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PROGRAMA INSTITUCIONAL

DE DESARROLLO BUFALINO
EN SISTEMAS
SILVOPASTORILES

INTRODUCCION

Los sistemas Silvopastoriles (SSP) son una alternativa que permiten mejorar
la producción ganadera y generar servicios ambientales como la
conservación de biodiversidad, mediante la combinación de pastos con
árboles y arbustos; disminuyendo el impacto de la ganadería sobre el medio
ambiente. Se han llevado a cabo numerosas investigaciones en el agro
paisaje fuera de áreas protegidas enfocándose ya sea en la producción de
los sistemas, la biodiversidad en ellos o en la caracterización de los mismos.
Hasta la fecha existen escasos estudios que integran los componentes
principales de este tipo de sistemas: producción y biodiversidad.

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Los búfalos fueron introducidos en el país a principios de la década de los
80, con el objetivo de producir alimentos para el consumo humano. Los
criterios para su introducción fueron: su rusticidad y el aprovechamiento de
alimentos de baja calidad nutritiva, sus posibilidades para la cría extensiva
en lugares donde los bovinos y otras especies no podían producir, además
de las cualidades nutritivas e industriales de sus productos.
Las razas que se encuentran en el país son el Buffalypso y el de pantano o
Carabao, Se ha demostrado que pueden disipar el calor a la sombra de los
árboles de los potreros y mantener una elevada tasa de natalidad (más del
80%) que supera la de los bovinos; no obstante, su producción de leche
resulta extensiva por las bajas cargas (0,6-0,8 UGM/ha) que hay que emplear
en pastoreo, debido a su hábito alimentario y a la capacidad productiva de
los Búfalos (700 y 1 000 kg de leche por lactancia). Por ello el mejoramiento
lechero mediante cruzamientos con razas de mayor potencial y la
transformación de la base alimentaria en los lugares que se encuentren,
podrían aportar positivamente en la intensificación de su producción y
hacerlos más competitivos con los bovinos en producción de leche.

La crianza de los búfalos en Venezuela es relativamente reciente por lo que


se tiene poca experiencia, pese al acelerado desarrollo que ha tenido en
estos años. Para controlar la temperatura corporal, los búfalos usan los
baños y revolcaderos, pero también pueden termo regular a la sombra,
particularmente la suministrada de forma natural por árboles y arbustos en
los potreros. La utilización del silvopastoreo racional con Leucaena
leucocephala asociada con gramíneas, descrita por Simón (1999) y utilizada
con éxito en el ganado bovino, logró incrementos en la producción de leche

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y en los indicadores reproductivos de los rebaños por efecto de una mayor
disponibilidad de materia seca de hasta 35% a favor de la sombra proyectada
por los árboles en el pastizal.

Ha tenido un desarrollo satisfactorio a partir de su introducción en el país,


desde hace relativamente poco tiempo, de ahí la necesidad de mejorar sus
condiciones de manejo y explotación. Por este motivo se investigó el efecto
de la arborización en la crianza de los búfalos de río, Todos los indicadores
analizados favorecieron al sistema de producción arborizado con Leucaena
con la tecnología de silvopastoreo racional.

Por esta razón se decidió utilizar, como vía para el desarrollo de la


arborización en las lecherías bufalinas, la tecnología del silvopastoreo
racional a partir de los resultados que se habían obtenido en el ganado
bovino.

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CARACTERÍSTICAS DE LA ESPECIE BUFALINA
El búfalo se caracteriza por su color gris purpúreo, cuello inclinado, con
cuernos macizos echados hacia atrás. Es utilizado fundamentalmente como
animal de trabajo, para la producción de carne y muy raras veces para la
producción de leche; mientras que el búfalo de río generalmente es negro o
gris oscuro, dotado de cuernos estrechamente enrollados y produce más
leche que el de pantano (Scannone, 2009).

Los búfalos de río, representados en el país por el Buffalypso, presentan


indicadores fisiológicos semejantes a los del bovino, pero la presencia de
agua es vital para su comportamiento y lucha contra el estrés térmico (Di
Palo et al., 2001) o en su lugar deben disponer de abundante sombra.

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LAS VENTAJAS CON RELACIÓN A LOS BOVINOS SON LAS SIGUIENTES:

• Su alta natalidad y su larga vida productiva (25 años y más).

