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Alumno: Ana Victoria Rodríguez.

Trabajo: Ensayo Creación y Pecado.

Materia: Antropología Teológica I.

Maestra: Luz Imelda Acedo.


Luz Sofía Barroso.

Fecha de entrega:
02/10/2022
“Cada uno de nosotros es una obra maestra de la creación de Dios”.
Papa Francisco.

La palabra hombre implica muchas ideas para cada mente, todos tenemos la
capacidad de poseer un concepto distinto de las cosas, razonar acerca de los
hechos pero, todos llegamos a un punto en el que nos encontramos en un mismo
núcleo que nos une por más que no lo veamos explícito, la creación de cada uno
implica que la vida no nos ha sido sin más trazada hasta el final. Representamos
una tarea desde siempre, un llamado a relacionar nuestra libertad con lo que quiere
él ser, como hombre. Sin embargo, muy aparte de nuestros objetivos, debemos
todos respondernos la pregunta ¿Qué es el hombre? ¿Qué nos indica el camino? El
relato de la Sagrada Escritura es una guía que conduce al misterioso y complejo
mundo del ser humano. Es de suma importancia reconocer todo aquello que indica
ser el proyecto de Dios para y con el hombre, lo que se espera de cada uno de
nosotros como ser creado. Existe información imprescindible que debemos
considerar en nuestra existencia, Dios formó a los hombres del barro y eso puede
entenderse como una humillación y a su vez un consuelo por el simple hecho de
que no te has creado a ti mismo y no dispones enteramente de un todo, existen en
tu entorno una especie de limitaciones constantes que son recordadas en cada
segundo de tu creación llamada vida, y es un completo consuelo porque existe
plenamente la seguridad que no se define al hombre como un demonio porque no
somos formados a partir de fuerzas oscuras, al contrario has sido producto de Dios
a partir de tierra buena y pura. “Somos lo mismo, somos el mismo”, esta frase es
muy importante en todo los acontecimientos de la creación porque a lo largo de la
historia el hombre ha permanecido igual, como tierra, formado de ella y destinado a
volver a ella, que comprende en palabras sencillas la unidad de todo el género
humano. No existen diferentes clases, ni razas, ni castas en las que los hombres
posean un valor más alto, por lo tanto no hay hombres diferentes. Todos somos
parte de la humanidad de Dios en una única tierra. La Biblia siempre ha pronunciado
una respuesta negativa ante cualquier tipo de racismo o contra alguna mínima
división de la humanidad.
Para que el hombre sea hombre, debe aparecer una segunda cosa, el orden se
entiende como la tierra que es la materia prima y de ella sale el hombre como un
cuerpo formado al que Dios insufla su aliento divino, es decir la realidad divina entra
en el universo. El relato de la creación cita “el hombre ha sido creado a imagen y
semejanza de Dios” con esto se refiere a que existe un punto en el, que se logran
tocar el cielo y la tierra, Dios entra a través del hombre en la creación porque el
hombre está dirigido a Dios. Es un hecho que cada hombre es conocido y amado
por Dios, por ende cada vida humana está bajo la especial protección de Dios, lo
que nos permite que aunque poseamos defectos y muchos, cualquier hombre lleva
en sí el aliento de Dios, es imagen suya.
El destino juega un papel muy importante, ya que depende por completo de que
logremos defender nuestra dignidad moral del hombre en un mundo que tiene
muchas posibilidades, existen actitudes que se ligan a la dignidad moral y una de
ellas es: actitud técnica y científica, la cual lleva en sí un tipo de certeza, ya que
logra confirmarse a través del experimento y de fórmulas matemáticas, lo cual le ha
brindado al hombre una liberación del temor y de la superstición de ideas y a su vez
también un cierto poder sobre el universo, del cual surge precisamente la tentación,
en considerar solamente como racional el experimento y el cálculo. Y cuando el
hombre no toma en cuenta lo moral y lo sagrado, cuando reduce la ética a la física,
entonces disuelve su lo característico de él mismo, ya no se libera sino que lo
destruye. Por lo tanto hay que tener algo muy presente, y es que existen dos formas
de razón: la teórica y la práctica, es decir la razón científico-física y la
moral-religiosa. Kant mencionó enumeradas veces la primacía de la razón práctica
sobre la teórica, y concluía que las realidades más decisivas son aquellas que la
razón moral del hombre reconoce en su libertad moral, y específicamente este
hecho logra afirmar que el espacio del ser imagen de Dios, hace al hombre ser algo
más que la tierra.
La imagen, consiste en una idea simple, va más allá de sí misma mostrando algo
que no es en sí misma, reflejado en ser imagen de Dios se transforma en que el
hombre no puede estar cerrado en sí mismo y cuando desea intentarlo termina
equivocándose. Ser imagen de Dios es remisión total, es una especie de dinámica
que “pone en movimiento al hombre hacía todo lo demás”, tiene una capacidad de
relación, capacidad divina del hombre como tal, capaz de imaginar y orar y que
