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Tema 10
Tema 10
Concepto de familia
La familia es una realidad o institución social, cultural, ¿natural? y jurídica. Es un
tópico hablar de la crisis de la familia; lo cierto es que está cambiando en la actualidad,
mas si se piensa bien, ¿cuándo ha dejado de cambiar?
Dos notas caracterizan a la familia: desinstitucionalización y privatización. Por un lado,
la disolubilidad por divorcio del vínculo matrimonial implica la crisis de la familia
matrimonial; por otro existen pluralidad de modelos de convivencia, de modelos
familiares. Más que de familia en singular, habría que hablar de familias en plural
Causas de la crisis de la familia:
- aumento del divorcio lo que implica el aumento de familias monoparentales (un solo
progenitor más los hijos);
- aumento del trabajo de las mujeres fuera del hogar;
- el matrimonio deja de ser considerado como la única vía de constituir la familia;
- técnicas de reproducción asistida;
- parejas de hecho y matrimonios homosexuales ya no son considerado algo en sí ilícito
o inmoral (fases: tolerancia, admisión, regulación legal).
No existe un concepto único e intemporal de la familia: es una realidad cultural que, en
unas formas u otras, siempre ha existido históricamente y que también en unas formas u
otras continuará existiendo.
Las Leyes (Código Civil, Constitución) no definen la familia aunque sí aluden a ella a
efectos tales como: sucesión intestada (son herederos intestados los parientes
consanguineos sin limitación de grado y los colaterales hasta el cuarto grado); legítima
(son legitimarios los ascendientes, descendientes y el cónyuge); alimentos
(ascendientes, descendientes, cónyuges y hermanos), etc.
La familia se puede concebir como:
- progenie común, conjunto de personas unidas por el hecho de tener un ascendiente
común;
- y también como comunidad doméstica, grupo de personas que conviven bajo un
mismo techo y tienen un destino en parte común.
Tipos de familia:
- familia extensa o linaje, personas ligadas entre sí por vínculo de parentesco;
- familia en sentido estricto o familia nuclear, la compuesta por marido y mujer con su
prole o hijos. Constituye un problema interpretativo precisar si cuando un texto legal
alude a la familia a cuál de ellas se refiere: en general, las leyes se suelen referir a la
llamada familia nuclear, pero no en todo caso. En este sentido, la alusión que hace el art.
39 CE (“Los poderes públicos asegurarán la protección social, económica y jurídica de
la familia”) a la familia debe entenderse hecha a la familia nuclear. Mas, ¿el art. 39 CE
se refiere sólo a la familia matrimonial o también a la familia en que los padres no están
casados entre sí? Según una interpretación conservadora, aunque la CE no distingue
entre familia matrimonial y familia no matrimonial o de hecho, los constituyentes tenían
en mente la familia tradicional, es decir, la matrimonial; no obstante, si observamos la
realidad social existen otros grupos familiares que gozan de protección constitucional:
- familias monoparentales (en nuestro país la mayoría están formadas por madre e hijos:
divorcio y custodia, adopción, técnicas de reproducción asistida, madres solteras, etc.);
- familias de hecho (parejas no casadas);
- parejas homosexuales (cuestión muy candente).
El art. 39 CE exige una relación de afectividad entre dos personas con vocación de
permanencia (es decir, no se funda exclusivamente en la relación matrimonial). Según el
Tribunal Constitucional la protección de la familia incluye a la matrimonial y a la no
matrimonial (p. ej., LAU 1994 subrogación en el arrendamiento de los convivientes de
hecho), pero también ha declarado que no son “realidades equivalentes” matrimonio y
convivencia extramatrimonial:
- STC 184/1990, de 15 de noviembre, impide la aplicación analógica de las normas
matrimoniales a la convivencia de hecho; trato de favor a la familia matrimonial sobre
la familia no matrimonial pero sin que esto implique penalizar a aquellos que conviven
sin casarse;
- STC 222/1992, de 11 de noviembre, dispone nítidamente que la familia protegida
constitucionalmente no es sólo la matrimonial sino también la no matrimonial.
La familia es un grupo jerarquizado (los hijos deben obediencia y respeto a sus padres;
en cambio, marido y mujer son iguales en derechos y deberes). Las ideas religiosas han
ejercido una gran influencia sobre la familia, pero, a día de hoy, existe un mayor grado
de pluralismo ideológico (laicismo, p. ej., matrimonio como sacramento o como simple
contrato civil).
