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Preguntas: (Bertalanffy)
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relaciones de modo de adjudicarle relieve y oscureciendo otras. Sobre todo cuando
la relación es complementaria, como en las relaciones de tipo líder-seguidor, fuerte-
débil o progenitor-hijo, resulta fácil perder de vista la totalidad de la interacción y
desmenuzarla en unidades independientes linealmente causales.
4) Retroalimentación: Es la capacidad de un sistema de regular sus egresos a partir
de sus ingresos y viceversa. El equilibrio de un sistema es un equilibrio de flujos: en
cada uno de los elementos de los sistemas, como en el sistema mismo, los
ingresos deben hallarse en cierta relación de equivalencia con los egresos, y
aunque pueden admitirse altibajos momentáneos, éstos no han de sobrepasar, ni
en magnitud ni en duración, ciertos márgenes críticos.
La retroalimentación puede ser positiva o negativa, es positiva cuando en un
sistema la información sobre el resultado de una acción genera estímulos en el
mismo sentido de la acción original. Ejemplo del piropo a la señorita que bien
recibido nos induce a más. Con este tipo de retroalimentación el sistema se aleja
cada vez más del punto de estabilidad, y si la espiral no se detiene de algún modo,
puede desaparecer.
Hay en cambio retroalimentación negativa cuando la información sobre el resultado
de una acción genera estímulos en sentido inverso al de la acción original, con lo
que se tiende a reducir a cero el efecto de los cambios. Esta forma de
retroalimentación contrarresta los desplazamientos de cada magnitud del sistema,
con lo que mantiene los valores cerca del punto ideal de equilibrio dinámico.
Ejemplo: adoptar una actitud agresiva hacia un individuo más corpulento que
nosotros tras la cual recibimos como respuesta una golpiza que nos disuade de
tomar esa misma actitud hacia alguien de sus características.
Totalidad: Al hablar de totalidad debemos comenzar definiendo la estructura de un
sistema. Esta hace referencia al orden en que se hallan distribuidos los elementos
de un sistema, es la que permite conservar y facilitar las relaciones de dichos
elementos. Asimismo cada elemento del sistema se halla situado en la estructura
de acuerdo con la función que le compete, esto es, con el tipo de actividad que es
propia de ese elemento en relación con los demás. Sin estructura no habría función
y sin función la estructura desaparecería.
Ahora bien, a un sistema no se lo puede entender como la suma de esos
elementos, cuando hablamos de totalidad hacemos referencia a que cada uno de
esos elementos que conforman el sistema, está relacionado de tal modo con los
otros, que, un cambio en uno de ellos provoca un cambio en todos los demás y en
el sistema total. Esto es, un sistema se comporta no sólo como un simple
compuesto de elementos independientes, sino como un todo inseparable y
coherente.
5) Frontera: la frontera de un sistema determina la relación adentro-afuera , esto es,
permite establecer, entre todas las cosas del universo, cuáles serán consideradas
elementos del sistema y cuáles quedarán excluidas de tal privilegio. Sin una
frontera el sistema sería indiscernible de su entorno. Pero la frontera no es siempre
fácil de identificar, y en muchos casos depende de decisiones por lo menos
linguísticas y casi siempre pragmáticas. Por ejemplo la frontera de un país, el límite
geográfico. En este punto no hay una respuesta verdadera: la constitución del
sistema depende del observador y de las decisiones metodológicas que éste
adopte para mejor perseguir sus propios fines.
6) Finalidad: la finalidad es una propiedad revelada por el comportamiento efectivo
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del sistema , por lo que se la ha definido como el objetivo o meta que el sistema
parece perseguir, pese a las modificaciones del entorno. Es decir, su supervivencia.
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observado.
Cibernética estudia de qué manera los procesos de cambio determinan
diversos órdenes de estabilidad y control.
1940: 1era Cibernética
Autonomía: el funcionamiento de los sistemas está regido por sus propias leyes.
Retroalimentación negativa: cuando un sistema rompe el punto de equilibrio, el
propio sistema vuelve homeostáticamente a ese equilibrio anterior.
Retroalimentación simple: retorno de la información para formar un lazo de control
cerrado. Los ingresos deben hallarse en relación de equivalencia con los egresos.
Ej.: termostato, el sistema vigila su propio desempeño y es autocorrectivo.
1960: 2da Cibernética
Retroalimentación positiva: la información sobre el resultado de una acción genera
estímulos en el mismo sentido de la acción original.
El sistema se aleja cada vez más del punto de equilibrio.
Aprendizaje: la información que reingresa modifica su desempeño actual. Ahora los
ingresos no están directamente relacionados con los egresos.
El terapeuta tiene las habilidades para transformar el sistema familiar y
arreglar la patología.
El observador es externo al sistema que observa.
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Heinz von Foerster, Margaret Mead, Humberto Maturana y Francisco Varela
Comienzan a cuestionar el principio de objetividad. Todo lo que afirmamos sobre
los sistemas no es independiente de nosotros, los observadores de esos sistemas.
Nosotros también somos sistemas.
Observador y observado interactúan a través de procesos autorreferenciales
(circularidad).
Cómo generar nosotros mismos nuestros sistemas a través de la noción de
circularidad?
Su objeto de estudio: los sistemas auto-observantes y autorregulados.
El propio sistema observador-contralor es incluido, en tanto sistema como
parte del sistema que observa y controla.
Cibernética en tanto disciplina que estudia los procesos de autoorganización y
automodificación.
1960 - Autorreferencia
Operación por la cual una operación se toma a si misma como objeto. Por ejemplo:
el lenguaje o la conciencia.
1980 - Circularidad
Se pasa de la explicación lineal a la explicación circular. El observador se halla
observando su propia observación.
Ej.: un comportamiento disfuncional en una persona, es causa del desequilibrio
familiar?, o, el desequilibrio familiar es causa de la disfunción de esa persona? A se
siente intimidado cuando B reprime a C, y C reprocha a A que no lo defiende de
frente ante los retos de B.
1980 - Equifinalidad
En un sistema los cambios no están determinados tanto por las condiciones
iniciales como por la naturaleza del proceso o los parámetros del sistema.
El terapeuta acompaña a la familia en la búsqueda de las propias soluciones
a los conflictos, soluciones que ellos son capaces de construir.
Desde dónde se define lo que es disfuncional?
Preguntas:
1) Qué relación puede establecerse entre la cibernética y la psicología
sistémica?
2) Caracterice la “cibernética simple” o cibernética de “primer grado“.
3) Qué características de los sistemas abiertos se desarrollan en esta
cibernética positivista? Defina los conceptos. Retroalimentación negativa y
positiva y homeostasis.
4) Caracterice la “cibernética de la cibernética” o “cibernética de segundo
grado”.
5) Qué características de los sistemas abiertos se desarrollan en esta
cibernética construccionista? Defina los conceptos. Equifinalidad -
Circularidad.
Unidad II
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Cap. II
Algunos axiomas exploratorios de la comunicación.
En primer lugar hay una propiedad de la conducta que no podría ser más básica
por lo cual suele pasársela por alto: no hay nada que sea lo contrario de
conducta. En otras palabras, no hay no-conducta, o dicho aún de forma más
simple, es imposible no comportarse. Ahora bien, si se acepta que toda conducta
en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir, es
comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de
comunicar. Actividad o inactividad, palabras o silencio, tienen siempre valor de
mensaje: influyen sobre los demás, quienes a su vez no pueden dejar de responder
a tales comunicaciones y, por ende, también comunican. En síntesis, cabe postular
un axioma metacomunicacional de la pragmática de la comunicación: no es
posible no comunicarse.
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enfermedad, mi ansiedad, mi mala vista, el alcohol, la educación que he
recibido, los comunistas o mi esposa.
