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EL TRANSCURSO DE LA EUTANASIA

Alumna: Argüello Martina


Materia: Taller de Argumentación e Interpretación Jurídica (TAIJ)
Profesores: Marcelo Dal Zovo
Andrés Lamboglia
Universidad: UCES
Turno: Mañana
Con el transcurso de los años, meses e incluso días, la actualidad cambia en
cualquier tipo de sentido, la información es más amplia, los fundamentos más
fuertes, las opiniones diversas, las herramientas más presentes, pero las
soluciones siguen sin aparecer ni avanzar. El día a día es, cada vez, más claro
en cuanto a que es lo que solicita la sociedad. La relación entre todos conlleva
una gran importancia para llegar a un acuerdo y siempre es menos complicado
llegar a la solución, pero, con algunos casos, las complicaciones siguen siendo
relevantes, con posturas totalmente contrarias, y luchas para llegar a lo
solicitado.
La sociedad desde los comienzos trae con ella conflictos en todo momento y en
todo lugar, también, en cualquier tipo de ámbito, tanto económico, político,
cultural, religioso, de salud, etcétera, donde los protagonistas siempre seremos
nosotros, los ciudadanos.
A lo largo de la historia se han expandido las herramientas de la medicina tanto
como la esperanza y expectativa de vida, así también como las opiniones sobre
tener una vida digna, que ello fue planteado por los griegos y consideraban que
si la vida no es digna no merecía ser vivida.
Y, hablando desde la historia de la medicina, se sostenía que el rol de un
médico es mantener la vida, dándole el mayor plazo posible; pero con el mismo
avance, comenzaron a plantearse cuestiones en terminar con ella de una
manera particular y contenida por los mismos doctores.
En un principio, la medicina se sostenía en contra de terminar con la vida, ya
que anteriormente nombrado, ellos eran los encargados de llevarla adelante,
por lo que reflexionan que esto no es un acto médico; y desde la superioridad
se obligaba a cada profesional de la salud a mantener una postura en contra de
atentar con la vida.
En el transcurso del pasado hacia la actualidad, el nombre “Eutanasia” ha
adquirido diferentes nombres como “muerte rápida”, “muerte natural”, “muerte
tranquila”, entre otras. Y, en los comienzos de la visibilidad de la misma, se la
veía muy normalizada para las personas que se encontraban incapacitadas en
cualquier tipo de sentido.
En el Renacimiento, el concepto de Eutanasia adquiere su real significado y se
considera como tal al buen morir, siendo la muerte el último acto de la vida; por
lo que había que ayudar al moribundo con todos los recursos disponibles para
lograr una muerte digna y sin sufrimiento.
“En el uso nazi, "Eutanasia" se refería a la matanza sistemática de los
portadores de "vida indigna de vivir" que estaban internados en instituciones,
sin el conocimiento de sus familias.” Bont, M. Dorta, K. Ceballos, J. Randazzo,
A. Urdaneta Carruyo, E. (2007).
En términos generales, la eutanasia se refiere al acto de hacer que un paciente
terminal muera fácilmente y así evitarle mayores sufrimientos físicos y
psíquicos.
Es la provocación de la muerte de un paciente a su requerimiento y en su
propio beneficio, por medio de la administración de fármacos o tóxicos en dosis
letales. La voluntad expresa del paciente, solicitada en forma clara y sostenida
es fundamental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella
“acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”.
La eutanasia no es única, tiene distintos tipos que tienen el mismo fin, pero de
maneras diferentes. Uno de los tipos es la eutanasia positiva, que consiste en
producirle el fallecimiento a alguien, de alguna manera realizar algo para
provocarle la muerte. Este tipo es el que se espera legalizar. El paciente tiene
la oportunidad de optar por rechazar tratamientos médicos de los que su vida
depende.
Y el segundo tipo de eutanasia es la negativa que a diferencia de la positiva,
esta comprende en dejar morir a alguien, en donde la persona no tiene la
intención de no seguir sufriendo. Este tipo ya se encuentra plasmado en la
legislación Argentina, en la ley 26.529.
En virtud de la ley, la cuestión del consentimiento informado a rechazar los
procedimientos médicos se encontraba, únicamente, en cabeza del paciente.
El alcance del consentimiento informado debe ser tomado no como la
posibilidad de decidir sobre la vida ajena, sino de transmitir lo que el paciente
quería y ahora se ve impedido por su estado de salud.
El 25 de noviembre de 2021 se presentó en la Cámara de Diputados de la
Nación Argentina el proyecto de ley titulado como "Ley de buena muerte.
Regulación de la eutanasia"
El objetivo de éste proyecto es el de "regular el derecho de toda persona a
solicitar y recibir la ayuda necesaria para morir; el procedimiento formal a ese
efecto; las garantías que han de observarse y los derechos y deberes del
personal médico y el servicio de salud".
