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Enojo

Contaron los sabios de la Ética, que cierta vez le preguntaron a


una persona temerosa de Hashem por qué no se enojaba. A
esto ella respondió: porque no tengo tiempo libre para poder
hacerlo …

¿Qué aprendemos de esto?

Que son el ocio y el aburrimiento los que generan el terreno


fértil para que sentimientos de angustia y de insatisfacción
aparezcan en la persona … Y cuando ello sucede, la persona
está mucho más expuesta a que todo le afecte, enojándose y
alterándose -por casi cualquier cosa- como consecuencia de
ello.
En cambio, aquel que está ocupado en realizar acciones de
carácter altruista (Tendencia a procurar el bien de las personas
de manera desinteresada, incluso a costa del interés propio ) y
positivo, no tiene el “privilegio” de tener tiempo libre para
darse el “lujo” de generar ese tipo de sentimientos …

Es por ello, que cuando la persona tiene ocupaciones que le


llenan el espíritu y el alma, “automáticamente” bloquea la
aparición -o al menos el fortalecimiento- de sentimientos y
actitudes de carácter negativo.
Y no en vano los sabios dijeron que una de las peores cosas
que existen es justamente el estar sin hacer nada …

En síntesis, por todo lo que acabamos de mencionar, es


fundamental que la persona invierta tiempo y energías en
estudiar y experimentar cosas (permitidas y no peligrosas), que
le sirvan para conocerse mejor a sí misma y así descubrir su
propósito altruista particular para el cual vivir.

Al hacerlo, mejorará automáticamente su sensación interna,


interactuará de una manera mucho más positiva y armónica
con sus semejantes y disfrutará mucho más de todos y cada
uno de los aspectos singulares de su vida (pues cuando la
persona es mejor, todo naturalmente también lo es …).

Dijo un sabio: Todo el que se enoja, su visión se debilita.


Esto es posiblemente cierto también a nivel físico – pues el ser
humano es un ser integral en el cual todo influye sobre todo-, y
de seguro también es cien por ciento cierto a nivel espiritual.

¿Y por qué espiritualmente esto es así?

Porque cuando una persona se enoja, entonces no puede ver


las cosas como realmente son, pues su enojo transforma a su
visión en una visión de tipo tendenciosa, debilitándose su
visión correcta y objetiva de la realidad.
Por consiguiente, como la visión tiene un peso y una
importancia tan crucial en nuestras vidas, debemos de
cuidarnos de no enojarnos, para así evitar tergiversar las
cosas, engañándonos a nosotros y/o engañando con nuestra
visión “torcida” a otros que interactúan con nosotros en
nuestra realidad …
Y es interesante notar en este sentido, que los sabios nos
dijeron que todo el que se enoja es como sí hiciese idolatría, y
está escrito que los ojos de nuestro patriarca Yitzjak se
debilitaron por la idolatría que hacían las esposas de su hijo
Esav; de lo cual se puede inferir también que el enojo provoca
el debilitamiento de la visión, al igual que el humo que
emanaba del culto idólatra que realizaban sus esposas …

En estos tiempos de pandemia, debemos ser creativos, y tratar


y hasta obligarnos a hacer cosas que nunca hicimos. Juegos
en familia, cocinar en familia, charlar, hablar con tu esposa,
decirle cuanto la amas, o a tu esposo. Lo mismo a los hijos,
decirles que los amas, que son lo mejor de tu vida. Son
tiempos de no solo evitar enojos, sino de sembrar amor,
reafirmar el amor. Porque eso hace que las tinieblas
retrocedan. Shalom.

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