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Ernest Reig
Catedrático de Economía Aplicada
Universidad de Valencia
1
principales países europeos, empezaron a prestar una atención creciente a aquellos
descubrimientos que podían tener una aplicación práctica en la producción, dando paso
así a esfuerzos conscientes y sistemáticos orientados a la mejora de las tecnologías
existentes. La producción en masa de productos manufacturados y el surgimiento de una
nueva estructura de clases sociales, en la que los trabajadores asalariados ocupaban un
espacio cada vez mayor en términos cuantitativos, fueron las principales consecuencias
de todos estos cambios.
2
Cole,G.D.H. (1963) Introducción a la Historia Económica, 1750-1950. Fondo de Cultura Económica.
3
Nadal,J. (1975) El fracaso de la Revolución industrial en España, 1814-1913.Ariel, pp.226-227.
2
3
Los orígenes de la industrialización valenciana
A lo largo del siglo XVIII las condiciones sociales del campo valenciano, donde aún
pesaba la opresión feudal sobre las condiciones de vida del campesinado y prevalecían
condiciones de fuerte atraso técnico, habían impedido que se generaran importantes
excedentes agrarios disponibles para ser comercializados. Ello impidió que los
agricultores dispusieran de un volumen significativo de ingresos monetarios, y frenó así
la expansión del mercado regional para las manufacturas, que hubiera requerido de una
mayor capacidad de consumo por parte de la población rural. De este modo apareció
una producción manufacturera dispersa, con técnicas tradicionales, de carácter
protoindustrial e incapaz de despegar hacia horizontes más ambiciosos. En el Norte,
entorno a Morella y comarcas aledañas, existe en aquella época una producción de
hilados y tejidos, que combina la manufactura y la producción en bruto. En l’Horta de
València se concentra la producción sedera. En las comarcas de l’Alcoià, el Comtat y la
Vall d’Albaida predominan las manufacturas de lana y la producción de papel, mientras
en núcleos como Crevillente y Elche hay una dedicación a otro tipo de fibras, como el
esparto, el cáñamo y el lino. Alcoy es la única localidad que evoluciona tempranamente
hacia un sistema centralizado de producción fabril, y todavía a mediados del siglo XIX
las únicas fábricas, en la plena acepción de la palabra, se encuentran ubicadas en
Valencia, Alcoy, Morella, Segorbe, Enguera y Onteniente.
La sedería valenciana parecía poseer un brillante futuro a finales del siglo XVIII, con
nada menos que 3000 telares en funcionamiento y potentes instituciones gremiales. En
4
su recorrido científico por el Reino de Valencia el famoso ilustrado valenciano Antonio
José de Cavanilles no dejará de anotar en sus Observaciones sobre la Historia Natural,
Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia (1795-1797) el
espectáculo que ofrece la proliferación de moreras:
A partir de 1854, una epidemia del gusano de seda, la pebrina, encareció enormemente
la materia prima y provocó cambios drásticos en la sedería valenciana, al agudizar los
problemas estructurales que esta ya padecía. Los tejedores artesanos, los velluters, que
tanta importancia habían tenido en la Valencia dieciochesca, casi desaparecieron y la
mayoría de los telares supervivientes se concentraron en fábricas. Lyon y Barcelona se
impusieron en la competencia. Las hilaturas subsistieron, aunque con muchas menos
fábricas, y en el campo la morera experimentó una radical disminución, a favor de otros
cultivos, como los citrícolas, que iniciaron entonces su expansión por el regadío
valenciano. Se mantuvo sin embargo, y se prolongó ya entrado el siglo XX, un sector
industrial de tejidos de seda, reducido pero eficiente, especializado en tejidos suntuarios
de alta calidad del que aún subsisten algunas empresas destacadas en la actualidad.
La crisis de la sedería, el que pudo haber sido y no fue el sector motor de la industria
valenciana del siglo XIX, no creó un desierto industrial. Al contrario, las estadísticas
tributarias muestran que a finales del siglo XIX, el peso de las manufacturas
4
Martínez Gallego,F.A. (1995) Desarrollo y crecimiento. La industrialización valenciana 1834-1914.
Generalitat Valenciana. Consellería d’Indústria, Comerç i Turisme.
5
industriales de la región en el conjunto español es ya algo superior al que representa la
población valenciana sobre la española. Esto es algo que no ocurría cincuenta años
antes, y establece, aún de un modo poco preciso, un perfil de especialización industrial
que en la economía española de la época sólo poseen Cataluña y el País Vasco.