La reforma de derecho de familia se operó en virtud de dos leyes de 13 de mayo y 7 de
julio de 1981 cuyos principios fueron: desaparición de los vínculos autoritarios;
pluralismo jurídico, laicidad, no familia sino familias; predominio de la familia nuclear
sobre la familia linaje; privatización, la familia no es un cuerpo intermedio entre el
Estado y el individuo, sino sólo un cauce para la satisfacción de fines e intereses
individuales.
Como conclusión final, y a pesar de todo lo visto, ¿sigue siendo la familia un elemento
básico de la sociedad? Superadas algunas experiencias (comunas de los años 70,
intentos en los países socialistas de desplazar a la familia, etc.), a nivel de encuestas, los
jóvenes señalan a la familia como la institución más valorada.
Parentesco. Concepto
Relación que existe entre dos personas por descender la una de la otra o tener un
ascendiente común (consanguinidad), o por ser la una consanguínea del cónyuge de la
otra (afinidad). Además se habla también del parentesco por adopción, el que une al
adoptado con el adoptante y con los parientes del adoptante.
Concepto
La obligación legal de alimentos es la obligación que surge entre dos sujetos unidos por
vínculo conyugal o de parentesco, en virtud de la cual, uno de ellos, en estado de
necesidad (alimentista, acreedor), tiene derecho a exigir del otro, con posibilidad de
proveer (alimentante, deudor), los medios que precisa para su subsistencia.
Fundamento
Esta obligación legal tiene su base constitucional en el art. 39.1 CE que proclama que
los Poderes públicos han de asegurar la protección social, económica y jurídica de la
familia.
Se dice que esta obligación descansa sobre el principio de solidaridad familiar y que, en
última instancia, se protege el derecho a la vida, que interesa a la generalidad de la
ciudadanía, lo que justifica la intervención legal. Mas, en un Estado como el nuestro
(Estado social) deberían ser los Poderes públicos los que afrontaran las situaciones de
necesidad de sus ciudadanos: que el Estado atienda a las personas necesitadas no es
beneficencia, sino cumplimiento de auténticas obligaciones (sistema de Seguridad
Social, prestaciones sociales: desempleo, ayudas familiares, ¿renta básica?).
En la práctica coexisten la obligación pública de asistencia y la obligación privada de
alimentos lo que plantea la interesante y difícil cuestión de cuál de ellas es preferente.
En opinión de Díez-Picazo y Gullón, la obligación de alimentos entre parientes del
Código Civil es subsidiaria respecto a la protección pública.
Presupuestos
La obligación de alimentos exige la concurrencia de una serie de circunstancias que
operan como requisitos imprescindibles para su nacimiento. Tales circunstancias son:
- relación de parentesco o conyugal,
- estado de necesidad,
- posibilidad o capacidad.
Caracteres
a) Carácter legal
La obligación de alimentos entre parientes o cónyuges nace directamente de la ley,
cuando concurren los hechos previstos en la misma. Como veremos más adelante, la
regulación legal de esta obligación es eminentemente imperativa por lo que no puede
ser excluida o desplazada por voluntad de los particulares.
b) Carácter recíproco
El art. 143 alude a este carácter al enumerar los sujetos que están recíprocamente
obligados a darse alimentos. Esta reciprocidad no implica que las dos partes de la
relación se deban alimentos una a la otra al mismo tiempo, sino que cualquiera de las
personas que menciona el legislador es potencial acreedor o deudor de la obligación:
quien en un momento determinado puede estar en condiciones de prestar alimentos
puede, en un futuro, necesitar de ellos.
No obstante, en determinadas ocasiones esta obligación puede ser unilateral, en el
sentido de que la ley sólo conceda acción para reclamar alimentos a una sola de las
partes. Tal es el caso del art. 111: el progenitor que haya sido excluido de la patria
potestad sigue estando obligado a prestar alimentos al hijo pero pierde su derecho a
reclamárselos (la conducta del padre le priva del derecho de reclamar alimentos a su
hijo, pero no le libera de su respectivo deber).
d) Carácter indisponible
La finalidad de los alimentos (garantizar lo necesario para la subsistencia de quien
carece de medios) impide que el alimentista pueda disponer libremente de su derecho a
los mismos. Siendo su fundamento último la protección de la vida, el derecho a los
alimentos trasciende del mero interés particular a u interés general. Por ello, la ley
impide que su titular pueda libremente disponer de él mediante la prohibición expresa
de su renuncia, compensación y transacción:
- irrenunciabilidad
Uno de los límites a la renuncia a los derechos reconocidos por la ley es que no vulnere
el interés o el orden público. La renuncia al derecho de alimentos está prohibida (art.
