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Unidad I michel

Teoría de la comunicación humana. Cap. IV

Preguntas: (Bertalanffy)

1) Teoría General de los Sistemas. Definición de sistema.


2) Sistemas abiertos y sistemas cerrados.
3) Entre las propiedades distintivas de los sistemas abiertos, se pueden citar la
“equifinalidad” y la “circularidad”.
Explique los alcances de ambos conceptos. Cite al menos tres ejemplos donde se
evidencien claramente estas propiedades.
4) Entre las propiedades distintivas de los sistemas abiertos, se pueden citar la
“”retroalimentación” y la “totalidad”.
Explique los alcances de ambos conceptos. Cite al menos tres ejemplos donde se
evidencien claramente estas propiedades.
5) Qué finalidad cumplen las fronteras o umbrales internos y externos en un
sistema abierto? Ejemplifique.
6) Cuál ha de ser la finalidad última de todo sistema abierto?

1) Un sistema es un conjunto de objetos así como de relaciones entre los objetos y


sus atributos, en el que los objetos son los componentes o partes del sistema, los
atributos son las propiedades de los objetos y las relaciones “mantienen unido al
sistema”. Así, mientras los objetos pueden ser seres humanos individuales, los
atributos con los que se los identifica, son sus conductas comunicacionales
2) Los sistemas abiertos son aquellos que intercambian materiales, energía e
información con su medio (por ejemplo: orgánicos, ya sea biológicos, psicológicos o
interaccionales).
Un sistema es cerrado si no existe importación o exportación de energía en
cualquiera de sus formas, tales como información, calor, materiales físicos, etc., y
por ende, no hay cambio de componentes, siendo ejemplo de ello una reacción
química que tiene lugar en un recipiente asilado y sellado.
3) Equifinalidad:
La estabilidad de los sistemas abiertos se caracteriza por este principio de
equifinalidad, esto es, en contraste con los estados de equilibrio de los sistemas
cerrados, que están determinados por las condiciones iniciales, el sistema abierto
puede alcanzar un estado independiente del tiempo y también de las condiciones
iniciales.
Si la conducta equifinal de los sistemas abiertos está basada en su independencia
con respecto a las condiciones iniciales, entonces no sólo condiciones iniciales
distintas pueden llevar al mismo resultado final, sino que diferentes resultados
pueden ser producidos por las mismas “causas”.
Circularidad: Aunque una secuencia interaccional puede estar puntuada como un
patrón de causalidad unilateral, tal secuencia es de hecho, circular, y la aparente
respuesta también debe ser un estímulo para el hecho siguiente en esta cadena
interdependiente. Así, afirmar que la conducta de A causa la conducta de B significa
pasar por alto el efecto que la conducta de B tiene sobre la reacción posterior de A ;
de hecho, significa distorsionar la cronología de los hechos puntuando ciertas

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relaciones de modo de adjudicarle relieve y oscureciendo otras. Sobre todo cuando
la relación es complementaria, como en las relaciones de tipo líder-seguidor, fuerte-
débil o progenitor-hijo, resulta fácil perder de vista la totalidad de la interacción y
desmenuzarla en unidades independientes linealmente causales.
4) Retroalimentación: Es la capacidad de un sistema de regular sus egresos a partir
de sus ingresos y viceversa. El equilibrio de un sistema es un equilibrio de flujos: en
cada uno de los elementos de los sistemas, como en el sistema mismo, los
ingresos deben hallarse en cierta relación de equivalencia con los egresos, y
aunque pueden admitirse altibajos momentáneos, éstos no han de sobrepasar, ni
en magnitud ni en duración, ciertos márgenes críticos.
La retroalimentación puede ser positiva o negativa, es positiva cuando en un
sistema la información sobre el resultado de una acción genera estímulos en el
mismo sentido de la acción original. Ejemplo del piropo a la señorita que bien
recibido nos induce a más. Con este tipo de retroalimentación el sistema se aleja
cada vez más del punto de estabilidad, y si la espiral no se detiene de algún modo,
puede desaparecer.
Hay en cambio retroalimentación negativa cuando la información sobre el resultado
de una acción genera estímulos en sentido inverso al de la acción original, con lo
que se tiende a reducir a cero el efecto de los cambios. Esta forma de
retroalimentación contrarresta los desplazamientos de cada magnitud del sistema,
con lo que mantiene los valores cerca del punto ideal de equilibrio dinámico.
Ejemplo: adoptar una actitud agresiva hacia un individuo más corpulento que
nosotros tras la cual recibimos como respuesta una golpiza que nos disuade de
tomar esa misma actitud hacia alguien de sus características.
Totalidad: Al hablar de totalidad debemos comenzar definiendo la estructura de un
sistema. Esta hace referencia al orden en que se hallan distribuidos los elementos
de un sistema, es la que permite conservar y facilitar las relaciones de dichos
elementos. Asimismo cada elemento del sistema se halla situado en la estructura
de acuerdo con la función que le compete, esto es, con el tipo de actividad que es
propia de ese elemento en relación con los demás. Sin estructura no habría función
y sin función la estructura desaparecería.
Ahora bien, a un sistema no se lo puede entender como la suma de esos
elementos, cuando hablamos de totalidad hacemos referencia a que cada uno de
esos elementos que conforman el sistema, está relacionado de tal modo con los
otros, que, un cambio en uno de ellos provoca un cambio en todos los demás y en
el sistema total. Esto es, un sistema se comporta no sólo como un simple
compuesto de elementos independientes, sino como un todo inseparable y
coherente.
5) Frontera: la frontera de un sistema determina la relación adentro-afuera , esto es,
permite establecer, entre todas las cosas del universo, cuáles serán consideradas
elementos del sistema y cuáles quedarán excluidas de tal privilegio. Sin una
frontera el sistema sería indiscernible de su entorno. Pero la frontera no es siempre
fácil de identificar, y en muchos casos depende de decisiones por lo menos
linguísticas y casi siempre pragmáticas. Por ejemplo la frontera de un país, el límite
geográfico. En este punto no hay una respuesta verdadera: la constitución del
sistema depende del observador y de las decisiones metodológicas que éste
adopte para mejor perseguir sus propios fines.
6) Finalidad: la finalidad es una propiedad revelada por el comportamiento efectivo

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del sistema , por lo que se la ha definido como el objetivo o meta que el sistema
parece perseguir, pese a las modificaciones del entorno. Es decir, su supervivencia.

Cibernética y terapia familiar. Un mapa mínimo.


Dr. Carlos E. Sluzki

El primer objeto de estudio de la Cibernética fue los procesos de comunicación y


control en sistemas naturales y artificiales (Wiener 1954) y el de la Teoría General
de los Sistemas, las correspondencias o isomorfismos entre sistemas de todo tipo
(Bertalanffy 1968).
Cibernética de primer orden: nutriéndose en los desarrollos de la nueva física, la
cibernética apareció en los albores de la ingeniería de comunicación y de las
ciencias de la automación y computación como un esfuerzo tendiente a establecer
los principios generales de regulación de sistemas de todo tipo. Al gasto, a esa
disposición irreversible de energía, ya que no toda energía se transforma en trabajo
sino que se gasta, a esa tendencia inevitable al desorden se la llamó entropía y a
los procesos tendientes a revertirla entropía negativa o negentropía. Las dos
nociones clave que signaron ese período fueron el concepto de organización y el
concepto de información. Los primeros trabajos en cibernética se centraron así en
los procesos de corrección de la desviación, es decir, en la retroalimentación
negativa postulando cómo los sistemas operan para mantener su organización.
Los procesos centrales develados eran los de neutralización de la desviación, es
decir, los procedimientos que optimizan el logro de un objetivo dado: la
homeostasis en el sentido de “procesos autocorrectivos”. La noción de familia como
sistema, y por ende la terapia familiar, debe su origen al impacto transdisciplinario
de estas ideas. Los trabajos en el campo de la terapia familiar de ese primer
período reflejan el énfasis negentrópico: reglas familiares, mitos familiares,
patrones interactivos.

Cibernética: ciencia de la comunicación, el control y la organización

Cibernética de 1er orden - Cibernética Simple

 Positivismo 1940 - 1960


La realidad existe con independencia de quien la observa y describe. El
investigador debe “descubrir” los principios y leyes que regulan la vida.
Prima la objetividad, las observaciones deben ser absolutas y de valor universal.
 Norbert Wiener intentaba concebir teóricamente máquinas que operaran de
modo tal de corregir su propio funcionamiento para mantener y cumplir su objetivo
(aviones/radares para disparador). Entrada - sensor que corrige desvíos - Salida.
(estado real vs. estado ideal)
 Cómo se establecen los enlaces circulares de un sistema? Cómo hace un
sistema para corregir todo tipo de desvíos?
 Su objeto de estudio son los sistemas observados.
 El observador es exterior al sistema. El observador puede establecer y
mantener una disociación instrumental con el objeto.
 Lo que el observador describe es lo que pasa exactamente en el sistema

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observado.
 Cibernética estudia de qué manera los procesos de cambio determinan
diversos órdenes de estabilidad y control.
 1940: 1era Cibernética
Autonomía: el funcionamiento de los sistemas está regido por sus propias leyes.
Retroalimentación negativa: cuando un sistema rompe el punto de equilibrio, el
propio sistema vuelve homeostáticamente a ese equilibrio anterior.
Retroalimentación simple: retorno de la información para formar un lazo de control
cerrado. Los ingresos deben hallarse en relación de equivalencia con los egresos.
Ej.: termostato, el sistema vigila su propio desempeño y es autocorrectivo.
 1960: 2da Cibernética
Retroalimentación positiva: la información sobre el resultado de una acción genera
estímulos en el mismo sentido de la acción original.
El sistema se aleja cada vez más del punto de equilibrio.
Aprendizaje: la información que reingresa modifica su desempeño actual. Ahora los
ingresos no están directamente relacionados con los egresos.
 El terapeuta tiene las habilidades para transformar el sistema familiar y
arreglar la patología.
 El observador es externo al sistema que observa.

Cibernética de Segundo Orden: Se podría llamar “cibernética de la cibernética” o


“cibernética de los sistemas observantes”, en contraposición a la “cibernética de los
sistemas observados” en la que el observador es como una cámara que registra lo
que ocurre afuera pero sin rendir cuenta de su propia participación en el proceso de
observación. El observador es parte de lo que observa y toda descripción acerca de
observaciones y modelos es necesariamente una descripción acerca de quien
genera esa descripción.
El terapeuta familiar no es un agente que opera sobre una familia cambiándola,
sino que es un participante educado en un proceso de transformación colectiva de
significados. La actividad terapéutica puede ser descripta como una actividad
dialógica, es decir como un diálogo, en la que de manera activa, el terapeuta busca
insertarse en una visión del mundo aportada por la familia, para generar propuestas
de puntos de vista alternativos y/o de nuevas connotaciones con las que el
colectivo familia y terapeuta desarrolla nuevas perspectivas que no traen consigo
comportamientos sintomáticos o problemáticos. La sesión de terapia parece más
bien, una conversación con un especialista en la que “se ven más lados de las
cosas”, que sabe acompañar al grupo para que el conjunto familia-terapeuta
vislumbre la naturaleza holográfica de múltiples perspectivas de las cosas, o
incorpore puntos de vista alternativos que permitan resoluciones originales de
problemas crónicos.

Cibernética de 2do orden - Cibernética de la Cibernética

 Construccionismo 1960 en adelante


La realidad es construida por los propios coautores o autores sociales, donde el
observador mismo al conocer cómo funciona un sistema lo está modificando.
Se pierde la neutralidad y la objetividad.
Las observaciones son relativas al punto de vista del observador.

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 Heinz von Foerster, Margaret Mead, Humberto Maturana y Francisco Varela
Comienzan a cuestionar el principio de objetividad. Todo lo que afirmamos sobre
los sistemas no es independiente de nosotros, los observadores de esos sistemas.
Nosotros también somos sistemas.
Observador y observado interactúan a través de procesos autorreferenciales
(circularidad).
 Cómo generar nosotros mismos nuestros sistemas a través de la noción de
circularidad?
 Su objeto de estudio: los sistemas auto-observantes y autorregulados.
 El propio sistema observador-contralor es incluido, en tanto sistema como
parte del sistema que observa y controla.
 Cibernética en tanto disciplina que estudia los procesos de autoorganización y
automodificación.
 1960 - Autorreferencia
Operación por la cual una operación se toma a si misma como objeto. Por ejemplo:
el lenguaje o la conciencia.
 1980 - Circularidad
Se pasa de la explicación lineal a la explicación circular. El observador se halla
observando su propia observación.
Ej.: un comportamiento disfuncional en una persona, es causa del desequilibrio
familiar?, o, el desequilibrio familiar es causa de la disfunción de esa persona? A se
siente intimidado cuando B reprime a C, y C reprocha a A que no lo defiende de
frente ante los retos de B.
 1980 - Equifinalidad
En un sistema los cambios no están determinados tanto por las condiciones
iniciales como por la naturaleza del proceso o los parámetros del sistema.
 El terapeuta acompaña a la familia en la búsqueda de las propias soluciones
a los conflictos, soluciones que ellos son capaces de construir.
Desde dónde se define lo que es disfuncional?

