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Exilio en Babilonia

El período de exilio se da en el año 587- 539; Con la destrucción de Jerusalén y el


subsiguiente exilio marcó la gran vertiente de la historia de Israel. de un solo golpe se había
terminado su existencia nacional y con ella también todas las instituciones.
Destruido el estado y suspendido el culto estatal, la antigua comunidad cultico – nacional si
arruino, Israel quedó reducido a aglomeraciones de individuos desarraigados y vencidos y
sin ninguna señal externa del pueblo. Sin embargo Israel sobrevivió al desastre y forma una
nueva comunidad encima de la que ya estaba vida, y nuevamente inició su vida como
pueblo.
La fe y la disciplina sobrevivieron encontraron una dirección que se seguirá a lo largo de
los siglos. a partir del exilio y de la época siguiente nace el judaísmo.
Hablar del exilio debemos servirnos de los escritos proféticos y de algunos otros de ese
mismo tiempo, ya que la Sagrada Escritura no nos cuenta prácticamente nada.
“Para el período postexílico, hasta finales del siglo quinto, nuestra única fuente de
información histórica es la parte final de la obra del cronista que se encuentra en Esdras-
Nehemías, complementada por el libro apócrifo de Esdras I proporcionado por el texto de
los LXX del relato del cronista sobre Esdras. Pero el texto de estos libros presenta
dislocaciones extremas; estamos frente a problemas insolubles de primera magnitud, junto
con numerosas lagunas que deben ser rellenadas en lo posible con información buscada en
otros libros bíblicos postexílicos y en fuentes extra bíblicas. Y después de hacer todo esto,
quedan todavía lagunas desalentadoras y problemas desconcertantes” (Bright Pág 544).
Se cree que, tras la calamidad del 587, El País quedó vacío y desierto, sin embargo esto no
es verdad. Sin embargo acabó con la vida judía o más bien quebrantó la vida judía en
Palestina.
Nabucodonosor y su Ejército convirtieron a Judá en un matadero. Algunas ciudades fueron
arrasadas para no ser reconstruidas de nuevo. Solamente en el Negueb, parece que estando
separado de Judá en el 597, y también en el distrito norte de Jerusalén que era una parte de
la provincia babilónica de samaria, escaparon las ciudades a la destrucción.
fue diezmada la población del país, los deportados a Babilonia algunos murieron en las
batallas otros de enfermedad; otros seguramente fueron ejecutados, y otros muy
seguramente escaparon.
“Los babilonios no remplazaron a los judíos deportados con elementos llevados allí de
otros lugares, como habían hecho los asirios en Samaria. La población de Judá, que
sobrepasaba probablemente los 250.000 en el siglo octavo y que posiblemente llegaría, aun
después de la deportación del 597, a la mitad de esta cifra, apenas pasaría de 20.000, aun
incluyendo a los primeros exiliados que volvieron del destierro654 y debió estar, además,
sin duda, muy diseminada en los años intermedios” (Bright Pág 546).
La situación de Judá era miserable y precaria. En cuanto al templo que fue reducido a
escombros Siguió siendo un lugar Santo al que continuaron yendo varios peregrinos incluso
desde Israel, y allí ofrecían sacrificios entre las ruinas.
Sin embargo, en Judá había un pueblo piadoso que aún con sus hermanos lejanos lloraban
sobre Sión y anhelaban la restauración; Sin dirección alguna lo único que les quedaba era
soñar.
La religión en el norte de Israel estaba contaminada con algunos aspectos paganos ya antes
desde 721, y esto lo podemos ver en Oseas. Los esfuerzos de Josías no habían logrado un
cambio drástico en esto. Estando el pueblo casi durante siglo y medio bajo el gobierno
extranjero, El celo nacionalista estaba amortiguado.
Los judíos que vivían en Babilonia representaban parte importante para los dirigentes
políticos, eclesiásticos e intelectuales de su país, es por esto por lo que son seleccionados
para la deportación.
“Su número, seguramente, no fue grande. En Jr. 52, 28-30 se dan los totales exactos de las
tres deportaciones (de 597, 587 y 582), y la suma global es solamente de 4.600. Es una cifra
razonable. Aunque probablemente se cuentan sólo los varones adultos, la suma total no
podía ser más de tres o cuatro veces superior. Pero eran estos exiliados, aunque pocos en
número, los que modelarían el futuro Israel, dando a su fe una nueva dirección y
proporcionando el impulso para la definitiva restauración de la comunidad judía en
Palestina”1.
“El pueblo queda dividido en tres grandes grupos: los que han quedado en Palestina,
campesinos pobres; los que han marchado a Babilonia; los que han huido a Egipto. El más
importante, por formar la élite intelectual y religiosa, es el de Babilonia. El Sal 137 nos
recuerda los sentimientos de los deportados, emigrantes forzosos en tierra extraña: «Junto a
los canales de Babilonia nos sentamos a llorar, acordándonos con nostalgia de Sión». Pero
es también una época de gran creatividad desde el punto de vista literario” (Sicre 295).
No se pueden hacer al margen las humillaciones que tuvieron que soportar esos exiliados,
sin embargo parece que no fue tan extremadamente severa. llevados al sur de Mesopotamia
fueron asentados en establecimientos propios; no eran libres pero tampoco prisioneros.

