Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Abstract
Complementary Feeding (AC) is defined as that process by which solid or liquid foods other
than breast milk or infant formula are offered to an infant between 6 and 24 months, taking
into account that it is a complement and not a substitute for this.
The main objective of this research is to be able to identify inconveniences are the risks that
an infant can present in the absence of proper management of Complementary Food in the
diet, taking into account the necessary micronutrients to stimulate psychosocial, motor and
neurological development.
When nutritional deficiencies such as iron and zinc occur, there may be an increased risk of
allergies or food intolerances, from cardiovascular diseases to problems such as overweight
or malnutrition.
Therefore, it is of utmost importance that during the first two years of life adequate nutrition
is introduced for the full development of the child's potential. Currently this period is
considered critical for the development and optimal state of health. Therefore, complying
with an adequate diet at this stage of life has a great impact on the nutritional status and
growth of a child, not only in the short term, but also in the medium and long term.
Key words: complementary feeding, micronutrients, nutrition, infant.
Indice
Correspondencia: 2213057877@alumnos.xoc.uam.mx
Nutrición: La nutrición se refiere a los nutrientes que componen los alimentos, implica los
procesos que suceden en tu cuerpo después de comer, es decir la obtención, asimilación y
digestión de los nutrimentos por el organismo (IMSS, 2015).
Lactante: Se define la etapa del lactante aquella que se inicia a los 30 días de vida y finaliza
a los 24 meses. Se caracteriza por un acelerado ritmo del crecimiento y de las habilidades
psicomotrices (Unidad avanzada de Pediatría, 2018).
Introducción
La nutrición adecuada en la vida de un lactante es fundamental para su desarrollo durante la
infancia y la niñez. Desde el periodo neonatal hasta el periodo posneonatal, se deben aplicar
ciertos principios para estimular el crecimiento y un buen estado de salud. Cuando la leche
materna deja de ser suficiente para atender las necesidades nutricionales del lactante y
necesita de mayores requerimientos de energía y nutrientes, hay que añadir alimentos
complementarios a su dieta, esta es una fase de gran vulnerabilidad, ya que para muchos
niños empieza la malnutrición.
La Academia Americana de Pediatría y posteriormente la Sociedad Europea de
Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, estableció que la “Alimentación
complementaria” hace referencia a la introducción de otros alimentos, además de la leche
materna, a partir de los 6 meses de vida. La alimentación complementaria debe tener una
consistencia y variedad adecuada, y administrarse en cantidades apropiadas y con una
frecuencia adecuada, que permita cubrir las necesidades nutricionales del lactante en
crecimiento, sin abandonar la leche materna.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la malnutrición se refiere al
desequilibrio ya sea en el exceso o déficit en el consumo de energía y/o nutrientes respecto a
las necesidades del cuerpo para mantener un óptimo crecimiento y/o estado de salud.
La primera causa de la malnutrición en la infancia se relaciona con las prácticas incorrectas
de lactancia y alimentación, con una elevada prevalencia de enfermedades infecciosas. La
mala nutrición durante los primeros 2 años de vida es especialmente perjudicial ya que se
relaciona con mayor riesgo de presentar infecciones respiratorias, diarrea, retraso en el
desarrollo físico y cognitivo que en gran parte es irreversible, también conlleva a un bajo
rendimiento escolar, lo que puede resultar en una reducción de los ingresos en el futuro
(Effects of Undernutrition. Int J Env Res Public Heal. 2011).
La adecuada alimentación complementaria (en términos de tiempo, suficiencia, seguridad y
adaptación) depende no solo de la disponibilidad de alimentos variados en el hogar, sino
también de las prácticas de alimentación de los cuidadores.
Las investigaciones han revelado que los cuidadores necesitan un apoyo especializado para
alimentar adecuadamente a los lactantes, la deficiencia de micronutrientes ha sido reconocida
en diversos países, especialmente en aquellos en vías de desarrollo.
