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Trastornos y problemas de alimentación

La inseguridad personal, hace que muchas personas acaben probando dietas radicales, poniendo en
alto riesgo su propia salud.

Los trastornos de la alimentación son desórdenes complejos que comprenden dos tipos de
alteraciones de la conducta: unos directamente relacionados con la comida y el peso, y otros
derivados de la relación con uno mismo y con los demás.

TRANSTORNOS ALIMENTICOS

VIGOREXIA

Qué es
La vigorexia es un trastorno no estrictamente alimentario, pero que sí comparte la patología
de lapreocupación obsesiva por la figura y una distorsión del esquema corporal; es más
frecuente enhombres de entre 18 a 35 años.

Esta patología implica el efecto contrario que la anorexia, por lo que también recibe el
nombre de anorexia inversa, además de dismorfia muscular.

La vigorexia es un tipo de trastorno dismórfico corporal que se relaciona con


el trastorno obsesivo compulsivo y que implica que la persona se obsesione con sus
imperfecciones, lo que hace que perciba una imagen distorsionada de sí misma.

Causas
 Mirarse constantemente en el espejo y aun así sentir que no se alcanzan las
características estéticas que establece como necesarias la propia persona.
 
 Pesarse varias veces al día y hacer comparaciones con otras personas que
hacenfisicoculturismo.
 
 Las personas con personalidad obsesiva, en especial consigo mismas, así como
aquellas que sufren diversos problemas emocionales en sus relaciones personales y
profesionales, son más propensas a desarrollar vigorexia.
 
Síntomas
El síntoma principal que presenta la vigorexia es que el paciente elabora un programa de
entrenamiento que se caracteriza por una intensidad constante y una gran dureza.

Este programa se centra en ejercicios que aumenten el tono muscular, por lo que la práctica
más común es el levantamiento de pesas.

Tal y como sucede con patologías similares como la anorexia y la bulimia, los pacientes
con vigorexia reflejan una gran preocupación por su dieta, ya que buscan la rapidez en el
proceso de conseguir un cuerpo escultural y eliminar toda la grasa.

Prevención
 
 Es aconsejable realizarse exámenes  físicos que determinen el estado de salud
 
 Los especialistas recomiendan establecer ejercicios que se adecúen al nivel
físico de la persona, .

Tratamientos
Si bien se ha comprobado la existencia de trastornos en los niveles de
diversas hormonas y mediadores presentes en la transmisión nerviosa, los
principales factores desencadenantes involucrados son de tipocultural, social y
educativo, a los que estas personas están expuestas continuamente.

Es necesario disminuir el entusiasmo y la ansiedad por la práctica deportiva


intensa, logrando que se interesen por otras actividades menos nocivas para su
cuerpo.

Las desproporciones entre las partes corporales son muy frecuentes, por ejemplo, un


cuerpo muy voluminoso con respecto a la cabeza.

Alimentación

La alimentación es otro problema muy frecuente, ya que consumen muchas proteínas


e carbohidratos y poca cantidad de grasa en un intento de favorecer el aumento de la
masa muscular, ocasionándoles muchos trastornos metabólicos.
BULIMIA

Qué es
La bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza porque las
personas que la padecen suelen darse atracones recurrentes en los que ingieren
grandes cantidades de comida en un espacio corto de tiempo, es decir, comen más
cantidad de comida que la mayoría de personas en el mismo tiempo.

Los bulímicos son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer y
tienen la sensación que no pueden parar de comer. Sin embargo, el sentimiento de
culpa y vergüenza tras ingerir muchos alimentos les lleva a una purga (vómitos
autoinducidos o empleo de laxantes o diuréticos o ambos), regímenes rigurosos o
ejercicio excesivo para contrarrestar los efectos de las abundantes comidas y evitar
engordar..

Causas.
El enfermo de bulimia siempre está muy preocupado por su peso, aun cuando es
normal, pero no puede reprimirlos no se encuentran bien consigo mismos (no sólo
físicamente, tampoco se valoran)

.Generalmente la bulimia se manifiesta tras haber realizado numerosas dietas dañinas


sin control médico.

Por último, los factores socioculturales, como los ideales de delgadez que se


imponen desde los medios de comunicación, y las modas hacen que la sociedad
tienda a intentar conseguirlos y cuando no se logra provoca la frustración.

Síntomas
 Atracones o sobre ingesta de alimentos: El enfermo come una gran
cantidad de alimentos en un espacio de tiempo muy corto y no tiene control sobre la
ingesta: presenta tal ansiedad que cree que no puede parar de comer.

 Uso de laxantes: Para prevenir el aumento de peso y compensar el atracón o


el exceso de comidas, el enfermo se provoca vómitos, utiliza laxantes, diuréticos,
fármacos, o recurre a otros medios que le permitan controlar el peso, como la práctica
abusiva de actividades deportivas.
 
 Repetición: Los ciclos de atracones y vómitos se manifiestan un mínimo de
dos veces por semana.
 
 Baja autoestima.

Además de las manifestaciones generales se pueden distinguir:

Prevención
A nivel familiar conviene insistir en que las familias sigan una dieta equilibrada,
como la mediterránea, y que se evite la obsesión por la dieta, el peso o la imagen
corporal.

Por otro lado, es recomendable que no hay una protección excesiva de los padres
sobre los hijos. Esto facilitará la autonomía del adolescente y que éste sea capaz de
resolver problemas y tomar sus propias decisiones.

Por último, desde la escuela se puede educar a los niños sobre alimentación y
nutrición así como fomentar la autoestima, las habilidades sociales y comunicativas.

Las personas bulímicas se caracterizan por una gran impulsividad y un bajo autocontrol: no pueden parar de comer.
Tipos
En esta enfermedad se pueden distinguir dos subtipos:

Purgativo

Durante el episodio de bulimia nerviosa el enfermo recurre a los vómitos u otros


métodos purgativos, como laxantes y diuréticos, para evitar el aumento de peso.

No purgativo

En este caso el bulímico emplea otras conductas compensatorias como el ayuno o el


ejercicio físico compulsivo, pero no recurre a vómitos, diuréticos o laxantes con el fin
de no engordar.

Diagnóstico
El médico sospecha de una bulimia nerviosa si una persona está demasiado
preocupada por el aumento de su peso y presenta grandes fluctuaciones, en
especial si existen signos evidentes de una utilización excesiva de laxantes..

Sin embargo, el diagnóstico resulta complicado ya que los episodios de voracidad


y vómitos se ocultan con facilidad. Además, algunos síntomas pueden ser
confundidos con los de otras patologías.

