La cuestión Ártica
María Fernanda Navas Iturralde108
Antecedentes
El Ártico se caracteriza por ser el
más pequeño y menos profundo de los
océanos. Sus aguas rodean al Polo Nor-
te y una porción significativa permane-
ce bajo una capa de hielo durante gran
parte del año. «Su superficie total es de
14 millones de kilómetros cuadrados,
incluyendo sus principales subdivisio-
nes, entre ellos el Mar de Noruega, el
mar del Norte y el Mar de Barents. (…)
Se estima que bajo sus heladas aguas,
éste océano almacena cerca de un 25 %
de las reservas de hidrocarburos, entre
otras riquezas»109.
A diferencia de lo que sucede con
la Antártida, en donde existe un Trata-
do Internacional que regula las activi-
dades que se realizan en el continente,
no existe un acuerdo global que regule
las actividades a ejecutar en la región
ártica, y tampoco existe un organismo
internacional que vele por la aplicación
de un estatuto ártico, más allá de un
foro eminentemente regional como es
el Consejo Ártico.
El 19 de septiembre de 1996, me-
diante la Declaración de Ottawa, se
108 Primera secretaria del Servicio Exterior del Ecuador. Magíster en Derecho Internacional y Relaciones Exteriores y
magíster en Derecho Comunitario y Derechos Humanos.
109 Historias y biografías. «El océano glacial ártico: riquezas, extensión, ubicación, superficie».
http://historiaybiografias.com/oceano_artico/ Consultado al 03/04/2017.
108
crea el Consejo Ártico del que forman
parte los ocho Estados con pretensiones
de soberanía más allá del Círculo Polar
Ártico, esto es: Canadá, Dinamarca (por
Groenlandia y las Islas Faroe), Finlan-
dia, Islandia, Noruega, Suecia, Rusia y
Estados Unidos.
Adicionalmente, tienen el estatus de
miembros permanentes seis organiza-
ciones relacionadas con las poblaciones
indígenas del Ártico: Aleut Interna-
tional Association, ArcticAthabaskan
Council, Gwich’in Council Internatio-
nal, Inuit Circumpolar Council, Russian
Association of Indigenous Peoples of
the North y Saami Council.
En el marco del Consejo se han
negociado dos tratados regionales con
carácter vinculante, el «Acuerdo para
el Rescate en el Ártico» del año 2011 y
el «Acuerdo de Cooperación en Materia
de Contaminación Marina por Petróleo:
Preparación y Respuesta en el Ártico»,
suscrito en el 2013.
Ahora bien, este foro ha servido para
mantener el statu quo de la región ártica,
es decir, no hay una norma internacio-
nal que regule el Ártico como patrimo-
nio común de la humanidad o que per-

mita una mayor articulación con otros
países u organismos internacionales
interesados en proteger los importantes
recursos del Ártico, fundamentalmente
por el interés de los países miembros en
reclamar valiosos recursos.
Este interés se evidenció en la De-
claración de Ilulissat, en la que los Es-
tados ribereños árticos minimizaron el
impacto del fenómeno del cambio cli-
mático, así como de la posible explota-
ción de los recursos naturales. A su vez,
reafirmaron el ejercicio de derechos so-
beranos en la región ártica.
La debilidad orgánica es evidente
debido a que no existe un mecanismo de
solución de controversias, tal es así que
Dinamarca, Noruega, Rusia, Estados
Unidos y Canadá acordaron resolver a
través de la ONU las posibles disputas
territoriales sobre el Ártico. «Pese a que
Washington no ha ratificado la Conven-
ción sobre el Derecho del Mar de Nacio-
nes Unidas, firmada en 1982, los cinco
países limítrofes se comprometieron a
regir sus disputas por dicho texto hasta
que un organismo de la ONU decida»110.
Visión geopolítica
Varios países han pretendido jus-
tificar su presencia en la región ártica
sobre la base de distintas teorías que,
no obstante no ser reconocidas por el
Derecho Internacional, evidencian el
interés geopolítico que marca la cues-
tión ártica.