Según la UNICEF, las causas principales de la malnutrición infantil pueden clasificarse en
tres factores; la inseguridad alimentaria de los hogares, la atención inadecuada y el entorno
familiar insalubre. Éstos a su vez, se pueden ver afectados por los ingresos, la pobreza, el
empleo, la vivienda, los bienes y las pensiones, que también están determinados por factores
socioeconómicos y políticos (UNICEF, 2020).
Objetivos específicos
• Analizar la importancia de complementar la leche materna, sin desplazarla, con
nutrientes suficientes para estimular el desarrollo psicosocial, motor y neurológico
del niño.
• Definir hábitos alimenticios correctos, que serán base de futuros patrones de
alimentación.
Hipótesis
“Los infantes que tienen una correcta alimentación complementaria y de micronutrientes
lograran un mejor desarrollo y crecimiento inmunológico, cognitivo y digestivo que los
infantes que no sean alimentados de una manera correcta”.
Metodología
Diseño general de investigación
Dado que el objetivo del estudio será analizar la importancia de la alimentación
complementaria y los micronutrientes en el periodo nutricional de un infante se utilizará un
diseño de documental de archivo, considerando que el tema de investigación tiene un amplio
sustento teórico.
Enfoque de la investigación
Se llevará a cabo el presente estudio bajo la metodología de investigación de archivo no
experimental con enfoque cualitativo, de teoría fundamentada. En la investigación no
experimental “Se observan los hechos tal y como se presentan en su contexto real y en un
tiempo determinado o no, para luego analizarlos” (Parella & Martins, 2006), revisando
información previamente investigada para generar una inducción cualitativa, en torno a los
planteamientos establecidos sobre la alimentación complementaria en el periodo nutricional
del infante y sus consecuencias de su implementación tardía.
Métodos de investigación
1. Exploratoria: Se encarga de probar que algo es correcto o incorrecto, de encontrar
soluciones y alternativas después de evaluar la información investigada
2. Informativa: Se encarga de mostrar la información relevante sobre un tema específico
que viene de diversas fuentes de consulta.
Marco teórico
CAPITULO I
1.1 Alimentación complementaria
La alimentación complementaria (AC) se considera un proceso por el cual se ofrecen al
lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de una fórmula infantil,
como complemento y no como sustitución de esta.
CAPÍTULO II
2.3 Embriología
El desarrollo del aparato digestivo se rige por un patrón conservado a lo largo de las especies.
Sigue una secuencia de eventos que empiezan desde la gastrulación, desarrollo del intestino
primitivo desde el endodermo y aposición de parte de la hoja esplácnica del mesodermo
lateral. A causa del plegamiento del embrión durante el período somítico, la parte dorsal del
saco vitelino queda dentro de éste y forman así el intestino primitivo, que consta de tres
partes, intestino anterior, intestino medio e intestino posterior.
El endodermo del intestino primitivo es el origen de la mayor parte del epitelio de
revestimiento y de las glándulas del tubo digestivo. De la hoja esplácnica del mesodermo
derivan el tejido muscular, el conectivo y el peritoneo visceral de la pared del tubo. El
intestino anterior, cerrado en fondo de saco, contribuye cefálicamente a formar la membrana
bucofaríngea junto con el revestimiento ectodérmico que se aplica por fuera. El intestino
medio permanece ampliamente comunicado con el saco vitelino ubicado fuera del embrión.
Encontramos la membrana cloacal formada por el intestino posterior, que también termina
en fondo de saco, junto con el ectodermo, Del intestino posterior yace una evaginación larga
llamada alantoides que se hace extraembrionaria y forma parte del pedículo embrionario para
posteriormente convertirse en un anexo embrionario relevante para la formación de la
placenta. Durante la siguiente semana, lo que va del intestino primitivo presenta los
siguientes cambios, originados por el intestino anterior:
1) Una porción cefálica también denominada intestino faríngeo, que va desde la
cavidad bucal primitiva o estomodeo hasta el brote traqueo bronquial, el cual
es el origen del aparato respiratorio.