1
para la discusión, Janssen, op. ict., pp. 25-39. II R 24, 14, 16 da 10.000 (u 8.000) para sólo la primera
deportación, lo que es un cálculo bastante aproximado del total, contando las mujeres y niños. Kittel calcula
el total de los deportados (GVI, III, pp. 60-62) entre 50.000 y 70.000; E. Meyer (Die Entstehung der
Judentums [Halle, M. Niemeyer, 1896], pp. 108-114) en unos 40.000 hombres; los dos cálculos parecen
demasiado elevados.
Se les permitía dedicarse a la agricultura, construir casas, y parece ser que ganarse la vida
como pudieran; incluso se podían reunir y tener una vida en comunidad.
Joaquín (su rey) que también fue deportado El primer grupo (597), fue tratado como rey y
también como un pensionado de la corte de Babilonia.
Parece ser que la vida en Babilonia trajo oportunidades que no habían tenido en Palestina.
El futuro que esperaban los exiliados era precisamente el de una restauración en la patria,
esta esperanza siempre la llevaron. parece ser que algunos se resignaron al llevar su vida en
Babilonia, sin embargo la comunidad cívica rehusó aceptarlas la situación como definitiva.
Estas esperanzas reviven con la inestabilidad del imperio babilónico, pues este imperio
duró poco; había sido creado por Nabucodonosor y su padre. tras la muerte de
Nabucodonosor a los 25 años de la caída de Jerusalén se concluye el imperio.
Tras la muerte de Nabucodonosor el poder de Babilonia cayó rápidamente. Durante 7 años
el poder cambió de manos tres veces.
“A Amel-marduk, hijo de Nabucodonosor (562-560)677, el Evil-merodak que libertó de la
prisión a Joaquín (II R 25, 27-30), le sucedió, a los dos años, con toda probabilidad
mediante la violencia, su cuñado Nergal-sar-usur (Neriglissar), probablemente el
Nergalsaréser que aparece como oficial babilonio en Jr. 39, 3, 13. Aunque Neriglissar (560-
556) era bastante enérgico —en 557/6 salió a campaña hasta el oeste de Cilicia (Pirindu)
para vengar un ataque contra el protectorado babilonio en la región oriental de este país
(Hume)— murió al cabo de cuatro años, dejando un hijo menor de edad, Labasi-Marduk,
en el trono. Este último fue rápidamente desplazado por Nabu-na'id (Nabonides),
descendiente de una familia noble de estirpe aramea de Jarán, que se apoderó del trono”
(Bright 563).
Edicto de Ciro
“Avi-Marduk, Sucesor del prepotente rey, fue quien autorizó la salida de la cárcel de
Joaquím, rey de Judá. En aquel tiempo, el imperio persa iba adquiriendo poder sobre otros
reinos de la zona. Babilonia fue el último objetivo de las conquistas de Ciro, el nuevo rey
de Persia que se había propuesto cambiar la estrategia colonizadora” (Vázquez Pág 93).
En el año 539 las tropas de Ciro toman Babilonia y establecen a partir de allí un nuevo
orden internacional. Los pueblos que habían sido sometidos por Babilonia ahora gozaban
de cierta libertad a partir de un nuevo régimen.
Tras la llegada del poder de Ciro a Babilonia, este decreta un edito para los extranjeros que
permanecen allí exiliados. este edicto permitía a los israelitas regresar a sus tierras y así
poder renovar las esperanzas que habían puesto en Dios y asimismo restaurar su identidad.
Esdras nos cuenta parte de este edicto, en donde se da cuenta de la orden del monarca
persa. incluso en el mismo libro de Esdras, se cuenta del regreso de los israelitas a
Jerusalén.
este edicto no solamente permitía el regreso de los israelitas sino que también colocaba las
bases para la reconstrucción del templo y la vida social y religiosa de la urbe.
el templo se convirtió en el argumento central de la política. a partir del mismo templo será
un equilibrio en las estructuras sociales, políticas y religiosas.
“El templo se reconstruyó en tiempos de Zorobabel bajo los auspicios externos de Darío,
rey de Persia, en el año 515ª.C. fue el segundo templo que tuvo Jerusalén, después del que
había proyectado David y construido Salomón” (Pág 94).
ludo cerdo tes los escribas y los levitas fueron los que comenzaron a estructurar la vida
social de Jerusalén, en lo que concierne al templo; sin embargo los sacerdotes empezaron a
ocupar un lugar privilegiado en las decisiones Del Gobierno del país.
Esdras y Nehemías (casta sacerdotal) fueron los responsables de la restauración del
judaísmo en Jerusalén.

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