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8. LA VID Y SUS RAMAS

Quizás convenga, en este punto, precisar las principales diferencias que existen
entre católicos y protestantes, pues su desconocimiento es una de las más grandes
dificultades que hoy salen al camino de una sana evangelización latinoamericana. Nunca
será redundante remarcar los límites; ello asegurará buena vecindad y mutuo respeto.
Los esfuerzos del ateísmo por negar a Jesucristo, han sido pulverizados por la
investigación imparcial. Historiadores como Suetonio, Plinio el Joven, Tácito y Flavio
Josefo, han dejado páginas en las cuales afirman que el Jesús real nació y vivió en
Palestina, al principio de la era que lleva su nombre. Siendo el Mesías profetizado por el
Antiguo Testamento, predicó su doctrina, operó milagros, murió en la cruz, fue sepultado,
resucitó y ascendió al cielo. Sus enunciados dieron origen a la Iglesia (asamblea, en
griego). Lucas, un médico de Antioquia, en su tratado Hechos de los Apóstoles relata
cómo, el día de Pentecostés, ciento veinte discípulos experimentaron el advenimiento del
Espíritu Santo y, después de un sermón de tres minutos, pronunciado por Pedro, se
añadieron tres mil personas.

EXPANSION

Rápidamente la novedad espiritual afectó a los bloques palestinense, greco-


oriental y latino-occidental del Imperio Romano y, posteriormente, las regiones
norafricana y cirenaica. El principal promotor del cristianismo fue Saulo de Tarso, judío
griego de ciudadanía romana y sólida posición intelectual, económica, religiosa y política
dentro del fariseísmo. Tras ajusticiar a muchos cristianos, tuvo la revelación de Cristo en
el camino a Damasco; pasó de perseguidor a perseguido y se convirtió, prácticamente,
en fundador de la Civilización Cristiana Occidental.
Tal es San Pablo, blanco favorito de los enemigos del cristianismo. Nietzsche lo
llamó ‘morboso chiflado’, y Rosenberg, ‘perverso rabino’. El es la máquina procesadora
de los principios predicados por Jesús, quien, siendo Dios, decía: Yo Soy, Yo digo. Pablo
debía decir: Yo creo, y aclarar qué, por qué y para qué. El gobierno del cristianismo,
diseñado por él, se basa en que las iglesias son locales, y la doctrina, universal. No
existe una cultura cristiana, sino una doctrina cristiana para todas las culturas.
En cada sitio había un pastor, asesorado por un presbiterio. Un sobreveedor
geográfico (episkopos en griego) mantenía en comunión a los pastores de su provincia.
Los obispos se reunían en concilios y tomaban decisiones por consenso, pero ninguno de
ellos ejercía autoridad universal sobre las iglesias. En el cruce de los siglos II y III,
nuevos cristianos de extracción pagana se apartaron de la Biblia al dar crédito a
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tradiciones orales, como las que, ya en el siglo XX, Enrique Sienkiewicsz recogió en su
novela ¿Quo Vadis?.

EL PAPADO

Los escritos apostólicos dejan en claro que Pedro y Pablo se encontraron en


varios lugares, pero no en Roma. El primer concilio fue presidido por Jacobo, no por
Pedro. El propio apóstol refuta la versión de que él fuera instituido como cabeza de la
Iglesia, diciendo:
Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual
1 Pedro 2:5.

Cada cristiano es, pues, un Pedro para edificar la Iglesia. La supremacía del
obispo de Roma fue impugnada por la patrística. Juan Crisóstomo, Ambrosio, Olegario,
Jerónimo y Agustín, no entendieron que la Iglesia estaba formada sobre la persona de
Pedro (super petrum), sino sobre la roca (super petram), es decir, sobre la confesión de
fe del pescador. Ello concuerda con la Carta a los Efesios:
Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo
Jesús mismo la piedra angular.
Efesios 2:20.

El único documento pertinente (Epístola a los Romanos) lleva la firma de Pablo, no


la de Pedro. En ella, el autor saluda a veintisiete líderes metropolitanos, pero no a Pedro,
lo cual sería ilógico si éste fuera el pastor local. A propósito, Paul Johnson –quien se
declaró católico recientemente- hizo esta palmaria afirmación:
Pedro fue una piedra muy insegura sobre la cual fundar una iglesia. No ejerció las
atribuciones de la jefatura, y parece que permitió que le desposeyeran Santiago y
otros miembros de la familia de Jesús, que no habían intervenido en la misión
original. (1)

El emperador Constantino (siglo III), cuya madre Elena era cristiana, decretó un
edicto de tolerancia, siendo un convencido tal vez no convertido, y transformó el obispado
romano en un brazo espiritual de su imperio político. Bajo su gobierno se operó una
simbiosis entre la mitología decadente y el cristianismo floreciente.
El politeísmo fue suplantado por el santoral, y usos del culto pagano (ornamentos,
utensilios, rituales, festividades, etc.) fueron transculturizados a la Iglesia Latina. Los
obispos del imperio enajenaron su autoridad espiritual a la temporal de Constantino,
cuando éste reunió el Concilio de Nicea, que lo autorizó a perseguir a quienes no se
sometieran a los nuevos dictámenes. A lo largo del siglo IV se consolida la idea
monárquica de que el obispo de Roma era representante único de Cristo en la tierra, y la
tradición alcanza tanta fuerza como la Escritura, aun cuando en muchos casos otorga
crédito a leyendas de la religiosidad popular, especialmente sobre la madre de Jesús.
En 1054, esta iglesia se dividió, pues el patriarca de Oriente, Miguel Cerulario,
escindió el ala bizantina, como protesta al movimiento eclesiástico-cluniacense, que dio
(1)
JOHNSON PAUL. La Historia del Cristianismo
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paso a la Iglesia-Estado.
Durante la Edad Oscura, la lucha por el poder llegó a tal grado que en cinco
ocasiones hubo tres y más Papas al tiempo, y el pontífice Clemente trasladó la Santa
Sede a la ciudad francesa de Avignon. Hubo brotes de inconformidad, como el de
Francisco de Asís, que consistió en una pacífica reacción contra los lujos y el ritualismo
de Roma. Tal estado de cosas fue el abono para la Reforma Protestante, fruto colectivo
de doctores de la misma Roma que abogaron por un regreso a las doctrinas y prácticas
de la iglesia primitiva, con base en tres puntos: Sola Gracia, sola Fe y sola Escritura.

