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NUESTRAS BATALLAS PARA ABRIR

CAMINOS DE LUZ
«Cuando salgas a la guerra sobre tu enemigo …»
(Dt 20: 1)

Entre las naciones, a lo largo de la historia humana, ha


existido una guerra que se libra cuerpo a cuerpo contra el
enemigo que invade y destruye el patrimonio de una
nación. Cada vez que esto sucede, los soldados salen a
salvaguardar la seguridad del país que ha sufrido afrenta.
Pero, en nuestros días somos testigos de otro tipo de
guerra. Un conflicto internacional es más difícil de librar: la
lucha contra el terrorismo fundamentalista.
Esta guerra se destaca en el hecho de que el adversario se
encuentra dentro de la misma nación, viviendo en alguna
ciudad de la misma. Muchas veces es un ciudadano nativo
que ha sido fascinado por los dogmas y la cosmovisión de
dichos sentimentalismos del terror. Este enemigo, se
comporta la mayoría de las veces como un aliado de la
causa nacional, esperando el momento exacto para
cometer el atentado que debilite la vida de dicho país,
llevando a todo el territorio al desbalance y el caos.
Debemos saber que la Torah contempla la guerra, pero no
la colonización en otras naciones.
Israel debe tratar por todos los medios de mantener la paz,
no obstante tiene el derecho legítimo de autodefensa.
Como lo tienen todas las naciones de la tierra.
Dentro de las normativas éticas de la Torah respecto a las
guerras, encontramos una que refiere al cuidado del medio
ambiente.

Uno de los puntos más notables de la ética medioambiental


judía es el mandamiento de evitar la destrucción sin
sentido. Deuteronomio 20:19 declara:
Cuando sities a una ciudad durante muchos días para
hacerle la guerra y apoderarte de ella, no destruyas
sus árboles, blandiendo el hacha contra ellos, ya que
de ellos ustedes comerán y no los deben cortar…

Cinturón verde
Los mandamientos de la Torá sobre el medioambiente no
terminan allí. Numeros 35:1-5


En las llanuras de Moav junto al Yarden, del otro lado de
Yerijo, YAHWEH dijo a Moshe:
2
 'Ordena a los hijos de Yisra'el dar a los Leviim ciudades
para habitar de la herencia que ellos poseen, y tú también
darás a los Leviim campo abierto alrededor de las
ciudades.
3
 Ellos tendrán las ciudades para habitar, mientras que el
campo abierto será para sus animales de cría, para
cosechar y para todos sus animales.
4
 El campo abierto alrededor de las ciudades que des a los
Leviim comenzará con una línea trazada alrededor del
muro de la ciudad 1,500 pies afuera de ella y se extenderá
hacia afuera desde allí.
5
 Mide 3,000 pies hacia fuera desde el muro de la ciudad
hacia el este, sur, oeste y norte, con la ciudad en el centro.
El espacio entre la línea de los 1,500 pies y la línea de los
3,000 será su campo abierto alrededor de las ciudades.

Ordena que las ciudades de levitas deben estar rodeadas


por una amplia franja de campo abierto. Maimónides
extiende esto a todas las ciudades de Israel. Rashi
comenta que el cerco tiene el objetivo de "mejorar la
estética de la ciudad" (Arajín 33b). Esto ha sido llevado a
cabo en tiempos modernos, en los que muchas ciudades
tienen ese cinturón verde.

Misión Divina
De estas y otras enseñanzas, aprendemos que proteger el
medioambiente es una obligación de la Torá que no sólo
protege la creación de Dios (nosotros incluidos), sino que
también nos enseña los principios del autocontrol,
compasión y empatía. A pesar de que los valores
espirituales enseñados en la Torá no se encuentran
completamente expresados en el movimiento liberal
de ambientalismo, es probable que el movimiento
ambientalista sí se haya inspirado en estos valores.

Incluso para quienes no se consideran ambientalistas,


deberíamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para
asegurar un futuro brillante para las generaciones
venideras, ya sea reciclando o comprando un automóvil
que sea energéticamente eficiente.

Reconocer lo frágil que es nuestro planeta nos recuerda las


grandes responsabilidades que tenemos, no sólo por
nuestra supervivencia física, sino que también por el
cumplimiento de nuestra misión Divina. Sin embargo, la
acción individual sólo cumple una parte de esta misión.
Debemos tomar acción social, ayudar a educar a otros y
exigir legislación que ilegalice la destrucción sinsentido y
envíe un claro mensaje de que la Creación no es algo que
puede ser explotado o alterado sin razón.

