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CAPÍTULO II

LOS BIENES

2.1. Aspectos generales

Doctrinariamente los bienes vienen: “Del verbo beo-as-are, que Plauto emplea en el

sentido de hacer feliz; Horacio el enriquecedor; Terencio, en el de causar placer y

Ulpiano en el de aprovechar, poniendo de relieve su etimología y el valor cualificativo

de la utilidad.”22

El anterior aspecto, da a conocer prácticamente la etimología y el vocablo bien o

bienes el cual desde hace mucho tiempo ha sido utilizado para referirse directamente

a la propiedad de una cosa o de un bien, respectivamente.

En sentido jurídico: “Los bienes comprenden todo lo que es elemento de fortuna o de

riqueza susceptible de apropiación. En sentido económico por su parte, los bienes

son todos aquellas coas que sirven para satisfacer nuestras necesidades

(económicas o no) y constituyen directa o indirectamente, próxima o remotamente, a

la indicada satisfacción.”23

Al respecto, el bien como sinónimo de fortuna o riqueza constituye más que todo por

el valor monetario del mismo del cual indudablemente varía de un lugar otro o de

acuerdo a la dimensión del mismo.

Asimismo, se indica que los bienes, son cosas útiles al hombre, que le ofrecen

beneficios, representando para él algún valor y satisfaciendo sus necesidades.

2.2. Evolución histórica


22
Matta Consuegra, Daniel. Análisis jurídico y doctrinario de los derechos Reales en los derechos
guatemaltecos. Guatemala: editorial Servi Prensa. 2019. Pág. 31.
23
Matta Consuegra, Daniel. Ob. Cit. Pág. 31.
25
26

De conformidad se indica, que no es fácil exponer con toda fidelidad el sistema

romano de transmisión de bienes, toda vez, que las líneas del mismo no son claras ni

consientes en todas las épocas de su desarrollo. Ello nos lleva a diferencias dentro

del Derecho Romano tres periodos, fases o etapas:

a) Periodo primitivo;

b) Periodo clásico; y

c) Período justinianeo.

2.2.1. Período Primitivo

Es esté período formalista; los bienes y derechos se adquieren y trasmiten mediante

la mancipatio y la in iure cesio, que son modos civiles de adquirir la propiedad y que

actúan con completa independencia de la naturaleza mueble o inmueble de la cosa

transferida.

Por otra parte, la mancipatio en una permuta, que después revistió la forma de

compraventa y en la que la transferencia de la cosa tenía lugar mediante el

cumplimiento de las formalidades establecidas en presencia del libripens y cinco

testigos, que representan al pueblo romano. La in iure cesio fue una adaptación del

proceso contencioso vindicatorio de propiedad a la transferencia de bienes;

constituye una ficción o simulacro de juicio de reivindicación, con allanamiento a la

demanda en la primera fase, in iure, del procedimiento de la legis actio sacramenti in

re: el adquiriente demandaba la propiedad de la cosa y el enajenante se allanaba a la

demanda.

2.2.2. Período clásico


27

Como lo indica el autor Jerónimo Gonzáles, determina lo siguiente: “La circulación de

las cosas en el Derecho Romano clásico tenía lugar por medios distintos de los

negocios contractuales que constituían su base, sin que estos medios fuesen los

mismos para cualquiera personas y para cualquiera cosas, sino que era preciso

distinguir entre res mancipi y res nec mancipi; entre modos de adquirir la iures civiles

y modos de adquirir iuris naturalis: la mancipatio, la iniure cesio, la usucapio por su

parte, y la tratidio or otra. Finalmente todos estos modos eran modos de adquirir de

Derecho Civil y con ellos se adquiría el dominio quiritario, pero las cosas mancipi solo

podían adquirir por los tres primeros, mientras que la traditio quedaba reservada a la

nec mancipi.”24

Lo antes señalado, pone de manifiesto que los periodos clásicos relativo al Derecho

Romano existieron varias modalidades contractuales más que todo se hacía

referencia a la compra venta, a la entrega del bien, la seguridad jurídica, así como a

las formalidades que en ese entonces se exigía, es por ello, que la transferencia se

originaba por consentimiento en la entrega para lo cual existía un medio probatoria el

uso de escrituras en la venta como una entrega de posesión real de la misma.