Algo más al Sur, a lo largo del Valle del Vinalopó, el excedente de población generado
por la expansión demográfica del siglo XVIII no podía encontrar por aquel entonces
ocupación suficiente en la agricultura comarcal, que ofrecía pobres rendimientos. La
consiguiente disponibilidad de mano de obra barata, y de materias primas, como el
esparto, había estimulado la artesanía local, orientada a la producción de esteras y
alpargatas. Existía además cierta especialización en actividades de transporte; arrieros
de Elche, Elda y otros lugares, llevaban a cabo un intenso tráfico entre la Meseta y la
costa mediterránea. El oficio de zapatero, - alpargatas de esparto o de cáñamo, zapatos
hechos con cuero procedente del ganado de las montañas de Alcoy – y el de cordelero
eran ya bastante frecuentes en la zona en el siglo XVIII. La evolución desde la artesanía
de la alpargata a la industria del calzado se fue dando a lo largo del último tercio del
siglo XIX, y solían ser pequeños propietarios agrícolas o comerciantes-transportistas
que conocían bien el mercado, localizado principalmente en Madrid y Andalucía,
6
quienes avanzaban los pequeños capitales necesarios para comprar la materia prima y
contratar a los artesanos del zapato. La manufactura fue desarrollándose y
concentrándose en talleres, a favor de ciertos avances técnicos, como la introducción de
la máquina de coser ‘Singer’ en 1875, el telar mecánico para lonas y la máquina para
cortar la suela. En Elche, que había visto hundirse a partir de 1858 la fabricación de
sacos y cordeles de cáñamo, al pasar a importarse yute procedente de la India, los
dueños de los telares se plantearon pasar a fabricar trenza para alpargatas, y en 1883, las
fábricas empleaban ya a 760 trabajadores. En Elda uno de los pioneros de la fabricación
de calzado fino es Rafael Romero que consigue ganar una medalla en la exposición de
calzado de París en 1902 y acaba siendo proveedor de la Casa Real5.
Las nuevas empresas van proliferando en un número cada vez más variado de
industrias. Poco antes de 1850 arrancan las fundiciones industriales de hierro, que
encuentran un negocio incipiente en la fabricación de norias para el riego y pozos
artesianos. En Valencia, la Primitiva Valenciana, propiedad de un antiguo oficial de
cerrajería, Valero Cases, fabrica en la década de los años setenta norias, prensas para
vino y aceite y para pastas alimenticias, así como máquinas de vapor. En 1884 de la
empresa de su hijo y sucesor saldrá la primera locomotora fabricada en España. De sus
talleres surgirán también los creadores de otras empresas del sector, como La
Maquinista Valenciana, que fabrica estructuras metálicas, ruedas hidráulicas y
máquinas de vapor6. En 1891, Miguel Devis y José Noguera fundan asimismo en
Valencia unos talleres especializados en calderería gruesa, que serán el origen de los
famosos Talleres Devis, toda una institución en la historia industrial valenciana. Algo
más al Norte, en Alcora, la antigua fábrica de loza fina del Conde de Aranda languidece
y acaba cerrando en la segunda mitad del siglo, pero no antes de haber servido de
escuela de formación de mano de obra especializada que luego trasladará sus
conocimientos a Onda y Manises. Esta última localidad cuenta en 1896 nada menos que
5
Bernabé,J.Mª (1975) Indústria i subdesenvolupament al País Valencià. El calçat a la Vall del Vinalopó.
Editorial Moll.
6
Martínez Gallego,F.A. (1995) Opus cit.
7
con 36 fábricas de loza ordinaria, y en el triángulo Alcora-Castellón-Onda crece con
fuerza la producción de azulejos. Por lo que se refiere a la industria de la alimentación,
desde los años sesenta proliferan los molinos de arroz, y aparecen ya sociedades
dedicadas a la fabricación de aguardientes en la Vall d’Albaida, así como las primeras
fábricas de gaseosas y cervezas. Más tarde comienzan a elaborarse industrialmente
pastas alimenticias en la ciudad de Valencia. En Ibi la tradicional actividad de manejo
de la nieve compactada da paso a la heladería. En 1863 arranca la primera fábrica de
hielo artificial en la ciudad de Valencia, y en 1907 habrá ya siete fábricas de esta
especialidad. La química no se queda atrás, en el último cuarto del siglo la importación
por parte de empresarios valencianos de guano procedente de Sudamérica da paso a la
producción local de superfosfatos, con lo que se pretende atender la creciente demanda
de una agricultura intensiva, que se moderniza para atender a través de la exportación
las demandas del mercado europeo.
7
Los datos pueden consultarse en el primer volumen de las Estadísticas históricas de España. Siglos XIX-
XX coordinado por Albert Carreras y Xavier Tafunell y publicado por la Fundación BBVA en 2005 (2ª
Edición). La comparación excluye el País Vasco y Navarra del total de España, por razones de falta de
disponibilidad de información en la fuente de base.
8
hilo conductor que lo conecta con las transformaciones que tuvieron lugar en el último
tercio del siglo XIX y en la primera década del XX8.