CATÓLICOS & PROTESTANTES

La gran diferencia entre católicos y protestantes consiste en el valor que le dan a


la Biblia como Palabra de Dios, pese a que –descontados los libros apócrifos- la Biblia
protestante y la católica dicen lo mismo. Además del conflicto por la autoridad papal,
para los evangélicos el único abogado entre Dios y los hombres es Jesucristo, sin
ninguna intermediación de María ni de los santos. Si algún hombre o mujer pudiera ser
mediador entre el hombre y Dios, no habría sido necesario que Dios mismo se hiciera
hombre.
Los protestantes no practican el culto a imágenes, lugares ni reliquias, condenado
expresamente por la Biblia como idolátrico. Jesús advirtió a la mujer samaritana:
Dios es Espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
Juan 4:24.

Los pecados deben confesarse a Dios, y no a los hombres. Jesús y los apóstoles
nunca practicaron confesiones auriculares, sino enseñaron a hacerlas directamente al
Señor. En algunas denominaciones, por petición expresa de una persona, ésta puede
ser oída por un ministro ordenado; en otras –casi todas- existe una oficina de consejería
en la cual, inevitablemente, la gente habla de sus pecados para buscar orientación y
sanidad interior. En este caso, el secreto es algo sagrado para el consejero. Juan
Crisóstomo dice al respecto:
Exhorto, ruego y pido que confieses a Dios con frecuencia. No te aconsejo que
reveles a los hombres tus pecados, pero derrama tu conciencia en la presencia de
Dios. (1)

Hay dos sacramentos u ordenanzas reconocidos universalmente por los


evangélicos: el Bautismo y la Santa Cena, únicos establecidos por Jesucristo. En cuanto
a la transubstanciación, creencia según la cual, el pan se convierte en el Cuerpo y el vino
en la Sangre de Jesús, hay también radical diferencia. La enseñanza bíblica demuestra
que el pan y el vino son signos por medio de los cuales el creyente tiene una comunión
vivencial con Cristo, la cual no se realiza para que el Señor venga, sino hasta que lo
haga.
Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte
del Señor hasta que él venga.
1 Corintios 11:26.
(1)
CRISOSTOMO Juan. La incomprensible naturaleza de Dios, Homilía V.
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Jesús dijo: Esto es mi Cuerpo, y entregó el pan; esto es mi Sangre, y entregó el


vino. ¿Dónde estaban su Cuerpo y su Sangre cuando El hizo esta operación? Los
católicos defienden que cada vez que celebran misa, Cristo es sacrificado nuevamente,
aunque en forma incruenta. Los protestantes creen, por el consumatum est que el
sacrificio del Señor fue uno solo para siempre, y que la Cena es un memorial: ‘Haced
esto en memoria de mí’.

JUSTIFICACIÓN

Los católicos sostienen que las buenas obras contribuyen a la salvación; los
evangélicos predican la justificación por la fe, según la cual, ningún esfuerzo del hombre
es válido para salvarse, ya que el sacrificio de Cristo en la cruz es suficiente para que
todo el que cree en El tenga la vida eterna. San Pablo dice en todos los tonos que si es
por gracia, no es por obras; pues, si fuera por obras, ya no sería por gracia. Las obras
testifican de la fe, pero no tienen valor alguno para obtener el perdón de pecados. La
Epístola de Santiago se refiere a las obras, no para decir que ellas salvan sino para
marcar la diferencia entre fe verdadera y fe falsa, o entre fe y no fe. La fe se muestra por
las obras, pero éstas sólo reflejan, en la conducta del creyente, su fe salvadora. Hago
buenas obras porque soy salvo, no para poder ser salvo. Como Lutero lo dijo bien:
La sola fe salva,
Pero no la fe sola.

Los evangélicos aman, honran y señalan como ejemplo a la bienaventurada virgen


María, pero no la consideran madre de Dios, sino de la naturaleza humana de Jesucristo,
puesto que su naturaleza divina no puede tener madre. Si Dios tuviera madre, tendría
origen, y si tuviera origen, dejaría de ser Dios. Obviamente María es una criatura del
Verbo. Como lo demostró el reverendo Viesturs Pavasars(1), el Concilio de Efeso otorgó
a María el título ‘madre de Dios’, pero no pretendía establecer un culto mariano, sino
corregir la herejía de Nestorio. Deplorablemente, ese título fue utilizado con posterioridad
para crear la mariolatría que hoy subsiste.
De otra parte, creencias como el purgatorio y el limbo pertenecen a la mitología y
se oponen al mensaje bíblico. Cristo logró de manera absoluta nuestra justificación,
haciendo innecesarios purgatorio, obras meritorias y penitenciales, indulgencias, y
cualquier otro medio de expiación.
Los católicos afirman que los protestantes sacaron de la Biblia algunos libros, pero
la verdad histórica dice lo contrario: los católicos introdujeron a la Biblia libros que no
pertenecen a ella. Cualquier rabino judío puede informar que los apócrifos y
seudoepígrafes, por ejemplo: I Esdras, el llamado Sabiduría de Salomón, la Sabiduría de
Ben Sira o Eclesiástico, Judit, Tobías, Baruc, II Daniel y los Macabeos, son todos
rechazados por los judíos como impuros o peligrosos. La Biblia hebrea, que es el
Antiguo Testamento de los cristianos, no contiene tales libros.
Los católicos son más ritualistas; los evangélicos, más pragmáticos. Para éstos, la
relación con Dios es personal, en un íntimo tú a tú, por lo cual valoran la conciencia por
(1)
PAVASARS Viesturs. ¿Quién es la Virgen María? Edit. Coextensión, 1999.
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sobre la moral. El católico tiende a considerar a su iglesia como una religión; el


evangélico, a hacer de su fe una manera de ser y de vivir.

SALVACIÓN

El Catolicismo dogmatiza que fuera de él no hay salvación, aunque este aserto ha


bajado de volumen en los últimos años. Los evangélicos creen que ninguna iglesia –ni
siquiera la suya- es capaz de salvar, sino sólo la Persona de Jesucristo, quien dijo
Yo soy el camino, la verdad y la vida, -le contestó Jesús. Nadie llega al Padre sino
por mí.
Juan 14:6.