Preguntas:
1) Qué relación puede establecerse entre la cibernética y la psicología
sistémica?
2) Caracterice la “cibernética simple” o cibernética de “primer grado“.
3) Qué características de los sistemas abiertos se desarrollan en esta
cibernética positivista? Defina los conceptos. Retroalimentación negativa y
positiva y homeostasis.
4) Caracterice la “cibernética de la cibernética” o “cibernética de segundo
grado”.
5) Qué características de los sistemas abiertos se desarrollan en esta
cibernética construccionista? Defina los conceptos. Equifinalidad -
Circularidad.

Unidad II

“Teoría de la comunicación humana” Watzlawick; Jackson y Beavin.

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Cap. II
Algunos axiomas exploratorios de la comunicación.

Axioma I: La imposibilidad de no comunicar

En primer lugar hay una propiedad de la conducta que no podría ser más básica
por lo cual suele pasársela por alto: no hay nada que sea lo contrario de
conducta. En otras palabras, no hay no-conducta, o dicho aún de forma más
simple, es imposible no comportarse. Ahora bien, si se acepta que toda conducta
en una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir, es
comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de
comunicar. Actividad o inactividad, palabras o silencio, tienen siempre valor de
mensaje: influyen sobre los demás, quienes a su vez no pueden dejar de responder
a tales comunicaciones y, por ende, también comunican. En síntesis, cabe postular
un axioma metacomunicacional de la pragmática de la comunicación: no es
posible no comunicarse.

La comunicación patológica (DISFUNCIONAL)


Axioma I. La imposibilidad de no comunicarse.

El intento de no comunicarse puede existir en cualquier contexto en que se desea


evitar el compromiso inherente a toda comunicación. Una situación típica de esta
clase es un encuentro entre dos desconocidos, uno de los cuales quiere entablar
conversación y el otro no, por ejemplo, dos pasajeros en un avión que comparten
un asiento. Pueden verse unas pocas reacciones posibles:
a) Rechazo de la comunicación.
El pasajero A puede hacer sentir al pasajero B, en forma más o menos descortés,
que no le interesa conversar.
b) Aceptación de la comunicación.
El pasajero A terminará por ceder y entablar conversación.
c) Descalificación de la comunicación.
A puede defenderse mediante la importante técnica de la descalificación; esto es,
puede comunicarse de modo tal que su propia comunicación o la del otro queden
invalidadas. Las descalificaciones abarcan una amplia gama de fenómenos
comunicacionales, tales como auto contradicciones, incongruencias, cambios de
tema, tangencializaciones, oraciones incompletas, malentendidos, estilo oscuro o
manierismos idiomáticos, interpretaciones literales de la metáfora e interpretación
metafórica de las expresiones literales, etc.
d) El síntoma como comunicación.
Por último, hay una cuarta respuesta que el pasajero A puede emplear para
defenderse contra la locuacidad de B: puede fingir somnolencia, sordera,
borrachera, ignorancia del idioma, o cualquier otra deficiencia o incapacidad que
justifique la imposibilidad de comunicarse. En todos estos casos, entonces, el
mensaje es el mismo: “A mí no me molestaría hablarle, pero algo más fuerte que
yo, de los cual no puede culpárseme, me lo impide.”
Hagamos una breve recapitulación. La teoría de la comunicación concibe un
síntoma como un mensaje no verbal: no soy yo quien quiere o no quiere
hacer esto, sino algo fuera de mi control, por ejemplo mis nervios, mi

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enfermedad, mi ansiedad, mi mala vista, el alcohol, la educación que he
recibido, los comunistas o mi esposa.

Axioma II: Toda comunicación tiene un aspecto de contenido (lo que digo) y
un aspecto relacional (a quién y cómo lo digo) tales que el segundo clasifica
al primero y es, por ende, una metacomunicación.
Toda comunicación implica un compromiso y por ende, define la relación, es decir,
toda comunicación no sólo transmite información sino que al mismo tiempo, impone
conductas.

El aspecto referencial de un mensaje transmite información, y en la comunicación


humana es sinónimo de contenido del mensaje. Puede referirse a cualquier cosa
que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera o falsa,
válida, no válida o indeterminable. Por otro lado, el aspecto conativo se refiere a
qué tipo de mensaje debe entenderse que es, y por ende, en última instancia, a la
relación entre los comunicantes.
Por ejemplo, consideremos mensajes como: “Es importante soltar el embrague en
forma gradual y suave” (Profesor a alumno) y “Suelta el embrague y arruinarás la
transmisión” (Padre-hijo). Aproximadamente tienen el mismo contenido
(información) pero evidentemente definen relaciones muy distintas.
Ahora bien, lo importante para nuestras consideraciones es la conexión que existe
entre los aspectos de contenido (lo referencial) y las relaciones (lo conativo) en la
comunicación.
El aspecto referencial transmite los datos de la comunicación y el segundo cómo
debe entenderse esa comunicación.

La comunicación patológica (DISFUNCIONAL)


Axioma II. La estructura de niveles de la comunicación (contenido y relación)

En un intento de resolver un problema (marido que invita a un amigo a quedarse en


su casa sin consultarle a su mujer), una pareja cometió un error muy común en su
comunicación: estaban en desacuerdo en el nivel metacomunicacional (relacional),
pero trataban de resolverlo en el nivel del contenido, donde el desacuerdo no
existía, cosa que los conducía a pseudodesacuerdos.
Todo psicoterapeuta está familiarizado con estas confusiones entre el aspecto del
contenido y el aspecto relacional de un problema, sobre todo en la comunicación
marital, y también con la enorme dificultad con que se tropieza para eliminar la
confusión.

Antes de pasar a los trastornos que pueden surgir en el área de los aspectos de
contenido y relacionales, consideremos de modo esquemático cuáles son las
variaciones posibles:
1) En el mejor de los casos, los participantes concuerdan con respecto al
contenido de sus comunicaciones y a la definición de su relación.
2) En el peor de los casos, encontramos la situación inversa: los participantes
están en desacuerdo con respecto al nivel del contenido y también al de

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relación.
3) Entre ambos extremos hay varias formas mixtas importantes:
a) Los participantes están en desacuerdo en el nivel del contenido, pero ello
no perturba la relación. Quizás ésta sea la forma más madura de manejar el
desacuerdo; los participantes acuerdan estar en desacuerdo, por así decirlo.
b) Los participantes están en acuerdo en el nivel del contenido pero no en el
relacional. Ello significa que la estabilidad de su relación se verá seriamente
amenazada en cuando deje de existir la necesidad de acuerdo en el nivel del
contenido. Muchos matrimonios tienen crisis precisamente cuando se superan las
dificultades externas que hasta ese momento obligaban a los cónyuges a un
esfuerzo conjunto y a un apoyo mutuo. En el campo de la dinámica familiar, la
función de chivo emisario de un niño cuyo “problema” (bajo rendimiento escolar,
enfermedad física, neurosis, psicosis, delincuencia) impone a los padres la
necesidad constante de tomar decisiones conjuntas e intervenir en situaciones de
crisis, cosa que confiere a su relación una pseudoestabilidad, que, en realidad no
existe. En todos estos casos es posible predecir con certeza casi matemática que
cualquier mejoría del paciente se verá seguida por una crisis marital que, a su vez,
a menudo hace que reaparezca la patología del hijo.
c) Otra posibilidad son las confusiones entre los dos aspectos, contenido y
relación. Pueden consistir en un intento por resolver un problema relacional en el
nivel del contenido (donde no existe) o, por el contrario, en una reacción frente a un
desacuerdo objetivo con una variación del reproche básico: “Si me amaras, no me
contradecirías.”
d) Por último, y de particular importancia clínica, son todas aquellas
situaciones en las que una persona se ve obligada de un modo u otro a dudar
de sus propias percepciones en el nivel del contenido, a fin de no poner en
peligro una relación vital con otra persona. Esto lleva a pautas de comunicación
paradójica.

Axioma III: La puntuación de la secuencia de hechos. La naturaleza de una


relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre
los comunicantes

Puntuación en el sentido de orden consensuado en la comunicación. Todo mensaje


tiene un orden.
Al cambiar la puntuación cambia el sentido de lo que se dice.
La siguiente característica básica de la comunicación se refiere a la interacción -
intercambio de mensajes- entre comunicantes. Para un observador, una serie de
comunicaciones puede entenderse como una secuencia ininterrumpida de
intercambios. Sin embargo, quienes participan en la interacción siempre introducen
lo que ha sido llamado “la puntuación de la secuencia de hechos”: los intercambios
que examinamos aquí constituyen una cadena de vínculos triádicos superpuestos,
cada uno de los cuales resulta comparable a una secuencia estímulo-respuesta-
refuerzo. Es indudable que en una secuencia prolongada de intercambios, los
organismos participantes de hecho puntúan la secuencia de modo que uno de ellos
o el otro tiene la iniciativa, predominio, dependencia, etc. A menudo resulta difícil
creer que dos individuos puedan tener visiones tan dispares de muchos elementos
de su experiencia común. Y, sin embargo, el problema radica fundamentalmente en

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un área tal: su incapacidad de meta comunicarse acerca de su respectiva manera
de pautar su interacción. Dicha interacción es de una naturaleza oscilatoria de tipo
si-no-si-no-si que, teóricamente, puede continuar hasta el infinito y está casi
invariablemente acompañada por las típicas acusaciones de maldad o locura.
El dilema surge de la pretensión de que la puntuación tiene un comienzo, y es éste
el error de los que participan en tal situación.
Así podemos incorporar un tercer axioma la de la metacomunicación: La
naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de
comunicación entre los comunicantes.

La comunicación patológica (DISFUNCIONAL)


Axioma III: La puntuación de la secuencia de hechos.

Unos pocos ejemplos muestran que las discrepancias no resueltas en las puntuación
de las secuencias comunicacionales pueden llevar directamente a impasses
interaccionales en los que, eventualmente, se hacen acusaciones mutuas de locura
o maldad.
La decisión en cuanto a qué es esencial y qué es irrelevante, varía de un individuo a
otro y parece estar determinada por criterios que, en gran medida, quedan fuera de
la conciencia. Probablemente la realidad es según como la vemos. Sólo podemos
conjeturar que en la raíz de estos conflictos de puntuación, existe la convicción
firmemente establecida y por lo común no cuestionada, de que sólo hay una
realidad, el mundo tal como yo lo veo, y que cualquier visión que difiera de la mía
tiene que deberse a irracionalidad o mala voluntad.
Lo que podemos observar en casi todos los casos de la comunicación patológica es
que constituyen círculos viciosos que no se pueden romper a menos que la
comunicación misma se convierta en el tema de la comunicación, en otras palabras,
hasta que los comunicantes estén en condiciones de metacomunicarse. Pero para
ello tienen que colocarse afuera del círculo.

Causa y efecto
Solemos observar en estos casos de puntuación discrepante un conflicto acerca de
cuál es la causa y cuál el efecto, cuando en realidad, ninguno de estos conceptos
resulta aplicable debido a la circularidad de la interacción.
La puntuación discrepante ha llevado a visiones distintas de la realidad, incluyendo
la naturaleza de la relación, y, por ende, a un conflicto interpersonal o internacional.
Esto nos lleva al importante concepto de la profecía autocumplidora que, desde el
punto de vista de la interacción, constituye quizás el fenómeno más interesante en el
campo de la puntuación. Se trata de una conducta que provoca en los demás la
reacción frente a la cual esa conducta sería una reacción apropiada. Por ejemplo,
una persona que parte de la premisa “nadie me quiere”, se comporta con
desconfianza, a la defensiva, o con agresividad, ante lo cual es probable que los
otros reaccionen con desagrado, corroborando así su premisa original.
En términos pragmáticos, lo que se puede observar es que la conducta interpersonal
de ese individuo muestra esa clase de redundancia, y que ejerce un efecto
complementario sobre los demás, forzándolos a asumir ciertas actitudes específicas.
Lo que caracteriza la secuencia y la convierte en un problema de puntuación, es que

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el individuo considera que él sólo está reaccionando ante esas actitudes, y no que
las provoca.