151) precisamente por ello, por ser contraria al interés u orden público (art. 6.2);
- imposibilidad de compensar
El art. 151.1 establece que los alimentos no pueden compensarse con lo que el
alimentista deba al alimentante. Además, el art. 1200.2 dispone que la compensación no
puede oponerse al acreedor por alimentos debidos por título gratuito. Este segundo
precepto no puede considerarse una mera reiteración del primero desde el momento en
que la prohibición del art. 151 va dirigida esencialmente al acreedor, mientras que la del
art. 1200 tiene por destinatario principal al deudor. Interpretando conjuntamente ambos
artículos se ha de entender que ni el acreedor (alimentista) puede oponer la
compensación de su derecho frente a la reclamación de otra deuda por el alimentante, ni
este puede negarse a prestarle alimentos pretendiendo compensar su de deuda
alimenticia con un crédito de otra naturaleza que tenga frente a aquel.
La prohibición de compensar afecta únicamente a los alimentos presentes o futuros,
pero no a las pensiones atrasadas que, conforme al art. 151.2, pueden ser objeto de
compensación;
- imposibilidad de transacción
Según el art. 1814, no se puede transigir sobre alimentos futuros. La transacción no es
más que una renuncia total o parcial hecha para dirimir un litigio actual o futuro. Sobre
las pensiones atrasadas se puede transigir al no ser ya necesarias para la vida. A pesar de
la prohibición del art. 1814, en la práctica no es raro que los sujetos legalmente
obligados pacten la cantidad debida en concepto de alimentos e incluso la modalidad de
pago, evitando así acudir a los Tribunales (hijo ilegítimo, separación de hecho, etc.).
Para que estos acuerdos sean válidos deben respetar los criterios de proporcionalidad y
variabilidad fijados por la ley (art. 146 y 147) y no perjudicar el interés del deudor
fijando una cuantía insuficiente o una modalidad de pago inadecuada.
e) Carácter inembargable
El crédito alimenticio está exento de embargo. Al ser los alimentos imprescindibles para
la vida del alimentista, no se les puede privar de ellos para que cobren sus deudores.
f) Carácter imprescriptible
Debemos distinguir:
- el derecho a exigir alimentos no prescribe nunca (art. 1936, sólo son susceptibles de
prescripción las cosas que están dentro del comercio de los hombres). Aunque el
alimentista se abstenga de reclamarlos y esa abstención se prolongue durante mucho
tiempo, no por ello pierde su derecho a hacerlo, si su necesidad persiste;
- en cambio, sí prescribe el derecho a reclamar las pensiones ya devengadas y no
pagadas. En este sentido, el art. 1966.1 establece que por el transcurso de cinco años
prescribe la acción para exigir el pago de las pensiones alimenticias.
Fundamento. El deber de alimentar que pesa sobre los padres deriva no de la patria
potestad (art. 154), sino de lo filiación. Tanto en caso de privación como de exclusión
de la patria potestad persiste el deber de los progenitores de alimentar a sus hijos
menores de edad (arts. 110 y 111).
Según el art. 39.3 CE, “los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos
nacidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad”. Así, las SSTS 5
octubre 93 y 14 junio 2011 señalan que los arts. 142 a 153 constituyen una normativa en
gran parte sólo adecuada para los hijos mayores de edad o, en otros términos, que los
alimentos debidos a los hijos menores poseen características propias. Además, la
obligación de alimentar a los hijos menores forma parte de otra obligación de contenido
más amplio: el levantamiento de las cargas matrimoniales o familiares (arts. 1318 y
1362.1). Entre esas características propias destacaremos las siguientes:
- presunción de necesidad. La obligación de alimentar (rectius, asistir) a los hijos
menores no requiere de la cumplida acreditación de la necesidad, sino que ésta se
presume;
- la doctrina sostiene que no existe la obligación de trabajar para alimentar a los
parientes, pero, en cambio, si para mantener a los hijos menores;
- mínimo vital: suspensión. Alimentar a los hijos menores es un deber inexcusable de
los padres. En caso de desempleo o carencia de medios, la obligación de los padres se
reduciría a proporcionar a sus hijos el llamado mínimo vital (cantidad que oscila de 150
a 180 euros) con lo que se cubriría las necesidades más perentorias. Sin embargo, ante
la certeza de que muchos progenitores carecen realmente de medios para sostenerse a si
mismos por experimentar los rigores de la crisis económica, el TS ha dado un giro en su
doctrina, admitiendo excepcionalmente que la obligación de abonar el mínimo vital
quede suspendida. En caso de grave penuria económica del padre se generaría el
problema de fijar otro mínimo vital: el del propio deudor de la pensión (SSTS 10
octubre 2014 y 12 febrero y 2 diciembre 2015).