El resultado seguramente será un mundo más limpio,


pacífico y consciente espiritualmente para nuestro futuro.

Volviendo al concepto de CUANDO SALGAS A LA


GUERRA, debemos comprender que cuando salimos de
nuestra casa, nos enfrentamos con el sistema de este
mundo. Nos enfrentamos con cosas que lastiman nuestra
sensibilidad, nos enfrentamos con ideologías de género, de
aborto, de violaciones de injusticias.

De igual modo, todo redimido en la sangre de Yeshúa debe


aceptar que vive un constante enfrentamiento ideológico
contra su yetzer hará (tendencia al mal) descripto por el
apóstol Pablo en el capítulo 7 de su carta a los romanos.
Ese instinto maligno, en las manos del adversario
(HaSatán) tiene por misión terrorista intentar que el
miembro de una congregación mesiánica de primogénitos
de Yahvéh se aparte del camino de la justicia, trazado por
Yeshúa el Tzadik (Hechos 22:14).

 Él dijo: 'El Elohim de nuestros padres ° determinó de


14

antemano que conocieras su voluntad, veas al Tzaddik y


oigas su voz;

Esta tendencia al mal, es nada más y nada menos que el


«veneno de la serpiente«, que implantado en el fluir
psíquico de cada hombre, se muestra como una falta
identidad de cada persona humana. Estoy refiriéndome al
ego, esa cáscara que el oponente (HaSatán) ha instalado
en la humanidad caída, y que logra una programación
anárquica en la mente de cada individuo de la misma,
mediante los dogmas del sistema de ese mundo, que el
mismo adversario gobierna.

Para conseguir que el ego se manifieste mediante el yetzer


hará, HaSatán utiliza todo tipo de artimañas para
engañarnos y así conseguir su vil cometido. Entre tantas
estrategias que utiliza, la que mejor funciona es la de
hacernos pensar que ya lo vencimos, y que podemos
continuar tranquilos nuestra marcha por esta vida. Este
será el principio de la perdición de quien se jacta de su
aparente triunfo, una vez más el oponente habrá logrado
recapturar a su antigua víctima.
Por eso nos advierte la Torah: «Cuando salgas a la guerra
contra tu enemigo» … Esta expresión divina quiere
significar en su codificación:

“Si te mantienes alerta, si tomas las medidas precautorias y


estás consciente de que cada día debes salir a la guerra
contra tu enemigo (el ietzer hará )”, ENTONCES Yahvéh lo
entregará en tu mano y podrás vencerlo.»

Por lo tanto, la parashá de esta semana nos llama a


reconocer que si no fuera por la Presencia bendita del
Eterno, a través del Espíritu de Su Hijo, el redimido en Su
sangre no podría vencer a su inclinación malvada.

Por eso, nunca te confíes, ¡no te duermas en los laureles!,


no hagas la plancha,etc. Pues aunque le hayas ganado un
poco de terreno, la fuerza del mal nunca se rendirá.
HaSatán es una fuerza que trabaja contra ti 365, 24, 7 (los
365 días del año, durante las 24 horas, de cada una de las
semanas). En otras palabras, el oponente nunca descansa.

Pero hay una buena noticia (betsorah): ¡La Luz Infinita (Or
EinSof) tampoco descansa!

Por eso, ella ha prometido estar contigo «todos los días


hasta el fin del sistema de cosas» (Mateo 28:20).

¡Así es, tendrás que luchar contra él durante toda tu vida!


Esa lucha terminará cuando el Eterno haga sonar su
Trompeta final, anunciando el triunfo de la fe. En ese
momento se verá quién fue el vencedor y quién el vencido.

Por eso debemos cuidarnos de nunca pensar que ya lo


vencimos, porque esa es su arma más letal. La táctica por
emplear es ir ganándole poco a poco. Para eso tenemos
armas que no son de este mundo:

(2 Corintios 10:4-6).
4
 porque las armas que usamos para hacer la guerra no
son del mundo. Por el contrario, ellas tienen el poder de
YAHWEH para demoler fortalezas. Nosotros derribamos
argumentos
5
 y toda clase de arrogancia que se levante contra el
conocimiento de YAHWEH, y llevamos cautivo todo
pensamiento, y lo hacemos obedecer al Mashíaj.
6
 Y cuando sean completamente obedientes, entonces
estaremos listos para castigar todo acto de desobediencia.
[32]

Ellas son primordialmente:

* la meditación en la Torah,

* El estudio y la praxis de los mitzvot

* y la vida de tefilah (oración).

