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La revolución libertadora de Argentina (1955 – 1958)

1. Introducción

Argentina es una de las naciones sudamericanas que más ha luchado para que la

democracia y la transparencia se establecieran como sistema de elección política. De hecho,

entre 1930 y 1983, el país tuvo varios periodos de gobiernos militares que subieron al poder

mediante golpes de estado. Entre ellos, se encontró el gobierno dictatorial de la auto-

denominada Revolución Libertadora que surgió después de un golpe al gobierno de Juan

Domingo Perón. Durante la presidencia de este último, hubo varios intentos de golpes de

estado caracterizados, en su mayoría, por el liderazgo de grupos antiperonistas del país. No

obstante, no fue hasta septiembre de 1955 que se logró derrocar al peronismo se impuso un

régimen cívico-militar influenciado por la ideología anticomunista. De este periodo, es

relevante repasar a los dos gobernantes de la Revolución Libertadora, Eduardo Lonardi y

Pedro Eugenio Aramburu, así como el proceso del golpe de estado y el contexto socio-

político del período comprendido entre 1955 y 1958.

2. Proceso del golpe de estado

El gobierno de Juan Domingo Perón fue, mayormente, sindicalista y logró triunfar en las

elecciones de 1946 (Barroetaveña, 2007, p. 82). Además, fue reelegido en 1951 y 1973. En

particular, fue durante la segunda presidencia de Perón cuando se dieron los antecedentes al

golpe de estado enfrentaría en 1955. La mayoría de estos fueron organizados por sectores

cívico-militares que, en principio, se autodenominaron “Comandos Civiles” (Barroetaveña,

2007, p. 115). Uno de ellos sucedió en 1951 en el que el protagonista fue el capitán Alejandro

Agustín Lanusse que habría tomado la puerta ocho del Campo de Mayo, una de las más

ubicaciones militares más equipadas del país (Barroetaveña, 2007, p. 118). Dos años más
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tarde, Jorge Alfredo Bassi habría tenido la intención de atacar la sede del Poder Ejecutivo de

Argentina, conocida también como la “Casa Rosada” (Barroetaveña, 2007, p. 120). Durante

1953, igualmente, hubo otro ataque terrorista en el sector de la sede, que habría sido dirigido

para los asistentes de un evento auspiciado y organizado por la Confederación General del

Trabajo.

A finales de 1955 se organizó un bombardeo a la Plaza Mayor que queda frente a la Casa

Rosada donde, por años, se ha establecido el gobierno del país (Barroetaveña, 2007, p. 122).

El líder que maquinó la revuelta de aquel entonces fue el general Eduardo Lonardi. El oficial

habría diseñado el ataque para que consistiera en la toma de la Escuela de Infantería de

Córdova, un bombardeo aéreo, un ataque terrestre y un bloqueo naval. El bombardeo estuvo a

cargo de un grupo de la Aviación Naval de Argentina. El bloqueo de los puertos habría sido

liderado por el almirante Isaac Rojas. Mientras que, el ataque por tierra estuvo en manos de

las tropas de Argerich con el fin de ingresar y apoderarse de la Casa Rosada. Aunque los

levantamientos fueron duramente reprimidos por las fuerzas áreas y del ejército, Perón

anunció su renuncia al gobierno para tratar de evitar más perdidas tanto materiales como

humanas. Sin embargo, los golpistas exigían la remoción-exilio de Perón así como de todo su

gabinete, con la amenaza de bombardear a Buenos Aires si el presidente no accedía

(Barroetaveña, 2007, p. 130). Finalmente, fue el 20 de septiembre de 1955 que se acordó la

salida de Perón y se designó a Lonardi como presidente provisional.

3. Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu

Después de que Perón fuese removido de su cargo, Lonardi asumió el poder entre

septiembre y noviembre de 1955 (Murmis, 206, p. 117). Autores como María del Mar Solís

Carnicer, catedrática e investigadora en humanidades, sostienen que su gobierno estuvo

basado en un espíritu de conciliación que vincularía las propuestas del nuevo régimen junto
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con las políticas que se gestaron durante el gobierno de Perón (2017, p. 12). No obstante,

muchas de sus decisiones estuvieron motivadas para conseguir la eliminación del gabinete del

anterior presidente y, de esa manera, poder fundar una renovación del Poder Ejecutivo. Entre

esas decisiones destacan, por ejemplo, la clausura del Congreso y de la Corte Suprema de

Justicia mediante Decreto Ejecutivo 415 de 6 de octubre de 1955 (Barroetaveña, 2007, p.

141). Lo más particular de esas clausuras fue la falta de observancia del procedimiento

constitucional que se había dispuesto para este tipo de decisiones. Por lo que se podría

afirmar que la independencia de poderes, que caracteriza a un Estado liberal y democrático,

retrocedía y se tornaba en una auténtica dictadura.

Paralelamente, impuso nuevas medidas económicas en las que se incluía la prohibición

de formar grupos sindicales o cualquier otra asociación parecida; mientras que, por otro lado,

se brindaba mayores incentivos para el sector exportador agropecuario y financiero. Sin

embargo, esas imposiciones no tuvieron mucho éxito pues, en general, hubo acumulación de

deudas comerciales, inflación y deterioro de salarios. Además, el gobierno de Lonardi

intervino en el sector educativo; en especial, en todo lo relacionado a la catedra universitaria

(Rodríguez, 2018, p. 3). Es así que en septiembre de 1955 se decretó una intervención en las

universidades a escala nacional. Esta decisión tuvo como objetivo realizar una especie de

persecución y remoción de catedráticos que habrían estado a favor del peronismo durante el

régimen anterior. La represión que Lonardi promulgaba también se evidenció en las

limitaciones a la libertad de prensa.

Después de que Lonardi fuese removido de su cargo, Pedro Eugenio Aramburu fue

puesto como presidente de facto de Argentina en noviembre de 1955. La dictadura de

Aramburu conservó el lineamiento del gobierno de Lonardi. Sin embargo, estuvo

caracterizada por una fuerte represión política en contra de peronistas así como de diferentes

asociaciones profesionales de trabajadores; que fue muchísimo más fuerte e intensa. De


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hecho, su gobierno dio un alto énfasis al “espionaje ideológico” con el fin de reprimir a la

oposición que defendía los ideales peronistas (Barroetaveña, 2007, p. 155). Para ello, integró

una gran parte del sector militar en el Poder Judicial así como en el servicio de inteligencia y

seguridad. De igual manera, impuso varias disposiciones atentatorias contra derechos

humanos pues, la mayoría de estas, tenían como propósito la criminalización de la

homosexualidad y cualquier otra expresión de género (como el travestismo, por ejemplo). Así

mismo, se puso en vigencia la tortura física y psicológica para intervenir e investigar a la

oposición.

Lonardi también implementó otras medidas como la abolición de la Constitución de 1949

y el re-acogimiento de la Constitución de 1853 con sus respectivas reformas de 1860, 1866 y

1898 (Lorenzo, 2000, p. 237). Lo cual, claramente, atenta contra los principios

constitucionales que promulgan la imposibilidad de retroceso constitucional. De igual

manera, la imposición de una Constitución anterior sin la participación del Poder Legislativo

del país también atentaba contra los procedimientos democráticos; incluso, a pesar de que se

habría convocado una “Convención Constituyente” para tal efecto (Barroetaveña, 2007, p.

169). Una misma lógica se siguió en materia laboral, pues se habrían dejado sin efecto varias

resoluciones del Ministerio de Trabajo así como excluyó a las mujeres trabajadoras de varias

garantías que se habrían impuesto durante el régimen peronista.