Otro ejemplo es el del matrimonio en el que la esposa dice que su marido no hace
nada, no tiene iniciativa, y el esposo dice que ella hace todo y no lo deja hacer
nada a él, es una mujer por demás dominante. Ninguno sabe en qué momento
entraron en este círculo de considerar al otro así y no poder salir de él.

Axioma IV: Comunicación digital y analógica (es la que tenemos desde la


infancia).

En la comunicación humana es posible referirse a los objetos, en el sentido más


amplio del término, de dos maneras totalmente distintas. Existen dos tipos de
comunicación, uno mediante una semejanza auto explicativa y el otro, mediante
una palabra (oral y escrita) y son equivalentes a los conceptos de las computadoras
analógicas y digitales respectivamente.
El hombre es el único que utiliza tanto los modos de comunicación analógicos
como los digitales. Sin embargo existe un vasto campo donde utilizamos en forma
casi exclusiva la comunicación analógica, a menudo sin introducir grandes cambios
con respecto a la herencia analógica recibida de nuestros antepasados mamíferos.
Se trata aquí del área de la relación.
La comunicación analógica es todo lo que sea comunicación no verbal, incluyendo
los movimientos corporales, la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión
de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las palabras mismas, y cualquier
otra manifestación no verbal de que el organismo es capaz.
Puesto que la comunicación se centra en aspectos relacionales, comprobamos que
el lenguaje digital carece casi por completo de significado. Esto ocurre en muchas
otras situaciones de la vida humana, por ejemplo, el galanteo, el amor, los actos de
salvataje, el combate, y desde luego, todo trato con niños muy pequeños o
enfermos mentales muy perturbados.
En síntesis, si recordamos que toda comunicación tiene un aspecto de contenido y
un aspecto relacional cabe suponer que comprobaremos que ambos modos de
comunicación no sólo existen lado a lado, sino que se complementan entre sí en
cada mensaje.
Asimismo cabe suponer que el aspecto relativo al contenido se transmite en forma
digital, mientras que el aspecto relativo a la relación es de naturaleza
predominantemente analógica.
En su necesidad de combinar estos dos lenguajes, el hombre, sea como receptor o
emisor, debe traducir constantemente de uno al otro, y al hacerlo, debe enfrentar
curiosos dilemas. En la comunicación humana la dificultad inherente a traducir
existe en ambos sentidos. No sólo sucede que la traducción del modo digital al
analógico implica una gran pérdida de información, sino que lo opuesto también
resulta sumamente difícil: hablar acerca de una relación requiere una traducción
adecuada del modo analógico de comunicación al digital. Por último, podemos
imaginar problemas similares cuando ambos modos deben coexistir.
Para resumir: Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente.
El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa
pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación, mientras que

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el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.

La comunicación patológica (DISFUNCIONAL)


Axioma IV. Errores de traducción entre material analógico y digital.

Las disfunciones en este axioma pueden verse a través de la contradicción entre un


tipo de comunicación y otro, por ejemplo, cuando alguien nos dice que está bien
pero a través de su mirada (pucherito) puede apreciarse que está por llorar.
Podemos controlar lo que decimos pero no lo gestual.
O a través de los errores en la traducción de uno a otro. Otro ejemplo: Un señor
europeo que vive en Pequín durante la década de 1920, toma lecciones de
escritura china con un profesor de esa nacionalidad, quien le pide que traduzca una
oración compuesta por tres caracteres que el protagonista correctamente descifra
como los signos de redondez, sentado y agua. En su intento por combinar tales
conceptos y formar una oración (por expresarlos en lenguaje digital) elije “Alguien
se está dando un baño de asiento”, ante la mirada despreciativa del distinguido
profesor, dado que en realidad, la oración consistía en una descripción muy poética
de una puesta de sol en el mar.
Al igual que la escritura china, el material del lenguaje analógico, carece de muchos
de los elementos que forman parte de la morfología y la sintaxis del lenguaje digital.
Así al traducir mensajes analógicos al lenguaje digital, es necesario proveer tales
elementos e insertarlos, tal como en la interpretación de los sueños es necesario
introducir en forma más o menos intuitiva la estructura digital en las imágenes
caleidoscópicas del sueño.
Como ya vimos, el material de los mensajes analógicos es sumamente antitético,
se presta a interpretaciones digitales muy distintas y a menudo incompatibles. Así
no sólo le resulta difícil al emisor verbalizar sus propias comunicaciones analógicas,
sino que si surge una controversia interpersonal en cuanto al significado de una
comunicación analógica particular, es probable que cualquiera de los dos
participantes introduzca, en el proceso de traducción al modo digital, la clase de
digitalización que concuerde con su imagen de la naturaleza de la relación. El
hecho de traer un regalo, constituye una comunicación analógica, empero, según la
visión que tenga de su relación con el dador, el receptor puede entenderlo como
una demostración de afecto, un soborno o una restitución.
El lenguaje digital posee una sintaxis lógica que lo hace particularmente apto para
la comunicación en el nivel del contenido. Pero al traducir el material analógico al
lenguaje digital, deben introducirse las funciones lógicas de verdad, pues estas
faltan en el modo analógico. Tal ausencia se vuelve particularmente notable en el
caso de la negación, ya que falta el equivalente del no digital. En otras palabras,
mientras que resulta simple transmitir el mensaje analógico: “Te atacaré”, es muy
difícil transmitir: “No te atacaré”, tal como resulta difícil, si no imposible, introducir
negativos en las computadoras analógicas.
En un plano patológico ese mismo mecanismo parece intervenir en el masoquismo
sexual. Se tendría la impresión de que el mensaje “no te destruiré”, sólo resulta
convincente (y sólo alivia, al menos temporariamente, el profundo temor del
masoquista a un castigo terrible) gracias a la negación analógica inherente al ritual
de humillación y castigo que, como él lo sabe, eventualmente se detendrá, pero

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siempre será antes del terrorífico final que imagina.
Con respecto a la histeria surge un problema inverso, tiene lugar aquí una nueva
retraducción de los mensajes ya digitalizados al modo analógicos, por ejemplo, la
jaqueca verbal que fue inventada como una excusa convencional para no realizar
alguna tarea puede volverse subjetivamente real y adquirir magnitudes concretas
en la dimensión del dolor.

Axioma V: Interacción simétrica y complementaria. Todos los intercambios


comunicacionales son simétricos o complementarios, según que estén
basados en la igualdad o en la diferencia.
(Toma en cuenta la interacción social)
Cuando hablamos de interacción simétrica y complementaria se las puede describir
como relaciones basadas en la igualdad o en la diferencia. En el primer caso, los
participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca, y así su
interacción puede denominarse simétrica. Sean debilidad o fuerza, bondad o
maldad, la igualdad puede mantenerse en cualquiera de esas áreas. En el segundo
caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro,
constituyendo un tipo distinto de gestalt y recibe el nombre de complementaria. Así,
pues, la interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia
mínima, mientras que la interacción complementaria está basada en un máximo de
diferencia.
En una relación complementaria hay dos posiciones distintas. Un participante
ocupa lo que se ha descripto de diversas maneras como la posición superior o
primaria, mientras el otro ocupa la posición correspondiente a inferior o secundaria.
Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto social o
cultural (madre-hijo/médico-paciente/maestro-alumno), o ser el estilo idiosincrásico
de relación de una díada particular. En cualquiera de los dos casos, es importante
destacar el carácter de mutuo encaje de la relación en la que ambas conductas,
disímiles pero interrelacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra.
Entonces, el último axioma sería: Todos los intercambios comunicacionales
son simétricos o complementarios, según que estén basados en la igualdad o
en la diferencia.

La comunicación patológica (DISFUNCIONAL)


Axioma V. Disfuncionalidades potenciales en la interacción simétrica y
complementaria.

Simetría y complementariedad son conceptos que se refieren simplemente a dos


categorías básicas en las que se puede dividir a todos los intercambios
comunicacionales. Ambas cumplen funciones importantes y , por lo tanto se sabe
que sobre las relaciones sanas, cabe llegar a la conclusión de que ambas deben
estar presentes, aunque en alternancia mutua o actuando en distintas áreas.

Escalada simétrica
En una relación simétrica existe siempre el peligro de la competencia. Como puede
observarse tanto en los individuos como en las naciones, la igualdad parece ser
más tranquilizadora si uno logra ser un poquito “más igual” que los otros. Esta
tendencia explica la calidad de escalada que caracteriza a la interacción simétrica

12
cuando ésta pierde su estabilidad dando lugar a lo que se llama una escapada, por
ejemplo, disputas y luchas entre individuos o guerras entre naciones.
Por ejemplo: peleas entre hermanos, compañeros de trabajo, colegas, amigos,
cónyuges en un divorcio cuando pelean por bienes, tenencia de hijos.
Las patologías de las relaciones simétricas equivalen a rechazos antes que
desconfirmaciones del self del otro.

Complementariedad rígida
Las patologías de las relaciones complementarias, por otro lado, son muy distintas
y en general equivalen a desconfirmaciones antes que a rechazos del self del otro.
No puede haber una madre sin un hijo. Pero los patrones de la relación madre-hijo
se modifican con el tiempo. El mismo patrón que resulta biológica y
emocionalmente vital durante una fase temprana en la vida del niño se convierte en
un serio obstáculo para su desarrollo ulterior si no se permite que tenga lugar un
cambio adecuado en la relación. Así, según el contexto, el mismo patrón puede ser
acabadamente confirmador del self en un momento y desconfirmador en una etapa
posterior (o prematura) de la historia natural de una relación.
La complementariedad rígida se da cuando se agudizan las diferencias entre una
persona y otra, se da una complementariedad fija, pero en realidad los roles no son
fijos ni estáticos.
Otros ejemplos con Profesor-alumno, médico-paciente, dominador-sometido,
gobernante-gobernado, prestador de servicio-usuario.
A la patología de las relaciones complementarias, el psicoanálisis las denomina
relaciones sadomasoquistas y las entiende cómo una unión más o menos fortuita
entre dos individuos cuyas respectivas formaciones caracterológicas alteradas se
complementan. En tales relaciones se observa un sentimiento progresivo de
frustración y desesperanza en los dos o en uno de los participantes. Se comprueba
con frecuencia la queja acerca de sentimientos cada vez más atemorizantes de
extrañamiento y despersonalización, de abulia y acting out compulsivo por parte de
individuos que fuera de sus hogares (o en ausencia de sus parejas) son capaces
de funcionar en forma perfectamente satisfactoria y que, cuando se los entrevista
individualmente pueden dar la impresión de estar bien adaptados. Este cuadro a
menudo cambia dramáticamente cuando se los observa en compañía de su
“complemento“: entonces se hace evidente la patología de la relación.

13
Unidad III: Escuela de Palo Alto

Terapia Breve focalizada en la resolución de un problema

John Weakland; Richard Fisch; Paul Watzlawick; Arthur M. Bodin

Terapia Breve: Escuela de Palo Alto


Terapia muy buena para abordar un problema, mediante un recorte, una
focalización, que apunta al aquí y ahora y al futuro. Actúa como un primer auxilio.
Es breve, se lleva a cabo en 10 sesiones y puede ser individual, de pareja o grupal.
A los concurrentes se los suele denominar pacientes-clientes.
Los problemas que aborda son de tipo Evolutivos o Adaptativos. Los primeros
hacen referencia a los propios de la evolución de la especie humana, como ser
compromiso, paternidad, síndrome del nido vacío, abuelidad, jubilación.
Los segundos tienen que ver con cambios del tipo mudanzas del campo a la
ciudad, cambios de colegio, de trabajo, de función, etc.
Los tres beneficios de esta terapia son ahorro de tiempo, ahorro de dinero y
focalización del problema.
Es un dispositivo ideal para fusiones de empresas, por ejemplo, en el que se
trabaja con grupos de 10 personas y en el que nadie está obligado a participar.
Una conducta es considerada sintomática o problemática:
Ante modificaciones por nuevos requerimientos (internos -evolutivos / externos -
adaptativos)
Cuando en vez de solucionar el problema se busca reparar la situación vía errónea,
mediante un intento fallido de solución.
Cuando esto se reitera cotidianamente.
Cuando el contexto o grupo familiar legitima esa desviación.
Características:
Apunta a un cambio mínimo, ya que apunta al primer alivio.
El terapeuta apunta a una posición ONE DOWN, que significa por debajo del

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paciente, implica una posición de no choque, de no confrontación, de humildad, su
realidad la tiene el paciente.

