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LA SANGRE

La homeostasia del ambiente interno y, por tanto, la propia supervivencia, depende del
transporte continuo hacia las células corporales y desde ellas. La sangre es mucho más que
el simple líquido que parece ser. No sólo está constituida por líquido, sino también por miles
de millones de células. La parte líquida de la sangre, esto es, el plasma, es uno de los tres
principales líquidos corporales (los otros dos son los líquidos intersticial e intracelular). Las
células sanguíneas están suspendidas en el plasma.
La sangre es un medio de transporte complejo que efectúa servicios vitales de captación y
liberación para el cuerpo.
• Capta los nutrientes y el oxígeno de los sistemas digestivo y respiratorio y los libera
en las células de todo el cuerpo.
• Recoge los desechos de las células y los deja en los órganos excretores.
• Capta hormonas de las glándulas endocrinas y las lleva a las células blanco.
• Transporta enzimas, amortiguadores y otras sustancias bioquímicas.
• Es el mecanismo principal que regula el calor corporal (su calor específico y su
conductividad elevados le permiten absorber grandes cantidades de calor sin que
aumente mucho la temperatura y transferir este calor absorbido desde el interior del
cuerpo hacia la superficie, en donde se disipa más fácilmente).
• Contribuye a todas las funciones corporales:
• Metabolismo celular
• Hemostasia de líquidos
• Hemostasia de pH.
• Defensa contra microorganismos

¿Cuánta sangre contiene el cuerpo de un adulto?

El volumen sanguíneo total varía en cada individuo, el tipo corporal, la cantidad de grasa
corporal, el sexo y el método de medición.
Para medir el volumen sanguíneo en el hombre se utilizan los métodos directo e indirectos
que recurren a “marcación” de los eritrocitos o de los componentes plasmáticos con
radioisótopos como fósforo o cromo radiactivo. Los valores obtenidos variarán según el
método y el agente de marcación que se usen.
El volumen sanguíneo por kilogramo de peso corporal varía en proporción inversa con la
cantidad de grasa corporal en exceso. Esto significa que, cuanta menos grasa haya en el
cuerpo, más sangre habrá. Los estudio con cromo indican que el varón sano posee en
promedio 71 ml de sangre por kilogramo de peso corporal.
Características físicas de la sangre:

• Tejido conjuntivo vivo, líquido opaco y rojo. Constituido por diversos tipos celulares
suspendidos en un líquido complejo de color ámbar llamado plasma.
• 20% del líquido extracelular (LEC).
• pH 7.35-7.45 (ligeramente alcalino).
• Pegajosa (debido a las proteínas del plasma).
• Salada (por los electrolitos que contiene).
• El color varía entre el rojo vivo (sangre oxigenada) y el rojo oscuro (sangre
desoxigenada).
• Temperatura 38ºC
• Volumen: 4-6 litros. Regulada por ADH, aldosterona, PNA.
• Viscosidad: 4-5 veces más viscoso que el agua (el plasma sólo 2 veces). Causa:
muchas células y macromoléculas.
• Presión oncótica: presión osmótica de proteínas plasmáticas.
• Hematocrito: porcentaje del volumen total de sangre compuesto por GR.

¿Qué hace la sangre?

La sangre transporta oxígeno de los pulmones y nutrientes del aparato digestivo a las células
del organismo. También se lleva el dióxido de carbono y todos los productos de desecho que
el organismo no necesita. (Los riñones filtran y limpian la sangre.) La sangre, además:
• Ayuda a mantener el cuerpo a la temperatura correcta.
• Transporta hormonas a las células del organismo.
• Envía anticuerpos para combatir las infecciones.
• Contiene factores de coagulación para favorecer la coagulación de la sangre y la
cicatrización de los tejidos del cuerpo.

¿Cuáles son los elementos de la sangre?

Los cuatro elementos de la sangre son:


1. Plasma
2. Glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos,
3. Glóbulos blancos o leucocitos
a. Granulocitos: basófilos, neutrófilos y eosinófilos.
b. Leucocitos no granulosos: linfocitos y monocitos
4. Plaquetas o trombocitos.
La sangre total está constituida aproximadamente por 55% de plasma sanguíneo y 45% de
células sanguíneas.
1. Plasma: es el componente líquido de la sangre en el cual están suspendidos los glóbulos
rojos (eritrocitos), los glóbulos blancos (leucocitos) y las plaquetas. Constituye más de la
mitad de su volumen y está compuesto principalmente por agua, que contiene sales en
disolución (electrólitos) y proteínas.

