Está en la página 1de 13

Perifèria

CristianismePostmodernitatGlobalització

Breve introducción a la sociología del cuerpo de Anthony Giddens

Jordi Corominas

Lo que se conoce como sociología del


cuerpo investiga de qué manera nuestro
físico se ve afectado por las prácticas y
las influencias sociales. Como seres hu-
manos, todos somos materiales, todos
tenemos un cuerpo, pero el cuerpo no
es sólo algo que tengamos ni tampoco
algo físico que exista al margen de la so- Anthony Giddens
ciedad. El cuerpo está muy influido por
nuestras experiencias sociales y por las Hoy, en la sociología del cuerpo, domi-
normas y valores de los grupos a los que nan aquellas escuelas (fenomenológicas,
pertenecemos. Hasta hace poco tiem- constructivistas, sistémicas) que, con
po los sociólogos no habían comenzado acentos diferentes, huyen de los extremos
a reconocer el carácter profundo de las que he trazado anteriormente. Una de las
interconexiones que existen entre la vida sociologías que más me han interesado
social y el cuerpo. Era frecuente en los para reflexionar sobre el cuerpo y la socie-
sociólogos de tendencia idealista enten- dad es la de A. Giddens1. En este breve
der la sociedad como una creación nues- artículo pretendo exponer algunas nocio-
tra, como si primero fueran las personas, nes centrales de su teoría sociológica y el
los cuerpos y después las sociedades. juego que pueden dar para acercarnos a
Y podemos reconocer fácilmente esta una comprensión de cómo se constituyen
perspectiva en la afirmación bastante co- socialmente nuestros cuerpos.
mún de que primero hay que cambiar las
personas para cambiar las sociedades. Teoría de la estructuración
La visión contraria la encontrábamos en
algunas sociologías materialistas donde La teoría sociológica de la estructura-
las personas eran meras expresiones, tí- ción de Giddens, formulada en su libro
teres, del sistema. En su extremo, estas
sociologías materialistas distinguían una
especie de motor de la historia, una ló- 1 A. Giddens, La constitución de la sociedad, bases
para la teoría de la estructuración, Amorrortu ediciones,
gica, independiente de los cuerpos y sus Buenos Aires, 1995, es su obra maestra. También me
voluntades que iba llevando la historia de parecen de mucho interés las sociologías zubirianas
que se han aproximado a los planteamientos de
la sociedad hacia algún tipo de fin prees- Giddens y Bordieu. Cf. A. González, Un solo mundo.
La relevancia de Zubiri para la teoría social, Ed. Bubok,
tablecido por algún dinamismo cósmico. Internet.

121
Perifèria. El cos que som 3/2016

La constitución de la sociedad 2, plantea cho la radio e intento desperezarme. Sin


que para comprender la creación, repro- embargo, puede suceder que cualquier
ducción y transformación de los sistemas día reflexione sobre los actos y cambie
sociales se debe analizar a la vez la es- la rutina empezando a afeitarme por la
tructura social y los cuerpos humanos barbilla. Del mismo modo, si me presen-
sin dar primacía ni a la estructura ni a los tan una mujer suelo darle dos besos casi
cuerpos individuales. Nuestros cuerpos, sin pensar, pero si voy a Estados Unidos,
son agentes, tienen un papel activo (aun- donde las personas no se besan, o a Pa-
que bastante limitado en sus posibilida- ris, donde se dan tres besos, de pronto
des) en la constitución del sistema social tengo que pensar sobre un ritual tan ru-
a través de nuestras rutinas diarias. He tinario que de hecho sigo repitiendo en
aquí un concepto clave de Giddens: “ruti- lugares donde los demás no tienen estas
nización”. Las estructuras sociales son el rutinas hasta que finalmente, no sin difi-
resultado de la reproducción de nuestras cultades, logro cambiarlo. No existe una
rutinas. Las rutinas o hábitos articulan barrera entre lo práctico y lo discursivo,
nuestros cuerpos y nuestra vida cotidiana pero las más de las veces, aunque reco-
y el sistema que conforman estas rutinas nocemos y reflexionamos sobre algunas
constituyen las estructuras sociales. de nuestras rutinas no las cambiamos.
Ya nos van bien. Por ejemplo, muchos
La diferencia que establece Giddens en- varones son bien conscientes de que su
tre consciencia discursiva y práctica es contribución a las tareas de la casa es
fundamental. La consciencia discursiva poca o nula, pero no renunciaran fácil-
hace referencia a lo que los agentes son mente a sus privilegios.
capaces de decir o expresar verbalmen-
te sobre su propia acción. Es la reflexión Las rutinas nos dan una especie de con-
consciente sobre nuestros actos y accio- fianza, de seguridad ontológica dirá Gid-
nes. Y la consciencia práctica se refiere dens poniendo como ejemplo los campos
al modo más o menos preconsciente, de concentración donde las personas
inintencional e irreflexivo, con el que lleva- sobrevivientes intentaron mantener una
mos a cabo la mayoría de nuestras accio- rutinas mínimas para no morir. No podría-
nes cotidianas. Los actos regidos por la mos vivir decidiendo y reflexionando en
consciencia práctica no son exactamente cada momento cómo me afeito, si beso
actos mecánicos porque siempre pode- o no beso, si sonrío o me mantengo se-
mos modificarlos, ni actos inconscientes rio. La acción no fluiría. Viviríamos en la
porque siempre puedo llegar a reflexio- angustia permanente. Una persona muy
nar sobre ellos. Por ejemplo, en el acto indecisa y analítica en todo raya lo pato-
de afeitarme dejo la barbilla para el final. lógico y acaban resultando invivibles sus
Llevo años haciéndolo así mientras escu- continuas dudas. Alguien decía, y viene a
cuento con lo que expongo, que se pierde
2 Op. cit.