110 El País. «Acuerdo para regirse por los tratados de la ONU en el Ártico», http://elpais.com/diario/2008/05/29/
internacional/1212012009_850215.html Consultado al 04/04/2017
111 Pinochet de la Barra, Socar. La Antártica Chilena: estudio de nuestros derechos. Chile: Editorial Andrés Bello, 1948,
p. 111.
La cuestión Ártica
Así, fue Canadá el país que dio lugar
a la denominada teoría de los sectores,
mediante la declaración que hiciera el
senador canadiense Pascual Poirier en
el Parlamento de Ottawa el 19 de abril
de 1907, cuando manifestó «…que las
regiones polares no son más que pro-
longaciones de los países que rodean
al Polo y que, por lo tanto, deben en-
tenderse colocadas bajo la soberanía de
esos países aplicados las reglas de la
accesión»111. Bastaría, según él, trazar
desde las extremidades de los territo-
rios circumpolares líneas convergentes
hacia el polo y todo lo que se encuentre
entre dichas líneas pertenecería al país
respectivo.
Ahora bien, esta teoría no ha sido
recogida por el Derecho Internacional
fundamentalmente porque se basa en
un criterio de accesión. Según el código
civil ecuatoriano, que recoge doctrinas
mayoritariamente aceptadas, la acce-
sión es un modo de adquirir el dominio
por el cual el dueño de una cosa pasa
a serlo de lo que ella produce o de lo
que se junta a ella. Sin embargo, en este
caso las masas de hielo que están en el
polo norte no se encuentran próximas a
los territorios de los países vecinos.
Por otra parte, es también cuestiona-
ble la Teoría Hinterland sustentada en
un criterio de contigüidad, según la cual
«…cuando un estado ejerce su sobera-
nía sobre una isla, se considera que las
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 María Fernanda Navas Iturralde
islas vecinas están sometidas también a
ese Estado. Naturalmente es necesario
que haya cierta proximidad entre las is-
las, y no hay un criterio rígido y exacto
respecto a la distancia que pueda existir
entre ellas»112.
El 10 de junio de 1925 Canadá es-
tableció de forma definitiva y oficial-
mente los límites de su sector ártico
mediante una declaración formulada
por el Ministro del Interior, Mr. Charles
Stewart.
Por otro lado Rusia, con Putin, ha
contribuido también al debate retoman-
do los intereses geopolíticos soviéticos
como prioridades de política exterior,
situando al Ártico como prioridad regio-
nal en su Concepto de Política Exterior
de 2013. No es de sorprender, entonces,
que varios tratadistas rusos respalden la
teoría de los sectores, como por ejem-
plo V. Lakhtine en su obra «Revue de
Droit Aérien». Es más, sobre la base de
esta teoría se fijaron en 1926 los lími-
tes polares de la ex Unión Soviética con
exactitud, siendo su sector ártico el más
extenso entre todos los países con acce-
so al ártico.
Sus pretensiones fueron reafirmadas
el 20 de diciembre de 2001, fecha en la
que Rusia, tomando en cuenta el marco
jurídico de la Convemar, presentó una
petición ante la Comisión de Naciones
Unidas sobre los límites de la platafor-
ma continental encaminada a que se le
reconozca un nuevo límite externo a
la plataforma rusa más allá de las 200
112 Marques rueda, Efrén Gustavo. «La condición jurídica del Ártico y la Antártica: un asunto pendiente en la agenda
jurídico-política de las relaciones internacionales contemporáneas». Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM,
número 107, mayo-agosto de 2010, p. 41.
110
millas, argumentado que la cordillera
Lomonosov, una cadena montañosa que
atraviesa el polo y la cordillera Men-
deleev, son extensiones naturales de la
plataforma continental del continente
euroasiático.