Axioma II: Toda comunicación tiene un aspecto de contenido (lo que digo) y
un aspecto relacional (a quién y cómo lo digo) tales que el segundo clasifica
al primero y es, por ende, una metacomunicación.
Toda comunicación implica un compromiso y por ende, define la relación, es decir,
toda comunicación no sólo transmite información sino que al mismo tiempo, impone
conductas.
Antes de pasar a los trastornos que pueden surgir en el área de los aspectos de
contenido y relacionales, consideremos de modo esquemático cuáles son las
variaciones posibles:
1) En el mejor de los casos, los participantes concuerdan con respecto al
contenido de sus comunicaciones y a la definición de su relación.
2) En el peor de los casos, encontramos la situación inversa: los participantes
están en desacuerdo con respecto al nivel del contenido y también al de
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relación.
3) Entre ambos extremos hay varias formas mixtas importantes:
a) Los participantes están en desacuerdo en el nivel del contenido, pero ello
no perturba la relación. Quizás ésta sea la forma más madura de manejar el
desacuerdo; los participantes acuerdan estar en desacuerdo, por así decirlo.
b) Los participantes están en acuerdo en el nivel del contenido pero no en el
relacional. Ello significa que la estabilidad de su relación se verá seriamente
amenazada en cuando deje de existir la necesidad de acuerdo en el nivel del
contenido. Muchos matrimonios tienen crisis precisamente cuando se superan las
dificultades externas que hasta ese momento obligaban a los cónyuges a un
esfuerzo conjunto y a un apoyo mutuo. En el campo de la dinámica familiar, la
función de chivo emisario de un niño cuyo “problema” (bajo rendimiento escolar,
enfermedad física, neurosis, psicosis, delincuencia) impone a los padres la
necesidad constante de tomar decisiones conjuntas e intervenir en situaciones de
crisis, cosa que confiere a su relación una pseudoestabilidad, que, en realidad no
existe. En todos estos casos es posible predecir con certeza casi matemática que
cualquier mejoría del paciente se verá seguida por una crisis marital que, a su vez,
a menudo hace que reaparezca la patología del hijo.
c) Otra posibilidad son las confusiones entre los dos aspectos, contenido y
relación. Pueden consistir en un intento por resolver un problema relacional en el
nivel del contenido (donde no existe) o, por el contrario, en una reacción frente a un
desacuerdo objetivo con una variación del reproche básico: “Si me amaras, no me
contradecirías.”
d) Por último, y de particular importancia clínica, son todas aquellas
situaciones en las que una persona se ve obligada de un modo u otro a dudar
de sus propias percepciones en el nivel del contenido, a fin de no poner en
peligro una relación vital con otra persona. Esto lleva a pautas de comunicación
paradójica.
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un área tal: su incapacidad de meta comunicarse acerca de su respectiva manera
de pautar su interacción. Dicha interacción es de una naturaleza oscilatoria de tipo
si-no-si-no-si que, teóricamente, puede continuar hasta el infinito y está casi
invariablemente acompañada por las típicas acusaciones de maldad o locura.
El dilema surge de la pretensión de que la puntuación tiene un comienzo, y es éste
el error de los que participan en tal situación.
Así podemos incorporar un tercer axioma la de la metacomunicación: La
naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de
comunicación entre los comunicantes.
Unos pocos ejemplos muestran que las discrepancias no resueltas en las puntuación
de las secuencias comunicacionales pueden llevar directamente a impasses
interaccionales en los que, eventualmente, se hacen acusaciones mutuas de locura
o maldad.
La decisión en cuanto a qué es esencial y qué es irrelevante, varía de un individuo a
otro y parece estar determinada por criterios que, en gran medida, quedan fuera de
la conciencia. Probablemente la realidad es según como la vemos. Sólo podemos
conjeturar que en la raíz de estos conflictos de puntuación, existe la convicción
firmemente establecida y por lo común no cuestionada, de que sólo hay una
realidad, el mundo tal como yo lo veo, y que cualquier visión que difiera de la mía
tiene que deberse a irracionalidad o mala voluntad.
Lo que podemos observar en casi todos los casos de la comunicación patológica es
que constituyen círculos viciosos que no se pueden romper a menos que la
comunicación misma se convierta en el tema de la comunicación, en otras palabras,
hasta que los comunicantes estén en condiciones de metacomunicarse. Pero para
ello tienen que colocarse afuera del círculo.
Causa y efecto
Solemos observar en estos casos de puntuación discrepante un conflicto acerca de
cuál es la causa y cuál el efecto, cuando en realidad, ninguno de estos conceptos
resulta aplicable debido a la circularidad de la interacción.
La puntuación discrepante ha llevado a visiones distintas de la realidad, incluyendo
la naturaleza de la relación, y, por ende, a un conflicto interpersonal o internacional.
Esto nos lleva al importante concepto de la profecía autocumplidora que, desde el
punto de vista de la interacción, constituye quizás el fenómeno más interesante en el
campo de la puntuación. Se trata de una conducta que provoca en los demás la
reacción frente a la cual esa conducta sería una reacción apropiada. Por ejemplo,
una persona que parte de la premisa “nadie me quiere”, se comporta con
desconfianza, a la defensiva, o con agresividad, ante lo cual es probable que los
otros reaccionen con desagrado, corroborando así su premisa original.
En términos pragmáticos, lo que se puede observar es que la conducta interpersonal
de ese individuo muestra esa clase de redundancia, y que ejerce un efecto
complementario sobre los demás, forzándolos a asumir ciertas actitudes específicas.
Lo que caracteriza la secuencia y la convierte en un problema de puntuación, es que
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el individuo considera que él sólo está reaccionando ante esas actitudes, y no que
las provoca.
Otro ejemplo es el del matrimonio en el que la esposa dice que su marido no hace
nada, no tiene iniciativa, y el esposo dice que ella hace todo y no lo deja hacer
nada a él, es una mujer por demás dominante. Ninguno sabe en qué momento
entraron en este círculo de considerar al otro así y no poder salir de él.
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el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
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siempre será antes del terrorífico final que imagina.
Con respecto a la histeria surge un problema inverso, tiene lugar aquí una nueva
retraducción de los mensajes ya digitalizados al modo analógicos, por ejemplo, la
jaqueca verbal que fue inventada como una excusa convencional para no realizar
alguna tarea puede volverse subjetivamente real y adquirir magnitudes concretas
en la dimensión del dolor.
Escalada simétrica
En una relación simétrica existe siempre el peligro de la competencia. Como puede
observarse tanto en los individuos como en las naciones, la igualdad parece ser
más tranquilizadora si uno logra ser un poquito “más igual” que los otros. Esta
tendencia explica la calidad de escalada que caracteriza a la interacción simétrica
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cuando ésta pierde su estabilidad dando lugar a lo que se llama una escapada, por
ejemplo, disputas y luchas entre individuos o guerras entre naciones.
Por ejemplo: peleas entre hermanos, compañeros de trabajo, colegas, amigos,
cónyuges en un divorcio cuando pelean por bienes, tenencia de hijos.
Las patologías de las relaciones simétricas equivalen a rechazos antes que
desconfirmaciones del self del otro.
Complementariedad rígida
Las patologías de las relaciones complementarias, por otro lado, son muy distintas
y en general equivalen a desconfirmaciones antes que a rechazos del self del otro.
No puede haber una madre sin un hijo. Pero los patrones de la relación madre-hijo
se modifican con el tiempo. El mismo patrón que resulta biológica y
emocionalmente vital durante una fase temprana en la vida del niño se convierte en
un serio obstáculo para su desarrollo ulterior si no se permite que tenga lugar un
cambio adecuado en la relación. Así, según el contexto, el mismo patrón puede ser
acabadamente confirmador del self en un momento y desconfirmador en una etapa
posterior (o prematura) de la historia natural de una relación.