Para un diagnóstico adecuado es necesaria una entrevista psiquiátrica que desvele la


percepción que el enfermo tiene del propio cuerpo y la relación que mantiene con la
comida.

Tratamientos.
Las dos aproximaciones al tratamiento son la psicoterapia y los fármacos. Es mejor
que la psicoterapia la realice especialista con experiencia en alteraciones de la
conducta alimentaria. Éste decidirá además si el paciente necesita seguir una terapia

En virtud de la gravedad, el paciente puede requerir a un tratamiento ambulatorio o


ser hospitalizado.

Los primeros pasos deben encaminarse a evitar los vómitos, normalizar el


funcionamiento metabólico del enfermo y enseñarle a mantener una dieta
equilibrada y tener unos buenos hábitos alimenticios.
Junto a este tratamiento, encauzado hacia la recuperación física, paralelamente se
desarrollará una terapia psicológica con el fin de reestructurar las ideas racionales
y corregir la percepción errónea que el paciente tiene de su propio cuerpo.

ANOREXIA

Qué es
La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una
pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La
anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción
distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo
aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una
disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de
alimentos.

Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe


la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e
incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema.

Causas
 La propia obesidad del enfermo.
 
 Obesidad materna.
 
 Muerte o enfermedad de un ser querido.
 
 Separación de los padres.
 
 Alejamiento del hogar.
 
 Fracasos escolares.
 
 Accidentes.
 
 Sucesos traumáticos.

Síntomas
Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la edad y
talla del enfermo.
 
 Miedo al aumento de peso o a la obesidad incluso cuando el peso se
encuentra por debajo de lo recomendable.
 
 Percepción distorsionada del cuerpo, su peso y proporciones.
 
 Ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos en las mujeres (amenorrea).

Los anoréxicos pueden experimentar una serie de síntomas muy


variados: estreñimiento, amenorrea, dolor abdominal, vómitos, etcétera.

Pero es la familia la que detecta los síntomas que dan la voz de alarma:

 Preocupación excesiva por la composición calórica de los alimentos y por la


 .
 
 Obsesión por la imagen, la báscula, los estudios y el deporte.
 
 Utilización de trampas para evitar la comida.
 
 Baja la presión arterial.

Prevención
 Malos hábitos de comidas: muchos adolescentes comen solos mientras ven
la tele o se comunican con sus amigos vía whatsapp. La falta de horarios fijos y de
supervisión por parte de los padres acerca de lo que comen incrementan las
probabiidad de desarrollar un trastorno de la alimentación.
 
 Mala comunicación con los padres: conocer las preocupaciones de los hijos,
sus gustos y su círculo de amigos puede ayudar a prevenir este tipo de desorden o a
detectarlo en una fase inicial.

Tipos
En la anorexia nerviosa se pueden distinguir dos subtipos:

 Subtipo restrictivo: la reducción de peso se consigue mediante dietas o


ejercicio físico intenso y el enfermo no recurre a sobreingestas, atracones o purgas.
 
 Subtipo bulímico: El enfermo recurre a las purgas aunque haya ingerido una
pequeña cantidad de alimento.

Diagnóstico
La anorexia nerviosa se diagnostica, generalmente, basándose en una intensa
pérdida de peso y los síntomas psicológicos característicos. La anoréxica típica es
una adolescente que ha perdido al menos un 15 por ciento de su peso corporal,
teme la obesidad, ha dejado de menstruar, niega estar enferma y parece sana.

Tratamientos
 Detección precoz de la enfermedad: conocimiento de los síntomas por parte de
los médicos de atención primaria y de los protocolos que fijan los criterios que el
médico debe observar.
 
 Coordinación entre los servicios sanitarios implicados: psiquiatría,
endocrinología y pediatría.
 
 Seguimiento ambulatorio una vez que el paciente ha sido dado de alta, con
visitas regulares. Las hospitalizaciones suelen ser prolongadas, lo que supone una
desconexión del entorno que puede perjudicar el desarrollo normal del adolescente.
Por ello son aconsejables, siempre que se pueda, los tratamientos ambulatorios.
 

El ingreso en un centro médico es necesario cuando:

 La desnutrición es muy grave y hay alteraciones en los signos vitales. 


 
 Cuando las relaciones familiares son insostenibles y es mejor aislar al
paciente.
 
 Cuando se agravan los desórdenes psíquicos.

El tratamiento ambulatorio es eficaz cuando:

 Se detecta de manera precoz.


 
 No hay episodios de bulimia ni vómitos y existe un compromiso familiar de
cooperación.

Ortorexia
LO QUE DEBES SABER
 Cuando la preocupación por comer sano se vuelve obsesiva hablamos de ortorexia.
 La persona con ortorexia se impone sus propias reglas para comer de forma sana,
dedicando mucho tiempo y dinero a la planificación y preparación de la misma.
 Puede provocar problemas a nivel psicológico (sentimientos de culpa, tristeza y soledad
al incumplir la dieta), social (aislamiento) y nutricional (déficits a nivel de vitaminas y
minerales).
 
Información, obsesión y confusión

Hoy en día hay una variedad amplísima de productos alimentarios entre los que escoger: desde
productos con una buena dosis de tecnología alimentaria, en los que el listado de ingredientes
parece un trabalenguas que acaba con unos cuantos códigos E, hasta productos ecológicos de
huerta como patatas, zanahorias, lechugas... Los procedentes de la agricultura ecológica son
aquellos en los que no se han utilizado productos químicos de síntesis ni organismos
genéticamente modificados para su tratamiento y/o desarrollo.
 

¿Qué es la ortorexia?

Las personas que padecen ortorexia se preocupan en exceso por la calidad de los alimentos que
consumen y aplican sus propias reglas para constituir su pauta alimenticia. En este sentido, tienden
a rechazar alimentos con aditivos, productos elaborados tecnológicamente o productos con grasas
animales. Pero, en fases avanzadas, la preocupación y la planificación va mucho más allá, y las
personas que sufren este trastorno ya no sólo se preocupan en los alimentos que consumirán sino
también por la forma de prepararlos, cocinarlos y consumirlos.
 

Problema psicológico, sociológico y nutricional

 Psicológico: se trata de un trastorno obsesivo-compulsivo que afecta a personas


exigentes y estrictas, personas que pueden hacer gala de su gran fuerza de voluntad
para conseguir sus objetivos aunque sienten gran desdicha cuando sucumben al
placer de un alimento para ellas prohibido, trasgrediendo así su autodieta.
 Social: el hecho de seguir una alimentación estricta a base de unos determinados
alimentos preparados de forma especial provoca que la persona se aísle de la
sociedad al tratar de evitar comer en restaurantes, en casa de amigos o familiares
donde no puede seguir a la perfección su plan de alimentación..
 Nutricional: la persona con ortorexia puede padecer déficits nutricionales o desajustes
a nivel de vitaminas y minerales pues elimina de su dieta los alimentos que no
considera sanos y no busca complementar su alimentación con otros que le aporten
los nutrientes que le proporcionaban los que ha abandonado. 

