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Teoría general de las obligaciones Palabras claves: prestación debida

Temas: definición de obligación,

¿QUÉ ES UNA OBLIGACIÓN?


- Justiniano: Es un vínculo jurídico que nos apremia a pagar a otro alguna cosa ()
- Art 724: La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene el derecho a exigir del
deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito y, ante el incumplimiento, a obtener
forzadamente la satisfacción de dicho interés.
Se ha intentado que aglutine tanto los elementos esenciales como los efectos que implica

DISTINCION ENTRE DEUDA Y OBLIGACIÓN


Una deuda es puro débito, es el incumplimiento
La obligación es el cumplimiento de, por ejemplo, de una prestación monetaria. Le permite exigir de forma
forzada. No se presume, se toma de forma restrictiva
La responsabilidad sigue a la deuda como la sombra al cuerpo
EL PATRIMONIO ES LA PRENDA COMUN DE LOS ACREEDORES HASTA CIERTO PUNTO (excepciones: bienes de
familia, el salario 80% y bienes de trabajo)

NATURALEZA Y CARACTERES:
Objetivas: No se compromete la voluntad, sino su patrimonio
Subjetiva: caracteriza la naturaleza de la obligación

DISTINCION CON LOS DERECHOS REALES


El derecho real es el poder que se tiene sobre una cosa, es el goce y disposición
En los Derechos Reales hay 2 elementos: la persona y el objeto
En los personales hay tres sujetos: activos, pasivos

Los Derechos Reales son absolutos porque son erga omnes, si alguien lo tiene se presume que es de él.
Tiene la facultad de hacerlo valer contra cualquiera que se halle en posesión de la cosa
Ius preferendi:
Los Derechos Reales surgen del código y los puede crear el sistema jurídico, son ilimitados

DISTINCION CON LOS DERECHOS DE FAMILIA


las obligaciones se caracterizan por su connotación económica y están en el patrimonio del acreedor como
créditos y en el del deudor, como deudas; el contenido de los derechos de familia
es fundamentalmente  extrapatrimonial. Ello se observa con claridad en el deber de cuidar a los hijos y convivir
con ellos, de prestarles orientación y dirección para el ejercicio y efectividad de sus derechos

SITUACIONES ESPECIALES – PROPTER REM


Las obligaciones que descansan sobre determinada relación de señorío sobre una cosa, nacen, se desplazan y se
extinguen con esa relación de señorío (expensas). La obligación está atada a la cosa
Carácter típico: afectan al titular, la obligación sigue a la cosa si es que esta se transmite

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UBICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES EN EL DERECHO CIVIL
El código ubica a las obligaciones en su libro tercero. Dentro del libro tercero están las disposiciones generales,
acciones y garantías y los acreedores, clases de obligaciones, pago y otros métodos de extinción

ELEMENTOS DE LA OBLIGACION
Los elementos están en la definición del art 724.
-Sujetos activos y pasivos: acreedor y deudor. Pueden ser individuales, colectivos o plurales
Los sujetos deben ser determinados o determinables (Es decir, no determina quién es el acreedor, como un
sorteo)
-Capacidad: puede ser una persona física o jurídica. Debe tener la capacidad de ejercicio de hecho y de
derechodebe ser capaz, de lo contrario debe ser nulo (se debe tener 18 años y no ser una persona incapaz con
nulidad total)
-Objeto: es objeto de la conducta a través de la cual se cumple la obligación contraída. Es la prestación
prometida por el deudor
Características/requisitos:
- Debe ser posible
- Debe ser licito
- Debe ser determinado (está determinado de antes, puede ser determinable, pero tiene una base)
- Debe respetar a la moral y a las buenas costumbres
- Deber ser susceptible a valor económico y debe corresponder a un interés patrimonial o
extramatrimonial del deudor (para el acreedor puede no ser netamente patrimonial)

-La causa. Art 726:


Siempre tiene que haber una causa que motive algo.
Tiene dos tipos:
- Causa fuente: el hecho que le da origen a la obligación
- Cauda fin: es la finalidad perseguida al crease la obligación
En el código se hace esa referencia, de forma explicita
Art 726: NO HAY OBLIGACION SIN CAUSA porque es el fin, el motivo
La obligación no se presume hasta que se pruebe, ya que nadie contraería una obligación sin tener una causa (si
no es así, debe demostrarlo). Se presume la causa
Art 281:

Presunción de existencia de la causa (fin): ART 282


Prueba de la existencia de la obligación. Fuente legitima
Falta de causa, causa falsa: la causa de ella acarrea a la nulidad del acto, importando la causa un requisito
esencial de los actos jurídicos

-Vinculo: es lo que le otorga al acreedor la posibilidad de exigir el préstamo

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Ejercicio:
Compra-venta
Contexto: Belén, una persona física, decide vender la propiedad que posee en la calle Eneas a una cantidad de
$4000dls
El sujeto activo sería Belén, ya que es quien decide vender la propiedad y el sujeto pasivo no está determinado
todavía, ya que tiene dos posibles compradores, es determinable y singular, ya que no se sabe quién será el que
entregue las despensas primero. Cuando uno de estos sujetos entregue la plata, se convertirá en el sujeto
pasivo. Este último tiene la obligación de pagar por esa propiedad y la obligación de Belén (sujeto activo) es
entregar la vivienda cuando el sujeto pasivo pague por ella.
El objeto es licito y de hacer
La causa fuente es la venta de la propiedad y la causa fin es la adquisición monetaria
El vínculo es el contrato de compra-venta

Pagaré/préstamo
Contexto: Pablo, una persona física le presta $4000dls a Belén a pagar en 1 año.
El sujeto activo sería Pablo, ya que es quien entrega la plata, sería el acreedor y Belén sería el sujeto pasivo, el
deudor, ya que es quien contrajo la obligación de devolver el dinero en el plazo estimado, es singular y es
determinado.
El objeto es licito y de hacer
La causa fuente es la prestación económica y la causa fin es solventar deudas con ese dinero.
El vínculo es el pagaré, ya que es lo que le otorga a Pablo (el acreedor) la posibilidad de exigir el préstamo

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Teoría general de las obligaciones
Temas: causa, fuentes

ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN
A. SUJETOS ACTIVO Y PASIVO
B. EL OBJETO
C. LA CAUSA

DIFERENTES TEORIAS
- LLambias: “es el hecho dotado por el ordenamiento jurídico con virtualidad bastante para establecer entre
acreedor y deudor el vinculo que los liga”.
- Trigo Represas: “la suma de condiciones positivas o negativas que hacen que el ser o el acontecer se
produzca”. “ ese algo real que hace que otro algo real pase del no ser al ser”.
- De ello se sigue que el código establezca en el Art.726. “Causa. No hay obligación sin causa, es decir, sin que
se derive de algún hecho idóneo para producirla, de conformidad con el ordenamiento jurídico”.
- En el código de Vélez se establecía en el art. 499. “No hay obligación sin causa, es decir, sin que sea derivada
de uno de los hechos, o de uno de los actos lícitos o ilícitos, de las relaciones de familia, o de las relaciones
civiles.”

EVOLUCION HISTORICA – CAUSA FUENTE


En el primitivo Derecho Romano las fuentes de las obligaciones se reducían a los contratos y los delitos. Al
producirse un incremento de la complejidad de las relaciones jurídicas, los jurisconsultos decidieron incorporar
otras.
En la Instituta de Justiniano ya se enuncian cuatro fuentes:
- Contrato
- Cuasicontrato
- Delito
- Cuasidelito
- Posteriormente los glosadores franceses agregaron la Ley.

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LA CUESTIÓN CON NUESTRO DERECHO
¿Es la causa un elemento autónomo y esencial de los actos jurídicos en nuestro derecho positivo? La cuestión
estuvo controvertida durante la vigencia del Código Civil velezano, dado la ambigüedad de sus textos. Las
polémicas que se suscitaron han desaparecido ante la presencia de preceptos categóricos del nuevo Código Civil
y Comercial.
Dispone al respecto el art. 281: “La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan
sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes”.
También debe tenerse presente que la causa se ha tornado un requisito esencial de los contratos (art. 1012).

PRESUNCIÓN DE LA EXISTENCIA DE LA CAUSA


No se presume, debe ser probada, se presume la existencia y licitud de la causa. Cuando la causa es probada

FALTA DE CAUSA Y FALSA CAUSA


Importando la causa un requisito esencial de los actos jurídicos, la falta de ella implica la nulidad del acto. En
teoría se ha pretendido distinguir la falta de causa de la falsa causa. Pero es evidente que ambas hipótesis se
confunden. Cuando una persona contrae una obligación en virtud de una determinada causa y luego resulta que
ésta no existe, falta la causa; y éste es, precisamente, un caso típico de falsa causa. No se puede concebir que
falte la causa sin vincular ese hecho con un error, que hizo creer en la existencia de algo que en verdad no
existía. Sin embargo, puede ocurrir que en el título de la obligación se exprese una causa que no es la verdadera;
si ésta existe y es lícita, la obligación es siempre válida (art. 282). Lo que interesa, en definitiva, es la causa real,
no la aparente.

ACTOS ABSTRACTOS
En ciertos casos, por razones de seguridad jurídica, las partes tienen interés en que una declaración de voluntad
tenga validez por sí, con independencia de la existencia de la causa. Tal es el caso de los títulos al portador. Para
que éstos puedan desempeñar eficazmente su función económica, es necesario reconocerles validez por sí
mismos; de ahí que el firmante de un cheque o un pagaré no puede oponer a los terceros, que han venido a
entrar en posesión del documento, una excepción fundada en la falta de la causa. Por voluntad de los
otorgantes, esas obligaciones quedan desvinculadas de su causa; sólo así pueden servir como medio de pago, en
cierta manera asimilable al dinero, que tienen en la práctica de los negocios. Pero no ha de creerse que estos
actos abstractos carezcan de causa; por el contrario, la tienen, como debe tenerla necesariamente todo acto
jurídico, sólo que la excepción de falta de causa no puede ser opuesta, aunque nacen otros derechos. Si, por
ejemplo, una persona otorga un pagaré a otra, creyéndose deudor de ella, cuando en realidad no lo es, la
obligación carece de causa y el firmante, si bien deberá pagar, tendrá derecho a repetir lo pagado en un juicio
ordinario posterior; y si el documento hubiera sido negociado y el firmante hubiera tenido que pagarlo a un
tercero, también podrá demandar la repetición de su importe contra la persona a quien le entregó el
documento. Por ello es que el art. 283 establece que, en los actos abstractos, no podrá declararse la
inexistencia, falsedad o ilicitud de su causa mientras no se hayan cumplido, a menos que la ley disponga lo
contrario.

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FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Se llama fuente al hecho, acto o disposición legal en que se origina la obligación. Un contrato de compraventa
es la fuente de la obligación del vendedor de entregar la cosa y del comprador de pagar el precio; un acto ilícito
es la fuente de la obligación del autor de pagar a la víctima la indemnización correspondiente. Estos hechos son
de muy variada naturaleza, lo que obliga a ensayar una clasificación para facilitar su ordenamiento legal y su
estudio.

En el Digesto de JUSTINIANO las fuentes se clasificaban así: contratos, cuasicontratos, delitos y cuasidelitos. Los
glosadores añadieron una quinta fuente: la ley.
VÉLEZ SARSFIELD en la nota del art. 499 del Código Civil, sostenía que las causas eran cuatro: los contratos, los
hechos ilícitos (delitos o cuasidelitos), el enriquecimiento sin causa y las relaciones de familia o sociales.
La mayor parte de los autores piensan, que todas estas fuentes se reducen a dos: la voluntad (contratos y, para
quienes la admiten, la voluntad unilateral) y la ley (delitos, cuasidelitos, gestión de negocios, enriquecimiento sin
causa, empleo útil y otras obligaciones que surgen de la ley)

RÉGIMEN EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL


El art. 726 ha optado por asentar el principio general, sin proceder a una enumeración particular de las especies
de fuentes: "No hay obligación sin causa". Quiere decir que la obligación se torna consecuencia de un hecho
idóneo que la produzca, de acuerdo a las disposiciones del ordenamiento jurídico.

BREVE NOCIÓN DE CADA FUENTE


Las siguientes fuentes de se encuentran reguladas entre los Títulos II y V del Libro Tercero:
a. Contrato: es el acuerdo de voluntades de dos o más personas, expresado en el acto jurídico, destinado a
crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales (art. 957); no es
indispensable que el contrato, para ser tal, imponga obligaciones a ambas partes, aunque esto es lo que
generalmente ocurre (contratos bilaterales: compraventa, locación, obra, etc.); puede imponerlas a una sola
de ellas (contratos unilaterales: donación)
b. cuasicontrato: En la doctrina clásica se refería a ciertos hechos voluntarios lícitos, pero no está la voluntad
de las dos partes. El ejemplo típico es la gestión de negocios que produce efectos similares al contrato de
mandato. La doctrina moderna rechaza esta figura jurídica, cuya impropiedad es evidente; si lo esencial en el
contrato es el acuerdo de voluntades, resulta inadecuado asimilar a él una situación jurídica en que falta tal
acuerdo. Otro ejemplo es el empleo útil, el cual existe cuando alguien, sin ser mandatario ni gestor de
negocios, hace gastos en utilidad de otra persona.
c. Los hechos ilícitos se clasificaban tradicionalmente en delitos y cuasidelitos. En los primeros media intención
de producir el daño; en los segundos no hay intención, sino solamente culpa. Tales ideas se remontan al
derecho romano. En la actualidad, el Código Civil y Comercial prescinde de esta categoría. En lugar de ello,
se ha hecho hincapié en las funciones de resarcimiento y prevención de la Responsabilidad Civil; a las dos
mencionadas, habría que adicionarle la función disuasoria, prevista de manera expresa en la legislación
consumerista. También, se les ha dado mayor importancia a los factores de atribución objetiva.

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d. Hay enriquecimiento sin causa cuando una persona experimenta un aumento patrimonial y otra sufre un
empobrecimiento correlativo, sin que medie una causa jurídica legítima y no exista ninguna otra opción al
respecto.
b) “Art. 792 Velezano: El pago efectuado sin causa o por una causa constaría a las buenas costumbres,
como también el que se hubiese obtenido por medios ilícitos, puede ser repetido, haya sido o no hecho
por error”.
c) Art. 1796. Enriquecimiento sin causa. Pago indebido.
d) “El pago es repetible, si:
a) la causa de deber no existe, o no subsiste, porque no hay obligación válida; esa causa deja de existir; o
es realizado en consideración a una causa futura, que no se va a producir;
b) paga quien no está obligado, o no lo está en los alcances en que paga, a menos que lo haga como
tercero;
c) recibe el pago quien no es acreedor, a menos que se entregue como liberalidad;
d) la causa del pago es ilícita o inmoral;
e) el pago es obtenido por medios ilícitos.”

e. La declaración unilateral de voluntad consiste en la manifestación emitida por una persona a fin de que
produzca efectos jurídicos, sin que sea necesario que ocurra su aceptación. Se encuentra el ejemplo típico
en la promesa de recompensa.
f. Los títulos valores son documentos que incorporan una obligación incondicional e irrevocable de una
prestación y otorgan a cada titular de buena fe un derecho autónomo, es decir, no le pueden ser opuestas
las defensas que existan contra los anteriores portadores.
g. Con las enumeradas, no se agotan, ni con mucho, las obligaciones nacidas ex lege. Ejemplo típico y muy
importante, son todas las obligaciones que nacen del derecho de familia, de la situación de vecindad, del
régimen impositivo, etcétera. La ley es una riquísima fuente de obligaciones, que no puede ser desconocida.

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ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA – PAGO INDEBIDO.
Hay enriquecimiento sin causa cuando una persona experimenta un aumento patrimonial y otra sufre un
empobrecimiento correlativo, sin que medie una causa jurídica legítima y no exista ninguna otra opción al
respecto.
“Art. 1794.- Toda persona que sin una causa lícita se enriquezca a expensas de otro, está obligada, en la medida
de su beneficio, a resarcir el detrimento patrimonial del empobrecido. Si el enriquecimiento consiste en la
incorporación a su patrimonio de un bien determinado, debe restituirlo si subsiste en su poder al tiempo de la
demanda.”
Art. 1796. Pago indebido.
“El pago es repetible, si:
a. La causa de deber no existe, o no subsiste, porque no hay obligación válida; esa causa deja de existir; o es
realizado en consideración a una causa futura, que no se va a producir;
b. Paga quien no está obligado, o no lo está en los alcances en que paga, a menos que lo haga como tercero;
c. Recibe el pago quien no es acreedor, a menos que se entregue como liberalidad;
d. La causa del pago es ilícita o inmoral;
e. El pago es obtenido por medios ilícitos.”
Habrá pago indebido cuando el accipiens no se encuentra habilitado para retener lo abonado por el solvens,
quien está facultado —en caso de que ello ocurra— a exigir a aquel la restitución de lo entregado mediante una
acción judicial de repetición, por lo cual —claro está— carece de efecto cancelatorio. Este instituto constituye un
claro ejemplo del enriquecimiento sin causa, el que hemos tratado en los arts. 1794 y 1795 Cód. Civ. y Com.
Estimamos, al igual que lo ha hecho una calificada doctrina (Pizarro, Vallespinos), que es totalmente incorrecta
la denominación "pago indebido" ya que no estamos en presencia de ningún pago, como para poder calificarlo
como procedente o indebido, ya que quien "paga" lo que no debe en realidad no está pagando, pues el pago es
el medio de extinción obligacional y, por ende, requiere de una obligación preexistente que cancelar (López
Mesa), lo que no ocurre en este caso. Es más, los autores aquí mencionados han propugnado en sus obras, para
denominar correctamente al instituto, las expresiones "entrega de lo indebido" o "cobro de lo indebido". Calvo
Costa.

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CONCORDANCIAS PRINCIPALES CON OTRAS NORMAS O INSTITUTOS DEL CÓDIGO CIVIL Y
COMERCIAL
Causa de los actos jurídicos (art. 281); causa de la obligación (art. 726); reglas aplicables al pago (art. 866);
ejecución de la prestación por un tercero (art. 881); efectos que produce la ejecución de la prestación por un
tercero (art. 882); legitimación para recibir los pagos (art. 883); irrelevancia del error (art. 1797); alcances de la
repetición (art. 1798); situaciones especiales (art. 1799).
- Irrelevancia del error. A diferencia de lo que establecía el derogado Código Civil de Vélez Sarsfield, en
cuanto disponía que quien por un error de hecho o de derecho se hubiere creído deudor, y hubiese
entregado alguna cosa o cantidad en pago, tenía derecho a repetirla del que la recibió, por el contrario, el
Código Civil y Comercial ha eliminado el régimen del pago indebido por error, estableciendo en el art. 1797:
"Irrelevancia del error. La repetición del pago no está sujeta a que haya sido hecho con error". De tal
modo, el error ya ha dejado de ser un requisito o una causal de repetición del pago indebido, denotando los
supuestos enumerados en el art. 1796 que sí lo constituyen, la consagración de un sistema objetivo de
repetición, en donde basta acreditar la carencia de causa del pago efectuado.
- Alcances de la repetición.  El art. 1798 del Cód. Civ. y Com. dispone que: "La repetición obliga a restituir lo
recibido, conforme a las reglas de las obligaciones de dar para restituir". En consecuencia, se aplica a la
cuestión el régimen de las obligaciones de dar para restituir (arts. 759 a 761, Cód. Civ. y Com.), con todos sus
principios en torno a las relaciones internas entre acreedor y deudor, conservación, pérdida, y deterioro de
la cosa debida.

JURISPRUDENCIA
Expte. N° 88.389/2014 "Cardozo, Elvio Walter c/ Interplan S.A. S/ cobro de sumas de dinero" J. 89

Actividad: Leer y analizar la jurisprudencia brindada:


Contexto: Interplan S.A es una persona jurídica que presta dinero (con un contrato muy abusivo) Cardozo, Elvio
firma y no le dan el dinero que le habían prometido.
Tienen una relación contractual (es un contrato).
Sujeto pasivo: Cardozo, Elvio
Sujeto activo: Interplan S.A
Causa fin: refacción de muebles
Causa fuente:
Objeto: la prestación de dinero

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Teoría general de las obligaciones
Temas: efectos de obligaciones y de los contratos

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES Y EFECTOS DE LOS CONTRATOS


Efectos de los contratos y efectos de las obligaciones, método del Código Civil y Comercial
Tanto desde el punto de vista conceptual como del metodológico, resulta necesario distinguir los efectos de los
contratos y los de las obligaciones. El contrato tiene por efecto generar, modificar y extinguir obligaciones (o
derechos reales). El efecto de la obligación es colocar al deudor en la necesidad de cumplir su promesa o, caso
contrario, de pagar los daños correspondientes. Nuestro Código ha formulado claramente esta distinción,
legislando de manera adecuada sobre los efectos de las obligaciones en los arts. 730 y ss. y sobre los de los
contratos en los arts. 1021 y ss.

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES


Trigo Represas: “Los efectos de las obligaciones son las consecuencias de las mismas. Consisten en la necesidad
jurídica de que se cumpla la obligación”. “Las obligaciones se constituyen para ser cumplidas”.

EFECTOS CON RELACIÓN AL ACREEDOR


- Efectos principales: Consisten en que el acreedor satisfaga su interés en la obligación, ya sea recibiendo lo
que prometió, o un valor equivalente.
o Normales: consisten en que el acreedor cobre exactamente lo que se le prometió, puede darse
por:
1) por cumplimiento voluntario del deudor: cumplimiento voluntario y espontaneo por parte
del deudor de la prestación debida.
2) por cumplimiento forzado: se le da derecho al acreedor para emplear los medios legales a
fin de que el deudor le procure aquello a lo que está obligado (art. 730, inc. a)
3) hacérselo procurar por otro, a costa del deudor: hacérselo procurar por un tercero a costa
del deudor (art. 730, inc. b)
o Anormales: El acreedor podrá exigir el pago de las indemnizaciones correspondientes (art. 730,
inc. c). Por ello se llama efecto anormal o subsidiario, puesto que se trata de un remedio
sucedáneo. Ej: Messi hace un trato con Pepsi para hacer un partido amistoso, si Messi no va,
debe pagarle para que haya un resarcimiento.
La anormalidad viene de que la indemnización
- Efectos secundarios: La ley pone en manos del acreedor diversas acciones tendientes a asegurar su crédito
y a evitar las maniobras del deudor destinadas a burlarlo; tales son las medidas precautorias (embargos,
inhibiciones, etc.). También otorga otras acciones que están destinadas a conservar incólume esa garantía
común de los acreedores que es su patrimonio; ellas son la directa, la subrogatoria, la revocatoria y la de
simulación.

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EFECTOS CON RELACIÓN AL DEUDOR
Según lo dispone el art. 731, el deudor que ha dado cumplimiento exacto a su obligación tiene los siguientes
derechos:
- Derecho de exigir la colaboración del acreedor. Art. 729 (Deudor y acreedor deben obrar con cuidado,
previsión y según las exigencias de la buena fe)
- Derecho a pagar y quedar liberado luego del pago. Art 731. (El cumplimiento exacto de la obligación
confiere al deudor el derecho a obtener la liberación y el de rechazar las acciones del acreedor)
- Derecho a repeler las acciones del acreedor, en caso de que la obligación se halle extinguida o modificada
por una causa legal. Art. 731

A. CUMPLIMIENTO VOLUNTARIO
Cómo debe cumplirse la obligación: el principio de la buena fe
- Como indica el art. 729, este principio requiere que el deudor y acreedor actúen con cuidado y previsión,
según las exigencias de la buena fe, como lo harían unas personas honorables y correctas.
- Si bien el acreedor tiene derecho a exigir el cumplimiento estricto de las obligaciones (y, en verdad, ese
cumplimiento estricto forma parte del deber de cumplir con buena fe) no debe llevar sus exigencias a
extremos contrarios a la equidad o la buena fe.
- Igual fundamento tiene la teoría de la imprevisión, en virtud de la cual el acreedor debe moderar sus
exigencias cuando la prestación ha devenido excesivamente onerosa en razón de una alteración
imprevisible de las circunstancias

B. CUMPLIMIENTO FORZADO
- Cuando el deudor o sus auxiliares no cumplen espontáneamente, la ley pone a disposición del acreedor
los medios legales para obligarlo a cumplir. Esta compulsión estará encaminada a lograr el pago
específico o in natura de lo debido; sólo cuando ello no fuera posible o cuando lo prefiriese el acreedor
(art. 1740), se encaminará a sustituir el pago por la indemnización de daños.
- No será posible obtener el cumplimiento forzado in natura: a) cuando se ha hecho imposible la entrega
de la cosa debida (por ej., si se ha destruido, si ha salido del patrimonio del deudor); b) en las
obligaciones de hacer cuando para obtener la ejecución forzada sea necesario ejercitar violencia sobre la
persona del deudor y no sea posible recurrir a un tercero para que lleve a cabo la prestación pactada
(arts. 776 y 777, inc. b]).