2) Una porción caudal que se extiende hasta el esbozo hepático. La membrana
bucofaríngea desaparece de manera que la boca primitiva (estomodeo)
comunica con la región faríngea. Del intestino medio se origina el asa
intestinal primitiva, que mantiene una comunicación con el saco vitelino por
medio del conducto vitelino y que va desde el divertículo hepático hasta el
inicio del intestino posterior. El intestino posterior termina desembocando en
una porción dilatada llamada cloaca, que se encuentra en comunicación con
el alantoides y ocluida por la membrana cloacal.
2.32 Hígado
Este importante órgano nace de una evaginación ventral del endodermo del extremo más
caudal del intestino anterior. Este divertículo hepático crece cráneo ventralmente en el
espesor del mesenterio ventral primitivo (mesogastrio ventral) y en el espesor de la
mesénquima del septum transversum. El divertículo inicial se divide en dos partes, un esbozo
hepático que dará lugar al parénquima del hígado y el esbozo cístico que formará la vesícula
biliar. Las células epiteliales endodérmicas proliferan y forman cordones celulares que
posteriormente se diferenciarán en hepatocitos, células que dan origen al sistema excretor
biliar, en otras palabras, a los conductillos interlobulillares íntimamente relacionados con los
hepatocitos. El tronco común del divertículo hepático será el conducto colédoco que
desemboca en la porción craneal del duodeno en el punto de origen de divertículo El hígado
en desarrollo esta ricamente vascularizado por sinusoides venosos en torno de los cordones
de hepatocitos. Estos vasos sanguíneos se originan a partir de la mesénquima del septum
transversum y de las venas umbilicales y vitelinas que atraviesan el septum para alcanzar el
seno venoso del corazón.
2.33 Páncreas
Se forma a partir de dos esbozos, uno ventral y otro dorsal. El páncreas dorsal se origina de
la cara dorsal del duodeno, y crece en el mesenterio dorsal (mesoduodeno). El crecimiento
se realiza de derecha a izquierda en sentido transversal y da origen al lóbulo izquierdo del
páncreas. La parte ventral tiene origen del tronco común del divertículo hepático, por lo que
hacemos referencia a un derivado ventral del duodeno; pero cuando el divertículo hepático
cambia de posición para situarse dorsalmente, arrastra consigo a este esbozo pancreático que
alcanza su posición definitiva al fusionarse con el divertículo pancreático dorsal. El páncreas
ventral forma el lóbulo derecho del páncreas y su conducto excretor, el conducto pancreático
se abre al duodeno en la papila duodenal mayor junto o adyacente al conducto colédoco. Al
fusionarse ambos esbozos pancreáticos forman un cuerpo común, y el sistema de conductos
excretores se anastomosan entre sí, de tal modo que la secreción pancreática puede ser vertida
al duodeno por uno solo de los conductos o pueden persistir ambos.
2.34 Estómago
En primer lugar, tenemos un esbozo reconocido como una dilatación fusiforme del intestino
anterior, cuya dilatación se forma debido a un desigual crecimiento de sus paredes dorsal y
ventral, con un índice mitótico distinto. El cual encontramos en mayor cantidad en la pared
dorsal que en la ventral, como consecuencia crece más rápido que esta última y determina
que se pueda identificar una curvatura mayor que es convexa, viene a ser convexa ventral.
Posteriormente, la porción craneal de la curvatura mayor crece y forma el fundus.
También cambia de posición la porción pilórica del abomaso: se desplaza centralmente y a
la derecha, para después incubarse en sentido caudal formando un asa, La región cardial del
abomaso crece notablemente durante la segunda mitad de la gestación y se convierte en la
cavidad gástrica de mayor tamaño en el neonato
2.35 Intestino
Una vez que el tubo digestivo primitivo se ha cerrado queda suspendido por un mesenterio
dorsal, en un principio corto y rectilíneo, excepto en la zona de formación del asa intestinal
donde se hace amplio y en cuyo espesor discurre la arteria vitelina derecha encargada de
irrigar el saco vitelino durante su período funcional, para persistir después como arteria
mesentérica superior o craneal. Poco después de la formación del asa intestinal desaparece el
pedículo de unión con el saco vitelino, lo que permite al asa una gran movilidad dentro del
abdomen, y aparece una evaginación en la rama caudal del asa, primer esbozo del ciego, que
establece el límite de lo que será intestino delgado y grueso.