Tratamiento

Igual que todos los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), se debe abordar inicialmente con
una terapia psicológica y farmacológica. Una vez el problema psicológico está controlado empieza
el momento de restablecer unos buenos hábitos de alimentación mediante la participación en el
tratamiento de un dietista-nutricionista. El papel del especialista en alimentación es asesorar y,
junto con el psicólogo, conseguir que el paciente retome una relación sana con la comida y el
hecho de alimentarse. Como en el resto de TCA, está contraindicado que esta persona se someta
a una pauta dietética establecida, tanto por su cuenta como con la participación de un profesional
de la salud ya que volver a ceñirse a una pauta puede provocar una recaída.

NUTRICIÓN Y PATOLOGÍAS
Nutrición y colesterol elevado
 El colesterol es un tipo de grasa producida por el hígado necesaria para regular una serie de
funciones orgánicas. Una parte del colesterol lo fabrica nuestro organismo y otra parte lo
introducimos a través de la alimentación. El colesterol total es una medición de cuánto colesterol
hay circulando en sangre. También existe el colesterol HDL y LDL;  siendo el HDL (HDLc) un tipo
de colesterol “bueno” o cardioprotector ya que impide la agregación de grasas en las arterias y
previene de enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, el colesterol LDL (LDLc) o “malo” se
deposita en las arterias y provoca enfermedades cardiovasculares.
   El tratamiento de la hipercolesterolemia requiere un cambio del estilo de vida; llevar una
alimentación sana, reducir la ingesta de grasa, dejar de fumar, evitar el exceso de peso y realizar
ejercicio físico de forma moderada y regular.
   La dieta para prevenir el colesterol elevado se basa en una alimentación rica en: frutas y
verduras, cereales integrales, legumbres, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva. Todos estos
alimentos aportan nutrientes que ayudan a reducir el colesterol total en sangre y aumentan el
HDLc. Por el contrario debemos evitar aquellos alimentos que en su propia composición contienen
abundante grasa saturada, perjudicial para el corazón como: lácteos enteros (mantequilla, leche
entera, yogures enriquecidos, quesos grasos), carnes grasas, piel de conejo o pollo, bollería
industrial, fritos comerciales,...

A continuación detallamos una serie de recomendaciones dietéticas para reducir el


colesterol de la alimentación diaria junto con una tabla para que sirva de guía.
 Se debe controlar la calidad de la grasa. Se recomienda reducir la grasa saturada, y por
el contrario, aumentar la grasa monoinsaturada y poliinsaturada
o  La grasa saturada se encuentra fundamentalmente en el reino animal
(carnes grasas, lácteos enteros, embutidos,... y, en algunos aceites
vegetales como el aceite de coco y palma. Este tipo de grasa favorece el
depósito de colesterol LDL en las arterias. Elegir preferiblemente las
carnes más magras (pollo y pavo sin piel, conejo, ternera magra, solomillo
de buey, lomo de cerdo, caballo,..) y quitar la grasa visible antes de
cocinarlo.
o  Se recomienda leer bien las etiquetas de los productos elaborados ya que
existen muchos alimentos ricos en grasas vegetales que son perjudiciales
para el organismo, porque aún siendo grasas vegetales actúan como
grasas saturadas por ser de coco o palma.
o  La grasa poliinsaturada, en especial del tipo omega 3, presente en las
grasas de los pescados azules (atún, sardina, boquerón, salmón,
caballa,...), las semillas de lino o su aceite y las nueces, tiene un efecto
protector puesto que aumenta el colesterol “bueno” (HDL)
o La grasa monoinsaturada, cuyo principal representante es el aceite de
oliva, posee también un efecto beneficioso al aumentar el colesterol
“bueno” (HDL) y evitar la oxidación del colesterol malo (LDL). Utilizar el
aceite de oliva tanto para cocinar como aliño de los platos
 Se recomienda reducir el consumo de colesterol diario, no excederse de 300 mg. al día.
Reducir el consumo de vísceras (hígado, riñones, sesos), marisco y yema de huevo.
Estos alimentos curiosamente son ricos en colesterol pero bajos en grasas, por este
motivo, se recomienda moderar su consumo pero no es necesario eliminar. Los
alimentos a evitar son los ricos en grasas saturadas y colesterol como los derivados
cárnicos (paté, foie gras, hamburguesas de fast food, salchichas, embutido...)
  Se recomienda aumentar la proteína vegetal combinando en un mismo plato legumbres
y cereales (arroz con lentejas, pasta con guisantes). Con esta combinación se logra
una proteína de alto valor biológico que equivale a una proteína animal (carne,
pescado, huevo, lácteo).
  La dieta debe ser rica en fibra. La fibra que contienen ciertos alimentos (frutas y
legumbres) tiene la facultad de captar ciertas sustancias a nivel intestinal impidiendo su
absorción, entre ellas el colesterol y las grasas. Se recomienda:
o  tomar al menos 2 piezas de fruta al día (preferiblemente con piel o pulpa). 
o  Escoger preferiblemente productos integrales. Pan, arroz, pasta,...
o  Aumentar el consumo de legumbre 2-3 veces por semana
o  Consumir 2 raciones de verdura o ensalada al día (preferiblemente una
ración en crudo y otra cocida) como plato principal o acompañamiento.
 La dieta debe ser rica en antioxidantes. Estas sustancias impiden la oxidación del
colesterol malo o LDL y previenen la formación de la placa de ateroma en las arterias,
por consiguiente evitan el deterioro arterial. Entre los antioxidantes más importantes
destacan la vitamina C y E, el selenio (mineral) y el betacaroteno (pigmento). Están
presentes en frutas, hortalizas y verduras de color intenso (pimiento, espinacas,
zanahoria, calabaza, tomate, fresa, kiwi,...)