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C. MEDIOS DE COMPULSIÓN
1. Recursos legales y convencionales
En las obligaciones nacidas de los contratos, el acreedor cuenta con ciertos recursos de origen, a veces
legal, otras convencional, destinados a obrar sobre la voluntad del deudor como acicate para cumplir.
Tales son la exceptio non adimpleti contractus (Ej: compras un auto en una agencia, y hasta que no pagues la
cuota no te entregan el auto / si no me pagas el arreglo del celular, no te lo devuelvo), las multas y la cláusula
penal
Ninguno de estos recursos tiene el vigor suficiente como para forzar al deudor, pero importan para él un
riesgo o peligro que sólo puede evitar cumpliendo. En el derecho moderno, se ha ideado otra sanción de
carácter también económico, que se ha mostrado muy eficaz para lograr el cumplimiento de las
obligaciones; son las astreintes, también llamadas sanciones conminatorias.

LAS ASTREINTES O SANCIONES CONMINATORIAS


Las astreintes consisten en una condena pecuniaria fijada a razón de tanto por día (o por otro período
de tiempo) de retardo en el cumplimiento de la sentencia o de otra resolución judicial. Es un
procedimiento eficacísimo para vencer la resistencia del deudor contumaz
Es una especie de clausula penal, pero de multa diaria, son fijadas por el juez

NATURALEZA JURÍDICA
No son una indemnización de daños porque la indemnización sustituye la prestación incumplida, en
tanto que las astreintes tienden a que dicha prestación se cumpla.
No son una pena civil, porque ellas constituyen esencialmente un procedimiento de intimidación para
obligar al deudor a cumplir; la pena es, en cambio, una sanción por el incumplimiento. De ahí que ésta
sea una suma fija, definitiva, lo que no ocurre con las sanciones conminatorias. Las astreintes son
simplemente, una medida de coerción patrimonial que persiguen un doble propósito: (i) asegurar el
pleno acatamiento de las decisiones judiciales, y (ii) lograr —a pesar de la voluntad renuente del deudor
— el cumplimiento específico de lo adeudado. Una de sus características esenciales es que se fijan
siempre en dinero (art. 804).

Indemnización Astreintes
- Fija los daños sufridos - Las astreintes son provisorias,
pueden ser alteradas por los
jueces, aumentan a medida que
transcurre el tiempo
Diferencias - Es resarcitoria, su monto está dado por la - Son conminatorias, es decir, no se
medida del daño fijan en atención al monto de los
daños, sino a la fortuna del
deudor.

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Se encuentran reguladas en el art. 804 del Código Civil y Comercial, bajo la denominación de sanciones
conminatorias. No podemos dejar de mencionar que los códigos de procedimientos locales, también, se
encargan de disciplinarlas (por ejemplo, el art. 37del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). A
raíz de ello, se asevera que las astreintes gozan de naturaleza dual en materia legislativa.
El art. 804 “Sanciones conminatorias. Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho,
condenaciones conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen deberes jurídicos impuestos
en una resolución judicial. Las condenas se deben graduar en proporción al caudal económico de quien
debe satisfacerlas y pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y
justifica total o parcialmente su proceder. La observancia de los mandatos judiciales impartidos a las
autoridades públicas se rige por las normas propias del derecho administrativo.”

CARACTERES
Las astreintes son conminatorias, discrecionales, progresivas, no retroactivas, revisables, pecuniarias,
ejecutables y no subsidiarias.

2. EFECTOS ANORMALES O SUBSIDIARIOS (INDEMNIZACIÓN DE LOS DAÑOS)


En materia de obligaciones contractuales, la indemnización de daños ocasionados tiene carácter
subsidiario. El deber del deudor es cumplir con la prestación. Pero a veces no puede cumplirla, debido
a un hecho que le es imputable (por su culpa); así, por ejemplo, ha vendido a otro la cosa prometida o
ésta se ha perdido por su culpa o negligencia. Otras veces se niega a cumplir con la obligación de hacer
(por ej., hacer el trabajo prometido). En tales casos, el acreedor tiene derecho a reclamar del deudor la
indemnización de los daños, la cual tiene carácter subsidiario, porque sólo puede reclamarse en defecto
de la prestación en especie.
Lo dicho en el párrafo precedente se aplica únicamente a las obligaciones nacidas de la voluntad de las
partes; tratándose de las que surgen de un hecho ilícito, la única prestación exigible es la indemnización
de daños.
En las obligaciones nacidas voluntariamente se promete algo y ese algo es lo que, ante todo, debe
pagarse; la obligación de pagar daños ocasionados, es subsidiaria. En las obligaciones originadas en un
hecho ilícito nada se ha prometido: la obligación surge de la ley y se traduce en la indemnización de
daños.
El incumplimiento puede derivar, o bien, de culpa o dolo del obligado, o bien, de no obtener el resultado
prometido en los casos de responsabilidad objetiva, y en ambos supuestos la obligación se resolverá en
el pago de daños. El incumplimiento también puede derivar del caso fortuito o fuerza mayor; en este
caso, se extingue la obligación por imposibilidad de pago.

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ELEMENTOS QUE CONFIGURAN EL INCUMPLIMIENTO
Para que el incumplimiento del deudor haga surgir la acción por indemnización de daños es preciso diferenciar
según se trate de un supuesto de responsabilidad subjetiva o de uno de responsabilidad objetiva.
En el primero, es necesario: a) que el deudor se encuentre en mora; y b) que el incumplimiento le sea imputable,
es decir que medie culpa o dolo de su parte. Hay que agregar, sin embargo, que esta imputabilidad se presume;
basta el hecho de la mora para admitir la responsabilidad del deudor, a menos que éste pruebe que su
incumplimiento se origina en un caso fortuito o fuerza mayor.
En el segundo, es necesario:
- que el deudor se encuentre en mora
- que de las circunstancias de la obligación o de lo convenido por las partes surja que el deudor deba obtener
un resultado determinado. En este caso, el deudor sólo se libera si demuestra la causa ajena y siempre que
no exista una disposición legal en contrario que haga que asuma el caso fortuito o la fuerza mayor.

LA INDEMNIZACIÓN
Quien no cumple con su obligación, la cumple mal o a destiempo, debe indemnizar al acreedor todos los daños
que le haya ocasionado la inejecución. La indemnización está integrada por estos tres elementos (art. 1738):
A. el daño emergente, es decir, el daño efectivamente sufrido por el acreedor con motivo del incumplimiento:
por ejemplo, un propietario contrata una reparación de urgencia que el constructor no cumple,
ocasionando así la caída de parte de una casa; esta caída es un daño emergente.
B. el lucro cesante, es decir, la utilidad o ganancia que ha dejado de percibir el acreedor con motivo del
incumplimiento; así, por ejemplo, un comerciante minorista adquiere de un mayorista una partida de telas,
que éste no le entrega; deberá repararle la utilidad o ganancia que el minorista hubiera podido obtener de
su venta al público.
C. la pérdida de la chance, es decir, la privación de la ocasión de obtener una ventaja favorable que no se sabe
a ciencia cierta si se conseguirá a raíz de un evento dañoso. Se basa en un cálculo de probabilidades en
donde lo que se indemniza es la posibilidad de ocurrencia de un suceso contingente. Por ejemplo, el
camión donde se transporta un caballo de carrera resulta embestido por un coche. A consecuencia del
accidente, el caballo no puede participar en la carrera. Se indemniza a su propietario la eventual posibilidad
de victoria. Se deberá tener en cuenta las estadísticas de sus triunfos y derrotas.

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CLÁUSULA PENAL
Puede pactarse en los contratos, por la que se acuerda de manera anticipada, el pago de una determinada
indemnización para el caso de que alguna de las partes incumpla el contrato. Ej: me pagas del 1 al 10, si no lo
haces en este plazo se te hace un recargo del 1% hasta que pagues. La cláusula penal es un recurso compulsivo
ideado para obligar al deudor a cumplir con lo convenido, ante el peligro de tener que satisfacer esta pena, por
lo común más gravosa que la obligación contraída (función compulsiva). Es también un modo de fijar, por
anticipado, los daños e intereses que deberán pagarse al acreedor en caso de incumplimiento total o de retardo
(función resarcitoria). Se evitan así todas las cuestiones relativas a la existencia del daño y a su monto. Pero
sería un error considerarla como una indemnización

indemnización cláusula penal


Debe tener una adecuación lo más perfecta Se fija arbitrariamente
posible a los daños realmente sufridos por el No resulta daño efectivo alguno para el
acreedor a raíz del incumplimiento (ej: ) acreedor

CARACTERES
a. Es accesoria de una obligación principal, puesto que es acordada para asegurar su cumplimiento. De donde
se desprenden las siguientes consecuencias:
1º) La nulidad o extinción sin culpa de la obligación principal causa la nulidad o extinción de la cláusula
penal (art. 801).
2º) En cambio, la nulidad o extinción de la cláusula penal deja subsistente la obligación principal (art. 801).
Sin embargo, la cláusula penal subsiste, aunque la obligación principal no tenga efecto si ella se ha
contraído por otra persona, para el caso de que aquélla fuese nula por falta de capacidad del deudor (art.
801, in fine). Es el caso de la obligación contraída por un menor y afianzada por un tercero. Éste permanece
obligado por la cláusula penal, no obstante, la nulidad de la obligación principal.
b. Es subsidiaria, pues el objeto principal del contrato sigue siendo siempre la obligación principal. De este
carácter surgen las siguientes consecuencias:
1º) El deudor no puede eximirse de cumplir la obligación pagando la pena, a menos que se hubiera
reservado expresamente ese derecho (art. 796). El acreedor tiene siempre el derecho a pedir el
cumplimiento en especie, a menos que el contrato reconociese expresamente al deudor la facultad
mencionada o que se tratare de una obligación de hacer en la cual no sea posible recurrir a la ejecución por
otro a costa del deudor: en estas dos hipótesis excepcionales el deudor puede liberarse pagando la pena.
2º) El acreedor no puede pedir el cumplimiento de la obligación y al mismo tiempo la pena, sino una de las
dos cosas a su arbitrio
c. Es condicional pues tiene condiciones, la cláusula penal para que funcione necesita condiciones
d. Es inmutable

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OBJETO
a. La cláusula penal puede tener por objeto el pago de una suma de dinero, o cualquiera otra prestación que
pueda ser objeto de las obligaciones, bien sea en beneficio del acreedor o de un tercero. Ejemplo: En los
préstamos hipotecarios es usual la cláusula según la cual, si el deudor no paga puntualmente los intereses,
caduca el plazo concedido para el pago del capital, que se hace exigible inmediatamente.
b. Tiempo, forma y modalidades
c. La cláusula penal puede pactarse simultáneamente con la obligación principal o posteriormente, por
cláusula o convenio separado. Lo usual es lo primero. Tampoco hay ninguna exigencia formal; puede
pactarse por escrito o verbalmente; la mayor parte de los autores admite la cláusula penal tácita.
La cláusula penal admite estas dos modalidades:
a) cláusula penal compensatoria: como compensación de la obligación principal no cumplida, en cuyo caso
tiene carácter sustitutivo de ésta; el pago de la pena extingue la obligación principal.
b) cláusula penal moratoria: como resarcimiento de la demora en cumplir las obligaciones, en cuyo caso el
acreedor puede exigir el pago de la pena y, además, el cumplimiento de la obligación.
d. La cláusula penal es posible pactarla para cualquier tipo de obligación.

CONDICIONES DE APLICACIÓN
Para que la cláusula penal sea aplicable deben reunirse las siguientes condiciones:
a. La inejecución o retardo debe ser imputable al deudor. No se trata, desde luego, de que el acreedor deba
probar la culpa o dolo del deudor, sino de que éste puede eximirse de la pena si demuestra que su
incumplimiento se ha debido a una causa extraña que suprime la relación causal. Consigna el art. 792 que
el caso fortuito debe ser aplicado e interpretado de manera restrictiva.
b. La pena debe ser lícita. Hemos dicho ya que el problema práctico más importante que se presenta en este
punto es el de las penas desproporcionadas o excesivas, que los tribunales deben reducir a límites
razonables.

DERECHO DE OPCIÓN DEL ACREEDOR; SU CARÁCTER IRREVOCABLE


Cuando la pena se ha impuesto como castigo por la demora en cumplir (cláusula penal moratoria), el acreedor
puede exigir el cumplimiento de la obligación y, además, el pago de la pena (art. 797), que generalmente
consiste en un fuerte interés, llamado moratorio. Pero cuando se ha impuesto en carácter de compensación al
incumplimiento (cláusula penal compensatoria), el acreedor puede demandar, bien sea el cumplimiento de la
obligación, bien sea el pago de la pena. Se admite generalmente que este derecho de opción tiene, en principio,
carácter irrevocable.
El derecho lo tiene solamente el acreedor; el deudor no puede eximirse de cumplir la obligación principal
pagando la pena, a menos que se hubiere reservado expresamente este derecho en el contrato (art. 796). Pero
en este último caso, no estaríamos propiamente ante una cláusula penal, sino ante una obligación facultativa.

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Teoría general de las obligaciones
Temas: efectos, patrimonio

Efectos auxiliares o secundarios de la obligación.-


El patrimonio del deudor concebido como garantía común o colectiva
“Art. 242. —  Garantía común. Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones
y constituyen la garantía común de sus acreedores, con excepción de aquellos que este Código o leyes especiales
declaran inembargables o inejecutables. Los patrimonios especiales autorizados por la ley sólo tienen por
garantía los bienes que  los integran”.
“Art. 743. —  Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y futuros del deudor constituyen la
garantía común de sus acreedores. El acreedor puede exigir la venta judicial de los bienes del deudor, pero sólo
en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los acreedores pueden ejecutar estos bienes en posición
igualitaria, excepto que exista una causa legal de preferencia”.

El patrimonio del deudor constituye la garantía común de los acreedores; es, en efecto, la masa de bienes que
responde por las deudas del titular. Los acreedores tienen el derecho a hacer ejecución de esos bienes y a
cobrarse de ellos. Este principio se funda en la circunstancia de que el acreedor ha tenido en cuenta al contratar
la solvencia económica del deudor, es decir, la cuantía y solidez de su patrimonio. Se dice comúnmente que es la
prenda común de los acreedores

DISTINTAS CLASES DE ACREEDORES:


Existen distintas clases de acreedores: privilegiados, con derecho real de garantía, comunes o quirografarios, y
subordinados.
a. Llámense privilegiados los acreedores cuyo crédito goza de una calidad a ser pagado con preferencia a
otros (art. 2573). El privilegio nace siempre de la ley; la voluntad de las partes es impotente para crearlo
(art. 2574).
b. Los acreedores que tienen a su favor un derecho real de garantía gozan también de una preferencia en el
pago de sus créditos, nacida en este caso de la voluntad de las partes, no de la ley. Tal ocurre con los
acreedores hipotecarios, prendarios y anticresistas.
c. Los acreedores comunes o quirografarios son los que carecen de toda preferencia; deben cobrar después
de los privilegiados y de los que tienen a su favor un derecho real de garantía y lo hacen a prorrata (en
cuotas) de sus respectivos créditos, si los bienes del deudor no alcanzaran a satisfacerlos en su totalidad.
d. Finalmente, el acreedor subordinado que es postergado, incluso, por el acreedor común. Se trata de un
sujeto que ha convenido con su deudor la postergación de sus derechos respecto de otras deudas
presentes o futuras que tenga este último. Por ello, ese crédito se rige por las cláusulas convenidas,
siempre que no afecten derechos de terceros (art. 2575).

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BIENES EXCLUIDOS DE LA GARANTÍA COMÚN
No todos los bienes están sujetos a la ejecución por los acreedores. Es importante destacar la evolución
experimentada por el derecho en este punto, evolución inspirada en un sentimiento de caridad cristiana. De la
prisión por deudas se ha pasado al reconocimiento de que algunos bienes son inembargables, siendo visible la
tendencia de los últimos años a aumentarlos en número y proporción. El motivo que inspira estas excepciones
es siempre el mismo: que no debe privarse a los hombres de lo que es indispensable para cubrir sus necesidades
más imprescindibles.

BIENES INEMBARGABLES:
a. las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o conviviente, y de sus hijos
b. los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la profesión, arte u oficio del deudor
c. los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su precio de venta, construcción o reparación
d. los bienes afectados a cualquier religión reconocida por el Estado
e. los derechos de usufructo, uso y habitación, así como las servidumbres prediales, que sólo pueden
ejecutarse en los términos de los arts.
f. las indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño material derivado de lesiones
a su integridad psicofísica obligaciones
g. la indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos con derecho
alimentario, en caso de homicidio
h. los demás bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes
i. También deben ser incluidos en tal elenco el inmueble destinado a vivienda, por deudas posteriores a su
inscripción en el registro de la propiedad
j. Las remuneraciones y aguinaldo, si fueren inferiores al doble del salario mínimo vital hasta un 10% del
importe que excediere este último, y si fueren superiores, hasta el 20% del importe que lo excediere
k. Las jubilaciones y pensiones
l. La indemnización por accidentes de trabajo
m. Las asignaciones familiares, tales como la que corresponde —entre otras— a maternidad, ayuda escolar y
prenatal
n. La indemnización por despido y falta de preaviso, en una escala igual a la fijada para las remuneraciones
laborales

DERECHOS DEL ACREEDOR A SU CONSERVACIÓN Y EJECUCIÓN


Los derechos del acreedor sobre el patrimonio del deudor son de dos órdenes: los destinados a la conservación
de la garantía colectiva y los dirigidos a su ejecución.
Las medidas conservatorias están destinadas a mantener la integridad del patrimonio del deudor; con ellas se
procura impedir el egreso de bienes de su patrimonio (embargo, inhibición) o hacer ingresar a él ciertos bienes
que habían salido del patrimonio del deudor ilegalmente (acción revocatoria) o aparentemente (acción de
simulación).
Las medidas de ejecución tienden a hacer efectivo el crédito.

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MEDIDAS Y ACCIONES CONSERVATORIAS - MEDIDAS PRECAUTORIAS
Se llama medidas precautorias a ciertas disposiciones tomadas por los jueces a pedido del acreedor, cuyo objeto
es impedir que el deudor pueda disponer de sus bienes:
a. El embargo que recae siempre sobre bienes determinados, sean muebles o inmuebles. Los muebles
pueden quedar depositados en poder del propio deudor o de un tercero; pero en cualquier caso aquél
queda impedido de disponer de ellos.
b. La inhibición es una medida de carácter general que afecta todos los bienes del deudor, impidiéndole
enajenarlos o gravarlos. Se anota también en los Registros de la Propiedad que corresponda.
c. La anotación de litis no significa un impedimento absoluto para enajenar, como en los casos anteriores;
pero se anota en el Registro de la Propiedad la existencia de un litigio sobre el bien, con lo cual el eventual
comprador queda advertido de que un tercero pretende tener derechos sobre ese bien. Difícilmente se lo
adquiere en esas condiciones, pues nadie tiene interés en comprar pleitos.
d. La prohibición de innovar. Es una medida que tiene bastante difusión en la práctica de los tribunales.
Importa una orden judicial haciendo saber al deudor que debe abstenerse de modificar el estado de cosas
existentes en ese momento; en particular, significa una prohibición de enajenar, gravar, introducir
modificaciones o hacer construcciones en los inmuebles, etcétera.
e. La designación de administrador o interventor judicial a fin de controlar los negocios del deudor, fiscalizar
las entregas y embargarlas.

ACCIÓN DE SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS


Cuando el heredero insolvente recibe una herencia, los acreedores del causante tienen un interés evidente en
evitar una confusión plena de ambos patrimonios, puesto que el acervo sucesorio (que constituye el activo que
se transmite al heredero) puede verse comprometido frente a las deudas del insolvente heredero. La ley
reconoce a esos acreedores del causante, por ello, el derecho a pedir la separación de patrimonios. En virtud
de dicho pedido se reconoce una preferencia a los acreedores del causante a ser pagados con los bienes del
acervo sucesorio transmitido con prelación a los acreedores del heredero

ACCIÓN DE SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS


Cuando el heredero insolvente recibe una herencia, los acreedores del causante tienen un interés evidente en
evitar una confusión plena de ambos patrimonios, puesto que el acervo sucesorio (que constituye el activo que
se transmite al heredero) puede verse comprometido frente a las deudas del insolvente heredero. La ley
reconoce a esos acreedores del causante, por ello, el derecho a pedir la separación de patrimonios. En virtud de
dicho pedido se reconoce una preferencia a los acreedores del causante a ser pagados con los bienes del acervo
sucesorio transmitido con prelación a los acreedores del heredero.

DERECHO DE RETENCIÓN
El derecho de retención no es propiamente una medida conservatoria, sino una excepción dilatoria que goza de
un privilegio concedido a ciertos acreedores, en virtud del cual pueden retener ciertos bienes del deudor
hasta que éste les pague sus deudas. Este derecho sólo juega cuando la deuda tiene conexidad con la cosa
retenida, por ejemplo, el constructor tiene derecho a retener el inmueble edificado hasta que se le pague su
retribución; el acreedor prendario, la cosa dada en prenda hasta que se le restituya lo dado en préstamo.

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VÍAS DE EJECUCIÓN - CONCEPTO Y ENUMERACIÓN
Las vías de ejecución tienden a hacer efectiva la responsabilidad del deudor, bien sea obligándolo a cumplir su
obligación en especie, bien sea compeliéndolo a pagar los daños causados. Ordinariamente la ejecución se
propone aprehender los bienes del deudor; si se trata de dinero, el acreedor se paga directamente de él; si se
trata de otros bienes, se los vende en pública subasta para convertirlos en dinero.
a. Individual: es la acción intentada por cada acreedor por separado en defensa de sus propios intereses.
b. Colectiva: Se trata de un procedimiento colectivo, llevado adelante para la liquidación total del patrimonio
del deudor en beneficio de los acreedores. Se pagan ante todo los acreedores privilegiados y luego el saldo
se distribuye entre los quirografarios a prorrata de sus respectivos créditos.

ACCIONES DIRECTAS
A tenor de tales situaciones, a veces, la ley concede al acreedor el derecho de ejercer ciertas acciones de su
deudor; por propio derecho y en beneficio exclusivo del accionante. Por eso se las llama acciones directas. Sólo
se justifican en casos excepcionales; por ello son de interpretación restrictiva y solamente proceden en los
casos previstos expresamente por la ley (art. 736). Este artículo las define como aquéllas que competen al
acreedor para percibir lo que un tercero debe a su deudor, hasta el importe del propio crédito.

REQUISITOS
Son condiciones necesarias para su ejercicio:
a. Que el demandante goce de un crédito exigible contra su propio deudor: no podría invocarla un titular de
un crédito sujeto a condición o plazo suspensivo.
b. Que el demandado ("tercer demandado" en la terminología legal") resulte deudor del deudor del
demandante. Es el caso de que B le deba a A $ 5000, y que C deba devolverle a B $ 3000. A resulta
acreedor de B y, a su vez, B es acreedor de C.
c. Homogeneidad de ambos créditos entre sí; es decir que deben ser compatibles, pertenecer a la misma
especie de obligación. En el ejemplo dado, ambos supuestos tratan de hipótesis de obligaciones dinerarias.
d. Inexistencia de embargo anterior a la promoción de la acción directa. Se trata de créditos sobre los cuales
no existan trabados embargos, ya que de lo contrario se vulneraría la prioridad del primer embargante.
e. Citación del deudor del demandante a juicio. Así se tutela de manera efectiva su derecho de defensa.
f. La procedencia de la acción directa debe estar prevista para el caso en particular. El propio ordenamiento
jurídico individualiza los supuestos donde procede.