logra estar en lo más profundo de su propio ser cuando logra encontrar la relación
con su Creador. Todos estos puntos, convierten al hombre en ser de palabra y de
amor. En efecto, la Sagrada Escritura nos posibilita dar pasos hacia adelante,
siguiendo la norma fundamental de que el Antiguo y Nuevo testamento deben leerse
juntos, ya que es específicamente a partir del Nuevo es donde se centra el más
profundo significado del Antiguo, en el cual afirma que el hombre es de un cierto
modo, el anteproyecto de Dios.
La creación y evolución, son cosas que responden a preguntas distintas, la teoría de
la evolución siempre trata de conocer y describir períodos biológicos pero con ellos
no logra aclarar por completo el origen del proyecto (el hombre) , ni su orígen íntimo,
ni su propia esencia, es así como se ve entonces que las cosas que tenemos por
inmutables y siempre idénticas son producto enteramente de un largo devenir. Esto
solamente se consideraría válido en el aspecto humano como en la naturaleza, ya
que el universo entero es un desarrollo y crecimiento constante. Considero
importante tomar en cuenta las siguientes precisiones:
1. En la realidad no existe solo la necesidad.
2. Pudo, pero no tuvo a la fuerza que existir es el misterioso ser humano.
Se puede explicar la primera como que no existe ninguna fórmula que permita
establecer una deducción ciertamente obligatoria de todo, ya que como cristianos
nos permitimos ir más allá y reconocer la existencia de la libertad. Y la segunda, se
entiende que todos somos una casualidad, nos ha tocado una suerte al azar, Monod
expresá de nuevo lo que la fe de los siglos pasados denominó como “la
contingencia” y lo que lo había llevado a la fe de orar y darse cuenta de que Dios te
ama y te acepta como eres. Dirigiéndome específicamente al punto de desarrollo y
mecanismos de la Creación, la biología y la bioquímica han proporcionado aspectos
revolucionarios que penetran íntimamente el misterio de la vida, la tratan de
descifrar y de conocer que es precisamente. Ambas son perfectamente
comparativas en un sinnúmero de aspectos, el ejemplo de un organismo vivo y una
máquina a su lado, que poseen en común la acción de realizar un proyecto
racionalista que es por ende lógico y armonioso. Pero para esto, hay que tomar en
cuenta algunas diferencias:
1. El proyecto organismo es incomparablemente más inteligente y audaz que la
más refinada de las máquinas.
2. El proyecto organismo se acciona desde dentro a sí mismo, como las
máquinas deben ser activadas por un externo .
3. El organismo tiene la capacidad de reproducirse, es decir puede renovarse y
transmitirse por sí mismo.
El lado platónico del Universo, no existe meramente un devenir en el que
todo lo que conocemos cambia sino que existe también lo estable, ideas que
permanecen a lo largo del tiempo porque resplandecen en la realidad y son
los principios específicos que desarrollan un papel de rectores constantes.
Esto lleva al hecho de que existe una estabilidad como tal y fue creada de tal
manera que cada organismo vivo transmite todo, los grandes proyectos de la
vida siempre remiten a una razón creadora, nos muestran el espíritu creador
y hoy en día con mayor alegría se puede afirmar que el hombre es un
proyecto de Dios y solamente el espíritu creador es lo suficientemente fuerte
y grande para concebir un proyecto de tal magnitud. Es decir no somos una
equivocación, al contrario hemos sido creados a partir del fruto de un amor.
Acerca del tema del pecado, puedo decir que es una situación que se calla
por parte de todos hoy en día, muchos medios lo utilizan como
entretenimiento o irónicamente y surgen ideas erróneas para el público que
consume este tipo de contenido, mientras que la sociología y la psicología
intentan desengañar el concepto como ilusión o complejo. Y por otro lado el
derecho intenta mostrarlo sin un concepto de culpa o prefiere servirse de una
figura sociológica que incluye en su estadística los conceptos de bien y mal,
en sustitución de un comportamiento desviado y el normal. Lo que ahora es
considerado “desviado” puede en algún momento transformarse en una
norma y quizás merecería la pena esforzarse por hacer normal la desviación
ya que se ha perdido toda noción de moralidad. Concluyendo que, si no
existe ninguna medida para los hombres, ninguna otra medida que nos
preceda, o que no haya sido creada por nosotros sino que continúe una
bondad interna a partir de la creación, lo que nos lleva a afirmar que el
hombre de hoy no posee conocimientos de ninguna medida, ningún límite, lo
cual es de manera consciente ya que hacerlo implica un peligro o amenaza
hacia su libertad tan preciada. Una reflexión que explica exactamente la
situación es la de Simone Weil “El conocimiento del bien solo se tiene
mientras se hace…” con esto quiere decir que hasta que no realizamos una
buena acción, con una buena intención de fondo, no reconocemos ante
nosotros mismos nuestra propia voluntad de realizar el bien, a diferencia del
mal que no lo reconocemos porque huye constantemente de todo lo que es