¿Cuáles son los componentes del plasma?

• Proteínas 7%:
• Albúminas 54% (ayuda a evitar que el líquido se filtre fuera de los vasos sanguíneos
y entre en los tejidos, y además cumple funciones de transporte al unirse a sustancias
como las hormonas y algunos fármacos),
• Globulinas 38% (anticuerpos (inmunoglobulinas), que defienden activamente al
organismo frente a un virus, bacterias, hongos y células cancerosas),
• Fibrógeno 7% (proteína que participa en la formación de coágulos de sangre en el
cuerpo. Se elabora en el hígado y forma la fibrina. La fibrina es la proteína principal
en los coágulos de sangre que detienen el sangrado y sanan las heridas),
• Otras 1%
• Agua 91.5%
• Otros solutos 1.5%: electrolitos (Na, K, Ca, Cl, fosfato, bicarbonato), nutrientes,
gases, sustancias reguladoras, productos de desecho.
• También se encuentran los factores de la coagulación, que previenen las hemorragias.
• Suero es el plasma sin fibrógeno (es fibrógeno es una proteína producida por el hígado
que ayuda a detener el sangrado al favorecer la formación de coágulos de sangre).

El plasma también tiene otras funciones. Actúa como reservorio tanto para reponer agua en
caso de que sea insuficiente para el cuerpo, como para absorber su exceso en los tejidos.
Cuando los tejidos del organismo necesitan líquidos adicionales, el agua del plasma es el
primer recurso utilizado para cubrir esta necesidad. El plasma también impide que los vasos
sanguíneos se colapsen o se obstruyan, y ayuda a mantener la presión arterial y la circulación
por todo el organismo. Esto lo hace al circular constantemente a través de los vasos
sanguíneos. La circulación del plasma también cumple una función reguladora de la
temperatura mediante el transporte del calor generado en los tejidos más interiores del
organismo hacia las zonas que pierden calor con mayor facilidad, tales como las
extremidades y la cabeza.
2. Glóbulos rojos o eritrocitos: Discos bicóncavos de 7 𝜇m de diámetro aproximadamente,
con una gran área de superficie en relación con su volumen. La forma bicóncava permite la
deformación sin que se lesione la célula al pasar por los capilares. La prostaglandina PGE,
aumenta la capacidad de deformación; la PGE2, la disminuye. Número de eritrocitos: varón,
5 500 000 por mm3; mujer 4 800 000 por mm3.
¿Cómo y dónde se forman los eritrocitos?

Los glóbulos rojos se forman en la médula ósea roja de los huesos. Las células madre de la
médula ósea roja, llamadas hemocitoblastos, dan lugar a todos los elementos formados en la
sangre. Todo el proceso de formación de eritrocitos recibe el nombre de eritropoyesis (del
griego poiesis= producción)
Los glóbulos rojos (eritrocitos) constituyen el 40% del volumen sanguíneo. Contienen
hemoglobina, la proteína que confiere a la sangre su color rojo característico y que le permite
transportar oxígeno desde los pulmones hacia todos los tejidos del organismo. Las células
utilizan el oxígeno para producir la energía que el organismo necesita. El producto de desecho
de este proceso es el dióxido de carbono, que los glóbulos rojos (eritrocitos) transportan desde
los distintos tejidos hacia los pulmones. Cuando el número de glóbulos rojos es demasiado
bajo (anemia), la sangre transporta menos oxígeno, lo que causa cansancio y debilidad. En
cambio, cuando es demasiado elevado (eritrocitosis, como en la policitemia verdadera), la
sangre puede volverse muy espesa, lo cual hace más fácil su coagulación y aumenta el riesgo
de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
La vida del eritrocito circulante en el torrente sanguíneo es de unos 120 días en promedio. Se
desintegran, esto es, experimentan fragmentación en los capilares. Las células
reticuloendoteliales de la cubierta de los vasos sanguíneos, sobre todo dl hígado, bazo y
médula ósea, fagocitan a los eritrocitos. En el proceso, se libera el hierro de la hemoglobina
y se forma el pigmento bilirrubina. Ambos son transportados al hígado, en el cual el hierro
es almacenado temporalmente y la bilirrubina es excretada por la bilis. Por último, la médula
ósea usa la mayor parte del hierro de nuevo para la síntesis de nuevos eritrocitos, y el hígado
excreta los pigmentos biliares en la bilis.