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EFECTOS
Conviene precisar, en primer lugar, que el acreedor que entabla una próspera acción directa hace ingresar el
bien obtenido en su patrimonio, hasta el monto menor de las dos obligaciones, sin pasar por el patrimonio de su
deudor.
a. Entre el acreedor actor y su deudor: Como no pasa el bien por el patrimonio del sujeto pasivo (el deudor
del acreedor), éste no podrá realizar sobre él actos de conservación y disposición. Claro está, que podrá
argüir las defensas que estén a su alcance. Como ha sido satisfecho el interés del acreedor demandante, su
deudor se libera en la medida del pago
b. Entre el acreedor actor y los demás acreedores: Estos últimos no podrán intentar embargar el bien en
cuestión una vez que ha ingresado en el patrimonio del acreedor actor.
c. Entre el deudor del acreedor actor y el demandado: Ya que se exige la citación del primero, la sentencia
que acoge la acción hace cosa juzgada entre ambos. Como consecuencia, el deudor que es a la vez
acreedor del demandado no podrá interponer similar pretensión si el pago realizado resulta completo. La
cuestión queda concluida finalmente.
d. Entre el demandado y los demás acreedores del deudor principal: solamente podrán impugnar los efectos
de una demanda exitosa, si acreditan el fraude o la simulación entre el actor, su deudor y el demandado.

ACCIÓN SUBROGATORIA U OBLICUA


Mientras el deudor es solvente, sus acreedores no tienen interés en que ejecute los derechos que tiene contra
terceros; pero cuando no lo es, su interés es evidente. La ley les reconoce el derecho de subrogarse en los
derechos del deudor y de intentar a nombre de éste las acciones que posee contra terceros. Ésta es la acción
llamada subrogatoria, oblicua o indirecta. El acreedor se propone ejercer por su deudor un derecho que éste
había abandonado; si la acción prospera, el bien queda incorporado al patrimonio del deudor, quedando
expedita entonces la posibilidad del subrogante de ejecutarlo para cobrarse su crédito.
En principio, todos los derechos patrimoniales del deudor pueden ser objeto de la acción subrogatoria (art. 739).
Se exceptúan únicamente los que por su naturaleza o disposición de ley son ejercidos por su titular, los derechos
excluidos de la garantía colectiva de los acreedores y las meras facultades (véase número siguiente). En
consecuencia, el acreedor podrá cobrar créditos que tenga su deudor, reivindicar bienes muebles o inmuebles,
pedir la división de condominio, solicitar medidas conservatorias (embargos, inhibiciones, etc.), pedir la nulidad
de actos jurídicos que perjudiquen a su deudor, demandar la reparación de un daño ocasionado por un acto
ilícito, ejercer las acciones tendientes al cumplimiento o resolución de un contrato y a reclamar la indemnización
consiguiente, oponer la prescripción, aceptar legados a nombre del deudor, pedir la revocación de la aceptación
o bien de la renuncia de la herencia, iniciar el juicio sucesorio, promover la partición de herencia, demandar la
nulidad de la partición, pedir la colación, etcétera.

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EXCEPCIONES
Según el art. 741, no pueden ser objeto de la acción subrogatoria:
a. Los derechos y acciones que, por su naturaleza o por disposición de la ley, sólo pueden ser ejercidos por su
titular
- Todos los derechos extrapatrimoniales; como no tienen contenido económico, es natural que no se
reconozca al acreedor el derecho de ejercerlos por su deudor, desde que no tendría ningún interés en
hacerlo.
- Los derechos patrimoniales inherentes a la persona. Por encima del interés económico del acreedor, hay
otro interés de orden superior que se opone al ejercicio de la acción. Ej. la acción para obtener la
revocación de una donación por causa de ingratitud del donatario (art. 1573), a menos que el deudor
hubiere iniciado ya la demanda
b. Los derechos y acciones sustraídos de la garantía colectiva de los acreedores. Es lo que sucede con el
elenco de casos enumerados en el art. 744. El propio deudor subrogado no los podría embargar.
c. Las meras facultades, excepto que de su ejercicio pueda resultar una mejora en la situación patrimonial del
deudor. Así, verbigracia, podrá interponer la acción oblicua con el fin de proceder a la aceptación de una
herencia o el ejercicio de la cláusula resolutoria (o pacto comisorio).

Son condiciones necesarias para el ejercicio de la acción subrogatoria:


a. Que el subrogante sea acreedor del subrogado.
b. Que medie inacción del deudor
c. Interés legítimo en actuar

EFECTOS
a. Entre el actor y el deudor: Si la acción prospera, el acreedor podrá ulteriormente embargar el bien e
inclusive ejecutarlo, siempre, claro está, que su crédito fuere exigible y no condicional o a plazo.
b. Entre el actor y los otros acreedores : Como la acción subrogatoria no tiene otro objeto que hacer ingresar
un derecho al patrimonio del deudor, beneficia a todos los acreedores por igual, hayan o no intentado la
subrogatoria.
c. Entre el actor y el demandado: El demandado se encuentra frente al actor en las mismas condiciones que se
encontraría frente al subrogado (acreedor del demandado); puede oponerle las mismas defensas y
excepciones.
d. Entre el deudor y el demandado: La acción seguida entre el subrogante y el demandado hace cosa juzgada
respecto del subrogado, ya que el art. 740 requiere la citación a juicio de este último. Por consiguiente, el
deudor subrogado no podría intentar luego nuevamente la acción, si el subrogante hubiera sido vencido en
el pleito.
e. Entre el demandado y los demás acreedores: Como el deudor debe ser citado al juicio, la sentencia hace
cosa juzgada no sólo respecto de él, sino de todos sus restantes acreedores, que no podrían más tarde
volver a intentar la acción, desde que su propio deudor ha sido vencido.

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COMPARACIÓN CON LA ACCIÓN DIRECTA
a. La acción oblicua tiende a hacer ingresar un bien al patrimonio del deudor; la directa a hacerlo ingresar al
patrimonio del accionante;
b. la acción oblicua beneficia a todos los acreedores y al mismo deudor; la directa beneficia exclusivamente al
accionante, que no se ve expuesto así a que su esfuerzo resulte parcial o totalmente estéril por la
concurrencia de otros acreedores;
c. el ejercicio de la acción subrogatoria no impide al deudor (titular del crédito) disponer de él, transar,
renunciar, etcétera; el efecto normal de las acciones directas es privar al deudor principal de su facultad de
disponer del derecho desde que la acción se ha iniciado.
d. la acción oblicua se ejerce por la totalidad del crédito que el deudor subrogado tiene contra el demandado,
aunque sea mayor que el del acreedor subrogante; en las acciones directas, el crédito de la accionante
marca el límite por el que la acción puede ser ejercida.
e. la acción oblicua se ejerce a nombre del deudor, en tanto que la directa se instaura a nombre propio;
f. por último, en la acción directa, el demandado puede oponer tanto las excepciones que su acreedor tenga
contra el actor como las que el mismo tuviese contra la parte demandante; esta última posibilidad se
encuentra vedada en la acción subrogatoria.

ACCIÓN REVOCATORIA O PAULIANA

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Teoría general de las obligaciones 11/04
Temas: clasificación de las obligaciones,

CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES


Las obligaciones pueden clasificarse desde diversos puntos de vista:
a. Por su interdependencia, distinguimos entre obligaciones principales y accesorias.
b. Por la naturaleza del vínculo y su protección jurídica, se dividen en civiles (o perfectas) y naturales (o
imperfectas).
c. En cuanto al objeto, se clasifican atendiendo:
- A su naturaleza, en obligaciones de dar, hacer o no hacer;
- A la determinación o indeterminación de las obligaciones de dar, en obligaciones de dar cosas ciertas (o
bienes), de género, de sumas de dinero o de valor;
- A la complejidad del objeto debido, en obligaciones de objeto conjunto o disyunto, alternativas y
facultativas.
d. En cuanto al sujeto, las obligaciones pueden tener un sujeto único o simple o plural, lo que ocurre cuando
son varios los acreedores o los deudores.
Estas hipótesis de sujeto múltiple o plural permiten clasificar las obligaciones de la siguiente manera:
- Obligaciones de pluralidad disyunta o conjunta;
- Obligaciones simplemente mancomunadas,
- Solidarias o concurrentes;
- De prestación divisible o indivisible.
e. En cuanto a las modalidades, las obligaciones se dividen en puras o modales, según que carezcan o tengan,
respectivamente, alguna de las modalidades de los actos jurídicos; las obligaciones modales se dividen a su
vez en obligaciones condicionales, a plazo o con cargo.

a. OBLIGACIONES PRINCIPALES Y ACCESORIAS


Según el concepto del art. 856, las obligaciones principales son aquellas cuya existencia y eficacia son
independientes de cualquier otro vínculo obligacional. Las obligaciones accesorias resultan dependientes
de ellas en cualquiera de los aspectos precedentemente indicados, o cuando resultan esenciales para
satisfacer el interés del acreedor. No se concebiría la existencia de estas últimas sino porque existen las
primeras. Como consecuencia lógica, deben seguir la suerte de la principal.
El carácter principal o accesorio de una obligación se ha referido, tradicionalmente, a su objeto o a las
personas obligadas.
a. Son accesorias en cuanto a su objeto cuando son contraídas para asegurar el cumplimiento de una
obligación principal: tal como la cláusula penal, la obligación del vendedor de entregar al comprador el
título de propiedad del inmueble enajenado, etcétera.
b. Son accesorias con relación a las personas, cuando las personas contraen obligaciones como
garantes o fiadores: en estos casos la obligación accesoria no es contraída por una de las partes sino
por un tercero; también en este supuesto su fin es asegurar el cumplimiento de la obligación principal.
c. Otra modalidad especial radica en los derechos reales de garantía, llamados accesorios del derecho
del acreedor: es posible citar como ejemplos la hipoteca, prenda, anticresis, warrants, debentures y
obligaciones negociables. Tales especies deben reputarse también accesorias, pues siguen la suerte de
la obligación principal.

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Desde el punto de vista funcional, se estima que la obligación principal consiste en aquélla que satisface de
manera directa el interés del acreedor y accesoria la que coadyuva a tal fin. Podría encuadrarse en esta
categoría tanto las garantías personales y reales.

INTERDEPENDENCIA Y RELACIONES RECÍPROCAS


Puesto que la obligación accesoria sólo tiene vida en razón de que existe la principal, es obvio que debe
seguir su suerte. Por tanto, extinguida o declarada nula o ineficaz la obligación principal, queda extinguida
o declarada nula o ineficaz también la accesoria (art. 857), excepto disposición legal en contrario.
Verbigracia, pagada o declarada nula la deuda principal, queda extinguida la fianza, la cláusula penal, o el
derecho de hipoteca o prenda que la garantiza. Por su parte, las señaladas vicisitudes de la obligación
principal, de carácter parcial, en principio, provocan las mismas consecuencias parciales en la obligación
accesoria.
Otra consecuencia de esta dependencia es que la obligación principal determina la competencia de los
jueces, y es ante el magistrado que entiende en ella donde deben plantearse las cuestiones relativas a la
ejecución de las fianzas, cláusulas penales, hipotecas, prendas, etcétera.

b. OBLIGACIONES NATURALES
Eran definidas como las fundadas sólo en el derecho natural y en la equidad, no confieren acción para
exigir su cumplimiento, pero que, cumplidas por el deudor, autorizan para retener lo que se ha dado por
razón de ellas.
Se trata de obligaciones anormales, pues no parece jurídico hablar de obligación o de derecho sin acción
para obligar al deudor a cumplir. Pues precisamente lo que define la obligación desde el punto de vista
jurídico es la posibilidad del acreedor de compulsar al deudor a darle cumplimiento o, en su defecto, a
pagar la indemnización correspondiente. Pero no están desprovistas de toda protección jurídica, ya que si
el deudor ha pagado voluntariamente (única vía concebible, desde que el acreedor no puede compelerlo)
el acreedor tiene derecho a retener lo pagado, de acuerdo a los parámetros de la equidad y del derecho
natural.
Su diferencia con las obligaciones civiles o perfectas radica precisamente en que éstas confieren al
acreedor una acción para obligar al deudor a cumplir.

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Ejemplos:
Podemos mencionar como ejemplos, los siguientes: la obligación prescripta, el cumplimiento de la
prestación proveniente de un juego de azar no prohibido por la autoridad local. Los tribunales han
reconocido también carácter de obligación natural a la que resulta de una deuda sobre la cual se ha hecho
quita o remisión; particularmente importante es el caso del fallido rehabilitado que paga a los acreedores o
a algunos de ellos —cuyos créditos habían sido verificados en la quiebra— el resto de la obligación, de la
que había quedado liberado. De igual modo, el que hubiera adquirido un bien por usucapión y lo entrega
luego a su propietario, carece de acción para reclamarlo posteriormente; el que paga intereses no pactados
no puede repetirlos, si los abonó con la intención de compensar la privación de capital; importa pago de
una obligación natural la entrega hecha por el heredero de un legado dispuesto en un testamento nulo por
defectos formales. Constituye otro supuesto de obligación natural, a nuestro juicio, el pago de la totalidad
de los honorarios de los abogados y peritos que intervinieron en un pleito por parte del condenado en
costas si el juez hubiese decretado el prorrateo de gastos causídicos que prevé el art. 730.

c. DE LAS OBLIGACIONES EN CUANTO A SU OBJETO — OBLIGACIONES DE DAR


En palabras sencillas, consiste en la entrega de un bien (que abarca la cosa) determinado o determinable.
La entrega del bien puede presentar diversas finalidades:
a. constituir sobre él derechos reales; en nuestro derecho positivo, antes de la tradición de la cosa el
acreedor no adquiere sobre ella ningún derecho real (art. 750), excepto disposición en contrario (v.gr.,
la hipoteca y la prenda sin desplazamiento, que no exigen la tradición);
b. transferir su uso; por ejemplo, la obligación del propietario que ha alquilado una cosa, de transferirla al
locatario.
c. transferir su tenencia, como, por ejemplo, la entrega de una cosa dada en depósito;
d. restituir la cosa a su dueño, como la obligación del locatario o depositario de devolver la cosa a su
dueño al término del contrato.
Clasificación: Carácter de las disposiciones generales de los arts. 746 a 749
Dependiendo de la determinación del objeto, el Código Civil y Comercial distingue tres categorías de
obligaciones de dar:
1) de dar cosas ciertas;
2) de género;
3) de dar sumas de dinero.

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1) OBLIGACIONES DE DAR COSA CIERTA.
La obligación es de dar cosa cierta cuando la prestación consiste en una cosa determinada, no fungible; por
ejemplo, una fracción de campo, una casa, una obra de arte perteneciente a tal pintor o escultor, etcétera.
Las cosas fungibles, en cambio, son obligaciones de género.
Extensión
Según el art. 746, la obligación de dar cosas ciertas comprende todos los accesorios, aunque hayan sido
momentáneamente separados de ellas. Así, por ejemplo, en la venta de una estancia quedan
comprendidos la casa habitación, los alambrados, aguadas, las cosechas en pie, etcétera; en la venta de
una fábrica, las maquinarias incorporadas al inmueble; en la venta de un cuadro famoso, el marco…
Deberes del deudor, el sistema de la tradición
La obligación de dar cosas ciertas impone al deudor estos dos deberes fundamentales: a) conservar la cosa
para cumplir lo que ha prometido; b) entregar la cosa en el tiempo y lugar estipulados.
Pérdidas o deterioros
Supongamos que luego de contraída la obligación de dar una cosa cierta, pero antes de la entrega, se
pierde o deteriora, ¿a quién perjudica este evento? Digamos desde ya que el principio general es que las
cosas perecen y aumentan o acrecen para su dueño (res perit et crescit domine).

2) OBLIGACIONES DE GÉNERO
En los párrafos anteriores hemos estudiado las obligaciones de dar cosas ciertas. En los que siguen nos
ocuparemos de las de género (dar cosas inciertas) GÉNERO. –
Las obligaciones de género, han sido receptadas de manera categórica por el Código Civil y Comercial (arts.
762 y 763). El art. 762 las define como aquéllas que recaen sobre cosas determinadas sólo por su especie
y cantidad. Se encuentran vinculadas muy expresamente con la noción de bien fungible, todo individuo de
la misma especie equivale a otro individuo de la misma especie (art. 232).
Pero a diferencia de las cosas ciertas, no están determinadas individualmente, sino solamente por su
género. Así, por ejemplo, la venta de tal caballo, con indicación de nombre, pedigree, etcétera, importa la
venta de una cosa cierta; en cambio, la venta de "un caballo criollo" es una venta de género.
Ejemplo: cuando en un sorteo se estipula que la entrega va a determinar dependiendo el stock. El género
está estipulado, por ejemplo, una televisión, pero no esta determinado cual es el modelo de la tele
Principios legales sobre la determinación del objeto
Las obligaciones de género, ya lo sabemos, no contienen una determinación precisa de la cosa debida. Pero
cuando llegue el momento de cumplir, habrá que determinarla. ¿Cómo se hace la elección de la cosa? La
respuesta se encuentra en el art. 762:
a) Si las partes hubieran atribuido al acreedor o al deudor esa facultad en el contrato, no hay problema,
pues debe respetarse la voluntad de las partes.
b) Si nada se hubiera previsto en el contrato, la facultad de la elección pertenece al deudor.

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3) OBLIGACIONES DE DAR SUMAS DE DINERO
El dinero es el medio normal de que se sirve el hombre para procurarse otros bienes; a la inversa de lo que
ocurre con las demás cosas, no proporciona al hombre ningún placer por sí mismo.
Comparación con el incumplimiento de otras obligaciones:
a. En materia de deudas pecuniarias y salvo el caso de estipulaciones especiales, no puede darse el caso
de que el deudor se vea liberado por imposibilidad de cumplimiento en el pago sobrevenida con
posterioridad al cumplimiento de aquélla. Cuanto más, la fuerza mayor podrá ser un eximente
temporario de responsabilidad. El dinero es el bien fungible por excelencia.
b. En materia de deudas pecuniarias y salvo el caso de estipulaciones especiales, no puede darse el caso
de que el deudor se vea liberado por imposibilidad de cumplimiento en el pago sobrevenida con
posterioridad al cumplimiento de aquélla. Cuanto más, la fuerza mayor podrá ser un eximente
temporario de responsabilidad. El dinero es el bien fungible por excelencia.
Objeto de la obligación, deuda de moneda determinada
El objeto de la obligación es el dinero. En rigor, no puede hablarse con propiedad de obligación de
dinero, sino con referencia a aquél que tiene curso forzoso, aquél que el acreedor no puede rehusar
recibir. Pero cabe preguntarse qué ocurre cuando la obligación se ha contraído en una determinada
especie o calidad de moneda. Hay que distinguir dos situaciones:
a. Si la calidad o especie de moneda ha sido esencial en el contrato, no se cumple sino entregando ese
tipo de moneda; así ocurre cuando un comerciante ha convenido el pago de una suma de dinero en
cierto tipo de unidades o fracciones (por ej., en monedas de un peso, de diez pesos, etc.), porque lo
necesita para dar cambio a su clientela o para una colección.
b. Pero el caso anterior es un supuesto excepcional; lo ordinario es que el dinero interese por el valor que
representa. Para esta hipótesis normal estatuye el art. 766 que el deudor de una obligación de dar
suma de dinero debe entregar la cantidad correspondiente de la especie designada.
Obligaciones en moneda extranjera
Es lícito contraer obligaciones en moneda extranjera; en tal caso, la obligación debe considerarse como
de dar cantidades de cosa y el deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal
(art. 765).
La norma, como ya se ha dicho, le ha concedido al deudor la posibilidad de liberarse entregando el
equivalente en moneda de curso legal. Esto quiere decir que si se prometen dólares o libras o yens,
etcétera, se cumple entregando el equivalente en pesos. Sin embargo, predomina el criterio de que tal
facultad puede renunciarse, por ser una norma dispositiva (Conclusión 12.1. de la Comisión 2 de las
XXV Jornadas Nacionales de Derecho Civil, 2015). Incluso, no se considera tal renuncia una cláusula
abusiva en los contratos por adhesión a cláusulas generales predispuestas y en los contratos de
consumo (Conclusión 16.1 de la Comisión 2 de las XXV Jornadas Nacionales de Derecho Civil, 2015).

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INTERESES
El incumplimiento genera intereses y hay varios tipos:
a. Intereses compensatorios
Cabe estipular que la obligación lleve intereses de esta índole. Debe aplicarse la tasa de interés pactada
entre las partes en primer lugar. Si hubieran omitido el punto, deberá recurrirse a las disposiciones de la
ley aplicable al caso o a los usos y costumbres. Subsidiariamente, la tasa de interés compensatorio puede
ser determinada por los jueces (art. 767).
Es un interés pactado por las partes
b. Intereses moratorios
Se deben a partir de encontrarse el deudor en mora. Hay que atenerse en primer lugar a la tasa que
hubiesen pactado las partes (art. 768, inc. a]); en su defecto, a lo que dispongan las leyes especiales (art.
768, inc. b]).
Subsidiariamente, cabe emplear las tasas que se fijan según las reglamentaciones del Banco Central (art.
767, inc. c]).
Cuando se paga fuera de tiempo
c. Intereses
Se encuentran gobernados por las normas que disciplinan la cláusula penal (art. 769). En consecuencia, allí
remitimos (véase nros. 89 y ss.).
(página 83 de Borda)
El incumplimiento atrae sanción, como la cláusula penal

ANATOCISMO (ULTIMO TEMA 1ER PARCIAL)


Es la capitalización de intereses. Un peso vale siempre un peso; es decir, que, existiendo una deuda de dinero, se
ha de pagar siempre la suma o cantidad que aparezca como debida, aunque l amoneda con que esa suma se
expresa haya sufrido variaciones en su valor
El anatocismo es la capitalización del interés, que pasa también a devengar intereses. Así, por ejemplo, se
prestan $ 1.000 al 10% anual; al cabo del primer año, y no habiendo pagado el deudor los intereses, éstos se
acumulan al capital, de tal modo que durante el segundo año los intereses se calculan sobre $ 1.100 y así
sucesivamente. Al cabo de varios años, la deuda se infla enormemente. (pág 80/82 de Borda)
El Código Civil y Comercial dejó subsistente la validez del anatocismo poniéndole límites. El art. 770 contempla
los siguientes casos:
a. Anatocismo convencional: Les resulta posible a las partes acordar la capitalización de los interese debidos.
Pero se exige una periodicidad no inferior a seis meses (inc. a]).
b. Demanda judicial de la obligación: en este caso, la acumulación produce efectos desde la fecha de la
notificación de la demanda (inc. b]).
c. Liquidación judicial de la obligación: en este caso, la capitalización se produce desde que el juez manda
pagar la suma resultante y el deudor es moroso en hacerlo (inc. c]).
d. Los supuestos de anatocismo enunciados no son los únicos. En efecto, el art. 770, inc. d), remite a otras
hipótesis de acumulación previstas en disposiciones legales.

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Teoría general de las obligaciones 18/04
Temas: clasificación de obligaciones

CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES


Las obligaciones pueden clasificarse desde diversos puntos de vista:
a. Por su interdependencia, distinguimos entre obligaciones principales y accesorias.
b. Por la naturaleza del vínculo y su protección jurídica, se dividen en civiles (o perfectas) y naturales (o
imperfectas).
c. En cuanto al objeto, se clasifican atendiendo:
1. A su naturaleza, en obligaciones de dar, hacer o no hacer
2. A la determinación o indeterminación de las obligaciones de dar, en obligaciones de dar cosas
ciertas (o bienes), de género, de sumas de dinero o de valor
3. A la complejidad del objeto debido, en obligaciones de objeto conjunto o disyunto, alternativas y
facultativas.
d. En cuanto al sujeto, las obligaciones pueden tener un sujeto único o simple o plural, lo que ocurre
cuando son varios los acreedores o los deudores.
Estas hipótesis de sujeto múltiple o plural permiten clasificar las obligaciones de la siguiente manera:
- Obligaciones de pluralidad disyunta o conjunta
- Obligaciones simplemente mancomunadas
- Solidarias o concurrentes
- Y de prestación divisible o indivisible.
e. En cuanto a las modalidades, las obligaciones se dividen en puras o modales, según que carezcan o
tengan, respectivamente, alguna de las modalidades de los actos jurídicos; las obligaciones modales se
dividen a su vez en obligaciones condicionales, a plazo o con cargo.

OBLIGACIONES DE VALOR
Como contrapartida del nominalismo, que hemos estudiado anteriormente, se ha creado esta teoría económica.
Sostiene que la cantidad que el deudor debe pagar debe ser equivalente a aquélla que le permitiría adquirir
cierto número equivalente de productos computados al momento de contraerse la obligación, aquélla que le
posibilita la subsistencia de la ventaja patrimonial ganada. Ej: contrato de $ 10.000, esa suma permite comprar
cinco televisores, cuando proceda la restitución, debe mantener el mismo poder adquisitivo. Si un televisor vale $
5.000 al tiempo de cumplir la prestación pactada, el deudor debe entregar la cantidad de $ 25.000 para
conservar el valor adquisitivo equivalente a la obtención de cinco televisores.