Para los Católicos, el Papa es el Vicario de Cristo en la tierra; para los evangélicos,
tal Vicario es el Espíritu Santo en el corazón de cada uno de los creyentes, como la Biblia
lo afirma
¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en
ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios
dueños.
1 Corintios 6:19.

Las denominaciones que forman la Iglesia Cristiana Evangélica, por diferencias


periféricas, pueden seleccionarse así: Pueribautistas y bautistas, litúrgicas y no litúrgicas,
milenaristas, premilenaristas y amilenaristas; pentecostales y fundamentalistas;
calvinistas, luteranas, arminianas, carismáticas e integrales. En cuanto a gobierno, cada
una tiene su sistema, pero practica la comunión con las demás. La heterogeneidad sólo
es, como lo ha expresado el patricio español Samuel Vila: ‘Una vid y muchas ramas’. La
vid es el Señor; las ramas, el conglomerado de denominaciones que, como abejas de un
panal, dan su aporte a la edificación del Cuerpo de Cristo. La unidad cristiana se
produce alrededor del Salvador y no de hombres, y los miembros de la iglesia forman,
más que una unión externa, una sólida comunión espiritual. Desde los orígenes del
cristianismo hubo matices en lo no esencial. A Pablo le fue encomendado el evangelio
de la incircuncisión (gentiles), como a Pedro el de la circuncisión (judíos).

IGLESIAS & SECTAS

¿Cuál es la diferencia entre una iglesia y una secta? El reconocimiento o


desconocimiento de uno o varios de los dogmas contenidos en la Biblia, los Tres Credos
primitivos y las doctrinas de los Seis Primeros Concilios Generales que concuerdan con
las Escrituras. Uno de los planteamientos centrales del sociólogo luterano Max Weber se
reduce a esta esencialista definición: Una iglesia es una institución de salvación, una
secta es una organización contractual.(1)
Las sectas son exclusivistas: en ellas reside la verdad, y sólo sus miembros serán
salvos. Dependen de un líder a cuya personalidad se rinde culto, a tiempo que se anula
o robotiza a sus adeptos. Además de la Biblia, poseen otros documentos dogmáticos, y
(1)
WEBBER Max. La Etica Protestante. Sarpe, Madrid 1984.
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su creencia es errónea, o parcial, en cuanto a los atributos de Jesucristo. Poseen


marcado fanatismo y lucen farisaicamente moralistas y apocalípticas. Son dadas a la
anunciación de un nuevo profeta o iluminado, de la Segunda Venida de Cristo en
determinada fecha, así como al hiperemocionalismo, lo cual las lleva a extremos
ocultistas.
Algunas tienen similitudes de organización y liturgia con agrupaciones evangélicas,
pero no son legítimas, ya que niegan doctrinas bíblicas unificadoras. En Latinoamérica
las principales son: Cristadelfos, Unitarios, Ciencia Cristiana, Mormones, Testigos de
Jehová e Iglesia Universal del Reino de Dios. Aparte, claro está, de las innumerables
que no se identifican como cristianas. (Para identificar las sectas siempre será bueno
tener a la mano el clásico evangélico ¿Cuál Camino?(2)

(2)
WALKER Luisa Jeter de. ¿Cuál Camino? Editorial Vida Deesfield, Florida.
1968.
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13. EL GRAN YO SOY EN AMERICA

No puedo declararme evolucionista, porque nadie me ha enseñado la prueba


reina: algún eslabón perdido de alguna especie a alguna otra. Personalmente me
produce escalofríos la sola suposición de que mi existencia haya trasegado por millones
de años en una cadena ascendente piedra – alga – pez – anfibio – reptil – cuadrumano –
hombre - dios. Reencarnación y evolución tienen más en común de lo que se ha
advertido hasta el momento. La evolución pretende ser perfeccionamiento biológico; la
reencarnación, perfeccionamiento espiritual. Pero, ¿cómo podría darse ésto sin aquéllo?
Y es lamentable que en el ámbito educativo latinoamericano se enseñen por igual
reencarnación y evolución como si fueran leyes indiscutibles.
Charles Darwin quiso sustentar su insustentable teoría a base de imprecisiones: El
afirmó, por ejemplo, que los yaganes de la Tierra del Fuego carecían de toda idea
religiosa; pero el sacerdote católico Mariano Izquiero Gallo, en su Mitología Americana,
reveló cómo estas tribus, no sólo tenían desarrollado un sistema espiritual completo, sino
que - ¡asómbrense ustedes!- eran monoteístas. (1) Y a propósito, Latinoamérica -con su
acción de efecto retardado- no se informó aún de que el fracaso del materialismo y el
evolucionismo, incapaces de demostrar con evidencias las suposiciones que dieron por
verdades, ha situado la ciencia de la post-modernidad ante hechos contundentes. Nadie
pudo mostrarnos el eslabón perdido, porque ni es eslabón ni está perdido: sencillamente
no existe. Ciencia es evidencia, no conjetura. A este respecto J. H. Jauncey, en su
polémica con el evolucionismo, dice:
Cuando una teoría científica se cristaliza en ley, tal como la de la relatividad, habla
por sí misma. Es con frecuencia asunto de consternación para los estudiantes en
esta rama del saber, que después de cien años de investigaciones biológicas, la
evolución es todavía una teoría y no una ley.(1)

En defensa de la evolución es pueril argumentar, como se ha hecho, que la


palabra orangután, en malayo, significa ‘el hombre que vive en el árbol’, pues que los
indios tunebos creían que el oso fue un intento fallido del dios Cira por crear al hombre. Y
¿dónde está el eslabón perdido espiritual? ¿en qué momento el antropoide alzó las
garras y gruñó: Abba Padre?