Para llevar a cabo este procedimiento, la persona completa "dos solicitudes, de
manera voluntaria y por escrito" y da su consentimiento, y el médico a cargo
luego somete el caso a la "Comisión Médica de Asistencia y Evaluación" para
que lo evalúe y determine si se han cumplido los requisitos y las condiciones
legales que exigen y aplican la eutanasia.
Con posterioridad y mediante la sanción de la ley 26.742 (Ley de Derecho al
Paciente) que ampara la muerte digna con el artículo 59 del Codigo Civil y
Comercial de La Nación, se amplió la posibilidad de prestar el consentimiento
informado a los familiares que refiere la ley 24.193.
En este caso, quienes pueden prestar el consentimiento son:
- El cónyuge que convivía con el paciente, o quien convivía y tenía una
relación tipo conyugal con no menos de 3 años.
- Cualquiera de los hijos, padres, o hermanos mayores de 18 años.
- Cualquiera de los nietos mayores de 18 años, o abuelos.
- Cualquier pariente consanguíneo hasta el cuarto grado inclusive.
- Cualquier pariente por afinidad hasta el segundo grado inclusive.
- El representante legal, tutor o curador.
En caso de que sea el familiar quien tome la decisión, se debe dejar constancia
de la información por escrito en un acta que deberá ser firmada por todos los
intervinientes en el acto. Sus familiares sólo pueden testimoniar, bajo
declaración jurada, la voluntad del paciente.
La Ley del Derecho al Paciente fue aprobada el 24 mayo de 2012, la cual fue
inspirada por la situación de Camila Sánchez, una nena de 3 años que nació en
estado vegetativo, por lo que los padres de ella habían solicitado que se le
desconectaran los soportes que la mantenían viva.
Esta ley, número 26.742, plantea “procedimientos quirúrgicos, de reanimación
artificial o el retiro de medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o
desproporcionadas en relación con la perspectiva de mejoría, o produzcan un
sufrimiento desmesurado”.
Hay personas que piensan o creen que la eutanasia y la muerte digna son lo
mismo, pero esto no es así. La muerte digna, se refiere al retiro del soporte vital
con el consentimiento del paciente que padece de la enfermedad terminal, o
cuando los familiares expresan su voluntad, mientras que la reconocida
eutanasia se refiere al retiro del soporte vital, con o sin su consentimiento para
actuar o causar la muerte.
Veremos gráficamente en un cuadro comparativo, diferencias entre ambos
conceptos, ya que muchas personas piensan que estas definiciones son
sinónimos.
Muerte digna Eutanasia
Derecho amparado por la Ley No cuenta con régimen legal.
26.742 y el artículo 59 del Código
Civil y Comercial.
Permite a toda persona decidir Según la Organización Mundial de
sobre el tratamiento que recibe o la Salud (OMS) la define como
decidir no recibirlo. "acción del médico que provoca
deliberadamente la muerte del
paciente".
Es permitir morir. No dejar ni Es la provocación de la muerte de
tampoco hacer morir, retirando el un paciente a su requerimiento y
soporte que mantiene con vida a en su propio beneficio, por
un enfermo terminal con su omisión o acción con o sin su
consentimiento o el de su familia. consentimiento con la intención de
evitar sufrimiento y dolor.
Cabe destacar, que la Eutanasia permitida en el país es la pasiva, que es la
posibilidad que tiene un paciente de rechazar los tratamientos médicos, pero la
práctica que no es legal es que un médico preste asistencia para que una
persona muera.
En Argentina está prohibido el llamado "suicidio asistido", que se castiga como
homicidio. El suicidio asistido es la asistencia a otra persona, que desea
terminar con su vida, para que lo consiga. Luego de presentar su decisión, la
función del profesional es proveer las herramientas útiles para producir el
suicidio. La persona causa su propia muerte por medio de dosis letales de un
medicamento que le brinda o formula también un médico.
El paciente termina voluntariamente con su vida al recibir los medios
necesarios para suicidarse.
Muchas otras personas y familias optan por otro tipo de “soluciones”, que a su
vez muchos relacionan los conceptos entre sí. Los cuales son: los cuidados
paliativos, que son intervenciones sanitarias dirigidas a mejorar la calidad de
vida de los pacientes y sus familias, para prevenir y aliviar el sufrimiento
tratando el dolor y otros problemas psíquicos o físicos. Y la sedación paliativa
es la administración deliberada de dosis y combinaciones de fármacos que
reducen la conciencia de las personas con una enfermedad en estado
avanzado para aliviar sus síntomas.
Pero, volviendo al tema que nos interesa, se sigue luchando hace mucho
tiempo sobre la Ley de Eutanasia en Argentina, por distintas historias de vida
que conmovieron a muchos ciudadanos.
