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JOSÉPHINE DE LA RIVIÈRE
“El método es una cuestión de procedimientos, no de hacia dónde avanzar sino de cómo
hacerlo”. José Ferrater Mora (Filósofo español 1912-1991)
Dialektiké, del griego, es el arte de razonar, discutir y argumentar con discursos. Por
ende, la dialéctica es el método filosófico que procura investigar y resolver las
contradicciones del pensamiento y de la realidad histórica. Es la tendencia a investigar
la verdad, aunque debemos recordar que lo verdadero va variando según las épocas y
los tiempos.
Camino a seguir: los pasos a seguir para realizar una cosa. Procedimiento.
Antes de abocarnos a la dialéctica, vamos a introducirnos en las formas de pensamiento
occidental.
Desde la más remota antigüedad, el hombre se ha dado una cosmovisión del mundo; es
decir, ha explicado los fenómenos que constituyen su entorno natural; esa cosmovisión
(concepción filosófica), trata de explicar la totalidad perdida con la fragmentación de la
fusión originaria que supone el nacimiento. A partir de esta fragmentación, quedará –
entonces- una brecha entre el cerebro humano y el mundo fenoménico (el entorno
natural), en ella el hombre ubica las creencias, las explicaciones que atribuye a los
fenómenos del mundo que se le presenta, y que exceden su quehacer. Surgen así, los
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mitos y las ideologías, éstos, a la vez que organizan su vida, lo afectan desde el plano
del pensar, del sentir y del hacer.
El tiempo va naturalizando esos significados, esas atribuciones de sentido. Al hacerlo,
el ser humano va velando las contradicciones que les dieron origen; hasta que llega a
creer que su pensamiento responde a la realidad de la naturaleza.
Fueron los griegos (en nuestra llamada cultura occidental), quienes transitan el pasaje
del mito a la razón; y a partir del siglo V, separan el conocimiento fundado (la episteme)
del mito y de la magia.
Surge el logos, la razón, que explica los fenómenos naturales por fuera de la voluntad
de los dioses o sus delegados. El origen de la existencia abandona el carácter mítico y
los primeros “filósofos de la naturaleza” sustentan diferentes posiciones, según se
apoyen en los distintos elementos de la naturaleza como la materia prima que originaba
los cambios que se daban en ella
De los tres primeros filósofos nacidos en Mileto (colonia de Asia Menor), Tales opinaba
que el agua era el origen de todas las cosas, “se cuenta de él que –en uno de sus viajes-
midió la altura de una pirámide en Egipto, teniendo en cuenta la sombra de la misma, en
el momento en su propia sombra medía exactamente lo mismo que él”.
Anaximandro llamó a la substancia que daba origen a las cosas “lo indefinido”. No
creía, como Tales, que algo tan simple como el agua pudiera generar vida; tenía que ser
–por ende- otra cosa.
El tercero de los filósofos de Mileto fue Anaxímenes. Él planteaba que el origen de todo
estaba en el aire o la niebla.
Desde aproximadamente el año 500 a.de C. en Elea (sur de Italia) vivió un filósofo
llamado Parménides, que pensaba que todo lo que existía en el mundo, es eterno. Si
bien sus sentidos daban cuenta de los cambios, la razón le decía lo contrario, y explicaba
que los sentidos producían imágenes erróneas del mundo, “ilusiones”. Con él se inicia
el RACIONALISMO.
Estas eran dos posturas opuestas: Parménides dice que “nada puede cambiar y que
las sensaciones no son de fiar”. Heráclito sostiene, en cambio, que todo cambia y que
las sensaciones son fiables.
Estas visiones tan opuestas entre sí, encuentran en Empédocles (Sicilia, 494-434 a. de
C.) a un pensador que clarificó la antinomia entre los anteriores. Plantea que existen
cuatro elementos o raíces: tierra, aire, fuego y agua. Dice que los cambios de la
naturaleza se deben a cómo se mezclen y separen esos cuatro elementos. Con los
sentidos puede comprobarse estos cambios, pero los elementos quedan inalterables con
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los cambios en que participan. Por lo tanto, si bien hay cambios, “no todo cambia”. Creía
que había, -además- dos fuerzas en la naturaleza; una que tendía a unir, “el amor” y
otra que tendía a la separación, “el odio”.