(1)
IZQUIERDO GALLO Mariano. C.M.F. Mitología Americana. Editorial Guadarrama, Madrid. 1956. Pág. 25.
(1)
JOUNCEY J. H. La Ciencia retorna a Dios. Versión española por Ana María Swenson.Editorial Mundo Hispano, 1981. Pág. 51.
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CREACIONISMO

Por contraste con la anticuada educación regional dogmáticamente darwiniana, el


movimiento creacionista cuenta hoy con centenares de científicos que avalan los relatos
bíblicos como realidades, o soportes de ellas, y no simples leyendas. Después de
Einstein y von Brown -confesos creyentes en Dios-, el astrónomo Trinh Thuan, el
bioquímico Larry Butler, el físico Tomas G. Barnes, el mecánico aeroespacial e ingeniero
nuclear Edward Blick, el maestro de Ciencias Naturales John N. Moore, entre muchísimos
sabios del cruce milenial, han concluído en la existencia de un Creador y de una creación
ex nihilo, es decir, de la nada, lo cual derriba de un golpe las falsas cosmogonías, ya
sean mitológicas, religiosas, filosóficas o científicas. El Cosmos no es una remodelación
de materiales preexistentes ni una modificación gradual de procesos naturales, sino el
perfecto diseño y la cabal ejecución de un Creador. (2) El esquemático primer versículo de
la Biblia:
Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. Génesis 1:1.

refuta, de un solo plumazo contundente, las siguientes teorías:

* Ateismo (Dios no existe). El texto comienza, precisamente, con el propio Dios.


* Panteismo (La creación es Dios). El texto muestra claramente que Dios existió antes
de la creación.
* Politeismo (Hay varios dioses). El texto asevera que el Universo fue creado por un solo
Dios.
* Evolucionismo, (Transformación de insumos cósmicos preexistentes). El texto afirma
que Dios creó todo lo que existe.

Según el creacionismo, ni dioses ni fuerzas naturales originaron el Cosmos a raíz


de una materia prima anterior. El Dr. Henry Morris ha escrito:
Los sucesos prehistóricos no se hallan sujetos a experimentación científica y, por
lo tanto, no se puede decir científicamente lo que ocurrió hace millones de años.
La ciencia, como tal, no puede decir nada sobre los orígenes. La ciencia, como tal,
se limita al estudio de los fenómenos y procesos físicos como existen en el
momento presente. (1)

No me detendré a examinar los distintos puntos de vista de quienes armonizan la


revelación de Dios en la Biblia con su revelación en la naturaleza. Prefiero concentrarme
en el compendio de Timothy Munyon, transcrito por Stanley Horton en su Teología
Sistemática.
En resumen, los principios básicos en los cuales están de acuerdo los defensores
de todos los puntos de vista son los siguientes:
La generación espontánea de la vida a partir de la falta de vida es imposible. Los
que tratan de crear vida en un tubo de ensayo “marcan las cartas” de manera poco
(2)
BIBLIA de Estudio Harper. Edit. Caribe. 1980 Pág. 4.
(1)
MORRIS Henry M. El Mundo en sus Comienzos. Libros Clie Terrassa Barcelona,
1981 pág. 15.
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honrada a su favor.
Las variaciones genéticas parecen tener límites; no se presentan en todas
direcciones, y las mutaciones son casi siempre dañinas.
La mejor explicación de la diferenciación entre especies tiene que ver con el
aislamiento ecológico y no con unos procesos macroevolutivos.
El registro fósil contiene vacíos entre las formas principales de organismos vivos;
vacíos que no son capaces de producir ningún tipo de eslabones perdidos (los
cuales deberían estar presentes por miles, si la evolución fuese cierta).
La mejor manera de explicar la homología (las similaridades observadas en los
organismos vivos) se halla en función de un diseño inteligente, y del uso
intencionalmente repetido de modelos; no en unos supuestos antepasados
comunes.(1)

Más adelante, en el desarrollo de este libro, volveremos sobre el evolucionismo y


su relación con ciertas líneas del pensamiento cristiano del siglo XX, no del todo
preterizadas.

EL ETERNO QUIENSABE

En definitiva, el ateísmo científico está de capa caída; hoy lo in es creer, de alguna


manera, en Algún Algo. Al inicio del anunciado primer siglo totalmente inespiritual de la
historia humana, se percibe en general -aún entre evolucionistas sobrevivientes- un
vitalismo espiritual que colige o, al menos, intuye un Alguien Gestor de la creación y, por
lo tanto, anterior y superior a ella, es decir, eternamente Trascendente y
trascendentemente Eterno. El Ser en Si, dijo Tillich. Desde luego, estas nomenclaturas
chocan con la visión ancestral de una imagen divina antropomorfa; ese ídolo somatizado,
con órganos de los sentidos, se llama Baal, Osiris, Zeus, Júpiter, Pachamama, Xué
cualquier cosa. Ha habido, también, iconos divinos copiados de modelos políticos
convencionales, según épocas históricas. Por ejemplo:

* Monarquía. Dios es un Rey, cuya corte son los ángeles, sus señores feudales el clero,
y los creyentes, simples vasallos.
* Fascismo. Dios es un dictador implacable y tiránico, a Quien obedecemos porque no
hay más remedio, ya que sus represalias son terribles. El clero es la Gestapo.
* Democracia. Dios es un Presidente elegido por el pueblo y, por lo tanto, sus
decisiones están siempre sometidas a referendo. El clero es el parlamento.

Pero el Dios verdadero, Padre del Salvador y Padre nuestro, es el Espíritu que
habita en luz inaccesible, a Quien cada lenguaje llama a su manera: el hebreo Yaveh, el
árabe Alá, el inglés God, el español Dios, pero no puede definirse con palabras, salvo si
nos atrevemos a llamarlo el Gran Quiensabe. Lo que de El sabemos, nos ha sido
revelado de tres maneras:

* Objetivamente en la naturaleza, Su Palabra creada.


(1)
HORTON Stanley. Teología Sistemática. Edit. Vida. 1966 Pág. 235.
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* Sistemáticamente en la Biblia, Su Palabra escrita.


* Vitalmente en Jesucristo, Su Palabra Humanada.

Pero tal conocimiento es necesariamente parcial porque


Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a
nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las
palabras de esta ley.
Deuteronomio 29:29

La ciencia misma es revelación de Dios al hombre y, por eso, la iglesia evangélica


no puede seguir clausurada a posibilidades teológicas actualistas, acordes con la
expansión del pensamiento humano. No es ilegítimo, ni ilógico, por ejemplo, suponer
que el big bang haya sido la operación primaria del Logos:
Y dijo Dios: ¡Que exista la luz!
Y la luz llegó a existir.
Génesis 1:3.