El caso de Alfonso Oliva, tuvo tanta repercusión que fue ese el nombre que le
decidieron poner al proyecto de ley. Él fue quien solicitó que se impulsara esta
legislación. Fue un joven cordobés que falleció en 2019, 5 años posteriores de
encontrarse postrado en una cama por la inmovilidad de todo su cuerpo
excepto los ojos porque le habrían diagnosticado de Esclerosis Lateral
Amiotrófica (ELA).
Se consideró que sus condiciones de vida eran pésimas, y no solo eso, que
directamente no se le podía llamar vida a la suya.
Por esta situación, se impulsó a plantear los requisitos de la “Ley Alfonso”, que
uno de los principales sería que el paciente padezca un sufrimiento, sea físico
o psíquico que resulte extremo. Otro es que ese dolor debe ser irreversible, que
ningún tratamiento lo pudiera sacar.
En el siguiente caso, veremos una situación particular de solicitud de eutanasia
en donde la víctima no padecía de una enfermedad física, sino psicológica.
Por esta de las muchas situaciones que se vivieron y viven en todo el mundo
es que muchas familias y profesionales de la salud siguen solicitando la
despenalización de la ley de eutanasia.
Se piden respetar las decisiones del paciente que se encuentra en un
sufrimiento constante. Otorgándole al mismo más poder de decisión sobre
como quiere seguir con su calidad de vida.
Se sigue buscando hasta el día de hoy "regular y garantizar el derecho de las
personas a transcurrir dignamente el proceso de morir".
Pero como hay posturas a favor, y largos proyectos que justifican la solicitud de
eutanasia legal, también hay quienes se encuentran en contra y con posturas
que van en contra de la misma.
A continuación, se pondrán algunos comentarios de quienes se encuentran en
contra de la eutanasia:
- Consideran que la Eutanasia “puede solucionarse con los cuidados
paliativos, no quitándoles la vida.”
- “Daña la ética médica porque los médicos son personas que decidieron
dedicar su vida a cuidar, sanar y acompañar.”
- “La eutanasia dificulta invertir en cuidados paliativos y contra el dolor ya
que mientras está ilegalizada, la sociedad se ve forzada a invertir y
esforzarse en estos campos, haciendo avanzar la ciencia médica.”
- “La eutanasia presiona, porque obliga a personas con una enfermedad
terminal o en una situación vulnerable a ponerle fin a su vida.”
Pero como hay muchas de estas posturas, hay otras que sostienen lo contrario:
- “La vida es para vivirla dignamente y en condiciones”
- “Es el derecho a decidir que queremos hacer con nuestra vida” “No
puede haber nada por encima de la autonomía de una persona”
- “Podés o no usar la ley: es un recurso para hacer uso de tus derechos,
disponer de tu propia vida, de tu propio cuerpo, tu propia salud. Los
derechos no obligan a nadie, lo que obliga es la ausencia de derechos”.
Hay personas que piensan que la eutanasia es un delito, un acto de homicidio,
y otras que piensan que es el derecho a vivir dignamente, que es entender que
el paciente quiere despedirse, que ya no puede ni quiere continuar luchando
por su vida.
Otra de las grandes discusiones y planteos que surgieron fue si la eutanasia
debería ser solicitada únicamente por pacientes que padezcan enfermedades
físicas terminales, ya que hay otras personas que viven el mismo sufrimiento,
pero psicológico.
Este es un tema por el cual replantearnos y procesarlo, pero hay quienes se
encuentran a favor de que estas personas también tengan ese poder de
decisión.
Siguiendo con las posturas y opiniones de los ciudadanos, he realizado un
formulario con preguntas acerca de la eutanasia. Las respuestas les
pertenecen a jóvenes de 17 a 20 años.
En conclusión, cada día son más las personas que se encuentran informadas
sobre el proyecto de la eutanasia, y a su vez logran concretar una postura.
Debería ser un tema en el que se pueda hablar libremente en cualquier ámbito
de la vida, porque se asegura que en cada familia hay al menos un caso de
encontrarse con un familiar internado en condiciones de vida lamentables y que
sepan que pueden luchar y tener el derecho de solicitar la eutanasia para
finalizar en sufrimiento. Me encuentro a favor de la despenalización, ya que
como si bien fue mencionado antes, será utilizada solo para quienes lo
decidan, y si es así, encontrarse respaldados por el estado y la medicina
argentina. Todos deberíamos tener el derecho de decidir cuándo terminar con
nuestra vida, y en las condiciones que corresponden.
(1) Bont, M. Dorta, K. Ceballos, J. Randazzo, A. Urdaneta Carruyo, E.
(2007). Eutanasia: Una visión histórica-hermenéutica. Maracay:
Venezuela
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