Entre los grandes proyectos que surgen al calor del auge económico se encuentra,
además de la siderurgia saguntina, la empresa Unión Naval de Levante, que surge como
resultado de un acuerdo entre Talleres Gómez, creada en 1878 y especializada en la
construcción y reparación de máquinas, y la Compañía Transmediterránea, nacida en
1917 de la fusión de varias compañías de navegación. La nueva empresa se constituye
formalmente en 1924 e integra diversas fábricas y astilleros de Valencia, Tarragona y
8
Como ya señaló hace años el profesor Ernest Lluch en su obra La via valenciana (1976): “el ‘fil
industrial’ s’allarga sempre. Quan sembla que no hi ha antecedents una ximple recerca els demostra” y
pone como ejemplo el turrón de Jijona, el juguete de Ibi, o los muebles de Aldaya. (p.158, 2ª edición,
Editorial Afers).
9
Soler, V. (1984) Guerra i expansió industrial: País Valencià (1914-1923). Institució Alfons el
Magnànim. Diputació Provincial de València.
9
Barcelona. Es también digna de mención la creación en 1917 de la Compañía
Valenciana de Cementos Pórtland, que arranca con la adquisición de una fábrica de
cemento natural en Buñol, que después es modificada y ampliada. Debe citarse también,
ya que constituye un hecho económico de gran trascendencia para el futuro, la creación
en 1917 de la Feria de Muestras Internacional de Valencia, que servirá como
instrumento institucional para potenciar la actividad exportadora de los diversos
sectores de la industria valenciana.
Por su parte, la industria del calzado se beneficia de una demanda en rápido aumento
durante los años de guerra, principalmente por los pedidos del ejército francés. También
durante la Primera Guerra Mundial llegan las máquinas de una gran empresa
norteamericana, la United Shoe Co., a las ciudades valencianas del calzado, y su alquiler
permite a los fabricantes mecanizar el proceso de montaje y organizar las primeras
grandes fábricas, que se desarrollarán plenamente en los años veinte. La exportación
dará, aunque transitoriamente, un gran salto adelante: de los 50.000 pares de zapatos
exportados de media en los años anteriores, se pasará a los 450.000 pares en 1915. En el
caso del textil, también la demanda del ejército francés permite un rápido aumento de
los beneficios empresariales mientras dura la guerra, y posteriormente la guerra de
Marruecos permitirá un respiro ante la brusca caída de la demanda externa. Sin
embargo, a la altura de 1923 el sector entra ya en una crisis profunda, al no haber
aprovechado el período de grandes beneficios para llevar a cabo una renovación técnica
de importancia.
En 1931, la llegada de la República coincide con los primeros embates de una crisis
económica que afectará tanto a Europa como a los Estados Unidos, provocando una
importante contracción del comercio internacional. La economía valenciana resistió las
dificultades del momento de un modo relativamente aceptable, por dos razones básicas.
La primera de ellas es que el fuerte proceso de depreciación de la peseta desde 1928 a
10
1933 permitió mantener el flujo de exportaciones de naranjas, con todo lo que ello
implicaba para el mantenimiento de los ingresos de una parte sustancial de la población
y para el conjunto de actividades económicas -, madera, abonos, transporte, papel – que
dependían de la exportación naranjera como proveedoras. Las cosas cambiaron a partir
de 1934, cuando la coincidencia de unas malas condiciones climatológicas y de mayores
barreras proteccionistas en el Reino Unido, provocó descensos importantes en los
ingresos obtenidos por los citricultores, lo que en las circunstancias de la época
representaba un duro golpe para la capacidad de consumo del mercado regional10. El
segundo factor que contribuyó a aliviar los efectos de la mala coyuntura general fue la
elevación de la capacidad de compra por parte de la clase trabajadora, a raíz de la
política de mejoras salariales emprendida por los primeros Gobiernos de la República.
Buena parte de la industria valenciana, orientada a la fabricación de productos
manufacturados de consumo, se benefició de estas circunstancias favorables desde el
lado de la demanda, aunque hubiera de encarar un alza de costes y una reducción en los
beneficios empresariales.
Los años treinta fueron mucho más negativos para las empresas ubicadas en las
industrias básicas. En parte por la caída general de la inversión privada que se registró
en este período y que afectó de manera principal a las industrias productoras de bienes
de equipo o productos intermedios. Y en menor medida también por la voluntad de los
gobiernos republicanos de corregir los elevados déficits presupuestarios heredados del
régimen anterior, con una política de austeridad en el gasto público que intentaba
aplicarse en un momento muy poco propicio, al estar marcado por la debilidad de la
coyuntura económica, y que afectaba de un modo singular a las grandes empresas
vinculadas a la contratación de obra pública. Así la Unión Naval de Levante y la
Siderúrgica del Mediterráneo atravesaron por una grave recesión. La producción y el
empleo disminuyeron drásticamente, en especial en la planta siderúrgica saguntina.
10
Palafox,J. (1996) “Expansión de las exportaciones, crecimiento, diversificación industrial e
industrialización” en J.Azagra,E.Mateu y J.Vidal (Editores) De la sociedad tradicional a la economía
moderna. Estudios de Historia Valenciana Contemporánea. . Instituto de Cultura Juan Gil-Albert.
Diputación Provincial de Alicante.
11
Santacreu,J.M. (1992) L’economia valenciana durant la guerra civil. Edicions Alfons el
Magnànim.Institució Valenciana d’Estudis i Investigació.