122
Perifèria. El cos que som 3/2016

más por las decisiones no tomadas que posible. El sistema cambia cuando las
por las decisiones equivocadas, y nues- personas empiezan a reproducir las ruti-
tros cuerpos parece que no pueden per- nas de manera diferente.
mitirse el lujo de la indecisión permanente.
Optan por poner, siempre que pueden, el La socialización es el procedimiento me-
piloto automático. La mayoría de nuestras diante el cual un individuo es adiestrado,
acciones cotidianas: dar la mano, abrazar, aprende rutinas desde el día del naci-
sonreír, conducir un coche, comer a una miento, antes de todo propósito cons-
determinada hora, las hacemos sin pensar. ciente o lenguaje, y deja de reproducir-
(“D’esma” es la palabra catalana exacta e las o transformarlas el día de su muerte.
intraducible en todos sus matices al cas- Normalmente nuestros cuerpos delatan
tellano). De hecho, a mi me sucede que nuestro origen social. Los miembros de
incluso las composiciones musicales que una misma clase social tienen mayor
aprendo para tocar en mi saxofón acaban número de probabilidades que cual-
siendo una rutina y, sorprendentemente, quier miembro de otra de enfrentarse a
tengo que hacer un gran esfuerzo para las situaciones más frecuentes para los
concentrarme en la partitura y no pensar miembros de esa clase. Por ejemplo: Un
en otra cosa mientras toco. niño de clase alta en el Brasil tiene todos
los números para ir a una buena escuela
Lo que nos hace ver Giddens es que tras y un niño de clase baja en una bidón vi-
las actividades cotidianas, aparentemen- lle todos los números para experimentar
te realizadas sin esfuerzo y sin problemas, el odio a la policía y una fascinación por
se lleva a cabo un constante trabajo de la delincuencia. Como ya hemos dicho,
mantenimiento y reproducción social. Las las estructuras no son exteriores al indi-
estructuras sociales no son algo exterior a viduo, sino que toman cuerpo en noso-
mi cuerpo, sino que están corporeizadas, tros a través de las rutinas. Si se quiere,
actualizadas en él. Como dice Giddens, las rutinas son estructuras interiorizadas,
“La sociedad sólo tiene forma, y ​​esa for- hechas carne, sociedad corporeizada.
ma sólo tiene efectos en las personas, en
la medida en que la estructura se produce Los otros están presentes en mis accio-
y se reproduce en lo que se hace” 3. Las nes pautando mis expresiones, introdu-
tradiciones, las instituciones, los códigos ciéndome rutinas en mi cuerpo, dándome
morales y las formas establecidas de ha- acceso o no a determinados alimentos,
cer las cosas han cristalizado en nuestros afectos etc., antes de que tenga concien-
cuerpos a través de las rutinas de las que cia de ellos. Cuando tenemos conciencia
podemos ser más o menos conscientes. del otro (nos damos cuenta), los otros ya
Es difícil cambiar las rutinas, pero no im- han hecho buena parte del trabajo sobre
mi cuerpo, mis sentimientos, mi expre-
3 A. Giddens, C. Pierson, Conversations with Anthony sión fonética, mi expresión facial y corpo-
Giddens, Stanford University Press, USA, 1998, p. 77

