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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA


MINISTERIO NACIONAL DE EDUCACION CRISTIANA
MINEC
INSTITUTO BÍBLICO ALFA Y OMEGA
IBAO

ENSAYO.

Docente: María De Lozada

Alumno: Winder Colmenares

12 de marzo de 2022
El presente ensayo tiene como propósito entender la importancia de la educación,
analizando la relación que debería tener el docente con el alumno y viceversa, utilizando
para ello como base fundamental, el pensamiento de uno de los mejores maestros, quien
tiene por nombre: Simón Rodríguez; de igual manera una experiencia personal que
contrasta el deber ser, de la mala docencia. Las implicaciones de una correcta educación,
partiendo desde el concepto educacional, los principios morales y la ética profesional.

La apertura de este ensayo tendrá lugar en una breve descripción de una experiencia
personal que muestra momentos importantes al inicio de la educación, para luego ser
observada y analizada desde el pensamiento Rodrigueano, antiguo precursor del buen
aprendizaje, las buenas costumbres y el buen orden familiar.

El colegio: Un recuerdo para toda la vida

“Desde muy niño, mi deseo era asistir a la escuela, pues, me habían inculcado en el
corazón el deseo de aprender, hacer algo que llamara mi atención, con el objeto de
superarme como persona y de esa manera insertarme en la sociedad. No siempre tuve el
ferviente deseo de estudiar, algunas veces la apatía sin darme cuenta inundaba mi mente,
pero mis padres al notar la decidía y la falta de compromiso, me abordaban con sabiduría,
alentándome con ejemplos claros, contándome su triste historia, en la que las malas
decisiones jugaron un papel decisivo y repercusivo en el futuro inmediato; pues dejaron de
estudiar por la falta de herramientas, oportunidades, interés y el mal trato por parte de los
docentes (…) Mi primaria estuvo marcada por dos tipos de maestras, la primera: Zobeida,
de quien no recuerdo más datos filiatorios, ella afirmaba que no tenía lo necesario para
avanzar en la educación, alegaba con voz en cuello a mi madre ¡El niño no sirve para
nada! Sin embargo, mi mamá cerro sus oídos al referido comentario y me alentaba
diciendo: ¡Tu si puedes hijo mío! Era como si el mismo Dios hablara a mi vida, con el
objeto de motivarme.

Ahora bien, estaba perdiendo la batalla y mis sueños de crecer en la educación se


estaban desplomando, ya que para ese entonces vivía constantemente en el área de
emergencias de los diferentes nosocomios del estado Miranda, puesto que, el asma era
parte de un proceso corto por el cual debía pasar, al mismo tiempo, el comentario
realizado por aquella facilitadora se había incubado en mi mente sin darme cuenta, y a
consecuencia de ello, tuve que repetir el segundo grado de primaria. Continue mis estudios
en otro colegio, apartado de la toxicidad de dicha profesora. La segunda: Lourdes
Correia, a quien recuerdo con amor, pues me enseño el valor del aprendizaje, grabo en mi
corazón que debía luchar por mis sueños, y me dio las herramientas necesarias para poder
seguir adelante, ya que venía arrastrando en mi mente la palabra “no puedes”.

Cierto día, estando en clases al ver mi poco desempeño, me indico que debía
mejorar la escritura y la lectura, sin eso no podía aprobar el grado por ende y debía
repetir, al principio fue devastador para mí, ese comentario termino de sepultar mi
espíritu, caí en un hueco profundo, no hablaba y la tristeza se denotaba en mi rostro, mis
padres al ver mi semblante comenzaron a preguntarme ¿cuál era el motivo de mi tristeza?
Pero yo no quería hablar, pasaron los días y seguía mudo, consternado, muy desorientado,
hasta que no pude más y las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro, lloraba
amargamente, me encontraba fracturado. Mis padres al saber lo que estaba pasando,
comenzaron a llorar conmigo, entendían mi deseo de progresar y que de alguna manera
deseaba seguir adelante en la empresa. Mi madre decidió hablar con Correia, pero antes
de eso, estaba reflexionando en el mueble, y de repente obtuve la solución, ¡era obvio! Ella
nunca me condeno, me había dado la solución, pero estaba pensando en las palabras de
Zobeida; claramente me había dicho “debes mejorar la lectura y la escritura” ¿Cuántas
veces hemos perdido el tiempo pensando en comentarios despectivos que no tienen
provecho? De ahí que, le pedí a mis progenitores que me compraran un cuaderno de
caligrafía tipo palmer y comencé a leer varios libros. Cuando mi maestra supo lo
sucedido, lloro y oro conmigo, aunque en ese entonces no éramos cristianos, creíamos
mucho en Dios, y su consejo de lucha quedo grabado en mi corazón. Al cabo de dos
semanas había mejorado mucho haciéndose público y notorio mi progreso.”
Visto de esta forma, logramos destacar el comportamiento del alumno hacia el
docente y viceversa, si bien es cierto que la enseñanza es un arte y debe ser suministrada
por docentes llenos del ánimo voluntario, también debe haber alumnos deseosos por
adquirir los conocimientos impartidos, aun cuando haya docentes que maltraten a los
estudiantes, teniendo siempre presente que, desertar implica tirar por la borda los sueños y
anhelos del corazón. Por otra parte, aunque no es explicito, pero si implícito, los padres
juegan un papel importante dentro de la vida del educando, pues las palabras de aliento y la
constante supervisión son indispensables durante los primeros años de formación, esto con
el fin de forjar bases sólidas que les permitan avanzar con el pasar de los años, ya que habrá
docentes en la escala superior con posturas mucho más rigurosas y menos convencionales.

