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INTRODUCCIÓN
RUMIACIÓN
El trastorno de rumiación se caracteriza por regurgitación repetida de alimento. El
trastorno ocurre en todo el intervalo de edades en uno y otro sexo. Los individuos
con este trastorno regurgitan repetidamente alimento deglutido o digerido de manera
parcial, que entonces se vuelve a masticar y se deglute o se expulsa. Adolescentes
y adultos tienen menor probabilidad de presentar este comportamiento que los
niños. No ocurren arcadas, náuseas, acidez, olores o dolor abdominal relacionados
con la regurgitación, como es común en el vómito típico. Aunque el trastorno es más
común en lactantes, niños pequeños y personas con discapacidades del desarrollo,
también ocurre en adolescentes y adultos por lo demás sanos. A diferencia de lo
que ocurre en el vómito típico, la regurgitación suele describirse como un proceso
que no requiere esfuerzo ni fuerza. La regurgitación de alimento debe haber durado
cuando menos un mes. No todos los individuos con trastorno de rumiación en
particular los adultos y los que tienen inteligencia normal vuelven a masticar el
alimento regurgitado. Los individuos con trastorno de rumiación pueden tener el
antecedente de reflujo, y puede ser difícil en clínica separar de manera confiable los
componentes médicos y psicológicos de la conducta. En reconocimiento de esta
dificultad clínica, el DSM-5 requiere descartar una enfermedad gastrointestinal o
médica de otro tipo asociadas. Está bien documentado que la conducta de
rumiación ocurre en personas con trastornos ordinarios de la ingesta de alimentos.
Este diagnóstico requiere que la rumiación sea más que un síntoma de los
trastornos de la ingesta de alimentos. Si ocurre aparte, entonces puede
diagnosticarse de manera independiente. El trastorno de rumiación suele acontecer
en el contexto de demoras del desarrollo, con frecuencia como un modo de
autoestimulación. En estos casos, es más apropiado considerar a esta conducta un
síntoma de estas otras afecciones. Si la conducta de rumiación es lo suficiente
grave para ameritar atención clínica independiente, entonces es apropiado el
diagnóstico adicional de trastorno de rumiación. Como en el caso de la pica, no hay
tratamientos específicos para este trastorno, pero la terapia conductual que
recompensa la no rumiación con atención parental y refuerza de manera negativa la
no rumiación puede ser eficaz
TRASTORNO DE EVITACIÓN
ANOREXIA NERVIOSA
Se define como una restricción del ingreso de energía suficiente para causar peso
corporal significativamente bajo, y que ocurre en presencia de un intenso temor a
aumentar de peso o ser obeso y una alteración en la percepción de la propia forma
corporal.
Las personas con anorexia nerviosa pueden experimentar una profunda pérdida de
peso. Además de lucir emaciados, es posible que sufran hipotermia, edema
postural, bradicardia e hipotensión. Algunos anoréxicos adquieren sensibilidad a la
temperatura e informan sentir frío gran parte del tiempo. El estreñimiento casi
crónico hace a muchos dependientes de laxantes.
Gravedad:
● Leve: IMC >17 kg/m2
● Moderado: IMC 16 a 16.99 kg/m2
● Grave: IMC 15 a 15.99 kg/m2
● Extremo: IMC <15 kg/m2
Manejo clínico:
El tratamiento de los trastornos de la ingestión de alimentos tiene tres objetivos
principales. El primero es restablecer un estado nutricional normal. En pacientes con
anorexia nerviosa, esto representa restaurar un peso dentro del intervalo normal. El
segundo objetivo es modificar las conductas alimentarias alteradas del paciente.
Esto lo ayudará a mantener su peso dentro de un intervalo normal y a revertir (o
aminorar) atracones, purga y otras conductas alimentarias anómalas. El tercer
objetivo es ayudar a cambiar las creencias distorsionadas y erróneas del paciente
acerca de los beneficios de perder peso.
El tratamiento suele administrarse de manera ambulatoria, pero algunos requerirán
hospitalización. Inanición y pérdida de peso grave, hipotensión o hipotermia, y
desequilibrio electrolítico son razones para hospitalizar.
Los pacientes deben observarse por un mínimo de 2 h después de las comidas para
prevenir el vómito, incluso si se requiere que alguien los acompañe al baño. Es
común empezar con una dieta que proporcione unas 500 calorías más que la
cantidad requerida para mantener su peso actual; el ingreso calórico se eleva de
modo gradual. Al principio, para prevenir el malestar, es aconsejable espaciar las
comidas a razón de seis sesiones a lo largo del día. Quienes tienen peso
significativamente bajo o presentan dificultad para incrementarlo pueden requerir
alimentación por sonda.
BULIMIA NERVIOSA
La OMS la define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede
ser perjudicial para la salud.
Los estudios epidemiológicos han detectado una serie de factores asociados con el
sobrepeso y la obesidad en la población, los cuales son:
Los trastornos más comunes asociados son los trastornos del ánimo y trastorno de
pánico.Lo característico de los pacientes con obesidad es que tienden a tener
dificultad para identificar sus emociones y comer en exceso lo utilizan como una
estrategia para “manejarlo”. Como tratamiento se recomienda, mejorar la ingesta de
alimentos con una dieta personalizada, realizar actividad física, acompañamiento
psicológico, psiquiátrico (sibutramina, metformina) y/o tratamiento quirúrgico.
TRASTORNO DE ATRACONES