He aquí la primera diferencia entre elemento y fuerza.
Más acá en el tiempo (460-370 a.C.) Demócrito, nacido en la costa del Mar Egeo, en
Abdera, pensaba que todo en la naturaleza estaba formado por pequeñas piezas
pequeñas e indivisibles, que llamó átomos. Decía que existía un sinfín de diferentes
átomos, que podían dar lugar a diferentes cuerpos. Planteaba que, si un cuerpo o un
árbol moría, los átomos se dispersaban y podían formar nuevos cuerpos. Es el fundador
de la Teoría atómica.
Platón (Atenas, 427 - 347 a. C.) continuador de Sócrates, da una vuelta de tuerca a la
maiéutica, proponiendo un “dialego” o polémica, de donde deriva la palabra dialéctica,
que se constituye como el método para conocer la verdad, descubriendo las
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contradicciones internas del razonamiento propio o ajeno. La dialéctica de Platón
es aplicada sólo al razonamiento, no a la realidad.
Para él se mantiene la dualidad de Parménides: al mundo sensible agrega un mundo
celeste, donde habitan las ideas, a las que concede existencia real. Las cosas son reflejo
de las ideas. (Mito de la caverna). Es tributario de la idea de un cuerpo y de un alma,
pre-existente al cuerpo, El alma en relación al eros, como idea perfecta, idea que el
hombre va a añorar durante su vida imperfecta, hasta su retorno al mundo ideal.
Aristóteles (Estagira, 384- 322 a.C), formula la lógica, que reduce a leyes el mundo del
pensar. Este método de razonamiento se refiere al pensamiento formal, no a la realidad,
y consta de principios:
Principio de no-contradicción: Es imposible que una cosa sea dos cosas: ella
misma y su contrario.
A esta lógica se la llama lógica formal. Es causal, lineal y no sirve para interpretar
la complejidad de la vida.
Plantea que el ser infinito es una totalidad, ya que nada está aislado y todo está
en relación.
A diferencia de Aristóteles, dice que esa relación es de OPOSICIÓN Y NO DE
IDENTIDAD.
Pichon plantea que “el análisis sistemático de las contradicciones, o sea, el análisis
dialéctico, es la tarea central de un grupo operativo”.
TESIS. (Afirmación)
ANTÍTESIS (Negación o contradicción)
SÍNTESIS (Negación de la negación y superación)
Como todo proceso, es de constante movimiento, o sea que esa síntesis va a constituir
una nueva tesis, que será negada por la contradicción (antítesis), sometida a una
superación (síntesis); y así, en continuo movimiento, dando saltos cualitativamente
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superadores. Es una lógica, como dije, diferente, no lineal, que trata que la razón y la
realidad expresen su coincidencia.
Como idealista, Hegel piensa que la idea es generadora de todos los procesos de
desarrollo.
Expresa que cada cosa en una unidad de contrarios, compuesta de elementos que se
excluyen al mismo tiempo que se hallan inseparablemente vinculados.
Federico Engels (Barmen, Renania, 1820 - Londres, 1895) define a la dialéctica como
”la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, la
sociedad humana y el pensamiento”. Esto quiere decir que las tres se desarrollan
dialécticamente. Además de constituir un método de pensamiento, constituye una
modalidad de interpretar dinámicamente los fenómenos y procesos de la materia.
Engels formula las principales leyes de la dialéctica:
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Materialismo Dialéctico y Pichon Riviere
Otros de los autores de los que se nutre Pichon es Henri Lafebvre, francés, intelectual
marxista (1901-1991), y expresaba que la ideología es “una falsa conciencia”, que se
opone al pensamiento dialéctico, ya que es mediante la dialéctica que se accede al
contenido. Su crítica del día a día, fue uno de sus mayores aportes. Y su elaboración
del materialismo dialéctico, el individuo y la praxis de lo concreto, ocupan un sitio central.
Sostuvo la cotidianidad debe liberarse del capitalismo, cuya función es reproducir los
caracteres impuestos a la vida colectiva por las clases dominantes, la costumbre no
haría más que perpetuar las relaciones de dominación. La costumbre lo denominaba
como un depósito subterráneo que impide a la fantasía e inventiva surgir, y que se debía
encontrar las vías para la expresión, la autonomía del ser.