123
Perifèria. El cos que som 3/2016

ral y mis deseos. Esta actualización de los dar razones de sus actos. Ello no conlle-
otros en mi cuerpo tiene un carácter de va necesariamente que se vaya a cam-
fuerza y de poder. Los demás delimitan biar la rutina, pero sí que aparece la po-
las cosas a las que accedo, intervienen, sibilidad de que el cambio se produzca.
insertan, dirigen y modulan mi acción.
Los medios de comunicación, los víncu- Lo primero que hay que resaltar entonces
los comerciales y financieros, el trato con es que el sistema social y sus estructu-
la naturaleza, impone una actualidad de ras no son un agregado de sustancias
los otros en las propias acciones aun sin individuales ni una realidad exterior a las
darnos cuenta. De la intervención de los realidades humanas sino el sistema de
demás y del acceso que me permitan a las habitudes o rutinas sociales. El sis-
las cosas depende en buena medida el tema social es interior a la actividad de
dolor o el placer de los diferentes sentires, los individuos. La acción de los individuos
los sentimientos de gusto y de disgusto, y tiene unas propiedades estructurales que
las respuestas positivas o aversivas. perduran a través de las prácticas de los
agentes y precisamente las prácticas que
De ese modo vemos como en todo he- tienen la mayor durabilidad temporal y ex-
cho social se entreveran las cosas, los tensión espacial es a lo que podemos lla-
otros y yo mismo desde su misma raíz. mar institución. Los modos de conducta
No es solo que los otros me afecten mas social aparentemente más cotidianos, tri-
o menos, sino que los otros están in- viales y menos temáticamente conscien-
corporados en mis acciones a través de tes, tienen repercusiones más profundas
una cantidad ingente de rutinas. Cuan- en la estructuración de la sociedad mun-
do reproducimos prácticas no hacemos dial que las acciones más intencionales.
otra cosa que dejar que nuestro cuerpo Las “rutinas” del día a día, las habitudes
obre según pautas conocidas y recono- que poseemos no son “accidentes” del
cidas. Mientras el correr de la acción no sistema social, sino que lo integran, el
sea problemático para un individuo, su momento de producción de la acción co-
conciencia práctica se expresará conti- tidiana es al mismo tiempo el momento
nuamente, sin cuestionar la rutina, pero de reproducción del sistema social.
cuando la rutina aparezca como proble-
mática (una mujer que se resiste a co- Lo segundo a destacar es que por la cons-
cinar siempre ella provocando que el ciencia discursiva nuestros cuerpos tienen
marido no pueda leer el periódico antes cierto poder de cambio y transformación
de comer como era su costumbre; una social. Sabemos por las estadísticas que
multa de 500 euros por correr en el auto- hoy de media se consulta una hora el móvil
móvil por encima de la velocidad permiti- y esto es una especie de rutina práctica,
da, etc.) la conciencia discursiva hace su pero al hacerla consciente puedo modifi-
aparición y puede el individuo tratar de carla. Lo mismo podemos decir de la co-

124
Perifèria. El cos que som 3/2016

mida, puedo establecer ciertas dietas etc. La superación del dualismo entre acción
Lo humano de la acción no radica para y estructuras exige pensar en un mismo
Giddens en que esta sea racional o ten- plano lo que frecuentemente es pensa-
ga un propósito (la mayoría de nuestros do en planos diversos. No hay actores
actos cotidianos son irreflexivos), sino en preconstituidos que hagan la sociedad
el hecho de que lo actuado, la rutina eje- como tienden a pensar las escuelas
cutada, podría ser diferente. No tenemos fenomenológicas y hermenéuticas ni
un comportamiento fijado instintivamente, hay sistemas y estructuras preconsti-
pero la humanidad de la acción también tuidas que nos realicen como tienden
es independiente de su consciencia. La a expresar las escuelas funcionalistas y
mayoría de acciones cotidianas son pre- estructuralistas. Las estructuras no tie-
conscientes. Soy el autor de muchas co- nen existencia independiente de las ru-
sas que no intento hacer pero que hago. tinas más o menos conscientes que los
Por ejemplo, actos tan triviales como con- agentes tienen. El estado, el mercado,
ducir un automóvil o comprar un billete de el consumo, el poder, forman parte de
avión tiene consecuencias muy alejadas nosotros mismos. No son un monstruo
en el tiempo y en el espacio y cuanto más exterior al que hay que evitar o domar.
alejados son los efectos de nuestros actos Sin el sistema de nuestras rutinas coti-
menos intencional suele ser lo que hace- dianas no serían lo que son. Lo macro
mos pero no menos decisivo. No obstan- y lo micro, lo local y lo mundial se inte-
te, estas cosas que no hago a propósito gran en un sistema de rutinas o hábitos
no las hago “instintivamente”, de hecho no que articula desde los movimientos de
ocurrirían si actuáramos diferente. Lo pro- fonación y los movimientos de las ma-
pio de la acción humana es entonces el nos hasta el trato técnico  con las co-
que tenga un momento de poder para in- sas (producción) y su distribución (eco-
troducir una diferencia respecto a un esta- nomía).  Por consiguiente, en la acción
do de cosas preexistente. Podriamos de- transformadora no podemos desgajar
cir que una acción es una acción humana los objetivos políticos de envergadura
cuando envuelve una capacidad de trans- de las minucias de la vida cotidiana. La
formación. Estar constreñido socialmen- acción transformadora tiene que tender
te, no tener elección, no es lo mismo que a difuminar los diques que a menudo
no tener poder. Aunque el esclavo quiera persisten entre la práctica cotidiana y
ser efectivamente esclavo, aunque uno no los proyectos políticos de liberación.
pueda dejar de repetir una determinada
conducta o no tenga escapatoria ante Giddens y X. Zubiri fueron los primeros
el pelotón de fusilamiento o el hambre, teóricos en preconizar que de hecho con-
esto nunca es equivalente a estar irre- formamos ya una única sociedad mun-
sistiblemente empujados por procesos dial, pues hoy el sistema de habitudes o
mecánicos u biológicos. rutinas, el sistema social, es mundial y si