La complementariedad rígida se da cuando se agudizan las diferencias entre una
persona y otra, se da una complementariedad fija, pero en realidad los roles no son
fijos ni estáticos.
Otros ejemplos con Profesor-alumno, médico-paciente, dominador-sometido,
gobernante-gobernado, prestador de servicio-usuario.
A la patología de las relaciones complementarias, el psicoanálisis las denomina
relaciones sadomasoquistas y las entiende cómo una unión más o menos fortuita
entre dos individuos cuyas respectivas formaciones caracterológicas alteradas se
complementan. En tales relaciones se observa un sentimiento progresivo de
frustración y desesperanza en los dos o en uno de los participantes. Se comprueba
con frecuencia la queja acerca de sentimientos cada vez más atemorizantes de
extrañamiento y despersonalización, de abulia y acting out compulsivo por parte de
individuos que fuera de sus hogares (o en ausencia de sus parejas) son capaces
de funcionar en forma perfectamente satisfactoria y que, cuando se los entrevista
individualmente pueden dar la impresión de estar bien adaptados. Este cuadro a
menudo cambia dramáticamente cuando se los observa en compañía de su
“complemento“: entonces se hace evidente la patología de la relación.
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Unidad III: Escuela de Palo Alto
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paciente, implica una posición de no choque, de no confrontación, de humildad, su
realidad la tiene el paciente.
La terapia breve que se presenta aquí está basada en dos ideas centrales para la
terapia familiar:
a) focalización en la interacción presente de conductas observables y b)
intervención deliberada para alterar el sistema vigente.
Puede tratar desde dificultades escolares y laborales, crisis de identidad, problemas
de pareja, familiares y sexuales, delincuencia, alcoholismo y problemas de
alimentación, ansiedad, depresión y esquizofrenia.
La principal tarea del terapeuta es tomar acción deliberada para alterar patrones de
interacción ineficientes, tan fuerte, efectiva y eficientemente como fuera posible.
Principios fundamentales
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personas, problemas de interacción (paciente identificado y su familia, o relaciones
laborales también).
3) Los problemas son considerados como una resultante primordial de las
dificultades diarias, que usualmente incluyen la adaptación a algún cambio de vida
que no fue manejado adecuadamente por las partes implicadas. Cuando las
dificultades comunes de la vida se manejan mal, los problemas irresueltos tienden
cada vez más a involucrar otras actividades y relaciones a través de cortes o crisis,
dando como resultado la formación de síntomas.
4) Mientras que las dificultades fortuitas de la vida, como enfermedades, accidentes
o pérdida de empleo, aparecen a veces como motivadores en la irrupción de un
problema, observamos los pasos de transición normales en la vida familiar como
las “dificultades diarias” más comunes e importantes que pueden conducir a
problemas (por ej. Pasar de noviazgo a matrimonio, luego al nacimiento de los
hijos, su crianza, luego su partida, luego la muerte del cónyuge). Aunque la mayoría
de los individuos se las arregla más o menos bien para manejar este tipo de
transiciones, las mismas requieren cambios esenciales en las relaciones
interpersonales que pueden fácilmente ser erróneamente manejados.
5) Hay dos maneras a través de las cuales pueden desarrollarse los problemas: si
las personas tratan una dificultad común como un problema, o si tratan una
dificultad común, o más grave, como si no fuera un problema en absoluto, es decir,
por enfatizar demasiado o muy poco las dificultades de vivir. La primera aparece
relacionada con las expectativas utópicas de la vida(soluciones ideales a sus
problemas). Inversamente, los problemas surgen también de la negación de las
dificultades manifiestas que podrían verse como afirmaciones utópicas. Por ej, la
pareja que insiste que su matrimonio es perfecto, o los padres que niegan la
existencia de cualquier conflicto con sus hijos y que sostienen que cualquiera que
los vea es dañino o loco.
6) Una vez que una dificultad comienza a verse como un problema, la continuación
y a menudo la exacerbación del mismo resulta de la creación de una onda positiva
de retroalimentación centralizada muy a menudo alrededor de aquellas mismas
conductas de los individuos dentro del sistema con las que tratan de resolver dicha
dificultad. Se trata de dar una solución a la dificultad original que sólo la intensifica,
y así sucesivamente. Ej.: paciente depresivo al que tratan de alentar y quien se
siente peor porque no lo comprenden, o porque no puede responder a las actitudes
de quienes tratan de “levantarle el ánimo“.
7) Se toman los problemas o síntomas de larga duración no como algo crónico en
la acepción habitual de algún defecto básico en el individuo o familia, ni siquiera se
piensa que se haya instalado a través del tiempo, sino como una dificultad que
persiste al ser repetitivamente mal manejada. La gente con problemas crónicos
simplemente se ha esforzado inadecuadamente durante períodos más
prolongados.
8) Se observa que la resolución de problemas requiere como primera medida una
sustitución de las pautas de conducta que permita suprimir los circuitos positivos de
retroalimentación, enviciados.
9) Aunque la solución parezca ilógica, se trata de promover un cambio beneficioso,
efectivo. Por ejemplo, nos gustaría comentar lo triste que parece un paciente
depresivo y aceptar que debe existir un motivo real e importante para que se
encuentre de esta manera. Pero una vez que se le informa de la situación que
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motiva su estado de ánimo, podemos decir lo extraño que no se encuentre aún más
deprimido. La consecuencia usual, paradójica como parece, es que el paciente
comienza a mostrarse y sentirse mejor.
10) Además de aceptar lo que trae el paciente y revertir el tratamiento común que lo
único que ha servido es para empeorar las cosas, este mero ejemplo, sirve para
ilustrar acerca del concepto de no irse por las ramas, enfocando directamente el
síntoma presentado y trabajando en forma circunscripta a fin de aliviarlo
efectivamente.
Se sostiene que el cambio se efectúa más fácilmente si la meta del cambio es
razonablemente pequeña y está claramente establecida.
11) La aproximación de esta escuela es fundamentalmente pragmática. Trata de
basar sus concepciones e intervenciones en la observación directa, durante el
tratamiento de qué es lo que pasa en los sistemas de interacción humana, cómo
persisten y cómo se los puede alterar más efectivamente.
Se evitan las preguntas “Por qué?” Desde su punto de vista esta pregunta no es
relevante; enredarse en ella comúnmente lleva a preocuparse por las causas
subyacentes, más profundas, históricas, mentales, familiares, de los problemas de
conducta y por el insight sobre estas. Esto es, la cuestión del “Por qué?” tiende a
promover una concepción individualista, voluntarista y racionalista de la conducta
humana, antes que una focalizada sobre sistemas de interacción e influencia. Más
aún, dado que las causas subyacentes son de por sí, inferibles más que
observables, preocuparse por ellas distrae al terapeuta de una atenta observación
del problema actual y qué conducta puede estar perpetuándolo.
Se tratan todos los casos siguiendo un esquema básico de seis pasos, aunque en
la práctica puede darse cierta superposición entre éstos:
1) Presentación del encuadre: cantidad de sesiones, dinero, qué se va a tratar, se
compromete con la sesión.
2) Definición del problema: recorte, se realizan las siguientes preguntas Qué es lo
que Ud. hace ahora a causa de este problema; qué es lo que Ud. quiere dejar de
hacer o quiere cambiar?, qué es lo que le gustaría hacer y a causa del problema no
puede hacer? Delimitar y precisar el problema permite decidir si en 10 sesiones
esta terapia se puede llevar adelante.
3) Valoración de las pautas de conducta que mantienen el problema: Aquí se
valoran los intentos fallidos por solucionar el problema, haciendo sentir bien a la
persona, valorando ese intento fallido. Es valorar positivamente esas pautas de
conducta.