El arte era para Lafebvre, un medio de experiencia que saca del convencionalismo.
Nada está aislado en el mundo, todo se relaciona con todo. La interacción universal es
el punto de partida de la dialéctica. Para la psicología social, no es un dato menor.
Cuando –por ejemplo- tratamos de comprender una conducta, no basta la simple
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observación de las manifestaciones externas de las mismas, habrá que estudiarlas como
emergentes de una estructura total, dinámica. Bleger dirá que la conducta es un proceso
que debe ser estudiado en función del tiempo, o sea en la dialéctica pasado-presente.
A diferencia de la lógica formal, donde algo es o no es, la ley de la unidad y lucha de los
contrarios, establece la coexistencia de los opuestos. En los grupos, por ejemplo, las
tendencias a la cohesión y a la disgregación operan como fuerzas de distinta
direccionalidad.
Esto evidencia la importancia de los VÍNCULOS, en interacción constante. Esta acción
mutuamente modificante de los polos opuestos.
“No se puede concebir ningún fenómeno que no incluya tiempo y espacio juntos, ya
que nada está detenido ni nada está fijo, se trata siempre de una totalidad en
movimiento. Toda estructura está en permanente transformación, y el concepto de
transformación incluye la noción de tiempo” (Pichon Rivière, 1956-57, p. 104). De este
modo se puede observar cómo el concepto de vínculo y más específicamente el de
“espiral dialéctica” remiten a una ontología relacional en la teoría de Pichon Rivière, es
decir, se entiende al individuo como resultado de una operación y no como un sujeto
con rasgos y propiedades esenciales. El sujeto es concebido como objeto de segundo
orden ya que es el resultado de una trama vincular.
- Sujeto – grupo
- Necesidad – satisfacción
- Lo viejo – lo nuevo
- Proyecto – resistencia al cambio
- Lo manifiesto – lo latente
Partiendo del concepto del movimiento constante, la esencia de la siguiente ley es que
los cambios cuantitativos, -en un primer momento, imperceptibles-, al acumularse,
producen en determinado momento un cambio cualitativo. A este cambio se lo llama
salto. Podemos relacionar esto con el momento en que –en un grupo operativo, por
ejemplo- se van sumando distintas enunciaciones al elaborar grupalmente un tema
teórico, hasta que el agregado de un elemento nuevo, produce un salto en la
comprensión del tema, acercándose a la verdad. Esto es un cambio cualitativo. En el
acontecer grupal, a estos saltos, vueltas de espiral o eslabones de la cadena
dialéctica, se los llama unidad de trabajo.
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Tanto en la Naturaleza como en la sociedad, los saltos son disruptivos, alteran la
continuidad. Pueden ser lentos (evolución: no conducen necesariamente a cualidades
nuevas) o rápidos (revolución: en las relaciones sociales, las concepciones científicas,
el estado de la técnica).
Lo que genera el movimiento, no son los polos opuestos, sino el vínculo, la conexión
entre ellos (Dialéctica del amo y el esclavo).
Esto hace que podamos hablar de una dialéctica compleja. Tan compleja como la vida
misma.
BIBLIOGRAFÍA
Adorno, Theodor W.: Actualidad en la filosofía. Altaya. Barcelona, 1994.
Berlin, Isaiah: “Contra la corriente. Ensayos sobre historia de las ideas”. Fondo de
Cultura Económica. México, 1983.
Bleger, José: Psicología de la conducta. Paidós. Buenos Aires, 1973.
Engels, Federico: Antidühring. Editorial Cartago. Buenos Aires, 1975.
Gaarder, Jostein. El mundo de Sofía. Editorial Siruela. Madrid, 1994.
Lefebvre, Henri: Lógica formal, lógica dialéctica. Siglo XXI Editores.Madrid, 1970.
Morin, Edgar: El paradigma perdido. Editorial Kairós. Barcelona, 1973.
Pichon-Rivière, Enrique: El Proceso grupal. Nueva Visión. Buenos Aires, 1985.
Rambaut, Leo: Diccionario crítico de Psicología Social. Según la teoría del doctor
Enrique Pichon-Rivière. Ed del
Autor. Buenos Aires, 2002