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Dos ejemplos muy comunes son un hecho jurídico (como puede ser el sorteo de un jurado) y

un acto jurídico (tal como el nombramiento de un funcionario o la unión en matrimonio de dos


personas). La escuela publicista considera que la situación jurídica es general en lo que hace a
sus titulares, y también permanente.

Deber jurídico Se ha advertido que de toda norma se desprende una facultad concedida al
sujeto pretensor que constituye un derecho subjetivo, y una obligación a cargo del sujeto
obligado. Esa obligación es la que constituye el deber jurídico

Deber – Obligación

1. Las diferencias que existen entre estos dos conceptos, refieren en primer lugar en
considerar al deber jurídico como el género, existiendo tanto deberes particulares como
generales y, por otro lado, a la obligación como una especie dentro de los deberes jurídicos
particulares. En base a esta distinción realizada, se basa la diferencia existente que toda
obligación conlleva un deber jurídico, pero no todo deber jurídico constituye a su vez una
obligación. El deber jurídico se puede definir como la imposición normativa de una conducta,
la cual está destinada a todos en forma universal, siendo de esta manera un concepto
genérico, que señala la necesidad de ajustar una conducta a los mandatos contenidos
en una norma jurídica. La obligación, en cambio, es un deber particular y calificado en
tanto los sujetos - acreedor y deudor -están vinculados por una conducta (susceptible de
valor económica) que debe desplegar el deudor para satisfacer el interés lícito del
acreedor. Mientras que el deber jurídico es un mandato universal y que recae sobre todos en
forma general, la obligación lo hace de forma particulares involucrando solo a los sujetos que
participan en esa relación jurídica determinada.

La similitud entre deber y obligación se basa en la exigibilidad, que puede ser tanto un dar, un
hacer o no hacer necesariamente. Si el deber jurídico recae en un caso sobre una persona
determina, que sería deudor, al estar frente a un deber particular y calificado se constituyente
una obligación. El cumplimiento del deber genera la extinción de la obligación, el deudor se
libera de la misma y satisface el interés lícito de su acreedor. Tanto la falta en el deber de no
dañar, como la falta a la obligación tienen la similitud que generan un hecho ilícito el cual
debe ser reparado por quien causo esa falta. La violación del deber conllevara la
consiguiente obligación, y la falta a esta última, los daños e intereses de no
cumplirla.

3. La persona al no cumplir con su deber, y en tal caso menoscabarlo o violarlo, será deudor
por cometer ese hecho ilícito, lo cual le traerá como consecuencia una obligación, que será la
sanción que disponen los Códigos normativos para cada determinada situación. Esa falta al
deber jurídico de no dañar a otro, considerado como la comisión de un hecho ilícito,
da nacimiento a una obligación, la cual no tendría posibilidad de surgir ante el cumplimiento
en tiempo y forma de los deberes jurídicos. Sucede ante la violación del deber de no dañar a
otro, como una sanción para el causante de ese daño, obligado a tener que reparar a quien le
produjo ese daño y brindar una reparación en proporción al daño causado

En el derecho y las ciencias jurídicas, se entiende por sujeto de derecho a cualquier entidad
individual o colectiva a la que se le pueda atribuir capacidad jurídica. Dicho de otro modo, se
trata de cualquier persona (natural o jurídica) con derechos y obligaciones. Por lo general,
“sujeto de derecho” es equivalente a “persona”.

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