Cuando hablamos de Cambio 1 en el marco del paradigma sistémico, hablamos de


un cambio de 1er orden, es el cambio que se tiene a la mano, es el más inmediato,
es cambio “más de lo mismo”, superficial, individual, representa una fachada. Ej.
Cambiar al hijo de colegio constantemente, cambiar de trabajo.
Cuando hablamos de cambio 2 hacemos referencia a un cambio profundo, que
requiere intervención externa, es más estructural, es un cambio de paradigma, de
perspectiva, de enfoque.

La terapia breve que se presenta aquí está basada en dos ideas centrales para la
terapia familiar:
a) focalización en la interacción presente de conductas observables y b)
intervención deliberada para alterar el sistema vigente.
Puede tratar desde dificultades escolares y laborales, crisis de identidad, problemas
de pareja, familiares y sexuales, delincuencia, alcoholismo y problemas de
alimentación, ansiedad, depresión y esquizofrenia.

Nuestra terapia breve, sus bases y comparaciones

Su premisa fundamental es que los problemas que la gente trae a los


psicoterapeutas, sin tomar en cuenta sus orígenes y etiología, persisten
únicamente si son mantenidos a través de la conducta corriente del paciente y de
las personas con las cuales interactúa. Por consiguiente, si esa conducta es
cambiada apropiadamente o eliminada, la dificultad se resuelve o desvanece,
independientemente de su naturaleza, origen o duración.

Esta terapia comenzó a focalizar su atención en la interacción de las conductas


observables y sus influencias entre los miembros de la familia y entre ellos y el
terapeuta, más que en los acontecimientos pasados o en procesos mentales
inferiores de los individuos.
En la misma línea se ve a la conducta perturbada, desviada o penosa de un
individuo como un fenómeno esencialmente social, que ocurre como aspecto de un
sistema reflejando alguna disfunción en el mismo, y que puede tratarse mejor
modificando adecuadamente este sistema.

La principal tarea del terapeuta es tomar acción deliberada para alterar patrones de
interacción ineficientes, tan fuerte, efectiva y eficientemente como fuera posible.

Principios fundamentales

1) En un sentido amplio, se encuentran orientados hacia el síntoma. El problema


que se presenta ofrece en su conjunto lo que el paciente está listo para tratar, es
una manifestación concentrada de lo que anda mal y un índice concreto de
cualquier progreso que se efectúe.
2) Se consideran a los problemas que la gente lleva a los psicoterapeutas (excepto
claros síndromes orgánicos psiquiátricos) como dificultades situacionales entre

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personas, problemas de interacción (paciente identificado y su familia, o relaciones
laborales también).
3) Los problemas son considerados como una resultante primordial de las
dificultades diarias, que usualmente incluyen la adaptación a algún cambio de vida
que no fue manejado adecuadamente por las partes implicadas. Cuando las
dificultades comunes de la vida se manejan mal, los problemas irresueltos tienden
cada vez más a involucrar otras actividades y relaciones a través de cortes o crisis,
dando como resultado la formación de síntomas.
4) Mientras que las dificultades fortuitas de la vida, como enfermedades, accidentes
o pérdida de empleo, aparecen a veces como motivadores en la irrupción de un
problema, observamos los pasos de transición normales en la vida familiar como
las “dificultades diarias” más comunes e importantes que pueden conducir a
problemas (por ej. Pasar de noviazgo a matrimonio, luego al nacimiento de los
hijos, su crianza, luego su partida, luego la muerte del cónyuge). Aunque la mayoría
de los individuos se las arregla más o menos bien para manejar este tipo de
transiciones, las mismas requieren cambios esenciales en las relaciones
interpersonales que pueden fácilmente ser erróneamente manejados.
5) Hay dos maneras a través de las cuales pueden desarrollarse los problemas: si
las personas tratan una dificultad común como un problema, o si tratan una
dificultad común, o más grave, como si no fuera un problema en absoluto, es decir,
por enfatizar demasiado o muy poco las dificultades de vivir. La primera aparece
relacionada con las expectativas utópicas de la vida(soluciones ideales a sus
problemas). Inversamente, los problemas surgen también de la negación de las
dificultades manifiestas que podrían verse como afirmaciones utópicas. Por ej, la
pareja que insiste que su matrimonio es perfecto, o los padres que niegan la
existencia de cualquier conflicto con sus hijos y que sostienen que cualquiera que
los vea es dañino o loco.
6) Una vez que una dificultad comienza a verse como un problema, la continuación
y a menudo la exacerbación del mismo resulta de la creación de una onda positiva
de retroalimentación centralizada muy a menudo alrededor de aquellas mismas
conductas de los individuos dentro del sistema con las que tratan de resolver dicha
dificultad. Se trata de dar una solución a la dificultad original que sólo la intensifica,
y así sucesivamente. Ej.: paciente depresivo al que tratan de alentar y quien se
siente peor porque no lo comprenden, o porque no puede responder a las actitudes
de quienes tratan de “levantarle el ánimo“.
7) Se toman los problemas o síntomas de larga duración no como algo crónico en
la acepción habitual de algún defecto básico en el individuo o familia, ni siquiera se
piensa que se haya instalado a través del tiempo, sino como una dificultad que
persiste al ser repetitivamente mal manejada. La gente con problemas crónicos
simplemente se ha esforzado inadecuadamente durante períodos más
prolongados.
8) Se observa que la resolución de problemas requiere como primera medida una
sustitución de las pautas de conducta que permita suprimir los circuitos positivos de
retroalimentación, enviciados.
9) Aunque la solución parezca ilógica, se trata de promover un cambio beneficioso,
efectivo. Por ejemplo, nos gustaría comentar lo triste que parece un paciente
depresivo y aceptar que debe existir un motivo real e importante para que se
encuentre de esta manera. Pero una vez que se le informa de la situación que

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motiva su estado de ánimo, podemos decir lo extraño que no se encuentre aún más
deprimido. La consecuencia usual, paradójica como parece, es que el paciente
comienza a mostrarse y sentirse mejor.
10) Además de aceptar lo que trae el paciente y revertir el tratamiento común que lo
único que ha servido es para empeorar las cosas, este mero ejemplo, sirve para
ilustrar acerca del concepto de no irse por las ramas, enfocando directamente el
síntoma presentado y trabajando en forma circunscripta a fin de aliviarlo
efectivamente.
Se sostiene que el cambio se efectúa más fácilmente si la meta del cambio es
razonablemente pequeña y está claramente establecida.
11) La aproximación de esta escuela es fundamentalmente pragmática. Trata de
basar sus concepciones e intervenciones en la observación directa, durante el
tratamiento de qué es lo que pasa en los sistemas de interacción humana, cómo
persisten y cómo se los puede alterar más efectivamente.
Se evitan las preguntas “Por qué?” Desde su punto de vista esta pregunta no es
relevante; enredarse en ella comúnmente lleva a preocuparse por las causas
subyacentes, más profundas, históricas, mentales, familiares, de los problemas de
conducta y por el insight sobre estas. Esto es, la cuestión del “Por qué?” tiende a
promover una concepción individualista, voluntarista y racionalista de la conducta
humana, antes que una focalizada sobre sistemas de interacción e influencia. Más
aún, dado que las causas subyacentes son de por sí, inferibles más que
observables, preocuparse por ellas distrae al terapeuta de una atenta observación
del problema actual y qué conducta puede estar perpetuándolo.

Técnicas específicas de la Terapia Breve

Se tratan todos los casos siguiendo un esquema básico de seis pasos, aunque en
la práctica puede darse cierta superposición entre éstos:
1) Presentación del encuadre: cantidad de sesiones, dinero, qué se va a tratar, se
compromete con la sesión.
2) Definición del problema: recorte, se realizan las siguientes preguntas Qué es lo
que Ud. hace ahora a causa de este problema; qué es lo que Ud. quiere dejar de
hacer o quiere cambiar?, qué es lo que le gustaría hacer y a causa del problema no
puede hacer? Delimitar y precisar el problema permite decidir si en 10 sesiones
esta terapia se puede llevar adelante.
3) Valoración de las pautas de conducta que mantienen el problema: Aquí se
valoran los intentos fallidos por solucionar el problema, haciendo sentir bien a la
persona, valorando ese intento fallido. Es valorar positivamente esas pautas de
conducta.
4) Fijar las metas del tratamiento: Su función es la de conducir el tratamiento, actúa
como guía, se co-construye con el paciente. Existen tres tipos de sujetos: utópicos,
razonables y los depresivos.
5) Selección y elaboración de intervenciones en términos de conducta: Intervención
amplia mediante el silencio, estricta mediante una interpretación. Se procede
mediante la redefinición, en la que el terapeuta busca un nuevo rol o función que
traiga a colación el paciente, de él mismo o un allegado de él ej.: madre intrusa a
madre preocupada, la prescripción paradójica se refiere a prescribir determinadas
pautas que son opuestas a las metas del tratamiento (insomnio, psicosomáticas)

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muy buena para que el paciente logre el control sobre sus síntomas; y la
intervención de familiares, con el permiso del paciente, se convoca a alguien
allegado (familiar, amigo), pero no a familiares enfrentados, por ej.al paciente que
se le pide que traiga a su esposa.
6) Finalización: Se intenta hacer un cierre, donde se destacan los logros
alcanzados atribuyendo siempre los mismos al paciente. Asimismo se analizan los
items que quedaron en el tintero, lo que se denomina depósito.

1) Presentación del encuadre:


En la sesión la secretaria hace llenar al paciente o la familia un formulario con sus
datos y luego los acompaña al consultorio. Allí el terapeuta informa sobre todo el
funcionamiento de todo, sobre las ventajas potenciales para el tratamiento de la
cámara de observación y la grabación de sesiones, pidiendo el consentimiento del
paciente, por escrito, a esta modalidad de trabajo. El terapeuta agrega de inmediato
que trabajamos con un máximo de 10 sesiones por caso, lo que ayuda a establecer
una expectativa positiva de cambio rápido.

2) Definición del problema:


Como esta terapia se centra en el síntoma, es necesaria, en primer lugar, una
explicación clara y concisa de lo que le pasa al paciente. Si éste tiene varios
problemas, se le pregunta cuál es el más importante. En casos de pareja y familia,
como los puntos de vista pueden ser encontrados, aunque a menudo claramente
interrelacionados, se le pregunta a cada una de las personas, cuál es su principal
problema. Desde el principio se sigue el postulado general de “comenzar con lo que
el paciente trae”.
Se le pregunta entonces qué dificultades concretas en el vivir los lleva a los
terapeutas justo en ese momento. Suele preguntarse, para hacer más específico el
campo de respuesta, “Qué es lo que hace usted ahora a causa de su problema que
quiere dejar de hacer o cambiar?” y “Qué le gustaría hacer ahora que a causa de
su problema no puede hacer?” Este tipo de preguntas, además, comienza a
suscitar la cuestión conexa con los objetivos del tratamiento.

3) Valoración de las pautas de conducta que mantienen el problema:


La conducta problemática persiste solamente cuando es reforzada repetidamente
en el curso de la interacción social del paciente con personas significativas. Por
otra parte, además, justamente lo que el paciente o estas personas significativas
están haciendo, en sus esfuerzos por manejar el problema, a menudo aquellos
intentos de solución o ayuda que parecen más lógicos e incuestionablemente
correctos, es lo que básicamente lo mantiene o exacerba.
En la práctica el terapeuta, en primer lugar, sólo pregunta al paciente o a cualquier
miembro de la familia que esté presente, cómo han estado tratando de manejar el
problema. Esto por sí solo, puede llevar rápidamente a visualizar qué es lo que
hace que las cosas anden mal. Si esto no resulta, el interrogatorio, apuntando
siempre a la conducta concreta, puede proseguirse por más tiempo y con mayor
detalle, pero compasivamente; el objetivo del terapeuta es obtener suficiente
información para comprender lo que está pasando, para lo cual necesita
cooperación, no enfrentar a la gente con sus errores. En adición a lo verbalizado
explícitamente por el paciente u otros, es importante notar cómo ellos discuten el

18
problema y su manejo, incluyendo su interacción.