125
Perifèria. El cos que som 3/2016

bien no hay una integración cultural de to- la sociología del cuerpo en dos grandes
dos los habitantes del planeta sí que hay apartados: el que se refiere a las conse-
una precisa integración física: “Las habi- cuencias del cambio social sobre el cuer-
tudes de los que carecen de determina- po y el que reflexiona sobre la creciente
das cosas están sistemáticamente refe- separación del cuerpo humano respecto
ridas a las habitudes de los que se han a la “naturaleza”. Cito muy someramente,
apoderado de ellas, independientemente a modo de ejemplo, algunos desarrollos
del sentido que cada uno dé a su caren- del propio Giddens5:
cia o a su apoderamiento. La ausencia de
una conciencia de la carencia o del apo- Consecuencias del cambio social en
deramiento no es óbice para que los mo- el cuerpo
dos reales de habérselas con las cosas
no estén determinados por dicha caren- «La anorexia refleja ciertamente aspectos
cia o dicho apoderamiento. Un sistema generales del cambio social, incluyendo
de habitudes rebasa cualquier unidad de en ellos el impacto de la globalización. El
semejanza en virtud del sentido o de la aumento de los trastornos de la alimenta-
conciencia. Y por eso la idea de un sis- ción en las sociedades occidentales coin-
tema de habitudes sirve para pensar los cide precisamente con la globalización de
vínculos sociales mundiales”.4 la producción alimentaria, cuyo ritmo ha
aumentado en las últimas tres o cuatro
décadas. La invención de nuevas formas
de refrigeración junto al uso del transpor-
te en contenedores ha permitido que los
alimentos puedan almacenarse durante
largos períodos y que sean servidos de
un extremo a otro del mundo.

»Desde los años cincuenta, y para aque-


llos que pueden permitírselo (ahora la
mayoría de la población en los países oc-
A partir de su sociología teórica, Giddens cidentales), los estantes de los supermer-
abordará en su sociología del cuerpo al- cados están llenos de alimentos de todo
gunos de los temas fundamentales de el mundo. La mayoría de esos productos
esta disciplina: la sexualidad, el género, están siempre disponibles y no sólo, como
los trastornos de la alimentación, la téc- ocurría antes, cuando era la época en su
nica aplicada al cuerpo. En general, po- lugar de origen. En los últimos años, casi
dríamos subsumir todos los temas de
5 Una sociología del cuerpo está implícita en todos
los trabajos de Giddens. Se pueden apreciar algunas
4 A. González, “Una sola Sociedad mundial”, Diakonía de sus reflexiones en su manual de sociología: A.
74 (1995), pp. 43-47 Giddens, Sociology, 7 edición, Cambridge, 2013. 