Cosa distinta es el vano esfuerzo de quienes pretenden descifrar lo sobrenatural


por medios naturales, pues nadie puede resolver los problemas de la trigonometría a
base de las cuatro operaciones de la aritmética.

MONOTEISMO

La creencia en un Dios Unico, llamada monoteísmo, retorna al campo de la ciencia


con tal fuerza, que hay quienes consideran anticientífico ponerla en tela de juicio. Sólidas
investigaciones han demostrado que, contrariamente a lo dicho por la sociología, la
humanidad no fue primero politeísta para desembocar en el monoteísmo. Por el contrario,
el monoteísmo existió desde los orígenes, pero cedió paso al politeísmo -como la Biblia lo
expresa- debido a la falsa doctrina conocida como idolatría, traída a la tierra por los
ángeles caídos. Mencionados en el Génesis y la epístola de Judas Tadeo, estos
demonios -últimamente llamados por la Nueva Era extraterrestres -y quienes, de una u
otra forma, entraron en comercio con ellos, posibilitaron la civilización cainita
esquematizada en Génesis 4:17-22; en tan cortos versículos hallamos urbanismo,
poligamia, asociaciones, ganadería, música, industria y poesía. Tales seres originaron
también las creencias de las mitologías antiguas en hazañas sobrehumanas, semidioses,
gigantes, magia, adivinación, astrología, curanderismo y perversiones sexuales,
maldades que provocaron el castigo del diluvio.
Perteneciente al clan piadoso de Set, la familia monoteísta de Noé fue salvada de
aquella destrucción. Descendientes de dos de sus hijos, Jafet y Cam, retornaron a las
falsas doctrinas antediluvianas y desarrollaron, a partir de ellas, las religiones politeístas
que, saliendo de Mesopotamia, en la dispersión de Babel, fueron adaptándose a diversas
culturas antiguas: los acadios y sumerios idearon matrimonios de dioses y diosas y linajes
divinos. Los persas inventaron el dualismo en divinidades rivales: una de la luz y otra de
las tinieblas. Fenicios y griegos desatinaron gravemente: los unos, por los crueles
sacrificios humanos a los dioses; los otros, por atribuirles a los suyos todos los vicios y
crímenes propios de los hombres. Los egipcios divinizaron a animales y plantas. Como
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lo demuestra el ya mencionado investigador Izquierdo Gallo, C.M.F.:


La etnología moderna ha descubierto el monoteísmo como constitutivo de la
religión más primitiva. (1)

El Tetragramatón Inefable –YHWH, que se descrifra como YO SOY- ha sido


reencontrado en la escritura criptográfica del inconciente colectivo como fundamento de
la memoria ancestral. Vitalismo primitivo.

EL GRAN ESPIRITU

La escuela histórico-cultural, representada por sabios como Lang, Ratzel,


Frobenius y Schmidt, ha encontrado en pueblos actuales de cultura rudimentaria la
realidad del monoteísmo. Los pigmeos de Africa, los semang de Malaca, los
andamaneses de las islas del Golfo de Bengala y los aruntas de Australia, profesan la fe
monoteísta. Madagascar conoció el monoteísmo en sus primeros habitantes. Los
kamilaroi llaman Baiamé al Dios Supremo. Los bosquimanos creen en un Creador de
todas las cosas, cuyo nombre es Cana. Los bantúes adoran a un Padre Universal al que
nominan Okuku. Además, pueblos no genuinamente monoteístas reconocen la
existencia de un Ser Supremo. Los esquimales hablan de Torngarsuk. Los pielesrojas
adoran a Manitu, el Gran Espíritu. Otras tribus de Norteamérica denominan a Dios como
el Dueño de la Vida, Nuestro Padre el Cielo, el Gran Misterio, etc. Los sioux le han dado
el nombre de Wakonda, es decir, Fuente de la Vida. En Latinoamérica los indígenas
eran, en general, henoteístas, pero con fuerte énfasis en un Dios Universal. Lo que
llamamos vitalismo espiritual es innato en los hombres de todas las razas, épocas y
culturas. ‘Semen religionis’, que diría Agustín.
Después del diluvio, a través de Sem, el hijo mayor de Noé y cabeza del clan de
los semitas, fué conservada la creencia monoteísta hasta Abraham, el ‘padre de la fe’,
quien recibió de Dios un encargo específico: abandonar su tierra y su parentela e ir a
Canaán. Allí se convertiría en el tronco del pueblo a través del cual vino la revelación de
Dios al hombre en su Palabra Escrita, la Biblia, y su Palabra Humanada, Jesucristo. Los
descendientes de Abraham son de dos clases: árabes y hebreos según la carne, por
Ismael e Isaac, hijos genéticos del patriarca; y cristianos, según la fe, por los méritos de
Jesús de Nazaret, de la simiente de Jacob, nieto del mismo personaje.
Tales descendientes mantienen vivo el monoteísmo a través de las tres grandes
religiones abrahámicas: Judaísmo, Islam y Cristianismo, todas esencialistas. Pero, por
supuesto, yo no puedo sostener el mismo tipo de relación con un politeísta que con un
agnóstico; ni con un agnóstico que con un monoteísta; ni, dentro del monoteísmo, ha de
ser igual mi contacto con un musulmán que con un judío. Surge cierto gradualismo
natural en estas empatías espiriturales. Hay quienes creen, por supuesto, que el
monoteísmo puede unificarse, pero ello no pasará de ser una quimera mientras los judíos
persistan en negar la mesianidad de Jesucristo, y los musulmanes lo veneren sólo como
a un profeta más. Si no se reconoce que El es Dios y Hombre -dos naturalezas en una
sola persona- toda aproximación resultará infructuosa. Este misterio no es negociable

(1)
IZQUIERDO Gallo Mariano C.M.F. Mitología Americana. Edit. Guadarrama.
Madrid, 1956 pág. 16.
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para un cristiano genuino.