¿Cuál es el mecanismo homeostático de los eritrocitos?

Los glóbulos rojos se forman y destruyen con rapidez sorprendente. Por lo normal, cada hora
de nuestras vidas de adultos se forman unos 100 millones de eritrocitos para restituir a un
número igual que se destruye durante este breve tiempo, pues en estado de salud, el número
de eritrocitos es relativamente constante entre 4.5 y 5.5 millones por mm3 de sangre.
El mecanismo exacto de esta formación constante no se conoce. Sin embargo, se sabe que:
• Si disminuye el número de eritrocitos, por alguna causa como hipoxia tisular, en
sangre se acelera el ritmo de producción.
• Esto estimula al riñón (y quizá algunos otros tejidos) para que aumente la secreción
de la hormona eritropoyetina. Esto estimula a la médula ósea para que acelere su
producción de eritrocitos.
• El nombre eritropoyetina nos facilita recordar su función: estimula la eritropoyesis
(proceso de formación de eritrocitos).
• Adviértase que para que el mecanismo homeostático de los eritrocitos logre conservar
el número normal de glóbulos rojos, la médula ósea debe funcionar adecuadamente.
Para ello, la sangre debe proporcionarle suficientes aminoácidos, hierro, agentes
catalíticos (cobre, cobalto) vitamina B12, entre otros, además, la mucosa gástrica
debe proporcionar algún factor intrínseco no identificado para la absorción de
vitamina B12 (denominada factor extrínseco porque se deriva de fuentes externas en
los alimentos y no la sintetiza el cuerpo; la vitamina B12 se denomina también
principio antianémico).
• La anemia se produce siempre que el ritmo de formación y destrucción de eritrocitos
no está equilibrado. Ocurre cuando la mucosa gástrica no produce el factor intrínseco
necesario para la absorción suficiente de vitamina B12. Por lo tanto, la médula ósea
produce eritrocitos en menor número, pero más voluminosos que los normales.
Muchos de ellos son inmaduros y tienen membrana excesivamente frágil, lo cual
motiva que se destruyan más rápidamente.

