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EUTANASIA

¿Qué es la eutanasia?
La palabra eutanasia proviene del griego y está compuesta por las
voces eu- (“bien”) y thanatos (“muerte”), por lo que originalmente
significó “bien morir”, o sea, una muerte digna, apacible o sin sufrimiento
físico.

La eutanasia es el procedimiento médico consciente, intencional y


voluntario mediante el cual se le pone fin a la vida de un paciente terminal
(o sea, sin expectativa alguna de mejoría), con el fin de ahorrarle mayores
sufrimientos y dolores.

Dicho procedimiento cuenta, idealmente, con la aprobación voluntaria y


solicitud explícita de parte del paciente, o de su responsable, en caso de
hallarse incapacitado para manifestar la propia voluntad. En algunos países
y legislaciones se la puede nombrar también como suicidio asistido
o muerte asistida.

A pesar de que la eutanasia parte de un principio humanitario, que es el de


acortar el sufrimiento innecesario de otro individuo, su aplicación y
aceptación es enormemente polémica en las diferentes culturas y
legislaciones, generalmente establecidas sobre el derecho inalienable a la
vida.

La mayoría de las religiones ven el suicidio como un pecado o un acto


reprochable, y por ende la eutanasia como una forma de complicidad
médica. De hecho, ha habido numerosos casos en la historia reciente de
litigios jurídicos en los que una persona demandaba que se le fuera prestada
la ayuda para morir, y diferentes entidades públicas se le oponían.
Países con eutanasia legal:
La eutanasia en sus distintas clases y protocolos ha sido legalizada en
apenas unos pocos países, como son Bélgica, Canadá, Colombia,
Luxemburgo y Países Bajos.
Bajo el título de “suicidio asistido” también se ha hecho legal en Suiza,
Alemania, Japón y algunos estados de EE. UU: Washington, Oregón,
Vermont, Colorado, California, Montana y Washington D. C.

Tipos de eutanasia:
Existen dos formas de clasificar la eutanasia: desde la perspectiva del
accionar médico, y desde la perspectiva de la voluntad del paciente.
Veámoslas por separado:

Según el accionar del médico: Generalmente se distingue entre:

• Eutanasia directa: Se busca activamente la muerte del paciente.


• Eutanasia indirecta: La muerte se da como una consecuencia
previsible de tratamientos paliativos, o sea, dirigidos en principio
a aliviar el dolor del paciente, como la aplicación de altas dosis de
morfina.

Según la voluntad del paciente: En principio, toda forma de eutanasia


deberá ser solicitada a los médicos de manera voluntaria por el paciente o
por su representante, dado el caso de que no pueda valerse por sí mismo.
Sin embargo, suele distinguirse entre:

• Voluntaria: Es el propio paciente el que toma la decisión y


solicita la muerte, ya sea en persona o a través de algún
documento que haya dejado escrito.
• No voluntaria: Ocurre cuando es un tercero quien toma la
decisión, como un pariente cercano o, en su ausencia, un
representante legal, pues al paciente no se le puede consultar
debido a su condición y no ha dejado ningún tipo de escrito al
respecto.
Eutanasia activa y pasiva:
La eutanasia directa, que vimos en el aparato anterior, puede a su vez
clasificarse en dos tipos, dependiendo del tipo de procedimiento médico
que se emplee para producir la muerte del paciente. Así, podemos
distinguir:

• La eutanasia activa o positiva: Se da en los casos en que el


personal médico interviene en el cuerpo del paciente para
producir la muerte, suministrándole fármacos o sustancias.
• La eutanasia pasiva o negativa: Se da en los casos en que el
personal médico no interviene en el cuerpo del paciente para
salvarle la vida, sino que practica una omisión de procedimientos
resucitatorios o terapéuticos, para permitir al paciente morir.

Argumentos a favor de la eutanasia:


Los argumentos a favor de la eutanasia tienen que ver en su mayoría con la
liberación del paciente de todo dolor y sufrimiento (tanto físico como
emocional y moral), de cara a una condición médica que no posee
escapatoria y cuyo pronóstico apunta de todos modos a la muerte.

Así, la eutanasia se considera un acto de piedad, que además respeta el


derecho a la autodeterminación del paciente, único dueño de su propia vida.