126
Perifèria. El cos que som 3/2016

cualquiera en el Reino Unido y en el resto útil cuando se rompió la relación y quería


de las sociedades desarrolladas ha esta- demostrarme que aún tenía una vida y
do a régimen. Esto no significa que todos que era fuerte. Al principio, el ejercicio me
estén locos por adelgazar. En realidad, si hizo sentirme bien conmigo misma; los
todos los alimentos se encuentran dispo- hombres se fijaban en mi y aumentó mu-
nibles casi siempre, tenemos que decidir cho mi autoestima. Ahora necesito que-
qué comer: construir un “régimen”, con- mar calorías constantemente para sentir-
cepto que hace referencia a lo que con- me normal”. Su obsesión con el ejercicio
sumimos habitualmente. se mantuvo incluso después de que se
hubiera recuperado de la anorexia.
»En primer lugar, tenemos que decidir lo
que comemos en función de las diver- »¿Por qué afectan los trastornos de la ali-
sas informaciones de tipo médico con mentación especialmente a las mujeres y,
las que la ciencia nos bombardea; por de forma más aguda, a las jóvenes? Para
ejemplo, que el nivel de colesterol está comenzar, habría que señalar que no sólo
relacionado con las dolencias cardíacas. los padecen las mujeres, ya que alrede-
En segundo lugar, ahora nos preocupan dor del 10% de los enfermos por estas
las calorías que contiene cada alimento. dolencias son hombres. Pero ellos no tie-
En una sociedad en la que la comida es nen anorexia o bulimia tan a menudo, en
abundante, por primera vez podemos parte porque las normas sociales acep-
diseñar nuestro cuerpo en relación con tadas hacen más hincapié en el atractivo
nuestras costumbres (correr, hacer aeró- femenino que en el masculino y en parte
bic) y con lo que comemos. porque lo que se considera deseable fí-
sicamente es diferente para el hombre
»Los trastornos de la alimentación tienen y para la mujer. Cuando los hombres se
su origen en las oportunidades pero tam- preocupan de cultivar su aspecto físico, el
bién en las presiones y tensiones que esta ideal es un cuerpo musculoso. Para mu-
situación produce. El 80% de los anoréxi- chos de los que hacen musculación, esta
cos son adictos al ejercicio. Una adicción actividad se hace tan compulsiva o adicti-
es una pauta de comportamiento com- va como los trastornos de la alimentación
pulsiva que al individuo le resulta difícil o para las mujeres.
imposible evitar. Por ejemplo, Sally, una
madre soltera de veintiocho años de la »Por ejemplo, Sam Fussell, en su libro
región inglesa de los Midlands, fue vícti- Muscle, describe cómo empezó a desa-
ma de la anorexia después de padecer, rrollar sus músculos para intentar con-
según sus propias palabras, un “deseo trolar la sensación de debilidad y de an-
compulsivo de hacer ejercicio”. Empezó a siedad que le producía el pensar que era
hacerlo después de separarse del padre “enclenque”. De ser muy delgado pasó a
de su hijo. “Me sentía desmoralizada e in- estar realmente fuerte, pero entonces era

127
Perifèria. El cos que som 3/2016

imposible parar. No podía llevar a cabo adelgazamiento y el ejercicio compulsivo,


sus actividades cotidianas sin incluir al- puede quedarse bloqueada en la tenden-
gunas horas para levantar pesas. El que cia a rehusar completamente la comida o
se dedica a la musculación nunca está lo a vomitar todo lo que ingiere. Si esta pau-
suficientemente fuerte, del mismo modo ta no se rompe (y algunas psicoterapias
que la anoréxica nunca está lo suficiente- y tratamientos médicos son efectivos en
mente delgada. este sentido) la paciente puede llegar a
matarse de hambre»6
»También hay mujeres que se dedican
ahora a la musculación, pero la mayoría Creciente separación de nuestro
no realizan esta actividad cuando intentan cuerpo de la naturaleza
que su cuerpo se ajuste a sus expectati-
vas. Su ansiedad se centra en el miedo a « La propagación de los trastornos de
la gordura. En la actualidad la mujer ideal la alimentación refleja la influencia de la
debe ser delgada y esbelta. La anorexia y ciencia y la tecnología en nuestra forma
la bulimia son enfermedades de la mujer de vida actual: el recuento de calorías
activa que no se padecen porque sí, sino sólo ha sido posible con los avances tec-
que la persona se esfuerza por tenerlas. nológicos. Sin embargo, el impacto de
Los que padecen anorexia se someten a la tecnología siempre está condicionado
una dieta rígida y mínima, que quizá com- por factores sociales. Tenemos mucha
plementen con aeróbic todos los días. más autonomía respecto a nuestro cuer-
po y esta situación crea nuevas posibili-
»La anorexia y otros trastornos de la ali- dades positivas pero también ansiedades
mentación ponen de manifiesto que la y problemas antes desconocidos. Lo que
mujer representa un papel social más im- está ocurriendo forma parte de lo que los
portante que antes, pero que aun así se sociólogos denominan la socialización de
la sigue juzgando más por su apariencia la naturaleza, expresión que hace referen-
que por sus logros. Los trastornos de la cia al hecho de que ciertos fenómenos
alimentación se encuentran enraizados en que antes eran “naturales”, o que venían
la vergüenza que produce el propio cuer- dados por la naturaleza, ahora tienen un
po y las que padecen esta dolencia sien- carácter social, es decir, que dependen
ten que no están a la altura de las circuns- de nuestras propias decisiones.
tancias y que son imperfectas, de modo
que interpretan en función de su ansiedad »La reproducción humana es un ejemplo
cómo las ven los demás. En este punto, de ello. Durante siglos la vida de las mu-
las ideas de delgadez se hacen obsesivas jeres estuvo determinada por el parto y la
y para quien las padece perder peso se crianza de los hijos. En la época premo-
convierte en el medio de arreglarlo todo.
Una vez que la mujer inicia el régimen de 6 A. Giddens, Sociología, tercera edición, A. Editorial,
Madrid, 2000, pp. 165-167