11
El fin de la guerra civil abrió paso a una etapa marcada por el aislacionismo político y
económico. El período que transcurre entre 1939 y el Plan de Estabilización del verano
de 1959 representó en el plano económico la implantación en España de un modelo de
industrialización basado en una intensa intervención y regulación por parte del
Gobierno, con altas barreras comerciales que cerraron el mercado interno a la
competencia exterior. Las escasas divisas que las exportaciones permitían ingresar se
racionaban con criterios poco transparentes, muchas veces en función de la proximidad
de quienes las solicitaban a los detentadores del poder político, o se empleaban para
satisfacer los ambiciosos, y frecuentemente poco realistas, planes del Instituto Nacional
de Industria (INI). El crecimiento de la producción responde en estos años al esquema
conocido como ‘industrialización por sustitución de importaciones’, lo que impuso un
sesgo fuertemente contrario a la exportación al conjunto de la actividad económica. Este
‘cierre’ de la economía española, que se ve restringida a sus recursos propios y a su
mercado interno, es lo que caracteriza en mayor medida esta etapa de dos décadas
conocida como ‘la autarquía’. Se trataba en definitiva de un modelo económico de
escasa viabilidad a largo plazo. En las fases iniciales, mientras sólo se pretendía la
sustitución de importaciones por producción interna en las industrias de bienes de
consumo, en las que la dimensión óptima de la empresa era relativamente reducida, la
producción nacional pudo expandirse sin excesivas dificultades, aún con costes
elevados. Más adelante, cuando la sustitución debió afectar a las industrias que
fabricaban bienes de equipo o bienes intermedios (energía, acero, química básica) las
nuevas unidades productivas que se crearon al amparo de la protección oficial nacieron
exclusivamente orientadas al mercado interno, con lo que incurrieron en escalas de
producción antieconómicas por lo limitadas. Con ello la autarquía sentó las bases de una
estructura industrial con profundas carencias y tecnológicamente atrasada, en que las
empresas de mayor dimensión de la industria básica eran generalmente las peor
preparadas para competir en el mercado internacional, hecho que se pondría
repetidamente de relieve en las décadas posteriores.
La producción industrial española se mantuvo a lo largo de los años cuarenta por debajo
de los niveles ya alcanzados en 1929 y solamente ya iniciada la década siguiente pudo
comenzar a superarlos. Para la industria valenciana los años cuarenta y cincuenta fueron
muy difíciles. En primer lugar ello se debió a la fuerte contracción de los mercados de
consumo que siguió al fin de la guerra. No solamente la destrucción material y las
dificultades de abastecimiento de materias primas y de energía frenaron la recuperación
de la economía, sino que la continua pérdida de poder adquisitivo de los salarios limitó
enormemente la expansión del mercado. En segundo lugar, las ventas al exterior fueron
perdiendo atractivo, a medida que el tipo de cambio de la peseta se hacía más y más
irreal, al mantenerse fijo en un contexto altamente inflacionista que hubiera aconsejado
una importante devaluación. Además, la alta inflación y la dificultad para encontrar
rentabilidad a las inversiones dirigidas a promover la ampliación de la capacidad
productiva orientaron el ahorro de los sectores pudientes de la población hacia la
propiedad rústica y urbana, o la adquisición de bienes suntuarios, en detrimento de la
inversión industrial. El I Congreso Económico Sindical de la Industria Valenciana,
celebrado en 1951 recogerá en sus ponencias algunos de los problemas básicos del
momento: tendencia del ahorro agrícola hacia la inversión rústica, dificultades para la
12
renovación del utillaje industrial derivadas del total control estatal sobre las divisas que
se necesitan para la importación de maquinaria, y falta de crédito a largo plazo12.
Como muestra de la atonía existente en los años más oscuros de la autarquía, baste tener
presente que desde 1948 y hasta 1952, nunca se constituyeron anualmente más de 25
sociedades anónimas en todo el País Valenciano, mientras que una vez superada esta
etapa, solamente en 1965 se constituyeron 208. El capital, a precios constantes,
representado por las sociedades constituidas en 1965 fue trece veces superior al de las
constituidas en 1950.
12
Martínez Serrano,J.A., Reig,E., Soler,V. (1978) Evolución de la Economía Valenciana. Monografías
del Centenario, 1878-1978. Caja de Ahorros de Valencia.
13
Martín,P., Comín,F. (1990) “La acción regional del Instituto Nacional de Industria” en J.Nadal y
A.Carreras (Dir.) Pautas regionales de la industrialización española: siglos XIX y XX .Editorial Ariel.
14
Fabra,M.A. (2000) El País Valencià (1939-1959): autarquía i industrialització. Publicacions de la
Universitat de València.
13
exportaciones dejaran de ser un mero recurso de urgencia en momentos de falta de
demanda interna. Fue entonces cuando los elementos más lúcidos de los equipos
económicos del franquismo buscaron el apoyo de expertos del Banco de España y de
instituciones internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico y el Fondo Monetario Internacional para imponer un cambio de rumbo.
