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LUIS JAVIER BARRAZA PUENTE

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE DURANGO

LICENCIATURA EN ENFERMERIA

INFORMATICA

ENFERMERIAN EN EL SIGLO XXI

LUIS JAVIER BARRAZA PUENTE

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LUIS JAVIER BARRAZA PUENTE

INDICE

Introducción.......................................................................................................................................3
Cuidados. Gestión de los cuidados. Papel de la enfermería...............................................................4
Situación actual y facilitadores del cambio:.......................................................................................5
La trilogía:  modelo – proceso enfermero – producto enfermero:.................................................6
La evolución de las antiguas taxonomías y la llegada de las nuevas:.............................................8
Nuevas herramientas: Trayectoria clínica versus planes de cuidado:............................................9
La esperada “evolución informática”...............................................................................................10
La enfermería basada en la evidencia..............................................................................................11
Desarrollando planes de formación e implantando la carrera profesional......................................12
¿Una nueva enfermería?..................................................................................................................13
Bibliografía.......................................................................................................................................15

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Introducción

Todas las profesiones tienen que ir adaptá ndose a los cambios que se van
produciendo con el transcurrir del tiempo. La enfermería debe adaptarse y salir de la
situació n de estancamiento en la que se encuentra como colectivo. Los cuidados son el
objeto de nuestra profesió n, y la gestió n de los cuidados es el instrumento principal de
la enfermería. Esta gestió n es la que va a facilitar el cambio, ya que ayuda en la
prá ctica profesional y mejora la calidad de los cuidados que prestamos. También es
necesario actualizar el concepto de gestió n que manejamos, así como incorporar a
este concepto de gestió n de los cuidados las herramientas que está n desarrollá ndose y
perfeccioná ndose dentro de nuestro quehacer diario, para alcanzar la excelencia en la
administració n del producto enfermero. Esta evolució n en la enfermería nos va a
llevar a replantearnos el proceso enfermero y el papel de cada una de las enfermeras,
con lo cual deben modificarse los roles que se adoptan actualmente en las direcciones
de enfermería.

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Cuidados. Gestión de los cuidados. Papel de la enfermería.

El objeto central de nuestra profesió n son los cuidados. Este eje central que engloba
como un todo lo que hacemos, se puede desglosar en cuatro pilares bá sicos, o
funciones principales que la enfermería realiza: asistencia, docencia, investigació n y
administració n. En nuestro trabajar diario, se ha pasado de la distribució n de
cuidados por tareas (generalmente actividades dependientes de la profesió n médica),
al papel de la enfermera como responsable de la dispensació n de cuidados integrales. 
Esta dispensació n integral implica que los enfermeros son los gestores de los
cuidados, y se va a ver influida por el concepto que poseamos de gestió n. Debemos
alejarnos del concepto administrativo puro, puesto que, al asistir, investigar o
enseñ ar, también estamos gestionando. Así, la gestió n de los cuidados debe
entenderse como una herramienta que permite analizar, planificar y evaluar el
proceso de cuidados, y de esta forma, la gestió n de los cuidados va a ser el
instrumento que permita a la enfermería desarrollar el eje central de su profesió n,
guiá ndonos frente a los requerimientos actuales y venideros. El objetivo de nuestra
gestió n debe tener como horizonte el adecuar la oferta de cuidados a las necesidades y
demandas de los ciudadanos. Por tanto, lejos de tener mú ltiples formas de trabajar, lo
que nos va a facilitar la gestió n es una herramienta capaz de adaptarse a los distintos
á mbitos asistenciales donde se encuentran nuestros usuarios, dentro del continuo
salud-enfermedad.

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Situación actual y facilitadores del cambio:

            El cambio no puede venir dado desde los profesionales encargados de la


direcció n, puesto que el motor del cambio debe partir de una reflexió n personal de
cada profesional. Son cada una de las enfermeras, las que deben tomar conciencia de
la importancia de esta gestió n, puesto que el papel tradicional que hemos adoptado es
de dependencia y subordinació n, y así no vamos a poder consolidar nuestro rol dentro
del equipo multidisciplinar.