La teoría valorista hace predominar el valor de cambio o el poder adquisitivo de la moneda. Presenta el gran
inconveniente de producir una dosis elevada de inseguridad jurídica en épocas de estabilidad económica, pero
resulta más equitativa en períodos inflacionarios.
A diferencia del nominalismo implica que ese monto tiene que guardar cierta relación entre el incumplimiento
y con el valor, tiene que ser un valor similar a la actualidad. Ej: contraje una obligación de 100k en el 2005, con
la inflación aumenta el valor, el monto es indeterminado

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Características
Coincide la doctrina en que el momento propicio para la cuantificación de la deuda de valor será el determinado
por las partes en el contrato, o el que establezca la sentencia en el supuesto de deudas judiciales.
Una vez realizada la cuantificación, es decir expresada la cantidad dineraria equivalente al valor debido, se
aplican las reglas que gobiernan a las obligaciones de dar suma de dinero (art. 772, in fine).
Cabe que el juez establezca la cuantía en una moneda sin curso legal que sea usada habitualmente en el tráfico
jurídico (art. 772). Se emplea en los procesos de familia cuando el alimentante goza de un salario o renta en
moneda extranjera.

DIFERENCIAS CON LAS OBLIGACIONES DINERARIAS


El elemento que permite llevar a cabo tal labor radica en el objeto. Se debe en las obligaciones dinerarias una
cantidad pecuniaria desde su constitución; en cambio, el dinero entra en escena posteriormente en las
obligaciones de valor, ingresa como un subrogado de ese valor en el momento del cumplimiento, y tiende a
satisfacer el equivalente a la ventaja patrimonial adquirida en el momento del pago.

OBLIGACIONES DE HACER
Las obligaciones de hacer son aquéllas cuyo objeto consiste en la prestación de un servicio o en la realización
de un hecho, en el tiempo, lugar y modo acordados por las partes (art. 773). Se torna importante la distinción
entre prestación de servicio y la realización de un hecho dado que ocasiona consecuencias jurídicas diversas,
Las obligaciones de hacer radican en la realización de un hecho o en la prestación de un servicio.
Entre unas y otras existe una diferencia capital, en lo que atañe a sus efectos: mientras el cumplimiento de las
obligaciones de dar puede exigirse por la fuerza pública, aun cuando para ello sea menester hacer violencia
contra la persona del deudor, el cumplimiento de las obligaciones de hacer no puede exigirse coactivamente en
ese caso. Así, por ejemplo, si una persona ha vendido una propiedad con el compromiso de entregarla libre de
ocupantes, el comprador puede desalojarla y obligar al vendedor a que se la entregue en las condiciones
pactadas. En cambio, un obrero que no desea cumplir con el trabajo que ha prometido, no puede ser obligado a
hacerlo, resolviéndose su obligación en el pago de los daños causados.
En las obligaciones de dar, entonces, el acreedor puede siempre obtener la ejecución en especie por un
tercero, a costa del deudor; en las obligaciones de hacer, ello sólo será posible cuando el hecho sea fungible.

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EFECTOS:
El Código Civil y Comercial ha regulado la cuestión distinguiendo si el objeto es la prestación de un servicio o la
realización de un hecho:
a. Prestación de un servicio:
1. Realización de cierta actividad: conecta con la idea de las obligaciones de medio vinculadas
usualmente con la presencia de factores de atribución subjetivos (culpa y dolo).
2. Obtención de un resultado concreto: resultan ser casos de obligaciones de resultado en los que se
requiere la concurrencia de factores de atribución objetivos para determinar la responsabilidad del
deudor. No se asegura el éxito del resultado (art. 774, inc. b])
3. Obtención del resultado eficaz prometido: aquí, a diferencia del anterior, el opus obtenido debe ser
exitoso. No cabe para eximirse de responsabilidad acreditar el casus ordinario. Así, en el contrato de
transporte, la persona debe llegar a su destino de manera segura (art. 1289), o en la promesa del hecho
de un tercero cuando el deudor ha garantizado que será aceptada (art. 1026, párr. final).
4. Hechos: El obligado a realizar un hecho debe cumplirlo en tiempo y modo acordes con la intención de
las partes o con la índole de la obligación (art. 775, 1ª parte). Es una simple aplicación de los principios
generales relativos a las obligaciones. El deudor está obligado a cumplir en especie. Y si no quisiere
cumplir, el acreedor puede exigirle la ejecución forzada, a no ser que sea necesario hacer violencia
contra la persona del deudor.

b. Ejecución por otro


Una de las alternativas que el art. 777, inc. b), brinda al acreedor ante el incumplimiento de su deudor,
consiste en recurrir a un tercero para que realice la prestación debida a costa del deudor, como se ha
indicado en el punto anterior.
El art. 776 permite que terceros se incorporen para que presten el servicio o realicen el hecho prometido.
Ello será posible siempre que sean servicios o hechos que la doctrina ha calificado como fungibles, esto es,
aquéllos que pueden ser realizados por otra persona, porque al contratar no se ha tenido en mira el arte o la
habilidad propios del contratante. Así, por ejemplo, el blanqueo de una pared, una excavación, un contrato
de trabajo común, pueden ser realizados tanto por una persona como por otra.

CUMPLIMIENTO DEFICIENTE.
Debemos distinguir, nuevamente, entre prestación de un servicio o realización de un hecho:
a.) Prestación de un servicio: Si consiste en una actividad (obligación de medio), al deudor le basta acreditar
su actuar diligente para probar que ha cumplido de manera eficiente. Si se ha prometido un resultado
determinado (obligación de resultado), deberá demostrar el casus ordinario o agravado que ha
impedido alcanzarlo, para exonerarse de responsabilidad.
b.) Realización de un hecho: Si el deudor realizare de otra manera el hecho prometido, esto es que no lo
haga en el tiempo y modo acordes con la intención de las partes o con la índole de la obligación, la
prestación se tendrá por incumplida y el acreedor podrá exigir la destrucción de lo mal hecho, siempre
que tal exigencia no sea abusiva (art. 775).

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IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIR.
Puede ocurrir que la imposibilidad de cumplir una obligación de hacer derive de una causa imputable al deudor
o, por el contrario, que no le sea imputable.
a) En el primer caso, deberá pagar el deudor los daños ocasionados.
b) En el segundo caso, la obligación queda extinguida para ambas partes, sin responsabilidad (art. 955), y el
deudor debe devolver al acreedor lo que en razón de ella hubiera recibido. Ejemplo: se firma un
contrato de construcción de un hotel a levantarse en un inmueble determinado; firmado el contrato, la
municipalidad dicta una ordenanza prohibiendo la construcción de hoteles en esa zona. La obligación
queda resuelta; y si el constructor hubiera recibido algo como adelanto de honorarios, debe devolverlo
al propietario, pues se trataría de un pago sin causa (art. 1796, inc. a]).

OBLIGACIONES DE NO HACER.
Mientras en las obligaciones de hacer el deudor se compromete a realizar algo, en las de no hacer se
compromete a una abstención; así, por ejemplo, la obligación del locador de no perturbar al locatario en el uso y
goce de la cosa locada; la contraída por el locatario de no subarrendar el inmueble, la del artista de no actuar
sino para cierto empresario. También constituye una obligación de no hacer, la de tolerar una actividad ajena:
por ejemplo, que el vecino haga pastar a sus animales o que saque agua en terreno de propiedad del deudor.
Aquí éste podría peticionar, sino hubiese contraído una obligación de no hacer, el cese de tales actividades por
el carácter excluyente del dominio (art. 1944).
“La obligación de no hacer es la que consiste en la abstención o en la omisión de un hecho, que conforme el
ordenamiento jurídico común, el deudor tenía la facultad de ejecutar”.

Modo de cumplir, ejecución forzada


El acreedor tiene derecho a exigir la ejecución forzada de la obligación de no hacer, v.gr., solicitando la
aplicación de astreintes; más aún, puede requerir la destrucción física de lo hecho y los daños ocasionados (art.
778).
A veces, empero, el cumplimiento forzado de la obligación de no hacer implica una violencia intolerable en la
persona del deudor. No queda otra solución que la indemnización de los daños. Así ocurriría, por ejemplo, si un
artista que se ha comprometido a actuar exclusivamente en tal teatro, trabaja en otro. No se le puede impedir
que lo haga, pero debe pagar los daños que causa.

Imposibilidad de la abstención prometida


Puede ocurrir que la abstención prometida resulte imposible sin causa imputable al deudor; por ejemplo, un
propietario se ha comprometido con su vecino a no levantar una pared; más tarde, la municipalidad lo obliga a
cercar. En tal hipótesis, la obligación se extingue sin que el deudor deba reparar daño alguno (art. 955).
Si, en cambio, la abstención se hubiera hecho imposible por causa atribuible al deudor, éste debe los daños
causados.

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OBLIGACIONES DE OBJETO PLURAL O COMPUESTO
Obligaciones de objeto conjunto y disyunto
Las obligaciones pueden tener un objeto singular (vendo un caballo, una casa, un terreno) o uno compuesto. En
este último caso, el objeto puede ser conjunto o disyunto. El objeto es conjunto cuando todas las cosas se
deben simultáneamente; por ejemplo, un mueblero vende seis sillas, una mesa, un aparador y un sofá por $
50.000. El deudor sólo cumple entregando todos los objetos. El objeto es disyunto cuando el deudor sólo está
obligado a entregar una de las distintas cosas comprendidas en la obligación; así, por ejemplo, me
comprometo a entregar a mi acreedor $ 700 o una heladera.
Las obligaciones de objeto conjunto no tienen un régimen legal peculiar; están regidas por los principios
generales aplicables a las obligaciones de dar; no hay entre ellas y las de dar objetos singulares diferencias
específicas. En cambio, las obligaciones de objeto disyunto tienen un régimen propio, que el Código trata en los
arts. 779 y ss., distinguiendo entre obligaciones alternativas y facultativas.

OBLIGACIONES ALTERNATIVAS
Se llama obligación alternativa aquella que queda cumplida con la ejecución de cualquiera de las prestaciones
que forman su objeto, sea que la elección esté a cargo del deudor, sea que esté a cargo del acreedor o de un
tercero.
El art. 779 la define como aquélla que tiene por objeto una prestación entre varias que son independientes y
distintas entre sí.
El objeto puede ser homogéneo (vendo uno de dos automóviles) o no serlo (prometo realizar una obra o pagar
una suma de dinero); y la alternativa puede referirse al objeto mismo de la obligación (ejemplos anteriores) o
bien a sus modalidades y circunstancias (art. 784), como sería el lugar de pago.

Caracteres
a. Su objeto es plural o compuesto.
b. Las prestaciones son independientes y distintas entre sí (art. 779), de donde surgen estas
consecuencias:
1. Si una de las cosas no podía ser objeto de la obligación o se ha hecho de cumplimiento imposible, se
debe la otra (art. 781, inc. a], y art. 782, inc. a])
2. Si la obligación comprende prestaciones de distinta naturaleza, se aplicarán las reglas de las
obligaciones de dar, hacer o no hacer, según corresponda, después de verificada la elección (art. 780,
párr. final).
3. El obligado alternativamente sólo está obligado a cumplir una de las prestaciones, pero debe hacerlo
íntegramente (art. 779, in fine), de tal modo que no podría ofrecer el cumplimiento parcial de varias
de ellas; y si la elección corresponde al acreedor, éste no podrá pedir el pago parcial de varias de
ellas.
c. Entrañan un derecho de opción que puede estar a cargo del deudor o del acreedor o de un tercero (art.
780); mientras este derecho no haya sido ejercido, está pendiente una incertidumbre acerca del objeto
de la obligación.
d. Hecha la elección, la obligación se concentra en la prestación elegida.

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a. Con las facultativas: Se llaman así a las que confieren al deudor la facultad de sustituir una obligación
por otra.
La diferencia con las alternativas es concreta:
1. En éstas, los distintos objetos son independientes entre sí (art. 779); en las facultativas hay una
obligación principal y otra accesoria (art. 786).
2. Como consecuencia de ello, la imposibilidad de cumplir cualquiera de las prestaciones de una
obligación alternativa obliga al deudor a ejecutar la otra (art. 781, inc. a], y art. 782, inc. a]); en
cambio, si se ha hecho imposible el objeto principal de una obligación facultativa, la obligación
queda extinguida y el deudor no debe la prestación accesoria (art. 786).
3. En las alternativas, la elección de la cosa puede dejarse librada al deudor o al acreedor o a un
tercero (art. 780); en las facultativas, únicamente el deudor tiene la opción (art. 786, in fine).
En caso de duda sobre si la obligación es alternativa o facultativa, se entenderá que es alternativa (art.
788).

b. Con las de género: En este caso, la distinción es más sutil, porque también el deudor cumple
entregando cualquiera de las cosas que integran el género y porque la elección, en ambos casos, puede
quedar librada al deudor o al acreedor o en manos de un tercero. Pero en las obligaciones alternativas
los múltiples objetos están determinados, en tanto que en el otro caso la determinación es mucho más
elástica, como que sólo está limitada por el género. De ahí que, en las primeras, quien tiene derecho a
elegir puede optar por cualquiera, aunque sea la mejor o la peor de todas; en cambio, en las
obligaciones de género no puede elegirse la mejor ni la peor, sino una de calidad media.
Debemos señalar que nada impide que una de las prestaciones alternativas consista en cumplir una
obligación de género.

c. Con la cláusula penal: También aquí la diferencia es neta. En las obligaciones alternativas todas las
prestaciones son independientes y de igual jerarquía entre sí; en la cláusula penal hay una obligación
principal y otra accesoria; en las primeras, el deudor se desobliga entregando cualquiera de las
prestaciones comprendidas en ella (art. 779, in fine); cuando hay cláusula penal no ocurre así: el deudor
no puede optar por pagar la cláusula penal, para excusarse de la obligación principal, a menos que se
haya reservado tal facultad (art. 796), y el acreedor tiene derecho a exigir el cumplimiento de la
obligación principal. Sin contar con que el deudor que entrega cualquiera de los objetos de una
obligación alternativa cumple como las partes quisieron que se cumpliera; cuando paga la cláusula
penal, indemniza al acreedor por el incumplimiento.

CATEGORÍAS:
Se clasifican en obligaciones alternativas regulares, si la facultad de elección recae sobre el deudor, y en
obligaciones alternativas irregulares, si el acreedor goza de la posibilidad de elegir. A estas categorías debe
añadirse una tercera: cuando la facultad de elección recae en un tercero.

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ELECCIÓN: FORMA Y EFECTOS.
El principio es que la elección corresponde al deudor; pero las partes pueden convenir en el contrato dejarla
librada al acreedor e, inclusive, que sea hecha por un tercero (art. 780, párr. 1º). Si la parte a quien le
corresponde la elección no se pronuncia oportunamente, la facultad de opción pasa a la otra (art. 780, párr. 1º).
¿Qué ocurre si un tercero designado no cumple en tiempo y forma? La facultad de elección recae sobre el deudor
(art. citado).
Si las personas con derecho a elección (sean los deudores o los acreedores) fueran varias, la decisión debe ser
unánime (art. 780, párr. 1º); si no se pusieran de acuerdo, entendemos que la elección debe ser hecha por el
juez, quien obrará discrecionalmente sin estar obligado a seguir el criterio de la mayoría.

¿CUÁNDO Y CÓMO SE TIENE POR FORMULADA LA ELECCIÓN?


Hay que distinguir dos hipótesis:
a. La elección corresponde al deudor (obligación alternativa regular). Se tiene por irrevocable la opción
seleccionada cuando es comunicada al acreedor (art. 780, párr. 3º).
b. La elección corresponde al acreedor (obligación alternativa irregular) o a un tercero. Se cumple con la
manifestación de voluntad de éstos. La elección se considera irrevocable desde que es comunicada al
deudor o ambas partes, dependiendo si recae la posibilidad de opción sobre el acreedor o sobre un
tercero (art. 780, párr. 3º).
El efecto fundamental de la elección es convertir la obligación alternativa en una de dar, de hacer o no hacer
(art. 780, párr. 4º); posteriormente, se aplican los preceptos que las gobiernan dependiendo de la clase de
obligación por la cual se ha optado.

PRESTACIONES PERIÓDICAS.
Cuando la obligación alternativa consista en prestaciones periódicas, la elección realizada una vez no implica
renunciar a la facultad de optar en lo sucesivo (art. 780, párr. 2º).

ELECCIÓN DE MODALIDADES
La elección puede recaer en una prestación de dar, hacer o no hacer, como también sobre las modalidades y
circunstancias de una obligación. Por ejemplo, devolver $ 5.000 en dos cuotas de $ 2.500 a abonar en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires o restituir la suma indicada en cinco cuotas de $ 500 pagaderas en la ciudad de Santa
Fe. El art. 784 dispone que se aplican las reglas de las obligaciones alternativas sobre el derecho de realizar la
opción y sus efectos legales, cuando se ha autorizado la elección de las modalidades o circunstancias.

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IMPOSIBILIDAD ORIGINARIA DE CUMPLIR UNA PRESTACIÓN.
Si al tiempo de contraerse la obligación una de las prestaciones no podía ser objeto de ella, se debe la otra,
como consecuencia del principio de concentración. El objeto puede ser imposible por su ilicitud, por encontrarse
fuera del comercio, no existir, pertenecer al acreedor, etcétera. Se aplica idéntica solución tanto en las
obligaciones alternativas regulares (art. 781, inc. a]) como en las obligaciones alternativas irregulares (art. 782,
inc. a]).
Si la prestación, originariamente imposible, luego deviene posibles antes del cumplimiento, se torna factible
nuevamente la posibilidad de optar, aunque nada diga al respecto el Código Civil y Comercial; así, ocurriría, por
ejemplo, si una de las cosas prometidas perteneciera al acreedor y luego el vendedor adquiriese su dominio.

OBLIGACIONES FACULTATIVAS
La obligación se llama facultativa cuando, teniendo por objeto una sola prestación principal, confiere al deudor
la posibilidad de liberarse de ella mediante el pago de otra prestación prevista en el contrato con carácter
subsidiario. Por ejemplo: el vendedor se compromete a entregar diez toros de pedigree; pero en el contrato se
admite la posibilidad de liberarse de esa obligación entregando cincuenta vaquillonas puras por cruza.
En estas obligaciones hay una prestación principal, que constituye el verdadero objeto de la obligación, y una
accesoria o subsidiaria. Esta segunda prestación constituye un medio de liberación reconocido de manera
exclusiva al deudor en el contrato. Tal es el concepto que exhibe el art. 786.
Puesto que hay una prestación principal y otra accesoria, es la primera la que determina la naturaleza indivisible
de la obligación facultativa (art. 815, inc. d]). Si la primera obligación es nula, queda sin efecto la obligación
accesoria; pero la nulidad de la prestación accesoria no tiene ninguna influencia sobre la principal. Esto marca
una diferencia neta con las obligaciones alternativas, en las cuales las prestaciones tienen el mismo rango y son
independientes entre sí.
Debemos recordar que, en caso de duda, se presume que es un supuesto de obligación alternativa (art. 788).

CARACTERES.
a. Son obligaciones de objeto plural o compuesto.
b. Las prestaciones tienen una relación de dependencia correspondiente al concepto principal y accesorio.
c. Entrañan un derecho de opción en beneficio del obligado.
d. El acreedor sólo puede exigir el cumplimiento de la principal (art. 786)

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FUENTES
Las obligaciones facultativas pueden tener su origen en la voluntad de las partes, que así lo convienen en sus
contratos (ejemplo dado al comienzo del número anterior) o en la ley. Ejemplo de obligación facultativa legal es
la compraventa en la cual se ha dado una seña penitencial (art. 1059): la obligación principal para el vendedor es
la entrega de la cosa y para el comprador el pago del precio. Empero, el primero puede liberarse devolviendo la
seña doblada y el segundo perdiéndola.
Opción
¿En qué forma se ejerce el derecho de opción? Teorías divididas.
a) Para algunos, la opción queda consumada por una manifestación de voluntad del deudor (GALLI).
b) Para otros, la opción sólo resulta del cumplimiento de una u otra prestación (BUSSO, LLAMBÍAS).
El art. 786 se ha limitado a consignar que el deudor dispone hasta el momento del pago para ejercitar la facultad
de optar.

EFECTOS
Los efectos legales de estas obligaciones derivan del carácter principal y accesorio de las dos prestaciones.
Asienta el art. 787: La obligación facultativa se extingue si la prestación principal resulta imposible, sin perjuicio
de la responsabilidad que pueda corresponder. Veamos los casos posibles:
a) Si la imposibilidad de cumplimiento de la prestación principal —v.gr., pérdida de la cosa— ha ocurrido
sin causa atribuible al deudor, se extingue la obligación. Si la imposibilidad de cumplir ha sucedido
después de la mora, el acreedor podrá reclamar los daños y perjuicios, pero no el pago de la obligación
accesoria (art. 786).
b) Si la imposibilidad de cumplir ha ocurrido por una causa atribuible al deudor, se extingue la obligación.
El acreedor podrá reclamar los daños ocasionados, pero no se encuentra legitimado para solicitar el
cumplimiento de la obligación accesoria (art. 786). Se advierte la subsistencia del principio de que la
opción sólo corresponde al deudor en los supuestos de obligaciones facultativas. Ha ocurrido un
apartamiento de la solución brindada por el art. 648del Código Civil de VÉLEZ, que disponía que el
acreedor podía requerir el precio de la cosa que había perecido (o la indemnización por la inejecución
de la obligación principal) o la cosa que era el objeto de la prestación accesoria.
c) La nulidad de la obligación principal extingue también la accesoria.
d) En cambio, la pérdida o deterioro de la cosa que constituye la obligación accesoria, el hecho de que esta
prestación se haya hecho imposible, con o sin causa imputable al deudor y, finalmente, la nulidad de la
obligación accesoria, no ejercen ninguna influencia sobre la obligación principal, que mantiene todos sus
efectos (arg., a contrario, art. 787).

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DE LAS OBLIGACIONES EN CUANTO AL SUJETO
Obligaciones de sujeto múltiple
En primer término, la pluralidad de los sujetos puede ser conjunta, disyunta o concurrente.
a) Hay pluralidad conjunta, cuando todos los acreedores y deudores lo son simultáneamente y todos
tienen su parte en el crédito o la deuda.
b) Hay pluralidad disyunta, cuando la obligación se cumple pagando a uno de los acreedores o por uno de
los deudores. Así, por ejemplo, pagaré a Pedro o Juan la suma de $ 10.000; o bien: Pedro o Juan me
pagarán la suma de $ 10.000. Este tipo de obligaciones es poco frecuente. Un ejemplo importante es el
de los depósitos bancarios hechos a la orden recíproca de dos depositantes: el banco tiene obligación de
pagarlos contra cheque librado por cualquiera de los titulares de la cuenta. La novedad que ofrece el
Código Civil y Comercial al respecto es que por primera vez las obligaciones disyuntivas gozan de
regulación legal propia (arts. 853 al 855).
c) Hay pluralidad concurrente cuando varias personas deben la prestación en virtud de causas distintas. El
Código Civil y Comercial, le ha dedicado algunos preceptos propios (arts. 850 y 851), lo que ocurre por
primera vez en el derecho argentino.

CONCEPTO DE MANCOMUNACIÓN
En nuestro Código Civil y Comercial, se llama obligación simplemente mancomunada a aquélla en la que el
crédito o la deuda se fracciona en tantas relaciones particulares independientes entre sí como acreedores o
deudores haya (art. 825, 1ª parte). Es decir, es un caso de obligaciones de sujeto plural en donde la nota
particular se encuentra dada por la presencia de vínculos disociados: cada cuota, activa o pasiva, se considera
distinta de las demás (art. 825, 2ª parte).
Puede ser de objeto divisible o indivisible (art. 826). En la primera, la prestación se divide en tal forma que
cada uno de los deudores no está obligado sino por su parte y cada uno de los acreedores no tiene derecho
sino a la suya. En la segunda, cualquiera de los acreedores puede reclamar de cualquiera de los deudores la
totalidad de la deuda ante la imposibilidad de fraccionamiento.
La doctrina incluye dentro del concepto de mancomunación en sentido amplio a las obligaciones solidarias
donde se presentan vínculos coobligados. Presenta la característica que cualquier acreedor puede requerir a
cualquiera de los deudores el cumplimiento de la prestación debida.