El 2 de agosto de 2007 explora-
dores rusos a bordo de un submarino
colocaron su bandera nacional en un
lecho marítimo a más de 4200 metros
de profundidad. Este hecho fue califica-
do por anacrónico por parte de Canadá,
mientras que Estados Unidos no reco-
noció ningún reclamo territorial sobre
el ártico.
Ahora bien, nótese que estos actos,
a todas luces unilaterales, no producen
efectos jurídicos por las siguientes ra-
zones:
1.- Los actos unilaterales como
fuentes del derecho deben ser apegados
al Derecho Internacional, es decir, un
acto unilateral contrario al Derecho de
Gentes no puede ser considerado como
legítimo, más aun cuando la colocación
de dicha bandera fue rechazada por va-
rios Estados.
2.- Estos actos no pueden producir
obligaciones frente a terceros, como
pretendía Rusia.
Finalmente, los Estados Unidos,
en 1950, procedieron por primera vez
a delimitar unilateralmente una «Zona
de Identificación de Defensa» más allá
de su soberanía territorial en Alaska en
el marco de la exigencia del manteni-
miento de la seguridad nacional ante

(potenciales) amenazas. Si bien se ha
presentado ante la comunidad interna-
cional como la protección de un interés
legítimo de defensa, no es extraño supo-
ner que detrás del mismo existieran re-
clamos de la soberanía, más aún cuando
a través del Centro de Estudios Árticos
y Políticas de Estados Unidos se ha que-
rido generar liderazgo en la protección
y manejo de la gobernanza marítima de
esta región especial.
Elementos para la construcción de un
marco jurídico internacional
Este apartado pretende, ante la fal-
ta de un acuerdo global que enmarque
la región ártica, demostrar que existen
ciertas disposiciones en tratados inter-
nacionales, en el marco de Naciones
Unidas, aplicables al tema en cuestión
y que contribuyen a generar un marco
jurídico ártico, el mismo que podría ser
la base para un futuro tratado ártico.
En este sentido, son particularmente
relevantes las regulaciones de la Con-
vención de la Naciones Unidas sobre el
Derecho del Mar (Convemar) y la Con-
vención sobre Biodiversidad Biológica,
de las que Ecuador forma parte.
Convemar
La Convemar señala que constituye
alta mar todas las partes del mar no in-
cluidas en la zona económica exclusi-
va, en el mar territorial o en las aguas
interiores de un Estado, ni en las aguas
archipelágicas de un Estado archipelá-
113 Ecuador forma parte de la Convención desde el 23 de febrero de 1993 https://www.cbd.int/information/parties.shtml
114 Convenio disponible en http://www2.medioambiente.gov.ar/acuerdos/convenciones/cdb/dbconven.htm
La cuestión Ártica
gico (artículo 86). De esta manera, la
región ártica se encontraría incursa en
esta disposición, al estar ubicada más
allá de las 200 millas de los Estados
costeros árticos.
Por lo expuesto, son aplicables a la
región ártica las regulaciones relativas
a libertad de alta mar; utilización con
fines pacíficos; ilegitimidad de las rei-
vindicaciones de soberanía; derecho
de navegación; deber de cooperar en la
represión de la piratería; deber de repre-
sión de Tráfico ilícito de estupefacien-
tes y sustancias sicotrópicas; derecho de
persecución; derecho a tender cables y
tuberías submarinos; derecho de pesca
en la alta mar y deber de adoptar medi-
das para la conservación de los recursos
vivos de la alta mar.
Convenio sobre biodiversidad bio-
lógica
El Convenio sobre biodiversidad
biológica113 entiende a la misma como
«la variabilidad de organismos vivos de
cualquier fuente, incluidos, entre otras
cosas, los ecosistemas terrestres y mari-
nos y otros ecosistemas acuáticos y los
complejos ecológicos de los que forman
parte; comprende la diversidad dentro
de cada especie, entre las especies y de
los ecosistemas»114.
Del Convenio se derivan una serie
de decisiones adoptadas por la confe-
rencia de los Estados Partes, varias de
ellas aplicable al Ártico.
