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LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN II PARTE

Propósito: Analizar las distintas fases del proceso de la salvación, definiendo algunos términos bíblicos que la constituyen
y que dan relevancia a este punto doctrinal.

Texto Base: Sabiendo que fuiste rescatado de vuestra vana manera de vivir, la cual recibiste de vuestros padres, no con
cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación (1 Ped. 1:18-19).

El Sacrificio de Cristo en la Cruz es la columna vertebral de la fe cristiana, pues allí el mismo Dios encarnado logro lo que
era imposible que la humanidad alcanzará, pues ningún otro ser que existiese podría considerarse justo y morir por la
humanidad perdida. El proceso de la Salvación podrá entenderse al estudiar algunos términos bíblicos que constituyen
categorías teológicas de gran importancia doctrinal; sin embargo, es bueno advertir que, en las versiones modernas de la
Biblia, las llamadas paráfrasis, y versiones populares estos términos tienden a desaparecer y a ser sustituidas por
expresiones que tienen alguna relación con su significado. Para este análisis se ha considerado la versión Reina Valera
1960.

Antes de avanzar nos detenemos para consolidar la idea básica del término «salvación» el cual significa: rescatar y preservar
de un peligro inminente; implica dar salud y seguridad. En su sentido más profundo, sin embargo, es un término cuyo
significado está limitado cada vez más a la expresión del milagro divino de la libertad espiritual del hombre del dominio y
culpa del → Pecado y la → Muerte, y al goce de una → Vida eterna de comunión renovada con Dios.

El Nuevo Testamento nos explica detalladamente el proceso de la salvación, se explican términos bíblicos que constituyen
esta doctrina tan importante para el creyente y del cual se detalla:

La Justificación: En el lenguaje cotidiano usamos esta palabra muchas veces para hablar de cómo nosotros nos
defendemos ante las acusaciones. Por ejemplo, yo me justifico presentando evidencias y argumentos acerca de mi inocencia.
Cuando me justifico, me declaro justo o inocente. Así usamos esta palabra en el día a día, pero en la Biblia se usa de otra
manera. En nuestras versiones aparece la palabra justificar como traducción de una palabra griega, dikaio, que muchas
veces hace referencia no a una declaración del ser humano sobre sí mismo, sino a una declaración divina, veamos que nos
dice el Apóstol Pablo en Rom. 5:1 “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo”.
Usemos esta ilustración y para entenderlo mejor:
El hombre pecador está ante un tribunal en medio de un juicio por su propia vida.
 El cargo es traición a Dios (Rom. 3:23)
 El Juez es Jesucristo (Jn. 5:22 , Hch.17:13)
 El jurado está compuesto por la ley de Dios y los hechos de los hombres (Ro.2:6,12)
 Veredicto justo y razonable : “Culpable” (Ro. 3:9-20)
 Sentencia: separación eterna de Dios, muerte espiritual (Ro.6:23 ; Ap. 20:11-15)

Strong la ha definido la Justificación como: la acción judicial de Dios en la cual, por cuenta de Cristo, a quien el pecador se
une por fe, declara que el pecador ya no está expuesto al castigo de la ley, sino que esta restaurado y vuelve a gozar del
favor de Dios. Es entonces esa acción legal por la cual la condición del hombre cambia para bien.

En el Antiguo Testamento se establece una Ley de justicia, cuyos propósitos eran:


a. Convencer al hombre de su condición de pecado (Rom. 7:12-13);
b. Convencer al hombre de su incapacidad de cumplir exigencias espirituales como las que demandaba (Rom. 7:14);
c. Preparar al hombre por medio de símbolos y tipos para la llegada de la gracia salvadora (Gál. 3:19-25).
La Ley significaba el esfuerzo humano por alcanzar la salvación, la esperanza de salvarse por medio de obras, esfuerzo por
demás infructuoso (Rom. 9:31). Los que mantienen la creencia y unión con la Ley de Moisés, tratando de cumplir algunos
de sus requerimientos, aún no han comprendido que ya Dios no demanda eso (Rom. 3:21).

