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SAN PEDRO CRISÓLOGO

OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA


30 DE JULIO
Su nacimiento fue en Imola, la fecha exacta no se ha determinado, pero se sabe que
fue entre el año 380 y el 406. La vida de Pedro, arzobispo de Rávena, llamado
«Crisólogo» (es decir: de palabra áurea, de excelente predicación) desde el siglo IX, es
mal conocida. Bajo el pontificado de Sixto lll, entre 432 y 440, fue nombrado obispo de
Revena.
Al principio no fue tan bien recibido por el pueblo, esto debido al clero de su diócesis.
Sin embargo, la situación iba cambiando a medida que el tiempo pasaba, puesto que,
Pedro comenzó a dar un ejemplo de vida recta, una doctrina muy sana y también
mostraba una gran fidelidad hacia la iglesia y el papa.
Rápidamente conocido del mundo católico por sus virtudes, su ciencia y su elocuencia,
fue consultado por el heresiarca Eutiques cuando sus primeras disputas con el
arzobispo de Constantinopla (449). Su respuesta, conservada en la colección de las
cartas de San León, está enla línea de política de este gran Papa, puesto que declara
que el juicio definitivo, tanto en materia doctrinal como disciplinaria, le corresponde al
Romano Pontífice, porque “en su persona es siempre el Apóstol Pedro quien sobrevive
y preside para ofrecer la Verdad de la Fe a cuantos la busquen”.
Fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó siempre una
gran veneración. El Obispo Cornelio convenció a San Pedro de que en el dominio de
las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la verdadera grandeza, y
que este es un medio seguro para conseguir las bendiciones de Dios.
Pedro Crisólogo representa la actitud pastoral del episcopado de la Iglesia imperial de
su tiempo. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y cuidadosamente
redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue nombrado Doctor de la
Iglesia, por el Papa Benedicto XIII.
Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la
Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas.
Murió el 30 de julio del año 451.
Su sermonario clásico consta de 176 piezas, de las cuales hay que rechazar ocho como
no auténticas (las números 53, 107. 119, 129, 135, 138, 149 y 159); en cambio, a la
colección de los sermones genuinos hay que añadir otros catorce, editados en lugares
muy distintos. La mayor parte de estos discursos sagrados son homilías sobre
determinadas perícopas evangélicas. Seis sermones comentan otros tantos salmos
(son los únicos textos del Antiguo Testamento a los que nuestro predicador ha dedicado
expresamente unos comentarios). Doce explican varios pasajes de las epístolas de San
Pablo. Siete son explanaciones del símbolo de la fe y seis de la oración dominical;
están dirigidos, por consiguiente, a los catecúmenos. Hay, además, algunas series de
sermones heortásticos, parte homiléticos, parte no, mezclados con exhortaciones al
ayuno, panegíricos de santos y otros discursos circunstanciales, principalmente los
pronunciados con motivo de consagraciones episcopales.
San Pedro Crisólogo predicó entre los concilios de Éfeso y de Calcedonia. Por eso es
natural que sus discursos estén saturados de las preocupaciones cristológicas de la
época. En las exhortaciones se refleja, ante todo, la preocupación pastoral del obispo
de Ravena. En este sentido sus palabras son realmente el espejo de su santidad. Si
algún epíteto hubiese que darse a este orador, el más apropiado sería el de “Doctor del
amor paternal de Dios”. Es característica, por ejemplo, la afición que manifiesta por la
idea, que continuamente está repitiendo, de que Dios prefiere ser amado que temido.
• En el siglo IX, se escribió una biografía de San Pedro que da muy pocos datos
sobre él. Alban Butler llenó esa laguna con citas de los sermones del santo. Se
conservan 176 homilías de estilo popular y muy expresivas. Son todas muy cortas, pues
temía fatigar a sus oyentes. Explican el Evangelio, el Credo, el Padre Nuestro y citas de
santos para imitación y exaltación de las virtudes del verdadero cristiano. En una
homilía define al avaro como "esclavo del dinero", mientras que para el misericordioso
el dinero es "siervo".
Sus sermones, al lector moderno, no le parecerán modelos de elocuencia. Pero la
vehemencia y la emoción con que predicaba a veces le impedían seguir hablando.
Aunque el estilo oratorio de San Pedro no sea perfecto si es, según Butler "exacto,
sencillo y natural". Una vez más se demuestra que la capacidad persuasiva de los
santos no depende de elocuencia natural sino en la fuerza del Espíritu Santo que toca,
por medio de ellos, a los corazones.
San Pablo: "Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi
predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que
fueron una demostración del Espíritu y del poder para que vuestra fe se fundase, no en
sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios." (I Corintios 2:3-5)
San Pedro predicó en favor de la comunión frecuente y exhortó a los cristianos a
convertir la Eucaristía en su alimento cotidiano. Sus sermones le valieron el apelativo
"crisólogo" (hombres de palabras de oro").

