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I.

Indica la etapa de desarrollo a la que corresponden los siguientes logros en


la conquista de la independencia, de acuerdo a los contenidos del módulo
Filosofía II y el capítulo 8 del libro La Mente Absorbente.

1. INFANCIA       2. NIÑEZ      3. ADOLESCENCIA

Nacimiento.                                                                                          (1)

Capacidad de expresar opiniones con fundamentación.               (3)

Destete.                                                                                                (1)

Capacidad de participar en proyectos remunerados.                     (3)

Andar.                                                                                                    (1)

Habilidad para cuidar físicamente de la propia persona.                (2)

Habilidad para distinguir lo correcto de lo incorrecto.                    (2)

Lenguaje oral.                                                                                      (1)

Capacidad de analizar el funcionamiento de la sociedad.              (3)

Consolidación de la escritura y la lectura.                                       (2)

II. Explica las consecuencias de obstaculizar la independencia.

Como sabemos el desarrollo de cada ser es un impulso hacia la independencia, por lo


que la doctora menciona que “la conquista de la independencia empieza con el inicio
de la vida”, el niño desde que nace va conquistando grados de independencia a nivel
físico y psíquico.
Podemos definir la independencia como una habilidad para hacer algo por nosotros
mismos, por tanto es necesario que el niño logre la independencia para llegar a la
libertad, por ello en el ambiente al niño se le da la posibilidad de que elija con que
quiere trabajar.

El primer instinto del niño es actuar por sí mismo y su primer acto de independencia es
defenderse de los que intentan ayudarlo. Por ejemplo, todos tenemos recuerdos de
haber visto en alguna ocasión a un niño pequeño “peleando” con sus padres porque
estos intentan ponerle los zapatos, pero resulta que el niño de 3 años quiere y necesita
hacerlo solo.

El niño tiene interés por aprender, por hacer las cosas por si mismo, por ello los
adultos debemos dejarles hacer, darle experiencias y herramientas necesarias para
que actúen por si mismos, sin importar si se manchan o si se equivocan, puesto que
son perfectamente capaces de autocorregirse por sí mismos.

Por tanto, es el adulto en su afán por sustituir al niño el que obstaculiza su


independencia y desarrollo constantemente, debemos saber que cuando sustituimos
al niño no solo se impide que avance en su desarrollo, sino que causamos un
retroceso.

El niño trabaja diariamente en la tarea de ponerse los zapatos solo, al principio esa
tarea puede durar minutos interminables, minutos que para el adulto que lo observa
pueden llegar a ser un sufrimiento, y ¿Qué hace el adulto para “ayudarlo”? le dice “ven
déjame que te ayude” y no le ayuda en lo más mínimo, simplemente toma el zapato y
se lo coloca en el pie, sin darle al niño la oportunidad de hacer dicha tarea por sí
mismo.

Cuando dejamos al niño hacer, cuando respetamos sus tiempos de desarrollo y


aprendizaje mostramos una actitud de respeto y paciencia hacia él, los niños repiten
una y otra vez la misma tarea, pueden estar minutos eternos con un mismo material
de vida practica por ejemplo, simplemente por el simple gusto de perfeccionar y
consolidar sus habilidades, sin importar el tiempo que tarden.
Como maestros debemos acompañar al niño para que avance y alcance la
independencia, la educación debe ser una ayuda y por tanto debe proporcionar un
ambiente que le permita el desarrollo de las funciones que la naturaleza le ha dado.

No debemos ayudarles innecesariamente o interrumpirlos cuando han iniciado su


trabajo, esto les ayudara a desarrollarse de forma armónica y equilibrada.

En el primer periodo de vida el niño siente el impulso de conquista del ambiente, y el


ambiente debe ejercer una atracción sobre él, por lo que el niño primero absorbe el
mundo y después lo analiza, si lo privamos de la absorción, si lo privamos de
experiencias ricas y emocionantes que le motiven a explorar el ambiente nos
encontraremos con un niño apático, un niño que no tendrá un correcto desarrollo.

El niño va superando conquistas, por ejemplo con el lenguaje, al aprender a hablar y al


hacerlo cada vez mejor, los adultos no tendrán que “adivinar” sus deseos, porque será
capaz de expresarlos sin problemas.

Lo mismo ocurre cuando logra alcanzar otra conquista, que es el caminar, el niño se
resiste a ser cargado por sus padres porque prefiere caminar, pero son los adultos los
que se empeñan en seguir cargándolo porque así es mas “fácil” para ellos, sin darse
cuenta de que están obstaculizando la independencia de ese niño pequeño.

Si privamos al niño de experiencias que propicien su desarrollo el órgano no se


desarrolla normalmente, porque ese órgano debe trabajar para desarrollarse
correctamente, entonces si por ejemplo no brindamos un ambiente rico en lenguaje
para el niño que está aprendiendo a hablar puede ocurrir que el niño alcance los 6
años y no tenga un vocabulario adecuado a su edad, o una pronunciación clara con la
que expresarse.

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