Por otro lado, la aprobación de la eutanasia no necesariamente tiene


impactos negativos en la sociedad, desde un punto de vista moral. No se
trata de que cualquiera puede entrar a un hospital y solicitar la muerte
porque se encuentra triste o deprimido, sino que requiere de condiciones
médicas muy específicas.

Las condiciones requeridas para realizar una eutanasia pueden ser


normadas y debatidas por los legisladores de cada país, de modo de
conciliarla con los valores locales y las tradiciones del país.

Argumentos en contra de la eutanasia:


Los principales argumentos en contra de la eutanasia pueden resumirse en
que no todas las muertes son dolorosas o humillantes.
Además, existen métodos médicos ya existentes para calmar el dolor y
acompañar en la muerte.
Además, se argumenta que la muerte voluntaria no deja de ser una muerte y
por lo tanto posee consecuencias morales tanto en el médico ejecutante
como en la sociedad que lo tolera, lo cual podría conducir a dilemas éticos
insospechados. Por otro lado, se la considera un procedimiento innecesario
en el marco de la medicina contemporánea.

Paso para solicitar una eutanasia:


PASO 1: El proceso empieza formalmente con una petición de eutanasia,
por escrito (con fecha y firma), al médico habitual de la persona que quiere
adelantar su muerte. El médico debe firmar en la solicitud, incorporarla a la
historia clínica y verificar que la petición cumple con los requisitos que
marca la ley.

PASO 2: La persona que pide la eutanasia debe realizar una segunda


solicitud a su médico, con al menos 15 DÍAS de diferencia con la
primera, para que el proceso pueda seguir su curso. Tras esta segunda
petición se celebrará un segundo proceso de deliberación con los mismos
plazos que el primero.

PASO 3: Tras la firma del consentimiento informado, el médico principal


(médico responsable) debe ponerse en contacto con un segundo
médico (médico consultor), sin relación con él ni con la persona solicitante,
que debe evaluar si la petición cumple con los requisitos previstos por la
ley.

PASO 4: El médico consultor se entrevista con la persona solicitante y


debe emitir un informe (favorable o desfavorable) en un máximo de 10
DÍAS, que se incorporará a la historia clínica.

PASO 5: Si ambos médicos coinciden en que la petición de eutanasia se


ajusta a lo previsto por la ley, el médico responsable remite un informe con
toda la información a la presidencia de la Comisión de Garantías y
Evaluación (CGE) autonómica.

PASO 6: La CGE debe designar en 2 DÍAS un equipo formado por un


médico y un jurista para que evalúen el caso.

PASO 7: El equipo de la CGE tiene 7 DÍAS para elaborar un informe.

PASO 8: Deben notificar su resolución a la Presidencia de la Comisión de


Garantías y Evaluación.
PASO 9: Si es favorable, deben notificárselo al médico responsable en 2
DÍAS.

PASO 10: A partir de este momento, entre 30 y 40 días tras la petición


original, ya se puede llevar a cabo la eutanasia en el momento en el que
decida la persona que la solicitó (no tiene por qué ser inmediatamente
después de recibir la autorización). Cinco días después de la ayuda médica
a morir, el médico debe remitir a la CEG un informe sobre todo el
procedimiento.
LA VIOLACIÓN DEL DERECHO A LA
INTEGRIDAD

afectación
limitación
derechos.
el riesgo potencial
de
para
otros
justificar
de la
Introducción:

En el Perú el derecho a la integridad constituye un atributo que alcanza el


ámbito físico, espiritual y síquico de la persona. Este derecho posee la
máxima importancia ya que es el soporte indispensable del derecho a la
vida, bastando el riesgo potencial de afectación para justificar la limitación
de otros derechos.

La complejidad u inconveniente que se muestra al instante de


querer comprender y entender este derecho es que toda esta información
está de manera dispersa en diversos documentos de distinto índole, lo cual
dificulta su comprensión y entendimiento. Ante este problema, la presente
averiguación tiene como objetivo general el desarrollo del
contenido del derecho a la totalidad personal, por eso el estudio de
las propiedades particulares de la totalidad física, psíquica y moral en la
totalidad personal.