14
adquirido una mayor especialización en la industria de la confección, en la joyería y en
la fabricación de material ferroviario. La continuidad en el tipo de industrias que
caracterizaban la estructura productiva valenciana era en cualquier caso bastante
sustancial entre ambos momentos del tiempo, particularmente en el caso de la
fabricación de muebles de diverso tipo (mimbre y junco, madera) y sus accesorios e
industrias auxiliares, y en el calzado, incluyendo el de caucho, y sus industrias
complementarias. Se había elevado incluso la especialización de la industria valenciana
en el sector de la cerámica y en ciertas ramas de la industria de la alimentación
(chocolates y turrones). Todo ello viene a indicar que la oleada de prosperidad que
recorrió la economía española desde el Plan de Estabilización hasta el comienzo de la
crisis energética, a mediados de los años setenta, no alteró algunas de las características
básicas de la industria valenciana preexistente, tales como la orientación hacia las
manufacturas de bienes de consumo, y mantuvo el predominio de un tipo de actividades
que hoy calificaríamos de ‘maduras’, aunque a comienzos de la década de los sesenta
dispusieran aún de un recorrido sustancial al alza. Las nuevas facilidades para disponer
de crédito y de materias primas, la fuerte mejora en los niveles de consumo de la
población, y la disponibilidad de una mano de obra abundante y barata, contribuyeron a
impulsar un fuerte despegue de la inversión, que modernizó y transformó
espectacularmente la estructura industrial valenciana, aunque sin alterar sus rasgos
básicos en cuanto a la especialización productiva y la localización espacial.
Junto a la continuidad en aquellas actividades que habían estado presentes desde mucho
tiempo antes, también fueron apareciendo algunos grandes proyectos, en ocasiones de la
15
mano de firmas multinacionales. A finales de 1972 la empresa FORD presentó
formalmente su proyecto de construcción de una planta capaz de producir 240.000
automóviles, y en 1976 la factoría de Almussafes comenzaba a operar. IBM se instaló en
la Pobla de Vallbona, aunque años más tarde deslocalizaría su producción, y en
Castellón se consolidó un importante polo de industria petroquímica. La presencia de
estas empresas, especialmente en el caso de la FORD, ha ejercido desde entonces un
papel importante sobre el tejido industrial autóctono. La presión competitiva sobre los
niveles de calidad y la modernización de las pautas de organización del trabajo de las
empresas autóctonas, como requisito imprescindible a efectos de poder convertirse en
proveedores estables de alguna de estas multinacionales, ha constituido un acicate
poderoso para la modernización y ampliación de la industria auxiliar.
En el plano territorial, uno de los rasgos que mejor caracterizan el modelo valenciano de
industrialización es su carácter multipolar. En lugar de contar con un potente foco
inicial, altamente concentrado, a partir del cual irradia posteriormente la actividad
industrial, en el País Valenciano la industria conoce desde un principio una amplia
difusión territorial, que aún pervive en el presente (ver Mapa 1).
16
Mapa 1. Localización de la industria en la Comunidad Valenciana según
facturación total de las empresas manufactureras. 2004
Por citar solamente un caso, el desarrollo de la industria del juguete en Ibi y Onil
en los años sesenta y setenta es inexplicable sin contar con las ventajas competitivas que
la comarca había ido generando, ya que la fabricación de juguetes constituye un buen
modelo de interconexión de elementos procedentes de industrias diversas: talleres de
17
matricería, talleres de inyección de plásticos, fábricas de engranajes para mecanismos,
especialistas en diseño industrial. Muchas veces estas actividades formaban parte
inicialmente de las secciones de una misma fábrica, pero a medida que aumentaba la
complejidad de la fabricación fueron dando lugar, a través de un proceso de división de
funciones, a nuevas empresas independientes. La dependencia de las fábricas de
juguetes respecto a todo este entramado de talleres, en ocasiones familiares y
emplazados en domicilios particulares, es una de las razones principales que explican la
fuerte concentración en un número limitado de localidades de las empresas jugueteras
valencianas.
Los años sesenta y la primera mitad de los setenta transformaron el paisaje económico
valenciano: en 1978, la dimensión de la producción industrial valenciana era ya muy
superior a la existente a comienzos de los años sesenta, aproximadamente tres veces y
media mayor en términos reales. Inmediatamente a continuación llegó la transición
política. La nueva Constitución democrática española abrió el camino para la
recuperación de las instituciones históricas de autogobierno de los valencianos y amplió
con ello considerablemente las posibilidades de actuación en materia de política
industrial, al permitir una mejor identificación de las necesidades específicas de la
Comunidad Autónoma Valenciana y una respuesta descentralizada a estas necesidades.