3. Los glóbulos blancos (leucocitos): tienen un diámetro aproximado de 8 𝜇m y un núcleo


esférico rodeado de citoplasma. Se encuentran tanto en el tejido linfático como en la sangre
en menor número que los glóbulos rojos, con una proporción aproximada de un glóbulo
blanco por cada 600 a 700 glóbulos rojos. Se encargan principalmente de la defensa del
organismo contra las infecciones. Existen cinco tipos principales de glóbulos blancos
(leucocitos) que se clasifican según la presencia de citoplasma granular y núcleo irregular en
su citoplasma y los que contienen citoplasma sin granulaciones y núcleo regular. Los
leucocitos granulosos son: los neutrófilos, eosinófilos y basófilos; los no granulosos:
linfocitos y monocitos.
• Los neutrófilos. Se llaman así porque se tienen con colorantes neutros son el
tipo más numeroso, y ayudan al organismo a protegerse contra las infecciones,
matando e ingiriendo bacterias, hongos y otros detritos externos.
• Los eosinófilos eliminan los parásitos, destruyen las células cancerosas y
participan en las reacciones alérgicas.
• Los basófilos también participan en las reacciones alérgicas.
• Los monocitos ingieren células muertas o dañadas, y ayudan en la defensa contra
gran cantidad de microorganismos infecciosos.
• Los linfocitos, con tres tipos principales: las células T (linfocitos T) y los
linfocitos citolíticos naturales (también llamados, por influencia del inglés,
células NK [natural killer] o células asesinas naturales), que permiten al
organismo defenderse de las infecciones víricas, así como también detectar y
destruir algunas células cancerosas, y las células B (linfocitos B), que se
transforman en células plasmáticas y producen anticuerpos.
Algunos glóbulos blancos fluyen a través del torrente sanguíneo, pero muchos otros se
adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos o incluso las atraviesan para entrar en otros
tejidos. Cuando alcanzan el lugar de una infección o detectan otro problema de su
competencia, liberan sustancias que atraen más glóbulos blancos (leucocitos). Funcionan
como un ejército: están dispersos por todo el organismo, pero listos para agruparse en
cualquier momento y combatir cualquier microorganismo invasor. Los glóbulos blancos
cumplen esta tarea de maneras diferentes: rodeando y digiriendo microorganismos y también
mediante la producción de anticuerpos que se adhieren a los patógenos para que sea más fácil
destruirlos.
Cuando el número de glóbulos blancos es demasiado bajo (leucopenia), es mayor la
probabilidad de que se produzca una infección. Si bien un número por encima de lo normal
(leucocitosis) puede no causar síntomas en forma directa, a veces es un indicio de un trastorno
subyacente, como una infección, un proceso inflamatorio o una leucemia.
4. Las plaquetas (trombocitos): son partículas semejantes a células, más pequeñas que los
glóbulos rojos y blancos. La cantidad de plaquetas es menor que la de glóbulos rojos, en una
proporción de una plaqueta por cada 20 glóbulos rojos. Intervienen en el proceso de la
coagulación, ya que se juntan donde se produce un sangrado y se aglutinan formando un
tapón que ayuda a sellar el vaso sanguíneo. Al mismo tiempo, liberan sustancias que
favorecen la coagulación. Cuando el número de plaquetas es muy bajo (trombocitopenia), es
más probable que aparezcan hematomas en la piel y sangrados anormales; Cuando el número
de plaquetas es demasiado alto (trombocitemia), la sangre puede coagularse en exceso y
puede bloquear los vasos sanguíneos, causando trastornos como un ataque isquémico
transitorio. Cuando la cantidad de plaquetas es extremadamente elevada, éstas pueden
absorber las proteínas de la coagulación y, paradójicamente, causar hemorragias.

Tipos o grupos sanguíneos

El concepto de grupos sanguíneos se refiere fundamentalmente a los antígenos


(aglutinógenos) de la superficie de los eritrocitos, pero también hay en los leucocitos,
plaquetas y tejidos celulares. Los antígenos eritrocitarios se encuentran en la superficie
celular. No se conoce el papel de los grupos sanguíneos, pero desempeñan un papel
importante en la evolución de las especies y en la conservación de la individualidad.
Existen determinadas moléculas en las superficies de todas las células del organismo que
pueden ser reconocidas como extrañas por el sistema inmune de las personas. Estas
moléculas se llaman antígenos. Existen varios de estos antígenos en los humanos:
• MHC: complejo mayor de histocompatibilidad (también llamado HLA: antígeno
leucocitario humano).
• Sistema ABO
• Sistema Rh
• Otros
Los antígenos del sistema AB0 de humanos y su base genética se conocen muy bien. Existen
4 grupos sanguíneos diferentes reconocidos que corresponden a la presencia de uno o dos
antígenos (A, B, AB) o bien a su ausencia (0).
Una característica importante es la presencia de anticuerpos naturales (aglutininas): los
individuos del grupo A tienen aglutininas anti-B, los del B tienen anti-A, los AB no tienen,
y los del 0 tienen anti-A y anti-B.

Sistema ABO
• Tipo A: antígeno A en los hematíes (la sangre contiene anticuerpo anti-B)
• Tipo B: antígeno B en los hematíes (la sangre contiene anticuerpo anti-A)
• Tipo AB: ambos antígenos en los hematíes (ni anti-A ni anti-B)
• Tipo O: no hay antígeno A ni B en los hematíes (anticuerpo anti-A y anti-B)

Sistema Rh

Cada persona tiene un tipo sanguíneo (O, A, B o AB). También todos tienen un factor Rh
(positivo o negativo). El factor Rhesus (Rh) es una proteína heredada que se encuentra en la
superficie de los glóbulos rojos. Si tu sangre contiene esta proteína, eres Rh positivo. Si tu
sangre carece de esta proteína, eres Rh negativo.
Rh positivo es el grupo sanguíneo más frecuente. Tener un grupo sanguíneo Rh negativo no
es una enfermedad y, generalmente, no afecta la salud. Sin embargo, puede afectar el
embarazo. El embarazo necesita un cuidado especial si eres Rh negativo y tu bebé es Rh
positivo (incompatibilidad Rh). Un bebé puede heredar el factor Rh de cualquiera de los
padres.