4) Fijar las metas del tratamiento: Su función es la de conducir el tratamiento, actúa
como guía, se co-construye con el paciente. Existen tres tipos de sujetos: utópicos,
razonables y los depresivos.
5) Selección y elaboración de intervenciones en términos de conducta: Intervención
amplia mediante el silencio, estricta mediante una interpretación. Se procede
mediante la redefinición, en la que el terapeuta busca un nuevo rol o función que
traiga a colación el paciente, de él mismo o un allegado de él ej.: madre intrusa a
madre preocupada, la prescripción paradójica se refiere a prescribir determinadas
pautas que son opuestas a las metas del tratamiento (insomnio, psicosomáticas)
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muy buena para que el paciente logre el control sobre sus síntomas; y la
intervención de familiares, con el permiso del paciente, se convoca a alguien
allegado (familiar, amigo), pero no a familiares enfrentados, por ej.al paciente que
se le pide que traiga a su esposa.
6) Finalización: Se intenta hacer un cierre, donde se destacan los logros
alcanzados atribuyendo siempre los mismos al paciente. Asimismo se analizan los
items que quedaron en el tintero, lo que se denomina depósito.
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problema y su manejo, incluyendo su interacción.
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cooperación del paciente o de algún miembro de la familia. Si la redefinición de una
acción o situación por parte del terapeuta no es atacada abiertamente, lo que
generalmente puede ser manejado, entonces el significado y los efectos de aquella
conducta ya han sido modificados.
b- Uso de la motivación y de las características idiosincrásicas:
Desde un comienzo se trata de determinar la aproximación que resultará más
apropiada para cada paciente de observar “dónde está parado” y conocer sus
necesidades, ya sea creer en lo mágico, derrotar al experto, encargarse de alguien,
enfrentar un desafío, o lo que fuera.
c- Cambio de conducta dirigido:
Uno de los objetivos más importantes es el de cambiar la conducta manifiesta,
hacer que la gente cambie la conducta que mantiene el problema y desarrolle otras
que llevan a la meta del tratamiento. Ya se ha dicho que es justamente la conducta
que parece más lógica para la gente, la que está perpetuando sus problemas.
Necesitan por consiguiente, especial ayuda para hacer aquello que parecería
ilógico y equivocado. Ya sabemos que mientras se cabalga sobre un caballo
desbocado, es difícil seguir las directivas del instructor de soltar las riendas, a pesar
de que sabemos que es nuestra manera de sujetarlo lo que produce su espanto.
Las instrucciones de comportamiento son más efectivas cuando se las encuadra
cuidadosamente y se las comunica de manera indirecta, implícita, aparentemente
insignificante. Al requerir un cambio, es provechoso minimizar ya sea el asunto o la
manera con que se formula el pedido. Sugerir el cambio, más que ordenarlo. Se
indican sólo acciones que parezcan mínimas para el paciente, aunque se piense
que conforman el primero de una serie de pasos que implican un microcosmos de
la dificultad central. Se emplean con regularidad tareas para la casa de distintos
tipos, tanto para aprovechar el tiempo mejor, como para promover un cambio
positivo donde cuenta más: fuera del consultorio, en la vida real.
d- Instrucciones paradójicas:
Generalmente, la instrucción paradójica consiste en indicar conductas
aparentemente opuestas a las metas elegidas, pero que realmente conducen a
ellas. Tales directivas probablemente constituyen la más importante clase particular
de intervenciones en este tratamiento. La instrucción paradójica se aplica con
mayor frecuencia como “prescripción del síntoma” para un caso específico, el
aparente aliento a la conducta sintomática o muy indeseable, a fin de minimizar o
controlar tal comportamiento.
Aunque resulte difícil de creer, los pacientes aceptan estas prescripciones tan
extrañas con presteza. En primer lugar, el terapeuta ocupa el lugar de un experto
que aconseja. Segundo, cuida que la formulación de sus prescripciones se efectúe
de modo tal que éstas resulten lo más aceptables que sea posible, darle una
racionalización apropiada a un paciente particular, hasta negar cualquier
racionalización sobre la premisa de que el paciente necesita descubrir hechos no
anticipados. Tercero, a menudo únicamente se pide al paciente que haga cosas
que ya está haciendo, sólo que sobre una base diferente.
Ya que como terapeutas por definición son expertos que dan directivas precisas
tanto en el actuar como en el pensar, otro elemento que permite a las paradojas
calar hondo en el paciente, está dado por el hecho de que por lo general se las
formula tentativamente, por sugerencias o preguntas más que por órdenes directas,
adoptando a menudo para ello una posición de inferioridad (“one-down“), de
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aparente ignorancia o confusión. Observamos que el paciente, al igual que el resto
de la gente, está más dispuesto a aceptar y seguir consejo cuando se evita
“ponerse terminante”.
e- Utilización de la influencia de las relaciones interpersonales:
Aunque la mayoría de las sesiones de este tratamiento incluyen sólo un terapeuta y
un paciente, en forma directa, se considera y utiliza en este trabajo,
constantemente, relaciones interpersonales más extensas. En principio, aún
cuando se vea sólo al paciente identificado, se concibe el problema en términos de
algún sistema de relaciones y pautas de conducta que afirman el problema,
involucrando a su familia, sus amigos o su situación laboral. Por lo tanto, en toda
intervención realizada con el paciente deberán también, tenerse en cuenta sus
posibles consecuencias para otros. Igualmente, no obstante, intervenciones útiles
pueden ser hechas en cualquier punto del sistema y, con frecuencia, parece más
efectivo centrar los esfuerzos en algún otro, más que en el paciente identificado.
Con las parejas también se utiliza este método, viéndolos generalmente por
separado, dedicando más tiempo, a menudo, al que es visto por ellos como
“normal”. Nuestro punto de vista es que una intervención efectiva en cualquier lugar
del sistema produce cambios en todos los ámbitos del mismo, pero de acuerdo con
lo que ofrece la situación, hay que tener en cuenta que algunas personas son más
accesibles a la influencia o pueden ser una mejor palanca para obtener el cambio
dentro del sistema, que otras. Segundo, el terapeuta y los observadores también
constituyen un sistema de relaciones que es frecuentemente usado para facilitar el
tratamiento. Con pacientes que tienen dificultades para aceptar consejos que
provengan directamente de la persona con la cual se están conectando, el
observador puede hacer llegar comentarios al terapeuta, por el teléfono
intercomunicador, para ser retransmitidos al paciente, provenientes de esta
autoridad no vista y presumiblemente objetiva. Cuando un paciente está
continuamente en desacuerdo, entonces el observador puede entrar y criticar al
terapeuta por “la poca comprensión” del caso, formando una alianza aparente con
el paciente. El observador puede así emitir una versión parafraseada de el
terapeuta ofrece originariamente. El trabajo en equipo facilita la tarea, pero rara vez
es esencial. Un solo terapeuta que sea flexible y no esté indebidamente interesado
por ser correcto y consistente, puede, también, utilizar técnicas similares, por
ejemplo, planteando dos posiciones él mismo.
Como llega a ser evidente, todas estas técnicas de intervención son medios
conducentes a incrementar al máximo el alcance y el poder de la influencia del
terapeuta. Primero, la influencia es un elemento inherente a todo contacto humano.