• Gran rusticidad y baja mortalidad, son resistentes a las garrapatas y otros


parásitos.

• Produce leche con un alto contenido de grasa y carne de elevada calidad,


con 40% menos de colesterol y 12% menos de grasa.

• Las crías tienen un crecimiento más rápido.

• Su adaptación a condiciones difíciles de alimentación y explotación.

• Su producción se considera casi orgánica.

LAS DESVENTAJAS CON RESPECTO A LOS BOVINOS SON:

• Presentan estro estacional principalmente en el período de septiembre y


diciembre, y los partos ocurren de forma concentrada entre julio y octubre
(Paiva, 2005). Esto determina una producción inestable, que dificulta la
comercialización de la leche y los productos lácteos. En Cuba se ha
observado que el 65% de los partos tienen lugar entre los meses de agosto-
octubre, con el consiguiente perjuicio que esto acarrea para la organización
pecuaria (Campo, 1997).

• Son tímidos por naturaleza y se asustan fácilmente, por lo que deben ser
tratados con tranquilidad y calma; a medida que avanzan en edad, se hace
difícil la convivencia pacífica entre los machos en presencia de las hembras,
por la característica de buscar liderazgo (García y Planas, 2001).

• Tienen un fuerte instinto de supervivencia y si se quedan sin alimentos,


rompen las cercas; esta es una de las razones por las que caminan
incesantemente y destruyen los cercados y siembras, además de tener una
marcada tendencia a rascarse en los árboles causándoles desconchados y
graves daños. Otra forma de dañarlos se relaciona con sus hábitos de
ramonear y mordisquear la corteza.

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ALIMENTACIÓN

Se informan diferencias en algunos indicadores de la fisiología digestiva y la


nutrición a favor del búfalo, comparado con el vacuno ,al analizar su buen
aprovechamiento de la fibra, así como una mayor capacidad de ingestión de
alimentos.

El búfalo presenta una alta eficiencia en la utilización de los nutrientes, lo


que se manifiesta en un crecimiento acelerado desde edades tempranas
(Mendoza, 2002), aunque se insiste en que es determinante suministrar a los
animales una dieta que cubra los requerimientos de la especie y en
particular de cada categoría; así los animales crecen y muestran su
potencial productivo y reproductivo (Paiva, 2005).

También se plantea que en los búfalos es mayor la digestibilidad de la


grasa, el calcio, el fósforo y el nitrógeno no proteico cuando se alimentan
con pastos naturales o cultivados (Campo, 1997).

Su resistencia natural evita que se presenten problemas de enfermedades


de tipo nutricional, lo que permite utilizar insumos y equipos más simples y
baratos. Campo (1996) afirma que en el Amazonas brasileño esta especie se
ha desarrollado fructíferamente, por su rusticidad y cualidades
excepcionales para aprovechar los alimentos de baja calidad.

Las dietas deben ser formuladas evitando el exceso de almidón y proteína.


Los mejores resultados se han obtenido utilizando forrajes verdes y
limitando el consumo de concentrados, ya que el búfalo al consumir dietas
carentes de carbohidratos utiliza el nitrógeno de forma más eficiente. En
este sentido, López et al. (2005) corroboraron la capacidad que tienen los
búfalos para utilizar mejor la proteína proveniente de la dieta debido a una
mayor actividad microbiana; además la población microbiana del rumen de
los búfalos es mayor que la de los vacunos.

Se ha demostrado que los granos de cereales enteros son pobremente


digeridos. La excreción de granos de cereal no digeridos en las heces se
incrementa con el aumento del tamaño de las partículas, Según Planas y
García (2002) las necesidades de agua son de 45 L para el mantenimiento y
43 L para la producción láctea.

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COMPORTAMIENTO EN PASTOREO

En Brasil se ha comprobado que al aumentar el número de búfalos por


hectárea disminuye el porcentaje de preñez de 93,3 a 71,1% (Baruselli,
1994); unido a ello se encuentra el deterioro de la condición corporal, que
también decrece al incrementarse la densidad poblacional en pastoreo.

