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REALES
1. OCUPACIÓN: Concepto y requisitos de la ocupación.
La ocupación es un modo originario de adquirir el dominio de las cosas muebles
que a nadie pertenecen (res nullius o res derelictae), mediante su aprehensión
material con el ánimo de adquirirlas y siempre que la ley permita su apropiación.
REQUISITOS:
Dentro de este requisito hay que distinguir, dos elementos: la aprehensión material
y el ánimo de adquirir el dominio. El primero de estos elementos es material, real o
de hecho; el segundo, es un elemento intencional. Ninguno de estos elementos
puede faltar en la ocupación porque todo modo de adquirir es un hecho y es
necesaria la voluntad como elemento intencional. (Alessandri, Arturo. Somarriva,
Manuel)
Si se admite que los bienes baldíos no son res nullius no cosas abandonadas por
su dueño, sino bienes inmuebles de propiedad de la nación, no pueden adquirirse
por ocupación ya que este modo exige que el bien no tenga dueño o no lo haya
tenido nunca. Así las cosas, la ocupación sería un modo de adquirir reservado
para los bienes muebles ya que las tierras carentes de propietario pertenecen a la
nación, según lo afirma el Código Civil en el artículo 675. Como se ve, esta norma
se refiere únicamente a las tierras, sin incluir para nada otro tipo de inmuebles
tales como los denominados por destinación. Las minas y las aguas, al ser bienes
de uso público, pertenecen a la nación y tampoco pueden adquirirse por
ocupación.
El artículo 706 del Código Civil presenta para el estudio de la ocupación una
nueva clasificación de los bienes pero exclusivamente considerados como objeto
del modo de adquirir de que se está tratando. Dicha disposición expresa, en
efecto, que hay bienes vacantes y bienes mostrencos, y pasa a definirlos así:
Vacantes son los inmuebles “que se encuentran dentro del territorio respectivo a
cargo de la nación, sin dueño aparente o conocido”. Mostrencos son los muebles
“que se hallen en el mismo caso” anterior.
Los bienes baldíos por pertenecer al estado no pueden adquirirse por los
particulares por la sola ocupación como modo de adquirir (arts. 1º de la ley 47 de
1926 y 1º y 9 de la ley 34 de 1936); su ocupación exige condiciones especiales y
produce peculiares efectos (art. 7 de la ley 98 de 1928); tienen una destinación
especial señalada en las leyes respectivas, y por ellos el Estado no puede
adjudicarlos libremente sino solo en los casos y para los fines previstos y una vez
que se haya surtido el trámite correspondiente (arts. 46 y 69 del C.F., 2º de la ley
47 de 1926 y 1º del decreto 297 de 1935), e inclusive hay algunos que ni siquiera
son adjudicables (art. 49 del C.F).
La Fauna Silvestre: Según el artículo 229 del Decreto 2811 de 1974 (además del
decreto nacional 1608 de 1978 que regula en materia de Fauna Silvestre el código
de Recursos Naturales) “se entiende el conjunto de animales que no han sido
objeto de domesticación, mejoramiento genético o cría y levante regular o que han
regresado a su estado salvaje excluidos los peces y todas las demás especies que
tienen su ciclo total de vida dentro del medio acuático”
Respecto al artículo 687 del Código los conceptos aportados por el Código de
Recursos Naturales no constituyen una gran diferencia; la expresión salvaje o
bravío utilizado por el Código Civil es equivalente a la de “fauna silvestre” utilizada
por el código de Recursos Naturales. Las expresiones de animal domesticado y
doméstico son perfectamente aplicables en el derecho actual, conforme a las
definiciones del código civil.
Se pueden cazar los animales silvestres y los domesticados que han regresado a
su estado de salvajes o bravíos. No se puede los animales domésticos o la fauna
silvestre que no han regresado a su estado salvaje, ni los animales silvestres que
se encuentren en corrales, pajareras, etc. O escapados, perseguidos por sus
dueños. Además la fauna silvestre que se encuentra en zoocriaderos o en cotos
de caza de propiedad particular no puede adquirirse mediante la caza.
De acuerdo al artículo 252 del decreto 2811 de 1974 las clases de caza pueden
ser de subsistencia ( sin ánimo de lucro, pretende proveer alimento a quien la
ejecuta y no necesita permiso de la autoridad), comercial (tiene fin económico)
deportiva (tiene fin recreativo), científica (con fines de investigación o estudios),
de control (con el fin de regular la población de una especie), de fomento (para
establecer zoocriaderos y cotos de caza)
La ocupación de las cosas inanimadas: El código 699 dice que la invención
hallazgo es una especie de ocupación por la cual, el que se encuentra una cosa
inanimada, que no pertenece a nadie, adquiere su dominio apoderándose de ella.
De acuerdo a Velásquez Jaramillo la cosa tiene que ser corporal, mueble e
inanimada, ya que si es animada se rige por los preceptos de la caza y la pesca.
Además la cosa debe ser res nullius es decir que no corresponda a nadie y
también recae sobre cosas denominadas por el derecho romano como res
dereclitae, es decir cosas abandonadas por su dueños de las cuales no exista
signos de dominio.