Por otra parte, es importante señalar, que el periodo clásico también aparece dentro

de la institución dentro de los bienes la institución de la donación como una

institución civil, sin embargo, para su perfeccionamiento era necesario establecer

testigos y acudir a un registro público para lo cual el ánimo del donante era una de

las formalidades esenciales.

2.2.3. Período justinianeo

24
Gonzáles, Jerónimo. La tradición de fincas en los instrumentos públicos. Madrid: Editorial Anales dela
Academia matritense del Notariado. 1945. Pág. 17
28

Se acentúa el predomino absoluto de la traditio, admitiéndose numerosas formas de

traditio ficta, mediante ella se adquiere y tramite todo tipo de propiedad, eliminándose

por consiguiente la categoría de la res mancipi.

2.2.4. La teoría del título y el modo de adquirir la propiedad

La doctrina del título y el modo tiene su relevancia en la forma de adquirir la

propiedad, es por ello, que se hace referencia también a los modos originarios para

lo cual es importante destacar el aspecto doctrinario y romano, toda vez, que el

derecho concibió algunas corrientes relativas a los bienes, es por ello, que Puig Peña

expone: “Conforme esta teoría, para la adquisición y transmisión de la propiedad es

absolutamente necesario la concurrencia indispensable de dos elementos: el título,

es decir la causa jurídica que motiva y determina la transferencia, y el modo, es

decir, la efectividad del negocio causal, ósea el complemento transnacional impuesto

por el derecho, a modo de condictio iures para provocar la transferencia. Estas líneas

generales de la doctrina son después complementarias con otras características de

segundo orden, es por ello, que la fundamentación técnica de la doctrina, así como la

argumentación y su evolución histórica y conceptual va marcando el aspecto de

dicha institución.”

En lo que respecta a la evolución conceptual se debe seguir el criterio español sobre

todo lo que para el efecto, Puig Peña señala: “En el derecho Romano, después de

los simplicismo delos primeros tiempos, en que los fenómenos traslativo se valoró en

el acto fundamental de la mancipaito o en iures cessio, de sabor estrictamente

formalista, y en que le consentimiento de las partes pasaba a segundo plano, se

inicia en la época clásica la dirección dualista del tipo y el modo de adquirir con una

evolución singularísima del carácter y psicología de este pueblo maestro de todo los

demás en los asuntos jurídicos.”25


25
Puig Peña, Federico. Compendio de derecho civil Español. Madrid: Editorial Pirámide S. a tomo II. 1976.
Pág. 156
29

La elasticidad jurídica y política del pueblo de Roma hicieron abandonar la rancia

trilogía y el hermetismo tradicional de la famosa adquisición por el ciudadano romano

de cosas romanas mancipi y por un procedimiento romano extraordinariamente

formalista mancipatio, in iure cessio, dando cabida a la hermosa flexibilidad y

amplitud del ius getium y su estupenda interpretación por los pretores.

Asimismo, el hermetismo ritualista da entrada como elemento fundamental, a una

fórmula sencilla, natural, sin ritos ni ceremonias, que representa el importante papel

de posibilitar la transferencia ya convenida entre las partes en virtud de un negocio

jurídico contrato consensual anterior. Que se refiere a la traditio, que ocupa un papel

de magnitud. El sistema traslativo romano de la época clásica, pues, se caracteriza

por el elemento de la entrega, tradición, engarzado, siquiera sea lógicamente, con un

antecedente contrato, en relación de causa a efecto.

Al respecto debe tenerse presente que la tradición no era entrega cualquiera, sino

que, poco a poco, se convierte en una entrega valorizada, en el sentido de que se

suponía un animus transferendi et accipiendi dominio, unido a la causa traditionis:

solvendi, credendi o donandi, lo que es lo mismo que ya en la época de Justiniano

todo el fenómeno de la transferencia. Existía ciertamente, como decimos, un engarce

lógico con el negocio jurídico, que le servía de base y apoyo; pero en realidad, el

traspaso lo provocaba la traditio misma sin relación con la causa que lo determinaba.

Si esta causa existía, se producía definitivamente la transferencia, si la causa no

existiera o no era idónea, entonces también de momento se verificaba la traslación,

si bien este efecto traslativo podía ser corregido después por la condictio, quedando

ligado el accipien, quedando ligado el accipiens a retrasmitir la propiedad de la cosa

con efecto no retroactivo o ex nunc.