Según García y Planas (2003) se recomiendan áreas de aproximadamente 80


hectáreas para explotar 30 búfalas adultas, cinco reemplazos de hembras,
tres reemplazos de machos, un semental y las crías nacidas en el año de
explotación (28-30), lo que representaría una carga de una unidad de ganado
mayor equivalente a 500 kg de peso vivo por hectárea.

En las sabanas inundables en Venezuela es común que se practique el


pastoreo continuo, aunque la división del área en cuartones para realizar un
pastoreo alterno pudiera ser una alternativa válida para la especie. En este
caso el pastoreo con 40-60 días de descanso es adecuado para las sabanas
altas (Tejos, 1994).

La utilización de cercado eléctrico resulta eficiente para la división en


cuartones o potreros, por el respeto que le tienen los búfalos (Sistebuf,
2005).

Esta especie es de fácil adaptación a las condiciones ambientales adversas,


tan comunes en las zonas tropicales; sin embargo, el aumento de la
temperatura corporal, como resultado de las radiaciones solares y el calor
percibido, unido a la escasez de glándulas sudoríparas, es un elemento a
considerar en la producción bufalina, y los sistemas agroforestales
desempeñan un importante papel por ofrecer un ambiente de confort (Brito,
2006). Además se conoce que en las condiciones de clima tropical, los
búfalos pastan en el horario diurno más fresco o en cualquier horario si
tienen acceso a la sombra (Salazar, 2000), como una forma de regular la
temperatura corporal.

En este sentido, al trabajar con animales en crecimiento y en pastoreo


diurno Galloso et al. (2009a) encontraron que la actividad de ingestión
aumentó con la edad, y que la ingestión y la rumia estuvieron influidas por la
humedad relativa y la temperatura, con un desplazamiento de la rumia hacia
el período nocturno. También observaron un incremento de la actividad de
ramoneo en el período lluvioso respecto al poco lluvioso, un aumento en la
actividad de pastoreo a la sombra de los árboles, y una mayor movilidad de

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los animales en el tercer y último día de estancia en los cuartones para
buscar alimento.

Por su parte Caraballoso et al. (2009), en el humedal norte de la provincia de


Ciego de Ávila, determinaron que los búfalos adultos dedican la mayor parte
del tiempo a la actividad de pastoreo, con tendencia a incrementarlo en las
tres primeras horas del día, y los valores más altos de la rumia ocurrieron
entre las 11:00 a.m. y las 4:00 p.m., coincidiendo con las horas del mediodía;
el desplazamiento hacia otras áreas lo realizaron entre las 10:00 a.m. y las
2:00 p.m. (horas más calurosas del día), lo que coincide con lo informado
por Planas (2005) en condiciones normales de explotación.

Estudios recientes informaron la preferencia por Leucaena leucocephala y


Albizia lebbeck con relación a Gliricidia sepium y Moringa oleífera, en
pruebas de aceptabilidad en comederos; también es conocido el buen
consumo de forraje de gramíneas como KingGrass, caña de azúcar y otros.

SISTEMA SILVOPASTORIL

CAOBA CRIOLLA

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REPRODUCCIÓN

Los búfalos son considerados lentos en su maduración reproductiva y en su


reincorporación posparto. Las deficiencias en el manejo han contribuido
mucho a este comportamiento.

La vida reproductiva de las búfalas dura hasta los 25 años, y es común que
críen entre 15-18 bufalinos en ese período (Benítez, 2006). El peso vivo de
los bucerros al nacer varía entre 37 y 41 kg. En este sentido, Urdaneta (2008)
en Venezuela reportó 39±11 kg.

Dentro de los indicadores reproductivos es importante señalar el rápido


proceso de involución uterina (Perera et al., 1987) y el reinicio de la actividad
ovárica en la especie (Jainudeen, 1986), lo cual permite obtener un intervalo
de parto entre 12 y 13 meses aun cuando esta especie tenga una duración
de gestación de 315 días, algo similar a lo observado en el ganado Cebú.

En algunos países se realizan cruzamientos entre los búfalos de pantano


(Carabao) y los de río con el objetivo de mejorar la productividad de los
primeros y resolver, a través del manejo de los animales productores de
leche, la docilidad de estos, ya que se han reportado largos períodos
interpartales (dos años) para los búfalos de pantano en crías extensivas
(Cruz, 2001).