4) Fijar las metas del tratamiento:


El fijar los objetivos del tratamiento actúa como una sugestión positiva de
posibilidad de cambio en el tiempo establecido y provee un criterio de logro
terapéutico tanto al terapeuta como al paciente. Son necesarios por lo tanto,
objetivos claramente establecidos en términos de conducta concreta, observable,
para disminuir cualquier posibilidad de incertidumbre o negación posterior.
Una pregunta válida en este momento es: “Qué cambio de conducta mínimo, le
indicaría a usted que se ha dado un definido paso hacia adelante en su problema?”.
Se trata siempre de buscar respuestas más concretas a través de discusiones
subsiguientes, clarificación y presentación de ejemplos de metas posibles para su
consideración. Con pacientes vagos, utópicos o grandilocuentes, es útil revertir el
método para traerlos a la realidad, sugiriéndoles objetivos que están fuera de su
alcance, aún para ellos. De nuevo esto involucra aceptar lo que el paciente
presenta y magnificarlo a fin de cambiarlo. Por ejemplo, un estudiante de entre 20 y
30 años, aún mantenido por su madre que trabaja contó que estaba estudiando
“antropología filosófica”, para que llevara a Occidente la luz de India y China.
Además mencionó que tenía interés en seguir cursos en una famosa escuela de
música hindú. Se le señaló que su mira era demasiado pobre comparada con la
posibilidad de unir la espiritualidad de la India con la praxis del comunismo de
China y utilizar este baluarte para la reconstrucción de la sociedad occidental, a lo
que contestó que debido a que no le estaba yendo bien en sus estudios, ya que le
faltaba dinero, si pudiera obtener una beca y realmente aprender música hindú,
esto constituiría un logro suficiente por el momento.
El propósito es establecer una meta fija desde la segunda sesión, aunque a veces
puede llevar más tiempo recoger y dirigir la información necesaria para ello.
Ocasionalmente se puede replantear la meta original en el curso del tratamiento o
agregar una secundaria.

5) Selección y elaboración de intervenciones en términos de conducta:


Una vez que se ha formado una clara idea de la conducta habitual base del
problema y estimado qué conducta diferente llevará al objetivo específico
seleccionado, la tarea consiste en intervenir para promover tal cambio.
a- Cambio e “insight“:
La meta del tratamiento es producir cambios en el comportamiento y no se
considera muy útil trabajar para promover el insight tanto individual como familiar.
Además de sugerir y percibir el cambio de la conducta manifiesta, se utiliza la
interpretación, aunque el fin es sólo la redefinición de la conducta. Tales
interpretaciones pueden entenderse como un intento de inducir al insight, pero no
es así. Utilizar la interpretación para promover el insight implica que la verdad
puede ser revelada y reconocida provechosamente. Esta no es la meta ni la
creencia de este tratamiento. Más bien se cree que redefinir una conducta rotulada
“hostil” como una “preocupación provechosa”, por ejemplo, puede ser
terapéuticamente útil, sea o no “verdadera” cualquiera de estas rotulaciones, ya
que lo verdadero jamás puede establecerse fehacientemente.
Esta redefinición se utiliza frecuentemente con pacientes rígidos. No requiere
cambios en la conducta manifiesta y a veces se logra sin necesidad de ninguna

19
cooperación del paciente o de algún miembro de la familia. Si la redefinición de una
acción o situación por parte del terapeuta no es atacada abiertamente, lo que
generalmente puede ser manejado, entonces el significado y los efectos de aquella
conducta ya han sido modificados.
b- Uso de la motivación y de las características idiosincrásicas:
Desde un comienzo se trata de determinar la aproximación que resultará más
apropiada para cada paciente de observar “dónde está parado” y conocer sus
necesidades, ya sea creer en lo mágico, derrotar al experto, encargarse de alguien,
enfrentar un desafío, o lo que fuera.
c- Cambio de conducta dirigido:
Uno de los objetivos más importantes es el de cambiar la conducta manifiesta,
hacer que la gente cambie la conducta que mantiene el problema y desarrolle otras
que llevan a la meta del tratamiento. Ya se ha dicho que es justamente la conducta
que parece más lógica para la gente, la que está perpetuando sus problemas.
Necesitan por consiguiente, especial ayuda para hacer aquello que parecería
ilógico y equivocado. Ya sabemos que mientras se cabalga sobre un caballo
desbocado, es difícil seguir las directivas del instructor de soltar las riendas, a pesar
de que sabemos que es nuestra manera de sujetarlo lo que produce su espanto.
Las instrucciones de comportamiento son más efectivas cuando se las encuadra
cuidadosamente y se las comunica de manera indirecta, implícita, aparentemente
insignificante. Al requerir un cambio, es provechoso minimizar ya sea el asunto o la
manera con que se formula el pedido. Sugerir el cambio, más que ordenarlo. Se
indican sólo acciones que parezcan mínimas para el paciente, aunque se piense
que conforman el primero de una serie de pasos que implican un microcosmos de
la dificultad central. Se emplean con regularidad tareas para la casa de distintos
tipos, tanto para aprovechar el tiempo mejor, como para promover un cambio
positivo donde cuenta más: fuera del consultorio, en la vida real.
d- Instrucciones paradójicas:
Generalmente, la instrucción paradójica consiste en indicar conductas
aparentemente opuestas a las metas elegidas, pero que realmente conducen a
ellas. Tales directivas probablemente constituyen la más importante clase particular
de intervenciones en este tratamiento. La instrucción paradójica se aplica con
mayor frecuencia como “prescripción del síntoma” para un caso específico, el
aparente aliento a la conducta sintomática o muy indeseable, a fin de minimizar o
controlar tal comportamiento.
Aunque resulte difícil de creer, los pacientes aceptan estas prescripciones tan
extrañas con presteza. En primer lugar, el terapeuta ocupa el lugar de un experto
que aconseja. Segundo, cuida que la formulación de sus prescripciones se efectúe
de modo tal que éstas resulten lo más aceptables que sea posible, darle una
racionalización apropiada a un paciente particular, hasta negar cualquier
racionalización sobre la premisa de que el paciente necesita descubrir hechos no
anticipados. Tercero, a menudo únicamente se pide al paciente que haga cosas
que ya está haciendo, sólo que sobre una base diferente.
Ya que como terapeutas por definición son expertos que dan directivas precisas
tanto en el actuar como en el pensar, otro elemento que permite a las paradojas
calar hondo en el paciente, está dado por el hecho de que por lo general se las
formula tentativamente, por sugerencias o preguntas más que por órdenes directas,
adoptando a menudo para ello una posición de inferioridad (“one-down“), de

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aparente ignorancia o confusión. Observamos que el paciente, al igual que el resto
de la gente, está más dispuesto a aceptar y seguir consejo cuando se evita
“ponerse terminante”.
e- Utilización de la influencia de las relaciones interpersonales:
Aunque la mayoría de las sesiones de este tratamiento incluyen sólo un terapeuta y
un paciente, en forma directa, se considera y utiliza en este trabajo,
constantemente, relaciones interpersonales más extensas. En principio, aún
cuando se vea sólo al paciente identificado, se concibe el problema en términos de
algún sistema de relaciones y pautas de conducta que afirman el problema,
involucrando a su familia, sus amigos o su situación laboral. Por lo tanto, en toda
intervención realizada con el paciente deberán también, tenerse en cuenta sus
posibles consecuencias para otros. Igualmente, no obstante, intervenciones útiles
pueden ser hechas en cualquier punto del sistema y, con frecuencia, parece más
efectivo centrar los esfuerzos en algún otro, más que en el paciente identificado.
Con las parejas también se utiliza este método, viéndolos generalmente por
separado, dedicando más tiempo, a menudo, al que es visto por ellos como
“normal”. Nuestro punto de vista es que una intervención efectiva en cualquier lugar
del sistema produce cambios en todos los ámbitos del mismo, pero de acuerdo con
lo que ofrece la situación, hay que tener en cuenta que algunas personas son más
accesibles a la influencia o pueden ser una mejor palanca para obtener el cambio
dentro del sistema, que otras. Segundo, el terapeuta y los observadores también
constituyen un sistema de relaciones que es frecuentemente usado para facilitar el
tratamiento. Con pacientes que tienen dificultades para aceptar consejos que
provengan directamente de la persona con la cual se están conectando, el
observador puede hacer llegar comentarios al terapeuta, por el teléfono
intercomunicador, para ser retransmitidos al paciente, provenientes de esta
autoridad no vista y presumiblemente objetiva. Cuando un paciente está
continuamente en desacuerdo, entonces el observador puede entrar y criticar al
terapeuta por “la poca comprensión” del caso, formando una alianza aparente con
el paciente. El observador puede así emitir una versión parafraseada de el
terapeuta ofrece originariamente. El trabajo en equipo facilita la tarea, pero rara vez
es esencial. Un solo terapeuta que sea flexible y no esté indebidamente interesado
por ser correcto y consistente, puede, también, utilizar técnicas similares, por
ejemplo, planteando dos posiciones él mismo.
Como llega a ser evidente, todas estas técnicas de intervención son medios
conducentes a incrementar al máximo el alcance y el poder de la influencia del
terapeuta. Primero, la influencia es un elemento inherente a todo contacto humano.
Segundo, el accionar del terapeuta incluye necesariamente este hecho de la vida,
pero va mucho más lejos; profesionalmente, es un especialista en influir sobre las
personas. La gente llega al terapeuta porque no está satisfecha con algún aspecto
de su vida, no ha sido capaz de modificarlo y busca ayuda por esto. Al tomar
cualquier caso, por lo tanto, el terapeuta acepta la tarea de influenciar los
sentimientos, conducta e ideas de las personas hacia fines deseables. En tercer
lugar y de acuerdo con lo anterior, la responsabilidad primordial del terapeuta es
buscar y aplicar medios efectivos y apropiados de persuasión. Por supuesto, esto
incluye tomar plena cuenta de la situación y objetivos, enunciados y observados del
paciente. Dado esto, sin embargo, el terapeuta aún debe efectuar la elección de lo
que va a hacer y decir. No puede escapar a esta responsabilidad inherente

21
siguiendo algún método standard de tratamiento sin tener en cuenta los resultados,
simplemente siguiendo al paciente, o, aún, siguiendo el ideal moral de ser siempre
recto y abierto con el paciente. Estos cursos de acción, aún si fueran posibles,
representan en sí mismos elecciones estratégicas. La mejor vía, entonces, es
reconocer esta necesidad, no negarse a sí mismo la necesidad de efectuar dicha
elección, con el fin de utilizar cualquier medio de persuasión que se juzgue más
factible en las circunstancias dadas y aceptar la responsabilidad por sus
consecuencias.

6) Finalización:
Tanto si se sobrepasa el límite de diez sesiones como si se llega antes a los
objetivos, usualmente se revé, en forma breve, el curso del tratamiento con el
paciente, señalando logros aparentes y dándole máximo crédito por lo que ha
conseguido, haciendo notar también cualquier cosa no resuelta.
Por otro lado, se hace hincapié en su probable futuro, más allá de la terminación
del tratamiento, esto por lo general, está en conexión con recordarle al paciente
que le haremos una entrevista de seguimiento en unos tres meses. Esta
conversación usualmente incluye sugerencias acerca de futuras mejoras.
Se puede recordar al paciente que el tratamiento no intenta llegar a soluciones
definitivas, sino a una apertura inicial a través de la cual pueda encaminarse por sí
solo. En una minoría de casos, sin embargo, particularmente pacientes
negativistas, que no aceptan ayuda de nadie, o aquellos a los que les gusta
competir, se puede tomar un curso opuesto, minimizando cualquier resultado
positivo del tratamiento y expresando escepticismo sobre cualquier progreso futuro.
En los dos casos la meta es la misma: extender la influencia terapéutica más allá
del período de contacto actual con el paciente.
En algunos casos hay pacientes que realizan progresos, pero parecen inseguros de
esto y preocupados por la terminación del tratamiento. A menudo este problema se
resuelve terminando sin terminar, es decir, comunicando que se piensa que se ha
logrado lo suficiente como para finalizar la terapia, pero que esto no es seguro;
solamente puede juzgarse observando experiencias ulteriores de la vida diaria,
sobre un período dado. Se propone entonces hacer un alto en el tratamiento,
dejando “en depósito” lo que ha quedado sin utilizar de las diez sesiones, listas
para ser usadas en caso de que el paciente se encuentre frente a una dificultad
especial. Posteriormente, generalmente el paciente se va de esta manera más
reconfortado y ya no vuelve a llamar.