El segmento del intestino anterior inmediatamente caudal al estómago forma el duodeno, que
durante los cambios de posición que experimenta el asa intestinal queda fijado por el
mesoduodeno a la región dorsal derecha de la cavidad peritoneal.
El rápido crecimiento en longitud del intestino delgado obliga a la mayor parte de la rama
craneal del asa intestinal a situarse fuera de la cavidad abdominal en el interior del cordón
umbilical; esta situación se conoce como hernia umbilical fisiológica. Durante el período de
exteriorización del asa intestinal continúa creciendo la rama craneal que adquiere una mayor
longitud que la caudal; esta elongación asimétrica es la causa de la rotación del asa intestinal
que tiene lugar en torno de la arteria mesentérica craneal, de tal modo que la rama craneal
pasa caudalmente y a la derecha de la rama caudal. El proceso de rotación continúa hasta que
la rama craneal pasa la izquierda y se sitúa cranealmente al resto del intestino medio. El asa
intestinal realiza, tomando como eje a la arteria mesentérica craneal, una rotación. La
secuencia de reincorporación del asa intestinal a la cavidad peritoneal determina la
disposición definitiva del intestino. La rama craneal que da lugar a la rama ascendente y a la
mayor parte del yeyuno es el primero en volver al abdomen y se sitúa a la izquierda del plano
medio; el bloque de asas yeyunales ocupa la parte ventral del abdomen y su porción distal
pasa cranealmente al lado derecho.
Cuando la rama caudal se reintegra a la cavidad peritoneal, el ciego y el ileon pasan
directamente al lado derecho, cruzando por delante a la arteria mesentérica craneal, quedando
en situación el colon descendente y el colon transverso y la flexura cólica izquierda;
alcanzada esta posición, el ciego se desplaza caudalmente y a corta distancia de la arteria
mesentérica craneal y a su derecha, para formar la flexura cólica derecha y el colon
ascendente
2.36 Colon
El colon ascendente es corto y recto, situado en la región dorsal y derecha del abdomen entre
el íleon y el colon transverso; unido a su porción inicial se encuentra el ciego, pequeño y de
forma espiroidal.
2.4 Subdivisión
La porción caudal del intestino posterior embrionario forma la cloaca que sirve de reservorio
común a los aparatos digestivo y urinario. De esta porción del intestino anterior se desarrolla
el alantoides que se inicia en su cara ventral como divertículo que crece cranealmente hasta
pasar por el orificio umbilical al celoma extraembrionario, donde participa en la formación
de la placenta en los animales domésticos. La cloaca está cerrada por la membrana cloacal
que resulta de la fusión del endodermo del intestino posterior y el ectodermo superficial. La
mesénquima que rodea a la membrana cloacal prolifera formando un relieve circular, con lo
que ésta queda en el fondo de una depresión el proctodeum. Los conductos mesonéfricos
desembocan en la cloaca lateralmente.
El intestino posterior y el alantoides están rodeados por mesodermo esplácnico, el primero
queda suspendido de la pared dorsal del abdomen por un mesenterio dorsal y el alantoides se
fija a la pared ventral por un pliegue del mesodermo esplácnico; no existe unión mesentérica
entre ambos.
CAPITULO III
Cereales sin gluten: los cereales constituyen el grupo de alimentos con el que más se inicia
la alimentación complementaria. Los cereales sin gluten aportan principalmente
carbohidratos (almidón y polisacáridos), además de vitaminas, minerales y ácidos grasos
esenciales, y están suplementados con hierro.