Creemos que podemos enunciar como sistema de nuestro Código Civil y Comercial, el siguiente orden de ideas:
la regla general es que las obligaciones son divisibles, regla que tiene dos excepciones:
a) La indivisibilidad dada por la naturaleza de la prestación, (hay una imposibilidad natural, física o jurídica de
hacer la división), por la convención (el querer de las partes) y la ley; y,
b) La solidaridad, en cuyo caso impera un régimen propio (arts. 827 y ss.).

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DIVISIBILIDAD O INDIVISIBILIDAD DEL OBJETO
A fin de evitar equívocos, se ha considerado prudente enumerar los supuestos de obligaciones indivisibles.
El art. 814 indica que la fuente de la indivisibilidad puede encontrarse en:
1. La naturaleza de la prestación: no admite ser materialmente fraccionada, v.gr., realizar una escultura
(art. 814, inc. a]).
2. El acuerdo de voluntad (también, conocida como indivisibilidad subjetiva): cuando la obligación tiene
por objeto una prestación en sí misma divisible, pero que no lo es porque los que han constituido la
obligación han querido expresa o tácitamente que ella sea exigida como indivisible, como, por ejemplo,
la restitución de un préstamo de dinero otorgado a dos codeudores. En caso de duda sobre si se convino
que la obligación sea indivisible o solidaria, se considera solidaria (art. 814, inc. b]).
3. La ley: es el propio ordenamiento que señala tal característica (art. 815, inc. c]). Constituye un ejemplo
la hipótesis de la indivisibilidad impropia (art. 824), que más adelante estudiaremos.

APLICACIONES: PRESTACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES


Las obligaciones de dar son divisibles:
1. Cuando tienen por objeto la entrega de sumas de dinero o de otras cantidades
2. Cuando se trate de obligaciones de género en las cuales las cosas que deben ser entregadas
comprendan un número de objetos de la misma especie que sea igual al número de acreedores o a su
múltiplo. Ejemplo: se venden mil ovejas a dos, diez o veinte compradores.

En cambio, son indivisibles las obligaciones de dar:


1. Una cosa cierta (art. 815, inc. A): un cuadro, una casa, un traje
2. Cuando se trata de obligaciones de género en las cuales el número de objetos no coincida con el de los
deudores o acreedores o su múltiplo. Ejemplo: se venden diez toros de pedigree a tres compradores.

LEER
Las obligaciones de hacer son en principio indivisibles (art. 815, inc. b]), con excepción de si han sido
convenidas por unidad de medida y el deudor tiene derecho a la liberación parcial, como la construcción de un
muro estipulada por metros (al contrario, cuando la construcción de una obra no es por medida, la obligación es
indivisible).

Las obligaciones de no hacer son también en principio indivisibles (art. 815, inc. c]) y difícilmente se concibe un
caso en que puedan dividirse. VÉLEZ citaba uno, tomado de MARCADÉ: Si una persona se ha obligado a no
desmontar 50 hectáreas de bosque para que el acreedor pueda cazar en ellas, y luego se desmontan 10, la
obligación habrá sido respetada en parte y violada en parte.

Las accesorias resultan indivisibles si la principal lo es (art. 815, inc. d]). La excepción a tal regla se encuentra en
la cláusula penal, pues el art. 799 establece el principio de la divisibilidad: Sea divisible o indivisible la obligación
principal, cada uno de los codeudores o de los herederos del deudor no incurre en la pena sino en proporción de
su parte, siempre que sea divisible la obligación de la cláusula penal. Solamente cabe aplicar la totalidad de la
pena cuando la obligación de la cláusula penal sea indivisible o solidaria, aunque divisible (art. 800).

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Respecto de las obligaciones alternativas, puede ocurrir que unas prestaciones tengan carácter divisible y otras
indivisibles; en tal caso, el carácter divisible o indivisible de la obligación dependerá de la opción del deudor, del
acreedor o de un tercero designado, según sea el caso (art. 780, in fine). Es claro que, si todas las obligaciones
comprendidas en la futura opción son divisibles o todas indivisibles, no será necesario esperar la elección para
determinar el carácter de la obligación.

En cuanto al carácter de las obligaciones facultativas, está determinado, en principio, por el de la obligación
principal. Sin embargo, hay un caso especial: si la prestación principal fuese divisible, hubiese pluralidad de
deudores, y uno de ellos optará por liberarse pagando la obligación accesoria indivisible, será ésta la que
determina la naturaleza de la obligación. A diferencia de las alternativas, en que la naturaleza está
indeterminada hasta el momento de la elección, en este caso está determinada ab initio, aunque luego pueda
variar.

OBLIGACIONES SIMPLEMENTE MANCOMUNADAS


Obligaciones simplemente mancomunadas son aquéllas en la que el crédito o la deuda se fracciona en tantas
relaciones particulares independientes entre sí como acreedores o deudores haya (art. 825). Son obligaciones de
sujeto plural en donde la nota particular se encuentra dada por la presencia de vínculos disociados: cada cuota
activa o pasiva se considera distinta de las demás.
Existen dos especies de obligaciones simplemente mancomunadas:
1. De objeto divisible
2. De objeto indivisible. *

CONCEPTO
Son aquellas en que la prestación debida admite el cumplimiento parcial (art. 805). Ejemplo típico son las
obligaciones de dar sumas de dinero. Debemos advertir que en el supuesto de que la obligación se encuentre
constituida por un solo acreedor y un solo deudor imperará el régimen de las obligaciones indivisibles, aunque la
prestación resulte susceptible de fraccionamiento (art. 807).
Condiciones de divisibilidad
El art. 806 impone una serie de requisitos para considerar que una prestación sea, de acuerdo a derecho,
jurídicamente divisible:
a. Ser materialmente fraccionable, de modo que cada una de sus partes tenga la misma calidad del todo;
de lo contrario, se perdería el carácter homogéneo de la prestación.
b. No quedar afectado significativamente el valor del objeto: habría que descartar dividir en principio un
anillo de diez kilates.
c. No debe ser antieconómico su uso y goce, por efecto de la división; de lo contrario, se quitaría utilidad
a la cosa objeto del fraccionamiento.

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Proporción de la división
En principio y si nada se hubiere estipulado en contrario en el título constitutivo, la obligación se divide en tantas
partes iguales como deudores y acreedores haya (art. 808, párr. 1º). Empero, las partes pueden ser desiguales
(art. 808, párr. 1º, in fine):
a. Si los contratantes hubieran acordado una proporción distinta (por ej., A y B se comprometen a pagar
$ 100.000 a C, suma a la cual A contribuirá con los dos tercios y B con el resto).
b. Si esta distinta proporción resulta de la ley; ejemplo típico de esta hipótesis es la división de las
obligaciones entre los coherederos, que se hace en proporción a la porción hereditaria de cada uno

EFECTOS DE LA DIVISIBILIDAD
Las diversas consecuencias surgen a partir de la regla básica de que cada uno de los deudores tiene respecto de
cada uno de los acreedores una obligación separada e independiente (art. 808, párr. 2º).
a. Exigibilidad: Cada uno de los acreedores no podrá exigir de cada uno de los deudores sino la parte que le
corresponde en la obligación, pues solamente tienen derecho a su cuota.
b. Pago: Cada deudor sólo está obligado a pagar su parte en la deuda, su cuota (art. 808).
c. Insolvencia: Si alguno de los deudores fuera insolvente, resultará perjudicado el acreedor; los codeudores
sólo están obligados por la parte que a ellos les correspondía, no responden por la insolvencia de los demás
(art. 808, in fine).
d. Prescripción: La prescripción corre separadamente para cada uno de los deudores; la suspensión o
interrupción de aquélla, que favorece a uno de los deudores, no tiene influencia respecto de los demás
(arts. 2540 y 2549).
e. Mora y factores de atribución: La mora o los factores de atribución imputable a alguno de los deudores no
tiene efecto respecto de los demás.
f. Cláusula penal: Si la obligación divisible contuviese cláusula penal, sólo incurrirá en la pena el deudor que ha
incumplido y solamente por la parte que le corresponda (art. 799).

DERECHO AL REINTEGRO
¿Qué ocurre si el deudor ha pagado más de lo que su cuota de responsabilidad le exige? ¿Le es posible exigir el
reembolso del excedente al acreedor que ha recibido el pago?
Habrá que ponderar el aspecto volitivo de la actuación del deudor:
1. Si lo hizo intencionalmente, a sabiendas que en la demasía paga una deuda ajena, no puede repetir
contra el acreedor. Sin embargo, se da un supuesto de pago por subrogación. Por ello, el art. 810, inc. a),
ordena aplicar los preceptos que regulan la subrogación por ejecución de la prestación por un tercero.
2. Si actúa sin causa, pues estima que es deudor del todo, le es posible solicitar el reintegro del excedente;
el art. 810, inc. b), remite en esta hipótesis a las reglas del pago indebido. Amerita igual solución si el
acreedor ya percibió la demasía, como cuando antes ha cobrado las otras cuotas de responsabilidad de
los otros codeudores.

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EXCEPTIO NON ADIMPLETI CONTRACTUS
Se llama así una defensa propia de los contratos bilaterales (en los cuales ambas partes tienen derechos y
obligaciones recíprocas) según la cual la parte demandada por cumplimiento del contrato puede oponerse al
progreso de la acción demostrando que el demandante no ha cumplido tampoco con sus obligaciones. Se
encuentra disciplinada en el art. 1031. Hemos tratado esta figura en otro lugar (BORDA, Alejandro, Derecho Civil.
Contratos, La Ley, 2016, nro. 222 y ss.).
Basta decir acá que la divisibilidad de la obligación no permite el cumplimiento parcial de los contratos; si una de
las partes pretendiera hacerlo, la otra podría oponerle la exceptio. Ejemplo: el comprador que ha adquirido 100
metros de tela a $ 10.000 no puede exigir que, pagando $ 5.000 se le entreguen 50 metros. Mientras no cumpla
con todas sus obligaciones, no puede exigir el cumplimiento, sea parcial o total, de las obligaciones de la otra
parte.

*OBLIGACIONES DE OBJETO INDIVISIBLE


Debe considerarse como obligaciones indivisibles aquéllas que no sean susceptibles de cumplimiento parcial
(art.813).
Normativa subsidiaria
Dado la semejanza que existe entre las obligaciones solidarias e indivisibles, el art. 823 ordena la aplicación
subsidiaria de los preceptos que gobiernan a la primera en el ámbito de la segunda. Como consecuencia de esta
remisión, entre otros ejemplos, opera el principio de prevención (art. 845) en las obligaciones indivisibles.

EFECTOS ENTRE LAS PARTES


Cuando la obligación tiene un objeto indivisible, la situación de las partes varía radicalmente. La misma
naturaleza de la prestación impide el cumplimiento parcial; la división de la deuda se ha hecho imposible. Esta
situación de hecho tiene las siguientes consecuencias jurídicas:
a. Exigibilidad: Cualquiera de los acreedores puede exigir a cualquiera de los deudores la totalidad del pago, o
a todos ellos, de manera simultánea o sucesiva (art. 816). No podría ser de otra manera, puesto que estas
obligaciones no son susceptibles de pago parcial. Así, por ejemplo, si dos anticuarios venden a un cliente un
cuadro de El Greco, éste puede exigir la obra a cualquiera de ellos o a los dos de manera conjunta
Esta regla admite, sin embargo, una excepción: cuando, tratándose de obligaciones de no hacer, uno de
los codeudores no cumple, sólo él soporta los efectos de los daños causados, por ser el autor del ilícito.
b. Pago: El pago hecho por cualquiera de los deudores a cualquiera de los acreedores libera a los demás.
Cualquiera de los codeudores goza del derecho de cumplir la prestación debida a cualquiera de los
acreedores (art. 817). Así, por ejemplo, si A y B venden a C y D un cuadro de El Greco, y A lo entrega a D, B
queda liberado de su obligación y C nada podrá reclamar a ninguno de los deudores.
c. Insolvencia: La insolvencia de uno de los codeudores no impide al acreedor exigir a los demás codeudores el
cumplimiento íntegro de la obligación dado que no admite fraccionamiento. Mientras en las obligaciones
simplemente mancomunadas de objeto divisible dicha insolvencia perjudica al acreedor, en este caso
perjudica a los codeudores, que luego de hacer el pago habrán perdido la posibilidad de obtener del
insolvente el pago de su contribución en la deuda.
d. Prescripción: Los efectos de la prescripción alcanzan a todos los codeudores ya que cabe que sea invocada
por cualquiera de los deudores contra cualquiera de los acreedores (art. 822, párr. 1º).

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RELACIONES DE LOS COACREEDORES Y CODEUDORES ENTRE SÍ
Hemos dicho ya que, en las relaciones entre acreedores y deudores, cada uno de los acreedores puede exigir de
cada uno de los deudores la totalidad de la prestación debida (art. 816). Esto no significa, sin embargo, que el
acreedor que haya recibido la totalidad del pago sea el beneficiario exclusivo de la prestación, y que el deudor
que lo haya hecho deba soportar exclusivamente sus consecuencias.
Frente a los coacreedores, cada deudor debe el total; frente a los codeudores, cada acreedor puede exigir el
total (relaciones externas). Pero una vez hecho el pago, el deudor que lo ha realizado puede exigir de sus
codeudores la contribución que a ellos les corresponde en el pago de la deuda; y, por su parte, los coacreedores
no pagados podrán exigir del acreedor que recibió el pago la entrega de la parte, cuota de participación, que a
ellos les corresponde (relaciones internas).
Si la indivisibilidad de la obligación resulta por la naturaleza de la prestación, la liquidación de los derechos entre
los coacreedores deberá hacerse siguiendo el procedimiento de la división del condominio, si los interesados no
acordasen otro. Hay que tener en cuenta que el art. 1996 que versa sobre el derecho real del condominio remite
a los preceptos que gobiernan la división de la comunidad hereditaria en cuanto se tornen pertinentes. Si la
indivisibilidad obedece a una fuente convencional, se podrá proceder a la división en la misma especie.

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OBLIGACIONES SOLIDARIAS
La obligación es solidaria cuando el cumplimiento total de la prestación puede exigirse a cualquiera de los
deudores por cualquiera de los acreedores, en razón del título constitutivo o de la ley. El art. 827 indica que la
noción brindada presupone una pluralidad de sujetos y una causa única que las origina. El efecto fundamental es
el mismo que en las obligaciones indivisibles; pero en nuestro caso, la posibilidad de reclamar la totalidad no
deriva de la naturaleza de la prestación, sino de la voluntad de las partes o de la ley.

CARACTERES.
a. Unidad de prestación: Cualquiera sea el número de acreedores o deudores, lo debido es una sola cosa.
b. Pluralidad e independencia de vínculos: La unidad de prestación no impide que los vínculos que unen a
acreedores y deudores sean distintos e independientes. Esta independencia de vínculos da lugar a las
siguientes consecuencias
1. La obligación puede ser pura y simple para alguno de los deudores y sujeta a condición, plazo o
cargo, para los otros (art. 830).
2. Si una obligación es nula respecto de uno de los acreedores (por ej., porque es incapaz o por su
capacidad restringida), conserva su validez respecto de los demás (art. 830).
3. Uno de los deudores puede ser exonerado de su parte en la deuda, manteniéndose la obligación
para los restantes (art. 837).
c. Unidad de causa: Como indica el art. 827, también la unidad de causa constituye un carácter esencial de
las obligaciones solidarias, pues de lo contrario (y aun en la hipótesis de que los deudores estuvieren
obligados por el todo) nos encontraríamos en presencia de obligaciones concurrentes, que resultan otra
categoría dentro de la clasificación de las obligaciones, que veremos más adelante (nro. 313 y ss.).
d. Es de carácter excepcional: El régimen normal es la simple mancomunación; para que haya solidaridad
ella debe estar expresamente contenida en el título constitutivo de la obligación o surgir
inequívocamente de la ley (art. 828).

ESPECIES
Hay dos tipos de solidaridad tratadas en el Código Civil y Comercial:
1) Activa: cuando existe más de un acreedor, pero un solo deudor.
2) Pasiva: cuando se encuentra obligado más de un deudor a cumplir la prestación al único acreedor. La
doctrina, por su parte, se refiere a la pluralidad de acreedores y de deudores como un caso de
solidaridad mixta.

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JUSTIFICACIÓN Y FINALIDAD
La solidaridad pasiva (que es la forma más frecuente e importante de la solidaridad) tiene por objeto asegurar al
creedor el pago de su crédito, poniéndolo a resguardo contra la posible insolvencia de alguno de los deudores;
importa, por tanto, una garantía personal. Tiene, además, para el acreedor la gran ventaja de que, en caso de
incumplimiento, no se verá obligado a intentar tantos juicios como deudores haya (como tendría que hacerlo si
la obligación fuera simplemente mancomunada), sino que le bastará con demandar a uno de ellos por el total.
En cuanto a la solidaridad activa, tiene para los coacreedores la ventaja de que cualquiera de ellos puede actuar
en beneficio de los restantes para demandar el pago total; funciona, por tanto, como un poder recíproco que
facilita el cobro (art. 829)

FUENTES
La solidaridad puede tener su origen en el título constitutivo de la obligación (contrato o testamento, por
ejemplo) o en la ley (art. 828). El Código Civil y Comercial no hace mención alguna a la sentencia que tenga
autoridad de cosa juzgada, como lo hacía el art. 700del Código Civil de VÉLEZ. La supresión es elogiable dado que
los jueces no hacen sino declarar el derecho de las partes y no podrían condenar solidariamente a los
demandados al pago de una deuda si tal solidaridad no surge del título constitutivo de la obligación o de la ley.

CARÁCTER EXPRESO DE LA SOLIDARIDAD


Según el art. 828 la solidaridad debe surgir inequívocamente de la ley o del título constitutivo de la obligación.
Esto no significa que sea necesario utilizar términos sacramentales; basta con que resulte muy claramente la
voluntad de obligarse solidariamente, como ocurriría si los deudores declaran asumir compromisos por la
totalidad o se obliga cada uno por el todo o el uno por los otros, etcétera. La solidaridad de la obligación
también puede nacer, como ya hemos dicho, de la declaración expresa de la ley.

PRUEBA DE LA SOLIDARIDAD
Puesto que la solidaridad no se presume (art. 828), quien alega la que tiene su origen en el título constitutivo de
la obligación, tal como el contrato o el testamento, debe probarla. La que surge de la ley no requiere prueba,
puesto que el derecho se invoca, no se prueba. Ninguna duda existe de que la solidaridad puede probarse por
testigos, a menos que una disposición legal establezca un medio especial (art. 1019). Cabe acreditar la
solidaridad en los contratos formales mediante testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido
cumplida la formalidad o de existir principio de prueba instrumental o comienzo de ejecución (art. 1020).

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EXTINCIÓN DE LA SOLIDARIDAD
La solidaridad se extingue por renuncia del acreedor. Bien entendido que nos referimos a la renuncia a la
solidaridad en sí misma, que no implica renunciar el crédito. En otras palabras: una cosa es renunciar al crédito y
otra a la solidaridad. De esta última nos ocuparemos aquí. Ahora bien: el Código Civil y Comercial contempla la
extinción absoluta (por la cual todos los deudores quedan liberados de la solidaridad dado que el acreedor
renuncia expresamente a ese carácter en beneficio de todos ellos; el art. 836 indica que la deuda se transforma
en simplemente mancomunada) y también la relativa, que solamente libera al beneficiario. En este último caso,
la deuda continuará siendo solidaria para todos los restantes deudores, pero con deducción de la parte que
correspondía al liberado (art. 837). Ejemplo: A, B y C deben $ 300.000 a D, quien libera de la solidaridad a C; A y
B permanecen como deudores solidarios, pero sólo por $ 200.000.
La renuncia puede ser expresa o tácita. La primera exige una declaración de voluntad de renunciar; la segunda
resulta de reclamar a uno de los deudores sólo su parte o de recibir de ellos el pago de esa parte. Desde ese
momento no podrán reclamar ya de los restantes deudores el pago total de la deuda, sino que habrá que
deducir lo reclamado o recibido en pago (art. 837). Debemos acotar que la extinción absoluta debe obedecer
siempre a una renuncia expresa por las consecuencias gravosas que conlleva: hacer desaparecer el carácter
solidario; por el contrario, la extinción relativa puede ser producto de una renuncia tácita.

La incapacidad o capacidad restringida de uno de los acreedores o deudores no obsta para que la obligación
mantenga su carácter solidario respecto de los demás; esto es, no perjudica ni aprovecha al resto de los
integrantes de la obligación (art. 830).

SUPUESTO DE OBLIGACIONES SUJETAS A MODALIDADES


En nuestro derecho, la obligación puede ser, por ejemplo, pura y simple para uno de los deudores o acreedores
y sujeta a plazo o condición para los otros, o pagadera en un lugar para unos y en otro para los restantes. El art.
830 indica que la existencia de modalidades no perjudica ni beneficia la situación del resto de los integrantes de
la obligación.
Las principales consecuencias de esta regla, en orden a la solidaridad pasiva, son las siguientes:
a) El acreedor no puede, antes de cumplirse el plazo suspensivo o la condición suspensiva, reclamar el
pago del deudor que tuviere ese beneficio a favor de él; en cambio, puede reclamar la totalidad de la
deuda (inclusive la parte del deudor condicional o a plazo) de los restantes deudores.
b) Pagada la deuda por un codeudor, éste no puede reclamar la contribución del deudor a plazo
suspensivo o condición suspensiva, mientras éstos no se hayan cumplido; en cambio, no cabe duda que
puede exigir de los otros codeudores simples y llanos la parte que corresponde al beneficiado con plazo
o condición.
c) Pagada la deuda por un deudor bajo condición resolutoria y cumplida la condición, podrá repetir el pago
del acreedor.
d) La quita, novación o remisión de deuda hecha en favor de uno de los deudores simples y llanos favorece
al deudor bajo plazo o condición, y viceversa.

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OBLIGACIONES CONCURRENTES
Las obligaciones concurrentes han sido definidas en el art. 850 como aquéllas en las que varios deudores deben
el mismo objeto en razón de causas diferentes.

CARACTERES
Las obligaciones concurrentes presentan los siguientes caracteres.
a) Pluralidad necesaria de deudores: constituye un presupuesto insoslayable la existencia de más de un
miembro en el polo pasivo al presentar más de una causa que justifican diversos vínculos.
b) Identidad en el objeto: la prestación debida resulta ser la misma, cualquiera sea el deudor que la
cumpla.
c) Diversidad de causas: esta nota primordial es la que explica todos los rasgos destacados de las
obligaciones concurrentes.

RÉGIMEN LEGAL
a) Existencia necesaria de más de un deudor: la concurrencia de varias causas conecta a la idea de que el
polo pasivo se encuentre indefectiblemente constituido por más de un deudor.
b) Cobro: Goza el acreedor de la facultad de solicitar el cumplimiento de la prestación debida a uno, varios
o a todos los codeudores, de manera simultánea o sucesiva (art. 851, inc. a]).
c) Modos extintivos: La clave para encontrar una respuesta adecuada radica en ver si se ha satisfecho el
interés del acreedor:
1. El pago realizado por alguno de los codeudores provoca la extinción de la obligación principal, lo que
implica que se extingue la obligación de los demás obligados concurrentes (art. 851, inc. b]).
2. La dación en pago, la transacción, la novación y la compensación realizadas con uno de los deudores
concurrentes, en tanto satisfagan íntegramente el interés del acreedor, extinguen la obligación de
los otros obligados concurrentes o, en su caso, la extinguen parcialmente en la medida de lo
satisfecho (art. 851, inc. c]). Por ejemplo, si el acreedor acepta un objeto distinto al debido a través
de la dación en pago, se encuentra cumplido su interés de manera acabada.
d) Prescripción: Al haber distintas causas, la prescripción de cada deuda, y las interrupciones o
suspensiones que pudieran haberse producido, resultan independientes. No presentan efectos
propagativos hacia los demás codeudores (art. 851, inc. e]).
e) Mora: La mora sólo tiene efectos personales. Por ello, el art. 851, inc. f), dispone que la mora de uno de
los deudores no produce efectos expansivos con respecto a los otros codeudores.
f) Factores de atribución: También son personales, v.gr., la culpa de uno de los deudores en la pérdida de
la cosa debida no compromete la responsabilidad de los restantes.
g) Cosa juzgada: Se aplica similar orden de ideas al ponderado al analizar las obligaciones indivisibles y
solidarias.

