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INTRODUCCIÓN

Guillermo (1976) ha definido al instrumento público como aquel que es

autorizado por Notario u otro funcionario público competente, que cumple con las

solemnidades que requiere la ley para acreditar algún hecho o la manifestación de una o

varias voluntades, en la fecha en que se producen. (p. 304)

Cuando la ley lo declara anulable. Villavicencio, (2009) citando a Corcuera

García anota que el instrumento público notarial es válido como tal, en tanto el acto

solemnizado por el notario sea un acto jurídico valido y, además, se hallan cumplido en

su función las formalidades establecidas en la ley. (…) Se sanciona con nulidad aquellos

instrumentos redactados sin observar las normas específicas sobre el particular, en cuyo

caso carecen de valor legal alguno y no surten efectos legales como tales, sin embargo,

esto no opera de propio derecho, sino debe ser declarado por la instancia

correspondiente, que en este caso es el poder judicial.

Por lo que respecta a los instrumentos notariales, los artículos 44, 45, 46, 47 y 48

de la Ley Notarial establecen los casos en que el instrumento es nulo y la sanción que

acarrea al notario. Pasaremos a revisar si las nulidades previstas en este apartado son

nulidades absolutas o relativas. Revisaremos también la disposición contenida en el

artículo 34 de la Ley Notarial y por último reflexionaremos si otras circunstancias como

la falta de lectura o la suscripción en unidad de acto, ocasionan o no la nulidad del

instrumento, aunque no estén previstas en el Capítulo IV del Título II de la Ley

Notarial.
NULIDAD DEL INSTRUMENTO PÚBLICO NOTARIAL

En relación a la nulidad del instrumento público notarial, debe tenerse presente

lo normado en los artículos 123 al 126 del decreto legislativo N° 1049, que integran el

capítulo V (De la nulidad de los instrumentos públicos notariales) del título II (De los

instrumentos públicos notariales) del indicado Decreto Legislativo. Así tenemos que, de

conformidad con lo dispuesto en el artículo 123 del decreto legislativo N° 1049, son

nulos los instrumentos públicos notariales cuando se infrinjan las disposiciones de orden

público sobre la materia contenidas en el referido Decreto Legislativo. Es de resaltar

que la nulidad de los instrumentos públicos notariales podrá ser declarado sólo por el

poder judicial, con citación de los interesados, mediante sentencia firme (vale decir,

contra la cual no exista algún recurso impugnatorio). Ello de conformidad con lo

preceptuado en el artículo 124 del Decreto Legislativo N° 1049. (Villavicencio, 2009)

Según Corcuera, (1994) citado por Villavicencio, (2009) sostiene que si bien la

nulidad del instrumento se da cuando en su facción no se han cumplido las formalidades

exigidas por ley, como excepción igualmente se contempla que si estos defectos no

afectan la eficiencia documental, se mantiene como válido, este dispositivo que permite

cierta flexibilidad al juzgador, hace posible a su vez, que ante omisiones no relevantes

del acto jurídico, no se perjudique al instrumento y por ende a los intervinientes. A

temor del artículo 126 del Decreto Legislativo N° 1049, en todo caso, para declarar la

nulidad de un instrumento público notarial, se aplicarán las disposiciones del derecho

común. Al respecto, debe tenerse en cuenta la normada en los siguientes numerales del

código civil.

Según Núñez (1953), aunque no es frecuente, en algunos casos el documento

firmado ante Notario puede ser nulo. Nulidad es carencia de valor o falta de eficacia.

para el que existía una diferencia entre el negocio suscrito o acta intervenido, y la
dimensión que el propio soporte papel puede tener.151 Como refiere el artículo 157 de

la LNM La nulidad de un instrumento o registro notariales sólo podrá hacerse valer por

vía de acción y no por vía de excepción. (p. 16).

Goma (2011) refiere que la nulidad puede proceder de dos causas: 1) Vicio o

defecto intrínseco del contrato, que impide que llegue a constituirse: no se cumplen los

requisitos del art. 1261 o falta una forma prescrita con carácter constitutivo; 2) Contrato

estructuralmente perfecto que viola una norma imperativa. Suele denominarse a la

primera “inexistencia” y a la segunda “nulidad por ir contra lo dispuesto en la ley. (p.