Si el creacionismo tiene razón -y resulta difícil cuestionarlo- nuestros indígenas
provienen del continente asiático. No haber entendido el monoteísmo rudimentario de
sus creencias, fue un grave error de los evangelizadores pioneros. Aún los aborígenes
henoteístas pudieron ser convertidos con sagacidad, enfatizándoles al Dios Mayor; en
vez de eso, les trastocaron sus deidades menores en los santos romanos. Y, para
colmo, Roma incrementa las llamadas canonizaciones en forma alarmante, como ha
ocurrido recientemente con varios personajes mexicanos que se suman en el santoral
amerindio a Martín de Porres, Ezequiel Moreno, Rosa de Lima, el padre Marianito, etc.
Ya algunos proponen que ingrese a ese partenón seudo-politeísta José Gregorio
Hernández, el famoso venezolano a cuyo nombre se ha montado un próspero negocio de
espiritistas, que pretenden sanar a través de médicos invisibles. Ante estos alarmantes
fenómenos, hace falta una Iglesia Cristiana Integral que rescate la esencia de la fe
dentro de una correcta lectura de la realidad latinoamericana. Posibilitar el solucionismo
bíblico es la consigna.
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17. EL FIN DE UNA ERA

El concepto últimamente entendido por modernismo trasciende a las


convenciones históricas: Edad Antigua, desde la escritura hasta la caída de Roma; Edad
Media hasta la caída de Constantinopla; Edad Moderna hasta la Revolución Francesa, y
Edad Contemporánea hasta nuestros días. También al modernismo artístico: pictórico,
poético, arquitectónico, etc. Se refiere, más bien, al movimiento de reforma del
cristianismo que quiso encauzarlo en las corrientes científicas y sociales del siglo XIX.
Dentro de la Iglesia Romana, este modernismo fue condenado por Pío X en su decreto
Lamentabili y su encíclica Pascendi.
En el seno de la Iglesia Evangélica, esta corriente tomó su máxima expresión en la
llamada Teología Liberal, cuyos maestros y promotores fueron duramente criticados y, a
veces, rechazados, sin tomar en cuenta que, en todas las épocas, los pensadores
cristianos han trabajado con los elementos de la cultura coetánea. Orígenes, Basilio,
Agustín, Tomás, Buenaventura, Lutero, Calvino, Pascal, Hegel, Otto, etc. exploraron
nuevos terrenos para entender mejor las verdades eternas. Solamente los escolásticos
de la decadencia son culpables de que la teología se haya momificado, fenómeno
especialmente agudo en Latinoamérica, donde el nihilismo y el narcisismo propios de
la postmodernidad se extienden como plagas egipcias sobre la inanidad religiosa.

LOS AÑOS DE PLASTICO

La mitad del siglo XX marca una transición. En los años 50s aun la vida de la calle
en las ciudades latinoamericanas tenía cierta dignidad. No había drogadictos ni
homosexuales exhibiendo cinismo por ahí, escaseaban los mendigos, y las prostitutas de
esquina permanecían rígidamente acuarteladas en especies de distritos rojos bien
definidos.
Los adolescentes nadábamos sobre la cresta de la ‘nueva ola’. Fuimos una
generación transitiva, producto de la postguerra. Cruzamos como en salto de garrocha,
del bolero al rock an roll, del pistón a la turbina, del cliché al offset. Atestiguamos el
nacimiento de las computadoras, el sonido estereofónico y el cinemascopio a colores que
exhibía las exhuberancias de Marilyn Monroe y Brigitte Bardot. Se declaró la guerra fría,
con la excepción caliente de Corea. Soldados colombianos fueron a morir a las
antípodas por ideales ajenos. Los estantes de las librerías se colmaron de nombres
novedosos: Camus, Sartre, Hemingway, Miller, escritores de bolígrafo, otra invención
coetánea. El sombrero dejó de usarse para que no estorbara al radio transistor sobre la
oreja.
96

Fue un decenio tejido con fibras sintéticas. Todo se volvió de plástico, desde las
muñecas hasta los automóviles. La voluptuosidad pasó la raya: piernas femeninas
forradas de nylon, gafas oscuras montadas sobre pestañas postizas. Los bellos cuerpos
se enturbaron en vestiduras mórbidas. El blue jean vino para inquietar a los legalistas,
porque
La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer
Deuteronomio 22:5.

Yo no me convertiría en aquel tiempo, pues llegó a decirse desde púlpitos que las
mujeres que llevaran esa prenda no subirían con el Señor en el arrebatamiento de la
Iglesia. ¿Y qué de las que se hallen bajo la ducha?, podría pensarse. Ciclismo y fútbol se
convirtieron en catalizadores de la emoción colectiva, y Efraín Forero y Alfredo Distéfano
en sus símbolos. La colombiana Luz Marina Zuluaga fue, por todo un año, la mujer más
bella del mundo. La televisión –mula concebida por el burro cine y la yegua radio- tuvo
su parto retardado en la región.
La luna perdió el encanto como novia de los poetas por la competencia de sus
ilegítimos hermanos, los satélites artificiales. Arriba, el hombre, apoyado en Eistein como
palanca, ensayaba la conquista del espacio. Abajo, en Nueva York, Billy Graham
actualizaba la evangelización en el Madison Square Garden, ante una muchedumbre
jubilosa que vitoreaba a Jesucristo. ¡El espectáculo de la fe! Los sobrevivientes de los
hornos crematorios volvían de la diáspora a Tierra Santa, para reconstruir su patria con
las uñas, como siempre. La voz del profeta sonaba asombrosamente actual, dos mil
seiscientos años después de pronunciada.
Y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día convertiré a
Jerusalén en una roca inconmovible para todos los pueblos. Los que intenten
moverla quedarán despedazados.
Zacarías 12:3

Ministros protestantes, guiados por el Espíritu Santo, se entrevistan con Juan


XXIII, y su diálogo inspira el Concilio Vaticano II. En la Unión Soviética, Nikita Kruschev
intenta la primera glasnotz, llamada coexistencia pacífica. En los Estados Unidos,
Kennedy esboza su sonrisa fascinante sobre las tarimas electorales. Aparentemente los
años 50s fueron el Monte Ararat, donde las cosas comenzarían de nuevo después del
Diluvio.