La fertilidad puede ser más alta en la F1 y declinar en la F2 y la F3 en el caso


de las hembras (Hincapié, 2000) y con respecto a los machos existe un alto
porcentaje de infertilidad desde la primera generación (Bascur et al., 1988);
aunque estos disturbios en las hembras no ocurren por igual en todos los
rebaños y cruces, en la actualidad la mayoría de los híbridos procrean
normalmente (Quesada, 2001).

En China, mediante un triple cruzamiento entre las razas Murrah, Nili Rabi y
Carabao se logró disminuir la entrada a la pubertad, el intervalo parto-primer
celo y el intervalo parto-parto. El comportamiento reproductivo estacionario
de los búfalos de agua sigue siendo un tema polémico internacionalmente.
Según Vale (2002), el búfalo es un animal poligástrico continuo capaz de
reproducirse durante todo el año, siempre que esté bajo buenas condiciones
de manejo y explotación. En Venezuela, la mayoría de los partos ocurren
entre agosto y octubre (Aso búfalo, 1992) .Con respecto a las bubillas, la
edad al primer parto según Vale et al. (2001) fluctúa entre 32 y 35 meses;
mientras que Lall (2001) planteó 38 a 45 meses de edad, incluso en bubillas
pobremente alimentadas.

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CRIANZA
Al igual que en todas las especies, se debe tener especial cuidado con los
recién nacidos en su primera etapa de vida. Lo más importante en este
período inicial lo constituye la ingestión de calostro que contiene altas
concentraciones de proteína y minerales, como calcio, fósforo y potasio,
vitaminas liposolubles y gammaglobulinas, pues no existe transferencia de
madre a hijo a través de la placenta. Para ello se debe garantizar la
permanencia de la madre con su becerro los 10 primeros días de vida.
Las crías nacen fuertes y logran incorporarse a las pocas horas de nacidas
para acompañar el rebaño; logran un incremento rápido en el peso vivo a
partir del nacimiento y alcanzan una ganancia diaria entre 0,92-0,98 kg
(Agudelo et al., 2007; Urdaneta, 2008).

En crías intensivas se han alimentado por medios artificiales sin ningún


problema para su adaptación y, de igual manera, se ha trabajado con el
sistema de nodrizas que pueden amamantar de dos a tres bucerros (Campo
e Hincapié, 2004).

La identificación del recién nacido debe efectuarse a los siete días y el


descorne a los 10-12 días, al igual que es importante la desparasitación a
esta edad y la observación de los neonatos para evitar casos de
onfaloflebitis. El destete se realiza entre los seis y ocho meses de nacidos,
teniendo en consideración aspectos tales como el estado corporal de la cría,
la condición corporal de la madre, si está o no en ordeño y el estado
reproductivo (Campo e Hincapié, 2004).

El peso al destete está estrechamente relacionado con el sistema de cría


empleado y, por lo general, el macho es más pesado que la hembra. Al
efectuarlo es recomendable separar los machos de las hembras, llevarlos a
potreros o cuartones con buenos pastos, y preferiblemente, que se
encuentren separados de sus madres.
Galloso y Simón (2007), al comparar la crianza de bucerros en un sistema
arborizado con un sistema de gramíneas en monocultivo, encontraron que la
descomposición de las bostas en ambos sistemas tuvo una evolución
diferente. En el silvopastoreo, a medida que aumentó el número de bostas
frescas, se estableció una relación positiva con aquellas en descomposición
y negativa con las momificadas; lo contrario ocurrió en el sistema no
arborizado.

Estos resultados concuerdan con los obtenidos en terneros por Soca (2005),
quien señaló que en los sistemas arborizados hay una presencia abundante

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de insectos coprófagos y una macro fauna edáfica que aceleran la
descomposición de las bostas, ya que estos sistemas proporcionan
condiciones edafoclimaticas que favorecen el desarrollo de una rica y
variada fauna del suelo.

Esta rápida descomposición de las excretas en el pastoreo actúa


positivamente en la eliminación de los huevos y las larvas de los parásitos
gastrointestinales, lo que reduce los peligros de infestación en los animales
y disminuye las pérdidas de elementos nutritivos debido a los efectos
erosivos, la volatilización y otros, lo que se manifiesta positivamente en la
salud y el crecimiento de los bucerros.