30

Para el efecto, las líneas fundamentales de esta cuestión en el Derecho Romano

Justiniano, o sea, el abandono del ritualismo absorbente anterior, donde todo se

operaba por la fuerza del rito y de la fórmula, sin consideración alguna a la voluntad,

y su sustitución por un estado más racional y lógico, nacido de la hermosa

consideración de la aequitas, que tanto bien hizo en la justicia romana. En esta fase

el punctum saliens de la transferencia dominical se apoyaba en la traditio; pero en

una traditio ya valorizada, en ese sentido de que si ésta no se apoyaba en una iust

causa traditionis podía ser destruida en virtud del juego fundamental de la codictio.

Finalmente, la época anterior se observa una fina evolución en el sistema, que

produce una mutación sensible. Ciertamente, sigue predominando como punctum

saliens la traditio; pero, por una parte, el animus, que la valorizaba se va valorizando

dándose primeramente por supuestos, y después por inexistencia, por otra parte,

debido a las formas espiritualizadas de la traditio brevi, longa manu y constitutum

possesorium va aquélla perdiendo importancia y quedando reducida a un papel de

simple entrega de la cosa.

Es decir, una traditio no valorizada, ello hizo que, como compensación, todo el peso

de la transferencia se colocase en el titulus o iusta causa traditionis, que en adelante

absorbe el elemento anímico, antes necesario en la tradición, con esto se llega al

sistema más equilibrado, dual o causalista, caracterizado por la necesidad de los dos

elementos. El título o causa jurídica que motiva la transferencia y el modo del acto

real de entrega posesoria.

Esta tendencia dualista fue robustecida, al mismo tiempo, por la poderosa influencia

de las ideas dominantes a la sazón en el campo filosófico y jurídico, en el campo

jurídico también se pensaba a favor de la corriente dualista del titulus y del modus

acquirendi. A este respecto se pusieron de manifiesto algunos textos del corpus, de


31

los cuales se desprendía la necesariedad de la corporación conjunta de los

elementos básicos título y modo para que la adquisición se efectuase.

2.3. Definición

Básicamente los bienes, viene del latín “bonus”, que significa bienestar, dicha,

fortuna, refiriéndose en consecuencia este término, tanto a las cosas materiales

como a todo aquello que puede serle útil o servirle para satisfacer sus necesidades

fisiológicas o espirituales.

Por otra parte, el autor Clemente Soto, define los bienes de la siguiente manera: “Es

todo aquello que sirve para satisfacer una necesidad es un cosa, la que se convierte

en bien mediante el fenómeno jurídico de su apropiación.” 26

De lo antes expuesto determina que los bienes son cosas útiles para el hombre, y

que ofrecen beneficios, representado para el algún valor y satisfaciendo sus

necesidades.

Asimismo, en el momento que una cosa recibe la clasificación jurídica de “bien”. En

consecuencia, bien, es toda cosa susceptible de apropiación, todas las cosas, todos

los derechos, muebles o inmuebles competen el patrimonio de una persona.

El tratadista Guillermo Cabanellas, define los bienes de la siguiente manera:

“Aquellas cosas de que los hombres se sirven y con las cuales se ayudan. Cuantas

cosas pueden ser de alguna utilidad para el hombre. Las que componen la hacienda

o la riqueza de las personas. Todos los objetos que, por útiles y apropiables, sirvan

para satisfacer las necesidades humanas.”27


26
Soto Alvarez, Clemente. Prontuario de introducción al estudio del derecho y Nociones de Derecho Civil.
México: Editorial Limusa. 1981. Pág. 149.
27
Cabanellas, Guillermo. Diccionario de derecho Usual. Buenos Aires, Argentina: Editorial Heliasta. 1997. Pág.
270
32

De lo antes expuesto, el tratadista indica que los bienes son cosas muebles e

inmuebles que pertenecen a una persona, para poder satisfacer sus necesidades,

que son objeto de las cuales se pueden apropiar.

Por su parte, Manuel Ossorio define a los bienes como: “Utilidad, beneficio, caudal,

hacienda. Dentro de ese sentido, los bienes son muchas clases, porque pueden

referirse a un concepto inmaterial y espiritual o a uno material. Naturalmente que, sin

salirnos de los bienes, en su aspecto material, su división es amplísima, empezando

por la fundamental de inmuebles, muebles y semovientes.” 28

El tratadista antes indicado, analiza y comenta que los bienes constituyen parte de la

riqueza de un individuo y que la misma puede transferir a un tercero a través del

valor del bien.