¿Por qué se debe de realizar un análisis del factor Rh a embarazadas y


donantes?

Durante el embarazo, se pueden presentar problemas si eres Rh negativo y el bebé que


esperas es Rh positivo. Por lo general, tu sangre no se mezcla con la sangre del bebé durante
el embarazo. Sin embargo, una pequeña cantidad de sangre del bebé podría entrar en contacto
con tu sangre durante el parto, o si experimentas sangrado o traumatismo abdominal durante
el embarazo. Si eres Rh negativo y tu bebé es Rh positivo, tu cuerpo podría generar unas
proteínas llamadas anticuerpos Rh después de la exposición a los glóbulos rojos del bebé.
Los anticuerpos producidos no son un problema durante el primer embarazo. El problema
tiene lugar en el próximo embarazo. Si tu próximo bebé es Rh positivo, estos anticuerpos Rh
pueden atravesar la placenta y dañar los glóbulos rojos del bebé. Esto podría producir anemia
potencialmente mortal, un trastorno en el que se destruyen los glóbulos rojos más rápido de
lo que el cuerpo del bebé puede reemplazarlos. Los glóbulos rojos son necesarios para
transportar oxígeno a todo el cuerpo.
Si eres Rh negativo, es posible que necesites otro análisis de sangre (un examen de
anticuerpos) durante el primer trimestre, en la semana 28 del embarazo y en el día del parto.
El examen de anticuerpos se usa para detectar anticuerpos contra la sangre con factor Rh
positivo. Si no has comenzado a producir anticuerpos Rh, es probable que necesites una
inyección de un producto sanguíneo llamado inmunoglobulina de Rh. La inmunoglobulina
evita que tu cuerpo produzca anticuerpos Rh durante el embarazo.
Si tu bebé nace con factor Rh negativo, no es necesario realizar ningún otro tratamiento. Si
tu bebé nace con factor Rh positivo, necesitarás otra inyección poco después del parto.
Si eres Rh negativo y tu bebé es o podría ser Rh positivo, tu profesional de salud podría
recomendarte una inyección de inmunoglobulina de Rh después de cualquier situación en la
que tu sangre pudiera entrar en contacto con la sangre del bebé, como las siguientes:
• Aborto espontáneo
• Aborto inducido
• Embarazo ectópico: cuando el óvulo fertilizado se implanta fuera del útero, por lo
general en una trompa de Falopio
• Extirpación de un embarazo molar: un tumor no canceroso (benigno) que se
desarrolla en el útero
• Amniocentesis: un análisis prenatal en el que se extrae una muestra del líquido que
rodea y protege al bebé en el útero (líquido amniótico) para su análisis o tratamiento
• Muestra de vellosidades coriónicas: un análisis prenatal en el que se extrae una
muestra de las proyecciones minúsculas que integran la mayor parte de la placenta
(vellosidades coriónicas) para su análisis
• Cordocentesis: un análisis de diagnóstico prenatal en el que se extrae una muestra de
sangre del bebé del cordón umbilical para su análisis
• Sangrado durante el embarazo
• Traumatismo abdominal durante el embarazo
• La rotación manual externa del bebé en una posición podálica, con las nalgas hacia
abajo, antes del trabajo de parto
• Parto
Si el examen de anticuerpos muestra que ya estás produciendo anticuerpos, no será de ayuda
aplicar una inyección de inmunoglobulina Rh. Se hará un control minucioso del bebé. Si es
necesario, es posible que reciba una transfusión de sangre a través del cordón umbilical
durante el embarazo o inmediatamente después del parto.

Rh de la madre Rh del padre Rh del bebe Precauciones


Rh + Rh + Rh + Ninguna
Rh - Rh - Rh - Ninguna
Rh - Rh - Rh +/- Ninguna
Rh + Rh + Rh +/- Inyecciones inmunoglobina
de Rh

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