bueno. De manera que el tema del pecado es hasta ahora relegado pero sin
olvidar el hecho de que continúa existiendo, más aún con toda la violencia y
agresividad que se vive hoy en nuestra sociedad. La comprensión y análisis
de todo este tema solamente es posible si, visualizamos como una expresión
de la verdad relegada de una dicha culpa que el mismo hombre se niega a
percibir o aceptar, porque se puede alejar la verdad pero jamás eliminarla. Lo
cual nos lleva al tema de las limitaciones, existen dos tendencias que se
fusionan y es que el hombre no explota el mundo ni desea convertirlo en una
propiedad privada de sí mismo, desprendiéndose del Creador de Dios sino
que lo reconoce como un don de su Creador y lo construye para aquello
específico para lo que ha sido creado pero a su vez se demuestra que el
mundo, se ha producido en unidad y no es una amenaza sino un regalo, una
señal de bondad que nos salva y nos vuelve uno mismo.
La estética y la técnica, dos variantes que han existido a lo largo de la historia
y sin embargo siguen encontrándose en nuestra actualidad. La estética
cuestiona lo que está permitido en la realidad del arte y la respuesta se basa
en una norma: ella misma, la capacidad artística y por ende solo existe un
mismo fallo: la incapacidad artística. Por lo tanto no existe arte bueno o malo,
solamente existe la capacidad de crearlos, el hombre tendría permitido
aquello de lo que es capaz, si es que esto es así. Y la segunda variante, la
técnica, se basa en el mismo concepto y en el mismo asunto, en la técnica se
permite todo aquello de lo que es capaz y a la inversa el único fallo es el arte.
Lo primero y fundamental es reconocer que la forma más grande de pecado
es que el hombre insiste en negar el hecho claro de que es una criatura,
porque no desea aceptar ni la medida, ni los límites que trae consigo porque
no desea ser dependiente de nadie, es decir lo ve como una resolución
extraña que sería una esclavitud y pretende ser Dios mismo y se transforma
la relación consigo mismo y la relación con los demás.
El pecado original, no es una posibilidad abstracta sino como hechos que
suceden y son actos de un individuo. Y es confuso denominarlo como
hereditario porque el concepto que todos conocemos es que precisamente es
personal y no se transfiere, no existe alguna responsabilidad colectiva, sino
que es Dios quién llama a cada uno por su nombre y ningún hombre se
encuentra encerrado el mismo con propia mente, ninguno puede vivir sólo
para sí y por sí. Se nos brinda la vida no sólo en el momento de nacer sino
día con día desde todos los que te rodean, desde aquel que es ajeno a mí
pero pertenece a mi entorno. He aquí el verdadero significado de hombre,
estar en la relación del amor, del por y del para y el pecado destruye esa
relación y afecta también a los demás y a todo, por eso el pecado es una
ofensa que llega a afectar en una gran magnitud y transforma el mundo
perturbandoló. En conclusión cada ser humano entra en una
interdependencia en la que las relaciones se han convertido en falsedades,
por eso cada individuo está predispuesto y perturbado al inicio de cualquier
relación que crea. Con esto queda en claro que el hombre no es capaz de
salvarse él solo, el error mismo de su existencia consiste en querer
encontrarse solo, para extinguir todos estos puntos es necesario llegar a
salvarse y para eso, llegar a ser nosotros mismos y siempre que recibamos y
aceptemos las relaciones correctas en nuestra vida y de eso depende que
nuestra relaciones interhumanas estén en medida del equilibrio de la creación
en todas sus partes y es ahí exactamente donde entra la perturbación y solo
el creador mismo puede ser nuestra salvación. La respuesta del nuevo
testamento, nos conduce al decreto divino por el que Dios tomó la decisión
de soportar nuestra desmesura, haciéndose él mismo a nuestra medida para
así darnos de vuelta nuestra identidad, hay que tener en cuenta que el que
Cristo se convierte en el nuevo Adán, con el que el ser humano comienza de
nuevo. En conclusión, podemos afirmar que el hijo representa el
restablecimiento de las relaciones nuevamente, sus brazos extendidos es
que continúa estando abierto para cada uno, la cruz una referencia a la
obediencia, convirtiendosé en el verdadeo ejemplo de vida, Cristo es la
imagen opuesta de la serpiente porque representa la palabra del amor del
salvador, la obediencia como espacio de libertad y la Eucaristía es la
presencia de la Cruz que es el centro de nuestra vida y nos incita a recibir el
fruto de la verdadera fe. Significa aceptar ese amor de Dios que es nuestra
creencia y guía, precisamente sentirnos dependientes es la expresa libertad
porque es verdad y amor en esencia pura, es la que nos da la mano para
salir de todo aquello negativo, el pecado, la mentira y cualquier hecho que
destruyá la relación con nuestro Creador. El reino de Dios está en donde
volteemos y es nuestro árbol de vida en donde podemos albergar esperanza
en que nos encontremos una y otra vez con las palabras de Dios.

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