La coincidencia de una geografía industrial en que el empleo se encontraba fuertemente
vinculado a escala local a sectores particulares, y la necesidad de reforzar los sistemas
de innovación productiva de las pequeñas y medianas empresas ante una competencia
externa que se iba a incrementar con el acceso de España a la Unión Europea, llevó a los
primeros gobiernos de la Generalitat Valenciana a emprender en los años ochenta una
política industrial adaptada a los rasgos propios del tejido industrial autóctono, cuyas
líneas básicas se han mantenido posteriormente. Así en 1984 se crea el Instituto para la
Mediana y Pequeña Industria Valenciana (IMPIVA), con la idea de prestar apoyo a las
empresas para adaptarse a los cambios tecnológicos y comerciales, ofrecerles servicios
y promover iniciativas de cooperación entre ellas. A través del IMPIVA se puso en
18
marcha una red de Institutos Tecnológicos, y se crearon también los Centros Europeos
de Empresas e Innovación para apoyar los primeros pasos de empresas innovadoras.
Cada Instituto Tecnológico se orientó a las necesidades de un sector industrial en
particular (calzado, mueble, cerámica, textil, industria alimentaria, biomecánica etc.) y
se constituyó como una asociación de empresas del propio sector. En la actualidad se
estima que alrededor del 70% de las empresas asociadas cuenta con menos de 50
trabajadores, y que el número total supera las seis mil. De este modo pudo disponerse de
un conjunto de instituciones, dotadas de personal especializado, organizadas en red y
preparadas para prestar servicios a las pequeñas y medianas empresas industriales
valencianas, configurando un verdadero modelo valenciano de política industrial16.
La transformación experimentada por la economía valenciana durante los años que van
desde el Plan de Estabilización de 1959 hasta la crisis energética de la segunda mitad de
los años setenta fue muy profunda, como ya se ha señalado, y el despegue industrial
constituyó el motor fundamental de esta transformación. Entre 1960 y 1973 la
producción industrial creció a una tasa anual acumulativa del 10%, generando empleo a
una tasa del 3,7% anual. El intenso proceso inversor permitió modernizar las viejas
estructuras fabriles, lo que se tradujo en un ritmo extraordinario de aumento de la
productividad, que alcanzó el 6,6% anual. El alto ritmo de crecimiento de la demanda
dio lugar a una ola expansiva de creación de nuevas empresas, operando en una gama de
sectores cada vez más variada. Entre ellas surgieron también muchos establecimientos
marginales, que serían los primeros en desaparecer al iniciarse la crisis de los años
setenta.
19
Gráfico 1. Evolución del empleo del sector industrial en la Comunidad
Valenciana. 1964-2006. Miles de ocupados
500
450
400
350
300
250
200
4 69 1973 1977 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006
196 19
La mayor parte de las pérdidas de empleo y del cierre de empresas fueron el fruto, en el
caso valenciano, de ajustes espontáneos llevados a cabo en condiciones puramente de
mercado, pero también hubo algunas operaciones individuales de reconversión
industrial de gran relieve, con participación de los poderes públicos e intensas
negociaciones sindicales. El más importante afectó a la siderurgia saguntina, donde se
llevó a cabo el cierre de los Altos Hornos y se abandonaron los planes de constituir una
gran siderurgia integral. Para hacer frente a los efectos sobre el empleo local de estas
decisiones, la Generalitat Valenciana y la Administración Central crearon la Comisión
de Promoción Económica de Sagunto y la zona afectada fue declarada Área de
Preferente Localización Industrial. Como resultado de esta iniciativa entre 1984 y 1986
se instalaron en la zona de Sagunto 28 empresas que generaron 1.167 puestos de
trabajo, de los cuales 655 fueron recolocaciones de trabajadores que habían quedado
excedentes. La mayoría de estas nuevas empresas eran de pequeña dimensión, con
excepción de Sivesa ,- vidrio -, y Enfersa, - fertilizantes -, y pertenecían a los sectores
de la metalurgia, química y construcción.
A lo largo de los años de crisis, la pérdida de empleo industrial fue más intensa a nivel
valenciano que para el conjunto de España, debido al mayor peso en la estructura
industrial valenciana de algunos de los sectores de la industria manufacturera que se
vieron más severamente afectados, como la industria de la madera y del mueble, el
cuero y calzado, y el juguete. Las empresas respondieron a la elevación de los costes
relativos del trabajo y la energía promoviendo planes de reestructuración de sus
procesos productivos tendentes a ahorrar estos factores de producción. Se recurrió
también a la descentralización de los procesos productivos, en ocasiones mediante el
20
recurso a la denominada economía sumergida que acabó adquiriendo una gran
importancia, principalmente en las comarcas del sur de la región.