El método de la justificación es solo por fe y por gracia (Ro.4:16 ; Ro.3:24 ; Tito 3:7 ; Ef. 2:1-10)
Ya lo vemos tipificado en el A.T veamos Nm.21:5-9

Para finalizar este punto podemos decir el hombre solo justifica al inocente pero Dios solo justifica al culpable. El hombre
justifica en base al mérito propio, pero Dios justifica en base al mérito del Salvador.

La Propiciación: La palabra propiciación lleva la idea básica de aplacar o satisfacer, concretamente hacia Dios. La
propiciación es un acto entre dos partes que implica apaciguar la ira de alguien que está ofendido y ser reconciliado con él.

La necesidad de apaciguar a Dios, es algo que muchas religiones tienen en común. En las antiguas religiones paganas, así
como en muchas religiones hoy en día, se enseña la idea de que el hombre aplaca a Dios ofreciendo varias ofrendas o
haciendo sacrificios. Sin embargo, la Biblia enseña que Dios mismo ha proporcionado el único medio por el cual se puede
aplacar Su ira y el hombre pecador puede reconciliarse con Él. En el Nuevo Testamento, el acto de la propiciación siempre
se refiere a la obra de Dios y no a los sacrificios o a las ofrendas dadas por el hombre. La razón de esto es que el hombre
es totalmente incapaz de satisfacer la justicia de Dios, excepto que pase la eternidad en el infierno. No hay ningún servicio,
sacrificio o regalo que el hombre puede ofrecer para apaciguar la santa ira de Dios, o satisfacer su perfecta justicia. La única
satisfacción o propiciación, que pueda ser aceptable a Dios y que pueda reconciliar al hombre con Él, tenía que ser hecha
por Dios. Por esta razón, Dios Hijo, Jesucristo, vino al mundo en forma de hombre para ser el sacrificio perfecto por el pecado
e hizo propiciación o "expiación por los pecados del pueblo" (Hebreos 2:17).

La palabra propiciación proviene del grupo de palabras hilasmos en griego y casi siempre se refiere en el mundo antiguo
(cuando se aplica a Dios) para apaciguar o evitar la ira divina. La palabra raíz se usa varias veces en el Nuevo Testamento,
como hilasmos (1 Jn. 2:2; 4:10), hilaskomai (Heb. 2:17; Lc. 18:13), y como hilasterion (Ro. 3:25; Heb. 9:5). El término es
claramente una palabra bíblica y un concepto bíblico.

En el AT se nos habla del Propiciatorio, llamado así por la expiación que se hacía una vez al año en el gran día de la expiación
(Heb_9:5). Era la tapa del arca del testimonio, una plancha de oro macizo, con dos querubines colocados frente a frente en
cada extremo. El significado relacionado con la cubierta o hecho de quitar el pecado (Sal.32:1) mediante un sacrificio
expiatorio. Este propiciatorio, junto con el arca, es señalado como el estrado de los pies de Dios (1Cr. 28:2 ; Sal_99:5 ; Sal.
132:7). El Señor prometió estar presente sobre él y declararse a Moisés. En ocasión del sacrificio expiatorio, el sacerdote
rociaba sangre sobre y frente al propiciatorio (Lev. 16:14-15),

Reconciliación: El pecado es descrito en la Biblia como enemistad con Dios. La ruptura de la comunión entre Dios y el
hombre se observa desde Génesis 3 y es ratificada tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento (Isaías
59:2). En la Cruz del Calvario Cristo abolió en su carne las enemistades (Efe. 2:15-16), y propició la base legal de la
reconciliación, al ser justificados por la fe, el hombre entro en paz con Dios. La reconciliación es en consecuencia, un efecto
de la justificación.
La Biblia declara que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2 Cor. 5:19), y de que esto lo logró con su
muerte es confirmado en Rom. 5:10; Col. 1:21. Ninguna persona puede decir que es amiga de Dios si primero no ha sido
justificado dando el paso de fe al aceptar a Cristo como su Señor y salvador.

CONCLUSIÓN
La salvación es todo esto y más: la justificación, el perdón de los pecados por la sangre de Cristo, la reconciliación y la paz
para con Dios gracia al rescate realizado por el Señor Jesucristo y al juicio que el mismo ejecutó sobre la naturaleza caída
en la cruz del Calvario, y en todo este proceso el pecador arrepentido es trasladado de la potestad de las tinieblas al reino
del amado hijo de Dios.

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