Para centrar el tema, presentaré una visió n que no se ajusta a la realidad (por su
generalizació n, y por supuesto colmada de errores y tó picos), pero que nos va a dar
una visió n de conjunto, por otro lado, no tan alejada de nuestra realidad cotidiana.
Actualmente, las enfermeras se encargan de la distribució n de los cuidados por tareas,
generalmente de actividades interdependientes, o bien dedicá ndose só lo a actividades
dependientes de otras profesiones. Nurse viene de la raíz latina nutrio que significa
criar, nutrir, alimentar, atender. En el sistema actual los profesionales de enfermería
que má s se dedican a lo que la raíz latina nos indica como eje central de nuestra
profesió n, no son precisamente los enfermeros, sino que son los auxiliares de
enfermería (hoy técnicos especialistas en cuidados auxiliares de enfermería). Los
enfermeros, en muchos casos, se vuelcan má s en las actividades dependientes de otros
profesionales, pareciendo má s ayudantes técnicos de los médicos, que auténticos
cuidadores profesionales. No emplean para determinar su campo de actuació n un
criterio definido, ni en su sistemá tica, ni en su método de trabajo. Consideran que los
registros son pérdidas de tiempo, con lo cual registran poco y dejan perder mucho del
trabajo que realizan, puesto que como es má xima, todo lo que no está registrado no
está hecho. Los protocolos y procedimientos no suelen ser la guía de sus técnicas de
actuació n, puesto que se dejan llevar má s por sus conocimientos, experiencias y
creencias, que nunca se han parado a cuestionar, y lo que hubiese sido muchísimo
mejor, a validar científicamente. La investigació n es parcela de muy pocos, y cuando lo
intentan, no conocen los principios de la investigació n y de la generació n de
conocimientos mediante el método científico, y aunque cada vez se nos anima má s a
utilizar y desarrollar la investigació n, puesto que debemos trabajar basá ndonos en la
evidencia, o no sabemos en qué consiste, o carecemos de formació n para utilizar los
recursos de los que actualmente disponemos.

            Esta situació n (visió n pesimista ya antes señ alada) es la que debemos revertir.
Debemos transformar a cada uno de estos enfermeros clá sicos en un enfermero
nuevo. Debemos desterrar para siempre la acepció n administrativa de gestió n,

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entendiendo esta como una herramienta para aumentar la calidad de los cuidados y
con ellos poder alcanzar la excelencia. El concepto de gestió n que debemos manejar
para dirigir este cambio va a ser el de gestió n estratégica, entendida como el conjunto
de decisiones y acciones empleadas para formular y seguir estrategias que presenten
un ajuste competitivamente superior entre la enfermería y su entorno para lograr los
objetivos profesionales. Tenemos la obligació n de conocer la visió n, la misió n y el plan
estratégico de cada una de las instituciones en las que trabajamos. Debemos después
añ adir el conocimiento, puesto que así todos los profesionales será n partícipes y
valedores de los objetivos que cada institució n se marque.  Como hemos señ alado, la
gestió n de los cuidados es un instrumento, una herramienta para la obtenció n del
producto enfermero, pero no tenemos que pensar que está conformado por una ú nica
pieza, sino que está formado por mú ltiples engranajes, que, aú n funcionando,
necesitan desarrollarse y perfeccionarse. Estos engranajes que engarzados forman la
herramienta, la gestió n de los cuidados, son:

 La trilogía:  modelo – proceso enfermero – producto enfermero:

Hace no má s de 35 añ os que todos estos conceptos (PAE, modelo, teoría, marco


conceptual) se empezaban a escuchar en el mundo de la enfermería españ ola.

Un modelo es la representació n conceptual de la realidad. No es la realidad, sino una


abstracció n o construcció n de la misma desde la percepció n subjetiva de una persona
que ha conseguido dar un sentido, un contenido y una finalidad a su actividad
profesional. Es la teoría que nos guía. Lo má s importante en nuestros días, má s que
conocer en profundidad todos los modelos que se encuentran má s o menos
desarrollados, es, que todos los enfermeros sepan cuá l es el eje central de su trabajo,
de su profesió n, independientemente de que por unas u otras razones realicen
actividades que puedan apartarse de dicho centro. La consideració n principal que
tenemos que hacernos, es que el modelo elegido, tiene que ser holístico y humanista, y
una vez que tengamos definido el modelo que vamos a utilizar en cada institució n e
independientemente del modelo que elijamos, el desarrollo de nuestra profesió n se
debe realizar utilizando el proceso de enfermería. El proceso enfermero es “un
método sistemá tico de brindar cuidados humanistas eficaces y eficientes orientados
en el logro de los resultados esperados u objetivos”.  Pero este método, debe ser
entendido como un método de trabajo, pero, ademá s de estar basado en la
Metodología General, ha de utilizar una Teoría enfermera que describa y explique,

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siendo capaz de predecir, desde postulados teoréticos propios, la praxis enfermera. 