Adicionalmente, se ha creado el
grupo de trabajo del Ártico para faci-
AFESE 65 111
 María Fernanda Navas Iturralde
litar la Descripción ¬de Áreas Marinas
de Importancia Ecológica o Biológica
(EBSA, en sus siglas en inglés). Este
grupo evaluó los informes relacionados
con las aguas internacionales del océa-
no Ártico Central, incluso las aguas
que están permanentemente cubiertas
por hielo, concluyendo que la zona de
alta mar de la cuenca del océano Ártico
central es un lugar de gran importancia
biológica.
Convención Ramsar
Todos los Estados árticos son parte
de este convenio, que regula los hume-
dales a través de acciones de coopera-
ción internacional orientadas hacia el
desarrollo sostenible.
«According to the Ramsar Conven-
tion Secretariat, 60 % of the terrestrial
area of the Arctic is covered by wet-
lands and 68 Ramsar Sites have been
designated in the Arctic»115.
Convención sobre Especies Migratorias
Forman parte de este convenio cua-
tro estados árticos. La aplicación de este
instrumento obedece a que el Ártico es
el hogar de varias especies de aves que
migran hacia y desde otras partes del
mundo.
Otros instrumentos
Existen también otros tipos de ins-
trumentos de gobernanza que abarcan
115 Prip, Christian. «The Arctic Council and biodiversity – need for a stronger management framework?», Nordic
Environmental Law Journal 2016:2., p. 47. Traducción: Según la Secretaria del Convenio Ramsar, 60% de las áreas
terrestre del Ártico están cubiertas por humedales y 68 sitios Ramsar han sido designados en el Ártico.
116 Decreto Ejecutivo 570 de 26 de enero de 2015.
117 Arcticfrontiers en http://www.arcticfrontiers.com/arctic-frontiers/about-us. Consultado al 15/10/2016
112
la zona del Ártico, como las organiza-
ciones regionales de gestión de la pesca
(RFMO, por sus siglas en inglés). Por
ejemplo, Ecuador forma parte de la
Convención para la Conservación y Or-
denamiento de los Recursos Pesqueros
de Alta Mar del Océano Pacífico Sur,
suscrita en Auckland el 14 de noviem-
bre de 2009 y que tiene por objeto,116
mediante la aplicación del enfoque pre-
cautorio y de un enfoque ecosistémico
al ordenamiento pesquero, garantizar la
conservación en el largo plazo y el uso
sostenido de los recursos pesqueros; y,
al hacerlo, salvaguardar los ecosistemas
marinos en donde existen esos recursos.
Así también, la Organización Ma-
rítima Internacional (OMI), o tratados
que están basados en regiones geográ-
ficas, como la Convención para la Pro-
tección del Medio Ambiente Marino del
Atlántico Nordeste (OSPAR).
Propuestas de Tratado Internacional
sobre el Ártico
Varias voces han alertado sobre
la necesidad de contar con un tratado
multilateral para proteger el océano
Ártico y sus recursos, así por ejemplo
la ciudad noruega de Tromso ha sido
en varias ocasiones sede del congreso
internacional Arctic Frontiers117, en el
que, entre otros temas, se han discutido
las ventajas o desventajas de un tratado
internacional para el Ártico, similar al

que se firmó años atrás para proteger la
Antártida, convirtiéndola en una zona
libre de armas y tratando de preservar
su medio ambiente con una serie de me-
didas y protocolos a los que están todos
obligados.
La Unión Europea también ha mani-
festado su respaldo a la elaboración de
un Tratado Ártico118.
