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Francisco José
de la cistitis
Brenes Bermúdez
Médico de Familia,
CAP Llefià, Badalona.
recurrente
Miembro del Grupo
de Trabajo de Urología
SEMERGEN
DESDE LA ATENCIÓN
PRIMARIA
CNV 0093-2020
Evaluación
de la cistitis
recurrente
DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
Índice
• Introducción 3
• G
eneralidades de las ITU.
Definición y concepto 5
• D
iagnóstico de cistisis.
Diagnóstico diferencial 7
DIAGNÓSTICO
• T
ratamiento de la cistitis aislada
no complicada. Pautas y recomendaciones 9
• Etiopatogenia. Factores de riesgo 13
· Mecanismos de virulencia del germen
· Mecanismos de defensa del huésped
· Factores de riesgo
TRATAMIENTO
• C
istitis recurrentes.
Clasificación y diagnóstico 21
· Recidivas
· Reinfecciones
· Diagnóstico de cistitis recurrentes
• Bibliografía 31
Las infecciones del tracto urinario (ITU), después de las infecciones respiratorias,
constituyen la segunda causa infecciosa en la comunidad, siendo un motivo frecuente
de consulta en Atención Primaria (AP)(1). Las ITU pueden afectar a cualquier parte del
tracto urinario y a cualquier grupo de edad, raza y sexo(1-3).
Aparecen con una mayor incidencia en la mujer en relación al hombre, siendo la causa
más frecuente de patología urológica en la mujer. Entre el 50-60 % de las mujeres
adultas presentarán, al menos, un episodio de ITU en su vida(1-3).
Dentro de las ITU en la mujer, la más frecuente es la cistitis(2). Habitualmente, la cistitis
no suele ser complicada, aparece en mujeres sanas que tienen un tracto urinario ana-
tómica y fisiológicamente normales(2-4).
La elevada incidencia de las ITU en la mujer se ha relacionado con factores de tipo
anatómico: uretra más corta que el varón y la relación de esta con la vagina(1).
Se estima que cerca de un tercio de las mujeres que han presentado una cistitis pre-
sentan recurrencias (dos o más ITU en los últimos 6 meses, o tres o más ITU en el
último año)(1, 2).
Se ha observado que las mujeres con cistitis recurrentes tienen, a nivel vaginal y periu-
retral, una mayor colonización por uropatógenos que las pacientes sin recurrencias(2).
Además, en las mujeres con cistitis recurrentes se aprecian factores genéticos, bioló-
gicos, hormonales y conductuales(1).
Al igual que en las cistitis aisladas, las cistitis recurrentes son más frecuentes en muje-
res con unas vías urinarias sin alteraciones anatómicas o fisiológicas(1-4).
Las cistitis recurrentes se asocian con una considerable morbilidad, alteraciones de
la calidad de vida y un mayor uso de los servicios de salud, requiriendo una atención
especial(1, 3).
Desde la AP, e incluso desde los Servicios de Urgencia, no siempre se realiza un abordaje
diagnóstico y terapéutico adecuado de las cistitis recurrentes, limitándose a tratar pun-
tualmente cada uno de los episodios agudos(3), por lo que adquiere mucha importancia
que sepamos distinguir entre la presencia de una cistitis aislada no complicada y una cis-
titis recurrente. El abordaje diagnóstico y terapéutico en muchos aspectos es distinto(1).
3
INTRODUCCIÓN
4
Generalidades de las infecciones
1
del tracto urinario.
Definición y concepto
5
1
GENERALIDADES DE LAS INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO. DEFINICIÓN Y CONCEPTO
Características principales
Infección Aquella en la que coexisten una o varias de las siguientes circunstancias
urinaria · Presencia de catéter urinario o cateterismo · Insuficiencia renal crónica
complicada intermitente · Inmunosupresión
· Obstrucción urinaria · Litiasis
· Vejiga neurógena · Gérmenes
· Reflujo vesicoureteral multirresistentes:
· Anomalía anatómica del tracto genitourinario Staphylococcus aureus,
· Infección urinaria posoperatoria o después Pseudomonas aeruginosa,
de manipulación urológica Klebsiella multirresistente
Cistitis Tres episodios de cistitis aguda en los últimos 12 meses o dos episodios en los
recurrente últimos 6 meses
Cistitis Infección por la misma cepa de la misma bacteria antes de 2 semanas tras
recidivante acabar el tratamiento antibiótico. Sugiere fallo del tratamiento o alteración
urológica subyacente
Fuente: tomada de referencia 2.