Cereales con gluten: los cereales con gluten están hechos con trigo, avena, cebada o
centeno. Aportan hidratos de carbono, proteínas en menor cantidad, minerales, vitaminas y
ácidos grasos esenciales. Constituyen un notable aporte de energía en función de su alto
contenido de carbohidratos. Se preparan igualmente de forma instantánea diluyéndolos en
leche materna o en la fórmula láctea infantil. No es preciso que los cereales sean siempre
hidrolizados. Se pueden ofrecer también otros alimentos que aportan cereales, como arroz,
avena, galletas, pan, pasta, etc
Frutas y verduras: En cada país existe una gran variedad de frutas y verduras que pueden
integrar la alimentación complementaria. Las frutas aportan agua, hidratos de carbono,
fibra, vitaminas y minerales. Las de color naranja son ricas en caroteno, precursor de
vitamina A y en vitamina C. Deben prepararse peladas para evitar o limitar el aporte de
celulosa y hemicelulosa presentes en la cubierta externa y así no sobrepasar los 5 g/día de
fibra alimentaria recomendados durante el primer año de vida, evitando que el exceso de
fibra pueda interferir con la absorción de micronutrientes, como el hierro y el zinc. Deben
ofrecerse maduras para una mejor digestibilidad. En cuanto a las verduras, aportan agua,
proteínas vegetales, celulosa, vitaminas y minerales. Se pueden dar frescas o cocidas al
vapor o hervidas en poca cantidad de agua y durante menos de 10 minutos para minimizar
las pérdidas de vitamina C y de minerales. Además, durante la cocción debe taparse el
recipiente para evitar que aumente en el agua la concentración de nitritos. Las verduras se
ofrecen en forma de puré, de textura gradualmente menos fina para estimular la
masticación.
Carnes: Son fuente muy importante de proteínas de alto valor biológico (20 g de
proteína/100 g de carne), aminoácidos y ácidos grasos esenciales, hierro, zinc y vitaminas,
principalmente B12. Debido al riesgo de carencia de hierro en niños con leche materna
exclusiva a partir de los 6 meses, se recomienda la introducción de carne (pollo, pavo,
ternera, vaca, cordero y cerdo) desde el inicio de la alimentación complementaria, por su
alto contenido y buena disponibilidad de hierro hem, y otros nutrimentos que aporta.
Derivados lácteos: El yogur es un derivado lácteo fermentado que contiene poca lactosa,
pero supone una excelente fuente de proteínas, calcio y vitaminas. Además, favorece la
absorción del calcio y regenera la flora intestinal gracias a su contenido de pre y
probióticos. A partir de los 6 meses, se pueden introducir yogures elaborados con leche
adaptada y, posteriormente, alrededor de los 9-10 meses, se pueden dar yogures naturales
de leche de vaca entera
Alimentos con soya: No se recomiendan los alimentos con soya porque su contenido de
fitatos interfiere con la absorción del hierro y otros nutrimentos, además de favorecer el
depósito de aluminio.
Embutidos: No deben darse antes del año por su elevado contenido de sodio, nitritos y
grasas saturadas. Después del año se aconseja en cantidades mínimas supervisadas.
Alimentos peligrosos: Las nueces, cacahuates, maíz (palomitas de maíz), uvas pasas, entre
otros, son alimentos peligrosos para los niños por debajo de los cuatro años de edad, debido
a que el tamaño de estos condiciona riesgo de broncoaspiración y la probabilidad de que
sean introducidos en las fosas nasales u oídos por curiosidad.3 Sin embargo, este tipo de
alimentos pueden darse molidos o machacados y mezclarse con el resto de la dieta de forma
segura.
Suplementos de vitaminas y minerales: Para los niños pequeños, los micronutrientes son
esenciales para el crecimiento, el desarrollo y la prevención de enfermedades. En algunas
situaciones la suplementación con micronutrientes puede ser una intervención efectiva.
CAPÍTULO IV
Se reconoce que la leche materna cubre satisfactoriamente las necesidades del lactante hasta
el 4° mes de edad en un 95% y disminuye al 80% durante el mes número 6, en el noveno mes
reduce al 60% y cuando el lactante llega a los 12 meses se reduce al 32.5% de efectividad,
esto resulta ser motivo necesario para la introducción de alimentos sólidos en el sexto mes.
Entonces, el periodo de entre 6 y 9 meses de edad puede ser un poco crítico para el lactante,
ya que existe un cambio de consistencias, sabores, olores y texturas nuevas que el niño no ha
experimentado. Este periodo debe ser de mayor éxito para que los anteriores puedan llevarse
a cabo correctamente. Si no existe un balance entre los aspectos ya mencionados, puede
convertirse en el principal desencadenante de la desnutrición y deficiencias.