El Código Civil Decreto Ley 106 guatemalteco, en el artículo 442, indica de acuerdo

con la doctrina que son bien las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación y

el artículo 443 reconoce tácitamente la característica de utilidad al determinar que las

cosas apropiables son las que por su naturaleza o por disposición de la ley no están

fuera del comercio.

2.4. Clasificación

Históricamente, los bienes en general han sido objeto de análisis, estudios,

planteamientos y reflexiones los cuales diversos autores han analizado y planteado a


28
Ossorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales. Buenos Aires Argentina: Editorial
Heliasta Pág. 131.
33

través de diferentes criterios principalmente de carácter jurídico e inmobiliario, así

como una clasificación de los mismos, la cual se presenta a continuación:

2.4.1. Por su naturaleza

Los bienes pueden ser muebles o inmuebles. Los bienes muebles son aquellos que

no se pueden trasladar de un lugar a otro sin detrimento de ellos mismos. De

conformidad con el artículo 451 numeral 1) del Código Civil.

Para el autor Flavio Herrera, expone lo siguiente: “Los muebles que pueden

trasladarse de un lugar a otro, sin menoscabo de ellos mismos ni del inmueble donde

están colocados. En el Derecho Romano se les conoció como bienes inmuebles o

bienes raíces porque cumplían sus fines enraizados arraigándose en un lugar

determinado.”29

La anterior clasificación, de bienes mueble se inmuebles constituye para el caso de

Guatemala el marco jurídico vigente tomando en consideración que el Código Civil

determina que un bien será considerado mueble cuando pueda desplazarse de un

lugar a otro e inmueble cuando permanezca en forma permanente sobre un

inmueble.

2.4.2. Por su titularidad

Estos pueden ser bienes del Estado, que son aquellos bienes que se encuentran

inscritos o pertenecen al Estado, las municipalidades o las entidades autónomas o


29
Herrera, Flavio. Curso de Derecho Romano. Tomo I. Guatemala: Editorial El Liberal Progresista. 1942. Pág.
156.
34

descentralizadas y los bienes de propiedad particular que se encuentran inscritos a

nombre de personas individuales o jurídicas. Los bienes del Estado, se pueden

subdividir en bienes de uso común y bienes de uso no común o especifico.

2.4.3. Por sus cualidades físicas

Los bienes por sus cualidades físicas pueden ser corpóreos y bienes incorpóreos.

2.4.3.1. Bienes corpóreos

Los bienes corpóreos o corporales son las que tienen un ser o existencia real y

pueden ser percibidos por nuestros sentidos, como la casa, un libro.

2.4.3.2. Bienes incorpóreos

Los bienes incorporales, son aquellos bienes que consisten en meros derechos,

como los créditos, y las servidumbres activas. El autor Flavio Herrera, expone lo

siguiente: “Los bienes incorpóreos son los que no tiene un ser real o corpóreo, y por

lo tanto no pueden ser percibidos por los sentidos externos, solo se perciben mental

o intelectualmente y consiste en meros derechos, como derechos personales o

créditos y los derechos reales.”30

2.4.4. Por su determinación

Los bienes pueden ser genéricos y específicos.

2.4.4.1. Bienes genéricos

30
Ibíd. Pág. 158
35

Son aquéllos que se les identifica por una naturaleza común. Como por ejemplo un

escritorio, una computadora, un carro, entre otros. Asimismo, se indica que los

bienes genéricos, de género o genérico: “Son aquellos bienes cuya determinación se

hace solo por las características comunes a todos los individuos de su mismo

género, o especie, sin que se puedan distinguir entre ellos.” 31

2.4.4.2. Bienes específicos

Los bienes específicos, son: “Aquellos que se particularizan por elementos de

exclusiva pertenencia según su propia naturaleza.” 32

Los bienes específicos, de cuerpo cierto o especifico se definen como aquellos

bienes que están determinados o especificados de tal manera que es perfectamente

diferenciable de todos los demás de su mismo género o especie.

2.4.5. Por la posibilidad de su fraccionamiento

Estos bienes pueden ser divisibles o indivisibles

2.4.5.1. Bienes divisibles

Son aquellos bienes que se pueden utilizar cada una de sus partes en forma

independientes.