Segundo, el accionar del terapeuta incluye necesariamente este hecho de la vida,
pero va mucho más lejos; profesionalmente, es un especialista en influir sobre las
personas. La gente llega al terapeuta porque no está satisfecha con algún aspecto
de su vida, no ha sido capaz de modificarlo y busca ayuda por esto. Al tomar
cualquier caso, por lo tanto, el terapeuta acepta la tarea de influenciar los
sentimientos, conducta e ideas de las personas hacia fines deseables. En tercer
lugar y de acuerdo con lo anterior, la responsabilidad primordial del terapeuta es
buscar y aplicar medios efectivos y apropiados de persuasión. Por supuesto, esto
incluye tomar plena cuenta de la situación y objetivos, enunciados y observados del
paciente. Dado esto, sin embargo, el terapeuta aún debe efectuar la elección de lo
que va a hacer y decir. No puede escapar a esta responsabilidad inherente
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siguiendo algún método standard de tratamiento sin tener en cuenta los resultados,
simplemente siguiendo al paciente, o, aún, siguiendo el ideal moral de ser siempre
recto y abierto con el paciente. Estos cursos de acción, aún si fueran posibles,
representan en sí mismos elecciones estratégicas. La mejor vía, entonces, es
reconocer esta necesidad, no negarse a sí mismo la necesidad de efectuar dicha
elección, con el fin de utilizar cualquier medio de persuasión que se juzgue más
factible en las circunstancias dadas y aceptar la responsabilidad por sus
consecuencias.
6) Finalización:
Tanto si se sobrepasa el límite de diez sesiones como si se llega antes a los
objetivos, usualmente se revé, en forma breve, el curso del tratamiento con el
paciente, señalando logros aparentes y dándole máximo crédito por lo que ha
conseguido, haciendo notar también cualquier cosa no resuelta.
Por otro lado, se hace hincapié en su probable futuro, más allá de la terminación
del tratamiento, esto por lo general, está en conexión con recordarle al paciente
que le haremos una entrevista de seguimiento en unos tres meses. Esta
conversación usualmente incluye sugerencias acerca de futuras mejoras.
Se puede recordar al paciente que el tratamiento no intenta llegar a soluciones
definitivas, sino a una apertura inicial a través de la cual pueda encaminarse por sí
solo. En una minoría de casos, sin embargo, particularmente pacientes
negativistas, que no aceptan ayuda de nadie, o aquellos a los que les gusta
competir, se puede tomar un curso opuesto, minimizando cualquier resultado
positivo del tratamiento y expresando escepticismo sobre cualquier progreso futuro.
En los dos casos la meta es la misma: extender la influencia terapéutica más allá
del período de contacto actual con el paciente.
En algunos casos hay pacientes que realizan progresos, pero parecen inseguros de
esto y preocupados por la terminación del tratamiento. A menudo este problema se
resuelve terminando sin terminar, es decir, comunicando que se piensa que se ha
logrado lo suficiente como para finalizar la terapia, pero que esto no es seguro;
solamente puede juzgarse observando experiencias ulteriores de la vida diaria,
sobre un período dado. Se propone entonces hacer un alto en el tratamiento,
dejando “en depósito” lo que ha quedado sin utilizar de las diez sesiones, listas
para ser usadas en caso de que el paciente se encuentre frente a una dificultad
especial. Posteriormente, generalmente el paciente se va de esta manera más
reconfortado y ya no vuelve a llamar.
Conclusión: Implicaciones
El potencial más inmediato y evidente de esta tarea es para el uso más efectivo de
las facilidades y personal psiquiátrico existentes. Esto puede incluir la reducción del
período usual del tratamiento y el correspondiente incremento en el número de
pacientes tratados, sin sacrificar la efectividad de la terapia.
Además no está restringido a pacientes de clase media, articulados y de un nivel de
educación alto, sino que es aplicable a pacientes de cualquier nivel social y
educacional.
Adoptando una visión más amplia, también es importante hacer notar que este
modelo toma todas las dificultades de la conducta bajo una misma mira, pero en
22
dos aspectos diferentes. Primero, correlaciona la conducta individual y el contexto
social en vez de dividirlos, no solamente dentro de la familia sino también
abarcando, potencialmente, todos los niveles de la organización social. Segundo,
este marco ayuda a ubicar continuidades, similitudes e interrelaciones entre
problemas diarios normales, problemas psiquiátricos de conducta individual
desviada y muchas clases de conducta socialmente problemática como el crimen,
el aislamiento social, la anomia, y ciertos aspectos del fracaso y la pobreza.
El punto de vista teórico de este modelo se centra en los modos en que los
problemas de conducta y su resolución están imbricados en la interacción social.
Estos problemas no sólo ocurren a individuos y familias, sino también a todo nivel
del funcionamiento y la organización social.
La reformulación panorámica
23
importante es que sea creíble hasta el punto en que pueda afectar la conducta
subsiguiente. El aceptar una redefinición no quiere decir siempre estar de acuerdo
con ella, sino adjudicarle un grado de verosimilitud significativo como para afectar la
conducta.
En otro orden de cosas, la Reformulación Panorámica genera desde el comienzo
una matriz que da forma al tratamiento. Es así que organiza el pensamiento del
terapeuta alrededor de una idea central acerca del paciente y su problema, dándole
una plataforma sólida sobre la cual construir el proceso terapéutico. La
Reformulación Panorámica se convierte, por lo tanto, en el núcleo alrededor del
cual gravita todo el desarrollo del tratamiento. Este núcleo condensa la definición
del problema, el foco, y al mismo tiempo, la solución al mismo. Por otro lado, le
brinda coherencia al material que va aportando el paciente a lo largo del
tratamiento, estructurando de esta manera su pensamiento y su conducta. De este
modo, la matriz conformada ayuda al mantenimiento de un foco terapéutico
facilitando el control del terapeuta sobre el proceso, dado que gran parte del
material es pasible de ser referido a la Reformulación Panorámica, que se convierte
así en la intervención central.
Conclusión
En síntesis, la Reformulación Panorámica, sin apartarse del modelo de resolución
de problemas en el cual se enmarca, brinda al paciente un marco general a su
problema en el que su propia historia toma un sentido distinto.
Al mismo tiempo, el terapeuta se beneficia pues la Reformulación Panorámica es
una matriz que, con mínimo esfuerzo de su parte, organiza desde el principio todo
el material que el paciente aporta a lo largo de la terapia.
24
cliente;
3- porque en el modo de trabajar del terapeuta, la resistencia que en toda terapia
se expresa como inercia y dificultad para producir cambios, es precisamente
utilizada para lograrlos.
El terapeuta debe negociar con el cliente qué tipo de cambio desea lograr. Si uno
acuerda un objetivo modesto, es más seguro que será factible de concretarlo y
transmite varios mensajes: Primero que el cambio es posible, segundo que va a ser
evaluado en términos de conductas observables, y tercero, que los pequeños
cambios pueden ser significativos. De acuerdo con la perspectiva cibernética de la
que hablamos, si cambios pequeños pero significativos pueden lograrse en aquello
que aparecía como un gran y desesperante problema, es seguro que será el
comienzo de un círculo beneficioso de cambios por amplificación del movimiento
inicial.
Escuela Estructural
Autores: Sánchez y Gutiérrez o Minuchín
1 - Límites / Umbrales
Las funciones de la familia sirven a dos objetivos distintos: uno es interno, la
protección psico-social de sus miembros, individuación y autonomía; el otro es
externo, la acomodación a una cultura y la transmisión de esa cultura,
socialización, humanización.
25
Límites: Qué son / Función / Tipos: claros; difusos; rígidos / Tipos de familia
que caracterizan: normales / aglutinadas / desligadas.
Los límites de un subsistema están constituidos por las reglas que definen quienes
participan, y de qué manera. Por ejemplo, el límite de un subsistema parental se
encuentra definido cuando una madre le dice a su hijo mayor: “No eres el padre de
tu hermano. Si anda en bicicleta por la calle, dímelo y lo haré volver”.
La función de los límites reside en proteger la diferenciación del sistema. Todo
subsistema familiar posee funciones y plantea demandas específicas a sus
miembros, y el desarrollo de las habilidades interpersonales que se logra en ese
subsistema, es afirmado en la libertad de los subsistemas de la interferencia por
parte de otros subsistemas.