Este método es un instrumento potente, conocido de antiguo pero que ha
permanecido en un papel secundario, debido a que:

 La historia de enfermería tiene una formació n biomédica.


 Nuestra cultura tradicionalmente hospitalaria (de ahí la gran dimensió n de la
interdependencia médica).
 El escaso conocimiento de los modelos enfermeros.
 El no reconocimiento de la necesidad de avanzar en una dimensió n
independiente por parte de los profesionales, haciendo así profesió n, y
exportá ndola a la sociedad para que esta sea la que demande esta nueva
necesidad.
 La falta de un lenguaje enfermero comú n.
 El poco valor que se le daba a nuestra profesió n, por ser esta una profesió n
ligada desde la antigü edad a la caridad.
 La invisibilidad de los cuidados, por ser “una profesió n de mujeres”, y el papel
subyugado que estas han tenido en nuestra sociedad.
 La crítica destructiva que solemos hacernos a nosotros mismos.

Así, esta “nueva” gestió n de los cuidados –parte de la gestió n clínica propia de la
enfermería- guiada desde el método científico, basá ndose en la experiencia y con el
proceso de atenció n de enfermería como herramienta principal, va a ser el “motor del
cambio”, ya que marca el camino de una forma de trabajar sistematizada, en la que el
marco conceptual (finalidad de la profesió n), los fenó menos de enfermería
(diagnó sticos o problemas), las intervenciones (acciones y actuaciones de enfermería)
y resultados (efectos producidos por las intervenciones) caminan de la mano en busca
de su eficiencia. El proceso de atenció n de enfermería nos hará generar conocimiento,
aumentando así el contenido de nuestra profesió n y dando valor a la misma. Este
valor, al mismo tiempo, no se quedará como hasta ahora en cada uno de nosotros, sino
que será puesto a disposició n de los demá s, para aumentar el cuerpo de conocimiento
de nuestra profesió n, y poder generar así un mayor producto enfermero, entendiendo
este como el conjunto de actividades decididas por la enfermera y ejecutadas por ella
misma u otro personal, para promover la salud, recuperar de la enfermedad o
reintegrar al individuo a su medio, como ya definió el Club de Enfermería del Proyecto
Signo.

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La evolución de las antiguas taxonomías y la llegada de las nuevas:

El intento por clarificar los problemas o diagnó sticos de enfermería, mediante una
nomenclatura comú n es un esfuerzo que se viene realizando desde hace tiempo. Los
que má s implantació n tienen por su desarrollo son:

 NANDA (North American Nursing Diagnosis Association): Comienza su


andadura en 1980 y presenta sus diagnó sticos revisados cada 2 añ os.
 La NIC (Nursing Interventions Classification) que comienza en 1987 e incluye
todas las intervenciones efectuadas por las enfermeras, ya sean independientes
o en colaboració n.
  La NOC (Nurse-Sensitive Outcomes Classification) que desde 1991 intenta
desarrollar una clasificació n de los resultados del paciente que se relacionan
con los cuidados enfermeros y que pueden utilizarse para evaluar los
resultados de las intervenciones enfermeras.

      El CIE (Consejo Internacional de Enfermería) también puso en marcha un proyecto,


el CIPE (Clasificació n Internacional de la Prá ctica Enfermera), que tenía su impacto en
Españ a a través del proyecto NIPE (Normalizació n de las Intervenciones de la Prá ctica
Enfermera). A pesar de que no fructificó en nada, de las relaciones entre la NANDA, el
NIC y el NOC, y de como las interpretamos la enfermería españ ola, es el camino que
debemos recorrer, para  un futuro, que deseamos, no muy lejano, tengamos el
lenguaje comú n enfermero.