2.4.5.2. Bienes indivisibles


31
Ibíd. Pág. 61.
32
Ibíd. Pág. 61.
36

Son los bienes que no pueden fraccionarse sin detrimento o mengua de valor y

cuyas partes resultantes, aunque homogéneas, no tiene la misma función que el

todo, como una mesa, una estatua, un automóvil.

2.4.6. Por la posibilidad de su uso repetitivo

2.4.6.1. Bienes consumibles

Los bienes consumibles: “Son aquéllos en que se altera su sustancia a través de su

uso, impidiéndose en consecuencia su ulterior aprovechamiento en otras palabras se

destruyen desde el primer uso Ejemplo: Alimentos, Medicina, gasolina, Cereales,

etc.”33

Por lo tanto, los bienes consumibles son los bienes que en razón de sus

características específicas, se consumen, inutilizan, desaparecen, destruyen

naturalmente por el primer uso que se haga de ellos.

2.4.6.2. Bienes no consumibles

El autor Matta Consuegra indica que los bienes no consumibles: “Son aquéllos que

no se destruyen ni se extinguen con el uso, permitiéndose una utilización prolongada

sin que los mismos desaparezcan.”34

33
Ibíd. Pág. 68.
34
Ibíd. Pág. 69.
37

Asimismo, se indica que la no consumibilidad implica la factibilidad que ofrece ciertos

bienes de mantener intacta su naturaleza pese al uso que de ellos se haga, este tipo

de bienes está sujeto a la depreciación económica.

2.4.7. Por la existencia en el tiempo

2.4.7.1. Bienes presentes

Los bienes presentes: “Son aquéllos que gozan de una existencia real o física. Son

los que tienen existencia real en el momento de la constitución de una relación

jurídica sobre ellos.”35

2.4.7.2. Bienes futuros

Son aquéllos que: “No existen en el momento actual puede tenerse racionalmente la

esperanza de que existan en el futuro por ejemplo una cosecha, la herencia, etc.” 36

Los bienes futuros son los que no existen realmente en el momento de constituirse

una relación jurídica sobre ellos, pero se espera que racionalmente existan en el

futuro, por ejemplo, el ternero que está por nacer.

2.4.8. Por la posibilidad de su sustitución

2.4.8.1. Bienes fungibles

Son los que: “No teniendo una individualidad propia precisa y concreta pueden ser

sustituidos por otros de la misma especie calidad y cantidad, Ejemplo: Dinero, granos

básicos etc.”37

35
Ibíd. Pág. 71.
36
Ibíd. Pág. 71.
37
Ibíd. Pág. 73.
38

En relación a los bienes fungibles este vocablo denota la aptitud de una cosa para

sustituir a otra, desempeñar sus mismas funciones en razón de la equivalencia de

ambas.

Al respecto, el Código Civil, en el artículo 454 regula que: “Los bienes muebles son

fungibles si pueden ser substituidos por otros de la misma especie, calidad y

cantidad; y no fungibles los que no pueden ser reemplazados por otros de las

mismas cualidades.”

2.4.8.2. Bienes no fungibles

Los bienes no fungibles, son aquéllos que no se pueden sustituir por otros de la

misma especie, calidad y cantidad.

El artículo 454 del Código Civil guatemalteco establece que: “Los bienes muebles

son fungibles si pueden ser substituidos por otros de la misma especie, calidad y

cantidad: y no fungibles los que no pueden ser reemplazados por otros de las

mismas cualidades.”

2.4.9. Por la relación de pertenencia o apropiación

Estaos bienes pueden ser dentro del comercio de los hombres y los bienes fuera del

comercio de los hombres.

2.4.9.1. Dentro del comercio de los hombres

Son aquellos bienes susceptibles de tráfico comercial dentro de las relaciones

privadas, los bienes comerciales o dentro del comercio de los hombres son los
39

bienes que pueden ser objeto de transacciones o negocios jurídicos por los

particulares y sobre los cuales pueden recaer derechos reales o personales, como

los derechos hereditarios, las acciones, como por ejemplo un caballo, un carro.

2.4.9.2. Fuera del comercio de los hombres

Son aquellos que por su propia naturaleza no pueden ser apropiados por un

particular, los bienes fuera del comercio de los hombres es el caso contrario, es

decir, los bienes que no se pueden ser objeto de transacciones jurídicas ni

gravámenes, porque su naturaleza lo impide como los estupefacientes, o los que por

disposición de la ley están fuera del comercio, como los bienes de uso público.