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La sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada dictada contra uno de los codeudores no es oponible
a los demás, pero éstos pueden invocarla cuando no se funda en circunstancias personales del codeudor
demandado (art. 851, inc. g]).
Para concluir, debe señalarse que todas las reglas que acabamos de reseñar son de aplicación siempre
que no exista una disposición especial en contrario (art. 851, párr. 1º).
Dado la gran semejanza que ofrecen, el art. 852 dispone que las normas relativas a las obligaciones
solidarias resultan ser subsidiariamente aplicables a las obligaciones concurrentes.

DIFERENCIAS ENTRE LAS OBLIGACIONES CONCURRENTES Y SOLIDARIAS


 Solamente encontraremos en las obligaciones concurrentes pluralidad de sujetos pasivos
 La principal distinción radica en que en las obligaciones concurrentes hay pluralidad de causas y en las
solidarias existe una sola. Consecuentemente, no coinciden en sus efectos:
a) La prescripción operada en favor de un codeudor concurrente no beneficia al otro, y a la inversa, la
interrupción de la prescripción respecto de uno de ellos no perjudica al otro (art. 851, inc. E]); por el
contrario, tales contingencias se propagan en las obligaciones solidarias (arts. 2540 y 2549);
b) Los factores de atribución se tornan personales en las obligaciones concurrentes, v.gr., la culpa de
uno de los obligados en la pérdida de la cosa debida no compromete la responsabilidad de los
restantes; ocurre lo opuesto en el ámbito de las obligaciones solidarias (art. 838).
c) La mora de uno de los deudores concurrentes no constituye en tal estado a los otros (art. 851, inc.
F]); por el contrario, la mora de un codeudor solidario se propaga hacia los demás (art. 838);
d) Se extingue totalmente o parcialmente la obligación concurrente dependiendo si se ha satisfecho de
manera acabada el interés del acreedor o no, v.gr., la renuncia al crédito a favor de uno de los
codeudores no hace desaparecer la obligación concurrente (art. 851, inc. D]); en las obligaciones
solidarias, los medios extintivos comunican sus efectos, sin necesidad de que se vea satisfecho el
interés del acreedor, al existir la regla de la representación (art. 829); por ejemplo, la renuncia
realizada a favor de un codeudor provoca la desaparición de la obligación (art. 835, inc. B]).
e) Mientras en las obligaciones solidarias la deuda es soportada, salvo pacto en contrario, por partes
iguales entre todos los codeudores (art. 841, párr. Final), en las obligaciones concurrentes no ocurre
ello y, por lo general, es uno sólo de los deudores el que en definitiva soporta el peso de la deuda.

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OBLIGACIONES DISYUNTIVAS
Son aquéllas que pueden ser exigidas por uno de varios acreedores o cumplidas por uno de varios deudores.

CARACTERES
Las obligaciones disyuntivas tienen los siguientes caracteres.
a) Indeterminación provisional de sujetos: inicialmente se presenta una pluralidad de personas en alguno
de los polos de la obligación. Se torna provisoria dado que, al llevarse a cabo la elección, quedan
excluidos de la relación jurídica todos aquellos sujetos que no fueron seleccionados.
b) Identidad en el objeto: la prestación debida resulta ser la misma, cualquiera sea el acreedor o deudor
seleccionado.
c) Identidad de causa.
d) Condicionalidad: opera una condición resolutoria respecto a la pluralidad inicial de sujetos. Consiste el
hecho condicionante en que un acreedor sea elegido o un deudor sea seleccionado, para que el resto
quede marginado de la relación jurídica.

ESPECIES
Dependiendo del polo en el cual concurra la pluralidad de sujetos, encontramos obligaciones disyuntivas
pasivas, en las que la prestación debe ser cumplida por uno de varios deudores, u obligaciones disyuntivas
activas, en donde la prestación será a favor de uno de varios acreedores.

RÉGIMEN LEGAL
Las obligaciones disyuntivas están sujetas subsidiariamente a los preceptos que gobiernan a las obligaciones
mancomunadas (art. 855).

ELECCIÓN
Si se trata de una obligación disyuntiva pasiva, el acreedor indica cuál de los sujetos debe realizar el pago (art.
853, 1ª parte), salvo que mediante una estipulación expresa se haya decidido que la labor de selección será
realizada por un deudor, la pluralidad de deudores o un tercero.
Si fuese una obligación disyuntiva activa, en principio, le compete al deudor elegir a quien le realizará el pago
(art. 854, 1ª parte). A través de una estipulación en contrario, la selección puede recaer en un acreedor,
pluralidad de acreedores o un tercero.

INEXISTENCIA DE LAS REGLAS DE PARTICIPACIÓN O CONTRIBUCIÓN.


La falsa pluralidad que elimina la elección explica la razón por la que no se aplican las pautas de participación o
contribución que han sido objeto de estudio en las obligaciones mancomunadas y en las solidarias.
En la obligación disyuntiva pasiva, el deudor que paga no puede solicitar reembolso alguno a los otros
coobligados (art. 853, in fine). En la obligación disyuntiva activa, el acreedor que recibe la prestación debida no
está obligado a participarla con los que integraron inicialmente la pluralidad (art. 854, in fine).

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OBLIGACIONES DE MEDIOS Y RESULTADOS.
En las obligaciones de medios se procura que el deudor se comprometa a llevar a cabo una conducta diligente,
dirigida a un resultado querido por el acreedor, pero que no es garantizado. La ocurrencia del resultado depende
en mayor o menor medida de hechos contingentes. Ejemplo típico es la curación de un enfermo, situación que el
médico que lo trata no puede prometer.
En las obligaciones de resultado se busca la satisfacción del acreedor a través de la consecución de un fin; hay
incumplimiento si no se obtiene cierto opus. Se configura la expectativa de un resultado exitoso. Encontramos
un ejemplo cabal en las obligaciones de dar donde el interés del acreedor se cumple a través de la entrega del
objeto prometido.

PAUTAS DE DISTINCIÓN
El encuadre como obligación de medio o resultado dependerá muchas veces de la calificación que hagan las
partes al ejercer la autonomía de la voluntad. Otras veces será la ley o los usos y costumbres quienes indicarán
en que categoría se encuentran. En ausencia de previsión legal y normativa, se torna menester recurrir a
parámetros tales como la aleatoriedad del resultado, el riesgo contractual, la buena fe, la confianza, etc.

PLANTEO DEL PROBLEMA EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL.


El referido Código ha dedicado preceptos a fin de dilucidar las cuestiones planteadas. Muchas de ellas, como
dijimos, han perdido entidad.
Se encuentra referencia a las obligaciones de medio y de resultado:
1) En el régimen de las obligaciones: Ya hemos analizado los tres incisos del art. 774 al cual remitimos
(véase nro. 243).
2) En los factores de atribución: El art. 1723 señala que cuando de las circunstancias de la obligación, o de
lo convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener un resultado determinado, su
responsabilidad es objetiva. Se ha inclinado el legislador por vincular a las obligaciones de resultado con
criterios de imputación objetivo.
Sin embargo, la problemática de la carga de la prueba ha perdido cierta entidad en orden a que el art. 1735
faculta al magistrado a distribuir la labor probatoria entre las partes, ponderando quien se halla en mejor
situación de aportarla.

TRANSMISION DE LAS OBLIGACIONES.


Hay transmisión de la obligación según Colmo, toda vez que la misma cambia de sujetos, sin alterarse. La
transmisión de la obligación es, por consiguiente, el acto por el cual se la transfiere a otra persona sea en su
aspecto activo (cesión de crédito, pago con subrogación), sea en su aspecto pasivo (asunción de deuda. Se
opera, entonces, una sucesión en la persona del acreedor o del deudor.
El nuevo acreedor o el nuevo deudor, según el caso, ocupa el lugar del anterior, sin que se produzca cambio
alguno en los demás elementos de la obligación. La prestación y la causa continúan siendo las mismas.
Clases de transmisión.
 A título universal o a título particular (según la extensión del título)
 Legal o voluntaria (de acuerdo al origen)
 Por acto entre vivos o «mortis causa» (según la causa de la transmisión).

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PRINCIPIO GENERAL, LIMITACIONES
La regla general que impera en materia de transmisión, es que todos los derechos y obligaciones son
transmisibles. El art. 398 del CCCN dispone en torno a la transmisibilidad, que: “Todos los derechos son
transmisibles except estipulación válida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe
trasgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas costumbres”.
Este principio es reiterado, a su vez, en el art 1616 del CCCN que establece: “Todo derecho puede ser cedido,
excepto que lo contrario resulte de la ley, de la convención que lo origina, o de la naturaleza del derecho”. :

LIMITACIONES:
 Por naturaleza del derecho y/o de la obligación.
 Por voluntad de las partes.
 Por disposición legal.

CESIÓN DE DERECHOS. CESIÓN DE CRÉDITO.


La cesión de derechos es una de las formas de transmisión, que está definida en el art. 1614 del CCCN: “Hay
contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un derecho. Se aplican a la cesión de derechos
las reglas de la compraventa, de la permuta o de la donación, según que se haya realizado con la contrapres
tación de un precio en dinero, de la transmisión de la propiedad de un bien, o sin contraprestación,
espectivamente, en tanto no estén modificadas por las de este Capítulo”.

Naturaleza jurídica: La cesión de créditos (como sub especie de la cesión de derechos) es considerada en
nuestro código como un contrato nominado en el Cap. 26 del Título IV del Libro III.

CARACTERES.
 Consensual.
 Formal no solemne.
 Unilateral o bilateral.
 Conmutativo.

SUJETOS DE LA CESIÓN DE CRÉDITO. CAPACIDAD


En la cesión de créditos son partes únicamente el cedente o acreedor primitivo—que es quien transmite el
crédito y el cesionario —quien lo recibe— que pasa-rá a ocupar el lugar del cedente en la relación obligacional.
Por ende, debe quedar claro que el deudor cedido no es parte del contrato de cesión de crédito, ysi bien la
transmisión efectuada le concierne, reviste el carácter de tercero respecto de ella, hasta que se le notifique la
cesión efectuada; por lo tanto, los efectos del acto no le serán oponibles hasta ese momento (art, 1620 CCC).

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EFECTOS ENTRE PARTES
Los efectos entre el cedente y el cesionario se producen, por el mero consentimiento de ellos expresado en
forma escrita y con las formalidades exigidas por la ley en cada caso concreto, y tal como lo determina el art.
1619 del CCCN, el cedente debe entregar al cesionario los documentos probatorios del derecho cedido que se
encuentren en su poder, si el crédito cedido estuviera documentado. Es decir, para que produzca efectos entre
partes la cesión de créditos, no es necesaria la notificación al deudor, sino que basta el consentimiento entre
ellas y la entrega del instrumento si existiera; la notificación al deudor cedido solo es indispensable para que la
cesión celebrada surta efecto respecto del solvens y de terceros que tengan algún interés legítimo al respecto.

Obligaciones exclusivas del cedente. (frente al cesionario)


 Debe transmitir el crédito al cesionario por su monto total.
 Responde ante cesionario por la garantía de evicción si la cesión es a título oneroso.
 Es caso de tratarse de una sesión parcial el cedente debe entregar al cesionario una copia certificada de
dichos documentos (art. 1619)

OBLIGACIONES EXCLUSIVAS DEL CESIONARIO.


 Pagar la contraprestación a su cargo.
 Abonar los gastos de la cesión. (disp. de partes)

OBLIGACIONES COMUNES.
El cedente debe notificar al deudor cedido a fin de que el solvens adquiera certeza respecto de a quién debe
pagar.

EFECTOS ENTRE EL CESIONARIO Y EL CEDIDO.


Debe cumplirse la notificación de la cesión del crédito (medio fehaciente)
Art. 1620

EFECTOS ENTRE EL CEDENTE Y EL DEUDOR CEDIDO.


a. Si no ha habido notificación, el pago efectuado por el deudor cedido al cedente es válido (y oponible al
cesionario) y libera al deudor.
b. Si ha mediado notificación o aceptación de la cesión, el deudor solo puede pagarle al cesionario.

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EFECTOS CON RELACIÓN A TERCEROS.
Debemos afirmar, que se consideran terceros respecto de la cesión de créditos:
 El deudor cedido (no es parte en el contrato de cesión, pero sí lo es en el crédito que se transmite);
 Los acreedores del cedente (pueden ver alterado el patrimonio de su deudor con motivo de la cesión del
crédito);
 Y los cesionarios sucesivos del mismo crédito (art, 1622, CCCM).
Todos estos sujetos son considerados terceros con interés legítimo en contestar la cesión para conservar
derechos adquiridos después de ella, por lo tanto —respecto de ellos— la propiedad del crédito no resulta
transmisible al cesionario, sino por la notificación del traspaso al deudor cedido o por la aceptación de la
transferencia de parte de este (art, 1620, CCCM).

EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES


Los Capítulos 4 y 5 del Título I del Libro Tercero regulan los modos de extinción de las obligaciones.
a) el pago;
b) la compensación;
c) la confusión;
d) la novación;
e) la dación en pago;
f) la renuncia;
g) la remisión;
h) la imposibilidad del pago.
A estos modos, pueden agregarse otros tales como el cumplimiento de la condición resolutoria y del plazo
resolutorio, la muerte o incapacidad del deudor, cuando se trata de obligaciones intuitu personae, vale decir que
no se transmiten a los herederos como, por ejemplo, la contraída por un pintor de hacer un retrato; y la
transacción.

a. PAGO
Significa el cumplimiento por el deudor de la prestación debida, trátese de una obligación de dar o de hacer, e,
incluso, de no hacer. Así, por ejemplo, la entrega de un inmueble prometida en un contrato de compraventa, la
realización y entrega de un retrato, el pago de una suma de dinero. (art. 865).

NATURALEZA JURÍDICA
El art. 259 dispone: el acto jurídico, es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. Añádase a ello que el art. 866 establece que las
reglas de los actos jurídicos se aplican al pago, con sujeción a las disposiciones del Capítulo 4 (que versa sobre el
pago).

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REQUISITOS GENERALES DE VALIDEZ
Para que el pago sea válido se requiere:
a. Que el que hace el pago y el que lo recibe sean capaces
b. Que el solvens o pagador sea titular del derecho o cosa que transmite en pago y que esté habilitado
jurídicamente para enajenarla
c. Que el pago no haya sido hecho en fraude de otros acreedores, pues en tal caso los perjudicados
tienen a su disposición la acción pauliana o revocatoria y, en su caso, las acciones previstas por la ley
concursal (art. 876). El pago hecho en fraude de otros acreedores se da cuando el deudor abusa de su
derecho a pagar y el acreedor que recibe el pago es una suerte de cómplice de la acción.

SUJETOS DEL PAGO.


Pagador o solvens
a. Ante todo, por el propio deudor (art. 879); es lo normal y lógico. La propia norma añade que, si hay
varios deudores, el derecho de pagar de cada uno se rige por las disposiciones correspondientes a la
categoría de su obligación
b. Por los terceros que tengan interés en el cumplimiento de una obligación, interés que nace del hecho de
que el incumplimiento del deudor, puede causarles un menoscabo patrimonial (art. 881).
c. Por terceros no interesados. Los terceros no interesados —esto es, quienes en verdad carecen de un
interés preciso en el cumplimiento de la obligación— pueden pagar válidamente no sólo con el
consentimiento, sino también en la ignorancia y aun en contra de la voluntad del deudor. Sin embargo,
no pueden hacerlo en contra de la voluntad conjunta del deudor y del acreedor (art. 881). Tampoco
pueden hacer el pago cuando se trata de un caso en el cual se han tenido en cuenta particularmente las
condiciones especiales del deudor (art. citado), por tratarse de una obligación intuitu personae.

CAPACIDAD PARA PAGAR


Establece el art. 875 que el pago debe ser realizado por personas con capacidad para disponer. Son capaces para
pagar todas las personas que no estén categorizadas como incapaces de ejercicio (art. 24); es decir, personas
por nacer, personas que no cuentan con la edad y grado de madurez suficiente en los términos de los arts. 25 a
30 del Código Civil y Comercial, y las personas declaradas incapaces por sentencia judicial y en la extensión
dispuesta.

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SUJETO PASIVO
Según el art. 883, el pago —para que tenga efecto extintivo del crédito— debe hacerse:
1. Al acreedor, o a su cesionario o subrogante (art. 883, inc. a], 1ª parte).
2. Si hay varios acreedores, al acreedor que corresponda, según el derecho al cobro de cada uno de ellos,
que se rige por las disposiciones pertinentes a la categoría de su obligación (art. 883, inc. a], 2ª parte).
3. A la orden del juez que dispuso el embargo del crédito (art. 883, inc. b]).
4. Al tercero indicado para recibir el pago, en todo o en parte (art. 883, inc. c]). Es un caso de
representación voluntaria, pues la persona indicada para recibir el pago, ha sido elegida por el acreedor.
5. A quien posee el título del crédito extendido al portador, o endosado en blanco, excepto sospecha
fundada de no pertenecerle el documento, o de no estar autorizado para el cobro (art. 883, inc. d])
6. Al acreedor aparente, si quien realiza el pago actúa de buena fe y de las circunstancias resulta verosímil
el derecho invocado (art. 883, inc. e]); el pago es válido, aunque después sea vencido en juicio sobre el
derecho que invoca. (Ej. art. 367, inc. b]

CAPACIDAD PARA RECIBIR EL PAGO


No es válido el pago realizado a una persona incapaz, o con capacidad restringida no autorizada por el juez para
recibir pagos (art. 885). Se trata de una medida tuitiva; se procura evitar que el pago vaya a dar a manos de
quien no tiene discernimiento (los supuestos del art. 24) o cuya capacidad para recibir pagos ha sido restringida
judicialmente (art. 32), con el consiguiente peligro de que lo dado en pago sea invertido o usado
desatinadamente.

OBJETO DEL PAGO


De lo que se debe dar en pago, principios de identidad e integridad.
a. El deudor está obligado no sólo a lo que formalmente esté expresado en el título de la obligación sino
también a todas las consecuencias virtualmente comprendidas en ella;
b. Que, si bien el deudor tiene el derecho a la prestación íntegra, no debe llevar su rigor a extremos que
resultan repugnantes a la buena fe o constituyan un verdadero abuso del derecho.
Para que el pago sea exacto, debe ajustarse a los principios de identidad e integridad (art. 867)

Principio de identidad: El acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene derecho a cumplir una
prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor (art. 868). Con otras palabras, si se trata de una obligación
de dar, el deudor debe entregar al acreedor la cosa que prometió, y éste no puede ser obligado a recibir una
distinta, aunque sea de igual o mayor valor.
Principio de integridad: El pago debe ser íntegro; el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto
disposición legal o convencional en contrario (art. 869, 1ª parte). Y si se debiese una suma de dinero con
intereses, el pago no se estimará íntegro sino pagándose todos los intereses con el capital (art. 870). Es una
solución lógica.

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LUGAR DE PAGO
Para precisar el lugar donde debe ser pagada la obligación es necesario atenerse, ante todo, a la voluntad de las
partes (art. 873). Si éstas hubieran designado el lugar, la obligación deberá cumplirse allí. Esa designación puede
hacerse en forma expresa o tácita; ejemplo de esta última sería un contrato por el cual una persona asume la
administración de una estancia, de un establecimiento comercial, etcétera. Es evidente que deberá cumplir sus
obligaciones en el lugar en que está situado el establecimiento.
El lugar de pago puede ser designado en el contrato o posteriormente. Por último, aunque se hubiera designado
un lugar determinado, el acreedor puede aceptarlo en cualquier otro, si el deudor quisiera hacerlo allí, por
tratarse de preceptos no imperativos.
Si se hubiera fijado como lugar de pago el domicilio del acreedor, y éste se mudare, el deudor podrá exigir
realizar el pago en el domicilio actual del acreedor o en el anterior (art. 874, párr. 1º, in fine).

Para el caso de que no hubiera lugar designado en el contrato, la ley fija el lugar de pago, distinguiendo diversas
hipótesis (art. 874):
 Obligaciones de dar una cosa cierta: El pago debe hacerse en el lugar en que la cosa se encuentra
habitualmente.
 Obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo : El pago debe hacerse en el lugar donde deba
cumplirse la prestación principal.
 En las demás obligaciones: El pago debe hacerse en el domicilio del deudor al tiempo del nacimiento de
la obligación. ¿Qué ocurre si se muda? El acreedor estará facultado para exigir el pago en el domicilio
actual del deudor o en el anterior.

ÉPOCA DEL PAGO


 Si la obligación es de exigibilidad inmediata, el pago debe hacerse en el momento de su nacimiento
(art. 871, inc. a]). En efecto, estas obligaciones son exigibles desde el momento mismo de su nacimiento
y el deudor debe cumplir cuando el acreedor lo pida.
 Si el plazo está determinado, sea cierto o incierto, el pago debe hacerse el día de su vencimiento (art.
871, inc. b]). El plazo es cierto cuando fue fijado para terminar en determinado año, mes o día, o cuando
comenzó a correr desde la fecha de la obligación o de otra fecha cierta; por ejemplo, cuando el
vencimiento de la obligación se fija para el día 5 de febrero de 2020 o para dentro de los 60 días de
celebrado el contrato.
 Si el plazo es tácito, el pago debe hacerse en el tiempo en que, según la naturaleza y circunstancias de la
obligación, debe cumplirse (art. 871, inc. c]). El plazo es tácito cuando el cumplimiento de la obligación
requiere de un cierto tiempo. Así, por ejemplo, si una de las partes se obliga a trasladar una cosa desde
Córdoba a Comodoro Rivadavia, es necesario un tiempo razonable para poder hacer la entrega en el
lugar de destino.
 Caso en que el plazo es indeterminado, el pago debe hacerse en el tiempo que fije el juez, a pedido de
cualquiera de las partes, mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local (art. 871, inc. d]).

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PAGO ANTICIPADO.
El deudor está facultado a pagar antes del vencimiento de la obligación, pero ello no le da derecho a exigir
descuentos (art. 872). Desde luego, esta prerrogativa cede si del contrato resulta —expresa o tácitamente— que
el plazo fue convenido en beneficio de ambas partes. Tampoco podrá hacer el pago anticipadamente si el plazo
beneficia de manera exclusiva al acreedor.
Por otra parte, si el deudor hubiera pagado su obligación antes del vencimiento, no tiene derecho a repetir lo
pagado. Es que no se trata de un pago indebido (art. 1796), sino meramente anticipado.

EFECTOS DEL PAGO


Efectos necesarios
El efecto fundamental del pago, siempre que satisfaga el interés del acreedor, es la liberación del deudor (art.
880); se extingue no sólo la deuda principal, sino también los accesorios: prendas, hipotecas, fianzas, intereses,
etcétera. El deudor tendrá, en consecuencia, los siguientes derechos:
a. los que surgen de la misma liberación: levantamiento de la hipoteca, devolución de la cosa dada en
prenda, de los títulos entregados en caución;
b. el de repeler las acciones del acreedor.
El pago es, además, irrevocable; hecho en legal forma, no permite una repetición ulterior, salvo que se trate de
un pago de lo indebido (arts. 1796 y ss.). Por su parte el que lo recibe no puede pretender que lo pagado no se
ajusta a lo debido, si lo ha recibido sin salvedades ni reservas. Es el llamado efecto cancelatorio del pago.

Efectos accidentales
Pero a veces, el pago tiene otros efectos accidentales muy importantes:
a. El pago importa el reconocimiento tácito de una obligación preexistente y tiene un efecto interruptivo
de la prescripción (art. 2545); esta última consecuencia tiene importancia primordial cuando se trata de
pagos parciales.
b. Puede tener efectos de confirmación o convalidación de un acto que adolece de nulidad relativa, si ha
sido cumplido por quien hubiera podido alegar la nulidad; en efecto, el pago implica ejecutar el
contrato, siendo por tanto de aplicación el art. 394. Se entiende que para que este efecto se produzca es
menester que haya desaparecido el vicio que invalidaba el acto (artículo citado).
c. En los contratos de compraventa celebrados con seña penitencial (esto es, cuando el comprador tiene
derecho a arrepentirse perdiendo la seña pagada) el pago del resto del precio o de una parte de él
impide en adelante el arrepentimiento. El contrato queda definitivamente consolidado.

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Efectos incidentales
Consisten en aquellas situaciones que se originan una vez realizado un pago que no produce los efectos
normales de extinción del crédito y liberación del deudor. En realidad, hacen nacer relaciones jurídicas entre los
sujetos del pago y terceros.
En este sentido encontramos:
a. Reembolso de un tercero que pagó: si un tercero cumple la prestación debida, goza del derecho a que
el deudor le reintegre lo gastado en la medida que indica el art. 882.
b. Repetición del pago indebido: si la conducta desplegada no resulta ser la debida, el solvens que pagó
posee la facultad de solicitar la restitución de lo pagado.
c. Restitución al acreedor de lo pagado a un tercero: si la persona que recibe el pago o accipiens no
resulta ser el acreedor, se ve obligada a entregárselo.
d. Inoponibilidad del pago: no produce su virtualidad el pago respecto de ciertos terceros. Por ejemplo, el
realizado en fraude a los acreedores no resulta oponible a éstos (conf. art. 876).