La integridad física: Se refiere a la plenitud del cuerpo del sujeto; de ahí


que todo individuo tiene derecho a ser protegida contra agresiones que
puedan influir o lesionar su cuerpo humano, sea destruyéndola o
causándole dolor.

La integridad psíquica y moral: Se concreta en la plenitud de


facultades morales, intelectuales y emocionales; la inviolabilidad de la
integridad. De esta manera, la práctica de desapariciones obligadas por la
cuarentena prolongado y la incomunicación coactiva a los que se ve
sometida la víctima representan, por sí mismos, formas de tratamiento cruel
e inhumano, lesivas de la integridad psíquica y moral de la persona y del
derecho de todo detenido al respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano.

ANÁLISIS DEL CONCEPTO DE INTEGRIDAD FÍSICA, PSÍQUICA Y


MORAL:

Estas mismas reglas manifiestan que los estados tienen que respetar la
totalidad física, psíquica y moral de los individuos, bien sea que se
encuentren en independencia o detenidas. Para ofrecer una sencilla
definición de todos dichos recursos, puede decirse que la totalidad física
involucra la preservación de los órganos, piezas y tejidos del cuerpo,
además del estado de salud de los individuos, así como de su salud
psicológica y psíquica; la totalidad psíquica alude a la preservación de cada
una de las capacidades motrices, emocionales e intelectuales; y la totalidad
moral se apoya en el derecho de cada ser humano de poder desarrollar su
historia según sus convicciones individuales. Acordé a lo señalado, la
realidad positiva y el respeto del derecho de toda la gente a su totalidad
personal involucran que nadie podría ser lesionado o agredido físicamente,
ni ser víctima de perjuicios mentales o morales que le impidan mantener su
seguridad psicológica o emocional90. Sobre este punto la Corte
Interamericana, siguiendo la jurisprudencia de la Corte Europea, ha
manifestado que “aun en la falta de heridas, los sufrimientos en el plano
físico o moral, acompañados de turbaciones psíquicas a lo largo de los
interrogatorios, tienen la posibilidad de considerarse como tratos
inhumanos”91. Ahora bien: en referencia a lo predeterminado por la

jurisprudencia de la Corte Interamericana, esta corte ha señalado que el

aislamiento prolongado y la incomunicación coactiva a los que se ven

sometidos los detenidos representan, por sí mismos, maneras de


procedimiento despiadado e inhumano, lesivas de la totalidad psíquica y
moral del individuo y del derecho de todo detenido al respeto gracias a la
dignidad inherente al ser humano. Por igual, esta Corte ha señalado que
basta con que la detención ilegal haya durado breve tiempo para que se
configure, en los estándares del derecho universal Revista Derecho del
Estado118 de los derechos humanos, una conculcación a la totalidad
psíquica y moral, y que una vez que se muestran dichas situaciones es
viable deducir, aunque no mediaran otras pruebas al respecto, que el trato
que la víctima recibió a lo largo de su incomunicación ha sido inhumano y
degradante en criterio de la Corte, la llamada “tortura psicológica”
comprende, según con las situaciones de cada caso en especial, ciertos
actos de agresión infligidos a una persona, especialmente los actos que
fueron preparados y hechos deliberadamente contra la víctima para
suprimir su resistencia psíquica y forzarla a auto inculparse o a confesar
determinadas conductas delictivas o para someterla a posibilidades de
castigos extras a la privación de la independencia en sí misma93.

Conclusión:

La Organización de los Estados Americanos ha mostrado su inquietud por


las desapariciones obligadas ocurridas en los diversos territorios del
conjunto de naciones americano a raíz de las dictaduras instauradas en
ciertos territorios, que han traído como resultado generalmente torturas y
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Se ha llegado asimismo a
la conclusión de que a grado mundial se ha considerado que todo individuo
tiene el derecho de conservar y mantener su totalidad física, psíquica y
moral. Los estados permanecen en la obligación de prohibir en su
legislación interna todos dichos tipos de actos violatorios de los derechos
humanos, además de averiguar y sancionar a esas personas que sean los
autores materiales o intelectuales de actos que atenten contra la totalidad
física, psíquica o moral de los individuos y de compensar a las víctimas y a
sus parientes por los perjuicios que se les haya podido provocar.

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