6
Diagnóstico de cistitis.
2
Diagnóstico diferencial
7
2
DIAGNÓSTICO DE CISTITIS. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
8
Tratamiento de la cistitis aislada
3
no complicada.
Pautas y recomendaciones
9
3
TRATAMIENTO DE LA CISTITIS AISLADA NO COMPLICADA. PAUTAS Y RECOMENDACIONES
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EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
11
12
4
Etiopatogenia.
Factores de riesgo
En condiciones normales, la orina y las vías urinarias son estériles(2, 5), tan solo exis-
te colonización “parcial” de la uretra distal por microbiota saprofita habitualmente
de origen vaginal y cutánea(1, 2). En ocasiones, esta colonización en la uretra distal se
produce a expensas de gérmenes gramnegativos procedentes del colon: enterobac-
terias(1, 2).
La colonización vaginal y periuretral por parte de estos gérmenes procedentes del co-
lon supone el primer paso en la patogenia de la ITU(1).
Desde estas localizaciones, un pequeño número de bacterias asciende hasta la vejiga
y, más excepcionalmente, hasta la pelvis y el parénquima renal (el 95 % de las ITU en la
mujer se producen por vía ascendente)(1, 2). En circunstancias normales, estas bacterias
son eliminadas por el flujo y las propiedades antibacterianas de la orina(2).
Si dichas bacterias no son eliminadas, se inicia la colonización vesical, adhiriéndose el
microorganismo al epitelio, reproduciéndose. Si no se produce lesión ni inflamación
en los tejidos, dicha colonización es asintomática, encontrándonos con lo que deno-
minamos bacteriuria asintomática(1, 2).
Si el microorganismo adherido al epitelio produce inflamación y daño tisular, se tradu-
ce en la aparición de sintomatología, generándose la infección(1, 2).
Conocida la vía más habitual de llegada de los microorganismos al tracto urinario, la
ITU se producirá si la capacidad de virulencia del germen supera a la capacidad de
defensa del huésped(1, 5).
13
4
ETIOPATOGENIA. FACTORES DE RIESGO
Moco
Urotelio Fimbria
Fimbria P tipo I
Flagelo
Antígeno H
Pared celular
Antígeno O
Membrana
citoplásmica
Cápsula
Antígeno K
Fuente: tomado de referencias 5 y 6.
En España, E. coli es el uropatógeno más frecuente aislado en las cistitis de las mujeres
de 18 a 65 años (79,2 %), seguido por Staphylococcus saprophyticus (4,4 %), más aislado
en mujeres < 30 años de edad, Proteus mirabilis (4,3 %), más aislado en mujeres > 50
años de edad, Enterococcus faecalis (3,2 %) y Klebsiella pneumoniae (2,3 %)(8) (tabla 4).
Staphylococus saprophyticus suele ser resistente a fosfomicina trometamol, por lo que
es un aspecto que se debe considerar si no responde al tratamiento empírico.
14
EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
15
4
ETIOPATOGENIA. FACTORES DE RIESGO
16
EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
siendo los gérmenes más frecuentes a nivel del introito vaginal; su función defen-
siva se debe a su capacidad de producir sustancias antimicrobianas, como peróxido
de hidrógeno (H2O2), que inhibe el crecimiento de los patógenos, a la producción de
ácido láctico y surfactantes, que impiden la adherencia bacteriana, y a la capacidad
que tienen los Lactobacillus de estimular otras defensas del huésped, como citoqui-
nas, macrófagos y leucocitos(15, 16). Su proporción varía según la edad, la fase del ciclo
menstrual, la actividad sexual, el método anticonceptivo, la gestación, la toma de an-
tibióticos o la utilización de determinados productos higiénicos que pueden alterar el
normal equilibrio de la microbiota(16).