 Desayuno:
  un lácteo ( yogur desnatado, queso fresco o vaso de leche desnatada)
  un farináceo ( pan, tostadas o cereales integrales)
  Una ración proteica ( jamón york, jamón serrano sin grasa, atún, fiambre pavo o queso
fresco) o mermelada (sin mantequilla)
Ejemplo: un vaso de leche desnatada con cereales integrales o un café con leche desnatada y
tostadas con atún.
Media mañana:
  un lácteo ( yogur desnatado o vaso de leche desnatada)
  Una fruta ( entera, troceada o en forma de zumo con pulpa)
Ejemplo: un yogur bebible con una pieza de fruta o batido de leche con fruta
Comida:
  una ración de verdura u hortaliza (2 veces al día cruda y cocida como plato principal o 
acompañamiento)
  un farináceo (pasta, arroz, patata, pan)
  una ración proteica (carne 1-2 veces a la semana, ave 2-3 veces a la semana, pescado
3-4 veces a la semana ( mínimo 2 veces a la semana pescado azul), legumbres 2-3
veces a la semana)
 grasas (aceite de oliva)
  fruta (entera)
Ejemplo: un 1er plato de ensalada, un  2º plato de arroz con lentejas, postre: una pieza de fruta o
un 1er plato de verdura, un 2º plato de salmón o pescado azul, postre: un zumo de  fruta
Media tarde:
  un lácteo (yogur desnatado o queso fresco) y/o fruta
Cena:
  una ración de verdura u hortaliza (cruda y cocida 2 veces al día. Como plato principal o
acompañamiento)
  un farináceo (pasta, arroz, pan, patata)
  una ración proteica (ave 2-3 veces a la semana, pescado 3-4 veces a la semana, huevo
máximo 4 unidades a la semana(máximo una yema al día))
 grasas (aceite de oliva)
 un lácteo (yogur o vaso de leche desnatada)
Nutrición y triglicéridos
Los triglicéridos son un tipo de grasas que podemos ingerir a través de la alimentación (alimentos
grasos) y el hígado también los produce cuando consumimos un exceso de energía o calorías.
Estas calorías sobrantes se almacenan en forma de triglicéridos.
El tratamiento orientado  a reducir los triglicéridos incluye modificaciones tanto en el estilo de vida
(dejar el tabaco, practicar ejercicio físico de forma moderada y regular, evitar el sobrepeso u
obesidad, evitar el consumo de alcohol) como en la alimentación. Se aconseja adecuar el aporte
calórico a las necesidades de la persona para alcanzar un peso saludable y controlar la cantidad
de grasa y azúcares simples ingeridos para evitar que se transformen en triglicéridos.

 A continuación detallamos una serie de recomendaciones dietéticas para reducir los


triglicéridos de la alimentación diaria junto con una tabla para que sirva de guía.
  Ajustar la dieta a las necesidades calóricas de forma individualizada y mantener un
peso saludable.
  Suprimir cualquier tipo de bebida alcohólica para evitar la síntesis hepática de
triglicéridos.
 Reducir el consumo de grasa de la dieta, especialmente la grasa saturada. Para
lograrlo:
o Elegir las carnes magras y quitar la grasa visible antes de su cocinado
o Desgrasar los caldos de carne o aves en frío
  Se recomienda aumentar el consumo de pescado en detrimento de la carne. Aumentar
el consumo semanal de pescado a cuatro raciones y elegir dos días pescado azul.
 Se recomienda utilizar los aceites de semillas (oliva, girasol,...) tanto para cocinar como
aliño de los platos, en contra de la mantequilla o margarina.
 Evitar el exceso de hidratos de carbono simples (azúcar y derivados, pastelería, bollería,
miel, bebidas carbonatadas azucaradas, zumos envasados,...) ya que aumentan los
niveles de triglicéridos.
 Reducir el consumo de azúcares simples sustituyendo el azúcar o miel por edulcorantes
y, remplazar las bebidas azucaradas por su versión light.
 Se recomienda aumentar el consumo de fibra y antioxidantes naturales:
o tomar al menos 2 piezas de fruta al día (preferiblemente con piel ó pulpa). 
o  Escoger preferiblemente productos integrales. Pan, arroz, pasta,...
o  Aumentar el consumo de legumbre 1-3 veces por semana
o  Consumir 2 raciones de verdura ó ensalada al día (preferiblemente una
ración en crudo y otra cocida) como plato principal o acompañamiento.
 Evitar las preparaciones culinarias excesivamente grasas como guisos, estofados,
frituras y rebozados. Preferir plancha, asado, horno, papillotte, vapor, hervido o
escalfado. 
 

Alimentación y Obesidad
La obesidad se define como un exceso de grasa corporal que por lo general se ve acompañada por
un incremento de peso. Esta acumulación anormal o excesiva de grasa puede ser perjudicial para
la salud y se asocia a un aumento del riesgo de sufrir diversas enfermedades (enfermedades
cardiovasculares, digestivas, respiratorias, diabetes tipo II (no insulinodependiente), artrosis,
cáncer, etc).
El riesgo de la obesidad depende en gran medida de la localización de la grasa, siendo la que se
acumula en el abdomen, la que afecta en mayor medida al corazón. Actualmente una forma de
determinar la distribución de la grasa es medir, con una cinta métrica, el perímetro de la cintura.
Según el resultado se divide a las personas en 2 categorías; las que tienen una distribución
androide de la grasa (conocida como “forma de manzana”) , lo que significa que la mayoría de la
grasa está acumulada en la zona abdominal (estómago, pecho,...). Un exceso de grasa en esta
zona se asocia a un mayor riesgo cardiovascular.  
Por el contrario, las personas con una distribución ginecoide de la grasa (conocida como “forma de
pera”), acumulan la grasa en la cadera, glúteos y muslos. Este exceso de grasa supone mayor
riesgo de celulitis, articulaciones, ... pero menor riesgo cardiovascular.
Las causas más comunes de la obesidad son el exceso de ingesta de alimentos y energía, es
decir, el consumo excesivo de calorías y, en menor proporción, los trastornos endocrinos
(hipotiroidismo,...), trastornos psicológicos (bulimia nerviosa,...) y factores genéticos. 

El tratamiento para la obesidad se basa en un programa de modificación de hábitos donde se


elabora una dieta individualizada y se combina con una práctica de ejercicio físico. Con todo ello se
consigue un equilibrio energético negativo, es decir, que las calorías que se han consumido a lo
largo del día superen a las que se han ingresado. 
Durante el tratamiento dietético se deben modificar los hábitos alimentarios erróneos y lograr
instaurar unos nuevos más saludables para mantener la pérdida de peso a largo plazo. Un error
común es seguir dietas milagrosas que limitan drásticamente la ingesta de calorías y con poca
variedad de alimentos, ya que son difíciles de mantener en el tiempo y conllevan deficiencias
nutricionales. Además estas dietas no enseñan unos hábitos alimenticios correctos y no se pueden
mantener en el tiempo, como consecuencia, se suele engordar bruscamente.

