escrita y actúe como un mediador entre el
estudiante y los problemas cognitivos que repercuten en la enseñanza de la lectoescritura.
Además, se destaca la importancia de la lectura y la escritura como procesos cognitivos que
llevan a la reflexión sobre la manera de percibir, producir y analizar el pensamiento de
forma organizada y sistemática. Por último, se enfatiza en las condiciones necesarias para
ser lector y actuar como escritor.
Bibliografía
Álvarez Vélez, A. L. (2004). Unidad 1. Factores que soportan el proceso lectoescrito. Guía
didáctica y módulo.

Cassany, D. (1999). Construir la escritura. Buenos Aires: Paidos.

Domínguez González, M. E. (2021). Un pájaro de aire. La formación de los. Revista de


Investigación Educativa de la REDIECH. doi:10.33010/ie_rie_rediech.v12i0.1384.

Ríos, E. (2021). INFANCIA Y PEDAGOGÍA: Retos académicos de la formación


profesional y disciplinar de agentes educativos para la primera infancia.
Universidad Católica de Oriente.
https://repositorio.uco.edu.co/jspui/bitstream/20.500.13064/1710/1/Infancia%20y
%20pedagog%c3%ada.pdf

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