En caso de considerar alguno que obtenido la más


pequeña victoria s en tu cotidianidad sobre el espíritu
maligno, apréciala como significativa para tu propósito, de
forma que sea un peldaño hacia una victoria mayor. Desde
ello, aprende a ser más cauteloso, aceptando que mientras
más te fortalezcas, el enemigo lo hará también…

Antes de enfrentar a un enemigo, lo primero que debemos


hacer es conocer sus fortalezas y sus debilidades.

¿Sabes dónde se encuentra el instinto maligno?

En los lugares que piensas que no se encuentra. Él intenta


incansablemente encontrar tu lado débil, para hacerte caer
en sus engaños.
Otra de sus artimañas es apresurar a su víctima a cometer
el acto; cuando se te antoja algo, te apremia para que
actúes precipitadamente con el fin de no darte tiempo para
reflexionar, pues si piensas en lo poco que dura el gusto te
darás cuenta de que no fue tan placentero ni tan delicioso
como te lo presentó.

Otra de sus estrategias es menospreciar lo bueno que


haces.

Te hace pensar que no es gran cosa, que podrías hacerlo


mejor; hasta te muestra otros que te superan en el acto en
cuestión y te dice: “¿Para qué sigues? No lo haces tan
bien”.

Y después de perder el valor de tus acciones, pierdes la


alegría, quedando impuro en tu alma. Es entonces que te
encuentras vulnerable para caer en el pecado.

Por eso los sabios de Israel siempre aconsejaron: “Aléjate


de toda tentación y de toda persona que pudiera
influenciarte para pecar”. Desde este dicho se
fundamentaba el apóstol Pablo al decir a los creyentes de
la ciudad griega de Corinto:

«¡No se dejen engañar! Bien dice el dicho, que «Las


malas amistades echan a perder las buenas
costumbres.»
(1 Corintios 15:33)

¿Cuál es la debilidad del yetzer hará? ¿Cómo


podemos contener su ataque?
El Todopoderoso puso en nuestras manos ciertas defensas
que, si las utilizamos adecuadamente, nos ayudarán a
lograrlo.

Primero necesitamos saber qué es lo que HaSatán busca


cuando nos tienta usando el yetzer hará.
Este villano atenta contra nuestra vida. Los 60,70,80 o 100
años que Yahvéh nos concede en este mundo no le
interesan; el adversario va sobre algo mucho más valioso:
quiere abatir la vida eterna.

Si tenemos esto siempre presente, vamos a defenderla sin


tregua. Sacaremos, si es necesario, nuestras fuerzas
ocultas para huir del peligro que nos acecha.

Hay una frase llena de sabiduría que se encuentra en la


Guemarah, que dice:

“Si te encuentras con ese villano (el yetzer hará), llévalo


al Bet HaMidrash. Si es una roca, se desmoronará; si es
de hierro, se hará pedazos”

Este es el consejo exacto. El Bet HaMidrash (Templo


Santo) es ese momento de encuentro íntimo que un
creyente en el Mesías se asegura para estar meditando los
secretos celestiales revelados en la Torah.
Sin embargo, para lograr esto exitosamente, hay una
condición divina: Ki Tetzé (“cuando salgas”), es decir,
cuando te sientes a estudiar en tu interioridad o aposento,
“sal” primero de tu negocio, de tu casa, de cualquier cosa
que pueda distraerte; y así Yahvéh pondrá en tu mano a tu
enemigo interno, el ego, que busca vencerte por medio de
yetzer hará.

La inclinación al mal (yetzer hará) ataca principalmente el


estudio de la Torah. Ella trata de evitar con todas sus
fuerzas que la persona estudie la Instrucción del Eterno.
Porque una pequeña porción de luz aleja mucha oscuridad.
Por eso, el antídoto contra ese enemigo es la Torah. Si tú
la estudias y meditas, no caerás en su trampa.

Es por eso amigos, hermanos, que hay muchos que han


quedado en el camino. Con muchos incluso hemos
compartido algún Sabbath, algún Rosh jodesh, alguna
fiesta del Eterno, no obstante, el yetzer hara, los ha
vencido, y ya no están con nosotros.

Salomón decía, no hay nada nuevo bajo el sol, lo que paso,


pasa, y volverá a pasar.

He ahí la importancia de dedicar nuestra vida al estudio de


la Torah, para fortalecernos, crecer, elevarnos, y no pensar
nunca que hemos vencido al enemigo, porque mañana al
amanecer nos estará esperando nuevamente, para tratar
de derrotarnos.

SHALOM

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