A continuación detallamos una serie de recomendaciones dietéticas para reducir la grasa de la


alimentación diaria junto con una tabla para que sirva de guía.
Se recomienda seguir una dieta individualizada, ajustada a las necesidades de cada
individuo
 Coma correctamente: cinco comidas al día, no coma entre comidas, coma con bocados
pequeños y mastique lentamente. Fraccionar la alimentación a lo largo del día evita el
ayuno prolongado y la sensación de vacío en el estómago. Por consiguiente, se evita
picotear entre horas.
 Se recomienda una alimentación rica en fibra (verduras, legumbres, cereales integrales,
fruta fresca) y pobre en grasas
  Controle la cantidad de azúcares simples (azúcar, miel, mermelada, chocolate,
pastelería, zumo envasados,...). Sustituya el azúcar o miel por edulcorante (sacarina,
aspartamo).
  Reduzca los alimentos que contienen muchas calorías y pocos nutrientes como los
snacks, chips, bebidas azucaradas,... Remplace las bebidas azucaradas tipo bitter,
cola, tónica, limonada,...por su versión Light
 Se recomienda tener a mano tentempiés saludables como verduras troceadas (apio,
zanahoria,...), fruta, lácteos descremados,....
 Coma a diario lácteos descremados (queso fresco, yogur desnatado y leche desnatada
o semidesnatada) y evite los enteros (nata, queso graso, mantequilla, yogur, helado,...)
ricos en grasas saturadas.
 Elija preferiblemente las carnes más magras ( pollo y pavo sin piel, conejo, ternera
magra, solomillo de buey, lomo de cerdo, caballo,...) y quite la grasa visible antes de su
cocinado
  Consuma más pescado que carne y un mínimo de 3-4 raciones de pescado a la
semana.
  Elija técnicas culinarias con poca grasa (plancha, horno, papillote, vapor, hervido y
cocido) y evite los fritos, rebozados y guisos.
o  La cocción al vapor con la olla a presión permite cocinar con poco agua y
se preservan todas las propiedades de los alimentos.
o Cuando haga estofados, prepárelos con antelación. Déjelos enfriar en la
nevera y retire la capa de grasa con una cuchara o espátula. De esta
manera conserva el sabor sin apenas grasa
o Para cocinar pescados envuélvalos en papel de aluminio (papillote), así se
cocinan en su propio jugo, sin necesidad de añadirle grasa.
 Beba un mínimo de 1,5l de agua a diario.
  Las cenas siempre deben ser más ligeras. El secreto para adelgazar y mantenerse
estable en su peso reside en esta toma del día. Por la noche el gasto energético
disminuye y el cuerpo gasta menos energía. 
  Se recomienda realizar actividad física diaria. La actividad física ayuda a mantener el
tono muscular y a bajar peso. 
 

NUTRICION ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Las enfermedades del sistema cardiocirculatorio constituyen el principal


problema de salud en nuestro país tanto en la edad adulta como en los
ancianos. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de
muerte en nuestro país y representan una causa de morbilidad no
despreciable además de producir el aumento del gasto sanitario y el
deterioro de calidad de vida para los pacientes.
Numerosos estudios en diversos países han demostrado que estas
enfermedades pueden ser prevenidas si modificamos nuestra alimentación,
dejamos de fumar, hacemos más ejercicio físico y perdemos peso.
Las enfermedades cardiovasculares se deben a la disminución, hasta llegar
a la obstrucción total, del paso de la sangre por las arterias que llevan el
oxígeno y los nutrientes a diferentes órganos y tejidos como el corazón, el
riñón, el cerebro, el intestino o las piernas. La causa de ello es el depósito
progresivo de grasa en la pared de las arterias (aterosclerosis), sobre la que
se puede producir un trombo (aterotrombosis). La aterosclerosis produce
manifestaciones poco evidentes en los momentos iniciales pero progresivos,
como angina de pecho al hacer un esfuerzo no habitual, o claudicación de
las piernas al hacer una pequeña carrera para coger el autobús. La
aterotrombosis produce los mismos síntomas pero de una forma inmediata y
de gran intensidad: por ejemplo, la angina de pecho mientras se esta
durmiendo, o el infarto agudo de miocardio.
Las grasas de la sangre, especialmente el llamado colesterol "malo"
(colesterol de las LDL) es uno de los principales elementos en la aparición y
el desarrollo de la aterosclerosis y la aterotrombosis. Existen otros factores
no relacionados con las grasas, como la tensión arterial elevada, el
monóxido de carbono del tabaco, el aumento de la homocisteína, el
aumento del azúcar de la diabetes mellitus, etc. que aceleran el daño del
colesterol sobre las arterias. Se conocen como factores de riesgo. El
colesterol "bueno" (colesterol de las HDL) invierte el efecto del colesterol
"malo", al igual que las sustancias antioxidantes que tenemos en nuestro
organismo o que incorporamos de los alimentos. Se conocen como factores
protectores.
Las enfermedades cardiovasculares (y la aterosclerosis y ateromatosis
subyacentes) tienen un origen multifactorial, donde los factores de riesgo y
los factores protectores interactúan y se potencian o se anulan. Es por ello
que la prevención de la enfermedad cardiovascular a través de la
alimentación debe tener en cuenta todos los factores de riesgo y protectores
implicados.
En el informe de la Sociedad Española de Aterosclerosis publicado en el
2007 se citan los siguientes datos:
El 20% de los adultos españoles tiene el colesterol total por encima de 250
mg/dl; y más de la mitad de los adultos lo tienen por encima de 200 mg/dl. Y
aunque el grado de tratamiento con pastillas para bajar el colesterol es
moderadamente alto (tres de cada cuatro pacientes lo reciben), el control es
bajo pues sólo uno de cada tres individuos con alteraciones del colesterol
diagnosticados y tratados está en niveles de colesterol adecuados.
El 35% de la población española mayor de 18 años es hipertensa, el 40-
50% en edades medias y al 68% en los mayores de 60 años. El 65% de los
hipertensos sabe que lo es; de ellos, el 85% está en tratamiento con
pastillas, pero sólo el 25% de ellos tiene la presión arterial en las cifras
adecuadas. En general, las personas de alto riesgo cardiovascular, los
diabéticos y los enfermos con enfermedad renal presentan peor control de
la tensión arterial que el conjunto de la población.
A finales del 2006, fumaba el 24% de los mayores de 18 años.
En el año 2003, la prevalencia de obesidad en España (índice de masa
corporal superior o igual a 30 kg/m2) era casi del 14% en individuos por
encima de 20 años, sin diferencias entre los dos sexos. Se incrementaba la
prevalencia de la obesidad con la edad tanto en mujeres como en hombres.
El 60% de la población (incluyendo individuos desde los 16 años) no
realizaba actividad física o deporte alguno durante el tiempo libre.
La frecuencia de diabetes mellitus tipo 2 en España (conocida e ignorada)
está en torno al 10%. En cuanto al grado de control de la diabetes en
Atención Primaria, está en torno al 30-50% cuando se considera una
hemoglobina glicosilada (HbA1c) inferior a 7%, e inferior al 30% cuando se
considera la cifra de azúcar en sangre por debajo de 126 mg/dl.
En la actualidad los españoles hemos pasado de tener una dieta
mediterránea a una dieta menos cardiosaludable, propia de países
anglosajones, más industrializados y con mayor incidencia de
enfermedades cardiovasculares. Nuestra dieta actual incluye todavía un
aceptable consumo de frutas y verduras, es relativamente rica en cereales
(en forma de pan), se mantiene el consumo de grasas vegetales en forma
de aceite de oliva, y hay un relativo alto consumo de pescado. Sin embargo,
el consumo de carne, de platos preparados, bebidas no alcohólicas (zumos
y refrescos, en su mayoría azucarados) y de azúcar es alto, mientras que el
consumo de legumbres es bajo. El consumo de leche y derivados es
adecuado, pero demasiado rico en grasa. Y esta dieta "de adultos" se
prolonga y contagia a la dieta de los niños.
En resumen, tenemos que potenciar las medidas de prevención de las
enfermedades cardiovasculares y de sus factores de riesgo con
modificaciones de nuestra alimentación y de nuestro estilo de vida. Es muy
importante entender que la alimentación es la base sobre la que se sustenta
la buena salud de los individuos, previniendo la enfermedad aterotrombótica
y, en muchos casos, permitiendo evitar un tratamiento farmacológico y
mejorando la calidad de vida.
No obstante, las recomendaciones de alimentación que podemos hacer en
este momento está sujetas a modificaciones debido a la aparición de
nuevas evidencias científicas, y las recomendaciones de hoy pueden ser
modificadas en un futuro. No hemos de olvidar tampoco que la respuesta de
los individuos a la misma alimentación es variable; hay individuos que
responden mejor a ciertas modificaciones del patrón alimentario, y otros que
lo hacen en menor medida. Ello no nos debe hacer olvidar los beneficios de
la alimentación en todos los individuos.

