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ARTROSIS

Artrosis puede definirse como “un grupo heterogéneo de condiciones que


conducen a síntomas y signos articulares los cuales se asocian con defectos en
la integridad del cartílago articular, además de cambios relacionados con el
hueso subcondral y con los márgenes articulares”. Es la artropatía de mayor
prevalencia en todo el mundo y la causa más frecuente de discapacidad para la
deambulación en las personas mayores.
La artrosis afecta principalmente a las articulaciones que soportan mayor peso y
desarrollan un mayor esfuerzo (caderas, rodillas, hombros, articulaciones
cervicales y lumbosacras).
La patogenia de la artrosis se desarrolla durante dos etapas que presentan
diferentes características clínicas. La primera etapa es de duración desconocida
en la que generalmente no existen manifestaciones clínicas pero es el período
en el que comienzan las alteraciones metabólicas del cartílago que son el origen
de su posterior desintegración. En la segunda etapa aparecen los síntomas
como consecuencia de la disfunción biomecánica generada por el deterioro
cartilaginoso y los brotes inflamatorios.
La artrosis es el resultado de factores mecánicos y biológicos que desestabilizan
el equilibrio entre la degradación y la síntesis, a cargo de los condrocitos, de la
matriz extracellular del cartílago articular y del hueso subcondral.
Los factores implicados en el desarrollo de la artrosis son: edad, obesidad,
factores genéticos, defectos congénitos de la articulación, entre otros.
Los traumatismos pueden ser causa de artrosis. Sin embargo, en el caso de los
microtraumatismos que se producen habitualmente durante el ejercicio de
algunas profesiones (mineros, peluqueros, agricultores, conductores
profesionales, etc.) la relación no es tan clara, porque entre ellos, en las
mismas condiciones de edad, sexo y actividad profesional, unos desarrollan
artrosis y otros no. Esto indica la existencia de algún otro factor
desencadenante de esta patología.
La artrosis de la columna o espondiloartrosis es muy frecuente, está asociada a
la edad y está limitada a las articulaciones apofisarias. Los segmentos más
frecuentemente afectados son el cervical y el lumbar. Generalmente coexiste
con "cambios degenerativos", como son la disminución del espacio
intervertebral, protrusiones discales o la formación de osteofitos. La clínica se
caracteriza por dolor exacerbado por el movimiento y rigidez.

Las articulaciones de la columna vertebral son el asiento más común de los fenómenos
degenerativos, éstos pueden afectar cualquiera de los segmentos, cervical, dorsal o lumbar, pero
la localización en los sitios de mayor movilidad: C5, D8, L3 y L4 es preponderante. La
osteoartrosis puede afectar las articulaciones entre los cuerpos vertebrales, produciendo
degeneración de los discos intervertebrales y formación de osteofitos o de las articulaciones
interapofisarias.
La osteoartrosis de la columna puede acompañarse de dolor localizado y rigidez con espasmo
muscular paravertebral o de dolor radicular con cambios sensitivos y motores. El compromiso de
la columna cervical ocasiona a veces compresión de las arterias vertebrales produciendo mareo,
vértigo y cefalea.
La espondilosis cervical es causada por el desgaste crónico de la columna cervical. Esto incluye
los discos o amortiguadores entre las vértebras del cuello y las articulaciones entre los huesos
de la columna cervical. El mayor factor de riesgo es el envejecimiento. A los 60 años, la mayoría
de las personas muestran signos de espondilosis cervical en las radiografías.

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