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Nuevas herramientas: Trayectoria clínica versus planes de cuidado:

El proceso enfermero, fundamentado en el PAE, se materializaba con la realizació n de


los planes de cuidados bien estandarizados o individuales. Tendíamos a realizar
planes de cuidado está ndar, sabiendo que debemos individualizarlo para cada
persona. Esta manera de trabajar, que en muchos sitios solo está realizada en el papel,
puesto que en se sigue trabajando por tareas, está evolucionado, condicionada por las
nuevas formas de trabajar, ahora en equipos multidisciplinares, y no en equipos
interdisciplinares, se utiliza como herramienta la trayectoria clínica. La trayectoria
clínica es un método multidisciplinario estandarizado para un grupo de pacientes y
focalizado a la consecució n de unos objetivos clínicos y econó micos.  En la figura 1 se
señ alan las diferencias má s significativas entre el plan de cuidados enfermero y la
trayectoria clínica, con el fin de identificar las mejoras que proporciona la utilizació n
de la trayectoria clínica. Esta nueva forma de trabajar está pendiente de validació n,
mediante la realizació n de estudios que nos señ alen su indicació n, para progresar o
por el contrario, nos sirvan como crítica constructiva para mejorar una herramienta
que por su elaboració n, diseñ o y ejecució n, nos puede ser mucho má s ú til que los
antiguos planes de cuidados.

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La esperada “evolución informática”

Actualmente tenemos varios programas que nos ayudan en la gestió n (GACELA,


VIRGINIA 400, TASS, GASS, PRN, SELENE, …) que se está n usando en mayor o menor
medida, pero que salvo para personas que han profundizado mucho en cada uno de
ellos, suelen utilizarse como herramientas parciales, puesto que no existen programas
diseñ ados para dar solució n a todo lo que esperamos, en las distintas funciones de la
enfermería:

 Asistencia: Registro de datos enfermeros, orientació n al diagnó stico y como


generador de trayectorias clínicas / planes de cuidado.
 Gestió n: Bases de datos clínicos para medir la producció n.
 Docentes e investigació n: Datos vá lidos para el desarrollo profesional.

Así, muchos de los profesionales, ven los actuales desarrollos informá ticos má s como
una carga para su trabajo, que como una aplicació n ú til, prá ctica e imprescindible para
su labor asistencial.

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La enfermería basada en la evidencia

La variabilidad observada en algunas intervenciones sanitarias en la prá ctica


profesional, el incremento del gasto sanitario y el cambio en el panorama sanitario
son factores que hacen necesaria una prá ctica clínica y de gestió n basada en pruebas
científicas. Así, la enfermería basada en la evidencia científica tiene en cuenta los
resultados de la investigació n, la experiencia profesional acumulada, las preferencias
del paciente y los recursos disponibles. Por supuesto, tiene que considerar, así mismo
las circunstancias legales, éticas y sociales en las que se enmarca la atenció n sanitaria.
La prá ctica basada en la evidencia también presenta limitaciones y dificultades que
deben superarse con una formació n que ponga énfasis en la importancia del
autoaprendizaje a lo largo de toda la vida del profesional sanitario.

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Desarrollando planes de formación e implantando la carrera


profesional

El correcto desarrollo de la carrera profesional y de los planes de formació n son los


que tienen que servir de estímulo a los profesionales, puesto que estos no está n
motivados por el sistema sanitario. Esta carrera profesional debe premiar por un lado
la experiencia, por otro lado, la formació n, pero tiene que reconocer también la
aportació n de conocimiento para el desarrollo de nuestra profesió n. La implantació n
actual, que no satisface a nadie, es un desarrollo má s fallido, que un éxito en ciernes.

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¿Una nueva enfermería?

