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La confirmación en 2’

La confirmació n es el 2º de los sacramentos de Iniciació n Cristiana( IC)


Como sabréis los sacramentos de la IC son 3: Bautismo Confirmació n y Eucaristía.
En la Iglesia cató lica, habitualmente en nuestras dió cesis españ olas, solo se reciben
en este orden cuando el que recibe la iniciació n cristiana es un adulto, y en la
vigilia pascual recibe estos sacramentos de mano del obispo. En otros continentes
la praxis varía.
En las iglesias ortodoxas, se reciben los 3 sacramentos en el mismo momento,
aunque se trate de un niñ o.
En la iglesia cató lica (al menos en los países tradicionalmente cató licos), por
motivos pastorales, se recibe tras la comunió n, y se le ha asignado, un poco
artificialmente, la funció n de ser en cierto modo un “segundo bautismo” o una
confirmació n voluntaria de ese bautismo que se recibió de niñ o, ahora ya con un
consentimiento má s maduro. En este sentido se mueve la praxis pastoral en
nuestras parroquias, aunque la teología vaya un poco por otro lado.

La realidad, al menos en la pastoral llevada en Españ a es que se ha vinculado tanto


la catequesis a los sacramentos, que nos ha venido bien tener un sacramento con el
que justificar las catequesis tras la infancia, pues nos resulta muy difícil conseguir
que los fieles participen en las catequesis, aun sabiéndose necesitados de
formació n, si no forma parte de la preparació n para algú n sacramento. Y tenemos
infinitud de bautizados cuya formació n intelectual llega hasta la universidad,
mientras que su formació n cristiana terminó a los 9 añ os, que por falta de
formació n, ven como ese “traje de la primera comunió n ya no les vale” y no tienen
una fe formada al nivel de sus otras capacidades, ni en muchas ocasiones, lo
suficientemente madura.

Si vamos al catecismo
(https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html) decida en la
secció n 2ª el capitulo 1º a los sacramentos de la iniciació n cristiana, y a la
confirmació n le dedica el artículo 2.
https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c1a2_sp.html

En el nº 1285 nos dice claramente que : la recepción de este sacramento es necesaria


para la plenitud de la gracia bautismal … el sacramento de la Confirmación los une
más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu
Santo

Los signos de la Confirmación

 La unción: Revestidos de Cristo


 La imposición de manos: Auxiliados por el Espíritu

La unció n se realiza con el oleo de los confirmandos, es consagrado en la misa


crismal (dentro de la semana santa) con este aceite se unge a los confirmandos. En
la Biblia encontramos mú ltiples ejemplos de unció n. El rito con el que hacemos a
alguien rey en occidente es la coronació n, mientras que en oriente es la unció n con
oleos perfumados. Así lo vemos por ejemplo en el Rey David, ungido por el profeta
Samuel.

CIC 1293: La unción, en el simbolismo bíblico y antiguo, posee numerosas


significaciones: el aceite es signo de abundancia y de alegría; purifica (unción antes y
después del baño) y da agilidad (la unción de los atletas y de los luchadores); es signo
de curación, pues suaviza las contusiones y las heridas y el ungido irradia belleza,
santidad y fuerza.

CIC 1295 y 1296: En la confirmación se recibe el sello del Espíritu Santo. El sello es la
“marca” con la que los dueños marcan a sus animales, sus soldados, etc. Este
sello del Espíritu Santo, marca la pertenencia total a Cristo, la puesta
a su servicio para siempre, pero indica también la promesa de la
protección divinaim

La imposició n de manos,  Tiene un significado profundo ese “tocar de Jesús”: es la


mano de Dios, visibilizada en la de Cristo, que sana, bendice, protege, comunica vida,
perdona, da seguridad. Ahora la Iglesia, con sus sacramentos, continúa esa acción de
Cristo con el mismo lenguaje de cercanía corporal.
También nos conecta con los apóstoles, de los cuales partió esta tradición, hasta llegar a
nuestros días de forma ininterrumpida.

Para ampliar:

 CIC nos 1315-1321.


 https://www.youtube.com/watch?v=AFqi11RyHCw
 http://www.evangelizacioncatolica.net/los-signos-sacramentales-de-la-
confirmacioacuten.html
 https://www.pinterest.com/pin/659918151623553919/
¿La confirmació n?

¿Qué es la confirmació n? La verdad es que cuando nos preguntan esto, a algunos


nos viene la idea de pentecostés con lo de las lenguas de fuego, pero la mayoría
tenemos una idea de que es como un “segundo bautismo” ¿no? Es una
“confirmació n” voluntaria de ese bautismo que recibió de niñ o y de esa primera
comunió n, ahora ya con un poco má s de formació n y un poco má s maduro.

Y esa podríamos decir que sería la realidad prá ctica, ya que en Españ a la
catequesis ha estado muy ligada a los sacramentos, y aunque siempre vayamos a
estar necesitados de formació n, ha venido muy bien necesitar “al menos” esa
formació n, porque al final tenemos a universitarios que son doctores en física
cuá ntica nuclear, pero que a nivel de formació n religiosa y espiritual siguen en el
“Jesú s es mi amigo” de la primera comunió n.

Pero si só lo fuese esta formació n y este “sí” lo que aportase, no sería un


sacramento, ya que esta formació n podríamos obtenerla haciendo un curso de
cristiandad por otro lado, sin necesidad de confirmarnos, ¿no?, entonces ¿en qué
consiste la confirmació n?

Para ello vamos a fijarnos en los signos “visibles” de la confirmació n: la unció n y la


imposició n de manos

Como sabemos, la unció n se realiza con el ó leo, pero en tanto que es un símbolo, en
nuestra cultura el uso del aceite ha perdido los mú ltiples significados que tiene,
aquí por ejemplo cuando se hace a alguien rey, se le corona, mientras que, en
oriente, se le unge con aceites perfumados.

Ademá s, el uso del ó leo tiene un significado muy profundo, y es que nos sella, nos
pone un cuñ o, que indica pertenencia, como cuando ponemos nuestro nombre en
nuestras cosas, del mismo modo aquí el Espíritu Santo está poniendo un sello
sobre nosotros que indica nuestra pertenencia total a Cristo y nuestra puesta a su
servicio para siempre, pero al mismo tiempo nos indica también la promesa de la
protecció n divina y de su fuerza para difundir y defender la fe.

Y por otro lado tenemos la imposició n de manos, que perpetú a la gracia de


pentecostés y que tiene ese significado profundo “tocar de Jesú s”: es la mano de
Dios, hecha carne en la mano de Cristo, representado por el obispo, que sana,
bendice, protege, comunica vida, perdona y nos da seguridad.

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