4. Contexto socio-político

La etapa en la que la Revolución Libertadora estuvo a cargo del Poder Ejecutivo de

Argentina fue caracterizada por una fuerte oposición entre el peronismo y el antiperonismo.

El primero, protagonizado por simpatizantes del régimen sindicalista; el segundo, por líderes

cívico-militares autoritarios y dictatoriales. Por eso, la resistencia estuvo siempre disipada por

el gobierno. Es más, uno de los propósitos principales del régimen de la Revolución


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Libertadora estuvo dirigido a reprimir los movimientos comunistas, sindicales y peronistas.

Ejemplo de esto es la utilización de cárceles para recluir a cualquiera que estuviese

relacionado con la ideología contraria a la dictadura (Barroetaveña, 2007, p. 158). Además,

también se permitió la expropiación de bienes y el exilio de simpatizantes del peronismo

(Barroetaveña, 2007, p. 157).

El espacio cultural y artístico también fue reprimido. Hubo varias obras de teatro y

expresión que no salieron al aire por la censura de la Revolución Libertadora. La prensa fue

censurada y regulada pues se le había impuesto medidas de restricción de contenido (como,

por ejemplo, la prohibición de divulgar información sobre sexualidad, divorcio, crítica

política, entre otros (Aníbal, 2007, p. 53). Por el fanatismo católico del gobierno de

Aramburu, se fortaleció el poder de la Iglesia así como el subsidio a colegios católicos de

Argentina (Ascolani, s.f., p. 11). Siguiendo esa misma lógica, se derogaron las regulaciones

con relación al divorcio. En definitiva, esta época estuvo marcada por una fuerte persecución

política y varias violaciones a los derechos humanos de la población.

5. Conclusiones

En síntesis, durante el siglo pasado, la población argentina tuvo que enfrentar la

dirección política de diferentes regímenes que no siempre fueron los más acertados. Entre

ellos, se puede resaltar la época en la que la Revolución Libertadora estuvo en auge. Si bien

no se debe caer en la falacia de calificar al peronismo de bueno, y a los antiperonistas de

malos, es notable que las acciones de estos últimos estuvieron muy alejadas de la democracia

y la libertad. Además, posiblemente por la sed de poder, tanto el gobierno de Lonardi y

Aramburu estuvieron caracterizados por la persecución política, la censura así como la

violación a principios constitucionales y derechos humanos.


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Referencias

Aníbal, F. (2014). Racismo, cultura y prensa. El diario Crónica durante la Revolución

Libertadora, Jujuy, Argentina. Revista ABRA, 34 (48), 43 – 63.

http://dx.doi.org/10.15359/abra.34-48.3

Ascolani, A. (s.f.). La “Revolución Libertadora”: Educación y Ciudadanía Restringida

(Argentina, 1955-1958). https://anped.org.br/sites/default/files/gt_02_16.pdf

Barroetaveña, M., Parson, G., Román, V., Rosal, H., Santoro, M. (2007). Ideas, política,

economía y sociedad en la Argentina (1880 – 1955). Biblios.

Lorenzo, C. (2000). Manual de historia constitucional argentina. Editorial Juris.

Murmis, E. (2016). El Partido Comunista en el movimiento obrero argentino durante la

“Revolución Libertadora”: del golpe de estado a la alianza entre el sindicalismo

comunista y peronista (1955-1958). Izquierdas (28), 114 – 136.

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-50492016000300005

Rodriguez, L. (2018). La Libertadoray el proceso de desperonización en la Universidad

Nacional de La Plata (1955-1957). Hilos Documentales, 1 (1), 1 – 17.

https://revistas.unlp.edu.ar/HilosDocumentales/article/view/5872

Solís, M. (2017). La “Revolución Libertadora” en la provincia de Corrientes. Los partidos

políticos, la Iglesia y el Ejército frente al golpe de 1955. Quinto Sol, 21 (3), 1 – 27.

http://dx.doi.org/10.19137/qs.v21i3.1129

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