Está claro, que la introducción de nuevos alimentos no debe sustituir la toma de lactancia
materna o fórmulas, estas deben mantenerse como una parte fundamental de la dieta, ya que
tienen aportes calóricos realmente necesarios, así como también aporte de ácidos grasos
esenciales.
a) Cereales sin gluten: Los cereales sin gluten aportan principalmente carbohidratos,
además de vitaminas y minerales ya que están suplementados con hierro. Son
hidrolizados a base de arroz y pueden diluirse tanto en leche materna como en
fórmulas, manteniendo el aporte lácteo adecuado.
b) Cereales con gluten: De igual manera, han sido sometidos a procesos de hidrólisis y
son ricos en calcio. Se preparan instantáneamente en formulas o leche materna. El
alto contenido en carbohidratos de los cereales es un importante aporte energético
para el bebé.
c) Frutas y verduras: Las frutas y verduras pueden comenzar a introducirse a partir de
los 5 o 6 meses de vida, pero de manera progresiva.
Las frutas aportan agua, celulosa y sacarosa, pero sobre todo vitamina C.
y minerales.
CAPITULO V
5.1 Consecuencias de la mala nutrición en los primeros años de vida
Durante los primeros años de vida de un niño es necesaria una correcta nutrición, no sólo
para estimular un buen crecimiento físico del lactante, sino también para su desarrollo
intelectual. De ella depende su habilidad para aprender, pensar, comunicarse con los demás
y adaptarse al ambiente. Por lo tanto, una buena alimentación es esencial para que el niño
crezca sano y fuerte.
Si la alimentación infantil no es la adecuada, el niño podría desarrollar determinadas
enfermedades cardiovasculares, o sufrir problemas de sobrepeso.
En base a investigaciones se sabe que dos de cada tres niños entre los seis meses y los dos
años no reciben alimentos que proporcionen los nutrientes necesarios para estimular un
crecimiento físico. Esta situación puede perjudicar su desarrollo cerebral, interferir con su
aprendizaje, debilitar su sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infección.
A medida que los niños comienzan a consumir alimentos blandos o sólidos cuando cumplen
seis meses, a muchos de ellos se les suministra el tipo incorrecto de dieta, según el informe
del estado mundial de la infancia 2019.
La mayor carga de la desnutrición en todas sus formas recae sobre los niños menores a cinco
años de las comunidades más pobres y marginadas. Se sabe que uno de cada cinco lactantes
de seis meses a dos años procedentes de los hogares más pobres consume una dieta lo
suficientemente diversa como para que su crecimiento se considere saludable (Informe
UNICEF SOWC, 2019)
A medida que los niños crecen, su exposición a los alimentos poco saludables es alarmante,
debido en gran medida a la publicidad y la comercialización inapropiadas, al consumo de
alimentos procesados tanto en las ciudades como también en zonas rurales. Las
recomendaciones médicas para una correcta alimentación infantil son: la ingesta de cinco
frutas y verduras al día, no abusar de las grasas, o controlar el consumo de bebidas azucaradas
y de golosinas.
Actualmente se recomienda no retrasar el inicio de esta práctica más allá de los 10 meses,
incluso a pesar de que el niño no presente erupción dentaria, ya que se ha visto que a esta
edad, el niño es capaz de masticar y triturar los alimentos sólidos con las encías, y el retraso
en la introducción de este tipo de alimentos puede provocar la presencia de alteraciones de
la oclusión en etapas posteriores (The effect of age of introduction to lumpy solids on foods
eaten and reported feeding difficulties, 2001).
Entre las enfermedades que se pueden desarrollar por una mala alimentación infantil o por
él se encuentran las siguientes: anemia, reflujo gastroesofágico, alergias y diabetes mellitus.