EL VALOR DE LA VERDAD
El santo predicó y exhortó con elocuencia y coherencia. Defendió verdades de la Fe y
unos de los rasgos más sobresalientes es su sujeción al Papa.
Actualmente es más importante ser políticamente correcto que amonestar, exhortar y
prevenir o alertar al pueblo de Dios sobre los terribles peligros del pecado. Ya casi no
se habla de pecado en las homilías, catequesis, formaciones, cursos bíblicos, etc.,
¿quién se atreve a asegurar que la raíz de todos los males de la actualidad es el
pecado mortal? Y esa es la verdad. ¿Quién habla del valor eterno e inconmensurable
del sacrificio de la Cruz? ¿Quién anuncia el Kérygma?
¿Dónde se anuncia que la Fe viene por la estulticia de la predicación? ¿Quién se atreve
a amonestar/corregir/animar a cargar la cruz?
¿Dónde se anuncia la única y eterna verdad: el amor de Dios en la dimensión de la
Cruz? Ya parecen sólo palabras huecas, porque hace falta experimentar ese amor. No
es el amor natural, sino aquel en el cual se estrella y desaparece el mal; es decir Cristo
en la Cruz.

EL CULTO A LA IGNORANCIA
Igual que San Pedro Crisólogo se manifestó en contra de las herejías de su tiempo,
defendiendo las verdades de la Fe, los católicos de hoy estamos invitados a no callar
ante las mentiras aceptadas, legalizadas, socialmente aceptadas e impuestas de la
actualidad.
Hoy más que nunca urgen los cristianos informados, bien formados y santos. El apego
a la tradición de la Iglesia, escrutar las Sagradas Escrituras, estudiar el catecismo de la
Santa Iglesia Católica, vivir la Fe en comunidad, asiduidad a los sacramentos, la vida de
oración, valernos de los sacramentales, y muchas otras armas son necesarias para no
caer de rodillas ante los ídolos de este mundo, pues seremos capaces entonces de ver
y juzgar los acontecimientos con una perspectiva escatológica, sin la cual, cualquiera
caería rápidamente en el cansancio, la falta de Fe y la pérdida de la Esperanza.
El pecado mortal es la raíz de todos los males. Pero hoy da vergüenza decir eso. Hoy
hablar o escribir de pecado es anticuado, está pasado de moda. Alguien se podría
molestar. Pero cuando no aceptamos que existe el pecado, el cielo, el infierno y que la
muerte llega pronto, entonces hacemos a Cristo mentiroso e innecesario.

LO PELIGROSO DE HABLAR CON LA VERDAD


Burlas, ridiculización, desprestigio, rechazo, insultos, golpes, muerte.
La suerte del cristiano es la misma suerte de Cristo.
Cristo es la única verdad eterna: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Decir lo que él dice y actuar como Él, conduce al mismo desenlace.
¡Ánimo! El premio es la Resurrección.
“La verdad os hará libres”. Pablo escribió algunas de sus cartas estando en prisión.
Muchos santos y personas de bien experimentan la soledad pues han sido separados,
desterrados, despreciados por hablar con la verdad, por defender la Verdad.

LAS RIQUEZAS CONTRAIDAS GRACIAS A LA MENTIRA


Muchísimas. Todos los premios de este mundo: placer, poder, tener.
Pero no se puede ignorar el hecho que la muerte es la paga del pecado.
ACTUALIZACIÓN DE CRISÓLOGO
Hoy se atacan muchísimas verdades de Fe: la autoridad del Papa, la existencia del
pecado, los dogmas marianos, la real presencia de Cristo en la Eucaristía, las
postrimerías y más.
Hoy San Pedro Crisólogo sería elocuente, profundo y contundente al defender el
depósito de la Fe; hoy igual que ayer, porque así como Cristo que es la cabeza de la
Iglesia no cambia, así tampoco su esposa, la Iglesia; que aún en medio de
tribulaciones, errores, infiltraciones y debilidades ha sido siempre guiada por el Espíritu
Santo, y se mantendrá firme hasta el regreso del Amado en su segunda venida. La
novia ya purificada y vestida para entrar en las Bodas del Cordero.

ORACIÓN: Señor Dios, que hiciste de tu obispo san Pedro Crisólogo un insigne
predicador de la Palabra encarnada, concédenos, por su intercesión, guardar y meditar
en nuestros corazones los misterios de la salvación y vivirlos en la práctica con
fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

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