Se han descrito unas 35 especies de Lactobacillus(15). Cada mujer suele presentar un
solo tipo. Los más frecuentes son L. iners, L. crispatus, L. gasseri y L. jensenii, seguidos
por L. acidophilus, L. fermentum, L. plantarum, L. brevis, L. casei, L. vaginalis, L. delbrueckii, L.
salivarius, L. reuteri, L. rhamnosus(15).
Los Lactobacillus utilizan para obtener energía la glucosa generada por la degradación
del glucógeno del exudado vaginal, generando en este proceso un desecho de ácido
láctico y de H2O2(16). La acumulación de estos compuestos provoca que las condicio-
nes de la mucosa vaginal se hagan inhóspitas para los microorganismos intestinales.
Igualmente, controla la densidad de los patógenos potenciales, manteniéndolos en
valores bajos que no provocan sintomatología. El control es tan eficaz que en el 70 %
de las mujeres sanas de su vagina solo se aíslan Lactobacillus(16).
En la transición hacia la menopausia, la declinación de estrógenos circulantes se co-
rrelaciona estrechamente con(16):
• Disminución de Lactobacillus vaginales.
• Aumento del pH.
• Alteración de la morfología epitelial.
• Disminución del flujo vascular y reducción de las secreciones fluidas de la vagina.
En mujeres premenopáusicas, el pH vaginal es menor de 4,5, reflejo de la producción
de ácido láctico por los Lactobacillus vaginales. Este se eleva sobre un pH de 6 en mu-
jeres posmenopáusicas debido a la disminución en la colonización de Lactobacillus en
la vagina, consecuencia de la reducción de células superficiales y, por lo tanto, de glu-
cógeno, con un epitelio vaginal adelgazado(13). Por todas estas razones, la vagina pos-
menopáusica está en riesgo de sufrir infecciones e inflamación(17).
Cuando la concentración de Lactobacillus en la vagina disminuye por debajo de un nivel
crítico, los microorganismos que se encuentran habitualmente en la vagina sana pro-
liferarán hasta hacerse dominantes. El aumento del pH vaginal es un factor predispo-
nente e importante para la proliferación excesiva de los patógenos oportunistas(16, 17)
(figura 2).
17
4
ETIOPATOGENIA. FACTORES DE RIESGO
Lactobacillus
Acidez vaginal
PROTECCIÓN
Factores de riesgo
En función de la edad, se pueden diferenciar varios factores de riesgo para presentar
cistitis en la mujer, sobre todo cistitis recurrentes(1-4, 9, 11) (tabla 5).
18
EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
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4
ETIOPATOGENIA. FACTORES DE RIESGO
20
Cistitis recurrentes.
5
Clasificación y diagnóstico
Un 32 % de las mujeres con cistitis presenta cistitis recurrentes, esto es la presencia de,
al menos, tres episodios de ITU en los últimos 12 meses o dos episodios en los últimos
6 meses(1, 14).
El concepto de ITU recurrentes incluye tanto la cistitis como la pielonefritis, y se debe
considerar a la pielonefritis de repetición como una ITU complicada(4).
Las cistitis recurrentes se clasifican en recidivas y reinfecciones:
Recidivas
Representan el 20 % de las cistitis recurrentes(1, 2, 14). Generalmente, se presentan en
las primeras 2 semanas tras la aparente curación de la cistitis y son debidas habitual-
mente a la persistencia de la cepa original en el lugar de la infección(1, 2, 14) por:
• T
ratamiento corto: se ha utilizado una pauta que no es la más idónea (pauta corta
en una mujer diabética…).
• T
ratamiento inadecuado: tratamiento empírico con antibiótico al que es resisten-
te, o si el germen no es E. coli.
• A
cantonamiento del microorganismo: en un lugar inaccesible al antibiótico,
como ocurre en los pacientes afectos de litiasis renal.
• S
in causa aparente (enfermedad oculta): tras realizar un tratamiento antibiótico
correcto con tiempo adecuado y un estudio urológico normal. En este caso, se ha
de descartar la existencia de una pielonefritis focal o microabscesos. Se aconseja
pautar un tratamiento antibiótico durante 4-6 semanas según urocultivo.
