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Ancianidad

Una etapa crítica en la vida de un adulto, es cuando comienza a notar que le


cuesta cada vez más atenderse a sí mismo, además su médico y familiares le
sugieren hacer ajustes y cambios, pero él cree que son "exagerados" y que
todo sigue "funcionando". Es que le invade el temor a perder su
INDEPENDENCIA, o llegar a ser dependiente de otros, sentirse en
decadencia, y también el temor acerca de la muerte; por lo tanto se resiste y
rechaza la ayuda que se le ofrece. Felizmente no todos los adultos llegan a
necesitar de ayuda y se desempeñan maravillosamente disfurtando un buen
vivir.

¿Qué actitud debe tomar el familiar que detecta la necesidad? Para no herir su dignidad y que
lo acepte como una etapa normal de la vida, es muy importante ganarse su aprecio y una buena
comunicación. Es aconsejable dialogar sobre estas cosas desde temprano, apenas aparezcan los
primeros síntomas de ineficiencias. Presentarle diferentes soluciones u opciones para mejorar su
atención. No presionarlo ni apurar a tomar decisiones sin su aprobación. Así se sentirá participativo y
dispuesto a colaborar.

¿Cuáles son las carencias que se observan en el adulto?


¿Cómo evaluar las necesidades apropiadamente?

ACTIVIDADES que se requieren para una vida INDEPENDIENTE:

Realizar las tareas de la casa: limpiar, lavar la ropa, cocinar, hacer las
compras, manejar correctamente el dinero y pagar sus cuentas, mantenimiento
de su vivienda.

Cuidado y atención de su persona: bañarse, vestirse, alimentarse, ir al


inodoro, caminar, administración de sus medicamentos: selección, identificación,
cantidad.

Funciones esenciales como desplazarse sin ayuda en la


calle, manejar, ir al consultorio médico, asistir a la iglesia,
actividades sociales y recreativas.

Si nota ineficiencia en algunas de estas áreas y se resuelve proveerle ayuda, busque que no sólo sea
la mejor para su necesidad actual, sino también prevea el futuro, ya que en algunos casos pueden ir
aumentando gradualmente.

Con mucha frecuencia también aparece el caso contrario: Son los ancianos "manipuladores",
quienes fingen incapacidad para llamar la atención y así retener a su familiar cerca,
motivados por temores ocultos. A éstos se les debe negar lo que puedan hacer por sí mismos, para
evitar así la precipitación de su dependencia, y el eventual agotamiento de sus cuidadores.

La Palabra divina registra en el Eclesiastés del sabio Salomón: Mientras las tengas, hazlo todo según
tus fuerzas. Nuestro Señor Jesucristo le anticipó también a Pedro: "Cuando eras joven, podías
hacer lo que te parecía, e ir adonde querías, más cuando seas viejo estirarás los brazos y
otros te conducirán... Cuando lo necesites, DEJATE CONDUCIR". Por el bien de todos.

Si vives tu momento de ayudar a tus progenitores, bríndate con amabilidad y compresión, y tendrás
la aprobación y bendición divina. Así cumplirás su mandato: HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE,
PARA QUE SEAS DE LARGA VIDA EN LA TIERRA... Promesa fiel.

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