Llama la atención, que en el presente análisis se situé al maestro Rodríguez, como


pilar fundamental de la enseñanza ilustrada, pues a los ojos de algunas personas el
prenombrado maestro, quedo en el pasado, alegando que la enseñanza ha tomado nuevos
caminos, olvidando los grandes aportes realizados por este insigne en la instrucción del
aprendizaje; tampoco podemos dejar de lado que fue parte de la formación del Libertador
Simón Bolívar, un célebre nacional que posiblemente pudo recopilar todo lo aprendido de
sus tutores y ponerlos por obra.

Retomando la experiencia personal, si no fuera por el gran apoyo familiar, ¿qué


hubiese pasado al inocente niño? Luego del despectivo comentario, lo más seguro hoy día
estuviera alejado del aprendizaje y enredado en el actual sistema por el cual transita la gran
mayoría de los jóvenes que no tienen interés por los libros y las buenas costumbres. La
deformadora a través del supra mencionado comentario irrespetaba el verdadero sentido de
la enseñanza, los valores, la ética profesional, solo por no pensar en la forma de hacer
progresar al estudiante; a diferencia del pensamiento del Maestro Simón Rodríguez: “El
maestro de niños debe ser sabio, ilustrado, filósofo y comunicativo, porque su oficio es
formar hombres para la sociedad.” Cuanta vocación de servicio expresa esta fraseología,
tal vez algunos educadores tuvieron una mala impresión en su formación y sin querer
adoptaron el modelo malvado de una docencia carente de amor, sabiduría e integración; es
extraño pensar que un docente no considere estrategias para fomentar el aprendizaje de los
estudiantes, pues la posición única y permanente del alumno hacia el profesor siempre será
aprender.

Para reforzar lo antes expuesto, es necesario traer a memoria el siguiente


pensamiento del maestro en mención: “El título de maestro no debe darse sino al que sabe
enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda aprender o indica lo que se
ha de aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El maestro que sabe dar las primeras
instrucciones, sigue enseñando virtualmente todo lo que se aprende después, porque
enseñó a aprender”. Muchos obtienen el titulo universitario a la docencia, sin embargo,
pocos realmente pueden decir con firmeza “Soy Maestro”, estas palabras deberían salir de
la convicción y la verdadera vocación. No es de extrañar que el lector del presente ensayo
pueda pensar en algunos maestros que impactaron su vida, algunos para bien y otros para
mal; pues no cabe duda de que siempre habrá formadores y deformadores.

Finalmente podemos llegar a la conclusión de que el maestro y el alumno deben


tener una estrecha relación, basada en el respeto y amor, con el fin de desarrollar la
capacidad intelectual, moral y efectiva del educando de acuerdo con la cultura y las normas
de convivencia de la sociedad a la que pertenece, con el objeto de transmitir todos los
conocimientos necesarios. La supervisión de los padres debe ser constante, se debe conocer
las inseguridades que presenta el representado, conversarlas con el docente, convertir las
debilidades en fortalezas, a su vez motivar el aprendizaje desde la experiencia, incentivar la
autocorrección y el control de la propia tarea, con la finalidad de fortalecer el carácter del
futuro universitario y este pueda establecer con astucia, una buena comunicación con sus
tutores, aun cuando los mismos aparenten ser enemigos públicos del estudiantado.

"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el
mundo”.- Nelson Mandela.
BIBLIOGRAFÍA

 “Política y Educación” Disponible: https://politicayeducacion.com/simon-


rodriguez/#:~:text=La%20obra%20educativa%20de%20Sim%C3%B3n,asumir
%20la%20nueva%20condici%C3%B3n%20republicana. [consulta: 2022, febrero
13].
 “Muy Interesante” Disponible:
https://www.muyinteresante.es/cultura/arte-cultura/articulo/ocho-frases-sobre-
educacion. [consulta: 2022, febrero 13].

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