2.4.10. Por la relación a la posesión actual de los bienes

2.4.10.1. Bienes mostrencos

Son aquellos bienes muebles o semovientes que se encuentran perdidos y cuyo

dueño se ignora y se encuentran regulados en los artículos 596 y 680 del Código

Civil.

Los bienes mostrencos son bienes corporales que han tenido dueño particular, pero

han sido abandonados material y jurídicamente y no se sabe quién es el dueño

aparente. Para que un bien se considere mostrenco se necesita que sea corporal

mueble, que haya estado sometido a dominio particular y que en la actualidad se

encuentre involuntariamente abandonado o perdido, es decir. Sin dueño aparente o

conocido.

2.4.10.2. Bienes vacantes


40

Por otra parte, los bienes vacantes son aquellos cuyo titular falleció sin dejar

testamento ni herederos legales, por lo dichos bienes pasarán a formar parte del

patrimonio del Estado y de las universidades autorizadas para funcionar en el país.

Los bienes vacantes son aquellos inmuebles tanto rurales como urbanos, existentes

dentro del territorio de la República que, que habiendo tenido propietario

anteriormente, es decir, habiendo estado bajo dominio del hombre, en la actualidad

no tiene dueño aparente o conocido.

2.5. Los bienes como objeto de la relación jurídica

El término bien tiene diversas aceptaciones tanto en el lenguaje común como en el

jurídico. Desde el punto de vista económico el bien debe entenderse como todo

aquello que le sea útil al hombre y que satisface una necesidad directa o en forma

indirecta, por lo general dichos bienes proceden de la naturaleza o del trabajo del

hombre que una vez que se transforme ya tiene un significado económico e incluso

comercial.

Asimismo, el significado jurídico la palabra bien puede estudiarse como toda cosa

que necesariamente necesita protección legal independientemente de su patrimonio

es por ello, que le significado legal o jurídico, es todo aquello que le corresponde a

toda persona y que quiere una protección legal para no ser lesionado por un tercero

de allí los denominados bienes jurídicamente protegidos.

Asimismo, la protección legal de los bienes se encuentra en los ámbitos de derecho

público y derecho privado respectivamente y comprende entre otros los derechos

fundamentales del hombre, consignados en las garantías individuales como los

sujetos. Para lo cual en el ordenamiento civil al termino bien se le vincula con una

actividad patrimonial es por ello que se menciona como toda cosa susceptible de

apropiación y por ende de valoración económica que pertenece al patrimonio de una

persona, asimismo, desde este punto de vista el termino bien comprende única y
41

exclusivamente a todo lo que tenga una estimación pecuniaria que sea de provecho

y utilidad e incluso puede generar algún tipo de obligación futura.

Por otra parte, el bienes presentan un tipo de requisitos por ejemplo la posibilidad de

apropiación y dicho carácter está orientado conforme el artículo 43 del Código Civil

vigente en Guatemala: Pueden ser objeto de apropiación todas las cosas que no

estén excluidas del comercio por su naturaleza o por disposición de la ley.

Al respecto el termino apropiación implica a ser una apropiada cosa que no lo era,

dando el carácter propietario de ella al que le hace suya, para que las cosas puedan

ser apropiadas se requiere que no estén excluidas del comercio.

Por otra parte, la comercialidad esto otros requisitos esenciales de los bienes toda

vez que son considerado objeto de actos jurídicos lo que se materializa al entrar en

una relación jurídica de derecho se determina por las cualidades que se anotan en el

concepto de cosa, por las cualidades que la cosa sea útil y sobre todo estar en el

comercio, que tenga una nación mercantil en intercambio de requisas entre otros

aspectos fundamentales.

Por otra parte, los bienes constituyen una institución de transcendencia civil cuyo

antecedente bienes del Derecho Romano, toda vez, que el aporte de dicha

civilización al Derecho Civil fue bastante grande para la humanidad, es por ello, que

algunos autores nacionales y extranjeros toman como marco de referencia los bienes

lo aspectos históricos, asimismo, la doctrina, también establece una extensa

clasificación de los bienes ya que existe diversidad de autores que presentan

variadas clasificaciones desde el punto de vista doctrinario y el Código Civil de

Guatemala la clasificación legal. En consecuencia, los bienes como relación jurídica

tienen transcendencia económica, jurídica y constituyen incluso una actividad

mercantil.

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