Conclusión: Implicaciones

El potencial más inmediato y evidente de esta tarea es para el uso más efectivo de
las facilidades y personal psiquiátrico existentes. Esto puede incluir la reducción del
período usual del tratamiento y el correspondiente incremento en el número de
pacientes tratados, sin sacrificar la efectividad de la terapia.
Además no está restringido a pacientes de clase media, articulados y de un nivel de
educación alto, sino que es aplicable a pacientes de cualquier nivel social y
educacional.
Adoptando una visión más amplia, también es importante hacer notar que este
modelo toma todas las dificultades de la conducta bajo una misma mira, pero en

22
dos aspectos diferentes. Primero, correlaciona la conducta individual y el contexto
social en vez de dividirlos, no solamente dentro de la familia sino también
abarcando, potencialmente, todos los niveles de la organización social. Segundo,
este marco ayuda a ubicar continuidades, similitudes e interrelaciones entre
problemas diarios normales, problemas psiquiátricos de conducta individual
desviada y muchas clases de conducta socialmente problemática como el crimen,
el aislamiento social, la anomia, y ciertos aspectos del fracaso y la pobreza.
El punto de vista teórico de este modelo se centra en los modos en que los
problemas de conducta y su resolución están imbricados en la interacción social.
Estos problemas no sólo ocurren a individuos y familias, sino también a todo nivel
del funcionamiento y la organización social.

La reformulación panorámica

Lic. Eduardo H. Cazabat; Lic. Analía Urretavizacaya

Desde la perspectiva constructivista habitualmente utilizada en terapia sistémica y


cognitiva, los cambios de los mapas del mundo se realizan a través de reencuadres
o redefiniciones.
El re-encuadre consiste en una estrategia terapéutica que produce una alteración
en el modelo interno del mundo que tiene el paciente o la familia. Este modelo o
encuadre dirige la conducta, los sentimientos y el pensamiento. Mediante esta
intervención el terapeuta ofrece al consultante un sentido diferente a una situación
o conducta problemática.
Una reestructuración llevada a cabo con éxito deberá extraer el problema de su
definición de síntoma, transformándolo a otro que no implique la imposibilidad de
modificación. No ha de tratarse de otra definición cualquiera, sino de una que vaya
de acuerdo con el modo de pensar y de considerar la realidad por parte del sujeto.:
una acertada redefinición situacional precisa tener en cuenta los puntos de vista,
las expectativas, los motivos y las premisas, es decir, toda la trama conceptual de
aquellos cuyos problemas han de ser modificados. La reformulación debe sintonizar
con el modo en que la gente tiende a definir su problema, ya sea en términos
intelectuales, de salud, emocionales, etc.
La Reformulación Panorámica apunta a crear un marco general histórico. En ese
marco, los acontecimientos aportados por el paciente, muchas veces dispersos,
son encadenados por el terapeuta de manera que necesariamente desembocan en
el presente. La Reformulación Panorámica, al modo de los carteles indicadores
para turistas, le dice al paciente: “Ud. Está aquí: recorrió este camino, ésta es su
situación, y éstas son las vías posibles de acción.”

La Reformulación Panorámica, como todas las reformulaciones, debe poseer la


cualidad de ser verosímil, es decir que, diferenciándose de la historia contada por el
paciente, debe ser creíble para él. Vale decir que, al mismo tiempo que se reconoce
tanto en los hechos como en sus sentimientos, esta historia tiene matices que la
hacen diferente de la propia descripción, debe “cerrar” como explicación. El modo
en que lo logra es introduciendo matices en la historia que la hacen diferente de la
propia descripción. Naturalmente, la nueva historia puede ser aceptada o no. Lo

23
importante es que sea creíble hasta el punto en que pueda afectar la conducta
subsiguiente. El aceptar una redefinición no quiere decir siempre estar de acuerdo
con ella, sino adjudicarle un grado de verosimilitud significativo como para afectar la
conducta.
En otro orden de cosas, la Reformulación Panorámica genera desde el comienzo
una matriz que da forma al tratamiento. Es así que organiza el pensamiento del
terapeuta alrededor de una idea central acerca del paciente y su problema, dándole
una plataforma sólida sobre la cual construir el proceso terapéutico. La
Reformulación Panorámica se convierte, por lo tanto, en el núcleo alrededor del
cual gravita todo el desarrollo del tratamiento. Este núcleo condensa la definición
del problema, el foco, y al mismo tiempo, la solución al mismo. Por otro lado, le
brinda coherencia al material que va aportando el paciente a lo largo del
tratamiento, estructurando de esta manera su pensamiento y su conducta. De este
modo, la matriz conformada ayuda al mantenimiento de un foco terapéutico
facilitando el control del terapeuta sobre el proceso, dado que gran parte del
material es pasible de ser referido a la Reformulación Panorámica, que se convierte
así en la intervención central.

Conclusión
En síntesis, la Reformulación Panorámica, sin apartarse del modelo de resolución
de problemas en el cual se enmarca, brinda al paciente un marco general a su
problema en el que su propia historia toma un sentido distinto.
Al mismo tiempo, el terapeuta se beneficia pues la Reformulación Panorámica es
una matriz que, con mínimo esfuerzo de su parte, organiza desde el principio todo
el material que el paciente aporta a lo largo de la terapia.

Breve introducción a la terapia breve

Lic. Rosina Crispo

Desde una visión cibernética la atención se focaliza en la estructura del sistema de


interacción y sus mecanismos de realimentación. Es más, puede existir la
posibilidad de que el problema no está íntimamente relacionado con lo que le dio
origen; cualquier factor precipitante originalmente de la dificultad puede ser mucho
menos importante que cómo se manejó el sistema con el problema creado. O sea
que para el terapeuta, la pregunta fundamental no pasará por los orígenes sino por
la organización y persistencia del problema, y por lo tanto, la resolución del
problema radicará en la posibilidad de influir para generar un cambio en el sistema
de mantenimiento del problema, o sea influir para interrumpir los circuitos de
realimentación que lo sustentan.
El terapeuta debe transformarse en un agente activo de cambio, y su objetivo no
consiste en solucionar todas las dificultades sino en iniciar, mediante un tratamiento
breve y focalizado, un proceso de inversión de las soluciones intentadas.

En qué sentido, entonces, es posible hablar de Terapia Breve?


1- porque es focalizado el tratamiento, orientado al problema que se presenta;
2- porque se planifica para trabajar en la dirección elegida y acordada con el

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cliente;
3- porque en el modo de trabajar del terapeuta, la resistencia que en toda terapia
se expresa como inercia y dificultad para producir cambios, es precisamente
utilizada para lograrlos.

El terapeuta interviene cuando hay un intento de solución estereotipado y eso no


ayuda a resolver el problema. Y lo hace ejerciendo influencia sobre la gente para
que cambie su intento de solución por otro, por lo tanto, la técnica es, básicamente,
cómo hacer para influir sobre ella de la manera más eficaz y precisa posible.

El terapeuta debe negociar con el cliente qué tipo de cambio desea lograr. Si uno
acuerda un objetivo modesto, es más seguro que será factible de concretarlo y
transmite varios mensajes: Primero que el cambio es posible, segundo que va a ser
evaluado en términos de conductas observables, y tercero, que los pequeños
cambios pueden ser significativos. De acuerdo con la perspectiva cibernética de la
que hablamos, si cambios pequeños pero significativos pueden lograrse en aquello
que aparecía como un gran y desesperante problema, es seguro que será el
comienzo de un círculo beneficioso de cambios por amplificación del movimiento
inicial.

Cuando se habla de redefinición se hace referencia a un modo de intervención que


crea el espacio donde se puede trabajar en la dirección del cambio esperado.
El objetivo tiene que ver con la reestructuración de una conducta determinada. Si
podemos redefinir el significado o las implicancias atribuidas por el paciente o sus
otros significativos a esa conducta, tendrá un efecto poderoso sobre las actitudes,
reacciones y vida de relación del individuo. El terapeuta ofrece una historia
alternativa que encaja con las creencias y las expectativas del paciente, y éste
comienza un camino que se vuelve posible y que a su vez genera una realidad
nueva que se amplifica en posibilidades y así sucesivamente.

La etapa de intervenciones no es la más importante para este modelo, la etapa


fundamental tiene que ver con el tiempo de la recopilación de la información. Si esa
etapa no se hace con todo detalle, si no se tiene muy claro cuál es la estructura que
está en juego en ese circuito a modificar, será imposible acordar un objetivo que
sea significativo, será inútil la planificación cuidadosa del tratamiento, será estéril
toda estrategia de redefinición y cambio, porque no se habrá obtenido un panorama
claro de cuál es el sistema que está comprometido en el juego y cuál el circuito de
mantenimiento que perpetúa el problema.

Escuela Estructural
Autores: Sánchez y Gutiérrez o Minuchín

1 - Límites / Umbrales
Las funciones de la familia sirven a dos objetivos distintos: uno es interno, la
protección psico-social de sus miembros, individuación y autonomía; el otro es
externo, la acomodación a una cultura y la transmisión de esa cultura,
socialización, humanización.

25
Límites: Qué son / Función / Tipos: claros; difusos; rígidos / Tipos de familia
que caracterizan: normales / aglutinadas / desligadas.
Los límites de un subsistema están constituidos por las reglas que definen quienes
participan, y de qué manera. Por ejemplo, el límite de un subsistema parental se
encuentra definido cuando una madre le dice a su hijo mayor: “No eres el padre de
tu hermano. Si anda en bicicleta por la calle, dímelo y lo haré volver”.
La función de los límites reside en proteger la diferenciación del sistema. Todo
subsistema familiar posee funciones y plantea demandas específicas a sus
miembros, y el desarrollo de las habilidades interpersonales que se logra en ese
subsistema, es afirmado en la libertad de los subsistemas de la interferencia por
parte de otros subsistemas.
Para que el funcionamiento familiar sea adecuado, los límites de los subsistemas
deben ser claros. Deben definirse con suficiente precisión como para permitir a los
miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias
indebidas, pero también deben permitir el contacto entre los miembros del
subsistema y los otros.
La claridad de los límites en el interior de una familia constituye un parámetro útil
para la evaluación de su funcionamiento.
Algunas familias se vuelcan hacia sí mismas para desarrollar su propio
microcosmos, con un incremento consecuente de comunicación y de preocupación
entre los miembros de la familia. Como producto de ello, la distancia disminuye y
los límites se esfuman. La diferenciación del sistema familiar se hace difusa. Un
sistema de ese tipo puede sobrecargarse y carecer de los recursos necesarios para
adaptarse y cambiar bajo circunstancias de stress. Otras familias se desarrollan
con límites muy rígidos. La comunicación entre los subsistemas es difícil, y las
funciones protectoras de la familia se ven así perjudicadas. Estos dos extremos del
funcionamiento de los límites son designados como aglutinamiento y desligamiento.
Es posible considerar a todas las familias como pertenecientes a algún punto
situado entre un continuum cuyos polos son los dos extremos de límites difusos,
por un lado, y de límites sumamente rígidos por el otro.
Los miembros de subsistemas o familias aglutinadas pueden verse perjudicados en
el sentido de que el exaltado sentido de pertenencia requiere un importante
abandono de la autonomía.
Los miembros de subsistemas o familias desligados pueden funcionar en forma
autónoma, pero poseen desproporcionado sentido de independencia y carecen de
sentimientos de lealtad y pertenencia y de la capacidad de interdependencia y de
requerir ayuda cuando la necesitan.
Ambos tipos de relación provocan problemas familiares cuando se ponen en
marcha mecanismos adaptativos. La familia aglutinada responde a toda variación
en relación con lo habitual con una excesiva rapidez e intensidad. La familia
desligada tiende a no responder cuando es necesario hacerlo. En una familia
aglutinada los padres pueden verse sumamente afectados cuando el hijo no come
el postre. Los padres de una familia desligada, por su parte, pueden permanecer
inmutables ante los problemas escolares de un hijo. A menudo, un terapeuta opera
como un delineador de límites difusos y abre los límites excesivamente rígidos.
2 - Relación entre sistema Parental y Sistema Filial
La estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que
organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Una