FUNDAMENTALISMO

Como respuesta a la modernización, surge el Fundamentalismo, que no es en sí


censurable, pues, mirado objetivamente, sus orígenes lo muestran como un movimiento
esencialista. Fue muy ilustre y nutrido el grupo de teólogos británicos, canadienses y
estadounidenses que, en los dos primeros decenios del siglo XX, concretó los Cinco
Fundamentos que dieron nombre a esta corriente, a saber:

* La inerrancia literal de la Biblia


* El nacimiento virginal de Cristo
* La expiación por su sacrificio en la cruz
97

* Su resurrección física real y su ascención al cielo


* Su Segunda Venida visible y corporal en el último tiempo

¿Quién no está de acuerdo básicamente con este pentágono doctrinario?. Fueron


los desarrollos posteriores del fundamentalismo los que lo hicieron, en muchos casos,
preterizante e inflexible al vertiginoso cambio de su centuria. Se formaron, por otra parte,
innumerables fundamentalismos denominacionales, repelentes entre sí, y hubo –y
sigue habiendo- quienes confunden deplorablemente fundamentalismo con legalismo.
Ya llegada la postmodernidad, ha surgido el neo-fundamentalismo, menos sectario y
radical que su antecesor.

TEOLOGIA SIN DIOS

El fin del modernismo y comienzo del postmodernismo ocurre, propiamente, en los


60s. Los atolondrados gestores de Woodstock proclamaron la clausura del cristianismo -
era de Piscis, o de los pescadores- y el inicio de la Nueva Era, que es la del signo
Acuario. Durante los 60s lo eclesiástico pierde valor como técnica de salvación por sus
fríos rituales y falta de vivencia. La teología se desdiviniza para humanizar a Dios.
Emergen los curas y pastores comunistas. Alfons Auer proclama
El hombre se halla siempre en camino hacia un todo: el todo de sí mismo y el todo
del mundo, único lugar donde puede conquistar su propia plenitud. (1)

Falsedad doctrinaria: la plenitud del hombre sólo se conquista en el cielo. Pero el


cielo no importa en los 60s. Importa la tierra. Es más, en la tierra están el cielo y el
infierno. Lo subjetivo sobra, hay que ir a lo objetivo: ciencia y técnica. Sociología,
biología, sicología, economía, planificación, estadística. Todo se materializa. Si amor es
sexo, sexo es amor; y el amor de todos por todos se traduce en sexo de todos con todos.
Promiscuidad. Simone de Beauvoir diseña la reconstrucción de Sodoma. La nueva
forma de ateísmo -autonomismo humanista- predica: el hombre es Dios. Encaramado al
púlpito existencialista, el pontífice Sartre dogmatiza: -El infierno son los otros. La libertad,
como una ramera deslenguada, se desgañita a los cuatro vientos: -Haz lo que te dé la
gana. La juventud lo toma en serio: No me cortaré el pelo, no me bañaré, ni cambiaré mis
ropas. Tampoco, mucho menos, trabajaré. Soy lo que se me antoja. I am hippie.
La tecnocracia, profesión de moda, codifica desdichas: marginalidad,
enfermedades masivas, mortalidad infantil, miseria, hambre y drogadicción. Los
beduinos hacen la santa alianza de la OPEP contra los perros judíos y cristianos. Sobre
Vietnam se estrenan las armas químicas, el gran invento después de Openheimer. El
pop art emerge de los basureros y las letrinas. Pawlles y Bergier certifican el retorno de
los brujos. Marxismo y freudismo se hermanan, se confabulan. A través de las rejas de
su gueto dorado en Harvard, Marcusse observa la rebelión de los estudiantes que han
oido la voz de su antiprofeta hebreo proclamar: -Necesidad de ser libre, de gozar, de que
el trabajo no sea una sujeción ni una alienación. La liberación de la conciencia está en
marcha: se llama LSD. El nadaísmo declara que Charles Manson es el mesías; su

(1)
AUER Alfons. Imágenes y Recuerdos. Las Ediciones del tiempo. Tomo Apocalípticos e Integrados. Difusora Internacional S.A. Barcelona, Pág.
10.
98

apellido quiere decir 'hijo del hombre'. La cruz se llama silla eléctrica. Como
endemoniados gesarenos, los Beatles declaran ante una masa de lisérgicos y
homosexuales que chilla su infernal aprobación: -Somos más populares que Jesucristo.
Pero el apocalipsis aún no comienza. Alguien sigue siendo Jesucristo Superestrella.

A LA PENULTIMA MODA

Latinoamérica fue evangelizada por un fundamentalismo extremo -a veces hirsuto-


en contravía con el pensamiento moderno. Casi la única tangencial referencia al
modernismo teológico fue el apretado resumen del Dr. James W. McClendon. (1) ¿Qué
ocurrió con los grandes pensadores cristianos del siglo XX?

* Reinhold Niebuhr: Pocos especialistas tuvieron el coraje de soportar a esta especie


de antiteólogo que hizo sangrar proféticamente el orgullo y los prejuicios de los
evangélicos.
* William Temple: Algunos, a regañadientes, aceptaron su conjunción del Dios-presente-
en-los-acontecimientos con el Dios-guiador de las mentes proféticas.
* Emil Brunner: Contados estudiosos profundizaron en su idea de que, en teología, la fe
es útil para todo, y la razón debe subordinarse a ella.
* W. T. Conner: Pocos y lúcidos comprendieron su afirmación de que es bueno eludir por
igual el sobrenaturalismo supersticioso y el naturalismo sicológico.
* Austin Farrer: Casi nadie se afilió junto a él para aceptar la nueva filosofía analítica
como un método de trabajo, sin abandonar la fe cristiana.
* E. J. Cornell alcanzó un poco más de difusión por haber revestido al fundamentalismo
de un aire de actualista novedad.
* Rudolph Bultmann ha sido, en general, rechazado por su propuesta de
desmitologización; y, por supuesto, hay cosas que deben ser desmitologizadas, pero no
todas, porque no todo lo milagroso en la Biblia tiene carácter de mito.
* Paul Tillich: Algunos de sus planteamientos básicos se han difundido, más por su
propia fuerza gravitacional, que por un serio estudio del gran teólogo existencialista que
descubrió en la Cruz de Cristo el ancla de la angustia humana.
* Karl Barth: Ha corrido mejor suerte, como es lógico, debido a su transfondo
presbiteriano y a su acierto de modernización sin afectar la estructura de la ortodoxia.