Para que el funcionamiento familiar sea adecuado, los límites de los subsistemas
deben ser claros. Deben definirse con suficiente precisión como para permitir a los
miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias
indebidas, pero también deben permitir el contacto entre los miembros del
subsistema y los otros.
La claridad de los límites en el interior de una familia constituye un parámetro útil
para la evaluación de su funcionamiento.
Algunas familias se vuelcan hacia sí mismas para desarrollar su propio
microcosmos, con un incremento consecuente de comunicación y de preocupación
entre los miembros de la familia. Como producto de ello, la distancia disminuye y
los límites se esfuman. La diferenciación del sistema familiar se hace difusa. Un
sistema de ese tipo puede sobrecargarse y carecer de los recursos necesarios para
adaptarse y cambiar bajo circunstancias de stress. Otras familias se desarrollan
con límites muy rígidos. La comunicación entre los subsistemas es difícil, y las
funciones protectoras de la familia se ven así perjudicadas. Estos dos extremos del
funcionamiento de los límites son designados como aglutinamiento y desligamiento.
Es posible considerar a todas las familias como pertenecientes a algún punto
situado entre un continuum cuyos polos son los dos extremos de límites difusos,
por un lado, y de límites sumamente rígidos por el otro.
Los miembros de subsistemas o familias aglutinadas pueden verse perjudicados en
el sentido de que el exaltado sentido de pertenencia requiere un importante
abandono de la autonomía.
Los miembros de subsistemas o familias desligados pueden funcionar en forma
autónoma, pero poseen desproporcionado sentido de independencia y carecen de
sentimientos de lealtad y pertenencia y de la capacidad de interdependencia y de
requerir ayuda cuando la necesitan.
Ambos tipos de relación provocan problemas familiares cuando se ponen en
marcha mecanismos adaptativos. La familia aglutinada responde a toda variación
en relación con lo habitual con una excesiva rapidez e intensidad. La familia
desligada tiende a no responder cuando es necesario hacerlo. En una familia
aglutinada los padres pueden verse sumamente afectados cuando el hijo no come
el postre. Los padres de una familia desligada, por su parte, pueden permanecer
inmutables ante los problemas escolares de un hijo. A menudo, un terapeuta opera
como un delineador de límites difusos y abre los límites excesivamente rígidos.
2 - Relación entre sistema Parental y Sistema Filial
La estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que
organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Una
26
familia es un sistema que opera a través de pautas transaccionales.
El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través de sus
subsistemas. Los individuos son subsistemas en el interior de una familia.
Las díadas, como la de marido-mujer o madre-hijo pueden ser subsistemas.
Cada individuo pertenece a diferentes subsistemas en los que posee
diferentes niveles de poder y en los que aprende habilidades diferenciadas.
Un holón es una entidad de doble rostro. Es un subsistema que forma parte
de varias estructuras jerárquicas, o se encuentra en el medio de dos
estructuras jerárquicas distintas. Es un supra sistema por un lado y un
subsistema por el otro.
El subsistema Parental: Cuando nace el primer hijo se alcanza un nuevo nivel de
formación, a partir del subsistema conyugal. En una familia intacta el subsistema
conyugal debe diferenciarse entonces para desempeñar las tareas de socializar un
hijo sin renunciar al mutuo apoyo que caracterizará al subsistema conyugal. Se
debe trazar un límite que permita el acceso al niño a ambos padres y, al mismo
tiempo, que lo excluya de las relaciones conyugales. A medida que el niño crece,
sus requerimientos para el desarrollo, tanto de la autonomía como de la
orientación, imponen demandas al subsistema parental que debe modificarse para
satisfacerlas. El niño comienza a tener contacto con compañeros extrafamiliares, la
escuela, y otras fuerzas socializantes exteriores a la familia. El subsistema parental
debe adaptarse a los nuevos factores que actúan en el marco de la socialización.
La autoridad incuestionada que caracterizó en algún momento al modelo patriarcal
del subsistema parental ha desaparecido y fue reemplazada por el concepto de
autoridad flexible, racional. Se espera de los padres que comprendan las
necesidades de sus hijos y que expliquen las reglas que imponen. Para juzgar en
forma adecuada a sus participantes, es esencial comprender la complejidad del
proceso de educación del niño. Es imposible que los padres protejan y guíen sin, al
mismo tiempo, controlar y restringir.
La relación de paternidad requiere la capacidad de alimentación, guía y control. Las
proporciones de estos elementos dependen de las necesidades de desarrollo del
niño y de las capacidades de los padres. Pero la relación requiere el uso de la
autoridad. Los padres no pueden desempeñar sus funciones ejecutivas a menos
que dispongan del poder necesario para hacerlo. El funcionamiento eficaz requiere
que los padres y los hijos acepten el hecho de que el uso diferenciado de la
autoridad constituye un ingrediente necesario del subsistema parental. Ello se
convierte en un laboratorio de formación social para los niños, que necesitan saber
cómo negociar en situaciones de poder desigual.
La tarea del terapeuta consiste en asistir a los subsistemas para que negocien y se
acomoden mutuamente.
El subsistema Filial o Fraterno: El subsistema filial es el primer laboratorio social
en el que los niños pueden experimentar relaciones con sus iguales. En el marco
de este contexto, los niños se apoyan, aíslan, descargan sus culpas y aprenden
mutuamente. En el mundo fraterno, los niños aprenden a negociar, cooperar,
competir. Aprenden a lograr amigo y aliados, a salvar la apariencia cuando ceden, y
a lograr reconocimiento por sus habilidades. Pueden asumir posiciones diferentes
en sus relaciones mutuas, y estas posiciones, asumidas tempranamente en el
subgrupo fraterno, pueden ser significativas en el desarrollo posterior de sus vidas.
Cuando los niños se ponen en contacto con el mundo de sus iguales
27
extrafamiliares, intentan actuar de acuerdo con las pautas del mundo fraterno.
Cuando aprenden formas alternativas de relación, incorporan las nuevas
experiencias al mundo fraterno.
Un terapeuta debe conocer las necesidades del desarrollo de los niños y debe ser
capaz de apoyar el derecho del niño a la autonomía sin minimizar los derechos de
los padres. Los límites del subsistema fraterno deben proteger a los niños de la
interferencia adulta, para que puedan ejercer su derecho a la privacidad, tener sus
propias áreas de interés y disponer de la libertad de cometer errores en su
exploración. En diferentes etapas de su desarrollo los niños poseen diferentes
necesidades, capacidades cognitivas particulares, y sistemas de valores propios.
En algunos momentos, el terapeuta debe actuar como traductor, interpretando el
mundo de los niños para los padres, y viceversa. También es posible que deba
ayudar al subsistema a negociar límites claros aunque no rígidos con el mundo
extrafamiliar.
28
familia como el camino para la transformación. En las familias patológicas, el
terapeuta debe convertirse en actor del drama familiar, incorporándose a las
coaliciones existentes para modificar el sistema y desarrollar un nivel
diferente de homeostasis.
El stress sobre un sistema familiar puede originarse en cuatro fuentes:
a) contacto estresante de un miembro con fuerzas extrafamiliares;
b) contacto estresante de la familia en su totalidad con fuerzas extrafamiliares;
c) stress en los momentos transicionales de la familia; y
d) stress referente a problemas de idiosincrasia.
Reencuadramiento:
Implica enmarcar, poner marco, normas, proponer nuevas pautas nuevas normas.
Lo hace el terapeuta. Son nuevos hábitos de comportamiento. Se le propone a la
familia definiciones nuevas. El terapeuta sí tiene una posición de confrontamiento.
Se trata sugerir pequeños cambios para que vayan a incorporarse como hábitos.
29
encuadramiento terapéutico.