535)

Pelosi (1980) citado por Villavicencio, (2009) examina 1o relacionado a la

nulidad y anulabilidad de los documentos notariales de esta manera:

A) Documentos Nulos:

1) En razón del Autor:

a) Falta de firma del autorizante (...); b) falta de competencia material, territorial y

personal (del notario) (...); c) falta de investidura o capacidad (...).

2) Por razón de los sujetos instrumentales:

a) Falta de firma de alguno de los comparecientes; b) falta de la firma a ruego cuando

corresponda; c) falta de firma o incapacidad de uno o más testigos cuando su presencia

fuese requerida o necesaria.

3) Por razón de la forma:

a) Extensión del documento en hojas que no cumplen los extremos legales para ser

considerado protocolo (...); b) inobservancia de las formalidades enumeradas (en la ley)

(...); c) transgresión al orden cronológico (...).

B) Documentos anulables:
a) Por declaración de falsedad material o ideológica (...); b) Cuando tuviese enmiendas,

palabras entre líneas, borraduras o alteraciones en partes esenciales no salvadas al fin.

En opinión de Sanahuja y Soler (1945) Es nulo todo instrumento público al que

se le niegan las consecuencias jurídicas a que se dirige. Según el sentido inmanente de

las disposiciones del Derecho positivo acerca de la forma y contenido del instrumento

público, constituyen las mismas, condiciones de este instrumento, de suerte que sólo

con el cumplimiento de aquéllas puede tener éste las consecuencias legalmente

prevenidas. La ausencia, por tanto, de cualquier condición (salvo que por prescripción

legal se asigne a la falta otro efecto distinto) determina la ausencia de las consecuencias,

y con ella, la nulidad del instrumento público. Los vicios del contenido del instrumento

público afectan a éste. (...) La validez del documento se halla condicionada a la validez

del acto que contiene. La escritura notarial como exponente de una relación jurídica

formal de carácter puramente adjetivo, no existe sin una relación sustancial que

garantice. Y la nulidad de ésta arrastra lógicamente la nulidad de aquélla. El acto nulo

no puede ser convalidado. Lo que exteriormente se presenta como confirmación es, en

rigor, una nueva conclusión del negocio. Por tanto, esta confirmación requiere los

mismos requisitos de forma notarial que en su caso la ley prescribiera para el negocio. Y

sólo puede surtir efecto a partir de esta nueva conclusión (pp. 475-476)
CONCLUSIONES

La nulidad del instrumento público notarial se solicita cuando existen vicios en

su formación con relación al autor, o defectos de forma.

Analizando la nulidad del instrumento notarial, debemos distinguir entre la

nulidad del acto o negocio jurídico materia del instrumento notarial y la nulidad del

instrumento notarial, así como entre las consecuencias que son propias de la declaración

de nulidad, de otras consecuencias jurídicas distintas como la responsabilidad civil del

notario y la sanción administrativa que eventualmente pudiera aplicársele.

Existe nulidad total cuando se declara la nulidad de todo el acto jurídico, por

ejemplo, cuando se declara la nulidad de todas las cláusulas que aparecen en una minuta

o en una escritura pública. Esta clase de nulidad es la más conocida dentro del derecho

peruano, por ello requiere pocas precisiones, en un medio en el cual existen varias

fuentes de información, sobre tan importante institución jurídica, como es por cierto la

nulidad total.

Por otro lado, existe nulidad parcial, cuando se consideran como no puestas

algunas de las cláusulas o partes del acto jurídico. Este tema se encuentra regulado en el

artículo 224 del Código Civil peruano de 1984, el cual establece que la nulidad de una o

más de las disposiciones de un acto jurídico no perjudica a las otras, siempre que sean

separables.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cabanellas, G. (1976). Diccionario de Derecho Usual Tomo III. Argentina: Editorial

Heliasta.

Gomá, S. (2011) Derecho Notarial. Barcelona: Editorial Bosch.

Núñez, R. (1953) Los esquemas conceptuales del instrumento público. Revista Jurídica

del Notariado.

Sanahuja y Soler (1945): Tratado de Derecho Notarial. Tomos I y II, Bosch Casa

Editorial, Barcelona.

Villavicencio, M. (2012) Manual de derecho Notarial. Lima: Juristas Editores. E.I.R.L.

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