Si es verdad que todos los mencionados, y varios más, vieron rápidamente


rectificados muchos de sus puntos de vista, obligaron al fundamentalismo raizal a no
pocas revisiones; y así, éste y aquellos dieron aportes inapreciables hacia la meta de una
teología integral, que hoy empieza a perfilarse. Deplorablemente, los evangélicos
latinoamericanos, en su generalidad, se quedaron en textos simples, de evangelismo
elemental, y, no pocas veces, de vulgarización dogmática, sin abrir ventanas para los
nuevos aires refrescantes. Y eso muestra al Evangelio en el contexto latinoamericano
como un sistema religioso demodé –preterizado-, incapaz de enfrentar la
postmodernidad, o bien, rindiéndose a ella impúdicamente, en una futurización irreflexiva

(1)
McCLENDON James W. Teólogos destacados del siglo XX. Versión castellana de Rolando Gutiérrez y Alfredo Díaz. Casa
Bautista de Publicaciones. 1972.
99

de minúsculos grupos.

TRANSICIÓN

Nos hallamos en un mundo en transición y, por lo tanto, muertos ya todos los


teólogos modernos, experimentamos un vacío en la conducción del pensamiento
cristiano. La Iglesia Evangélica tiene estómago de rumiante, con panza, redecilla, libro y
cuajar, lento para engullir, regurgitar y digerir. Al inicio de un nuevo milenio, permanece
estática, con la mano sobre el arado y la vista puesta atrás, meditando sobre la forma de
reeditar los anacrónicos métodos importados por los misioneros, sin percatarse de cómo
las cosas cambian constantemente a su alrededor. Lo único que no cambia es Dios, el
Inmutable que maneja todas las mutaciones y quiere futurizarnos continuamente a través
de ellas. Muchos se preguntan si el mensaje de Jesús no ha perdido, acaso, vigencia y
relevancia en esta sociedad completamente secularizada. Es necesario dar un salto
audaz de la iglesia preterizada a la iglesia futurizante. Pero ya hay esbozos, líneas, trazos
en ese sentido. Llama la atención lo que ha planteado el profesor Antonio Cruz, doctor
en Ciencias Biológicas y pastor cristiano, en su obra Postmodernidad:
De ahí que hoy en los albores del siglo XXI, los seres humanos continúen
necesitando a Dios a pesar de todas las apariencias. Como escribe González-
Carvajal ‘tal vez sea necesario ahondar un poco bajo la superficie, pero al final
descubriremos que también el hombre actual tiene sed de Dios y languidece lejos
de sus fuentes’ porque en realidad, las grandes preguntas de la condición humana
siguen ahí sin que nadie aporte soluciones satisfactorias. (1)

La cruz permanece recortada en el horizonte de la historia como el eterno


interrogante que todo hombre debe responder sin evasivas.

LOGICA & MILAGROS

Para no anquilosarse en el segundo milenio, hay que entender el paso que de la


edad moderna a la postmoderna se está dando de un tipo de cultura a otro, y, discernidas
las diferencias, dar énfasis a lo correcto y desechar lo inconveniente dentro del contexto
postmoderno. Rechazar totalmente el cambio es tan absurdo como aceptarlo por
completo. El cristianismo ha tenido siempre flexibilidad en la cultura e inflexibilidad en la
ortodoxia. Eso lo ha mantenido en pie por dos milenios. Actualismo futurizante. En este
orden de ideas, hay esfuerzos -no todos lógicos- por conciliar la ciencia y la fe. El
investigador español Eugenio Danyans ha intentado interpretaciones científicas a los
hechos de Dios: Jonás y el gran pez, el día largo de Josué, los poderes del arca de la
alianza, el carro de fuego de Elías, los seres vivientes de Ezequiel, los hijos de Dios como
posibles cosmonautas, y otros fenómenos, son confrontados por este autor con datos
científicos y tecnológicos no conflictivos con la sana doctrina. Por el contrario, él se
apresura a declarar:
Soy cristiano convencido, profeso la llamada religión evangélica; en el seno de la
iglesia a la cual pertenezco como miembro comulgante ejerzo el ministerio de la
(1)
CRUZ Antonio. Postmodernidad. Editorial CLIE. Terrassa Barcelona España, 1996. Pág. 187.
100

predicación, por lo que, conciente de la responsabilidad espiritual que pesa sobre


mí, deseo que en todo momento prevalezcan los principios sagrados e
inamovibles de la fe cristiana, sustentando siempre la ortodoxia más rigurosa en
cuanto a doctrina se refiere. (1)

Hoy en día, quienes consideraron simple mito la formación de Eva de un costado


de Adán, ¿qué piensan de la clonación? ¿no pudo el Dios eterno proveerle un duplicado
clónico a Adán? Si la reproducción humana in vitro es posible, ¿no pudo el
Absolutamente Otro gestar la vida humana de su Hijo en el útero de una virgen?. Si una
puerta tiene, según la ciencia lo revela, tres cuartas partes de vacío y sólo una cuarta
parte de sólido, ¿no pudo Jesús resucitado cruzar una aunque estuviera cerrada? Si un
do de pecho de Caruso rompió vidrios, ¿no podía una multitud gritar al unísono y derribar
un muro? Si una pequeña cantidad de masa produce una enorme cantidad de energía -
como Einstein lo demostró- ¿es inexplicable la multiplicación de los peces y los panes?
Sí, tal como Freud lo dilucidó, existe la somatización -convertir en enfermedad una
dolencia síquica- ¿a qué extrañarse de que Jesús, para restaurar a un paralítico,
primero le perdone sus pecados -sanidad interior- y, como consecuencia, le ordene tomar
sobre los hombros su propia camilla e ir a casa -sanidad física-?. Si es posible, como
algunos aventuran ya, reanimar un dinosaurio a partir del ADN, ¿cuál dificultad tendría el
Todopoderoso para resucitar a los muertos? Ahí está la triada esencialista: vitalismo,
actualismo, solucionismo.

(1)
DANYANS Eugenio. Enigmas o Milagros. Edit. Clie Terrassa, Barcelona. 1999.

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