Cefalea y migraña
La cefalea es el nombre con el que designamos a cualquier dolor de cabeza, aunque cuando el
dolor afecta a la región facial se emplea el nombre de dolor facial. La cefalea es uno de los
síntomas más frecuentes por los que las personas consultan y, en la gran mayoría de los casos, es
un trastorno benigno, aunque, por otra parte, es recidivante o persistente sin tratamiento. En la
mayoría de pacientes tiene un origen vascular (espasmo de algunas arterias cerebrales y posterior
dilatación de las mismas) dando origen a la llamada jaqueca o migraña (y sus variantes), o bien se
debe a una tensión (contractura de algunos músculos situados en cabeza y cuello) que originan la
llamada cefalea tensional. Todas estas formas son las llamadas cefaleas primarias y representan el
95% de todas las cefaleas.
Existen otras causas de cefaleas (5% de pacientes) y son debidas a lesiones estructurales del
cerebro como hematomas, tumores o abscesos, a infecciones que afectan a las meninges, o a
enfermedades metabólicas. Son las llamadas cefaleas secundarias. En estos casos, el tratamiento
del proceso responsable, siempre que sea posible, hace desaparecer la cefalea.
En este capítulo nos referiremos a las cefaleas primarias y, preferentemente, a las migrañas. En la
migraña existe una clara predisposición familiar y afecta con más frecuencia a las mujeres. Una
variante muy habitual es la migraña asociada a la menstruación, llamada "migraña menstrual", y
que puede aparecer antes, durante o después de la menstruación.
Hay varios factores relacionados con la alimentación que pueden desencadenar un ataque de
migraña y también de otras cefaleas:
Las situaciones de ayuno o cualquier situación que provoca una disminución (más o menos severa)
del azúcar que tenemos en sangre.
El alcohol: La cefalea se produce poco después de la ingesta de alcohol y se debería a la
producción de acetilaldehido durante la metabolización del alcohol; si la cefalea aparece varias
horas después de la ingesta de alcohol deberá pensarse que es por el efecto resaca del mismo.
Los condimentos y conservantes de determinados alimentos: Es el caso de los nitritos, usados
como potenciadores del sabor y color en "perritos calientes" y embutidos, y cuyo consumo puede
desencadenar la cefalea en algunas personas; o el glutamato, usado como potenciador del sabor
en los platos de comida china, y que puede ocasionar el llamado "síndrome del restaurante chino".
En este síndrome hay cefalea, sensación de opresión en el pecho, rigidez y debilidad de las
extremidades, mareos, enrojecimiento en la cara, sudoración importante, y molestias de estómago,
vómitos, dolor en el abdomen y retortijones, e incluso diarrea; la intensidad de los síntomas
depende de la dosis ingerida.
El café: El consumo habitual de café puede ser causa de cefalea en algunas personas debido a un
efecto de espasmo de las arterias cerebrales producido en estas personas por la cafeína y la
posterior dilatación de estas arterias por un efecto de rebote; aunque también se ha descrito que la
cafeína puede aliviar la cefalea en otros individuos. Se ha descrito que en individuos que
consumen habitualmente café y lo interrumpen el fin de semana puede aparecer cefalea (es la
llamada "migraña del fin de semana").
Quesos: Por su riqueza en tiramina, hay personas en las que su consumo puede desencadenar
cefalea.
Asimismo, se describen otros factores no relacionados con la alimentación y que pueden
desencadenar una cefalea, como son el estrés emocional, los cambios en el patrón del sueño (por
ejemplo, debidos a cambios de turno laboral) o el exceso de sueño en los fines de semana
(llamada cefalea de "fin de semana"). En algunos individuos el ejercicio físico y la actividad sexual
pueden desencadenar cefaleas, benignas en la mayoría de los casos pero que obligan a descartar
un sangrado cerebral.
La medicación que toman durante largos períodos de tiempo algunos individuos para calmar el
dolor (ya sea el dolor de cabeza o el dolor de otro origen) puede ser causa de la cronificación del
dolor; es la llamada "cefalea por abuso de analgésicos".
El tratamiento de la migraña y de cualquier otra forma de cefalea primaria se basa en evitar los
factores que en aquel paciente le precipitan un ataque, como son la nicotina del tabaco, las
situaciones de estrés, o factores relacionados con la alimentación y ya referidos antes. Además, es
recomendable animar al paciente a seguir unas pautas regulares de vida, como el seguir un horario
de comidas regular y el descanso nocturno regular. Por otra parte, se emplearán fármacos para
tratar la crisis de dolor, y fármacos para prevenir nuevos ataques si las crisis son muy frecuentes
(ataques semanales o varios mensuales).
En un estudio publicado en 1998 se observó que una vitamina, la riboflavina, administrada a dosis
de 400 mg/día en paciente con migraña, producía reducciones de la frecuencia de las crisis en más
de la mitad de pacientes.