21
Cuadro 1. Estructura de la producción en la Comunidad Valenciana. 1959, 1975 y
2006
Porcentajes sobre el VAB total
* Para 2006 los datos provienen de la Contabilidad Regional de España. Base 2000 (INE)
Fuente: Renta Nacional de España y su Distribución Provincial. Serie homogénea 1955-1993 y Avance 1994-
1997. Fundación BBV+DPRN 1995
* Para 2004 los datos provienen de la Contabilidad Regional de España. Base 2000 (INE)
Fuente: Renta Nacional de España y su Distribución Provincial. Serie homogénea 1955-1993 y Avance 1994-
1997. Fundación BBV+DPRN 1995
22
Gráfico 2. Evolución del capital privado productivo por grandes sectores en
la Comunidad Valenciana. 1964-2000.Estructura porcentual
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
4 66 1968 1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000
196 19
Fuente: FBBVA-Ivie
23
Diversos economistas e historiadores de la economía han puesto de relieve que la
globalización económica no es un fenómeno estrictamente nuevo. El grado de
integración económica internacional alcanzado a finales de la época victoriana era muy
elevado, tanto en el terreno financiero, con el patrón oro y Londres como principal
centro de las finanzas mundiales, como en el terreno comercial – proliferación de
tratados de libre comercio -, mientras que tenía lugar el desplazamiento de millones de
europeos en búsqueda de nuevos horizontes laborales, - colonización de los grandes
espacios del Oeste de los EEUU, Argentina, Australia y otros países -. Posteriormente,
desde la Gran Depresión que siguió a 1929 hasta finales de la década de los cincuenta
del siglo pasado, la economía mundial asistió a un repliegue sobre sí mismas de las
grandes potencias industriales. Sin embargo, a lo largo del último medio siglo es el
nacionalismo económico el que ha estado retrocediendo, primero con lentitud, y en
forma acelerada en las dos últimas décadas, de modo que hoy en día la globalización
comercial es más amplia y profunda que hace un siglo.
Son varias las razones que avalan la afirmación anterior17. En primer lugar, el
peso del intercambio internacional de mercancías sobre el valor de la producción de los
bienes comercializables, como son la mayoría de los productos de la agricultura, la
minería y la industria, es mucho mayor. De hecho, en la actualidad los mercados de
materias primas, de energía y de mercancías agrícolas básicas, como los cereales, están
organizados a escala mundial. En segundo lugar, se está produciendo una gran
expansión del comercio de servicios, y la presión para asegurar la apertura de los
mercados de servicios y dotarlos de reglas jurídicamente seguras está creciendo, tanto
en el interior del Mercado Único europeo, como a escala internacional, en el seno de la
Organización Mundial de Comercio. En la economía norteamericana, que es la que ha
llevado más lejos la internacionalización de sus actividades económicas entre los
grandes países industriales, además de los ingresos obtenidos por servicios derivados de
la propiedad intelectual, las ramas de la exportación de servicios que crecen con mayor
rapidez son las relacionadas con la educación, las finanzas y seguros, las
telecomunicaciones, y los servicios profesionales y técnicos, lo cual representa una
novedad relevante respecto a la composición de las exportaciones que era habitual a
finales del siglo XIX, en el contexto de la globalización antigua. Finalmente un tercer
rasgo distintivo de la globalización actual de las corrientes comerciales es el papel
creciente de las grandes corporaciones multinacionales en el comercio internacional.
Mientras en el mundo anterior a la Gran Guerra la mayor parte de los flujos
internacionales de capital eran inversiones de cartera, o inversiones no relacionadas
directamente con la producción, en la actualidad las multinacionales juegan un papel
muy destacado en lo que atañe a la diseminación internacional de plantas de producción,
el comercio intraempresa y el aprovechamiento de las ventajas comparativas que ofrece
cada localización para cada una de las distintas fases del proceso de producción.
17
Bordo,M.D., Eichengreen,B., Irwin,D.A. (1999) “Is globalization today really different than
globalization a hundred years ago?” NBER Working Paper Series, 7195. National Bureau of Economic
Research, Cambridge (USA).
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gustos y demandas de los consumidores del país. Las multinacionales, casi inexistentes
hace un siglo, se encuentran hoy en día bien preparadas para adquirir y procesar
información de mercados muy diversos y reaccionar en consecuencia.
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alberga alrededor de las dos terceras partes de la producción, que se orienta
preferentemente a la fabricación de calzado de cuero, que representa también el grueso
de la exportación, siendo los mercados más importantes los de Estados Unidos, Francia,
Alemania y el Reino Unido.
En los últimos años la industria valenciana del calzado está desarrollando una
mayor especialización, para poder dar respuesta a un mercado que se encuentra
crecientemente segmentado. Paralelamente se han adoptado nuevas tecnologías en el
diseño y en el corte, y las empresas han desarrollado redes de subcontratación y han
iniciado procesos de deslocalización hacia países en desarrollo de Asia y Norte de
África, al objeto de reducir sus costes salariales. Son bastantes las empresas que hoy en
día complementan su gama de productos con calzado de importación para las variedades
más baratas.
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comportamientos innovadores en materia de procesos industriales, y para dotarse de una
base tecnológica avanzada, constituye uno de los elementos débiles del sector, situación
que puede generalizarse a la mayor parte de la estructura industrial de la Comunidad
Valenciana.
19
Este y los demás datos de este apartado proceden de Informe 2005 del Alto Consejo Consultivo en I+D
de la Presidencia de la Generalitat Valenciana sobre el estado de la investigación, el desarrollo y la
tecnología en la Comunidad Valenciana. Resumen ejecutivo y recomendaciones. Presidencia de la
Generalitat. Fundación Premios Rey Jaime I.
