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SEMINARIO MAYOR SAN PEDRO APÓSTOL

EUCARISTÍA
INFORME DE LECTURA
ESTUDIANTE: JAIVER JEFRYTH IBARRA JAIMES

“Los sacramentos actualizan el único favor de Dios que llena nuestros vacíos y transforma nuestra
condición. Somos perdonados para ser divinizados” (p, 18).

Esquema general del libro


En el texto de Espeja Pardo, “Para comprender los sacramentos”, el autor comienza haciendo un
esquema del propósito mismo del libro, en el que intenta mostrar:
1. la verdad de la fe contenida en la Tradición de la Iglesia y en la profesión de fe,
2. la forma como se actualizan y se celebran los sacramentos,
3. y la intención formativa de generar a una experiencia de vida de los sacramentos, como
experiencia de la comunidad cristiana.

Capítulo I: Qué es un sacramento cristiano

Debe entenderse que los sacramentos han tenido una deformación en la comprensión de los mismos, que
los ha reducido muchas veces a ser actos sociales, rituales con tintes mágicos o simplemente una
evasión. En este sentido, es necesario para comprender correctamente los sacramentos que estos se
sitúan en el plano de una vivencia, la cual supera el solo conocimiento de los mismos, ya que implican
un trato directo que involucra la vida y la realidad de la persona; de algún modo el sacramento afecta la
vida de la persona que lo recibe.

Para comprender qué es un sacramento, debe primero considerarse la exigencia de nuestra condición
humana de la “experiencia religiosa”, del anhelo del hombre que ansía la plenitud y universalidad, que
lo hace reconocer su finitud y lo lleva a reconocer una misteriosa realidad superior, que, en la realidad
bíblica se manifiesta gratuitamente en la intervención de Dios que irrumpe en la misma historia de los
hombres para sacarlos de su postración y abrir un nuevo camino.

Esta intervención de Dios ha tenido su punto culminante en la persona de Jesucristo, el Verbo de Dios
que al encarnarse se ha hecho cargo de nuestra historia y nos ha justificado no por méritos, sino por
condescendencia divina, expresada en la misericordia de Dios que acepta y ama la condición del hombre
frágil. Es la gracia de Dios que nos hace partícipes de su amor gratuito que transforma la vida y por el
Espíritu nos hace hijos de un mismo Padre y nos une como una misma familia en Cristo.

Así mismo, los sacramentos son un lenguaje simbólico. Las palabras son el modo como podemos
expresar las ideas que se hayan representadas en la mente y corresponden a la realidad. El símbolo
religioso permite hacer presente al misterio. En su origen, el símbolo significa la unión de dos mitades
de un anillo, por ello es una actualización, presencia real, que hace presente una experiencia profunda y
auténtica. En el símbolo la experiencia religiosa se hace cercana, palpable, irrumpe en nuestra realidad,
se hace visible y logra hacerse tan cercana que, al mismo tiempo, nos trasciende y nos hace partícipes de
la divinidad.
Las realidades, gestos, palabras o silencios que hacen posible una experiencia o encuentro vivencial son
consideradas como sacramentos, que se forjan en la misma experiencia religiosa humana y comunitaria,
haciendo presente la comunidad misma que los celebra. No obstante, ese encuentro con el misterio
supone en el hombre una actitud de humildad y sano temor que lo hacen percibir no como un dominador
del misterio, sino que lo sitúan en una actitud de contemplación del mismo.

Novedad de los sacramentos cristianos

Los sacramentos cristianos son un camino de gracia que el mismo Dios desde la creación del mundo
acompaña y promueve bajo el signo de la promesa y de la bendición. Jesucristo se manifiesta, entonces,
como la presencia real de Dios que asume nuestra naturaleza humana y la redime. Esta experiencia es
vivida singularmente por la expresión de Jesús en acciones que se convierten en gestos sacramentales;
por ello, puede considerarse que Jesucristo es el sacramento primordial, es la intervención de Dios en
favor nuestro y la perfecta glorificación de Dios encarnado.

En este sentido, la Iglesia se ha comprendido como comunidad de fe, como Ek-klesia, convocación del
Espíritu en la que se garantiza la posibilidad y eficacia de los sacramentos cristianos. Esta comunidad
creyente es la que expresa y celebra en oraciones y ritos el encuentro con Dios, un acontecimiento entre
personas, entre Dios y nosotros, un diálogo entre el hombre y Dios.

Es en la Iglesia donde se dan los momentos privilegiados de encuentro con Dios, en donde se da la
fuente y sustento de los sacramentos, ya que ella misma es un sacramento, manifestación de Cristo en el
mundo. Este último sentido cobra vital importancia en el orden comunitario de los sacramentos, ya que
ellos hacen presente el acto de fe de la Iglesia y la obra del cuerpo místico de Cristo, es decir, los
sacramentos son la certeza de la Tradición viva de la Iglesia que actualiza, hace presente no como un
solo acto del pasado, sino como un acto vivo de conmemoración (anánmesis), la acción redentora de
Cristo en favor de los hombres que, a su vez, da identidad a todo el ser de la Iglesia.

En consecuencia, el sentido de los sacramentos ha de entenderse siempre en orden a la salvación, como


un don, gracia que se oferta al hombre de manera libre y gratuita, que actúan por sí mismos pero que, a
su vez, suponen la fe del sujeto que los recibe, quien, por medio de la acción sacramental manifestada en
la liturgia, alimenta, robustece y expresa su fe.

Finalmente, sobre la institución, cantidad y relación de los sacramentos, debe considerarse que la Iglesia
es comunidad de fe, fundada por el mismo Jesucristo y se constituye en la experiencia que la comunidad
tiene en su encuentro con Él. De allí, que los sacramentos no se basan explícitamente en el Jesús
histórico que da un mandato explícito sobre ellos, sino en la experiencia misma de fe de la Iglesia,
entendida como primer sacramento que hace presente a Cristo.

En este sentido, el número septenario expresa la plenitud de los sacramentos, y se relacionan de manera
que se distinguen tres dimensiones en ellos: elevante, sanante y comunitaria, es decir, sacramentos de
iniciación, de curación y de servicio de la comunidad.

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