En la escenificación el terapeuta asiste a los miembros de la familia para que
interactúen en su presencia, y ello con el propósito de vivenciar la realidad familiar
como aquellos la definen. Después reorganiza los datos, poniendo el acento en
ciertos aspectos y cambiando el sentido de lo que ocurre; introduce nuevos
elementos e insinúa modos diferentes de interactuar, que de este modo se
actualizan dentro del sistema terapéutico. En el enfoque, el terapeuta, tras
seleccionar elementos que parecen pertinentes para el cambio terapéutico,
organiza los datos de las interacciones familiares en torno de un tema que les
imparte un sentido nuevo. En la obtención de intensidad, el terapeuta refuerza el
influjo del mensaje terapéutico. Destaca la frecuencia con que se produce una
interacción disfuncional, las diversas modalidades que ella cobra y cuánto penetra
los diferentes holones familiares. La obtención de intensidad, lo mismo que el
enfoque y la escenificación, contribuye en particular a sustentar la vivencia de una
realidad nueva, terapéutica, donde se cuestionan el síntoma y la posición que su
portador ocupa en la familia.
Escenificación:
“Cómo distinguir el bailarín de la danza?”
La Terapia Estructural de Minuchín está considerada como una terapia de acción,
porque no se espera que el paciente habla tanto sino que actúe. Se trabaja mucho
con ambos lenguajes, tanto digital como analógico (4to axioma de la Comunicación
Humana). El paciente es invitado a actuar, a través de una pequeña representación
(dramatización).
Es una terapia de acción, no sólo se habla, sino que se actúa: escenificación. Ej.:el
hijo que es invitado a imitar al padre.
El terapeuta es actor y director a la vez.
Actor cuando establece alianzas transitorias con alguno de los miembros. Son
transitorias, duran unos minutos. Se entra y se sale de la familia, porque se forman
alianzas sólo transitorias, y se deshacen.
Es director ya que en una escenificación él es quien dirige las actuaciones.
En las puestas en escena se trabajan más las normas y las pautas transaccionales,
negociadas o impuestas. Se deben restablecer o modificar las pautas establecidas.
Esta escuela estructural trabaja sobre el mapa familiar, que es un gráfico que
representa las interacciones de la familia . Se utiliza para representar en forma
dinámica cómo está estructurada la familia. El mapa familiar no es el territorio, sólo
es una forma gráfica de representar las transacciones de la familia. Se va formando
y modificando a lo largo de las sesiones.
Minuchín dice que cada familia tiene su danza y en el consultorio se la invita a
danzar. En las primeras sesiones la danza es muy rígida.
Tiene tres momentos: 1) el terapeuta observa la interacción;
2) como director , el terapeuta organiza una escenificación,
actuación.
3) propone lo escenificado pero de otra manera, es decir,
introduciendo pequeños cambios.
30
ponen en escena interacciones disfuncionales entre los miembros de la familia.
Esta escenificación se produce en el contexto de la sesión, en el presente y en
relación con el terapeuta. Al tiempo que la promueve, este tiene la posibilidad de
observar los modos verbales y no verbales en que los miembros de la familia
emiten señales unos hacia otros y controlan la gama de las interacciones
tolerables. Entonces el terapeuta puede intervenir en el proceso, sea para
aumentar su intensidad, prolongar la duración de la interacción, hacer participar a
otros miembros de la familia, indicar modos diferentes de interacción e introducir
sondeos experimentales que proporcionarán información tanto al terapeuta como a
la familia sobre la índole del problema, la flexibilidad de las interacciones familiares
para la búsqueda de soluciones y la virtualidad de modalidades diferentes de
desempeño dentro del marco terapéutico.
Cuando la familia acude a terapia, suele haber acuerdo sobre quién es el paciente,
cuál es el problema y cómo éste afecta a los demás. Los intentos previos de sus
miembros por hallar soluciones han concentrado excesivamente sus interacciones
en el “problema”, convirtiéndolo en el telón de fondo contra el cual ponen en escena
todos los demás aspectos de su realidad. Su experiencia de la realidad, entonces,
se ha estrechado a causa de una excesiva concentración del enfoque. La
intensidad de sus vivencias relacionadas con el síntoma y con el portador de éste lo
ha llevado a descuidar otros aspectos significativos de sus interacciones. La familia
ha encuadrado el problema y las interacciones relacionadas con éste como la
realidad pertinente para la terapia. La tarea del terapeuta es llegar a obtener
información que los miembros de la familia no consideran pertinente; y más difícil
todavía, obtener la información de que aquellos no disponen.
Los terapeutas formados en las canales interpersonales de la comunicación saben
que el acto de observar influye sobre el material observado. El terapeuta de familia
desautoriza la fantasía de terapeuta objetivo y la realidad permanente, y crea en la
sesión una secuencia interpersonal donde se escenifica la interacción disfuncional
entre los miembros de la familia. Parte del supuesto de que siendo la familia
disfuncional sólo en ciertos campos, prestar atención a éstos permitirá comprender
su dinámica nuclear. Cuando los miembros de la familia escenifican una
interacción, las reglas habituales que gobiernan su conducta se imponen con una
intensidad afectiva semejante a la manifiesta en las interacciones corrientes en el
hogar. Pero en una situación terapéutica, en que posee el control del contexto, el
terapeuta puede verificar las reglas del sistema aliándose de manera diferencial
con ciertos miembros de la familia o formando coaliciones contra otros miembros.
La escenificación requiere de un terapeuta activo que se sienta cómodo
participando y movilizando a personas cuyas respuestas no se pueden predecir. Es
preciso que el terapeuta se sienta cómodo en situaciones abiertas, en que no sólo
promueve el despliegue de la información, sino que también la crea presionando
sobre las personas y observando y vivenciando la realimentación frente a esa
injerencia suya.
4 ventajas: 1) facilita la formación del sistema terapéutico puesto que produce
compromisos sólidos entre los miembros de la familia y el terapeuta; 2) en el
momento produce un cuestionamiento de esta realidad determinada. Las familias
se presentan a sí mimas como un sistema donde hay un paciente individualizado y
un conjunto de personas que lo remedian o asisten. Pero cuando danzan la lente
se amplía hasta incluir a dos más miembros y no ya uno solo. La unidad de
31
observación y de intervención se amplia. En lugar de un paciente aquejado de una
patología, el enfoque es ahora de una familia en una situación disfuncional. La
escenificación inicia el cuestionamiento de la idea que la familia se ha formado
sobre la índole del problema.; 3) otra ventaja consiste en que comprometidos como
están entre sí los miembros del sistema terapéutico, en lugar de escucharse
solamente unos a otros, aquélla les ofrece un contexto para experimentar en
situaciones concretas; 4) aunque la escenificación se produce en relación con el
terapeuta, también puede facilitar el despego de éste. Mientras los miembros de la
familia se enzarzan en la interacción, el terapeuta puede tomar distancia, observar
y recuperar capacidad terapéutica, luego de haber sido absorbido de suerte que
funcionara con arreglo a las reglas de la familia.
La escenificación puede ser considerada una daza en tres movimientos: en el
primero el terapeuta observa las interacciones espontáneas de la familia y decide
los campos disfuncionales que conviene iluminar. En el segundo movimiento de
escenificación, el terapeuta organiza secuencias escénicas en que los miembros de
la familia bailan su danza disfuncional en presencia de él. Y en el tercer
movimiento, el terapeuta propone modalidades diferentes de interacción. Este
último movimiento puede proporcionar información predictiva e infundir esperanzas
a la familia, por ejemplo, mediante la iluminación de una interacción espontánea.
Escuela de Milán
32
tomar una variedad de formas; es lo que se denomina transmisión
multigeneracional de pautas familiares.
La hipótesis es que las pautas vinculares en generaciones previas pueden
suministrar modelos implícitos para el funcionamiento familiar en la siguiente
generación. En el genograma, se buscan estas pautas que continúan o se
alternan de una generación a la otra.