MORA - MORA DEL DEUDOR


Concepto y elementos
La mora del deudor consiste en la falta de cumplimiento de la obligación en tiempo oportuno. O, con palabras
del art. 886, la mora del deudor se produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento de la
obligación.
El art. 888 dispone que, para eximirse de las consecuencias jurídicas de la mora, el deudor debe probar que no
le es imputable. La imputabilidad, sin embargo, no es un elemento constitutivo de la mora, que es un concepto
puramente objetivo. La imputabilidad importa en lo que hace a la responsabilidad derivada de la mora.
Recuérdese que la atribución de un daño puede basarse en factores objetivos o subjetivos de responsabilidad
(art. 1721): la culpa y el dolo son factores subjetivos de atribución (art. 1724); en cambio, el factor de atribución
es objetivo cuando la culpa del agente es irrelevante a los efectos de atribuir la responsabilidad, responsabilidad
de la que solo puede liberar —como regla— demostrando la causa ajena (art. 1722). Por lo tanto, puede decirse
que hay mora imputable y otra que no lo es por ser provocada por una causa ajena.

Excepciones a la mora automática, se encuentran reguladas en el art. 887, que textualmente establece: La regla
de la mora automática no rige respecto de las obligaciones:
sujetas a plazo tácito; si el plazo no está expresamente determinado, pero resulta tácitamente de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, en la fecha que, conforme a los usos y a la buena fe, debe cumplirse;
sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho; si no hay plazo, el juez a pedido de parte, lo debe fijar
mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el acreedor opte por acumular las
acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el deudor queda constituido en mora en la fecha
indicada por la sentencia para el cumplimiento de la obligación.
En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho, se considera que es tácito.

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EFECTOS DE LA MORA
Desde el momento en que el deudor queda constituido en mora y siempre que ella le sea imputable, se
producen las siguientes consecuencias jurídicas:
a. El deudor está obligado a indemnizar al acreedor todos los daños que la mora le ocasione; desde ese
momento correrán los intereses por las sumas que le adeude (art. 1748).
b. El deudor es responsable por los daños que con posterioridad a ese momento sufra la cosa debida,
aunque ellos se hayan producido por caso fortuito; a menos que tal estado sea indiferente, es decir
que la cosa se hubiera dañado o hubiere perecido igualmente, aunque hubiese estado en poder del
acreedor (art. 1733, inc. c]).
c. El acreedor puede reclamar la resolución del contrato, siguiendo el procedimiento fijado en los arts.
1087 y 1088.

MORA DEL ACREEDOR.


Requisitos
La mora del acreedor supone, de acuerdo con el art. 886, segundo párrafo:
a. La existencia de una obligación vencida;
b. El ofrecimiento de pago hecho por el deudor que cumpla con los requisitos de identidad, integridad,
puntualidad y localización
c. La injustificada negativa o demora en aceptarla por el acreedor.

Efectos
Los efectos de la mora del acreedor son los siguientes:
a. El acreedor debe pagar al deudor los mayores gastos que haya debido hacer éste con motivo de la mora;
por ejemplo, los gastos de conservación y cuidado de la cosa, los honorarios y gastos del juicio de
consignación.
b. Todos los riesgos por pérdida de la cosa quedan por cuenta del acreedor, salvo, claro está, que ellos
sean debidos a culpa o dolo del deudor; pero esta culpabilidad no se presume, de modo que el acreedor
que la invoque debe probarla.
c. El curso de los intereses queda interrumpido desde la fecha de la mora.
d. Impide constituir en mora al deudor, porque está en mora el acreedor.

Carga de la prueba
La prueba del pago, sea la obligación de dar, sea la obligación de hacer, corresponde a quien lo invoca (art. 894,
inc. a]); no es ésta sino la aplicación del principio general en materia de prueba. En consecuencia, será el deudor
quien deberá acreditarlo.
Pero si se trata de una obligación de no hacer, pesa sobre el acreedor la prueba del incumplimiento (art. 894,
inc.
b]); es una solución lógica pues el deudor cumple absteniéndose y es por ello que el acreedor deberá acreditar el
hecho positivo de que tal abstención ha sido violada.

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b. COMPENSACIÓN
Hay compensación cuando dos personas, por derecho propio, reúnen la calidad de acreedor y deudor
recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y otra deuda. La compensación extingue con fuerza
de pago las dos deudas, hasta el monto de la menor, desde el tiempo en que ambas obligaciones empezaron a
coexistir en condiciones de ser compensables
Es un medio de extinción de las obligaciones de gran importancia práctica, porque contribuye a liquidar deudas
recíprocas y evita la necesidad de reclamos judiciales o extrajudiciales.
Medio de extinción de las obligaciones a través del cual, dos personas que reúnen la calidad de acreedor y
deudor recíprocamente, extinguen las dos deudas hasta donde alcance el menor

Se distinguen diferentes clases de compensaciones (art. 923).


a. Compensación legal, que es la definida por el art. 921. Es la forma típica y la que mayor importancia
práctica tiene. En ella, la compensación se opera por disposición de la ley, sin que sea necesaria una
declaración de voluntad de las partes intervinientes.
b. Compensación convencional es la que las partes acuerdan libremente por contrato. Demás está decir
que aquí no se requiere otra cosa que el acuerdo de voluntades y que no interesa ni el monto de las
deudas ni su liquidez. A través de ella cabe compensar obligaciones no homogéneas.
c. Compensación facultativa ocurre cuando una sola de las partes puede oponer la compensación, no así
la otra, por el tipo de derecho de que se trata. Ejemplo: A tiene contra B un crédito por alimentos; B
tiene contra A uno por daños y perjuicios, B no puede invocar la compensación porque la deuda por
alimentos no es compensable (art. 930, inc. a), pero sí podría hacerlo A. (son deudores y acreedores de
forma recíproca)
d. Compensación judicial es la decretada por el juez, a pedido de parte, en razón de que, por efecto de la
sentencia, han quedado convertidas en líquidas y exigibles ambas obligaciones. Así, por ejemplo, la
sentencia reconoce que, por distintas causas, A debe $ 100.000 a B; y que por otras, B debe $ 150.000 a
A; el juez declara compensadas ambas deudas hasta el límite de la menor y condena a B a pagarle a A $
50.000.

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Requisitos
Para que tenga lugar la compensación legal (art. 923) es preciso:
a. Que ambas partes sean deudoras de prestaciones de dar. En otras palabras, cada una debe ser a la vez
acreedora y deudora de la otra, y debe tratarse siempre de obligaciones de dar.
b. Que los objetos comprendidos en las prestaciones sean homogéneos entre sí. Para que la
compensación tenga lugar es preciso que ambas deudas consistan en cantidades de dinero o en
prestaciones de obligaciones de género (por ej., 2.000 y 4.000 quintales de trigo), con tal que la
elección pertenezca a los dos deudores. Pero no sería posible compensar una obligación de dar sumas
de dinero con una de dar cosa cierta, porque éstas son prestaciones heterogéneas.
c. Que los créditos sean exigibles y disponibles libremente, sin que resulte afectado el derecho de
terceros. Ambos créditos deben ser exigibles; por lo tanto, si uno de ellos está sujeto a plazo suspensivo
o condición suspensiva, la compensación no es posible, pues ese crédito no es exigible. Ambos créditos
deben ser disponibles libremente, es decir, que no exista un obstáculo legal para pagarlos; por
consiguiente, no es compensable el crédito que ha sido embargado o prendado.
d. Si bien el art. 923 no lo menciona, los derechos que son inembargables no son susceptibles de
compensación, pues están sustraídos del poder de agresión de los acreedores del titular de ese derecho.
Obligaciones que NO son compensables (art. 930)

Efectos de la compensación
a. Quedan extinguidas ambas obligaciones hasta el límite de la menor (art. 921); si, en efecto, una de
ellas es de $ 20.000 y otra de $ 10.000, sólo subsiste la primera por la diferencia entre ambas.
b. La extinción de la obligación principal supone la de sus accesorios (hipotecas, fianzas, privilegios, etc.).
Bien entendido que la extinción de tales accesorios sólo se produce en la medida de la extinción de la
obligación principal.
c. En la parte extinguida, ambas obligaciones dejan de devengar intereses desde el momento mismo de
la coexistencia.
d. La compensación se produce desde el tiempo en que ambas obligaciones comenzaron a coexistir en
condiciones de ser compensables (art. 924).

c. CONFUSIÓN
Concepto y naturaleza
Hay confusión cuando se reúnen en una misma persona y en un mismo patrimonio la calidad de acreedor y
deudor (art. 931). Ejemplo: A debe a su tío B una suma de dinero; fallece B, quien instituye a A su único y
universal heredero.
En tal caso la deuda se extingue con todos sus accesorios.
La norma citada hace referencia a que la calidad de acreedor y deudor se reúna, no sólo en una misma persona,
sino también en un mismo patrimonio. Es que puede ocurrir que una persona tenga dos patrimonios, como
ocurre con el fiduciario de un fideicomiso o con el heredero con responsabilidad limitada; en tales casos, se
necesita que la confusión de la calidad de acreedor y deudor coincida en el mismo patrimonio.

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Hechos de que puede derivarse la confusión
a. De una transmisión a título universal; así ocurriría en los siguientes casos:
1. Si el acreedor o deudor de una persona lo hereda
2. Si una persona resulta heredera del acreedor y del deudor (A debe a B una suma de dinero y C
hereda a ambos).
b. De una transmisión a título singular; por ejemplo, si el que tiene una deuda con una firma comercial
adquiere después ese fondo de comercio; o si el deudor ha recibido del causante el legado del crédito
(pues el legado importa una sucesión a título singular, no universal).

Especies
La confusión puede ser total o parcial, según que la deuda quede total o parcialmente extinguida. Cuando la
confusión es parcial, la obligación se extingue en proporción a la parte de la deuda en que se produce la
confusión (art. 932). Ejemplo de confusión parcial es el caso del deudor del causante que luego lo hereda junto
con otros parientes; la deuda queda extinguida sólo en proporción a la porción hereditaria de ese deudor.

EFECTOS DE LA CONFUSIÓN
El efecto de la confusión es la extinción de la obligación (art. 931), casos particulares:
a. En caso de obligaciones solidarias y de obligaciones concurrentes, la confusión entre el acreedor y uno
de los deudores solidarios o concurrentes, sólo extingue la obligación correspondiente a ese deudor, y
no las partes que pertenecen a los otros codeudores (arts. 835, inc. c] y 851, inc. d]). Igualmente debe
admitirse la misma solución cuando estamos ante acreedores solidarios y un solo deudor (art. 846, inc.
c]). Como se ve, aun en caso de solidaridad, la confusión tiene efectos estrictamente limitados a la
porción en que el crédito y la deuda han quedado confundidos en una sola persona.
b. El legado del crédito (art. 2505) al deudor extingue la obligación de éste.
c. Los títulos a la orden quedan extinguidos cuando han sido cedidos al librador.
d. La adquisición de la propiedad de la cosa gravada con hipoteca, prenda, servidumbre, usufructo, uso y
habitación y anticresis por el titular de alguno de esos derechos, los extingue (es el fenómeno de la
llamada consolidación); sin perjuicio, naturalmente, de la subsistencia del crédito que estaba
garantizado con hipoteca, prenda o anticresis.

d. NOVACIÓN
Concepto y especies
La novación es la extinción de una obligación por la creación de otra nueva, destinada a reemplazarla (art.
933). Con otras palabras, la novación es un acto jurídico bilateral que extingue una obligación y hace nacer otra
nueva. Así ocurre cuando el acreedor y deudor dan por extinguida una obligación anterior y convienen en la
creación de una nueva obligación; tal sería el caso de que Pedro adeudara $ 150.000 a Diego, y por mutuo
acuerdo sustituyen esa obligación por la de entregar un automóvil. Esta nueva obligación nacida de la novación
es la condición de la extinción de la anterior.

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Especies o clases de novación
- La objetiva, en la cual lo que cambia es el objeto de la obligación, pero los sujetos permanecen los
mismos (caso del ejemplo dado antes)
- La Subjetiva, en la cual la cosa debida permanece invariable y lo que cambia es el sujeto, ya sea el
acreedor o el deudor.

ELEMENTOS DE LA NOVACIÓN
Para que haya novación es necesario que estén reunidos los siguientes elementos: una obligación anterior, una
nueva obligación que extingue la anterior, capacidad de novar e intención de hacerlo (animus novandi).
a) Obligación anterior
La novación supone siempre una obligación anterior que le sirva de causa. Va de suyo que esa obligación
debe existir y ser válida. Si la obligación anterior está extinguida o afectada de nulidad absoluta, no hay
posibilidad de novar; pero si esa obligación anterior está afectada de una nulidad relativa, la novación vale
si al mismo tiempo se la confirma (art. 938, inc. a]). Desde luego, la confirmación en este último caso será
válida en la medida de que haya cesado el vicio que invalidaba el acto y sea hecha por quien tenía interés en
la nulidad.

b) Creación de una nueva obligación


Simultáneamente con la extinción de la anterior obligación debe nacer una nueva obligación. Por ello, si la
nueva obligación adolece de nulidad (sea absoluta, sea relativa y no se la confirme ulteriormente, art. 939,
inc. a), no hay novación y la obligación anterior no queda extinguida.
Tampoco hay novación y, por tanto, subsiste la obligación anterior, si la nueva está sujeta a condición
suspensiva y el hecho condicionante fracasa (no se cumple), o está sujeta a condición resolutoria retroactiva
y el hecho condicionante se cumple (art. 939, inc. b]).

c) Capacidad de las partes


Para novar se requiere tener capacidad para contratar, pues ya hemos dicho que para que exista novación
tiene que haber un acuerdo de voluntades entre acreedor y deudor. Si alguna de las partes actuara a través
de un representante voluntario, éste necesitará poderes especiales de su representado cuando se trata de
novar obligaciones anteriores al otorgamiento del poder (art. 375, inc. g]); si son posteriores, basta el poder
general otorgado.

d) Intención de novar
Por último, es preciso la intención de novar. Esa intención no se presume. Por ello, el art. 934 dispone que
en caso de duda, se presume que la nueva obligación contraída para cumplir la anterior no causa su
extinción; por lo tanto, las dos obligaciones existen. La prueba de que hay novación corresponde a quien la
invoca. Sin embargo, no es indispensable que se pacte expresamente, aunque ello es lo normal; puede
resultar también tácitamente de la circunstancia de que la nueva obligación sea incompatible con la
anterior, incompatibilidad que será objeto de interpretación judicial.

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NOVACIÓN OBJETIVA
La novación es objetiva cuando lo que se altera es la prestación. Por ejemplo, se sustituye la obligación de dar
una suma de dinero por la de entregar una cosa.
Pero para que exista novación es indispensable que el cambio recaiga sobre elementos esenciales y no sobre
estipulaciones accesorias o secundarias de la obligación. Por ello, la entrega de documentos suscriptos por el
deudor en pago de la deuda (documentos tales como el cheque o el pagaré) y, en general, cualquier
modificación accesoria de la obligación primitiva, no comporta novación (art. 935).

a) Producen novación el cambio en el objeto principal de la obligación (por ej., si una obligación de hacer
se transforma en una de dar) o en la causa (v.gr., una cosa que se recibe en concepto de comodato y
que luego las partes le dan valor de locación); la adición o supresión de una condición (por ej., si la
obligación anterior estuviese sujeta a una condición resolutoria y la nueva la eliminase); introducir un
cargo resolutorio.
b) No producen novación y sólo importan una modificación de la obligación primitiva, que subsiste:
1. El cambio relativo al plazo o término de cumplimiento (sea que se trate de su prolongación,
abreviación o supresión), al lugar de cumplimiento, o al modo o cargo que no tenga carácter
de condición resolutoria;
2. La agregación o supresión de garantías, sean reales o personales;
3. La modificación del importe de la deuda (por ej., si el acreedor hace una quita al deudor);
4. La litis contestatio y la sentencia judicial
5. El cambio del título de la deuda (por ej., si se cambiare un instrumento que no tiene fuerza
ejecutiva por otro que la posee); 6) el previsto expresamente por el art. 935, esto es, la
entrega de documentos suscriptos por el deudor en pago de la deuda, tal como ocurre
cuando libra y entrega al acreedor un cheque, una letra de cambio o un pagaré.

NOVACIÓN SUBJETIVA
Concepto y casos
Hay novación subjetiva cuando la prestación permanece idéntica, cambiando sólo los sujetos. Puede ocurrir
por cambio de deudor y por cambio de acreedor.

Novación por cambio de deudor


La novación por cambio de deudor puede ser hecha con la conformidad del deudor primitivo (lo que se llama
delegación perfecta), en su ignorancia (expromisión) y aún contra su voluntad. En cambio, exige siempre la
conformidad del acreedor (art. 936).

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NOVACIÓN POR CAMBIO DE ACREEDOR - DIFERENCIA CON LA CESIÓN DE CRÉDITOS
Hay novación cuando el acreedor originario es sustituido por otro con el consentimiento del deudor. Este
consentimiento es esencial para que el acto se repute novación: si faltare, estaríamos en presencia de una
cesión de créditos (art. 937).
La diferencia es importante: es verdad que en ambos casos un acreedor es sustituido por otro y que para que
este resultado se produzca es indiferente que medie o no el consentimiento del deudor. Pero entre la novación
por cambio de acreedor y la cesión de créditos hay estas diferencias:
a. En la primera, la obligación primitiva se extingue y da nacimiento a una nueva; en la segunda, es la
misma obligación que cambia de titular
b. De allí se desprende una consecuencia fundamental: en el primer caso se extinguen todos los
accesorios, garantías y privilegios de la obligación primitiva, salvo el supuesto de reserva; en el segundo,
se mantienen todos ellos
c. La cesión de créditos es un acto formal: debe hacerse, como regla, por escrito y en algunos casos es
necesario el instrumento público o el acta judicial; la novación no está sujeta a ninguna formalidad
d. En la cesión de créditos hay garantía de evicción, lo que no ocurre en la novación.

EFECTOS
Los efectos fundamentales de la novación son, ya lo dijimos, la extinción de la obligación anterior y el
nacimiento de una nueva. Algunas situaciones peculiares pueden prestarse a duda, por lo que conviene precisar
las soluciones.
a) Extinción de los accesorios de la obligación originaria. Ante todo, la obligación principal se extingue
con todos sus accesorios (art. 940, párr. 1º): intereses, garantías reales (prenda, hipoteca) o personales
(fianzas), privilegios, cláusulas penales.
b) Pluralidad de acreedores: La novación entre uno de los acreedores solidarios y el deudor extingue la
obligación de éste para con los restantes acreedores (art. 846, inc. b]). En cambio, la novación hecha
por uno de los acreedores de una obligación indivisible no extingue el crédito de los demás, ya que los
acreedores de tales obligaciones no pueden hacer quita o remisión de deuda ni transarla; si se admitiera
que la novación produce efectos respecto de los coacreedores, se tendría el camino para hacer, por vía
indirecta, una quita parcial o una transacción que afectaría el derecho de los coacreedores. Sin perjuicio,
naturalmente, de que esa novación es válida respecto del acreedor que la hizo. En base a tal orden de
ideas, el art. 818 requiere la unanimidad de los acreedores para considerar extinguida la obligación
indivisible por novación.
c) Pluralidad de deudores: La novación entre el acreedor y uno de los codeudores solidarios extingue la
obligación primitiva respecto de los restantes codeudores (art. 835, inc. b]). A su vez, la novación
concertada con uno de los deudores concurrentes, si satisface íntegramente el interés del acreedor,
extingue la obligación de los otros obligados concurrentes o, en su caso, la extinguen parcialmente en la
medida de lo satisfecho (art. 851, inc. c]).

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e. DACIÓN EN PAGO
El pago supone la entrega al acreedor de la misma cosa o prestación a que el deudor se obligó. Es el
cumplimiento exacto de lo debido. Pero puede ocurrir que interese a ambas partes la entrega de una cosa
distinta de la prometida. Ningún inconveniente hay en que el acreedor acepte una prestación diferente,
quedando con esa entrega extinguida su obligación. Es esto lo que se llama dación en pago.
Por ello, el art. 942 establece que la obligación se extingue cuando el acreedor voluntariamente acepta en
pago una prestación diversa de la adeudada.
Diferencias: no cambia la obligación, cambia el objeto

Requisitos
Para que haya dación en pago deben estar reunidos los siguientes requisitos:
a. Una obligación preexistente que se extinga por efecto de la dación en pago, requisito sin el cual éste
sería un pago indebido.
b. La entrega efectiva y actual de una cosa distinta de la debida. No basta la simple promesa de pagar
otra cosa, aunque esa promesa sea aceptada como modo de extinción anterior. Eso sería novación.
c. El consentimiento del acreedor; en tanto el pago puede hacerse aun en contra de la voluntad del
acreedor, que está obligado a recibirlo. La dación en pago requiere indispensablemente su
conformidad.

Reglas aplicables
La dación en pago se rige por las disposiciones aplicables al contrato con el que tenga mayor afinidad (art. 943).
De ello se desprende que si lo que se da en pago es un crédito, la dación se rige por las normas de la cesión de
derechos; en cambio, si se da en pago una cosa, la dación se regirá por las normas de la compraventa o de la
permuta.

f. RENUNCIA
Noción y derechos que pueden ser objeto de ella
La renuncia es la declaración de voluntad por la cual una persona abandona un derecho y lo da por extinguido.
La regla es que toda persona puede renunciar a los derechos conferidos por la ley cuando la renuncia no está
prohibida y sólo afecta intereses privados (art. 944). Por ello, en principio, pueden renunciarse todos los
derechos patrimoniales, sean reales, personales o intelectuales.
Por excepción, hay algunos que no pueden renunciarse: el derecho a una herencia futura (art. 2286), a
alimentos futuros (arts. 539 y 540), a la mayor parte de los beneficios establecidos en el derecho laboral
(indemnización de los accidentes del trabajo, por maternidad, por despido y preaviso, etc.), a invocar la
prescripción cuyo plazo no ha vencido (art. 2535).
En cambio, los derechos de familia son, en principio, irrenunciables, pues tales derechos han sido otorgados más
bien por una razón de orden público que en atención a un interés privado. Por excepción pueden renunciarse la
tutela y la curatela, pero no libremente, pues debe ser aceptada por el juez que interviene en la tutela o en la
curatela (arts. 135, inc. b], y 138).
Además, no se admite la renuncia anticipada de las defensas que puedan hacerse valer en juicio (art. 944, in
fine).

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Esta regla, sin embargo, admite excepciones, tales como la de prórroga de la competencia en razón del lugar o la
materia que —en ciertos casos— puede ser objeto de convenio entre las partes.

Especies.
- Gratuita: se trata de una liberalidad
- Onerosa: la renuncia se hace a cambio de un precio o de una ventaja cualquiera —una contraprestación
con valor económico— que ofrece o da el otro contratante, y es regida por los principios de los
contratos onerosos (art. 945).
También puede hacerse por actos entre vivos (vale decir, por contrato o por declaración unilateral de voluntad)
o por acto de última voluntad (esto es, por testamento).

Caracteres
La renuncia tiene los siguientes caracteres:
a) Puede ser un acto unilateral o bilateral. Es indiscutiblemente unilateral si ha sido hecho por
testamento; es evidentemente bilateral si es oneroso. Si se trata de la renuncia gratuita por actos entre
vivos habrá que diferenciar según se trate de derechos personales o reales.
b) No está sujeta a formas especiales, aun cuando se refiera a derechos que constan en un instrumento
público (art. 949).
c) La voluntad de renunciar no se presume y la interpretación de los actos que permiten inducirla es
restrictiva (art.948).

Capacidad
Hay que distinguir si se trata de un acto gratuito u oneroso. En el primer caso se requiere capacidad para donar
(art. 945, in fine); en cambio, para ser beneficiario de la renuncia bastará tener capacidad para contratar. En el
segundo, la capacidad se rige por las reglas relativas a los contratos onerosos (art. 945, 1ª parte). Si fuera hecha
por testamento, bastará que el renunciante sea mayor de edad al tiempo del acto (art. 2464).