Reinfecciones
Representan el 80 % de las cistitis recurrentes y suelen aparecer a partir de las 4 se-
manas del tratamiento del episodio de cistitis, habitualmente por un germen distinto
al que generó el episodio inicial o el mismo germen que se encuentra acantonado
21
5
CISTITIS RECURRENTES. CLASIFICACIÓN Y DIAGNÓSTICO
22
6
Profilaxis de las cistitis
recurrentes
CISTITIS RECURRENTE
RECIDIVA (20 %)
REINFECCIÓN (80 %)
Tratamiento inadecuado
Valorar factores de riesgo
o anomalía urológica.
Evaluación urológica
Tratar 2-6 semanas
23
6
PROFILAXIS DE LAS CISTITIS RECURRENTES
Profilaxis antibiótica
Los antimicrobianos se pueden administrar como:
• P
rofilaxis antibiótica continua: a dosis bajas durante periodos de 3 a 6 meses,
o incluso 12 meses(2, 4). Se recomienda administrar la profilaxis antibiótica por la
noche(2). La profilaxis antibiótica continua reduce las tasas de ITU recurrentes un
80 %(2). En un 20-30 % reaparece la cistitis tras el cese de la profilaxis antibiótica(2),
por lo que se deberían considerar otras opciones preventivas(2).
• P
rofilaxis antibiótica poscoital: sí existe relación entre las ITU y las relaciones se-
xuales en las 24-48 horas previas al episodio de cistitis(2). Diversos estudios aleatori-
zados han demostrado que la profilaxis antibiótica poscoital reduce las infecciones
urinarias recurrentes en mujeres jóvenes sexualmente activas en un porcentaje si-
milar a la profilaxis continua(2). Si la actividad sexual es intensa, 3 g de fosfomicina
trometamol cada 7-10 días es una opción muy cómoda(2).
• A
utotratamiento: en aquellas pacientes con buen cumplimiento, con un número
de cistitis < 3 en el último año, se puede aconsejar autotratamiento de los episo-
dios de cistitis con un régimen de corta duración(2, 4, 13). En estas circunstancias, la
elección de los antimicrobianos es la misma que para la infección urinaria aguda
no complicada(4). Debe aplicarse solamente en mujeres con cistitis recurrentes do-
cumentadas previamente, cuando la paciente esté motivada y que tenga la posibi-
lidad de consultar con un médico si la infección de orina no mejora en 48 horas(2).
Cada vez hay más consenso en que se debe ofrecer la profilaxis antibiótica cuando las
modificaciones de conducta y de higiene personal y las medidas no antimicrobianas
no han tenido éxito(4).
Las resistencias a una gran proporción de los antibióticos utilizados en el tratamiento
de las ITU están creciendo(4). Antibióticos usados no hace muchos años en la profi-
laxis de las cistitis recurrentes, como algunas quinolonas (norfloxacino, ciprofloxacino,
ofloxacino)(1, 2), no están aconsejados por las autoridades sanitarias(4, 12, 14).
Actualmente, los regímenes más recomendados(2, 4) incluyen nitrofurantoína 50 o
100 mg una vez al día, fosfomicina trometamol 3 g cada 10 días, trimetoprim 100 mg
una vez al día, cotrimoxazol 200/40 o 400/80 mg una vez al día, cefalexina 125 o 250
mg o cefaclor 250 mg una vez al día(2, 4).
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EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
Profilaxis no antibiótica
El aumento de la resistencia a los antimicrobianos sobre la microbiota intestinal nor-
mal ha estimulado el interés en la profilaxis no antibiótica de las infecciones recurren-
tes del tracto urinario(3).
En la última década se ha avanzado considerablemente en el conocimiento de la pa-
togenia y de las estrategias de la prevención de las ITU recurrentes(3). A las estrategias
clásicas para su prevención (profilaxis antibiótica continua, poscoital y autotratamien-
to), se han añadido otras alternativas terapéuticas, como: la toma de arándanos rojos
americanos, D-manosa, Lactobacillus por vía vaginal y oral (probióticos), estrógenos
tópicos en la menopausia, vacunas, etc.