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METODO DE LA INVESTIGACION
Los pastos cultivados existentes fueron Panicum maximum cv. likoni y
Cynodon nlemfuensis (pasto estrella), los cuales predominaron en el sistema
arborizado y Digitaria decumbens (pangola común) en el sin arborización,
mientras que los pastos naturales estuvieron representados
mayoritariamente por Paspalum notatumresultando muy poca la diferencia
entre los sistemas en cuanto a la composición florística del pastizal y en la
que solo se destaca la presencia de las plantas de L. leucocephala en el
sistema silvopastoril.

La presencia de los árboles y el efecto de la sombra mantuvieron una


disponibilidad adecuada de materia seca en el pastizal lo que contribuyó a
mejorar el balance alimentario de los búfalos y mantener una buena
producción, según se puede apreciar en el Cuadro 1, que recoge la
producción individual, por área y lactancia y su duración y el intervalo parto
de ambos sistemas como promedio de 4 años de investigación. Como se
puede apreciar en el Cuadro 1 todos los indicadores productivos fueron
favorecidos por el sistema arborizado, el cual contó con suficiente
disponibilidad de pastos para garantizar una carga animal de 0,6 búfalas/ha
mas sus crías, estipulado por SISTEBUF (2005); mientras que en el sistema
sin arborización fue necesario ocupar mayor cantidad de área, para que los
animales pudieran suplir sus necesidades alimentarias, lo que redujo la
carga a menos de la mitad (0,25 UGM/ha).

La producción de esta especie en Cuba, así como en algunos países


latinoamericanos, en áreas tropicales de Asia y algunas de África,
constituye una alternativa importante para la alimentación humana como
fuente de proteína de origen animal, de alto valor biológico, en
explotaciones multipropósitos, un tanto subestimada por las características
económicas de producción extensiva (FAO, 2000).

Dicha producción reviste especial interés para satisfacer la ración


alimenticia de los seres humanos, en particular en las áreas tropicales, por
cuanto estos animales resisten enfermedades, convierten y aprovechan los
alimentos donde los bovinos son incapaces de hacerlo, y producen una
leche de alta calidad y abundante carne; además sirven como animal de
trabajo y se caracterizan por su plasticidad de adaptación a diferentes
condiciones ambientales del trópico (Brito, 2006).

Los búfalos para controlar la temperatura corporal usan los baños y


revolcaderos, pero también pueden termo regular a la sombra,

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particularmente la suministrada de forma natural por los árboles y los
arbustos en los potreros (Brito, 2006; Simón y Galloso, 2008b).

Por otra parte, alcanzan altas producciones y buen comportamiento


reproductivo en pastos naturales y de mediana calidad, y responden
positivamente a las mejoras alimentarias y de manejo (Fundora y González,
2001; Moser, 2001), por lo que se aconseja la crianza de búfalos en lugares
con abundante sombra y pastos de alto valor proteínico, con la
característica de que aun en condiciones de pasturas naturales, no es tan
selectivo como el bovino y hace un mejor aprovechamiento de los alimentos
(Planas, 2005).

Se consideran animales muy prolíferos y longevos, ya que se conocen


numerosos casos de hembras con 20 partos y más de 25 años de edad. El
período de gestación es aproximadamente un mes más largo que en el
bovino, el estro es difícil de detectar y la mayoría de los apareamientos
ocurren durante la noche, lo que implica que los criadores encuentren más
problemas que en la crianza de bovinos (Ligda, 1998). La natalidad media es
de 82% y cuando hay condiciones de manejo excelentes oscila entre 85-
100% (Planas, 2005).

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INVERSION PARA EL SISTEMA SILVOPASTORIL

AREA 1 HA.

POBLACION ANIMAL 3 BUFALOS


COSTO DE FUNDACION BsF 45.000

INGRESOS 30 AÑOS BsF 240.000

RENTABILIDAD 50 %

TASA DE CAPITALIZACION 500 %

POBLACION VEGETAL 423 PLANTAS


COSTO DE FUNDACION BsF 8.460

INGRESOS 30 AÑOS BsF1.269.000

RENTABILIDAD 99 %

TASA DE CAPITALIZACION 30.000 %

INGRESOS TOTALES BsF 1.389.000

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CONCLUSIONES
La tecnología del silvopastoreo racional es factible de transferir a la
explotación lechera bufalina por los incrementos alcanzados en los
indicadores de producción de leche diaria, por búfala, lactancia y por
hectárea, favoreciendo los ingresos económicos.