Discusión
En base a la información recabada a lo largo de la investigación, se analizó que la
alimentación complementaria no sólo depende de factores socioeconómicos, sino también se
relaciona con factores culturales y psicosociales. Los efectos de una incorrecta AC, puede
ocasionar problemas de grave interés a largo plazo en el lactante, ya que de esta, depende su
desarrollo físico y psicológico.
En ocasiones, las condiciones socioeconómicas en donde se desarrolla el niño hacen
necesaria la temprana introducción de la Alimentación Complementaria, debido a que las
circunstancias dadas en los grupos más desfavorecidos económicamente es el abandono a la
lactancia materna porque la madre se ve obligada a trabajar fuera del hogar y como
consecuencia recurre a implementar la Alimentación Complementaria para cubrir las
necesidades nutricionales del infante.
Conclusión
Es probable que las prácticas de alimentación durante los primeros 24 meses de vida sean
un factor determinante en la salud y el desarrollo de determinadas enfermedades a corto,
medio y largo plazo. Investigar estos efectos es un desafío clínico debido a la gran
diversidad y complejidad de las prácticas dietéticas en este grupo de edad, lo que puede
limitar la factibilidad y generalización de los ensayos clínicos realizados sobre este tema.
Los datos disponibles son limitados en cantidad y calidad, pero sugieren que los alimentos
complementarios (es decir, alimentos sólidos y líquidos que no sean leche materna o
fórmula infantil) no deben introducirse antes de los 4 meses de edad, pero no deben
retrasarse más allá de los 4 meses de edad. 6 meses, ya que esta práctica ha incidido en la
reducción del riesgo de alergia y obesidad a medio y largo plazo, donde se recomienda que
la lactancia materna debería acompañar la introducción de la alimentación complementaria.
Es probable que en el futuro se elaboren recomendaciones sobre aspectos específicos de los
alimentos complementarios sobre la base de resultados que tengan en cuenta las diferencias
socio económicas en la que se encuentren los infantes. Promover una nutrición y una
progresión adecuadas de los alimentos complementarios es fundamental para promover un
crecimiento adecuado y un correcto desarrollo infantil, pero al mismo ayudan a previenir el
desarrollo de diversas enfermedades patológicas.
Biobliografía
Alergias de los bebés y sensibilidades a los alimentos. (s. f.). HealthyChildren.org.
Recuperado 26 de septiembre de 2022, de
https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-
stages/baby/breastfeeding/Paginas/Infant-Allergies-and-Food-Sensitivities.aspx
Batts, L. E.; Polk, D. B.; Dubois, R. N. & Kulessa, H. BMP signaling is required for
intestinal growth and morphogenesis. Dev. Dyn., 235:1563-70, 2006.
Ceriani Cernadas, José M., Carroli, Guillermo, Pellegrini, Liliana, Ferreira, Marina, Ricci,
Carolina, Casas, Ofelia, Lardizabal, Jaime, & Morasso, María del Carmen. (2012).
Efecto del clampeo demorado del cordón umbilical en la ferritina sérica a los seis
meses de vida. Estudio clínico controlado aleatorizado. Revista de la Sociedad
Boliviana de Pediatría, 51(1), 70-79. Recuperado en 26 de septiembre de 2022, de
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-
06752012000100010&lng=es&tlng=es.
Hayes Dorado, Juan Pablo. (2014). Diabetes mellitus en pediatria. Revista de la Sociedad
Boliviana de Pediatría, 53(1), 54-59. Recuperado en 26 de septiembre de 2022, de
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-
06752014000100011&lng=es&tlng=es.
Moore, K. L. (2020, 14 febrero). Embriología clínica (11.a ed.). Elsevier España, S.L.U.
Moreno Villares JM, Galiano Segovia MJ, Dalmau Serra J. Alimentación complementaria
dirigida por el bebé (“baby-led weaning”). ¿Es una aproximación válida a la
introducción de nuevos alimentos en el lactante? Acta Pediatr Esp. 2013; 71: 99-
103.
NCBI - WWW Error Blocked Diagnostic. (s. f.). Recuperado 26 de septiembre de 2022, de
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11301932/#:%7E:text=Results%3A%20Those%20
infants%20who%20were,likely%20to%20be%20having%20family