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familia es un sistema que opera a través de pautas transaccionales.
El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través de sus
subsistemas. Los individuos son subsistemas en el interior de una familia.
Las díadas, como la de marido-mujer o madre-hijo pueden ser subsistemas.
Cada individuo pertenece a diferentes subsistemas en los que posee
diferentes niveles de poder y en los que aprende habilidades diferenciadas.
Un holón es una entidad de doble rostro. Es un subsistema que forma parte
de varias estructuras jerárquicas, o se encuentra en el medio de dos
estructuras jerárquicas distintas. Es un supra sistema por un lado y un
subsistema por el otro.
El subsistema Parental: Cuando nace el primer hijo se alcanza un nuevo nivel de
formación, a partir del subsistema conyugal. En una familia intacta el subsistema
conyugal debe diferenciarse entonces para desempeñar las tareas de socializar un
hijo sin renunciar al mutuo apoyo que caracterizará al subsistema conyugal. Se
debe trazar un límite que permita el acceso al niño a ambos padres y, al mismo
tiempo, que lo excluya de las relaciones conyugales. A medida que el niño crece,
sus requerimientos para el desarrollo, tanto de la autonomía como de la
orientación, imponen demandas al subsistema parental que debe modificarse para
satisfacerlas. El niño comienza a tener contacto con compañeros extrafamiliares, la
escuela, y otras fuerzas socializantes exteriores a la familia. El subsistema parental
debe adaptarse a los nuevos factores que actúan en el marco de la socialización.
La autoridad incuestionada que caracterizó en algún momento al modelo patriarcal
del subsistema parental ha desaparecido y fue reemplazada por el concepto de
autoridad flexible, racional. Se espera de los padres que comprendan las
necesidades de sus hijos y que expliquen las reglas que imponen. Para juzgar en
forma adecuada a sus participantes, es esencial comprender la complejidad del
proceso de educación del niño. Es imposible que los padres protejan y guíen sin, al
mismo tiempo, controlar y restringir.
La relación de paternidad requiere la capacidad de alimentación, guía y control. Las
proporciones de estos elementos dependen de las necesidades de desarrollo del
niño y de las capacidades de los padres. Pero la relación requiere el uso de la
autoridad. Los padres no pueden desempeñar sus funciones ejecutivas a menos
que dispongan del poder necesario para hacerlo. El funcionamiento eficaz requiere
que los padres y los hijos acepten el hecho de que el uso diferenciado de la
autoridad constituye un ingrediente necesario del subsistema parental. Ello se
convierte en un laboratorio de formación social para los niños, que necesitan saber
cómo negociar en situaciones de poder desigual.
La tarea del terapeuta consiste en asistir a los subsistemas para que negocien y se
acomoden mutuamente.
El subsistema Filial o Fraterno: El subsistema filial es el primer laboratorio social
en el que los niños pueden experimentar relaciones con sus iguales. En el marco
de este contexto, los niños se apoyan, aíslan, descargan sus culpas y aprenden
mutuamente. En el mundo fraterno, los niños aprenden a negociar, cooperar,
competir. Aprenden a lograr amigo y aliados, a salvar la apariencia cuando ceden, y
a lograr reconocimiento por sus habilidades. Pueden asumir posiciones diferentes
en sus relaciones mutuas, y estas posiciones, asumidas tempranamente en el
subgrupo fraterno, pueden ser significativas en el desarrollo posterior de sus vidas.
Cuando los niños se ponen en contacto con el mundo de sus iguales

27
extrafamiliares, intentan actuar de acuerdo con las pautas del mundo fraterno.
Cuando aprenden formas alternativas de relación, incorporan las nuevas
experiencias al mundo fraterno.
Un terapeuta debe conocer las necesidades del desarrollo de los niños y debe ser
capaz de apoyar el derecho del niño a la autonomía sin minimizar los derechos de
los padres. Los límites del subsistema fraterno deben proteger a los niños de la
interferencia adulta, para que puedan ejercer su derecho a la privacidad, tener sus
propias áreas de interés y disponer de la libertad de cometer errores en su
exploración. En diferentes etapas de su desarrollo los niños poseen diferentes
necesidades, capacidades cognitivas particulares, y sistemas de valores propios.
En algunos momentos, el terapeuta debe actuar como traductor, interpretando el
mundo de los niños para los padres, y viceversa. También es posible que deba
ayudar al subsistema a negociar límites claros aunque no rígidos con el mundo
extrafamiliar.

3 - Cuándo un grupo familiar se considera funcional y cuándo disfuncional.


La familia normal no puede ser distinguida de la anormal por la ausencia de
problemas; por lo tanto, el terapeuta debe disponer de un esquema conceptual del
funcionamiento familiar que lo ayude a analizar una familia. Un esquema basado en
la concepción de la familia como un sistema que opera dentro de contextos
sociales específicos, tiene tres componentes. En primer lugar, la estructura de una
familia es la de un sistema sociocultural abierto en proceso de transformación.
En segundo lugar la familia muestra un desarrollo desplazándose a través de un
cierto número de etapas que exigen una reestructuración. En tercer lugar, la familia
se adapta a las circunstancias cambiantes de modo tal que mantiene una
continuidad y fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro.
Una familia se encuentra sometida a presión interna originada en la evolución de
sus propios miembros y subsistemas y a la presión exterior originada en los
requerimientos para acomodarse a las instituciones sociales significativas que
influyen en los miembros familiares. La respuesta a estos requerimientos, tanto
internos como externos, exige una transformación constante de la posición de los
miembros de la familia en sus relaciones mutuas, para que puedan crecer mientras
el sistema conserva su continuidad.
En este proceso de cambio y de continuidad las dificultades para acomodarse a las
nuevas situaciones son inevitables. Los procesos transaccionales de adaptación a
nuevas situaciones, en los que la falta de diferenciación y la angustia que
caracteriza a todos los nuevos procesos, pueden ser considerados así
erróneamente como patológicos. Sin embargo, el enfoque de la familia como un
sistema social en transformación esclarece la naturaleza transicional de
determinados procesos familiares. Requiere una exploración de la situación
cambiante de la familia y sus miembros y de sus dificultades de acomodación. De
acuerdo con esta orientación, un número mucho mayor de familias que se
incorporan a la terapia deberían ser consideradas y tratadas como familias
corrientes en situaciones transicionales, que enfrentan las dificultades de
acomodación a nuevas circunstancias. La etiqueta de patológica debe
reservarse a las familias que frente a esas tensiones incrementan la rigidez de
sus pautas y límites transaccionales y evitan o resisten toda exploración de
variantes. En las familias corrientes, el terapeuta confía en la motivación de la

28
familia como el camino para la transformación. En las familias patológicas, el
terapeuta debe convertirse en actor del drama familiar, incorporándose a las
coaliciones existentes para modificar el sistema y desarrollar un nivel
diferente de homeostasis.
El stress sobre un sistema familiar puede originarse en cuatro fuentes:
a) contacto estresante de un miembro con fuerzas extrafamiliares;
b) contacto estresante de la familia en su totalidad con fuerzas extrafamiliares;
c) stress en los momentos transicionales de la familia; y
d) stress referente a problemas de idiosincrasia.

4 - Intervenciones: Reencuadramiento / Escenificación.


La única estructura familiar inmediatamente asequible para un terapeuta es la
estructura disfuncional. Una de las tareas que enfrenta es la de explorar esa
estructura y situar las áreas de posible flexibilidad y cambio. Su aporte esclarece
partes de la estructura familiar que han permanecido sumergidas. Alternativas
estructurales que han permanecido inactivas se hacen activas. Si el terapeuta
posee entonces la flexibilidad necesaria para desligarse y observar el efecto de sus
indagaciones, logrará esclarecer así su cuadro diagnóstico de la familia.

Reencuadramiento:
Implica enmarcar, poner marco, normas, proponer nuevas pautas nuevas normas.
Lo hace el terapeuta. Son nuevos hábitos de comportamiento. Se le propone a la
familia definiciones nuevas. El terapeuta sí tiene una posición de confrontamiento.
Se trata sugerir pequeños cambios para que vayan a incorporarse como hábitos.

De acuerdo a Minuchín, las familias poseen un cuadro dinámico que se ha formado


en su historia y que encuadra su identidad de organismo social. Cuando acuden a
terapia, traen consigo esta geografía de su vida en la definición que le dan. Han
hecho su propia evaluación de sus problemas, de sus lados fuertes y de sus
posibilidades. Demandan al terapeuta ayuda para esa realidad que han
encuadrado.
La terapia parte en consecuencia del choque entre dos encuadres de la realidad. El
de la familia es pertinente para la continuidad y el mantenimiento de ese organismo
en condiciones más o menos estables, el encuadre terapéutico atiende al objetivo
de hacer que la familia avance hacia un manejo más diferenciado y eficiente de su
realidad disfuncional.
Las familias cuentan con la tenacidad homeostática no reflexiva como respuesta a
las tensiones. Y aunque las más hallan una salida a la crisis, un modo de elaborar
procesos más complejos para la solución de problemas, otras familias fracasan y
acuden a un terapeuta. Cuando lo hacen, presentan a éste su encuadramiento del
problema y su solución ya encuadrada, pero el encuadramiento del terapeuta será
diferente.
El terapeuta inicia su encuadramiento tomando en cuenta lo que la familia
considera importante. Pero ya el modo en que recoge información dentro del
contexto de la familia encuadra lo recogido de manera diversa. Entonces la tarea
del terapeuta es convencer a los miembros de la familia de que el mapa de la
realidad trazado por ellos se puede ampliar o modificar. Las técnicas de
escenificación, enfoque y obtención de intensidad contribuyen al logro de un

29
encuadramiento terapéutico.
En la escenificación el terapeuta asiste a los miembros de la familia para que
interactúen en su presencia, y ello con el propósito de vivenciar la realidad familiar
como aquellos la definen. Después reorganiza los datos, poniendo el acento en
ciertos aspectos y cambiando el sentido de lo que ocurre; introduce nuevos
elementos e insinúa modos diferentes de interactuar, que de este modo se
actualizan dentro del sistema terapéutico. En el enfoque, el terapeuta, tras
seleccionar elementos que parecen pertinentes para el cambio terapéutico,
organiza los datos de las interacciones familiares en torno de un tema que les
imparte un sentido nuevo. En la obtención de intensidad, el terapeuta refuerza el
influjo del mensaje terapéutico. Destaca la frecuencia con que se produce una
interacción disfuncional, las diversas modalidades que ella cobra y cuánto penetra
los diferentes holones familiares. La obtención de intensidad, lo mismo que el
enfoque y la escenificación, contribuye en particular a sustentar la vivencia de una
realidad nueva, terapéutica, donde se cuestionan el síntoma y la posición que su
portador ocupa en la familia.

Escenificación:
“Cómo distinguir el bailarín de la danza?”
La Terapia Estructural de Minuchín está considerada como una terapia de acción,
porque no se espera que el paciente habla tanto sino que actúe. Se trabaja mucho
con ambos lenguajes, tanto digital como analógico (4to axioma de la Comunicación
Humana). El paciente es invitado a actuar, a través de una pequeña representación
(dramatización).
Es una terapia de acción, no sólo se habla, sino que se actúa: escenificación. Ej.:el
hijo que es invitado a imitar al padre.
El terapeuta es actor y director a la vez.
Actor cuando establece alianzas transitorias con alguno de los miembros. Son
transitorias, duran unos minutos. Se entra y se sale de la familia, porque se forman
alianzas sólo transitorias, y se deshacen.
Es director ya que en una escenificación él es quien dirige las actuaciones.
En las puestas en escena se trabajan más las normas y las pautas transaccionales,
negociadas o impuestas. Se deben restablecer o modificar las pautas establecidas.
Esta escuela estructural trabaja sobre el mapa familiar, que es un gráfico que
representa las interacciones de la familia . Se utiliza para representar en forma
dinámica cómo está estructurada la familia. El mapa familiar no es el territorio, sólo
es una forma gráfica de representar las transacciones de la familia. Se va formando
y modificando a lo largo de las sesiones.
Minuchín dice que cada familia tiene su danza y en el consultorio se la invita a
danzar. En las primeras sesiones la danza es muy rígida.
Tiene tres momentos: 1) el terapeuta observa la interacción;
2) como director , el terapeuta organiza una escenificación,
actuación.
3) propone lo escenificado pero de otra manera, es decir,
introduciendo pequeños cambios.