PRODUCCIÓN LÁCTEA
Los productos bufalinos son una importante y reconocida fuente de
alimentación en muchos países en vías de desarrollo y se han ido
transformando en una buena oportunidad de negocios (De Bernardi, 2001).

Las búfalas presentan una gran habilidad materna y esto produce un efecto
positivo en la liberación de la leche, lo que se debe al gran celo por su cría.
De acuerdo con esta condición, se recomienda que después del ordeño
debe permanecer por lo menos 30 minutos con la cría (Anon, 2006).

Un elemento que ha influido en el énfasis que se le está dando al desarrollo


del búfalo para la producción láctea y de carne está dado, entre otros
aspectos, por la similitud de algunas de sus características con las del
vacuno, por lo que es necesario hacer pequeñas adaptaciones para ajustar
las condiciones de explotación de una a otra especie. En este sentido,
Angulo et al. (2005) plantearon que el búfalo es un animal que tiene
rendimientos comparables con sus competidores comerciales vacunos.

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El Cuadro 2 muestra los resultados de los ingresos por la venta de la leche
en moneda nacional (MN) y peso convertible (CUC). Todos los indicadores
favorecieron al sistema arborizado en ambas monedas, los ingresos fueron
mucho mayores, resultando el ingreso por hectárea el de mayor
significación económica por efecto de la mayor carga animal (UGM/ha) que
fue posible emplear en el sistema silvopastoril.

El rebaño bufalino ha alcanzado un notable crecimiento en el planeta en los


últimos años; actualmente su producción láctea representa alrededor del
10% a nivel mundial y también resulta significativa su producción de carne
(Ligda, 2001).

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PRODUCCIÓN DE CARNE
La potencialidad del búfalo para producir carne es una práctica que ha
tomado auge en los últimos años; según Angulo et al. (2002) y Vale (2002), el
búfalo de agua se comporta mejor que el ganado vacuno en iguales
condiciones de manejo y explotación en muchos países tropicales.
La perspectiva de los países en desarrollo en la cría bufalina para carne es la
de sacrificar los animales con la menor edad posible, que tiene como ventaja
la eficiencia en la conversión de los alimentos y una menor acumulación de
tejido adiposo con relación a los animales de mayor edad.
En esta particularidad el búfalo tiene ventaja sobre el bovino, ya que alcanza
la plenitud del desarrollo en poco tiempo, lo cual se manifiesta en más carne
en menor tiempo y a menor costo (Bautista et al., 2002).
Las características organolépticas y las propiedades físico-químicas de las
carnes de ambas especies no difieren significativamente, aunque la del
búfalo tiene menos grasa y el contenido proteínico es mayor (tabla 3).

Según Angulo et al. (2002) en Colombia se produce carne de alta calidad,


con rendimientos que compiten con los de los bovinos en sistemas donde
se alimentan los animales con leche ad libitum hasta el destete
aprovechando su alto valor nutritivo, y se alcanzan mayores ganancias de
peso vivo (Campo, 1996).
En la mayoría de los sistemas de producción no se tienen en cuenta los
animales y, por este motivo, las primeras etapas de desarrollo transcurren
en áreas de pastos con bajos tenores de proteína y energía, por lo que se

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obtienen animales con bajo peso al destete y ganancia de peso vivo entre
200 y 300 g/día (Ramírez, 2001).
Para comprobar las posibilidades carniceras del búfalo de río (Buffalypso),
Simón y Galloso (2009) midieron el rendimiento cárnico aprovechable (tabla
4) en un total de 84 canales, con un peso promedio de 436 kg de peso vivo
vacío al sacrificio. Los animales se mantuvieron en pastos naturales con
baja carga y sin suplementación, con una edad inferior a 24 meses.

Como se puede apreciar, no existieron diferencias apreciables para ninguno


de los indicadores del rendimiento entre los animales de peso vivo similar
con menos de 24 meses. Tampoco se encontraron diferencias en la
composición de la canal (tabla 5).

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