Respecto a las cosas perdidas: Los artículos 704 y 705 del código civil establecen
que estas son cosas corporales que salen del patrimonio de una persona ya sea
porque se perdieron o fueron olvidadas por su dueño, además estas presentan
señales de dominio anterior.
En los demás casos o cuando sean una misma persona el dueño del terreno y el
descubridor, pertenecerá todo el tesoro al dueño del terreno.
El artículo 702: Al dueño de una heredad o de un edificio podrá pedir cualquiera
persona el permiso de cavar en el suelo para sacar dinero o alhajas que asegurare
pertenecerle y estar escondidos en él; y si señalare el paraje en que están
escondidos y diere competente seguridad de que probará su derecho sobre ellos,
y de que abonará todo perjuicio al dueño de la heredad o edificio, no podrá este
negar el permiso, ni oponerse a la extracción de dichos dineros o alhajas., y
artículo 703: No probándose el derecho sobre dichos dineros o alhajas, serán
considerados o como bienes perdidos, o como tesoro encontrado en suelo ajeno,
según los antecedentes y señales. En este segundo caso, deducidos los costos,
se dividirá el tesoro por partes iguales entre el denunciador y el dueño del suelo;
pero no podrá este pedir indemnización de perjuicios, a menos de renunciar su
porción.
Las especies naufragas: De acuerdo a los artículos 710 y 711 “son bienes
muebles que se encuentran en el mar y en los caudales navegables como
consecuencia de un naufragio” (Velásquez Jaramillo), quien encuentre una de
estas especies debe buscar a su dueño si es conocido, sino debe avisar a la
autoridad competente del lugar dentro de los 30 días siguientes al hallazgo. Como
gratificación al descubierto la autoridad competente del lugar deberá fijarla sin que
sea mayo a la mitad del valor de la cosa hallada. En caso de que el dueño ofrezca
también una gratificación, quien encuentre la especie escogerá con cual de las
dos se queda. De acuerdo con el artículo 710 sino aparecen los interesados
dentro de los 30 días siguientes al naufragio se procederá a declarar mostrencas
las especies salvadas previo el juicio correspondiente.
En la ocupación se puede apropiar algo siempre y cuando este esté “dentro del
comercio, es decir cosas que por naturaleza puedan ser objeto de propiedad
privada”(Jaramillo Velásquez). Los bienes baldíos corresponden al terreno urbano o
rural sin edificar o cultivar que forman parte de los bienes del Estado porque se
encuentran dentro de los límites territoriales y carecen de otro dueño. Estos bienes
son imprescriptibles, es decir que no son susceptibles de adquirirse en proceso de
pertenencia por prescripción adquisitiva de dominio, pero sí están destinados “a ser
adjudicados en propiedad a quienes los ocupen y exploten económicamente. Estos se
adquieren mediante la ocupación y posterior adjudicación, y los requisitos son: 1)
haber ocupado el terreno por espacio no inferior a cinco (5) años, 2) haberlo explotado
económicamente por un término igual al anterior, 3) que la explotación que se ha
adelantado en dichos predios corresponda a la aptitud del suelo, establecida por el
INCORA en la inspección ocular, y 4) que el solicitante no sea propietario o poseedor
a cualquier título de otros predios rurales en el territorio nacional. Estos se pueden ser
adjudicados a toda “persona natural, empresas comunitarias y cooperativas
campesinas (art. 65); a las entidades de derecho público, para la construcción de
obras de infraestructura destinadas a la instalación o dotación de servicios públicos, o
cuyas actividades hayan sido declaradas por la ley como de utilidad pública o de
interés social, con la condición de que si no se cumple esta finalidad, los predios
revertirán al dominio de la Nación; y a las fundaciones o asociaciones sin ánimo de
lucro que presten un servicio público, o tengan funciones de beneficio social por
autorización de la ley (art. 69)” (Secretaría General de Senado de la República, sent.
C-595 de 1995, magistrado ponente Carlos Gaviria Díaz)
Por otro lado están los bienes vacantes; los bienes inmuebles que se encuentran
dentro del territorio respectivo a cargo de la Nación, sin dueño aparente o conocido.
Sobre estos se ejerció la propiedad privada, por tanto aparecen en el momento sin
dueño aparente o conocido. Estos pertenecen en su totalidad al Fondo Nacional
Agrario .Bienes mostrencos son bienes muebles que han tenido dueño particular, pero
han sido abandonados material y jurídicamente y no se sabe quién es su dueño
aparente (artículo 16 de la ley 160 de 1994). Los bienes mostrencos existentes en el
territorio nacional pertenecen al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ley 75 de
1968, art. 66). Concluyendo lo anterior: Si un bien inmueble presenta señales de
dominio anterior pero su dueño actual no es conocido, tiene carácter de mostrenco y
su propiedad pertenece al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ley 75 de 1968,
art. 66. y C.C., art. 706). Por tal razón no pueden adquirirse por ocupación.
(Velásquez Jaramillo)
5. Título en la ocupación