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Cuadro 3. Estructura sectorial de la industria. Comunidad Valenciana
Porcentajes sobre el valor añadido
2005
Total industria 100,0
Alimentación, bebidas y tabaco 13,3
Industria textil 5,3
Confección de prendas de vestir 1,0
Curtido y articulos en cuero 0,6
Calzado 3,8
Madera 3,5
Papel y cartón 3,3
Artes gráficas y edición 2,8
Química 7,1
Caucho y plástico 5,0
Vidrio 1,3
Productos cerámicos 0,8
Azulejos 11,2
Materiales de construcción 5,6
Otros productos minerales no metálicos 3,5
Siderometalurgia 2,1
Productos metálicos 7,0
Maquinaria y equipo mecánico 4,7
Equipo informático e instrumentos de precisión 1,1
Material eléctrico y electrónico 1,9
Automóviles y componentes 7,2
Otro material de transporte 0,5
Muebles 5,6
Manufacturas diversas (*) 1,8
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Cuadro 4. Clasificación según tecnología de los sectores industriales de cara a la
exportación. Comunidad Valenciana
Porcentajes sobre el total de exportaciones
* Datos provisionales
Fuente:Informe 2005 del Alto Consejo Consultivo en I+D de la Presidencia de la Generalitat Valenciana
sobre el estado de la investigación, el desarrollo y la tecnología en la Comunidad Valenciana
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productos metálicos (excepto maquinaria y equipo), cuando la comparación se establece
con las cifras medias españolas.
Comunidad
España UE_RD OCDE_RD2
Valenciana
2000 1999 1999
2003 (*)
TOTAL INDUSTRIA (**) 1,85 5,68 7,24 0,78
Alimentación, bebidas y tabaco 0,58 0,94 1,13 0,27
Textiles, vestido, pieles y cuero 1,01 0,65 0,83 0,01
Madera, papel, impresión y edición 0,33 0,4 0,97 0,11
Industria química 4,27 12,94 12,95 3,94
Caucho y plástico 1 2,56 2,71 1,11
Otros productos minerales no metálicos 0,65 1,25 1,91 0,44
Metalurgia y productos metálicos, excepto
maquinaria y equipo 0,62 1,17 1,61 0,63
Maquinaria y equipo mecánico 2,46 4,87 5,77 2,25
Equipo eléctrico, electrónico y óptico 6,55 12,77 17,89 3,04
Fabricación de material de transporte 3,66 15,5 15,57 0,77
Industrias manufactureras diversas 0,57 0,94 1,28 0,52
En definitiva, lo que los datos ponen de relieve, es que para mejorar la capacidad
competitiva de la industria valenciana, no sólo se requiere un esfuerzo tendente a elevar
los niveles tecnológicos de la empresa media de los sectores más consolidados o
tradicionales, sino también una política de diversificación del tejido industrial que de
lugar a una mayor presencia de actividades con mayor base tecnológica.
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Cuadro 6. Saldo creación/desaparición de empresas por sectores de actividad económica.
Comunidad Valenciana
* Agricultura excluida
Fuente: DIRCE (INE)
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En consecuencia, y contrariamente a algunas intuiciones precipitadas, cualquier
escenario de futuro de la economía valenciana que aspire a converger en niveles de vida
con otras economías más desarrolladas incluye un sector industrial. Será un sector que
ocupará un peso relativo en el conjunto de la economía, particularmente en términos de
empleo, menor que el actual. Constará de empresas que deberán estar dispuestas a
aprovechar los diferenciales de costes que unas u otras localizaciones puedan ofrecerles
para determinadas fases de sus procesos de producción. Un sector más orientado a la
innovación y más internacionalizado, que deberá contar con unidades productivas de
mayor dimensión y más profesionalizadas que las actuales, con una mayor proporción
de titulados universitarios en su plantilla, y capaz de desarrollar estrategias de
especialización flexible. Este sector industrial se seguirá enfrentando a una competencia
creciente, ya que todo apunta a que el abaratamiento de los costes de transporte de
mercancías, las facilidades de transmisión de información y la tendencia, aparentemente
irreversible, a la liberalización del comercio internacional continuarán profundizando en
la dirección de una mayor globalización económica. Pero, como la historia que
acabamos de recorrer nos ha mostrado, ha sido precisamente en los momentos de mayor
apertura comercial y más intensa integración económica internacional, cuando las
empresas industriales valencianas han hecho mayores progresos, superando dificultades
que parecían insalvables. Así ocurrió en los primeros años sesenta, cuando hubo que
abandonar un régimen de economía autárquica, y en la segunda mitad de los ochenta,
cuando hubo que hacer frente a la integración en el Mercado Único Europeo. Nada
permite pensar que los nuevos desafíos no puedan ser afrontados con el mismo espíritu
de superación y con las mismas posibilidades de éxito.
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