128
Perifèria. El cos que som 3/2016

derna la anticoncepción no era efectiva tas tecnologías obligan a las parejas y a la


y en algunas sociedades no se conocía. sociedad a tomar nuevas decisiones éti-
Incluso en la Europa del siglo XVIII, era cas y legales. Cuando se detecta alguna
habitual que las mujeres tuvieran hasta anomalía la pareja tiene que decidir si va
veinte embarazos (con abortos frecuen- a tener el bebé, sabiendo que quizá tenga
tes y muerte de los niños). La mejora de una grave minusvalía.
los métodos anticonceptivos ha transfor-
mado esta situación de forma significati- »En nuestros días gran parte del esfuerzo
va. En los países industrializados no sólo científico se dedica a la expansión de la
ya no es “natural” tener tantos embarazos ingeniería genética: alterar la estructura
sino que apenas ocurre. Los avances en genética del feto para influir en su desa-
los métodos anticonceptivos propician rrollo posterior. El posible impacto social
que las mujeres y los hombres puedan de la ingeniería genética está comenzan-
decidir si quieren o no descendencia. do a suscitar un debate casi tan intenso
La prevención del embarazo es sólo un como el que rodea el problema del abor-
ejemplo de las técnicas de reproducción. to. Los que están a favor de este tipo de
manipulación afirman que nos aportará
»Son muchas las áreas en las que los muchos beneficios. Por ejemplo, será
procesos naturales se han hecho socia- posible identificar los factores genéticos
les. La medicina no siempre ha participa- que hacen que algunas personas sean
do en los grandes procesos vitales que vulnerables a ciertas enfermedades. La
van del nacimiento a la muerte. La me- reprogramación genética garantizará que
dicalización del embarazo y del parto se estas dolencias no se trasmitan de gene-
desarrolló lentamente, a medida que los ración en generación. Será posible “dise-
pediatras iban desplazando al médico ñar” nuestro cuerpo antes del nacimiento
local y a la comadrona. Hoy día, la ma- y elegir el color de nuestra piel, del pelo y
yoría de los nacimientos tienen lugar en de los ojos, el peso, etc.
hospitales, con ayuda de equipos médi-
cos especializados. En el pasado, los pa- »No hay un ejemplo mejor de la mezcla
dres tenían que esperar hasta que nacía de oportunidades y problemas que crea
la criatura para saber su sexo y si el recién la creciente socialización de la naturaleza.
nacido estaba sano. Hoy en día, pruebas ¿Qué elegirán los padres cuando puedan
prenatales como la ecografía (una imagen diseñar a sus hijos y qué límites habrá que
del feto producida a través de ondas de poner a esa capacidad de elección? Pro-
ultrasonido) y la amniocentesis (que con- bablemente la ingeniería genética no será
siste en extraer parte del líquido amnió- barata. ¿Significará esto que todo aquél
tico que rodea al feto) pueden utilizarse que pueda pagarlo programará a sus hi-
para detectar anomalías estructurales o jos de forma que carezcan de las carac-
cromosómicas antes del nacimiento. Es- terísticas físicas que se consideren social-