            Podemos afirmar que, si todos los distintos mecanismos de la gestió n de


cuidados se desarrollan, nacerá una nueva enfermería. Tenemos que ser conscientes
de que nosotros, como profesionales, somos los responsables de su desarrollo y
perfeccionamiento. Debemos hacer nacer a una nueva enfermera responsable de la
dispensació n de los cuidados integrales, que tome al usuario/paciente como eje del
sistema asistencial. Así, la enfermera debe adquirir un papel principal en el acto
sanitario, erigiéndose como la  coordinadora de los distintos profesionales que
participan en el cuidado- atenció n de los usuarios, tanto dentro del hospital (atenció n
especializada), como fuera del hospital (atenció n primaria), y sobre todo está llamada
a jugar un papel importantísimo en la comunicació n entre la atenció n sanitaria
integral intra  y extrahospitalaria (ya tenemos experiencias contrastadas como  la
Enfermería de Enlace en el Servicio Andaluz de Salud). Por supuesto, tiene que seguir,
al mismo tiempo, desempeñ ando su papel tradicional puesto que tiene ser el motor de
los cuidados dispensados, tanto en su valoració n, diagnó stico, planificació n, ejecució n
y evaluació n. Sus pará metros van a estar siempre dirigidos hacia la excelencia en la
administració n de cuidados, asentá ndose en pará metros positivos de eficacia y
eficiencia. Las enfermeras será n así las gestoras de cada uno de los casos.

            Debemos, por tanto, redefinir el papel de los Supervisores, Jefes de Unidad o
Adjuntos de Enfermería,  que se tienen que profesionalizarse, transformá ndose de
gestores administrativos (gestió n de personal y de resolució n de problemas de otras
á reas o estamentos), a enfermeros que a estas funciones añ adan la de líderes y
enfermeras de referencia en los cuidados enfermeros. Será n los gestores de los
cuidados enfermeros.  Su gestió n debe ser situada en coordenadas de calidad
(excelencia) y costes (costes por procesos). Sus herramientas: el liderazgo, la
comunicació n, la motivació n, el manejo del poder, la capacidad de resolució n de
conflictos, la persuasió n y la negociació n, aunque deben de ser ante todo “nuevos”
enfermeros y grandes utilizadores del sentido comú n y la ló gica. Así, sus funciones
principales serían:

 La motivació n de su equipo para obtener la má xima eficacia.


 La fijació n de los está ndares de calidad.
 El establecer indicadores de resultados de calidad.
 El establecimiento, como moderador de las trayectorias clínicas.
 La evaluació n continú a en aspectos de calidad asistencial.
 La relació n entre jerarquías e interniveles.
 la cobertura necesaria de la plantilla de su unidad.
 La gestió n de los cuidados enfermeros, buscando el equilibrio entre la
producció n, la calidad y los costes.

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 La colaboració n en el establecimiento de una cartera de servicios.


 El establecer programas de formació n en su unidad.
 El impulsar la actividad de docencia e investigació n.

Así mismo, la Direcció n de Enfermería, dejará de adoptar su papel tradicional de


“administració n de personal”, y se situará en otro plano organizativo, siendo el
proveedor interno de conocimientos y habilidades con las expectativas del centro, con
la cultura de la institució n, con el servicio hospitalario o centro de salud y gestionando
los procesos propios y procesos delegados por su posició n directiva. Se dedicará a la
planificació n estratégica, participando en la elaboració n de los objetivos del plan
estratégico de cada una de las instituciones en las que participe. Su funció n principal
será el de proporcionar el servicio requerido, con la calidad adecuada, normalizando
los procesos y adecuando los perfiles profesionales necesarios. Será el responsable de
establecer una filosofía propia de enfermería y un modelo de cuidados que sirven
como referencia al conjunto de profesionales de enfermería. Tendrá que fomentar
direcció n participativa por objetivos, con lo cual directivos y trabajadores tendrá n que
identificar juntos las metas de los mismos, definir claramente las responsabilidades de
cada uno de los trabajadores (qué se espera de él) y evaluar la consecució n de dichos
objetivos. Así la direcció n de enfermería se dedicaría a:

 Ser asesor de los responsables clínicos en aspectos de enfermería.


 Ser garante, mediante evaluaciones perió dicas, de la calidad de las prestaciones
de los cuidados enfermeros.
 Ser el gestor de la direcció n participativa por objetivos.
 Ser responsable de reuniones perió dicas de coordinació n:
 Asesoramiento en el nombramiento del personal de enfermería.
 Apoyo en aspectos de gestió n general de la Unidad.
 Establecimiento de consensos sobre cuidados de enfermería.
 Evaluació n de objetivos pactados.
 Mejorar las relaciones profesionales e interrelaciones con otros servicios.

Bibliografía

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Esteba Albert, M. (1999). Fundamentos de la Enfermería: Teoría y Método. Madrid. Interameriaca


– McGraw Hill.

Jiménez Jiménez, J. (2000). Manual de gestión para Jefes de servicios clínicos. Madrid.

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