DIETAS PARA ENFERMEDADES


Dieta para la enfermedad hepática

Algunas personas con enfermedad hepática tienen que consumir una dieta


especial. Esta dieta protege al hígado del trabajo esforzado y lo ayuda a funcionar.
Función
Las proteínas normalmente ayudan a la reparación del tejido corporal. También
previenen la acumulación de grasa y daño a las células hepáticas.
En personas con hígados muy dañados, las proteínas no se procesan
apropiadamente. Los productos residuales se pueden acumular y afectar el
cerebro.

Los cambios en la dieta para la enfermedad hepática pueden incluir:

 Restringir la cantidad de proteína que consume. Esto le ayudará a reducir la


acumulación de productos de desecho tóxicos.

 Aumentar su ingesta de carbohidratos para que sea proporcional a la


cantidad de proteína que consume.
 Tomar vitaminas y medicamentos recetados por el proveedor de atención
médica parahemograma bajo, problemas neurológicos o problemas nutricionales a
raíz de la enfermedad hepática.
 Reducir el consumo de sal. La sal en la alimentación puede empeorar
la acumulación de líquidos y la hinchazón en el hígado.
Efectos secundarios
La enfermedad hepática puede afectar la absorción de alimentos y la producción
de proteínas y vitaminas. Por lo tanto, su dieta puede influir en su peso, apetito y
en las cantidades de vitaminas presentes en su cuerpo. NO limite demasiado la
proteína, debido a que puede causar deficiencias de ciertos aminoácidos.
Recomendaciones
Los cambios que necesitará hacer dependen de qué tan bien esté funcionando su
hígado. Hable con su proveedor de atención sobre el tipo de alimentación que es
preferible para usted con el fin de que obtenga la cantidad apropiada de nutrición. 
Las recomendaciones generales para personas con enfermedad hepática grave
incluyen:

 Consuma grandes cantidades de alimentos con carbohidratos. Los


carbohidratos deben ser la mayor fuente de calorías en esta dieta.

 Consuma una ingesta moderada de grasas, como lo indique el proveedor


de atención. El incremento de carbohidratos y grasas ayuda a prevenir la
descomposición de las proteínas en el hígado.

 Coma aproximadamente 1 gramo de proteína por kilogramo de peso


corporal. Esto significa que un hombre de 154 libras (70 kilogramos) debe comer
70 gramos de proteína por día. Esto no incluye la proteína proveniente de
alimentos con almidones y verduras. Una persona con daño hepático grave
posiblemente deba consumir menos proteína. Hable con su proveedor de atención
sobre sus necesidades proteínicas.

 Tome suplementos vitamínicos, en especial vitaminas del complejo B.

 Reduzca la cantidad de sal que consume (normalmente menos de 1,500


miligramos por día) si está reteniendo líquidos.

MUESTRA DE MENÚ

Desayuno

 1 naranja

 Avena cocida, con leche y azúcar

 1 tostada de pan integral

 Mermelada de fresa

 Café o té

Almuerzo

 4 onzas (110 g) de carne magra de pescado, aves o carnes rojas cocidos

 Un producto con almidón (como las papas)

 Una verdura cocida

 Ensalada
 2 rebanadas de pan integral

 1 cucharada grande de jalea

 Fruta fresca

 Leche

Refrigerio de la tarde

 Leche con galletas integrales

Cena

 4 onzas (110 g) de carne cocida de pescado, ave o res

 Un producto con almidón (como las papas)

 Una verdura cocida

 Ensalada

 2 panecillos integrales

 Fruta fresca o postre

 8 onzas (235 ml) de leche

Refrigerio de la noche

 Un vaso de leche o un pedazo de fruta

La mayoría de las veces, usted no tiene que evitar alimentos específicos.

Si tiene inquietudes con respecto a la dieta o los síntomas, consulte a su


proveedor de atención médica.

Dieta para la enfermedad renal crónica


Cuando usted tiene enfermedad renal crónica, puede necesitar hacer cambios en su alimentación. Estos
cambios pueden incluir limitar los líquidos, consumir una dieta baja en proteína, reducir el consumo de
sal, potasio, fósforo y otros electrólitos, y obtener suficientes calorías si está bajando de peso
Es posible que deba alterar más su dieta si su enfermedad renal empeora o si necesita diálisis.

Funciones
El propósito de esta dieta es mantener un equilibrio de electrólitos, minerales y líquido en su cuerpo
cuando usted tenga enfermedad renal crónica o cuando esté con diálisis.
Las personas con diálisis necesitan esta dieta especial para reducir la acumulación de productos
residuales en su cuerpo. Limitar los líquidos entre los tratamientos es muy importante porque la mayoría
de las personas con diálisis orinan muy poco. Sin la micción, el líquido se acumulará en el cuerpo y
llevará a un exceso de este en el corazón, los pulmones y los tobillos.

Recomendaciones
Solicítele a su proveedor de atención médica una remisión a un nutricionista certificado para que le
ayude con la alimentación para su enfermedad renal. Algunos nutricionistas se especializan en dietas
para el riñón. El nutricionista también le puede ayudar a crear una dieta que se ajuste a sus necesidades
médicas.

La Kidney Foundation (Fundación para el Riñón) tiene capítulos en la mayoría de los estados (en los
Estados Unidos). Es un buen lugar para que las personas con enfermedad renal y sus familias
encuentren programas e información. Su ingesta de calorías diarias debe ser bastante alta para
mantenerlo saludable y prevenir la descomposición del tejido corporal. Pregúntele a su proveedor de
atención médica y al nutricionista sobre cuál debe ser su peso ideal. Pésese usted mismo todas las
mañanas para constatar que esté alcanzando esta meta.
CARBOHIDRATOS

Si usted no tiene problema para consumir carbohidratos, estos alimentos son una buena fuente de
energía. Si su proveedor de atención médica le ha recomendado una dieta baja en proteína, usted puede
reemplazar las calorías de la proteína con:

 Frutas, panes, granos y verduras. Estos alimentos suministran energía, al igual que fibra,
minerales y vitaminas.

