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Los clostridium sulfito reductores hacen parte de la familia Clostridiaceae y al grupo de los

clostridios que agrupan aproximadamente 60 especies de clostridium. Principlamente los


que se encuentran presentes en los alimentos son el clostridium perfringens y clostridium
difficile que son bacterias Gram positivas, anaerobias, oxigeno tolerantes, forma de bacilos,
son bacterias que hace parte de la flora intestinal en animales y seres humanos. En este
grupo existen diferentes especies como: Septicum, chauvoei, sordelli, haemolyticum, novyi,
etc.
Clostridium Perfringens produce cerca de 30 toxinas potenciales de las cuales pueden ser
clasificadas en 5 categorías: A, B, C, D, E, de acuerdo con la combinación de sus cuatro
principales toxinas (α, β, ε y ι), esta clasificación puede ser modificada al agregar dos
toxinas como la enterotoxina llamada (gen cpe), la cual causa diarreas en animales y
humanos y la toxina (β2), para detectar las toxinas alfa. (α), beta (β), y épsilon (ε) se
emplea PCR múltiple. (KOUASSI, DADIE, NANGA, DJE, & LOUKOU, 2011)
Las cepas tipo A están asociadas principalmente a patologías como la gangrena gaseosa,
diarrea esporádica o causada por antibióticos, y envenenamiento por comida, en animales
hay cinco tipos tóxicos que causan formas distintas de enteritis y enterotoxemia, las cebas
B y C causan disentería, enterotoxemia con enteritis necrótica o hemorrágica, y las cepas
tipo D causan enterotoxemia en ovinos, por ultimo las cepas tipo E siguen sin estar
asociadas a ninguna enfermedad en particular aun así estas se han presentado en enteritis en
ovinos y caprinos (Reyes & Alzerreca, 2017).
El clostridium perfringens presenta algunas enterotoxinas como por ejemplo la CPE la cual
es muy activa en el intestino delgado, donde se pierden grandes cantidades de fluidos y
electrolitos, debido principalmente al daño histopatológico el cual coincide con las rutas de
transporte de estos fluidos y electrolitos. (Prevost, Cayol, Zuber, Tholozan, & Remize,
2013).
De acuerdo a los clostridium sulfito reductores también es importante conocer sobre
clostridium difficile. Esta bacteria forma parte de la flora fecal normal, es un bacilo gram
positivo, anaerobio estricto, altamente patógeno por su capacidad de producir esporas las
cuales son resistentes a altas temperaturas y a la acidez del estómago, sus principales
toxinas (A) y (B), la primera una entero toxina y la segunda una citotoxina codificadas por
genes (tcdA y ycdB) junto con dos genes regulatorios, (tcdC y tcdD) y un gen porina (tcdE)
forman el locus de patogenicidad, estas toxinas provocan inflamación al nivel del intestino
grueso, aumento en la permeabilidad epitelial, producción de citoquinas, infiltración de
neutrófilos, producción de intermediarios reactivos del oxígeno entre otros. Uno de los
eventos más importantes que causan estas toxinas es la disminución de la estrechez de la
barrera epitelial. (Reyes & Alzerreca, 2017)
Este microorganismo además tiene factores de adhesión, este microorganismo ha sido
aislado del ambiente como suelos, arenas, heno y animales tanto de granja, domésticos o de
vida silvestre, en el análisis genético denomino la letalidad descrita de los brotes entre 7 y
11%, lo que obliga a mantener monitoreo de los pacientes infectados. (Meyer, Espinoza, &
Quera, 2014)

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