Probióticos
El uso de probióticos Lactobacillus para la prevención de la ITU y restablecer la ecología
vaginal está ganando cada vez más aceptación como una alternativa a la terapia anti-
biótica convencional(15). Su utilidad reside en la capacidad para mantener el pH vaginal
en valores comprendidos entre 4 y 4,5(15).
Se ha observado una reducción de las recidivas con la utilización de Lactobacillus tras el
tratamiento antibiótico, siendo los resultados prometedores a L. crispatus intravaginal,
a L. rhamnosus GR-1 oral y a L. reuteri RC-14 oral(19).
La utilización de Lactobacillus en aplicación vaginal es una estrategia profiláctica atra-
yente para la prevención de las ITU recurrentes(2), aunque su beneficio parece ser que
es transitorio, por lo que se requieren más estudios que demuestren su eficacia(2).
25
6
PROFILAXIS DE LAS CISTITIS RECURRENTES
Estrógenos tópicos
El mantenimiento óptimo de las estructuras y funcionalidad de la vagina y de la uretra
requieren de un importante estímulo estrogénico(16, 17). Con la menopausia se genera
un descenso en la producción de estrógenos por los ovarios, disminuyendo la estimu-
lación de los receptores estrogénicos de ambos órganos(22).
La atrofia urogenital es una alteración frecuente en la menopausia(22). Se trata de
un conjunto de cambios involutivos que se generan en el tracto urogenital femeni-
no (“ovarios, útero, canal vaginal, vulva y tracto urinario inferior”). En un 30-60 % de
las mujeres posmenopáusicas se manifiesta con sequedad e irritación vaginal,
dispareunia, disuria, incontinencia urinaria e infecciones urinarias, sobre todo recu-
rrentes(22).
La administración de estrógenos por vía vaginal, al compararse con placebo, aumenta
la concentración vaginal de Lactobacillus, disminuye el pH vaginal y reduce las infeccio-
nes urinarias recurrentes(23).
Las cremas vaginales posiblemente tienen una eficacia superior a los óvulos o a la co-
locación de un anillo vaginal, aunque no existen estudios con suficiente evidencia(2, 23).
Su utilidad básicamente está en la profilaxis de las infecciones urinarias recurrentes y
en la mejora de los síntomas secundarios a la atrofia urogenital(2).
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EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
La administración de estrógenos por vía oral, comparada con placebo, no reduce las
infecciones urinarias recurrentes(23).
La pauta más común utilizada en la mayoría de los estudios es una aplicación diaria
durante las 2-3 primeras semanas y continuar con una aplicación dos veces por se-
mana(2).
No se han encontrado diferencias entre la utilización de estrógenos por vía tópica
cuando se comparaba con un antibiótico en el tratamiento de las ITU recurrentes en
la mujer con atrofia vaginal(2).
La administración de estrógenos es una de las opciones de primera elección cuando
existe atrofia vaginal asociada a una infección urinaria, sobre todo si esta es recurren-
te, y siempre ha de considerarse como una posible causa en toda paciente posme-
nopáusica(1, 2).
Arándanos
La administración de arándanos rojos americanos (Vaccinium macrocarpon) es una al-
ternativa en la estrategia preventiva de las cistitis recurrentes para las mujeres que no
desean tomar una pauta antibiótica prolongada(1). El efecto preventivo de los aránda-
nos no se debe a su actividad antimicrobiana ni a su capacidad de acidificación de la
orina, que es insuficiente(2). Su efecto se debe a su capacidad para reducir la adhe-
rencia de E. coli y otros uropatógenos(1, 2).
Este efecto inhibidor de la adherencia se produce porque los arándanos contienen
elevadas proporciones de proantocianidinas (PAC) del tipo A (contenidas exclusiva-
mente en esta fruta)(1). Las PAC inhiben la adhesión al urotelio de las fimbrias tipo I y
las fimbrias tipo P(1, 2).
El extracto purificado de PAC inhibe la adherencia de E. coli a las células epiteliales
vesicales y vaginales. Varios estudios relacionan la eficacia de preparados de arándano
rojo con su concentración de PAC; a mayor concentración, mayor es la eficacia en el
tratamiento de la cistitis y en la prevención de las recurrencias(1). Esta inhibición es
dosis-dependiente(1, 2).
