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El documento describe el encuentro de un joven con una anciana mientras conducía a su casa. La anciana le pide que la lleve a su casa, pero no sabe dónde vive. La lleva a preguntar a los vecinos y la deja en una casa descuidada. La anciana le cuenta que sus padres han muerto y ahora está sola. El joven se da cuenta de lo afortunado que es de ser joven y saludable.
El documento describe el encuentro de un joven con una anciana mientras conducía a su casa. La anciana le pide que la lleve a su casa, pero no sabe dónde vive. La lleva a preguntar a los vecinos y la deja en una casa descuidada. La anciana le cuenta que sus padres han muerto y ahora está sola. El joven se da cuenta de lo afortunado que es de ser joven y saludable.
El documento describe el encuentro de un joven con una anciana mientras conducía a su casa. La anciana le pide que la lleve a su casa, pero no sabe dónde vive. La lleva a preguntar a los vecinos y la deja en una casa descuidada. La anciana le cuenta que sus padres han muerto y ahora está sola. El joven se da cuenta de lo afortunado que es de ser joven y saludable.
De entrada, he de decir que la vida es cruel, maravillosa, pero muy
cruel. Tan increíble y alentadora es la juventud que pensamos que
la recta final está años luz de nosotros haciéndonos sentir inmortales, libres y agiles, ya que la corrosión de los años aún no ha tenido efecto en nuestros huesos y músculos ¡Oh señor que no oyes! ¿Será acaso que el fin siempre está cerca? Y es ahí que nosotros nos volvemos ciegos en un intento de no sucumbir ante la asquerosa realidad Dejando de lado mis desalentadoras incógnitas Una enfermedad con efectos terribles hace sufrir sin que se entere, castiga la mente horriblemente como si del mayor pecador de la tierra se tratara, y es que, desafortunadamente, solo es una pobre mujer abandonada por la suerte y víctima del tiempo ¿Abandonada por la suerte? Te estarás preguntando, y es que no debería sorprender el hecho de que no sufras, o que la gran mayoría, así lo espero yo, no sea acosado por las temibles enfermedades del mundo. No hablo sobre simples resfriados, pasajeras fiebres o angustiosas infecciones. Que ojalá y la vida fuese solo eso y nada más, pero es que el sufrimiento nunca acaba, no es retenido ni exterminado, sino más bien, que, por cada momento de vida, se prolonga aún más No puedo mentir al decir que uso la lastima para ocultar el profundo miedo que siento de solo imaginarme de estar en los zapatos de la pobre mujer. Tener momentos donde su propia existencia es desconocida, preguntarse si la casa donde compartiste y perdiste tanto realmente es tuya, angustiarse por miedo a perderte en un pueblo donde la policía no existe y luego pasar a una falsa paz por olvidar esa misma angustia ¡Qué horror, no puede existir algo más allá de lo humano que salve esta alma condenada a vagar en la tierra del miedo! Porque no hay mayor miedo que lo desconocido En una tarde donde el cielo pincelaba en el lienzo azul unas nubes de seda blanca que poco a poco serían oscurecidas por la proveniente tormenta tan esperada y sumamente anhelada por ganaderos y niños, conducía por la tierra que más bien eran hoyos con tierra y no viceversa, volvía a mi hogar para almorzar, descansar y dejarme llevar por la tecnología. En mi camino una anciana de piel quemada y cabellos de fantasma hizo que me detuviera y con una voz quebradiza e insegura de si realmente hablaba o solo movía los labios me pidió llevarla a su casa, por supuesto que acepte el trabajo Que diría mi madre si dejaba a una vieja tirada en la calle Sin miedo a que me juzguen y odien puedo decir los años que ella arrastraba Todos Esas arrugas que me recordaban las dunas del desierto echas piel morena rostizada, ojos hundidos en sus cuencas o dejados de lado por la hinchazón de la piel colgante y, sorprendentemente, con una bellísima cabellera de blancos y grises cabellos, pero que obviamente gritaban ¡Soy vieja, soy vieja! Eran hechos de vejez Al subirse ella me dijo una oración que me impacto hasta los huesos ¿Sabes dónde vivo? ¡Por todo lo que es bueno! ¿¡Pero como voy a saber eso?! Controlando mi voz dije suavemente. No, no lo sé Sin saber dónde residía su hogar fuimos a preguntar ¡Qué fortuna más grande! En el camino de las indicaciones recibí cinco disparos de pura inocencia, esa pureza que pensaba solo encontrar en niñas. Una pena, un dolor melancólico, una profunda tristeza que escarbo en lo profundo de un joven corazón hasta que este mismo envejeció perdiendo las fuerzas de su cuerpo y mente ¡Qué palabras tan sinceras y amargas soltó ella! ¿Conociste a mi papa? ¿conociste a mi mama? Ellos ya están muertos, desde hace mucho, mucho tiempo. Estoy sola. Que feo es quedarse solo, ¿verdad? Otro golpe a mi alma fue propinado por la anciana ¿Esta es mi casa? ¡Oh demonios! ¿Cómo podría saberlo? Ja, ja. Que bromista es el destino, o dios, o lo que o quien sea, ja, ja Una casa a menos de 10 metros de un pozo de maquinaria pesada. Definitivamente esta casa nunca sería robada por nadie, estaba tan desgastada, corroída por el tiempo que ningún ladrón se plantearía siquiera forzar la puerta Nuevamente pregunte a quien vivía cerca y al ver a la anciana la saludo diciendo el nombre de la vieja afirmando que sí, que esa olvidada casa era suya, y, aunque no lo fuera, nadie se la negaría Entonces la deje, por fin en su humilde hogar, por no faltarle más al respeto a su casa Que maravillosa es la juventud, soy tan fuerte, ágil, veloz y no debo preocuparme tanto por mi salud. En realidad, si debo. Aun consciente de eso, el fuego latente de la juventud me hace sentir, a veces, imparable, invencible, poderoso, que el mundo está a mis pies, que soy superior Entonces, si soy joven, y me respaldan todos aquellos sustantivos ¿Por qué? ¿Por qué me siento débil, impotente, abatido? ¡Porque maldita sea, quiero una respuesta! ¡Porque! ¿Por qué? Que maravillosa es la vida, por lo tanto, hay que vivirla Fue a la conclusión que llegue, ya fuese por disipar mis miedos, mi impotencia, tal vez para disfrazarme de sabio y continuar por mi camino, pero muy seguramente no me equivoco, porque quien no gusta de compartir palabras con los amigos, la familia, o inclusive con un desconocido. Adoras eso, te divierte, aprendes, conoces y si estas de suerte, ya sabes