Cuantía y vicisitudes
- Cuantificación. La cuantía de los alimentos será proporcionada al caudal o medios de
quien los da y a las necesidades de quien los recibe (art. 146).
- Modificación. Se trata de una deuda variable: los alimentos se reducirán o aumentarán
proporcionalmente según el aumento o disminución que sufran las necesidades del
alimentista y la fortuna del alimentante (art. 147). Siendo una deuda duradera o de tracto
sucesivo es lógico que se prevea su modificación. Los parámetros que se tienen en
cuenta para la modificación son los mismos que se tuvieron en cuenta para su
cuantificación inicial: necesidades del alimentista y fortuna del alimentante. Estas
variaciones han de tener cierta entidad y también cierta permanencia.
- Actualización. Salvo los casos en que el alimentante opte por cumplir su obligación
recibiendo al alimentista en su propia casa, la obligación de alimentos será una deuda
pecuniaria. Como además se trata de una obligación duradera, hemos de plantearnos si
se aplica una concepción nominalista y, por tanto, la cantidad establecida como pago
periódico permanecerá invariable a lo largo del tiempo, o, si por el contrario, es
preferible entender que el juez puede introducir cláusulas de estabilización para
combatir el nominalismo. El juez fijará un índice corrector de la pensión, de ordinario,
el Índice de Precios al Consumo. La actualización que resulte de la aplicación del IPC
no quedará supeditada a petición alguna. Así, las sentencias suelen utilizar fórmulas
como la siguiente: “la pensión se actualizará anual y automáticamente conforme al IPC
publicado por el INE, todos los meses de enero”. En suma, es una deuda de valor.
Forma de pago
a) Regla. El alimentante está facultado para elegir entre dos formas de pago:
- pagando la pensión pecuniaria que se determine,
- o recibiendo en su propia casa al alimentista (art. 149.1)
Esta opción permitirá al alimentante elegir la forma de pago que le resulte menos
gravosa. Se trata de una obligación alternativa en la que la concentración inicial no
adquiere carácter definitivo. Nos explicamos. El alimentante puede ejercitar su opción
bien en el mismo momento del juicio, bien con posterioridad tras haber sido condenado
al pago de una pensión pecuniaria.
Los alimentantes no pueden ser compelidos a recibir a los alimentistas en su domicilio
si no lo desean. Es una facultad de la que pueden hacer uso, no una forma de pago que
les pueda ser impuesta por quien reclama alimentos. Se desestima así la pretensión de
unos padres que exigen que sus hijos se roten recibiéndolos en sus domicilios cada
cierto tiempo.
Por otra parte, la STS 5 septiembre 2011 declara que los hijos mayores no tienen
derecho a obtener parte de los alimentos que precisen mediante la atribución del uso de
la vivienda familiar. En tal caso, dicha atribución de uso no debe hacerse con arreglo al
pfo 1º sino al pfo 3º del art. 96. El TS ha protegido al cónyuge usuario de la vivienda
frente a las veleidades de los hijos mayores que le amenazan con pasar a convivir con el
otro progenitor para infundirles el temor de perder el uso de la vivienda.
c) Pluralidad de alimentistas
Según el art. 145.3, “cuando dos o más alimentistas reclamaren a la vez alimentos de
una misma persona obligada legalmente a darlos, y ésta no tuviere fortuna bastante para
atenderlos a todos, se guardará el orden establecido en el artículo anterior”. Se trata de
una clara remisión al art. 144.1. La regla tiene una excepción, pues en caso de que
concurran como demandantes de alimentos el cónyuge y un hijo sujeto a patria potestad
será preferido éste a aquél. Con ello el CC se limita a recordar que el cumplimiento de
los deberes inherentes a la patria potestad prevalecen no sólo frente al cónyuge, sino
respecto a cualquier otro pariente.
Por otro lado, la remisión al art. 144 deja sin resolver el supuesto de que no teniendo el
demandado fortuna suficiente para suministras alimentos a todos los demandantes, se
encuentren todos ellos en el mismo grado de parentesco (varios hijos, ambos padres,
varios hermanos). Caben dos posibilidades: 1º atender exclusivamente la reclamación
que se estime preferente; 2º repartir entre todos los demandantes la pensión que se
obtenga.
Extinción