Se recomienda la utilización de 36 mg de PAC/día como dosis mínima para reducir el
número de recurrencias(24), por lo que es importante utilizar aquellos preparados que
presenten una alta concentración de PAC(1, 2). En España, la mayoría de los preparados
comercializados contienen más de 100 mg de PAC/día(2).
Un metaanálisis(25) en el que se analizaron estudios comparativos de arándanos con
placebo (administrados de distintas maneras: zumo, extracto o comprimidos) conclu-
yó que los arándanos reducían el número de ITU sintomáticas, con una reducción del
40 %. Se ha observado escasa eficacia cuando se utilizan preparados con zumo de
arándanos, sobre todo en pacientes con pocas ITU(2).
27
6
PROFILAXIS DE LAS CISTITIS RECURRENTES
Un metaanálisis que incluía 13 estudios con 1.616 pacientes observó una eficacia del
47 % en mujeres con ITU recurrentes(26).
En un estudio en el que se comparaba trimetoprim frente a arándanos se observó
que no existían diferencias significativas en la prevención de las recurrencias, siendo
la eficacia de trimetoprim ligeramente superior a los arándanos, aunque trimetoprim
generó más efectos secundarios(27).
Los arándanos deberían utilizarse un tiempo que oscila entre 6 y 12 meses. Presentan
pocos efectos secundarios, sobre todo digestivos, habitualmente leves(1, 2).
Un metaanálisis del año 2017, en el que se incluyeron 28 estudios y cerca de 5.000
pacientes, concluyó que el consumo de arándanos rojos puede ser de utilidad para
disminuir la incidencia de las ITU, sobre todo en las personas que sufren ITU recurren-
tes, y así reducir el uso de antibióticos(28).
Aunque su eficacia es levemente inferior a la profilaxis antibiótica, los arándanos
constituyen una opción preventiva de primera línea en las mujeres con cistitis recu-
rrentes(2).
D-manosa
La D-manosa es un monosacárido presente en la glicoproteína de Tamm-Horsfall
que se fija a las fimbrias tipo 1 de los uropatógenos, evitando la adhesión bacte-
riana a los receptores uroepiteliales específicos(2). Estudios experimentales han de-
mostrado que D-manosa es de utilidad en el tratamiento de la cistitis recurrente no
complicada(2).
En un estudio en el que se incluyeron un centenar de pacientes en cada grupo, en el
que se comparaba la toma diaria de 2 g de D-manosa con placebo y con la toma de
50 mg diarios de nitrofurantoína en la prevención de la ITU, D-manosa fue significa-
tivamente superior a placebo y tan efectiva como nitrofurantoína. La recurrencia apa-
reció en el 15 % en el grupo de D-manosa, en el 20 % en el grupo de nitrofurantoína
y en el 60 % en el grupo placebo(29).
La utilización de D-manosa como profilaxis de las cistitis recurrentes en la mujer es
una opción a tener en consideración, aunque su coste puede limitar su uso(2).
Otras opciones
La utilización de vacunas, la instilación intravesical de cepas avirulentas y el ácido hia-
lurónico(2) son opciones que tienen su utilidad en pacientes con cistitis más complejas
que no competen a la actividad del médico de familia.
Debido al aumento de las tasas de resistencia a los antibióticos en todo el mundo,
a pesar de que la evidencia que tenemos sobre el tratamiento profiláctico no anti-
28
EVALUACIÓN DE LA CISTITIS RECURRENTE DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA
biótico para las infecciones recurrentes del tracto urinario es limitada, se necesitan
más estudios que evalúen las distintas estrategias y que estos se realicen mediante
una adecuada metodología para que se pueda conseguir una base más sólida de
evidencia(30).
En la cistitis recurrente no complicada en la mujer, los médicos debemos considerar
las distintas estrategias de prevención, intentando utilizar la profilaxis no antibiótica
(si es posible y no existen contraindicaciones) como la opción de primera línea(30).
29
30
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Con la colaboración de
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