 Los dulces duros, el azúcar, la miel y la jalea. De ser necesario, puede incluso comer postres
ricos en calorías como tortas, pasteles o galletas, siempre y cuando limite los postres hechos de
productos lácteos, chocolate, nueces o bananos.

GRASAS

Las grasas pueden ser una buena fuente de calorías. Asegúrese de usar grasas monoinsaturadas y
poliinsaturadas (aceite de oliva, aceite de canola, aceite de cártamo) para proteger la salud del corazón.
Hable con su proveedor o nutricionista acerca de las grasas y colesterol que pueden aumentar su riesgo
de problemas cardíacos.

PROTEÍNA

Las dietas bajas en proteína pueden servir antes de empezar la diálisis. Su proveedor o nutricionista
puede recomendar una dieta baja en proteína basada en su peso, etapa de la enfermedad, cantidad de
músculo que tiene y otros factores. Sin embargo, usted todavía necesita suficiente proteína, por lo que
debe trabajar con su proveedor para encontrar la dieta correcta para usted.

Una vez que usted empiece la diálisis, necesitará comer más proteína. Se puede recomendar una dieta
rica en proteína con pescado, aves de corral, carne de cerdo o huevos en cada comida. Esto ayudará a
reponer los músculos y otros tejidos que usted pierde.
Las personas en tratamiento con diálisis deben comer de 8 a 10 onzas (220 a 280 gramos) de alimentos
ricos en proteína cada día. Su proveedor o nutricionista pueden sugerirle que agregue claras de huevo,
claras de huevo en polvo o proteína en polvo.

CALCIO Y FÓSFORO

Los minerales calcio y fósforo se revisarán con frecuencia. Incluso en las fases iniciales de la
enfermedad renal crónica, los niveles de fósforo en la sangre pueden resultar demasiado altos, lo cual
puede causar:

 Calcio bajo. Esto provoca que el cuerpo extraiga el calcio de los huesos, lo cual puede llevar a
que sean más débiles y más susceptibles de romperse.

 Picazón.

Usted necesitará limitar la cantidad de alimentos lácteos que consume debido a que contienen grandes
cantidades de fósforo. Esto incluye la leche, el yogur y el queso. Algunos alimentos lácteos son más
bajos en fósforo, como la margarina blanda, la mantequilla, el queso crema, la crema de leche, el queso
ricotta, el queso brie, el sorbete y capas de batido sin lácteos.

Las frutas y verduras contienen sólo cantidades pequeñas de fósforo, pero pueden contener grandes
cantidades de potasio.

Usted posiblemente necesite tomar suplementos de calcio para prevenir la osteopatía, y vitamina D para
controlar el equilibrio de calcio y fósforo en su cuerpo. Pregúntele a su proveedor o nutricionista sobre
cómo obtener mejor estos nutrientes.

Si los cambios en la dieta solos no funcionan para controlar el equilibrio de este mineral en el cuerpo, su
proveedor puede recomendarle medicinas llamadas "fijadores de fósforo".

LÍQUIDOS

En las fases iniciales de la insuficiencia renal, usted no necesita limitar la cantidad de líquido que bebe.
Sin embargo, a medida que su enfermedad empeore o cuando usted esté con diálisis, necesitará vigilar la
cantidad de líquido que tome.

Entre las sesiones de diálisis, el líquido se puede acumular en el cuerpo. Demasiado líquido llevará a
dificultad para respirar, una urgencia que necesita atención médica inmediata.

Su proveedor y la enfermera que realiza la diálisis le harán saber cuánto líquido debe tomar todos los
días. NO consuma demasiados alimentos que contengan mucha agua, como sopas, gelatina, paletas de
helado, helado, uvas, melones, lechuga, tomates y apio.

Use tazas o vasos más pequeños y entregue la taza después de haber terminado.

Las sugerencias para evitar estar sediento incluyen:


 Evite los alimentos salados.

 Congele un poco de jugo en una bandeja de cubos de hielo y consúmalo como un helado (usted
debe contabilizar estos cubos de hielo en su cantidad diaria de líquidos).

 Refrésquese en los días cálidos.

SAL O SODIO

La reducción del sodio en la alimentación le ayuda a controlar la hipertensión arterial. También le evita


estar sediento e impide que su cuerpo retenga líquido extra. Es probable que deba reducir el sodio en la
dieta.
Busque estas palabras en las etiquetas de los alimentos:

 Bajo en sodio

 Sin sal agregada

 Libre de sodio

 Reducido en sodio

 Sin sal

Verifique todas las etiquetas para ver cuánta sal o sodio contienen los alimentos por porción. Igualmente,
evite alimentos en donde la sal esté encabezando la lista de ingredientes. Busque productos con menos
de 100 mg de sal por porción.

NO use sal al cocinar y aleje el salero de la mesa. La mayoría de las hierbas son seguras y usted puede
usarlas para condimentar su alimento en lugar de la sal.

NO utilice sustitutos de la sal debido a que contienen potasio. Las personas con enfermedad renal
crónica también necesitan limitar la ingesta de potasio.

POTASIO

Los niveles sanguíneos normales de potasio ayudan a mantener constantes los latidos del corazón. Sin
embargo, se puede acumular demasiado potasio cuando los riñones ya no funcionan bien y se pueden
presentar ritmos cardíacos peligrosos, lo cual puede llevar a la muerte.

El potasio se encuentra en muchos grupos de alimentos, incluyendo las frutas y las verduras. Escoger el
producto correcto de cada grupo de alimentos puede ayudar a controlar los niveles de potasio.

Al comer frutas:

 Escoja melocotones, uvas, peras, cerezas, manzanas, moras, piña, ciruelas, mandarinas y sandía.
 Limite o evite las naranjas y su jugo, las nectarinas, los kiwis, las uvas pasas u otras frutas
deshidratadas, los bananos (plátanos), el cantalupo, el melón dulce y las ciruelas.

Al comer verduras:

 Escoja brócoli, repollo, zanahorias, coliflor, apio, pepino, berenjena, judías y habichuelas,
lechuga, cebolla, pimentones, berro, calabacín y calabaza amarilla.

 Limite o evite los espárragos, el aguacate, las papas (patatas), los tomates o la salsa de tomate,
el cidrayote, la ahuyama y la espinaca cocida.

HIERRO

Los pacientes con insuficiencia renal avanzada también tienen anemia y por lo regular necesitan hierro
extra.
Muchos alimentos contienen hierro extra (hígado, carne de res, carne de cerdo, pollo, frijoles lima y
porotos, cereales fortificados con hierro). Hable con su proveedor o nutricionista acerca de cuáles
alimentos con hierro puede comer debido a su insuficiencia renal.
BIBLIOGRAFIA
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002441.htm
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002442.htm
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