129
Perifèria. El cos que som 3/2016

mente indeseables? Qué ocurrirá con los sí es posible. Según este autor, las pro-
hijos de los grupos más desfavorecidos, fundas divisiones que existen entre los
que seguirán naciendo de forma natural? que subrayan el derecho a la vida y los
Algunos sociólogos han señalado que un que recalcan el de la elección ocultan las
acceso diferenciado a la ingeniería gené- razones aún mas profundas que hay para
tica podría producir una “clase marginada el acuerdo entre los dos bandos y que,
en términos biológicos”. Los que carez- por tanto, puede haber cierta esperanza.
can de las ventajas físicas que aporte la
ingeniería genética pueden ser objeto de »En otras épocas de la historia, la vida
los prejuicios de los que sí las disfruten y, valía relativamente poco. Sin embargo,
en consecuencia, estar discriminados a la en la actualidad nos hemos acostum-
hora de encontrar un empleo o de suscri- brado a otorgarle un carácter sagrado.
bir un seguro de vida o sanitario. Los dos bandos están de acuerdo en
ello pero lo interpretan de forma dife-
»El dilema ético más polémico que han rente; uno hace hincapié en los intere-
planteado las nuevas técnicas de repro- ses del niño y otro en los de la madre.
ducción en las sociedades contemporá- Según Dworkin, si se logra convencer
neas es este: ¿en qué condiciones debe- a ambos bandos de que comparten un
ría serles posible abortar a las mujeres? mismo sentido ético, será posible esta-
La polémica se ha hecho tan intensa pre- blecer un diálogo más constructivo.
cisamente porque se centra en proble-
mas éticos fundamentales que no tienen »El carácter sagrado de la vida humana
una solución fácil. Los que están “a fa- también es el valor primordial que subya-
vor de la vida” creen que el aborto está ce en el desarrollo de los sistemas sanita-
mal siempre, excepto en circunstancias rios de las sociedades contemporáneas.
extremas, porque equivale a un asesina- “Salud” y “enfermedad” son términos que
to. Para ellos, las cuestiones éticas están se definen cultural y socialmente. Como
sujetas, por encima de todo, al valor que se demostró en el análisis de los trastor-
hay que conceder a la vida humana. nos de la alimentación, en cada cultura
es diferente lo que se considera sano y
»Los que están “a favor de la elección” se- normal. En todas existen ideas conocidas
ñalan que el control de la madre sobre su sobre la salud y la enfermedad en un sen-
propio cuerpo -su derecho a disfrutar de tido físico, pero gran parte de lo que hoy
una vida gratificante- debe ser la principal considerarnos medicina es consecuencia
consideración. La polémica ha generado de la evolución de la sociedad occidental
numerosos episodios violentos. ¿Es posi- en los tres últimos siglos.
ble que se resuelva alguna vez? Al menos
un destacado experto en teoría jurídica y »En las culturas premodernas la familia
social, Ronald Dworkin, ha señalado que era la institución que se ocupaba de las

130
Perifèria. El cos que som 3/2016

enfermedades y dolencias. Siempre han aprendizaje de la medicina fuera sistemá-


existido individuos que se especializaban tico y largo; los sanadores autodidactos
en curar utilizando una mezcla de reme- fueron excluidos. Aunque la práctica mé-
dios psicológicos y mágicos y muchas de dica profesional no se limita a los hospi-
estas terapias tradicionales siguen exis- tales, éstos constituían un medio en el
tiendo en las culturas no occidentales de que los médicos, por primera vez, podían
todo el mundo. Por ejemplo, la medicina tratar y estudiar a un gran número de pa-
ayurvédica (curación tradicional) se viene cientes, en circunstancias que facilitaban
practicando en la India desde hace casi la concentración de la tecnología médica.
dos mil años. Se basa en una teoría del En la época medieval, las enfermedades
equilibrio entre los aspectos psicológicos principales eran de tipo infeccioso, como
y físicos de la personalidad, y los desequi- la tuberculosis, el cólera, la malaria y las
librios se tratan con remedios que inciden pestes. La peste negra del siglo XVI (que
en la alimentación y utilizan hierbas. se extendió con las pulgas de las ratas)
mató a un cuarto de la población inglesa
»La medicina popular china es parecida, y devastó amplias zonas de Europa.
ya que se basa en la idea de una armonía
general de la personalidad y se sirve de »En los países industrializados las enfer-
hierbas y de la acupuntura, una técnica medades infecciosas son en la actualidad
que consiste en insertar agujas en lugares causas de mortalidad menores y algunas
estratégicos del cuerpo del paciente. La han sido prácticamente erradicadas. En
medicina moderna promovió un enfoque estos países la muerte suele sobrevenir
de la enfermedad que considera que su por enfermedades no infecciosas como
origen y tratamiento son físicos y explica- el cáncer y las dolencias cardíacas. En
bles de forma científica. La aplicación de las sociedades premodernas las más al-
la ciencia a la diagnosis y a la curación tas tasas de mortalidad (el porcentaje de
mediante la medicina fue la característica la población que muere al año) se da-
principal del desarrollo de los sistemas sa- ban en los recién nacidos y en los niños,
nitarios contemporáneos. Otros rasgos, mientras que hoy en día este indicador
directamente relacionados con el anterior, aumenta con la edad.
son la aceptación de que el hospital es el
lugar en el que hay que tratar las enferme- »A pesar del prestigio que ha adquirido la
dades graves y el desarrollo de un cuerpo medicina moderna, hasta el siglo XX los
de profesionales de la medicina que se progresos en este campo no causaron
rigen según un código ético aceptado y más que una pequeña reducción en los
que tienen un considerable poder social. índices de mortalidad. Mucho más decisi-
vas fueron las mejoras en las condiciones
»La concepción científica de la enferme- de salubridad, en la nutrición, el alcanta-
dad se vinculó a la exigencia de que el rillado y la higiene, especialmente para la