2 - La circularidad de los significados
Esta escuela apunta a la circularidad de los significados, es decir, intenta captar el
sentido que le da la familia al hecho o problema, cómo circula el significado en la
familia. Para esta Escuela, el significado en la familia se construye a partir de tres
generaciones.
3 - El uso del genograma
El Genograma es una representación gráfica de una constelación familiar
multigeneracional (por lo menos tres generaciones), que registra información
sobre los miembros de esa familia y sus relaciones. Su estructura en forma de árbol
proporciona una rápida gestalt de las complejas relaciones familiares y es una rica
fuente de hipótesis sobre cómo un problema clínico puede estar relacionado con el
contexto familiar y su evolución a través del tiempo.
Por lo general, el genograma se construye durante la primera sesión y luego se lo
revisa a medida que se obtiene más información. El genograma ayuda al terapeuta
y a la familia a ver un “cuadro mayor”, tanto desde el punto de vista histórico como
del actual: es decir, que la información sobre una familia que aparece en el
genograma puede interpretarse en forma horizontal a través del contexto familiar y
vertical a través de las generaciones.
El genograma incluye por lo menos a tres generaciones de familiares así como
también sucesos nodales y críticos en la historia de la familia, en particular los
relacionados con el “ciclo vital”.
Carter considera que el flujo de ansiedad en un sistema familiar se da tanto en la
dimensión vertical como en la horizontal. El flujo vertical deriva de pautas de
funcionamiento que se transmiten históricamente de una generación a otra, en
especial a través del proceso de del triángulo emocional. El flujo de ansiedad
horizontal surgen de las tensiones actuales que pesan sobre la familia a medida
que avanza a través del tiempo soportando los cambios inevitables, las desgracias
y las transiciones en el ciclo de vida familiar. Con la tensión suficiente en este eje
horizontal, cualquier familia experimentará disfunción. Además las tensiones en el
eje vertical pueden crear nuevos problemas de modo tal que hasta una pequeña
tensión horizontal puede tener serias repercusiones en el sistema. Por ejemplo si
una mujer tiene muchas cuestiones sin resolver con su padre (ansiedad vertical), le
puede resultar difícil tratar las dificultades normales en la relación de pareja con su
propio esposo, generando ansiedad horizontal.
4 - Los tres ejes de la terapia: Hipótesis, circularidad y neutralidad
Hipótesis: es descrita como el elemento para organizar la información que le
servirá al terapeuta para delinear su trabajo; la información del paciente podrá ser
cierta o falsa, y podrá ser usada o no. La hipótesis servirá al terapeuta para buscar
más información, confirmar su planteamiento y establecer los patrones de
intervención sistémica para con la familia; como guía de la intervención,
establecerá información y estructura en el sistema familiar. La hipotetización puede
servir al terapeuta para trazar planteamientos de la terapia así como el mapa
33
familiar, la explicación acerca de la familia, el problema y su relación contextual. No
se deberá indicar a la familia la hipótesis del terapeuta.
Circularidad: se puede definir la circularidad por oposición a la linealidad, es decir,
a estímulo A, respuesta B. Se debe considerar que lo que circula es la palabra, el
significado. Por ejemplo “Cómo se comporta A cuando llega a casa? Se le pregunta
a B, el hijo, delante de A, el papá, para que éste escuche.
La circularidad se comprende por la capacidad que tiene el terapeuta para conducir
su intervención sobre las bases de retroalimentación de la familia, como respuesta
a la información que éste, el terapeuta, solicita, respecto de las relaciones de la
familia a través de sus relaciones y cambios. A través de esto el terapeuta plantea
la misma pregunta a cada miembro de la familia, con respecto a cada problema,
con el fin de obtener la verdad sistémica de la familia. El planteamiento de una
hipótesis sistémica y el uso de la retroalimentación finalmente caracterizan la
circularidad del interrogatorio circular.
Neutralidad: es el efecto pragmático que el terapeuta ejerce sobre la familia. Una
de las mayores dificultades en la terapia se presente cuando el terapeuta tiene el
deseo de hacer cambiar a la familia. O todavía peor, cuando los terapeutas creen
que su objetivo es realizar cambios en la familia. El objetivo del terapeuta será
conseguir un cambio, pero éste será brindar a la familia la capacidad de poder
realizar sus propios cambios sin conflicto en el futuro. La familia deberá percibir al
terapeuta como neutral, sin que tome preferencia o haga coalición con ningún
miembro de la familia. Las preguntas del terapeuta deberán estar dirigidas a cada
integrante de la familia, en forma circular y con tiempos iguales de interacción.
Aportaciones del grupo de Milán:
Uso del equipo terapéutico
Rituales de la familia como intervención - Análisis de las paradojas
Connotaciones positivas
Prescripción invariable
Interrogatorio circular
Hipotetización
Circularidad
Neutralidad
Paciente Identificado
5 - Intervenciones: Connotación positiva e interrogatorio circular
Connotación positiva: se refiere a que el terapeuta no sólo trata de calificar el
comportamiento sintomático, sino que se ve todo el comportamiento como positivo
o bueno. El objetivo es preservar la cohesión del grupo familiar, lo cual permite al
terapeuta ser aceptado por la familia, pues no desafía o cuestiona ninguna posición
de conducta. Otro objetivo de la connotación positiva es que la familia se pregunte
por qué, si según el terapeuta estamos funcionando perfectamente, tenemos un
paciente identificado o una sintomatología?. Aquí es donde la paradoja realiza su
función de detonador por su capacidad de transformación. En Paradoja y
Contraparadoja se describen las intervenciones del Grupo de Milán como basadas
en los patrones repetitivos de las interacciones de la familia. Lo que el grupo refiere
como juegos sucios comportamiento de dos hermanas para excluir al cuñado de la
familia.
La mayoría de las intervenciones se basa en los ritos familiares y no deberán
funcionar como interpretación para proporcionar estructura. El grupo cree que el
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desarrollo de la estructura se presenta después de que ocurren los cambios. El GM
utiliza los ritos o rituales en lugar de las interpretaciones, para enfatizar una
conducta patológica de la familia con la finalidad de motivar su cambio. Por
ejemplo, a la familia se le prescribe que todas las noches le agradezca al paciente
identificado, por ser el enfermo de la familia, por ser el que carga toda la patología
de la familia.
Interrogatorio circular: Definiremos la entrevista circular como la capacidad que
tiene el terapeuta para visualizar el problema familiar, así como la posibilidad de
ampliar el enfoque del problema presentado por el PI, a través de retroalimentación
de cada uno de los miembros de la familia, de las percepciones individuales en
forma circular y sistémica. El terapeuta plantea las preguntas para enriquecer la
comunicación y la comprensión temporal del problema.
En los diferentes momentos de la intervención, el cuestionamiento circular podrá
proponerse por el terapeuta o por el equipo de observadores, con el fin de darle un
giro de temporalidad a las preguntas circulares, como presente, pasado y futuro,
por ej.:
Cuál creen que sea el problema actual de la familia?
Cuál creen que era el problema entonces?
Qué pasaría con la familia si continuara el problema?
Se deben realizar preguntas relacionadas con la hipótesis planteada.
6 - Trabajo en equipo terapéutico
Se trabaja en equipo: con co-terapeutas, generalmente una pareja heterosexual de
terapeutas, y con coro griego, psicoterapeutas, médicos, asistentes sociales, etc. El
trabajo en equipo brinda un abordaje más amplio y una visión interdisciplinaria.
Existen las modalidades con y sin Cámara Gessell.
El contexto de la posmodernidad
La producción de significados
La terapia como co-constructora de la realidad
La externalización del problema
La resignificación
Las narraciones de los acontecimientos extraordinarios
Relación entre discurso, conocimiento y poder.
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