Efectos
El efecto fundamental de la renuncia es la extinción del derecho (art. 946), con todos sus accesorios; tratándose
de derechos reales, el derecho queda perdido para el renunciante.

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g. REMISIÓN DE DEUDA.
Concepto y naturaleza
La remisión de deuda no es otra cosa que la renuncia de una obligación. En suma, es un concepto más
circunscripto que la renuncia; mientras ésta se refiere a toda clase de derechos, la remisión se vincula
exclusivamente con las obligaciones. Hay una relación de género a especie. Por ello las disposiciones sobre la
renuncia se aplican a la remisión de la deuda hecha a favor del acreedor (art. 951).

Formas
La remisión de deuda puede hacerse en forma expresa o tácita.
a) Habrá remisión expresa cuando el acreedor exteriorice por escrito, verbalmente o por signos
inequívocos, su voluntad de remitir su derecho, de manera total o parcial. La ley no exige ninguna
formalidad especial para hacer una remisión expresa, aunque la deuda original conste en instrumento
te1818público (art. 951 y remisión al art. 949).
b) Habrá remisión tácita, salvo prueba en contrario, cuando el acreedor entregue voluntariamente al
deudor el documento original en que conste la deuda (art. 950). Es ésta una forma típica y muy
frecuente de desobligar al deudor.

Requisitos
a) Que el documento sea el original; si se trata de una simple copia, aunque fuera certificada por escribano
público, no funciona la presunción legal.
b) Que la entrega sea voluntaria; si el que lo entregó demuestra que lo hizo forzado por la violencia o
inducido por el dolo del deudor, no hay remisión.
c) Que la entrega haya sido hecha por el acreedor al deudor o a su representante legal o convencional; si
fuere entregado a una tercera persona, no hay remisión.

Efectos; caso de fianza


Hemos dicho ya que la remisión de deudas no es otra cosa que la renuncia de una obligación; en lo que atañe a
sus efectos, se aplicará, pues, lo dicho sobre la renuncia. Aquí nos ocuparemos solamente de un problema que
es específico de la remisión de deudas y que se refiere a la fianza.
La remisión hecha al deudor principal extingue la fianza, que es un accesorio de aquélla; pero la renuncia de la
fianza no extingue la obligación principal (art. 952).

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h. IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO
Concepto
Puede ocurrir que la obligación contraída se vuelva de cumplimiento imposible. En tal caso hay que hacer la
siguiente distinción:
a) si se ha hecho imposible por causa imputable al deudor o si éste hubiera tomado sobre sí el caso
fortuito o fuerza mayor, la obligación cambia su objeto y se convierte en otra de pagar una
indemnización por los daños causados;
b) si se ha hecho imposible sin causa atribuible al deudor, la obligación se extingue y sin responsabilidad
(art. 955). En este último caso es, por tanto, un hecho extintivo de las obligaciones.

Requisitos para que se opere la extinción


1. Que el cumplimiento de la prestación se haya hecho imposible. No basta una simple dificultad para cumplir,
ni importa tampoco que la obligación se haya hecho más grave para el obligado (supuesto que quedaría
aprehendido en la excesiva onerosidad sobreviniente, art. 1091). Es necesaria una verdadera imposibilidad,
material o jurídica.
2. Que la imposibilidad se haya producido sin causa imputable al deudor, vale decir que derive de un caso
fortuito o fuerza mayor o del hecho del príncipe (es decir, de una disposición legal o administrativa) o del
hecho de un tercero.
Si, en cambio, el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento sobreviene por culpa del deudor, éste es
responsable (art. 1733, inc. d]).
3. Que el deudor no sea responsable del caso fortuito o de fuerza mayor. Pues, en efecto, el deudor puede
haber tomado a su cargo el caso fortuito, en cuya hipótesis no estará exento de responsabilidad (art. 1733,
inc. a]). También responde el deudor si:
a. De una disposición legal resulta que no se libera por caso fortuito o por imposibilidad de cumplimiento;
b. Está en mora, a no ser que ésta sea indiferente para la producción del caso fortuito o de la imposibilidad
de cumplimiento;
c. El caso fortuito (situación que no ha podido preverse o que, prevista, no ha podido evitarse) y, en su caso, la
imposibilidad de cumplimiento que de él resulta, constituyen una contingencia propia del riesgo de la
cosa o la actividad (art. 1733, incs. B], c] y e]).
4. Que la imposibilidad de cumplir la prestación sea sobrevenida a la obligación (art. 955). Si la imposibilidad
fuese anterior o contemporánea al nacimiento de la obligación, estaríamos ante un supuesto de ineficacia
(nulidad).
5. Que la imposibilidad de cumplir la prestación sea objetiva, absoluta y definitiva (art. 955)

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Efectos de la imposibilidad de pago
La imposibilidad física o legal de cumplir lo prometido extingue la obligación con todos sus accesorios; y las
partes deberán restituirse todo lo que hubieran recibido con motivo de la obligación extinguida.

¿Qué diferencia hay entre esta y la novación objetiva?


La diferencia es que en esta no hay voluntad, surge de manera espontánea. No hay un acuerdo entre las partes.
En la novación se extingue la obligación, se extingue la principal y las accesorias, en este caso NO SE EXTINGUE,
solo hay un cambio en el objeto

Transformación de la obligación en otra de indemnizar los daños causados


La obligación no se extingue no obstante la imposibilidad de pagarla si esa imposibilidad deriva:
a) de una causa imputable al deudor;
b) de un caso fortuito o fuerza mayor que el deudor ha tomado a su cargo o que la ley ha puesto a su
cargo;
c) de la mora en que se encuentra el deudor, aun cuando no hubiera tomado sobre sí el caso fortuito. En
todos estos casos la obligación de dar, hacer o no hacer se transforma en la de reparar los daños que
sufra el acreedor por el incumplimiento (art. 955).

i. TRANSACCIÓN
La transacción es un contrato por el cual las partes, para evitar un litigio, o ponerle fin, haciéndose concesiones
recíprocas, extinguen obligaciones dudosas o litigiosas (art. 1641).
He aquí un ejemplo: un médico demanda a su cliente por pago de $ 40.000; el demandado sostiene deber
solamente $ 10.000; durante el trámite del pleito llegan a una transacción por la cual se fijan los honorarios en $
25.000. El médico ha cedido parte de los honorarios a que se creía con derecho para asegurarse el pago de $
25.000; el cliente paga más de lo que cree adeudar para no verse en el riesgo de ser condenado a una suma
mayor.
De la definición dada por la norma legal, pueden extraerse dos cuestiones; por un lado, la transacción es
calificada como un contrato, por otro lado, tiene como fin extinguir obligaciones dudosas o litigiosas.

Requisitos
Para que la transacción esté configurada es preciso:
a. Que haya acuerdo de voluntades;
b. Que las partes hagan concesiones recíprocas, es decir que cedan parte de sus pretensiones a cambio de
que se les asegure el carácter definitivo de las restantes;
c. Que por esas concesiones se extingan obligaciones litigiosas o dudosas.

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Caracteres
La transacción tiene los siguientes caracteres:
a. Es un contrato (art. 1641) oneroso, conmutativo, formal y nominado.
b. Es de interpretación restrictiva (art. 1642). El fundamento de esta norma es que la transacción importa
siempre una renuncia y las renuncias son de interpretación restrictiva (art. 948). La idea, con todo, debe
ser tomada con cuidado. Está bien que la renuncia sea de interpretación restrictiva cuando es unilateral;
pero cuando es bilateral —como ocurre en la transacción—, parece más razonable resolver la duda en el
sentido de la mayor reciprocidad de intereses.
c. Es declarativa y no constitutiva de derechos, aunque el Código Civil y Comercial no haga mención a ello.
En efecto, la transacción no tiene por objeto crear o transmitir nuevos derechos a las partes, sino
simplemente reconocer los existentes.

Efectos
La transacción implica un reconocimiento parcial y una renuncia parcial de derechos. En otras palabras, se
renuncia parcialmente un derecho para obtener el reconocimiento del resto de la pretensión. De ahí se deduce
este doble efecto: una extinción y un reconocimiento o consolidación parciales de obligaciones y derechos.

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Teoría general de las obligaciones 13/06
Temas: prescripción liberatoria y caducidad

PRESCRIPCIÓN LIBERATORIA Y CADUCIDAD


a) La adquisitiva/usucapión: consiste en la adquisición de un derecho por haberlo poseído durante el término
fijado por la ley. Así, la propiedad de un inmueble se adquiere por su posesión durante diez años de buena
fe y con justo título, o por su posesión durante veinte años si no hay justo título o buena fe, es decir, para los
poseedores de mala fe
b) La liberatoria/prescripción: que consiste en la pérdida de un derecho por el abandono, por no haber hecho
uso de el en el plazo que la ley nos había dado.

Elementos
La prescripción es la extinción de un derecho, por el abandono de su titular durante el término fijado por la
ley.
La prescripción requiere, por lo tanto, estos dos elementos:
a) La inacción del titular
b) El transcurso del tiempo.

Naturaleza jurídica
Cabe preguntarse qué es lo que hiere la prescripción, si el derecho en sí mismo o sólo la acción que de él
nace.
Es cierto que la cuestión puede merecer una diferente lectura desde la sanción del Código Civil y Comercial,
pues este cuerpo legal no regula la obligación natural. Pero ya hemos dicho que, sin perjuicio del debate
doctrinario que se ha suscitado, la ausencia de regulación no importa su desaparición. E, incluso, más allá de
lo expuesto que lleva a reafirmar que la prescripción sólo hiere la acción, pero no el derecho, debe
destacarse que el art. 2538 establece que el pago espontáneo de una obligación prescripta no es repetible. Y
es claro que, si lo que la prescripción afectara fuera el derecho en sí mismo, ese pago sería sin causa y por lo
tanto tendría que ser repetible (art. 1796).
Concluimos, pues, con que la prescripción no afecta radicalmente el derecho, sino sólo la acción que lo
protege

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Vías procesales
La prescripción pues ser articulada por vía de acción o excepción.
Ciertamente, las más de las veces, la prescripción se opondrá como excepción ante la demanda promovida
por el acreedor para el pago de la deuda. Sin embargo, ningún obstáculo existe en que pueda ser invocada
como acción declarativa de certeza. En efecto, muchas veces el deudor puede necesitar dejar en claro que
su deuda no es exigible o remover un obstáculo para el ejercicio de un derecho.
Ejemplo: Uno de ellos es el del deudor, con deuda prescripta, que aparece en los sistemas de información
crediticia; es claro que en tal situación le resultará sumamente difícil obtener un crédito o celebrar algún
contrato bancario, por lo que debe reconocerse su derecho a accionar. Otro caso es el de la imposibilidad de
enajenar un inmueble por hallarse impagos los impuestos; si éstos están prescriptos, el propietario
vendedor puede iniciar demanda contra el Fisco para que se lo declare así, con lo cual queda en libertad de
escriturar.
De lo contrario, el Fisco vendría a tener en sus manos el recurso para obligar a pagar una deuda prescripta,
en contra de las disposiciones de la ley.

Utilidad y fundamento
La prescripción tiene una manifiesta utilidad: obliga a los titulares de los derechos a no ser negligentes en
su ejercicio y pone claridad y precisión en las relaciones jurídicas. En interés del orden público y de la paz
social conviene liquidar el pasado y evitar litigios sobre contratos o hechos cuyos títulos se han perdido y
cuyo recuerdo se ha borrado.
Este fundamento en el orden público explica, además, que los contratantes no puedan renunciar por
anticipado a los plazos de prescripción ni extenderlos más allá de lo que señala la ley (art. 2533); porque
juega aquí más un interés público que individual. Todo acortamiento o prolongación de plazos afecta el
equilibrio del sistema y debe ser repudiado.
La prescripción no se puede renunciar

Caracteres
a) Puede ser alegada como excepción, y como acción (art. 2551), pero siempre es una defensa de carácter
sustancial, pues se funda en las normas del Código Civil y Comercial.
b) No opera de pleno derecho, siendo menester que el interesado la invoque. Por ello es que no puede ser
declarada de oficio por el juez (art. 2552).
c) Si se opone como excepción, debe ser deducida dentro del plazo para contestar la demanda en los
procesos de conocimiento, y dentro del plazo para oponer excepciones en los procesos de ejecución
(art. 2553, párr. 1º). También están facultados para oponer la excepción los terceros interesados que
comparecen al juicio; si comparecen una vez vencidos los términos aplicables a las partes, deben oponer
la prescripción en su primera presentación (art. 2553, párr. 2º)
d) Es irrenunciable la prescripción futura, lo que es natural, pues se trata de una institución de orden
público; pero puede renunciarse la prescripción ya cumplida (art. 2535, párr. 1º).
e) Es de interpretación restrictiva; en la duda debe estarse por la subsistencia del derecho y por el plazo de
prescripción más dilatado. En caso de la duda, no prescribió

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Naturaleza jurídica de la renuncia a la prescripción
Nuestro Código habla de renuncia de la prescripción ya ganada, utilizando una terminología generalizada en
la legislación y la doctrina. Es una terminología imprecisa. No se trata de la renuncia a un derecho adquirido,
incorporado ya al patrimonio del deudor, porque la obligación no puede considerarse prescripta mientras la
prescripción no se haya alegado. Se trata más bien de una decisión de no hacer valer esa defensa.

Renuncia a la prescripción por representante


Para que el apoderado pueda renunciar a la prescripción ya ganada por su poderdante, se requieren
facultades expresas. En el Código Civil de VÉLEZ la cuestión era clara, pues expresamente se preveía que se
necesitaban poderes especiales para renunciar a prescripciones adquiridas (art. 1881, inc. 3º). La falta de
mención expresa en el Código Civil y Comercial no modifica esa solución pues el art. 375, inc. i), exige
facultades expresas para renunciar derechos, lo que resulta aplicable al caso.

PAGO ESPONTÁNEO Y OBLIGACIÓN NATURAL


Es clásica la idea en nuestra doctrina de que la prescripción liberatoria constituye un medio de extinción de la
acción para reclamar un derecho, causada por la inacción de las partes interesadas durante el tiempo que haya
fijado la ley, pero que subsiste como obligación natural. Con otras palabras, no se extingue verdaderamente una
obligación, pues sobrevive como obligación natural; simplemente estamos frente a una obligación que no es
exigible, debido a la consideración que la ley hace del paso del tiempo.
El art. 728, sin mencionar a las obligaciones naturales, dispone que lo entregado en cumplimiento de deberes
morales o de conciencia es irrepetible. Pero la idea resulta tan insuficiente que en materia de prescripción se
decidió añadir una norma que establece que el pago espontáneo de una obligación prescripta no es repetible
(art. 2538)

QUIÉNES PUEDEN PRESCRIBIR Y CONTRA QUIÉNES


La prescripción opera a favor y en contra de todas las personas, excepto disposición legal en contrario
Por lo tanto, a menos que exista un supuesto de excepción legal (tal sería el caso de las acciones civiles
derivadas de delitos de lesa humanidad, que son imprescriptibles, art. 2561), toda persona, jurídica o humana,
de derecho público o privado, está sujeta a la prescripción de sus derechos y puede oponerla.
Incluso, el derecho a oponer la prescripción no se limita al deudor; también pueden oponerla el acreedor del
deudor y cualquier otro tercero interesado, aun en el caso de que el deudor no la invoque o la renuncie (art.
2534, párr. 2º). Es que la negligencia o liberalidad del deudor no puede perjudicar al tercero interesado (por
ejemplo, el fiador del deudor) o a su acreedor.
Debe hacerse notar, empero, que el curso de la prescripción queda suspendido en algunos casos excepcionales
previstos en el art. 2543.

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Derechos y acciones que prescriben
Dispone el art. 2536: la prescripción puede ser invocada en todos los casos, con excepción de los supuestos
previstos por la ley.
a) Acciones de estado de familia
Las acciones de estado de familia son imprescriptibles e irrenunciables (art. 712); ello es así porque el
transcurso del tiempo no ejerce influencia sobre el estado de las personas. Se es padre, madre, cónyuge,
hijo, pariente, con independencia de que transcurran los años y quizá la vida sin que se ejerzan los derechos
de tales.
Podemos apuntar, como ejemplo, que en lo que atañe a las acciones de reclamación o de impugnación de
filiación, el hijo puede iniciarlas en todo tiempo (arts. 582, 588, 590 y 593), lo que importa su
imprescriptibilidad.

b) Acciones patrimoniales personales


Aquí rige soberano el principio de la prescriptibilidad de las acciones enunciado en el art. 2536. Por
excepción, no prescriben:
1) La acción de nulidad de los actos jurídicos que adolecen de nulidad absoluta. Es que si se aceptara la
prescriptibilidad de esta acción, se llegaría por esa vía a la confirmación tácita, lo que resulta
inadmisible. Por ello, de manera expresa se prevé que la nulidad absoluta no puede sanearse por la
confirmación del acto ni por la prescripción (art. 387).
2) La acción del ausente con presunción de fallecimiento —en caso de reaparición— para obtener (i) la
restitución de los bienes suyos que existan en el estado en que se encuentran, (ii) los bienes adquiridos
con el valor de los que faltan, (iii) el precio adeudados de los bienes enajenados, y (iv) los frutos no
consumidos (art. 92).
3) La acción de división de bienes a favor del condómino respecto de las cosas en condominio (art. 1997).
4) La acción civil derivada de delitos de lesa humanidad (art. 2561).
5) La acción de petición de herencia y de partición, sin perjuicio de la usucapión que pueda operarse (arts.
2311 y 2368).

c) Acciones patrimoniales reales


A la inversa de lo que ocurre con los derechos personales, los reales no se extinguen, en principio, por el
transcurso del tiempo.
El derecho de dominio no se pierde por más que el abandono de la cosa se prolongue indefinidamente, a
menos que alguien posea esa cosa durante el término fijado para la usucapión, en cuyo caso el derecho del
primer propietario se extingue, no a causa de su inacción, sino a causa de la posesión por el tercero. Así, por
ejemplo, un propietario que ha abandonado su casa durante cincuenta años conserva sus derechos si nadie
la ha poseído durante los plazos legales.
Asimismo, las acciones reales (subrogatoria, confesoria, negatoria y de deslinde) son imprescriptibles, sin
perjuicio de lo que se dispone en materia de usucapión (art. 2247).

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En cambio, se extinguen por prescripción:
a. Las acciones derivadas de derechos reales de garantía, tales como la hipoteca, la prenda, la anticresis,
cuando prescribe el derecho personal de que son accesorias (art. 2186);
b. Los derechos reales de usufructo (art. 2152, inc. C]), uso y habitación (arts. 2155 y 2159, y su remisión a
las normas del usufructo), superficie (art. 2124) y las servidumbres (art. 2182, inc. B]), TODOS LOS
CUALES SE EXTINGUEN POR EL NO USO.

MODIFICACIÓN DE LOS PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN POR LEY POSTERIOR


El art. 2537 ha disciplinado el conflicto que se suscita cuando los plazos de prescripción son modificados por una
ley posterior. Establece que los plazos de prescripción en curso al momento de entrada en vigencia de una
nueva ley se rigen por la ley anterior.
Sin embargo, si por esa ley se requiere mayor tiempo que el que fijan las nuevas, quedan cumplidos una vez que
transcurra el tiempo designado por las nuevas leyes, contado desde el día de su vigencia, excepto que el plazo
fijado por la ley antigua finalice antes que el nuevo plazo contado a partir de la vigencia de la nueva ley, en cuyo
caso se mantiene el de la ley anterior.
Ejemplo, teniendo en cuenta que el Código Civil y Comercial entró a regir el día 1º de agosto de 2015. El plazo
ordinario de prescripción para las obligaciones contractuales era de diez años en el Código Civil de VÉLEZ (art.
4023), el cual se redujo a cinco años en el Código Civil y Comercial (art. 2560). Supongamos, ahora, que la
obligación se hubiera hecho exigible el día 1º de enero de 2011; en tal caso, debe aplicarse el Código Civil y
Comercial y la acción prescribirá el día 1º de agosto de 2020, pues de aplicarse el Código de VÉLEZ, prescribiría el
día 1º de enero de 2021, esto es más tarde. Y debe recordarse que el plazo de prescripción, según la norma
comentada, queda cumplido una vez que transcurra el tiempo designado por la nueva ley, contado desde el día
de su vigencia.
En cambio, si la obligación se hubiera hecho exigible el día 1º de enero de 2009, debe aplicarse el Código Civil de
VÉLEZ, pues resulta un supuesto en el que el plazo fijado por la ley antigua finaliza antes que el nuevo plazo
contado a partir de la vigencia de la nueva ley, por lo que se mantiene el plazo de la ley anterior. En efecto,
según el Código de VÉLEZ, el plazo de prescripción vence a los diez años, el día 1º de enero de 2019; mientras
que, si se aplicara el plazo del Código Civil y Comercial, vencería el 1º de agosto de 2020. Como se observa, el
resto del lapso de prescripción del Código Civil de VÉLEZ computado a partir del 1º de agosto de 2015 es más
breve que el genérico de cinco años del art. 2560del Código Civil y Comercial.

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SUSPENSIÓN, INTERRUPCIÓN Y DISPENSA DEL TÉRMINO DE LA PRESCRIPCIÓN
A. SUSPENSIÓN. Concepto y efectos
La prescripción se suspende cuando en virtud de una causa legal el término deja de correr; pero cesada
la causa de suspensión, el término se reanuda, computándose el tiempo anterior. Con otras palabras, la
suspensión de la prescripción detiene el cómputo del tiempo por el lapso que dura, pero aprovecha el
período transcurrido hasta que ella comenzó (art. 2539).
He aquí, por ejemplo, una prescripción de cinco años; han corrido dos cuando acreedor y deudor
contraen matrimonio; tiempo más tarde los cónyuges se divorcian, y el plazo se reanuda contándose los
dos años anteriores, de tal modo que transcurridos otros tres, la prescripción queda operada.
Es importante destacar que las únicas causales de suspensión son aquellas dispuestas por la ley; por lo
tanto, las partes no pueden crear causales de suspensión.
Causas legales.
La suspensión de la prescripción tiene lugar:
a) Entre cónyuges, durante el matrimonio (art. 2543 inc. A]);
b) Entre convivientes, durante la unión convivencial (art. 2543, inc. B]);
c) Entre las personas incapaces y con capacidad restringida y sus padres, tutores, curadores o apoyos,
durante la responsabilidad parental, la tutela, la curatela o la medida de apoyo (art. 2543, inc. C]);
d) Entre las personas jurídicas y sus administradores o integrantes de sus órganos de fiscalización,
mientras continúan en el ejercicio del cargo;
e) A favor y en contra del heredero con responsabilidad limitada, respecto de los reclamos que tienen
por causa la defensa de derechos sobre bienes del acervo hereditario (art. 2543, inc. E]);
f) Cuando el deudor ha sido interpelado por el acreedor en forma fehaciente (art. 2541); y
g) Cuando se ha formulado un pedido de mediación (art. 2452).

B. INTERRUPCIÓN. Concepto
Mientras la suspensión significa una paralización temporaria del curso de la prescripción que, concluido
el motivo de la suspensión, vuelve a reanudarse aprovechando el plazo que había transcurrido
anteriormente, la interrupción de la prescripción tiene efectos más radicales: borra totalmente el
término anteriormente transcurrido y la prescripción vuelve a correr por todo el término de ley, a partir
de la cesación de la causa interruptiva. El efecto de la interrupción es, por tanto, tener por no sucedido
el lapso que la precede e iniciar un nuevo plazo (art. 2544).
Causales
La prescripción se interrumpe:
a) Por reconocimiento del derecho del acreedor realizado por el deudor (art. 2545), sucede este
porque reconoce el derecho, entonces es válida.
b) Por petición judicial del acreedor (art. 2546),
d) Por solicitud de arbitraje (art. 2548); y,
e) Por ejercicio del derecho de retención mientras ello ocurra (art. 2592, inc. E]).

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Efectos
¿Desde cuándo comienza a correr nuevamente la prescripción?
a) Si se trata de la interrupción producida por un reconocimiento, la prescripción empieza a correr
inmediatamente después de dicho acto.
b) Si se trata de una petición judicial, el curso de la nueva prescripción empieza a correr desde el
momento en que se dictó la sentencia que acoge la pretensión.
c) Finalmente, si se trata de una solicitud de arbitraje, rige la misma solución que en el caso anterior
en cuanto sea aplicable (art. 2548, 2ª parte). Con otras palabras, la prescripción empieza a correr
nuevamente a partir del laudo arbitral firme.

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