131
Perifèria. El cos que som 3/2016

disminución de los índices de mortalidad Los estratos sociales más acomodados


infantil. Hasta bien entrado el siglo XX los suelen tener una dieta más rica y un mejor
medicamentos, los avances quirúrgicos y acceso a la atención sanitaria, por lo que
los antibióticos no disminuyeron las cifras es más probable que se aprovechen de
de mortalidad de forma significativa. El estas ventajas.
uso de los antibióticos contra las enfer-
medades infecciosas de tipo bacteriano »Las condiciones laborales también in-
se inicio en los años treinta y cuarenta, ciden directamente en la salud. Los que
mientras que las vacunas (contra la polio, trabajan en oficinas y en ambientes do-
por ejemplo) se desarrollaron más tarde. mésticos están menos expuestos a los
accidentes o al contacto con materia-
»Entre las sociedades industrializadas les peligrosos. Es difícil calcular hasta
existen notables diferencias en cuanto qué punto se han extendido las enfer-
a la distribución de las enfermedades. medades laborales, porque no siempre
En los países occidentales hay cuatro ti- es fácil determinar si una dolencia se
pos de dolencias que causan alrededor ha adquirido por el trabajo o por otras
del 70% de las muertes: el cáncer, las causas. Sin embargo, algunas enferme-
enfermedades coronarias, los infartos y dades laborales están bien documenta-
las enfermedades pulmonares. Hoy día das, como las pulmonares que aquejan
se sabe más acerca del origen de estos a los mineros, a consecuencia de la in-
males y se controlan mejor sus efectos, halación de polvo y el trabajar con as-
pero ninguno de ellos ha logrado curar- besto, que se ha demostrado que pro-
se completamente. Parece evidente que duce ciertos tipos de cáncer.
estas enfermedades están relacionadas
con la dieta y la forma de vida, ya que »Jake Najman ha estudiado recientemen-
su distribución varía según los países, las te los datos que vinculan la salud con las
regiones y la clase social. desigualdades económicas. También ha
tenido en cuenta cuáles podrían ser las
»Los individuos que tienen una mejor si- estrategias más adecuadas para mejorar
tuación económica y social están, por re- la salud de los grupos sociales más des-
gla general, más sanos, son más altos y favorecidos. Después de estudiar datos
fuertes y viven más que los de posición de diversos países, su conclusión fue que
social inferior. Las diferencias son mayo- el índice de mortalidad de aquellos que
res respecto a la mortalidad en el primer forman parte del 20% que menos gana
año de vida y a la infantil en general, pero era entre un 1,5 y un 2,5 más alto que
el riesgo de muerte para los más desfa- el de aquellos que están en el 20% que
vorecidos es mayor que el de las clases más gana. Además, este contraste se
acomodadas en cualquier edad. Hay va- está acentuando en vez de disminuir y lo
rias razones que explican esta situación. mismo puede decirse de la esperanza de

132
Perifèria. El cos que som 3/2016

vida (la edad que, en el momento de na-


cer, cabe esperar alcanzar).

»¿Cómo puede contrarrestarse la influen-


cia de la pobreza en la salud? Una de las
posibilidades son los grandes programas
de educación sanitaria y de prevención
de la enfermedad. Sin embargo, estos
sistemas tienden a funcionar mejor en-
tre los grupos más prósperos y con más
educación y, en cualquier caso, no suelen
producir más que pequeños cambios en
el comportamiento. Un mejor acceso a
la atención sanitaria ayudaría, pero sólo
hasta cierto punto. Para Najman, la única
política eficiente sería combatir la pobre-
za en sí misma, con el fin de reducir las
enormes diferencias que hay entre los in-
gresos de los ricos y los pobres7.

7 Ibíd., pp. 167-171.

133

También podría gustarte