Por otra parte, varias Organizacio-
nes no gubernamentales han propuesto
la necesidad de contar con convenios
multilaterales encaminados a estable-
cer con mayor claridad y precisión un
acuerdo internacional en la región árti-
ca que le dé la categoría de patrimonio
común de la humanidad. Una de ellas
es Greenpeace, que presenta como so-
lución la creación de un santuario en el
Alto Ártico119, es decir, en las regiones
de alta mar en el entorno del Polo Norte,
como una zona protegida o reserva ma-
rina en la que esté prohibido todo tipo
de uso extractivo o destructivo y que
abarque el océano Ártico central más
allá del límite de las 200 millas náuti-
cas de la Zona Económica Exclusiva de
los estados costeros del Ártico, según la
definición de alta mar de la Convemar.
De igual manera, Parvati120 propone
la creación de un Santuario de Paz Ma-
rino Ártico a través de un tratado abier-
to a la adhesión de todos los miembros
de las Naciones Unidas o a cualquiera
de los organismos especializados, al
118 Parlamento Europeo http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+MOTION+B6-2009-
0175+0+DOC+XML+V0//ES. Consultado al 15/10/2016.
119 Propuesta disponible en http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/2014/Report/artico/Arctic%20
Sanctuary%20D3%20AW%20LORES.pdf. Consultado al 18/02/2016
120 Parvati es una organización no gubernamental canadiense, sus miembros, objetivos y propuestas están disponibles
en http://parvati.org/arctic-ocean/. Consultado al 18/02/2016.
La cuestión Ártica
considerar al Océano Ártico y sus re-
cursos como patrimonio común de la
humanidad. Este Santuario designa a
todos los espacios marinos al norte del
Círculo Ártico como parque interna-
cional, garantizando así la protección
a perpetuidad de toda explotación y
militarización.
Comentarios y conclusiones
El Ártico no es sino otro ejemplo
más donde las visiones geopolíticas y
la rivalidad prevalecen sobre la coope-
ración, el multilateralismo y el derecho
internacional.
La importancia geopolítica del Árti-
co es evidente, ya que colinda con tres
continentes, facilitando las comuni-
caciones y el transporte. Sin embargo,
la falta de coincidencias en Naciones
Unidas, sumado al interés de grandes
potencias, han impedido una regula-
ción internacional sobre el Ártico y el
problema ha tenido poco espacio en la
escena de la cooperación internacional.
A diferencia de la Antártida, en
cuyo caso el hielo cubre amplias por-
ciones de tierra, la geografía del Ártico
está conformada sobre todo por mares
accesibles en algunos meses de vera-
no. Por lo tanto, estimamos aplicable el
principio de libertad de los mares, fruto
de la Convemar, del que, sin embargo,
forman parte casi todos los estados ri-
bereños, salvo Estados Unidos.
AFESE 65 113
 María Fernanda Navas Iturralde
No es menos interesante seguir con
atención el proceso de negociación que
se realiza en el marco de las Naciones
Unidas para contar con un instrumento
internacional jurídicamente vinculante
para la conservación y el uso sostenible
de la diversidad biológica marina fuera
de las zonas de jurisdicción nacional,
el que podría generar un marco jurídico
aplicable frente a este vacío en la norma-
tiva internacional. Ahora bien, en lo que
va de los Comités Preparatorios, no se ha
mencionado siquiera a la región ártica.
Los principios colonialistas de descu-
brimiento y ocupación no son aplicables,
así como no hay soberanía en la antártica
tampoco debería existir en el ártico, sino
regulaciones internacionales tendientes a
proteger ecosistemas que son altamente
vulnerables, protección en la que, por su-
puesto, los países vecinos deben tener un
papel protagónico.
Bibliografía
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Derecho del Mar Contemporáneo. Edi-
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Pinochet de la Barra, Socar. La An-
tártica Chilena: estudio de nuestros dere-
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Marques Rueda, Efrén Gustavo.
«La condición jurídica del Ártico y la
Antártica: un asunto pendiente en la
agenda jurídico-política de las relacio-
nes internacionales contemporáneas».
Revista de Relaciones Internacionales
de la UNAM, número 107, mayo-agosto
de 2010.
114
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ger management framework?», Nordic
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com/diario/2008/05/29/internacio-
nal/1212012009_850215.html. Consul-
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