La escenificación es la técnica por la cual el terapeuta pide a la familia que dance


en su presencia. Así construye una secuencia interpersonal en la sesión, en que se

30
ponen en escena interacciones disfuncionales entre los miembros de la familia.
Esta escenificación se produce en el contexto de la sesión, en el presente y en
relación con el terapeuta. Al tiempo que la promueve, este tiene la posibilidad de
observar los modos verbales y no verbales en que los miembros de la familia
emiten señales unos hacia otros y controlan la gama de las interacciones
tolerables. Entonces el terapeuta puede intervenir en el proceso, sea para
aumentar su intensidad, prolongar la duración de la interacción, hacer participar a
otros miembros de la familia, indicar modos diferentes de interacción e introducir
sondeos experimentales que proporcionarán información tanto al terapeuta como a
la familia sobre la índole del problema, la flexibilidad de las interacciones familiares
para la búsqueda de soluciones y la virtualidad de modalidades diferentes de
desempeño dentro del marco terapéutico.
Cuando la familia acude a terapia, suele haber acuerdo sobre quién es el paciente,
cuál es el problema y cómo éste afecta a los demás. Los intentos previos de sus
miembros por hallar soluciones han concentrado excesivamente sus interacciones
en el “problema”, convirtiéndolo en el telón de fondo contra el cual ponen en escena
todos los demás aspectos de su realidad. Su experiencia de la realidad, entonces,
se ha estrechado a causa de una excesiva concentración del enfoque. La
intensidad de sus vivencias relacionadas con el síntoma y con el portador de éste lo
ha llevado a descuidar otros aspectos significativos de sus interacciones. La familia
ha encuadrado el problema y las interacciones relacionadas con éste como la
realidad pertinente para la terapia. La tarea del terapeuta es llegar a obtener
información que los miembros de la familia no consideran pertinente; y más difícil
todavía, obtener la información de que aquellos no disponen.
Los terapeutas formados en las canales interpersonales de la comunicación saben
que el acto de observar influye sobre el material observado. El terapeuta de familia
desautoriza la fantasía de terapeuta objetivo y la realidad permanente, y crea en la
sesión una secuencia interpersonal donde se escenifica la interacción disfuncional
entre los miembros de la familia. Parte del supuesto de que siendo la familia
disfuncional sólo en ciertos campos, prestar atención a éstos permitirá comprender
su dinámica nuclear. Cuando los miembros de la familia escenifican una
interacción, las reglas habituales que gobiernan su conducta se imponen con una
intensidad afectiva semejante a la manifiesta en las interacciones corrientes en el
hogar. Pero en una situación terapéutica, en que posee el control del contexto, el
terapeuta puede verificar las reglas del sistema aliándose de manera diferencial
con ciertos miembros de la familia o formando coaliciones contra otros miembros.
La escenificación requiere de un terapeuta activo que se sienta cómodo
participando y movilizando a personas cuyas respuestas no se pueden predecir. Es
preciso que el terapeuta se sienta cómodo en situaciones abiertas, en que no sólo
promueve el despliegue de la información, sino que también la crea presionando
sobre las personas y observando y vivenciando la realimentación frente a esa
injerencia suya.
4 ventajas: 1) facilita la formación del sistema terapéutico puesto que produce
compromisos sólidos entre los miembros de la familia y el terapeuta; 2) en el
momento produce un cuestionamiento de esta realidad determinada. Las familias
se presentan a sí mimas como un sistema donde hay un paciente individualizado y
un conjunto de personas que lo remedian o asisten. Pero cuando danzan la lente
se amplía hasta incluir a dos más miembros y no ya uno solo. La unidad de

31
observación y de intervención se amplia. En lugar de un paciente aquejado de una
patología, el enfoque es ahora de una familia en una situación disfuncional. La
escenificación inicia el cuestionamiento de la idea que la familia se ha formado
sobre la índole del problema.; 3) otra ventaja consiste en que comprometidos como
están entre sí los miembros del sistema terapéutico, en lugar de escucharse
solamente unos a otros, aquélla les ofrece un contexto para experimentar en
situaciones concretas; 4) aunque la escenificación se produce en relación con el
terapeuta, también puede facilitar el despego de éste. Mientras los miembros de la
familia se enzarzan en la interacción, el terapeuta puede tomar distancia, observar
y recuperar capacidad terapéutica, luego de haber sido absorbido de suerte que
funcionara con arreglo a las reglas de la familia.
La escenificación puede ser considerada una daza en tres movimientos: en el
primero el terapeuta observa las interacciones espontáneas de la familia y decide
los campos disfuncionales que conviene iluminar. En el segundo movimiento de
escenificación, el terapeuta organiza secuencias escénicas en que los miembros de
la familia bailan su danza disfuncional en presencia de él. Y en el tercer
movimiento, el terapeuta propone modalidades diferentes de interacción. Este
último movimiento puede proporcionar información predictiva e infundir esperanzas
a la familia, por ejemplo, mediante la iluminación de una interacción espontánea.

Los riesgos en lo que se puede caer con esta terapia:


1) No tomar en cuenta el momento evolutivo por el cual atraviesa la familia.
2) No tener en cuenta el mapa familiar.
3) Establecer alianzas perdurables.

Escuela de Milán

Autores: Sánchez y Gutiérrez.


2 textos de Palazzolli
Entrevistas
Genograma

1 - Enfoque trigeneracional de esta escuela


Aunque los teóricos de la terapia familiar estructural y estratégica no utilizaron
genogramas en sus enfoques, prefiriéndose concentrarse en las relaciones
emocionales de la familia inmediata, sin embargo, están interesados en las
estructuras jerárquicas, en especial en las coaliciones donde se cruzan los límites
generacionales.
Las familias se repiten así mismas, lo que sucede en una generación a
menudo se repetirá en la siguiente, es decir, las mismas cuestiones tienden a
aparecer de generación en generación, a pesar de que la conducta pueda

32
tomar una variedad de formas; es lo que se denomina transmisión
multigeneracional de pautas familiares.
La hipótesis es que las pautas vinculares en generaciones previas pueden
suministrar modelos implícitos para el funcionamiento familiar en la siguiente
generación. En el genograma, se buscan estas pautas que continúan o se
alternan de una generación a la otra.
2 - La circularidad de los significados
Esta escuela apunta a la circularidad de los significados, es decir, intenta captar el
sentido que le da la familia al hecho o problema, cómo circula el significado en la
familia. Para esta Escuela, el significado en la familia se construye a partir de tres
generaciones.
3 - El uso del genograma
El Genograma es una representación gráfica de una constelación familiar
multigeneracional (por lo menos tres generaciones), que registra información
sobre los miembros de esa familia y sus relaciones. Su estructura en forma de árbol
proporciona una rápida gestalt de las complejas relaciones familiares y es una rica
fuente de hipótesis sobre cómo un problema clínico puede estar relacionado con el
contexto familiar y su evolución a través del tiempo.
Por lo general, el genograma se construye durante la primera sesión y luego se lo
revisa a medida que se obtiene más información. El genograma ayuda al terapeuta
y a la familia a ver un “cuadro mayor”, tanto desde el punto de vista histórico como
del actual: es decir, que la información sobre una familia que aparece en el
genograma puede interpretarse en forma horizontal a través del contexto familiar y
vertical a través de las generaciones.
El genograma incluye por lo menos a tres generaciones de familiares así como
también sucesos nodales y críticos en la historia de la familia, en particular los
relacionados con el “ciclo vital”.
Carter considera que el flujo de ansiedad en un sistema familiar se da tanto en la
dimensión vertical como en la horizontal. El flujo vertical deriva de pautas de
funcionamiento que se transmiten históricamente de una generación a otra, en
especial a través del proceso de del triángulo emocional. El flujo de ansiedad
horizontal surgen de las tensiones actuales que pesan sobre la familia a medida
que avanza a través del tiempo soportando los cambios inevitables, las desgracias
y las transiciones en el ciclo de vida familiar. Con la tensión suficiente en este eje
horizontal, cualquier familia experimentará disfunción. Además las tensiones en el
eje vertical pueden crear nuevos problemas de modo tal que hasta una pequeña
tensión horizontal puede tener serias repercusiones en el sistema. Por ejemplo si
una mujer tiene muchas cuestiones sin resolver con su padre (ansiedad vertical), le
puede resultar difícil tratar las dificultades normales en la relación de pareja con su
propio esposo, generando ansiedad horizontal.
4 - Los tres ejes de la terapia: Hipótesis, circularidad y neutralidad
Hipótesis: es descrita como el elemento para organizar la información que le
servirá al terapeuta para delinear su trabajo; la información del paciente podrá ser
cierta o falsa, y podrá ser usada o no. La hipótesis servirá al terapeuta para buscar
más información, confirmar su planteamiento y establecer los patrones de
intervención sistémica para con la familia; como guía de la intervención,
establecerá información y estructura en el sistema familiar. La hipotetización puede
servir al terapeuta para trazar planteamientos de la terapia así como el mapa

33
familiar, la explicación acerca de la familia, el problema y su relación contextual. No
se deberá indicar a la familia la hipótesis del terapeuta.
Circularidad: se puede definir la circularidad por oposición a la linealidad, es decir,
a estímulo A, respuesta B. Se debe considerar que lo que circula es la palabra, el
significado. Por ejemplo “Cómo se comporta A cuando llega a casa? Se le pregunta
a B, el hijo, delante de A, el papá, para que éste escuche.
La circularidad se comprende por la capacidad que tiene el terapeuta para conducir
su intervención sobre las bases de retroalimentación de la familia, como respuesta
a la información que éste, el terapeuta, solicita, respecto de las relaciones de la
familia a través de sus relaciones y cambios. A través de esto el terapeuta plantea
la misma pregunta a cada miembro de la familia, con respecto a cada problema,
con el fin de obtener la verdad sistémica de la familia. El planteamiento de una
hipótesis sistémica y el uso de la retroalimentación finalmente caracterizan la
circularidad del interrogatorio circular.
Neutralidad: es el efecto pragmático que el terapeuta ejerce sobre la familia. Una
de las mayores dificultades en la terapia se presente cuando el terapeuta tiene el
deseo de hacer cambiar a la familia. O todavía peor, cuando los terapeutas creen
que su objetivo es realizar cambios en la familia. El objetivo del terapeuta será
conseguir un cambio, pero éste será brindar a la familia la capacidad de poder
realizar sus propios cambios sin conflicto en el futuro. La familia deberá percibir al
terapeuta como neutral, sin que tome preferencia o haga coalición con ningún
miembro de la familia. Las preguntas del terapeuta deberán estar dirigidas a cada
integrante de la familia, en forma circular y con tiempos iguales de interacción.
Aportaciones del grupo de Milán:
Uso del equipo terapéutico
Rituales de la familia como intervención - Análisis de las paradojas
Connotaciones positivas
Prescripción invariable
Interrogatorio circular
Hipotetización
Circularidad
Neutralidad
Paciente Identificado
5 - Intervenciones: Connotación positiva e interrogatorio circular
Connotación positiva: se refiere a que el terapeuta no sólo trata de calificar el
comportamiento sintomático, sino que se ve todo el comportamiento como positivo
o bueno. El objetivo es preservar la cohesión del grupo familiar, lo cual permite al
terapeuta ser aceptado por la familia, pues no desafía o cuestiona ninguna posición
de conducta. Otro objetivo de la connotación positiva es que la familia se pregunte
por qué, si según el terapeuta estamos funcionando perfectamente, tenemos un
paciente identificado o una sintomatología?. Aquí es donde la paradoja realiza su
función de detonador por su capacidad de transformación. En Paradoja y
Contraparadoja se describen las intervenciones del Grupo de Milán como basadas
en los patrones repetitivos de las interacciones de la familia. Lo que el grupo refiere
como juegos sucios comportamiento de dos hermanas para excluir al cuñado de la
familia.
La mayoría de las intervenciones se basa en los ritos familiares y no deberán
funcionar como interpretación para proporcionar estructura. El grupo cree que el

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desarrollo de la estructura se presenta después de que ocurren los cambios. El GM
utiliza los ritos o rituales en lugar de las interpretaciones, para enfatizar una
conducta patológica de la familia con la finalidad de motivar su cambio. Por
ejemplo, a la familia se le prescribe que todas las noches le agradezca al paciente
identificado, por ser el enfermo de la familia, por ser el que carga toda la patología
de la familia.
Interrogatorio circular: Definiremos la entrevista circular como la capacidad que
tiene el terapeuta para visualizar el problema familiar, así como la posibilidad de
ampliar el enfoque del problema presentado por el PI, a través de retroalimentación
de cada uno de los miembros de la familia, de las percepciones individuales en
forma circular y sistémica. El terapeuta plantea las preguntas para enriquecer la
comunicación y la comprensión temporal del problema.
En los diferentes momentos de la intervención, el cuestionamiento circular podrá
proponerse por el terapeuta o por el equipo de observadores, con el fin de darle un
giro de temporalidad a las preguntas circulares, como presente, pasado y futuro,
por ej.:
Cuál creen que sea el problema actual de la familia?
Cuál creen que era el problema entonces?
Qué pasaría con la familia si continuara el problema?
Se deben realizar preguntas relacionadas con la hipótesis planteada.
6 - Trabajo en equipo terapéutico
Se trabaja en equipo: con co-terapeutas, generalmente una pareja heterosexual de
terapeutas, y con coro griego, psicoterapeutas, médicos, asistentes sociales, etc. El
trabajo en equipo brinda un abordaje más amplio y una visión interdisciplinaria.
Existen las modalidades con y sin Cámara Gessell.

Escuela de las Narrativas

Autores: Michael White. Cap. I y II.

El contexto de la posmodernidad
La producción de significados
La terapia como co-constructora de la realidad
La externalización del problema
La resignificación
Las narraciones de los acontecimientos extraordinarios
Relación entre discurso, conocimiento y poder.

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